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Josly Mirlen Álvarez Flores

Fecha: 12/02/24

Asignatura:

Filosofía V5186

Tema:

Resumen sobre el pensamiento filosófico moderno.

Docente:

Lic. Marbin Antonio Urquia Paz

Lugar:

San Pedro Sula, Cortés

Thomas Hobbes fue un filósofo inglés conocido por su pensamiento político pragmático y su

enfoque materialista, así como por su descripción de los sistemas políticos de su época. Para

Hobbes, la sociedad organizada se basaba en el miedo porque creía que los humanos son

inherentemente malvados y tienden a oprimir a los demás. A diferencia de Descartes, Hobbes


rechazó el nativismo del pensamiento y la espiritualidad y se centró en los movimientos

corporales y sus causas.

Defendió un empirismo político que suprimiera la igualdad universal en favor de suprimir la

desigualdad de los criminales sociales. Propuso que la sociedad debería ser gobernada por un

monarca o un parlamento que representara la voluntad soberana. Creía que las personas

tienden a estar en desacuerdo y competir con los demás, lo que genera desconfianza y falta de

armonía, lo que genera la necesidad de controlar la autoestima de todos. Su libro más famoso,

Leviatán, propuso controlar estas leyes naturales para crear un orden social que minimice los

conflictos y garantice la seguridad y la estabilidad. Hobbes cuestionó la idea del amor y

promovió la idea de que la competencia y la desconfianza entre las personas son factores

importantes en el desarrollo de la sociedad.

Hobbes creía que la ley natural se deriva de la razón empírica y tiene como objetivo prevenir

la opresión de las personas mediante la celebración de un contrato social con el monopolio

del poder estatal. El miedo juega un papel central en la configuración de la sociedad porque

obliga a las personas a someterse a la autoridad estatal para evitar el caos y la anarquía. Para

Hobbes, el Estado era una entidad artificial que garantizaba la paz y la seguridad a través del

derecho y la justicia, con exclusión de cualquier consideración teológica. Sus puntos de vista

empiristas y materialistas rechazaron cualquier explicación divina del Estado y se centraron

en la organización política y el control humano. Hobbes defendió el absolutismo del Estado y

creía que la única garantía de convivencia pacífica era la obediencia absoluta al soberano, ya

fuera un monarca o una asamblea representativa. Aunque insistía en que la fe en Cristo era

necesaria para ascender al cielo, la autoridad religiosa debía estar subordinada al poder

político del Estado. En resumen, Hobbes defendía un Estado fuerte y centralizado basado en
el miedo y la obediencia como medio para mantener la paz y prevenir conflictos entre las

personas.

La filosofía moderna sufrió un cambio importante con la llegada de Descartes, quien no solo

influyó en materias como las matemáticas y la geometría, sino que también introdujo una

metodología rigurosa en la filosofía. Su principal preocupación es encontrar una verdad

universal y crear un método apropiado para su reconocimiento. Descartes cuestionó nuestros

métodos de percepción y propuso la existencia de ideas innatas como fuente de conocimiento

incluso antes que la física y otras ciencias naturales. El objetivo es encontrar la forma

correcta de adquirir conocimientos, lo que conduce al desarrollo de métodos. Este enfoque se

basa en una organización coherente de argumentos racionales, empezando por la duda.

Descartes creía que la única certeza indiscutible era la existencia misma del pensamiento:

"Pienso, luego existo". Descartes creía que la ciencia surgía de esta duda fundamental y

demostró su genio al reconocer la importancia de la reflexión en el proceso de conocimiento.

Descartes sentó así las bases de la filosofía moderna, que prioriza la razón y la metodología

sistemática en la búsqueda de la verdad.

La llegada de Descartes marcó un cambio importante en la filosofía moderna, introduciendo

una metodología rigurosa y priorizando la búsqueda de verdades universales. Descartes

propuso la existencia de ideas innatas como fuente de conocimiento y cuestionó los métodos

tradicionales de percepción. Su enfoque se basa en una organización coherente de argumentos

racionales, empezando por la duda. Para Descartes, la única certeza indiscutible era la

existencia del pensamiento: "Pienso, luego existo". Su reconocimiento de la importancia de la

reflexión en el proceso intelectual sentó las bases de la filosofía moderna, que enfatiza la

racionalidad y la metodología sistemática.


La filosofía moderna, representada por Locke y Spinoza, refleja la orientación práctica y la

profundización de la naturaleza del conocimiento humano y la organización social.

