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LA SEMIOLOGÍA

Introducción

Para comunicarnos empleamos señales o signos mediante los cuales expresamos


ideas y nos referimos a las cosas del mundo. Los signos son formas u objetos con los
que podemos referirnos a otro objeto o a una idea.

La semiología es la ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida


social. Puede decirse que la semiología se encarga de todos los estudios relacionados
al análisis de los signos, tanto lingüísticos (vinculados a la semántica y la escritura)
como semióticos (signos humanos y de la naturaleza).

Una de las primeras disciplinas que estudio los signos fue la lingüística. En la primera
década del siglo XX, en suiza, Ferdinand de Saussure (1857-1913) definió el signo
lingüístico, como la asociación más importante en la comunicación humana. Para
Saussure, el signo está formado por un significante (una imagen acústica) y un
significado (la idea principal que tenemos en mente respecto a cualquier palabra). Así
definió Ferdinand de Saussure a la semiología, la misma que aún no existía en su
época. Él la vislumbraba como la ciencia que iba a estudiar en qué consistían los
signos y cuáles eran las leyes que los gobernaban. Con esta definición abarca todos
los sistemas de signos: el alfabeto de los sordomudos, las señales de tráfico, los
códigos, el alfabeto Morse, etc. El lenguaje se exceptúa de esta definición, debido a
su carácter especial, y por ello, la semiología se puede definir como el estudio de los
sistemas de signos no lingüísticos.

Quien desarrolló una teoría de los signos a la que denominó Semiótica fue Peirce, un
filósofo y físico norteamericano contemporáneo de Saussure que, trabajando
independientemente de éste. Su formación e interés en disciplinas como la lógica, la
filosofía, las matemáticas y la psicología lo llevaron a desarrollar la lógica simbólica.
Su búsqueda era ambiciosa, se orientaba a hallar una universalidad de pensamiento a
partir de la cual fuera posible entender la totalidad del mundo.

Efectivamente, su obra se diferencia de la de Saussure porque no se ocupa tanto del


funcionamiento de la lengua sino de aspectos más generales: el modo en que el
hombre conoce la realidad. En efecto, la semiótica debía conformar el marco de
referencia de cualquier investigación puesto que permitía indagar la relación que el
hombre establece con el mundo.

La definición de signo de Peirce dice que "el signo es algo que está para alguien en
lugar de otra cosa, su objeto, en algunos de sus aspectos. Se crea en la mente de esa
persona un singo más desarrollado que es su interpretante". Lo que significa que un
signo es una representación mental a través de la cual alguien puede conocer los
objetos de la realidad. De acuerdo a esta concepción, el signo es pues, en tanto a que
es una relación, la entidad carece de importancia.

¿Qué es un signo?

Según Peirce, el signo es una representación mental a través de la cual alguien puede
conocer los objetos de la realidad, por ejemplo, una huella en la arena es un signo de
que en ese lugar estuvo una persona o animal; las palabras son signos que están en
lugar de cosas; una fotografía es un signo en lugar de una persona, un paisaje, etc. y
para poder comprenderla debemos conocer sus componentes:

 El objeto (parte de la realidad que se conoce a través del signo).


 El representante o signo, es decir el o los aspectos del objeto
 El interpretante u otro signo que se representa en la mente de la persona.

Peirce sostiene, además, que el conocimiento es inferencial, lo que significa que un


signo remite a otro signo y este a otro y así, sucesivamente... por ejemplo, si vemos la
calle húmeda, inferimos que ha llovido.

Para que algo sea un signo de otra cosa, esa cosa ya debe ser un signo. esto significa
que si puede leerse una "mancha de sangre" como signo de "herida", entonces
debemos conocer el signo "herida", que debió construirse previamente. No es posible
construir un signo para un objeto que no es signo previamente. Sin embargo, es
erróneo inferir pues que, como todo objeto del signo sea ya un signo entonces el
conocimiento siempre tenga como objeto otro conocimiento y la realidad anterior al
pensamiento sea inaccesible. En efecto, Peirce no niega la existencia del mundo, sino
que rechaza la posibilidad de conocerlo independientemente de los signos.

