Está en la página 1de 10

Materia: Desarrollo tecnológico y conocimiento científico

Maestrante: Jorge Ariel García Cárdenas

Max Horkheimer. Crítica de la razón instrumental.

Medios y fines

La pregunta por el concepto de razón, puede parecer superflua al hombre medio. La


razón se identifica con lo útil, además de con las leyes, tradiciones y costumbres.

Pero la razón subjetiva es el funcionamiento abstracto del pensamiento, la capacidad de


clasificación inferencia y deducción independientemente del contenido. Tiene que ver
con la aplicación de medios y procedimientos, a fines asumidos y que presuntamente se
sobrentienden. Confiere escasa importancia a la pregunta por la racionalidad de los
fines. O se da por descontado que sirven a la autoconservación del individuo o la
comunidad.

Frente a la definición subjetiva, como síntoma de transformación, se halla la razón


objetiva, una visión opuesta que dominó anteriormente, que refiere una razón entre
hombres, clases instituciones y la naturaleza. El objetivo de sistemas filosóficos pasados
era una teoría englobante de la totalidad de los seres, incluyendo el hombre. La
estructura objetiva era el patrón de medida. El énfasis estaba en los fines mas que los
medios. La razón subjetiva era una expresión parcial y limitada de la razón. Conciliaba
el orden objetivo con la existencia humana y sus intereses. Así en Platón el núcleo no
era la coordinación de conducta y fin sino el concepto de bien supremo.

Hay una diferencia fundamental entre las dos teorías de la razón. Para la subjetiva la
racionalidad es sólo organización aplicando capacidad técnica y de cálculo,
determinando los medios para un fin dado. Aun reconociendo otras funciones, como la
reflexión, están subordinadas a la coordinación medio y fin; en que consiste el interés
social de la ciencia y la razón de la teoría en el proceso social de producción. Se refiere
a la relación de un objeto con un fin no al objeto y el concepto mismo. No hay un fin
racional en sí y carece de sentido discutir los fines, sólo los medios.

La relación entre los dos conceptos no es sólo de contraposición. Desde un principio


operaron ambos, con el tiempo adquirió preeminencia el subjetivo. Razón, logos fue
designado por expresiones subjetivas como legein (decir). La capacidad subjetiva
disolvió la superstición de la mitología como falsa objetividad. Se desarrolló una
objetividad propia, como en al teoría platónica de las ideas. La crisis contemporánea
radica en el que pensamiento perdió capacidad de concebir la objetividad o la combatió
como espejismo. Los conceptos se vaciaron de contenido y se convirtieron en cáscaras
formales.
La formalización de la razón tiene consecuencia teóricas y prácticas. La razón subjetiva
no le cae determinar si un fin es deseable. La aceptabilidad es asunto de elección o
gusto. Para Russell no hay una propiedad análoga a la verdad en un juicio ético. A pesar
de lo cual establece cualidades morales objetivas. Una teoría cientificista no admitiría
que hay actos terribles. El pensamiento llega a ser instrumento para cualquier empresa.
Y su eficacia puede ser aumentada excluyendo otros factores como emociones. La
razón, que no ha dirigido la sociedad, ha sido depurada de la tarea de enjuiciar acciones
y modos de vida. Y dejada a la sanción de intereses en pugna. En oposición a los proto
luchadores de la civilización burguesa, a favor del papel rector de la razón y entidad
esencial, y no subordinada.

Ser racional actualmente equivale a asumir los valores reconocidos, vida propiedad,
legalidad. Equivale a no ser obstinado y a concordar con la realidad como es. Mientras
que anteriormente la razón valía para determinar los fines. Así Sócrates al subordinar las
ideas de la comunidad al daimon o pensamiento dialéctico, luchando contra el
conservadurismo y contra el relativismo. Mino la tradición y estuvo contra la razón
subjetiva y formalista de los sofistas. Concebía la razón como inteligencia capaz de
discernir lo universal y regular las relaciones humanas y con la naturaleza. La razón no
eran nombres o convenciones sino reflejo de la naturaleza de las cosas. Aun con carga
negativa su enseñanza implicaba una verdad absoluta. Con Platón los dioses se
transforman en ideas, conservan el carácter de no ser productos humanos, son más
nobles. El daimon se manifiesta como visión de la verdad e hilo conductor de la acción.

