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DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA IES JUAN DE ARÉJULA

EL RACIOVITALISMO DE ORTEGA Y GASSET

1. INTRODUCCIÓN

José Ortega y Gasset estudió en Alemania en Leipzig y Marburgo, en


donde fue discípulo del neokantiano Herman Cohen. Entre los años 1910 y
1936 fue catedrático de Metafísica de la Universidad de Madrid. En 1923 fundó
la Revista de Occidente en la que se dieron a conocer los autores, sobre todo
alemanes más destacados de la época. Su actividad docente y de divulgación
dio origen a una verdadera escuela filosófica, que se suele dividir en Escuela
de Madrid y Escuela de Barcelona, con pensadores como García Morente,
Xavier Zubiri, Julián Marías, María Zambrano, Pedro Laín Entralgo, Aranguren,
Ferrater Mora, etc.
Desde 1936 estuvo exiliado en Francia, Holanda, Argentina, Portugal y
Alemania, regresando a España en 1945.

De brillante estilo literario, es uno de los mejores escritores en lengua


castellana. Creó una terminología filosófica en español. Por último, decir, que
no sólo dedicó su atención a los temas filosóficos, sino que habló y escribió
sobre todas las cuestiones que tuvieran algún interés humano.

2. LA FILOSOFÍA DEL RACIOVITALISMO

Una de las expresiones más célebres de Ortega es “yo soy yo y mis


circunstancias”. Esta expresión traduce el principio de intencionalidad de la
conciencia, dado que la conciencia no es algo que esté aislado, algo separado
del mundo que la rodea. El ser humano no es un sujeto trascendental o puro,
sino un yo real rodeado de determinadas circunstancias. El término
“circunstancia” significa el conjunto de todos aquellos factores que configuran,
limitan, pero a la vez posibilitan la existencia del yo concreto. El yo, es siempre
un sujeto que ha nacido en un lugar concreto, en el seno de una determinada
familia, que ha recibido una educación, con un temperamento y carácter
definidos, etc.

Según Ortega, el yo puro es una abstracción falsa, pues todo yo real


viene determinado por unas circunstancias históricas de las que no puede
sustraerse. Pero esas circunstancias no determinan al yo en el sentido
determinista de impedirle actuar con libertad, sino al contrario, las
circunstancias, hacen que la libertad del yo sea una libertad concreta, ubicada
en un marco de posibilidades donde realizarse, posibilidades, que
evidentemente no son infinitas, sino limitadas.
Ortega y Gasset se dejó influenciar por diversos pensadores de la
época, entre los que destaca Heidegger. La influencia de este último se
manifiesta en dos aspectos:

• La concepción de la existencia humana como un proyecto ante


una pluralidad de posibilidades. Las circunstancias constituyen el
campo de posibilidades a partir de las cuales realizar ese
proyecto que es la existencia del ser humano.

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• Esa existencia humana es temporal, la temporeidad es su


esencia.

El raciovitalismo es un término acuñado por Ortega y que remite a dos


corrientes filosóficas diametralmente opuestas entre sí: racionalismo y
vitalismo. Ortega las aúna en una síntesis que pretende superar sus
diferencias, para encontrar la verdad que cada una de ellas encierra.
Ambas corrientes presentan deficiencias.

• Racionalismo

Resume toda la tradición filosófica occidental que ha intentado


lograr la verdad absoluta mediante el conocimiento racional. Esta
pretensión es común a buena parte de la filosofía antigua y
medieval, pero alcanzó su cima con el racionalismo del SXVII
(Spinoza, Leibniz y Descartes), y se prolongó hasta Hegel en el
SXIX. Esta visión exige pensar la vida por la razón para obtener el
saber absoluto.

• Vitalismo

Surge en el SXIX como reacción al racionalismo y su principal


valedor es Nietzsche, aunque otros representantes son
Schopenhauer, Kierkegaard, Freud, Bergson, etc. El vitalismo
relega la razón a un segundo plano por ser considerada un medio
para falsear la realidad. La realidad es un fluir constante de
aconteceres. Las principales características del vitalismo son su
irracionalismo, dado que se rechaza la razón como instrumento
para conocer la realidad; su concepción de la vida, la existencia y
la historia como realidades vitales únicas, peculiares, que no
admiten universalización racional; y, por último, su interpretación
de la realidad como puro devenir falseado por la rigidez e
inmovilidad de los conceptos racionales.