Cabe señalar que no se debe confundir los conceptos de semiótica y semiología con el
de la semántica. Mientras que los primeros se refieren al estudio de los sistemas de
signos no lingüísticos, el segundo se concentra en el estudio del significado de los
signos lingüísticos.

Teniendo ya esta definición, será más fácil comprender los tipos de signo, según la
relación que los signos tengan con el objeto: Indicios, íconos, símbolos

Charles Sanders Peirce afirmaba que el signo puede ser:

Indicios: Entre el signo y su significado hay una relación de continuidad, es decir, una
cosa es consecuencia de otra. Son aquellos signos que sin parecerse al objeto
significado, mantienen con él alguna relación de dependencia. Cualquier objeto que
nos permita entender su causa es un indicio: el humo es un indicio de que hay fuego,
la ropa que lleva una persona es un indicio de su manera de ser, la palidez de una
persona es indicio de enfermedad etc.

Las huellas son indicios de vida; lo mismo que el agua en la costa es indicio del mar;
Un rayo es indicio de tormenta; Las nubes son indicio de lluvia.

Son aquellos signos que sin parecerse al objeto significado, mantienen con él alguna
relación de dependencia. Casi siempre se trata de fenómenos naturales, involuntarios
e incontrolables. Por ejemplo el humo es indicio de que hay fuego, la palidez de una
persona es un indicio de enfermedad, etc.

Íconos: Entre el signo y su significado hay una relación de semejanza, de parecido.


Son signos intencionados que se caracterizan por una gran similitud con el objeto
representado. El carácter significativo del ícono permanece aunque el objeto haya
dejado de existir; la fotografía de una persona es un ejemplo de icono, un dibujo de
una paloma es un ícono de “paloma”. Entonces los dibujos, las pinturas, las
fotografías, son todos íconos. Cualquier imitación de la realidad es un ícono. También
puede haber íconos no intencionales, como la forma de las nubes, o la forma de las
hojas etc. Aunque, en ocasiones, el usuario debe tener ciertos conocimientos para
entender la semejanza entre el objeto y su representación; por ejemplo, en un mapa
hay que conocer una serie de datos arbitrarios (la escala, las curvas de nivel o los
significados de los colores) para interpretar la información.

Son signos intencionados que se caracterizan por una gran similitud entre el objeto
representado y la representación. Al igual que en los indicios, el carácter significativo
del icono permanece aunque el objeto representado haya dejado de existir. La
fotografía de una persona es un ejemplo de icono. Una representación gráfica de un
animal, un dibujo, etc. son otros ejemplos. En ocasiones, el usuario debe tener ciertos
conocimientos arbitrarios para entender la semejanza entre el objeto y su
representación; por ejemplo, en un mapa hay que conocer una serie de datos
arbitrarios (la escala, las curvas de nivel o los significados de los colores) para
interpretar la información. Ej: figuras del baño que indica mujer-hombre, el signo de
face, you tube.

Símbolos: Entre el signo y su significado no hay ninguna relación, ni de continuidad ni


de semejanza. Estos signos son intencionados que basan la relación con lo
representado en una convención totalmente arbitraria, en la que no hay ninguna
semejanza ni parecido. Entonces, el significado de un símbolo es totalmente arbitrario
o convencional: es decir que hemos llegado al acuerdo de referirnos a una idea
mediante el uso de esa señal. Por su carácter convencional, el símbolo sólo existe
mientras haya un intérprete capaz de asociarle un significado. Por ejemplo una paloma
blanca se ha convertido en el símbolo de la paz. Del mismo modo hemos convenido
las señales de tránsito y por ejemplo en ellas se ha estipulado que el triángulo en el
código de circulación sirve para referirse a la idea de precaución. La lengua está
formada por símbolos, ya que la asociación entre una palabra y su concepto es
simbólica y esto se puede demostrar diciendo que para el mismo concepto cada
lengua ha inventado un símbolo distinto; así tenemos, por ejemplo, paz, pau, peace,
pace, paix, fred, frieden, Etc. Para entender su significado el intérprete debe utilizar un
código aprendido. EJ: Símbolos meteorológicos; Alfabeto griego; Alfabeto Morse
Internacional; Albateo braile (para ciegos), señales de tránsito.

