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Medios y fines
Hay una diferencia fundamental entre las dos teorías de la razón. Para la subjetiva la
racionalidad es sólo organización aplicando capacidad técnica y de cálculo,
determinando los medios para un fin dado. Aun reconociendo otras funciones, como la
reflexión, están subordinadas a la coordinación medio y fin; en que consiste el interés
social de la ciencia y la razón de la teoría en el proceso social de producción. Se refiere
a la relación de un objeto con un fin no al objeto y el concepto mismo. No hay un fin
racional en sí y carece de sentido discutir los fines, sólo los medios.
Ser racional actualmente equivale a asumir los valores reconocidos, vida propiedad,
legalidad. Equivale a no ser obstinado y a concordar con la realidad como es. Mientras
que anteriormente la razón valía para determinar los fines. Así Sócrates al subordinar las
ideas de la comunidad al daimon o pensamiento dialéctico, luchando contra el
conservadurismo y contra el relativismo. Mino la tradición y estuvo contra la razón
subjetiva y formalista de los sofistas. Concebía la razón como inteligencia capaz de
discernir lo universal y regular las relaciones humanas y con la naturaleza. La razón no
eran nombres o convenciones sino reflejo de la naturaleza de las cosas. Aun con carga
negativa su enseñanza implicaba una verdad absoluta. Con Platón los dioses se
transforman en ideas, conservan el carácter de no ser productos humanos, son más
nobles. El daimon se manifiesta como visión de la verdad e hilo conductor de la acción.
El concepto de razón objetiva tiene como esencia una estructura inherente a la realidad,
y que requiere un determinado comportamiento teórico o práctico. Estructura accesible
al pensamiento dialéctico o al eros. Es por otra parte el esfuerzo y capacidad de reflejar
el orden objetivo, con independencia de los intereses del sujeto, sean segmentos de
estructuras más amplias.
Los sistemas de la razón objetiva alentaban descubrir una estructura fundamental del ser
y una concepción del destino humano. Resistían reducir el conocimiento a un caos de
datos descoordinados, el trabajo científico a clasificación y cálculo. Actividades
subordinadas a la especulación. La razón objetiva aspira a sustituir a la religión por
filosofía, y su ataque a la mitología es mas serio que el de la razón subjetiva. La verdad
objetiva implica una posición positiva o negativa. Y hace una crítica de las opiniones
sociales más efectiva. Hay modernamente una tendencia a disolver el contenido objetivo
de la razón. Aun cuando hubo progresos en el concepto de una vida regida por la razón
como en Francia en el siglo XVI. Pero se volvió una actividad conciliatoria. Las
divergencias religiosas dejaron de ser serias. Un concepto de razón más humano pero
más débil y condescendiente a los intereses, y a capitular a lo irracional. Los fines del
gobierno se hicieron seculares, crear condiciones para el comercio y la industria,
asegurando la paz. En el individuo la razón tenía el mismo objetivo que el gobierno.
En los sistemas filosóficos del racionalismo la ética fue secularizada. Los fines eran
inferidos de ideas innatas o supuestos evidentes, y aunque no garantizada por dogma la
verdad era objetiva. No se separaba sabiduría, religión, ética y política. La unidad de
convicción cristiana se derrumbó. Y aunque relegados los relativismos se terminaron
imponiendo. Al substituir la filosofía a la religión el propósito era dar un nuevo
fundamento racional a la verdad objetiva. Estaba en juego el medio para determinar y
expresar la verdad. Disintiendo religión y filosofía concordaban en el supuesto de la
existencia de una realidad. Las dos fuerzas que no estaban de acuerdo con esto eran el
calvinismo, con el Dios absconditus, y el empirismo al ver la metafísica como pseudo-
problemas. El catolicismo se oponía a que la razón determinara por sí misma el
conocimiento.
Para la razón subjetiva tal herencia parece superflua. La verdad es hábito, despojada de
autoridad espiritual. Privada de sus fundamentos racionales la idea de mayoría se hace
irracional. Toda idea, cortada el vínculo con sus orígenes, tiende a hacerse mitología, y
la Ilustración recae en la superstición. Los juicios generales mediante votos y técnicas
de comunicación, es poder, que no se opone a la injusticia, y se opone a lo que no se
manifieste conforme. A más manipulado el juicio mas se recure a mayoría. A mayor
propaganda la opinión pública se hace sustito de la razón. El triunfo aparente del
progreso democrático devora la democracia.