El concepto de razón objetiva tiene como esencia una estructura inherente a la realidad,
y que requiere un determinado comportamiento teórico o práctico. Estructura accesible
al pensamiento dialéctico o al eros. Es por otra parte el esfuerzo y capacidad de reflejar
el orden objetivo, con independencia de los intereses del sujeto, sean segmentos de
estructuras más amplias.

Los sistemas de la razón objetiva alentaban descubrir una estructura fundamental del ser
y una concepción del destino humano. Resistían reducir el conocimiento a un caos de
datos descoordinados, el trabajo científico a clasificación y cálculo. Actividades
subordinadas a la especulación. La razón objetiva aspira a sustituir a la religión por
filosofía, y su ataque a la mitología es mas serio que el de la razón subjetiva. La verdad
objetiva implica una posición positiva o negativa. Y hace una crítica de las opiniones
sociales más efectiva. Hay modernamente una tendencia a disolver el contenido objetivo
de la razón. Aun cuando hubo progresos en el concepto de una vida regida por la razón
como en Francia en el siglo XVI. Pero se volvió una actividad conciliatoria. Las
divergencias religiosas dejaron de ser serias. Un concepto de razón más humano pero
más débil y condescendiente a los intereses, y a capitular a lo irracional. Los fines del
gobierno se hicieron seculares, crear condiciones para el comercio y la industria,
asegurando la paz. En el individuo la razón tenía el mismo objetivo que el gobierno.

La separación de la razón de la religión fue un paso de su debilitamiento y


formalización, en la Ilustración. Pero todavía en el siglo XVII se conservaba el aspecto
objetivo de la razón, al buscar suplir la función de la razón y por una doctrina tan global
como la teología. La filosofía se cifró en revelar el contenido de la razón como reflejo
del orden de las cosas y la conducción de la vida. Así para Spinoza la intelección de la
realidad determinaba la conducta moral, desapareciendo miedos y pasiones mezquinas.
Otros sistemas racionalistas consideraban la conducta en relación con la intelección, aun
con las diferencias particulares, como algo universal. Aun cuando no exigían sumisión
como la religión fueron percibidos como esfuerzos pro sacar a la luz verdades
vinculantes. La luz de la razón bastaba para armonizar la vida humana con la naturaleza,
sin una luz sobrenatural. Las imágenes especulativas (Bruno, Spinoza) chocaban con la
religión habitual, pero tenían mas que ver con Dios y la creación que con el empirismo.

En los sistemas filosóficos del racionalismo la ética fue secularizada. Los fines eran
inferidos de ideas innatas o supuestos evidentes, y aunque no garantizada por dogma la
verdad era objetiva. No se separaba sabiduría, religión, ética y política. La unidad de
convicción cristiana se derrumbó. Y aunque relegados los relativismos se terminaron
imponiendo. Al substituir la filosofía a la religión el propósito era dar un nuevo
fundamento racional a la verdad objetiva. Estaba en juego el medio para determinar y
expresar la verdad. Disintiendo religión y filosofía concordaban en el supuesto de la
existencia de una realidad. Las dos fuerzas que no estaban de acuerdo con esto eran el
calvinismo, con el Dios absconditus, y el empirismo al ver la metafísica como pseudo-
problemas. El catolicismo se oponía a que la razón determinara por sí misma el
conocimiento.