Son signos intencionados que basan la relación con lo representado en una


convención totalmente arbitraria, en la que no hay ninguna semejanza ni parecido. Por
su carácter convencional el símbolo sólo existe mientras haya un intérprete capaz de
asociarle un significado utilizando un código aprendido. La lengua está formada de
símbolos. La asociación entre una palabra y su concepto es simbólica y esto se puede
demostrar diciendo que para el mismo concepto cada lengua ha inventado un símbolo
distinto; así tenemos, por ejemplo, paz, pau, peace, pace, paix, fred, frieden, Etc.

Los emoticones son una especie de código o jerga en clave que circulan por internet.
El término surge de fundir la palabra emociones con la palabra íconos y llevan
varios años circulando por la red a través de los chats (conversación en inglés) o en
correos electrónicos (e-mail). Son grafismos gestuales que ayudan a expresar estados
de ánimo, emociones alegría, sorpresa, tristeza, seriedad, guiños de ojos etc)
añadiendo expresividad a la comunicación escrita. En algunos casos hay que inclinar
la cabeza para entenderlos.

Conclusiones

Resumiendo podemos decir que la semiología, en su forma más pura, estudia los
sistemas de signos no lingüísticos. Los seres humanos vivimos en un universo de
signos. Por esto, su estudio es indispensable para nuestra comunicación; para nuestra
necesidad de expresión y de interpretación de los múltiples y complejos mensajes del
mundo actual.
El signo es un concepto básico en los estudios del lenguaje y la comunicación; sin
embargo, su definición no es fácil, porque, por un lado, el concepto se puede estudiar
desde diferentes teorías y por otro, el termino no solo abarca entidades lingüísticas, si
no también signos no verbales. Por esto, es necesario establecer la diferencia entre
los términos que acabamos de desarrollar.
Lingüísticamente, se relaciona con De Saussure por ser su contemporáneo. Aunque
Pierce buscaba hallar la relación que establece el hombre con la realidad, su trabajo
era afín con el de De Saussure. ya que este último centró su estudio en el uso de la
lengua y su funcionamiento. Si equiparamos las dos líneas de trabajo, concluiremos
que estudiar la lengua, el lenguaje y su funcionamiento es una forma de aprehender la
realidad.
Por ejemplo, el dibujo de una paloma blanca es un signo con el que nos referimos a la
propia paloma; pero, además, también es el signo con el que nos referimos a la idea
de “paz”.

Funciones del lenguaje

Las funciones del lenguaje se refieren al uso de la lengua que hace un hablante.
En simples palabras, las funciones del lenguaje son los diferentes objetivos, propósitos
y servicio que se le da al lenguaje al comunicarse, dándose una función del lenguaje
por cada factor que tiene éste, en donde la función que prevalece es el factor en
donde más se pone énfasis al comunicarse.
Diversos lingüistas (Karl Bühler, Roman Jakobson, Michael Halliday, entre otros.) han
propuesto distintas clasificaciones de las funciones del lenguaje.

Karl Bühler propuso que existían únicamente tres funciones:


• La Representativa, por la cual se trasmiten informaciones objetivamente.
• La Expresiva o emotiva, que expresa sentimientos del emisor.
• La Conativa o apelativa, mediante la que se influye en el receptor del mensaje
mediante órdenes, mandatos o sugerencias.
Nota: La Conativa no puede ser usada en textos donde el lector busca entender el uso
que puede dar a una herramienta. Ya que lo limita a seguir un camino ya recorrido en
lugar de permitirle encontrar nuevos resultados. Específicamente manuales técnicos o
instrucciones de uso.