La disociación de la verdad objetiva afecta no solo moral y política sino todos los
ámbitos y fines de la vida. Respecto a los artistas se considera que carece de sentido la
cuestión de si es noble, no es posible compararlo con un trabajador como una criada.
Pero hay un criterio implícito de trabajador no cualificado, el rendimiento en función
del tiempo.
También carece de sentido la afirmación sobre un modo de vida mejor, o una religión o
filosofía más verdadera. Ni hay un sistema político o económico mejor que otro, sin la
luz de la razón. El despotismo u opresión no son malos en sí mismos. Expresiones como
“dignidad humana” son un avance sobre el derecho divino o consignas gastadas. Incluso
si ilustrados quisieran combatir el mal, la razón subjetiva imposibilitaría la remisión al
mal y a la naturaleza de la humanidad. Y sólo se pregunta por motivos realistas. El que
el hombre medio se este allegado a los ideales parece refutar el análisis, ideas que
reciben justificación de un asentimiento casi universal reconocidas por la comunidad,
que no parecen afectadas por la transformación de la razón. Ocurre que expresa la
debilidad de la justificación de un contenido por objetivo, por el recurso del prestigio
pasado y presente. La invocación a la tradición se hace estando dañada la verdad. Antes
la fe en la tradición derivada de la fe en la verdad objetiva. Hoy la tradición sólo tiene la
función de indicar que tras el principio está el consenso político y económico.
En el siglo XVIII la convicción de que a todo ser humano corresponden derechos, no
era una repetición de dogmas sustentados por al comunidad. Era expresión de una
crítica de condiciones que reclamaban transformación, comprendido por el pensamiento
filosófico y por las acciones históricas. Los precursores del pensamiento moderno no
inferían lo bueno de la ley, incluso la infringían, buscando reconciliarlos.
No adaptaban las palabras a las doctrinas, y crearon documentos consiguieron que sus
doctrinas sean aceptadas. Quienes aprecian esas doctrinas, pero carecen de una filosofía
adecuada las consideran expresión de derechos subjetivos o un modelo que debe su
autoridad a quienes creen en ello. Que la tradición perdió su valor se muestra en
invocarla, un día como en Alemana desaparece. La civilización se nutre de esas ideas,
pero son un residuo y pierden convicción. Quienes defendían ideas como justicia no era
por que sea realista o este en consonancia con su gusto. Percibían en ello la verdad, el
logos, Dios o espíritu trascendente, o la naturaleza como principio eterno. Los fines
últimos tenían un sentido objetivo, y sus ocupaciones e inclinaciones dependían de su
valor intrínseco. Los orígenes mitológicos, objetivos que la razón destruye afectan
conceptos y están en la base de comportamientos psicológicos. Se desvanecen, incluidos
los sentimientos, el contenido objetivo, otrora la alegría se vinculaba a la creencia en
una verdad suprema.
Veblen saco a la luz motivos medievales, feudales en la arquitectura del siglo XIX, en la
pompa y ostentación. Aspectos de opresión bárbara se mantienen en la vida social y la
psicología individual, en supervivencia de miedo y superstición. En preferencias
presupuestas como obvias. Carentes de motivación racional son racionalizadas según la
razón subjetiva. Lo jerárquico de alto y bajo se retrotrae a viejos tabús. Las viejas
formas de vida bajo la superficie de la civilización procuran calor del embeleso. El
placer de un jardín se remonta a los dioses. La capacidad de sentir lo bello en la
naturaleza y el arte viene anulada por su relación con supersticiones. Cortando los hilos
con ellas, por alarde o burla, la vida interior se extingue.