La controversia entre religión y filosofía llevó a un callejón sin salida, al considerarse


ámbitos separados. La razón se neutralizó como un bien cultural entre otros. Y la
neutralización de la religión allanó el camino a la eliminación de la objetividad. El
contenido de religión y filosofía fue afectado. Los filósofos al atacar la religión en
nombre de la razón dieron la estocada a la metafísica y al concepto objetivo de razón.
La razón se hizo anticuada, y sospechosa de mitología, autoliquidándose como medio de
intelección ética. Berkeley nominalista y positivista atacó los conceptos generales,
excepto algunos, y Hume eliminó el resto.

La religión sacó aparente ventaja de la neutralización, frente a los ataque de la


metafísica, pero perdió su espíritu, el vínculo con la verdad. Estas consecuencias venían
en germen en la idea burguesa de tolerancia. Ambivalente, es libertad frente al dogma,
pero también neutralización, librada al relativismo. No hay ámbito cultural que conserve
soberanía y el esquema de división de trabajo se transfiere a la cultura sustituyendo la
verdad objetiva por la formalizada y relativista.

Las implicaciones políticas de la metafísica racionalista, pasaron a primer plano en el


siglo XVIII, tras las revoluciones la nación se volvió concepto rector. La nación
desplaza a la religión y extrae su autoridad de la razón como agregado de intelecciones,
mas que medios. El interés egoísta era una pieza mas del universo en las doctrinas
iusnaturalistas y egoístas. Mientras en la era industrial fue convirtiéndose en
hegemónico, relegando otros motivos, durante el período liberal. Pero saco a la luz la
contradicción con el concepto de nación. La filosofía se encontró en la alternativa de
aceptar consecuencias anarquistas, o una idea irracional de nación, mas propia del
romanticismo que de ideas innatas. El imperialismo espiritual de principio del interés
egoísta del liberalismo manifestaba la discrepancia entre la ideología y las relaciones
sociales. La idea de comunidad popular como ídolo sólo se mantiene por el terror. La
tendencia al fascismo se infiere de la contradicción entre el principio del interés y la
idea de razón. La constitución política era comprendida como expresión de principios
Justicia, igualdad, felicidad propiedad menaban de a razón.

Posteriormente el contenido de la razón se reduce a una de sus partes, preparando la


violencia. Se reduce a instrumento y a contenidos heterónomos. Sujeta a lo social su
valor opera en el dominio de los hombres y la naturaleza. Los conceptos se reducen a
síntesis de rasgos. Como si el pensamiento se recudiera a los procesos industriales. A
mas instrumentalizadas las ideas menos sentido propio. El lenguaje es instrumento, una
proposición no asumible por el aparo aparece como carente de sentido. El significado es
desbancado y las palabras no usadas técnicamente, parecen sospechosas. En la era del
relativismo el temor al mito en el lenguaje a amparado un nuevo mito. El lenguaje como
instrumento lo revierte en magia. Se diluye la verdad. Y la diferencia entre acción y
pensamiento es nula, la reflexión es consigna. Y todo es etiquetado y clasificado, no
hacerlo es metafísica. Toda operación lógica se mecaniza. La razón instrumentalizada es
ceguera y fetiche.

Como consecuencia de la formalización los conceptos pierden sus raíces espirituales.


Son todavía fines pero sin conexión con realidad objetiva. Documentos históricos sin
confirmación por la razón. Desvinculado de la verdad. La ciencia es autoridad como
cálculo y clasificación. Justicia y libertad no son verificables. El concepto de razón
debilitado queda a merced de la manipulación ideológica. La ilustración disuelve razón
y dogmatismo, pero el obscurantismo surge. Intereses creados se reclaman en nombre
del buen sentido o la experiencia. La razón subjetiva se acomoda a todo.

