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1. Introducción
La semiótica estudia cualquier clase de intercambio de comunicación e información entre
toda clase de entidades y objetos. John Locke fue quien introdujo el término semiótica en
la filosofía del siglo XVII, pero quien es considerado el fundador de la semiótica moderna
es el filósofo norteamericano Charles Sanders Pierce (1839-1914).
Otras importantes contribuciones al desarrollo de la semiótica moderna proceden del
lingüista suizo Ferdinand de Saussure, del psicólogo conductista norteamericano Charles
Morris, del lingüista danés Louis Hjelmslev y en los últimos tiempos del italiano Umberto
Eco. En este trabajo ofrecemos un breve bosquejo de la semiótica de Pierce y la de Eco,
con especial énfasis en las ideas de Eco acerca de la producción de signos en el teatro.
Nuestro objetivo consiste en caracterizar al espectador como un astuto intérprete-productor
de signos que no sólo se apoya en sus competencias teatrales o literarias, sino que echa
mano de mecanismos semióticos que el propio espectáculo le proporciona o que el propio
espectador cree encontrar. Ilustraremos los conceptos de las teorías semióticas que
expondremos mediante ejemplos de puestas teatrales.
En este contexto ocurrencia se define como una unidad semántica establecida por el
sistema semántico. Es necesario distinguir entre réplicas absolutas y parciales. Una réplica
absoluta es un una ocurrencia que tiene todas las propiedades pertinentes de otra; es un
signo para el que el tipo y la ocurrencia son idénticos. Un doble solo puede ser obtenido
cuando toda la producción de reglas del modelo-objeto son conocidas; en cambio, en una
réplica parcial el tipo y la ocurrencia son diferentes. El tipo sólo proporciona las
características esenciales, mientras que el signo debe ser identificado como una réplica
buena. La relación entre el tipo y la ocurrencia es expresada como «ratio», que es la
relación que rige a las réplicas con su tipo.
Hay dos clases importantes de relación tipo/ocurrencia: la ratio facilis y la ratio difficilis.
Según Eco, la ratio facilis se establece cuando una expresión-ocurrencia está en acuerdo
con la expresión-tipo exactamente registrada por una expresión-sistema, y como tal, está
prevista por un código determinado. El mejor ejemplo son las palabras, escritas o
pronunciadas por cualquier persona.
El caso de ratio difficilis se establece cuando la expresión-ocurrencia está directamente en
acuerdo con su contenido (la expresión tipo coincide con el semema que conlleva la
expresión-ocurrencia). El mejor ejemplo es la huella, cuya forma y dirección (expresión)
tienen que ver con la forma del pie y la trayectoria del animal (contenido).
Ostensión. Muchas veces, para hacernos entender evitamos usar palabras y directamente
mostramos el objeto al que pretendemos referirnos. En lugar de una engorrosa descripción
acerca de la textura o el estampado de una pieza de tela, lo mejor es obtener una muestra de
ella para exhibirla cuando sea necesario. Esta forma de trabajo constituye el primer nivel
de significación activa, puesto que es el agente semiótico el que manipula la expresión. La
adquisición del lenguaje demanda sistemáticamente de la ostensión. Por ejemplo, se cuenta
una historia en la que ciertos sabios de un lugar imaginario transportaban en sus morrales
todos los objetos de los que querían hablar.
«A veces, la ostensión comunica todo un discurso. Si muestro mis zapatos a alguien
con un gesto imperativo, puedo querer decir «Lústrelos». En ese caso, el objeto es al
mismo tiempo el significante o signo vehículo y el referente de un acto referencial. En
otros términos, es como si comunicara: zapatos + [ostensión ] + estos [index en
función referencial] + zapatos [referente] ».
Otra característica de la ostensión es que puede funcionar como sustantivo (expresión
convencional de una unidad cultural: un cigarrillo significa «cigarrillo») o funcionar como
descripción intensional de las propiedades del semema vehiculado (el cigarrillo es un tubo
de papel relleno con tabaco). Dicho de otra manera, la ostensión puede ser un caso de
sinécdoque: designar un objeto para expresar la clase de la que es miembro. O designar una
parte solamente de un objeto para expresarlo por completo, y es el caso de las muestras (o
una sinécdoque del tipo «pars pro toto »).
Ostensión de patrones o ejemplos: en cierta clase de filosofía, el profesor dice que
el conocimiento humano sólo avanza gracias a que existen buenas preguntas. Un
estudiante muy motivado le pregunta “¿y qué es una buena pregunta?”, a lo que el
profesor responde: “Bueno, esa es una buena pregunta”. En cierto teatro didáctico se
utilizan los ejemplos de comportamientos, deseables o indeseables, con el objetivo
de enseñar ciertos valores. Desde la antigüedad, se ha juzgado más instructivo el
procedimiento de mostrar un comportamiento malo (por ejemplo, hurtar la
cartuchera a un compañero) y su consecuente castigo, que la descripción taxativa
del valor: “La propiedad es inviolable, y por eso no debes hurtar nada a nadie”.