Con el concepto de spleen los simbolistas franceses expresaban amor a las cosas que
habían perdido significado objetivo. Con la desafiante elección de objetos sacaban a la
luz la irracionalidad de la lógica utilitarista por su inadecuación a la experiencia
humana. Haciendo consciente el olvido del sujeto, y expresando su dolor por la
incapacidad de alcanzar un orden objetivo. Para la sociedad del siglo XX, que no se
inquieta sólo se alcanza sentido sirviendo a un fin, las predilecciones pierden
significado bajo la cultura de masas. El propio spleen como protesta de no conformismo
del individuo a sido reglamentado, la obsesión del dandi se convierte en hobby, que es
“pasarla bien”, no expresar pesar por el desvanecimiento de la razón y el vaciamiento de
sentido. El hobby no busca relación con la verdad suprema, se ha vuelto una institución
para mantener el buen humor estereotipado como condición del rendimiento. Lo que se
ha dicho de lo cotidiano vale para los esfuerzos pro lo bello y lo bueno. Emerson
contemplaba que la religión ha adquirido valor de mercad en la protección de la
propiedad. La influencia de religión y negocio se acepta como obvio hasta por los niños.
El pluralismo de principios democráticos o religiosos introduce un rasgo de
esquizofrenia.
Hubo un tiempo en que la obra de arte aspiraba a decir al mundo como es, formular un
juicio definitivo, pero se ha neutralizado. El asistente medio a conciertos no esta en
condiciones de hacerse cargo del significado objetivo de una obra como la de
Beethoven. La escucha como ilustraciones al comentario del programa donde todo esta
dicho. La composición ha quedado cosificada, pieza de museo destinada a llenar el
vacío, en acontecimiento o encuentro social. No hay relación viva con la obra, su
función de expresión, ni experiencia de su totalidad como imagen de la verdad, La
cosificación de la subjetivización transforma las obras en mercancías culturales, su
consumo en sentimientos separados de aspiraciones reales. El arte se se separa de la
verdad como la política y la religión.
James, que se quejó de los críticos del pragmatismo que no admiten su interés teórico,
tenía razón en la existencia psicológica del interés, pero ateniéndose a su espíritu, el
pragmatismo ha contribuido con al tecnocracia al desprestigio de la contemplación
estática que era la aspiración más alta. Toda idea de verdad o de totalidad dialéctica
podría llamarse “contemplación estática”, en tanto buscada por sí misma, en lugar de
medio para alcanzar “consecuencia, estabilidad y tráfico fluido”. El ataque a al
contemplación y la loa al artesano expresan el triunfo del medio sobre el fin.
Después de Platón la noción de idea servía para una integridad sustantiva, de libertad y
objetividad no subordinada a “nuestros” intereses. La filosofía aferrada a la objetividad
pudo relativizar la subjetividad. Manteniendo la diferencia de mundo sensible e
inteligible, de imagen estructurada por intereses y técnica, y el concepto de orden y
jerarquía que hace justicia a las cosas y la naturaleza. En el pragmatismo, aunque se
presente pluralista, todos e convierte en mero objeto, en elemento de la cadena de
medios y efectos. Haciendo abstracción de a quien, es la conducta humana la que decide
la relevancia de un concepto. Los conceptos metafísicos no son mas que incitaciones a
actuar o pensar. En un mundo donde los conceptos de asesinatos no modificarían nada
para nadie; cómo reaccionar a los conceptos si la reacción a ellos es el único
significado. Lo que el pragmatista entiende por reacción está allegado a las ciencias
naturales, pensarlo todo como cuestión de experimentación. El método pragmatista es el
experimental. Peirce afirma que una concepción radica en el flujo previsible sobre la
conducción de la vida, y nada que no sea resultado de experimento puede tener
influencia, con el supuesto de determinar los fenómenos mentales experimentales
implicados en el concepto, una definición completa el concepto y nada queda fuera.
Intenta diluir la paradoja contenida en la aseveración evidente de que sólo los resultados
experimentales influyen en el enunciado condicional que para cada caso hay una
dependencia entre esa aseveración y la definición de “todos los fenómenos
imaginables”. La pregunta de en que consisten todos los fenómenos imaginables sólo
puede ser respondida por los experimentos, y las afirmaciones sobre metodología
parecen llevar a dificultades lógicas. ¿Como subordinar la experimentación al criterio de
ser imaginable si todo concepto depende de la experimentación?.