Con el raciovitalismo, Ortega rechaza el ideal racionalista, pero a su vez


no comparte algunas de las características del vitalismo. Ortega entiende que
la vida es la realidad radical y esta es insustituible por la razón. La “realidad
radical” es la vida de cada uno en particular. No hay otra realidad más
indubitable. El vivir es anterior al pensamiento puesto que el pensamiento es un
fragmento de un determinado sujeto que vive. Pero la razón no es
necesariamente enemiga de la vida, pues la razón está dotada de la capacidad
necesaria para comprender la vida, siempre y cuando hablemos, no de una
razón abstracta, sino de una razón vinculada a la vida, al servicio de la vida, de
una razón vital.

3. LA DOCTRINA DEL PUNTO DE VISTA O PERSPECTIVISMO

La teoría del conocimiento de Ortega y Gasset se denomina doctrina del


punto de vista. Según Ortega, la vida se vale de la razón como un instrumento

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para obtener su propia perspectiva. El error del racionalismo había sido sustituir
la vida por la razón, es decir, sustituir al sujeto particular, el yo real, por un
sujeto anónimo, universal, al modo del Yo pienso cartesiano o del sujeto
trascendental kantiano Para el racionalismo, ese sujeto trascendental captaría
la realidad tal cual es, de un modo absoluto, pero el problema, a juicio de
Ortega, es que ese sujeto trascendental, no existe. El relativismo, por otra
parte, sostiene que la realidad, para poder ser conocida tiene que adaptarse a
las peculiaridades del sujeto.

La solución propuesta por Ortega consiste en afirmar que cuando el


sujeto conoce, no altera la realidad, pero que tampoco la conoce en su
totalidad. El sujeto selecciona aquella parte de lo real que tiene relación con él
o ella, la que está relacionada con sus circunstancias. El resto de la realidad
permanece ignorada. Así pues, cada sujeto particular tiene su propio punto de
vista determinado por su propia situación vital, que le permite conocer su
porción de realidad, pero que le incapacita completamente para conocer el
resto.

La perspectiva es la manera como se nos muestra la realidad y nuestro


modo de conocerla. Sin cada uno de nosotros y cada una de nosotras la
realidad permanecería ignorada. Perspectivismo no es sinónimo de relativismo.
Que cada sujeto tenga su punto de vista no significa que no exista la verdad.
La verdad se manifiesta siempre desde una perspectiva y se completa con el
resto de las perspectivas.

4. LA RAZÓN VITAL

Este concepto orteguiano designa la razón al servicio de la vida, no


opuesta a ella: solo es posible conocer la vida particular a través de la razón
vital.
La razón vital se opone a la razón científica. Esta última es válida para
conocer la naturaleza sometida a leyes necesarias e invariables. Expresamos
las regularidades fenoménicas que observamos en la naturaleza y las
expresamos en leyes matemáticas que establecen su cuantificación: podemos
cuantificar los fenómenos físicos porque suceden de manera regular. Esto
permite la formulación matemática de leyes físicas.

Según Dilthey, las ciencias humanas o del espíritu, no explican, sino que
tratan de comprender el sentido de los fenómenos humanos. Explicar es
subsumir un caso particular dentro de una ley general. Eso lo hacen las leyes
de la naturaleza, pero no es aplicable a los fenómenos humanos, pues no son
casos particulares que admitan una universalización racional en forma de ley
general. A diferencia de “explicar”, “comprender es captar el significado de un
fenómeno humano situándolo en el contexto que le da un sentido peculiar y
específico.”

La propia vida es susceptible de comprensión, pero no de explicación. Si


intentásemos explicar la vida humana incurriríamos en un reduccionismo
determinista que implicaría negar a la persona su libertad.