Roman Jakobson

Este modelo le parecía muy incompleto a Jakobson, quien caracterizó mejor las
funciones de Bühler y añadió otras tres sobre los ejes de los factores de la
comunicación.
Jakobson afirma que el lenguaje es acción, es una actividad comunicativa y se
propone especificar qué tipos de acciones realizamos cuando hablamos y escribimos.
Román Jakobson analiza seis componentes en el proceso de comunicación, a cada
uno de los cuales corresponderá una función: emisor (función expresiva), receptor
(conativa), referente (referencial), código (metalingüística), mensaje (poética) y canal
(fática).
A partir de su modelo, Jakobson elabora el circuito de la comunicación verbal que,
desde su perspectiva, consta de seis factores. Un “destinador” que emite un “mensaje”
que recibe un “destinatario”. El mensaje debe referirse a algo, es decir, para que un
mensaje se comprenda se requiere de un “contexto”: aquello de lo cual se habla. Este
término no debe confundirse con la acepción de entorno físico o circunstancia que
rodea a la situación comunicativa. Otro factor del circuito es el “código” que, por su
parte, asegura la comunicación en cuanto es común tanto para destinador como para
destinatario, es una lengua compartida para que ambos puedan comprenderse. Por
último, el factor “contacto” que es el canal o medio físico por el cual transita el mensaje
pero es, además, una conexión psíquica que se produce entre el destinador y el
destinatario.
A partir de su modelo del circuito de comunicación verbal, Jakobson advierte que las
funciones que cumple el lenguaje en la comunicación permite constatar que:
- cada factor determina una función;
- ninguna función se expresa en estado “puro”;
- existe un orden jerárquico o de dominancia entre las diversas funciones que
intervienen en una comunicación.

Cuando la comunicación se encuentra orientada hacia el destinador o emisor se


produce la función emotiva del lenguaje, siendo marcas de ella: la primera persona
(yo, nosotros, mi, nuestro) las interjecciones y la abundancia de adjetivos. Esta función
también es conocida como expresiva.
Cuando la comunicación está orientada hacia el contexto se despliega la función
referencial. Son marcas de ella la tercera persona y la preeminencia de sustantivos
(ella, el, ellas, ellos). Esta función también se denomina informativa.
Cuando la comunicación se orienta hacia el destinatario se produce una función
conativa. Son marcas de ella la segunda persona y la marcada importancia de los
verbos (vos, usted, ustedes). Esta función también es conocida como apelativa.
Cuando la comunicación está orientada hacia el canal o contacto se produce la función
fática, que tiene como objeto comprobar si el canal funciona correctamente.
Cuando la comunicación se orienta hacia el código se produce la función
metalingüística, es decir, se habla del código mismo.
Cuando la comunicación se encuentra orientada hacia el mensaje se produce la
función poética, es decir, el mensaje mismo es puesto de relieve.

En el uso de la lengua estas funciones no se excluyen mutuamente, sino que pueden


actuar simultáneamente; no obstante, en determinados enunciados y textos puede
haber predominio de algunas de ellas.
Las funciones del lenguaje propuestas por Roman Jakobson:

1-Función Emotiva: Aparece cuando el mensaje se centra en el emisor, en la persona


que habla. Apunta a una expresión directa de la actitud del hablante ante aquello de lo
que está hablando. Se caracteriza por el uso de la primera persona, por la presencia
de adjetivos calificativos, sustantivo y verbos subjetivos, uso de las interjecciones.
Por ejemplo “…es lamentable que en vísperas del nuevo milenio continúen las crueles
guerras…”. La marca de subjetividad se expresa a través del adjetivo: lamentable.

2-Función apelativa: Se evidencia cuando el mensaje se centra en el receptor, intenta


atraer su atención, obtener un cambio de conducta o su adhesión. La reconocemos
por el uso de la segunda persona y los verbos que indican ruego, mandato, orden.
Hablamos de predominio de función apelativa en los mensajes publicitarios, en los que
se persigue captar la atención del receptor.
Por ejemplo: “si querés saber todo lo que pasa en el mundo, mirá CNN en español, la
mejor información”. La marca de apelación se manifiesta por la segunda persona:
querés, mirá.