Los conceptos fundamentales de la razón metafísica hundían sus raíces en el universal


de humanidad, su formalización implica pérdida de contenido humano. La
deshumanización resulta funesta para la civilización. El principio de la mayoría
sustituye al de la razón objetiva. Que los hombres juzgan sus intereses habría de aludir a
una instancia superior no arbitraria.la simple mayoría sería tautología. La gran tradición
filosófica no incurrió en ello, sustentó los principios del gobierno en supuestos
especulativos, como la consciencia moral común. El respeto a la mayoría no se basaba
en los acuerdos de la mayoría. La teoría de Locke refiere a la razón y la igualdad. Pero
unifica los contrarios perdiendo matices. Como experiencia sensible y racional, atomista
y estructurada. La libertad por naturaleza no es idéntica a la real. Y no se basa en
investigación empírica. Igualmente su discípulo Rousseau. La renuncia a al libertad no
contraviene lo empírico. Su teoría del contrato social deriva en un doctrina donde el
principio de la mayoría se adecua a la naturaleza humana, que de acuerdo al principio
del pensamiento especulativo lo hace el principio del poder. En la filosofía social del
sentido común se reconcilió el empirismo con la metafísica racionalista.
Desposeído de su principio racional el principio democrático pasa a depender de los
intereses del pueblo, función de intereses económicos ciegos o consientes. Sin garantía
contra la tiranía. En le periodo del mercado libre fueron aceptadas instituciones basadas
en derechos humanos como instrumento. Pero al cambiar la situación grupos poderosos
encuentra útil instaurar una dictadura y abolir la mayoría, sin poder esgrimir una
objeción fundada en la razón. Sólo se considera el interés y no la verdad. Liquidado el
fundamento filosófico de la democracia, no hay obstáculo en que algo sea su contrario.
Quienes elaboraron la constitución estadounidense, no llegaron a reemplazar la razón
con las decisiones de la mayoría, ésta era una idea entre otras, anclaban el gobierno en
un sistema de controles, el parlamento tenía poderes amplios pero no demasiados. Los
principios debían a una autoridad metafísica o religiosa, fundada en la naturaleza
humana y la voluntad creadora. El principio de la mayoría no fue considerado garantía
de justicia. Los derechos y principios eran consideradas verdades intuitivas tomadas de
una larga tradición filosófica.

Para la razón subjetiva tal herencia parece superflua. La verdad es hábito, despojada de
autoridad espiritual. Privada de sus fundamentos racionales la idea de mayoría se hace
irracional. Toda idea, cortada el vínculo con sus orígenes, tiende a hacerse mitología, y
la Ilustración recae en la superstición. Los juicios generales mediante votos y técnicas
de comunicación, es poder, que no se opone a la injusticia, y se opone a lo que no se
manifieste conforme. A más manipulado el juicio mas se recure a mayoría. A mayor
propaganda la opinión pública se hace sustito de la razón. El triunfo aparente del
progreso democrático devora la democracia.

La disociación de la verdad objetiva afecta no solo moral y política sino todos los
ámbitos y fines de la vida. Respecto a los artistas se considera que carece de sentido la
cuestión de si es noble, no es posible compararlo con un trabajador como una criada.
Pero hay un criterio implícito de trabajador no cualificado, el rendimiento en función
del tiempo.

También carece de sentido la afirmación sobre un modo de vida mejor, o una religión o
filosofía más verdadera. Ni hay un sistema político o económico mejor que otro, sin la
luz de la razón. El despotismo u opresión no son malos en sí mismos. Expresiones como
“dignidad humana” son un avance sobre el derecho divino o consignas gastadas. Incluso
si ilustrados quisieran combatir el mal, la razón subjetiva imposibilitaría la remisión al
mal y a la naturaleza de la humanidad. Y sólo se pregunta por motivos realistas. El que
el hombre medio se este allegado a los ideales parece refutar el análisis, ideas que
reciben justificación de un asentimiento casi universal reconocidas por la comunidad,
que no parecen afectadas por la transformación de la razón. Ocurre que expresa la
debilidad de la justificación de un contenido por objetivo, por el recurso del prestigio
pasado y presente. La invocación a la tradición se hace estando dañada la verdad. Antes
la fe en la tradición derivada de la fe en la verdad objetiva. Hoy la tradición sólo tiene la
función de indicar que tras el principio está el consenso político y económico.
En el siglo XVIII la convicción de que a todo ser humano corresponden derechos, no
era una repetición de dogmas sustentados por al comunidad. Era expresión de una
crítica de condiciones que reclamaban transformación, comprendido por el pensamiento
filosófico y por las acciones históricas. Los precursores del pensamiento moderno no
inferían lo bueno de la ley, incluso la infringían, buscando reconciliarlos.