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5. LA RAZÓN HISTÓRICA

La noción de razón vital desemboca en el pensamiento de Ortega y


Gasset en otra noción con mayor alcance, a saber, la noción de razón histórica.
La noción de razón vital se refiere al conocimiento que el propio sujeto tiene de
su vida. Ortega extiende el concepto de sujeto y lo aplica no solo al individuo,
sino al conjunto de individuos que forman un pueblo, una generación, una
nación, una civilización, etc., El conocimiento de los individuos colectivamente
considerados de este modo, recibe el nombre de razón histórica. Así pues, la
razón histórica es el conocimiento de la realidad humana en su conjunto. El ser
humano no tiene naturaleza, tiene historia: esta afirmación, se puede aplicar a
cada individuo particular, pero especialmente al ser humano considerado
colectivamente., dado que ningún ser humano es una isla, sino que existimos y
vivimos en sociedad. Los distintos grupos sociales a los que pertenece un
sujeto y en cuyo contexto se desenvuelve su vida configuran su perspectiva
sobre el mundo. La cultura, será la configuración que la mentalidad propia
adopte en función de la sociedad en la que se viva. Luego la cultura definirá el
modo propio de ser de cada ser humano. Pero es evidente que la cultura se
desarrolla en el tiempo, es una realidad histórica, de manera que no será
posible comprendernos a nosotros y nosotras, sino comprender nuestra propia
cultura, ni a esta última sin tener en cuenta su historia, a través de la cual ha
ido forjándose.

La noción de razón histórica está articulada en torno a unos conceptos,


de los cuales destacamos estos tres:

• La tradición: es concebido por Ortega como aquello que se


transmite o se entrega dentro de la propia cultura. La tradición,
había sido rechazada por el pensamiento ilustrado al considerarla
exenta de fundamento racional. Pero la fenomenología, que
ejerce enorme influencia en Ortega recupera este concepto de
tradición. Es imposible, afirma Ortega, comprender la vida
particular de un ser humano y su perspectiva del mundo sin tener
en cuenta la tradición cultural en la que ha nacido.
• La generación: es para Ortega la unidad de medida del tiempo
histórico. Por tanto, no es solo el conjunto de personas que ha
nacido en la misma década, sino el colectivo de personas que
habiendo nacido en el mismo tiempo histórico comparte el mismo
proyecto histórico.
• El sistema de vigencias: entendido como el conjunto de creencias
y de valores comunes compartidos por una sociedad, y que no
están explícitamente expresados. Es el subsuelo de la cultura.
Cuando deja de estar operativo, se entra en una crisis, se pierde
una cosmovisión, sin que otra diferente, haya ocupado aun su
lugar.

Otra de las distinciones importantes en el contexto de la teoría de la


razón histórica es la diferencia que establece Ortega entre ideas y creencias:

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• Ideas: son los objetos del pensamiento, es decir, las conclusiones


derivadas del ejercicio del pensar. Para Ortega no son el factor
determinante de la vida individual, ni de la historia. El elemento
fundamental son las creencias, en cierto modo, opuestas a las
ideas.

• Creencias: son posiciones desde las que evaluamos y percibimos


el mundo. no son objetos del pensamiento o el fruto de la acción
de pensar. Vivimos en determinadas creencias, incluso con
anterioridad a pensar de modo explícito. Las creencias son
prejuicios, pero tienen un valor positivo. Se llaman así porque
estamos ya en ellos, y desde ellos juzgamos las demás cosas,.
Los hemos adquirido por tradición y cuando son compartidos por
una misma colectividad, constituyen el sistema de vigencias.

6. LA CRISIS DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL

La crisis de España fue percibida por Ortega como una ruptura general
de la civilización moderna, al que Ortega tildó como rebelión de las masas. El
término “masas”, tiene en el pensamiento de Ortega, un sentido no tanto
cuantitativo como cualitativo, pues no designa a las clases sociales populares,
sino a la mentalidad de los sujetos (hombres-masa) que se benefician de los
avances de la civilización occidental de un modo frívolo y superficial, sin poner
en valor las raíces de esta civilización ni el esfuerzo histórico para lograrlos.

El hombre-masa es aquel que se ha especializado en saberes técnicos y


desprecia el saber humanístico, o se siente con el derecho a verter su opinión
en asuntos políticos sin tener presente que la valoración de las ventajas de la
democracia occidental exige una actitud reflexiva y un examen atento de la
realidad sociopolítica. La mediocridad del hombre-masa provoca que este se
guíe por el resentimiento, hasta el punto de dirigir su recelo hacia aquellos
individuos mejor dotados intelectualmente. Así el logro innegable de las
democracias occidentales se vuelve contra la humanidad, que sufre ahora la
tiranía de las masas, la imposición de una mayoría mediocre y necia.

Este concepto de hombre-masa tiene cierta similitud con el concepto


nietzscheano de “último hombre”, cuya característica más señalada es
precisamente la mediocridad.

FIN

That´s all folks .

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