3-Función referencial: Aparece cuando la situación comunicativa se centra en el


contexto o referente. Su finalidad es transmitir una información de manera objetiva. Se
caracteriza por el uso de la tercera persona, que es la que contribuye a mantener
cierta distancia entre el que habla y lo que dice. Como ejemplo podemos citar la parte
informativa de un diario, aquella en la que sólo se transmite una información sin
valorarla, ni enjuiciarla.
Por ejemplo: “La OTAN lanza nuevos misiles contra Yugoslavia”.

4-Función Poética: Aparece cuando el emisor se concentra, más que en la


descripción del referente, sino en su construcción lingüística, en el mensaje mismo.
Aquí no sólo importa lo que se dice, sino cómo se dice. Se evidencia una particular
presentación de ese mensaje, a través del uso de metáforas, comparaciones,
repeticiones, personificaciones y las demás figuras estilísticas.
Por ejemplo: “una lluvia de misiles lanzó ayer la OTAN sobre las distintas regiones de
Yugoslavia”.

5-Función Fática: Se evidencia cuando el mensaje se centra en el canal, es decir la


comunicación se establece para cerciorarse de que el canal funciona.
Por ejemplo en una conversación telefónica, cuando se escuchan ruidos o
interferencias y necesitamos preguntar al interlocutor: “¿me oís?”

6-Función Metalingüística: Aparece cuando el mensaje se orienta hacia el código. Es


decir cuando con el código hablamos acerca de él mismo. Por ejemplo cuando en una
situación comunicativa y utilizando el código lingüístico, hacemos referencia al
lenguaje mismo. Esta función predomina en los diccionarios y textos de gramática, en
clases de lengua materna o extranjera, etc.
Cabe destacar que aunque distingamos seis aspectos básicos del lenguaje, nos sería
difícil hallar mensajes verbales que satisficieran una única función. La diversidad no
está en un monopolio por parte de alguna d estas varias funciones, sino en un orden
jerárquico de funciones diferente. Es por esto que hablamos de “predominio” de una
función sobre las otras, y la estructura verbal de un mensaje dependerá de la función
predominante.

BARRERAS EN LA COMUNICACIÓN

En el proceso de la comunicación, puede suceder que se registren interrupciones o


que inclusive sea anulado, en cuyo caso se dice que hubo interferencias que reciben
el nombre de barreras de la comunicación.
Las barreras pueden ser de distinta naturaleza, razón por la cual se las ha clasificado
en físicas, fisiológicas, psicológicas, semánticas, administrativas, etc.

- Las barreras físicas se producen cuando falla alguno de los medios físicos que se
han utilizado para transmitir o recibir el mensaje; por ejemplo, el exceso o falta de
iluminación, los sonidos o ruidos con un alto volumen, el calor o frío en exceso, todos
los cuales impiden que llegue con claridad el mensaje.

- Las barreras fisiológicas se atribuyen a deficiencias orgánicas de la persona


emisora o receptora; por ejemplo, una alteración de los órganos de los sentidos,
deficiencia en la escritura -en el caso del emisor- o de la lectura o del oído -en el
receptor-.

-Las barreras psicológicas constituyen el resultado de la diferencia de


personalidades entre el emisor y el receptor, puesto que cada persona emite e
interpreta los mensajes con base en sus valores, prejuicios, normas, hábitos,
costumbres.
Existen diversos factores mentales que obstaculizan la comunicación, entre los que
destacan:

1. El hecho de adoptar una posición sarcástica, crítica o déspota.


2. No tener dominio de las pasiones.
3. Hacer caso omiso del punto de vista de los demás.
4. Valorar a los demás sólo por sus conocimientos y uso del lenguaje.
5. Aceptar la influencia sobre ciertos hechos, palabras, personajes, jerarquías, etc.
6. Sospechar de los demás en forma sistemática y tenerles una constante aversión.
7. Interpretar los mensajes basándose sólo en su contexto y en la "moral social".
8. Inclinarse por no registrar lo desagradable.
9. Ser tímido
10. Experimentar emociones o preocupaciones ajenas a la comunicación.
11. Sobrevalorarse a sí mismo.