No adaptaban las palabras a las doctrinas, y crearon documentos consiguieron que sus
doctrinas sean aceptadas. Quienes aprecian esas doctrinas, pero carecen de una filosofía
adecuada las consideran expresión de derechos subjetivos o un modelo que debe su
autoridad a quienes creen en ello. Que la tradición perdió su valor se muestra en
invocarla, un día como en Alemana desaparece. La civilización se nutre de esas ideas,
pero son un residuo y pierden convicción. Quienes defendían ideas como justicia no era
por que sea realista o este en consonancia con su gusto. Percibían en ello la verdad, el
logos, Dios o espíritu trascendente, o la naturaleza como principio eterno. Los fines
últimos tenían un sentido objetivo, y sus ocupaciones e inclinaciones dependían de su
valor intrínseco. Los orígenes mitológicos, objetivos que la razón destruye afectan
conceptos y están en la base de comportamientos psicológicos. Se desvanecen, incluidos
los sentimientos, el contenido objetivo, otrora la alegría se vinculaba a la creencia en
una verdad suprema.

Veblen saco a la luz motivos medievales, feudales en la arquitectura del siglo XIX, en la
pompa y ostentación. Aspectos de opresión bárbara se mantienen en la vida social y la
psicología individual, en supervivencia de miedo y superstición. En preferencias
presupuestas como obvias. Carentes de motivación racional son racionalizadas según la
razón subjetiva. Lo jerárquico de alto y bajo se retrotrae a viejos tabús. Las viejas
formas de vida bajo la superficie de la civilización procuran calor del embeleso. El
placer de un jardín se remonta a los dioses. La capacidad de sentir lo bello en la
naturaleza y el arte viene anulada por su relación con supersticiones. Cortando los hilos
con ellas, por alarde o burla, la vida interior se extingue.

No se puede atribuir a un instinto estético autónomo la alegría de una flor o la atmósfera


de una habitación. La receptividad estética prehistórica se vincula a la idolatría, la
santidad precede a la belleza. Esto se aplica a conceptos como libertad y humanidad, o
los conceptos de justicia e igualdad. Tales ideas deben conservar el elemento negativo,
la negación de la anterior injusticia, y a la vez el significado originario de sus orígenes.
O se convertirán en indiferentes y no verdaderas. Las ideas elevadas existen pero
socavadas por la formalización. Proceso unido a predilecciones en sí mismas sin
sentido. Esta convicción empapa la vida cotidiana. Cada vez menos se hace una cosa
menos por ella misma. Juzgada por la utilidad un a acción, ir a una montaña, es un
empleo necio del tiempo. La razón formalizada juzga racional lo que sirve un objetivo,
la salud, esparcimiento que revitaliza la fuera de trabajo. La actividad es instrumento.
No se puede afirmar que el placer de un paisaje duraría, considerando formas y colores
en estructuras meramente subjetivas sin vinculación con el orden y totalidad con
sentido. Esos placeres se llegan a experimentar o no se es consciente de la falta de
significado de las cosas que complacen. Con la formalización se cree cumplido el deber
con el cuerpo con instrucciones de gimnasia. El paseo no es necesario y el concepto de
paisaje se vuelve arbitrario, el paisaje degenera en turismo.