Ostensión de muestras y de muestras ficticias: En la vida cotidiana utilizamos las
muestras a fin de obtener productos cuya descripción verbal es muy laboriosa
problemática. Para conseguir un botón, por ejemplo, llevamos uno de muestra.
Reproducciones
En la ostensión las funciones semióticas establecidas por una expresión y un contenido se
vinculan esporádicamente. En la reproducción, la función semiótica es preexistente:
pertenece a un s-código y por tanto no requiere gran elaboración por parte del agente
semiótico. Existe una pluralidad de situaciones en que reproducimos signos. Es preciso
destacar que no todos los signos verbales están regidos por ratio facilis, como podría
parecer. Las palabras (denominados deícticos) como ahora, yo, aquí, ayer, dependen de la
situación en que se enuncian o del punto de vista del enunciador. Por eso están regidos por
ratio difficilis..
La reproducción incluyes unidades combinatorias, estilizaciones y vectores. Las unidades
combinatorias de un s-código se distinguen entre sí en virtud que cada una presenta una
estructura de rasgos pueden ser combinados con otros para formar forma una funtivo
reconocible. Estos rasgos pertenecen a elementos de dos articulaciones diferentes. Los
vectores no presentan una estructura de rasgos que se combinen con rasgos del mismo
sistema, pero sí pueden colaborar con rasgos de otro sistema para conformar una
expresión. Ejemplos de unidades combinatorias son los lenguajes, donde los morfemas se
combinan para producir palabras, y las palabras se combinan para producir oraciones,
etc.
Reproducción de vectores. Los vectores son como los deícticos: su contenido
motiva la expresión. La flecha de girar a la izquierda siempre está a la izquierda de
un punto de vista, pero no de todos. La salida de emergencia siempre está en el
mismo lugar, pero como los agentes semióticos cambian de posición, la indicación
que conduce a la salida no siempre marca el mismo lado. La palabra yo se refiere a
quien enuncia, pero, felizmente no siempre enuncia el mismo agente.
Reproducción de unidades combinatorias –Las unidades combinatorias más
significativas son los sonidos de la lengua, los ideogramas, los emblemas
(banderas, escarapelas), las notas de música, las señales de tránsito, los símbolos de
la lógica formal o matemática... En todos estos casos, la reproductibilidad de las
expresiones se efectúa según niveles diferentes de pertinencia y puede estar
sometida a una o a muchas articulaciones.
Reproducción de estilizaciones– La estilización es un tipo de expresión resultante
de prácticas y costumbres inveteradas. El propósito con que un agente semiótico
utiliza las estilizaciones puede ser sólo decorativo o comunicativo. La ambientación
escénica, la combinación de ciertas prendas, los disfraces, las máscaras, etc. Son un
ejemplos de estilizaciones
Reproducción de estimulos programados y pseudo-unidades combinatorias -
Eco presenta estos tipos de artificios como poco definidos por la semiología y que
constituyen una suerte de umbral ambiguo. A mitad del camino entre les
reproducciones y las invenciones, hay «un conjunto de elementos no semióticos
destinados a provocar un reacción en el espectador». Algunos ejemplos son les
sinestesias que aparecen en poesía, música, pintura, etc. , los signos expresivos
teorizados por los artistas (Kandinsky), los estímulos substitutivos, etc. Como
siempre, es la astucia del agente semiótico lo que confiere sentido a la utilización de
estos materiales semióticos. En los shopings, por ejemplo, se instalan mecanismos
de reproducción de música, a fin de tapar el murmullo incesante que produce el
gentío. Los clientes pueden verse mutuamente, pero como dirigen la vista hacia las
vitrinas de los locales, se ignoran y no cobran dimensión de la multitud que transita
por los pasillos. Esta falta de percepción visual se estimula gracias a una música de
fondo que enmascara a la muchedumbre y su infaltable gesto de presencia, que es el
murmullo. Acompaña este estímulo sonoro, apenas perceptible como tal, pero
intensamente eficaz, el estímulo olfativo, logrado mediante la difusión de fragancias
delicaas a través de los mecanismos de refrigeración o calefacción.
Proyecciones
Modo de Unidades gramaticalizadas preestablecidas, codificadas e hipercodificadas con diferentes Textos hipocodificados
articulación modalidades de pertinentización