John Locke, a diferencia de Descartes, rechazó el nativismo de la razón y abogó por el

método empírico. Creía que todo conocimiento proviene de los sentidos y dividía los objetos

en cualidades primarias y secundarias. Su análisis lleva a la idea de que la realidad se basa en

nuestra percepción sensorial, mientras que sus ensayos sobre la comprensión humana intentan

derivarlo todo del significado y la experiencia. Locke rechazó el concepto de entidad y creía

que las ideas provienen de la experiencia y que los principios morales están relacionados con

el tiempo y la sociedad. Políticamente, se opuso a Hobbes y abogó por un liberalismo basado

en los derechos de propiedad y los derechos naturales. Propuso una estructura estatal dividida

en poderes legislativo y ejecutivo para garantizar la paz y la justicia.

Spinoza, por su parte, presentó una visión teológica y filosófica que se centraba en una única

esencia divina en la que coexistían materia e ideas. Su visión moral enfatiza la razón y trata

de comprender la base del bien y del mal a través de la alegría y la tristeza. Ofrece firmeza y

generosidad como virtudes centrales, pero reconoce la necesidad de políticas que promuevan

la coexistencia humana armoniosa. Juntos, Locke y Spinoza ofrecen ideas profundas y

prácticas sobre la naturaleza humana, el conocimiento y la organización social que siguen

siendo relevantes en el pensamiento filosófico contemporáneo.

La figura de Leibniz en la filosofía moderna se distingue por su influencia interdisciplinaria y

sus notables contribuciones en campos que van desde las matemáticas hasta la metafísica. Su

incansable búsqueda de un lenguaje universal y su invención del cálculo son hitos

importantes en la historia del pensamiento y la ciencia. Aunque su posición sobre las ideas

innatas difería de la de Locke, compartía la creencia de Locke de que el conocimiento se


derivaba de la experiencia sensorial, aunque Leibniz enfatizó que la comprensión existía

antes de que los datos empíricos llegaran a los sentidos.

Leibniz presentó una visión general de la ciencia en la que toda verdad tiene una buena razón

de existir. Su optimismo teológico se refleja en sus escritos de teodicea, donde creía que el

mal es sólo superficial y que el mundo es el mejor y es el resultado del cálculo divino. Su

concepto de mónada, aunque abstracto, intentaba explicar la existencia de Dios y la armonía

inherente del universo, donde todo está conectado y tiene un propósito claro. David Hume,

por otra parte, continuó la tradición del empirismo de Locke y enfatizó la primacía de la

experiencia en el conocimiento humano. Al criticar conceptos como el yo, la esencia y la

causalidad, creía que estos conceptos carecían de base empírica y sólo podían creer en lo

verificado por la experiencia. Su escepticismo sobre la causalidad y el análisis moral basado

en la simpatía reflejaban su postura racionalista y su rechazo de lo sobrenatural religioso.

En resumen, Leibniz y Hume representan dos enfoques filosóficos de la modernidad

diferentes pero igualmente influyentes. Sus ideas siguen siendo objeto de investigación y

debate filosófico contemporáneo porque abordan cuestiones fundamentales sobre el

conocimiento, la realidad y la moralidad.

Representantes notables del pensamiento filosófico moderno son Kant, Hegel, Schopenhauer,

Kierkegaard, etc. Todos ellos tienen sus propias contribuciones y métodos únicos.

Conocido por su rigurosa metodología y sus esfuerzos por reconciliar el empirismo y el

racionalismo, Kant desarrolló un complejo sistema de teoría que abordó las cuestiones más

controvertidas de su tiempo. Su Crítica de la mente pura exploró la relación entre los datos de

los sentidos y la organización conceptual de la mente, trazando una distinción entre

fenomenología y ontología. Kant también dejó un legado en la ética, postulando la idea del

imperativo categórico como base de la moral. Por otro lado, Hegel es conocido por su sistema
de idealismo y su concepto de dialéctica. En su Fenomenología del Espíritu, Hegel explora el

desarrollo de la conciencia hacia la autoconciencia y la comprensión de lo Absoluto. Su

enfoque en la tríada dialéctica y la idea de encontrar la verdad en general tuvo un profundo

impacto en la filosofía posterior.

Schopenhauer era consciente del sufrimiento humano y de la voluntad de sobrevivir y

propuso el concepto de voluntad como motor de todas las cosas. Su pesimismo y énfasis en la

estética como escape del dolor marcaron los temas centrales del existencialismo.

Finalmente, Kierkegaard analiza la relación de la personalidad y el individuo con la fe y la

moralidad. Su énfasis en la experiencia subjetiva y la relación del individuo con Dios influyó

en el desarrollo del existencialismo y la idea del "salto de fe".

Juntos, estos filósofos representaron diferentes puntos de vista sobre la existencia, la

moralidad y la naturaleza del conocimiento, y sus ideas siguen siendo objeto de debate y

reflexión filosófica contemporánea. Su legado ha influido profundamente en nuestra

comprensión del mundo y de nosotros mismos

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