Con el concepto de spleen los simbolistas franceses expresaban amor a las cosas que
habían perdido significado objetivo. Con la desafiante elección de objetos sacaban a la
luz la irracionalidad de la lógica utilitarista por su inadecuación a la experiencia
humana. Haciendo consciente el olvido del sujeto, y expresando su dolor por la
incapacidad de alcanzar un orden objetivo. Para la sociedad del siglo XX, que no se
inquieta sólo se alcanza sentido sirviendo a un fin, las predilecciones pierden
significado bajo la cultura de masas. El propio spleen como protesta de no conformismo
del individuo a sido reglamentado, la obsesión del dandi se convierte en hobby, que es
“pasarla bien”, no expresar pesar por el desvanecimiento de la razón y el vaciamiento de
sentido. El hobby no busca relación con la verdad suprema, se ha vuelto una institución
para mantener el buen humor estereotipado como condición del rendimiento. Lo que se
ha dicho de lo cotidiano vale para los esfuerzos pro lo bello y lo bueno. Emerson
contemplaba que la religión ha adquirido valor de mercad en la protección de la
propiedad. La influencia de religión y negocio se acepta como obvio hasta por los niños.
El pluralismo de principios democráticos o religiosos introduce un rasgo de
esquizofrenia.

Hubo un tiempo en que la obra de arte aspiraba a decir al mundo como es, formular un
juicio definitivo, pero se ha neutralizado. El asistente medio a conciertos no esta en
condiciones de hacerse cargo del significado objetivo de una obra como la de
Beethoven. La escucha como ilustraciones al comentario del programa donde todo esta
dicho. La composición ha quedado cosificada, pieza de museo destinada a llenar el
vacío, en acontecimiento o encuentro social. No hay relación viva con la obra, su
función de expresión, ni experiencia de su totalidad como imagen de la verdad, La
cosificación de la subjetivización transforma las obras en mercancías culturales, su
consumo en sentimientos separados de aspiraciones reales. El arte se se separa de la
verdad como la política y la religión.

La cosificación se remonta a los orígenes del uso de herramientas, la conversión de los


productos no se consuma hasta la sociedad industrial. Las funciones de la razón, la
religión, la metafísica han pasado a manos del mecanismo económico. Las actividades
no útiles se estigmatizan de superfluas. El modo de vida aceptado es cualquier
ocupación caracterizada como productiva.

Los teóricos de la sociedad burguesa consideraron parásitos aristócratas o clérigos, e


ilusorio el valor de aquello a lo que dedicaron su vida. El lujo ya no es execrado, solo se
justifica si abre el comercio y la industria. As masas los adquieren como necesidad o
recreo. Nada es valioso por sí mismo, ni mejor que otro objetivo, ni si quiera el
bienestar que ha ocupado el lugar de la salvación del alma.

El pensamiento moderno ha convertido éste punto de vista en la filosofía del


pragmatismo. En su núcleo una idea, concepto teoría, no es más que un esquema de
acción, y la verdad el éxito de la idea. Dewey comentando a James dice que las
verdades llevan a direcciones útiles. Una idea una intención de actuar siguiendo una
forma determinada. Para Peirce las ideas no se cumplen por tener ideas verdaderas, sino
la verdad son expectativas cumplidas. Pero Kant, a quien refiere, no aniquiló la verdad,
e intento establecer la verdad absoluta de las ideas per se. El pragmatismo justificó la
sustitución de la lógica de la verdad por la de la probabilidad. Se hace depender el
significado de las consecuencias, la expectativa de probabilidad. En los enunciados
sobre el pasado las expectativas de confirmación recaen en los testimonios. La
dimensión del pasado es absorbida por e futuro y erradicada. El conocimiento para
Dewey es el uso que se hace de los eventos, en el que las cosas dan señales de otras
condiciones experimentadas. La predicción no solo es la esencia del cálculo sino de
todo pensamiento. No distingue los juicios de prognosis de otros. Que un hombre esta
enfermo a lo humanidad se debate en angustias no es una prognosis, no es un juicio
pragmático. El pragmatismo refleja una sociedad que no tiene tiempo de recordar o
reflexionar. Como la ciencia la filosofía se convierte en una visión de perspectivas de
logros y prevenciones. La probabilidad y calculabilidad sustituyen a la verdad. La
filosofía asiente al proceso histórico. El significado de un objeto es el contenido de su
definición. Qué efectos puede involucras el objeto, percepciones y reacciones. Para
Dewey queda presupuesta la existencia de tal objeto. El subjetivismo de la escuela
radica en el papel de las prácticas en su teoría del conocimiento. Si los juicios sobre
objetos y éste concepto radica en los efectos, que significado se puede atribuir a objeto.
La verdad sólo es deseable en la medida que lleva a algo mejor, algo ajeno a la verdad
misma.