Por otra parte, es importante subrayar que las barreras que se forman por los
prejuicios (adopción de actitudes o juicios a priori) deforman el juicio racional, al emitir
una opinión anticipada. Las barreras en cuestión son muy comunes y difíciles de
evitar, en virtud de que éstas segregan a los grupos sociales, naciones, razas y
religiones, al convertirlos en antagónicos y enemigos entre sí.
- Las barreras semánticas se hacen patentes cuando los signos que se usan para la
comunicación tienen distinto significado para el emisor y para el receptor, pues cada
quien interpreta las palabras de manera diferente y con base en sus vivencias y acervo
cultural, lo cual trae como consecuencia la incomprensión del mensaje del emisor; de
ahí que al entablar una comunicación sea indispensable definir los conceptos para
coincidir en el significado y evitar así malentendidos.

- Las barreras administrativas surgen debido a una mala estructura administrativa en


las organizaciones, una mala planeación o deficiencia en los canales operacionales y
de mando. Éstas repercuten en un mal funcionamiento de la comunicación, ya que no
cumplir los requerimientos establecidos por las organizaciones obstaculiza el proceso
administrativo.

- Las barreras filosóficas se ponen de manifiesto cuando existen diferentes formas


de pensar entre una persona y otra, un grupo social y otro, un pueblo y otro, un país y
otro. Estas barreras se deben a las diferentes formas de interpretar tanto al mundo
como a la vida, pues a través del tiempo y el espacio los hombres de todo el mundo se
han explicado de diferentes maneras su relación con su ser, con otros seres y con el
ambiente en torno a ellos.
Precisamente esas diferentes maneras de pensar han llevado a la humanidad a luchar
entre sí, a distanciarse, a matarse y aniquilarse. De ahí que la diferencia de interpretar
la vida interfiera en gran medida en el proceso de la comunicación, puesto que cada
filosofía está segura de poseer la verdad absoluta, propiciando con ello la
incomunicación e incomprensión entre los seguidores de las diversas filosofías.
Para concluir, cabe señalar que todo proceso comunicativo distorsiona la información,
al producir ruido o establecer barreras, motivo por el cual es necesario crear
conciencia y evitar este tipo de problemas para incrementar la fidelidad de los
mensajes en la comunicación.

- Barreras de Volumen: Cuando en una institución circula excesiva o insuficiente


información.

- Barreras de Calidad: Se caracteriza por un mensaje cuya característica principal es


la imprecisión en los datos. Pueden darse varias situaciones: que la información
suministrada no satisfaga las expectativas; que los datos no son accesibles; o que
resulte inadecuada la difusión de datos.

- Barreras de Transmisión: Esta barrera aparece cuando la difusión de los


contenidos es muy rápida o muy lenta, en las ocasiones en que falta de comunicación
entre los interlocutores, es decir, se carece de retroalimentación, con predominio de
transmisión unilateral.

- Barreras de redacción: En este módulo, partimos del supuesto que una buena
expresión –oral y escrita- es un requisito fundamental para el logro de una adecuada
interacción comunicativa. Desde un error de ortografía, una frase ambigua e imprecisa,
hasta el armado incorrecto del texto, son factores que entorpecen la captación del
mensaje por parte del receptor.
Quedan exceptuadas aquellas situaciones en las que intencionalmente se apunta
confundir: En ese caso los errores en los escritos apuntan a un fin. Se trata de un uso
“estratégico del lenguaje” rara vez hallado en los escritos o interacciones que
realizamos a diario.

Cuando hablamos, hay modos nuestros de expresarnos que facilitan la conversación y


contribuyen a crear un clima de distensión y confianza. Y hay otros que, por el
contrario, merman en gran manera nuestra capacidad de entendernos: son
afirmaciones, preguntas, comentarios o rasgos de nuestro carácter que entorpecen el
diálogo, y si prestamos atención descubriremos que son auténticas barreras; y cada
uno tiene las suyas.
Son barreras que son mucho más fáciles de advertir en los demás que en uno mismo.
Aunque si uno tiene un mínimo de capacidad de observación, le resulta bastante
sencillo detectar las causas por las que otra persona es de difícil relación.

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