James, que se quejó de los críticos del pragmatismo que no admiten su interés teórico,
tenía razón en la existencia psicológica del interés, pero ateniéndose a su espíritu, el
pragmatismo ha contribuido con al tecnocracia al desprestigio de la contemplación
estática que era la aspiración más alta. Toda idea de verdad o de totalidad dialéctica
podría llamarse “contemplación estática”, en tanto buscada por sí misma, en lugar de
medio para alcanzar “consecuencia, estabilidad y tráfico fluido”. El ataque a al
contemplación y la loa al artesano expresan el triunfo del medio sobre el fin.

Después de Platón la noción de idea servía para una integridad sustantiva, de libertad y
objetividad no subordinada a “nuestros” intereses. La filosofía aferrada a la objetividad
pudo relativizar la subjetividad. Manteniendo la diferencia de mundo sensible e
inteligible, de imagen estructurada por intereses y técnica, y el concepto de orden y
jerarquía que hace justicia a las cosas y la naturaleza. En el pragmatismo, aunque se
presente pluralista, todos e convierte en mero objeto, en elemento de la cadena de
medios y efectos. Haciendo abstracción de a quien, es la conducta humana la que decide
la relevancia de un concepto. Los conceptos metafísicos no son mas que incitaciones a
actuar o pensar. En un mundo donde los conceptos de asesinatos no modificarían nada
para nadie; cómo reaccionar a los conceptos si la reacción a ellos es el único
significado. Lo que el pragmatista entiende por reacción está allegado a las ciencias
naturales, pensarlo todo como cuestión de experimentación. El método pragmatista es el
experimental. Peirce afirma que una concepción radica en el flujo previsible sobre la
conducción de la vida, y nada que no sea resultado de experimento puede tener
influencia, con el supuesto de determinar los fenómenos mentales experimentales
implicados en el concepto, una definición completa el concepto y nada queda fuera.
Intenta diluir la paradoja contenida en la aseveración evidente de que sólo los resultados
experimentales influyen en el enunciado condicional que para cada caso hay una
dependencia entre esa aseveración y la definición de “todos los fenómenos
imaginables”. La pregunta de en que consisten todos los fenómenos imaginables sólo
puede ser respondida por los experimentos, y las afirmaciones sobre metodología
parecen llevar a dificultades lógicas. ¿Como subordinar la experimentación al criterio de
ser imaginable si todo concepto depende de la experimentación?.

Mientras la filosofía, en su etapa objetivista trataba, de llevar la acción, incluida la


ciencia, a una superior comprensión de su fundamento y justificación, el pragmatis,o
trata de reducir la comprensión a conducta. Reduce la intelección a actividad práctica,
diferencia fisicalista o sin significado. Métodos de comportamiento con los hechos para
Dewey. Se privilegia las ciencias naturales y el experimento, la verdad objetiva por la
maquinaria. Naturaleza reducida a laboratorio, lo que expresa aparatos e intereses de la
sociedad. Experimentar genera respuestas planteadas por intereses. El físico no esta
llamado a evaluar su papel asignado de reducir cosas a objetos, puede incluso dudar de
que lo esencial sea la experimentación. Es el filósofo el que imita al físico y reduce
ideas a cosas, eliminando la idea de verdad.

El pragmatismo es el contrapunto de industrialismo al reducir al verdad a prácticas de


laboratorio, de acuerdo al modelo de producción en cadena y organización burocrática.
El pensamiento se mide con lo que no es pensamiento, la producción; como el arte cono
lo que no es arte, ingresos o propaganda. El científico y el artista rechazan en ocasiones
los resultados de la organización, el filósofo destruye todo principio a apelar. En los
escritos pragmatista de ética o religión reina un talante liberal y optimista, pero una
incapacidad de enfrentar el hundimiento cultural. Para James cada sistema de ideas,
ciencia o religión brindará utilidades características. El pragmatismo convierte en la
satisfacción del sujeto el criterio de la verdad, frente a que la verdad podría revelarse
como escándalo. Peirce y James escribieron en un período de prosperidad y armonía, y
no vislumbraban el horizonte de catástrofes. Su filosofía refleja la actitud de ser
prácticos, frente a la meditación. Tal como Platón refutara el alcance de la
experimentación humana. El triunfo del experimento es un aspecto, el pragmatismo
asigna a todo ser instrumento, y pregunta despectivamente que pueda significar la
“verdad misma” y lo bueno que Platón dejo sin definir; conservando la consciencia de
las diferencias, de que el pragmatismo es negación, entre pensamiento de laboratorio y
filosofía, y el destino humano. Dewey identifica la satisfacción de deseos humanos con
las aspiraciones más altas. Puede identificarse lo deseable con lo que actualmente es
bajo el condicionamiento del sistema, así las investigaciones de mercado serían más
aptas que la filosofía. O puede que se interpreta que hay una diferencia entre deseo
subjetivo y objetivo, comienzo de análisis si el pragmatismo no capitula a la crisis de la
razón subjetiva.
La reducción de la razón a instrumento menoscaba incluso el carácter instrumental. El
espíritu antifilosófico ligado a la razón subjetiva derivo en persecuciones totalitaria. Los
críticos conservadores cometen el error de atacar la intelectualización sin hacerlo con la
estupidización. El intelecto no es entidad separada, fue así en la estela de la división de
trabajo. Las funciones directivas de producción fueron elevadas a intelecto puro, en
contraposición a lo material. La separación del intelecto en Platón corresponde a una
división de poderes en un estado jerárquico. Dewey sospecha del origen del concepto de
intelecto pero acepta la consecuencia de identificar el trabajo intelectual con el práctico.
No toma en consideración la capacidad especulativa que no se identifique con la
ciencia. Lo inteligente no es sólo hacer inferencias correctas sino captar contenido
objetivo. La neutralización de la razón la transforma en aparato obtuso de registro de
hechos. La razón subjetiva pierde capacidad de descubrir contenidos y darles vigencia,
ya ni siquiera puede afrontar tareas formales, algo paralelo a la destrucción de fuerzas
productivas.

La utopía negativa de Huxley expresa la formalización de la razón, transformación en


estupidez. Mostrando técnicas y procesos del “mundo feliz” como refinado; pero los
objetivos a que sirven reflejan el proceso del pensamiento, que lleva ala prohibición de
pensar, que lleva a la estupidez subjetiva prefigurada en la idiotización objetiva del
contenido vital. El pensamiento substituido por ideas estereotipadas, instrumentos u
objetos de devoción fanática. Huxley ataca la organización monopolista de capitalismo
de estado bajo la égida de la razón subjetiva. Sin embargo opone al sistema
estupidizante un individualismo metafísico heroico que no distingue ilustración de
fascismo, desmitologización y mitologías primitivas. Así se une al conservadurismo
cultural que allana el camino al mismo capitalismo monopolista. El aferrarse a la razón
subjetiva a dado síntomas como los descritos por Huxley. Pero el rechazo de la razón
en nombre de un concepto envejecido e Ilustración, cultura, individualidad, lleva al
desprecio de las masas y al cinismo, que alimentan lo rechazado.

La disyuntiva de la filosofía de hoy es que el pensamiento conserve su autonomía,


preparando su solución, o deba resignarse a metodología, apología o receta.

También podría gustarte