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Venezuela:

Fiscalía de la corte penal internacional


abre oficina en venezuela
Fiscalía de la corte penal internacional abre oficina en venezuela

CARACAS, 9 jun (Reuters) - La Fiscalía de la Corte Penal Internacional abrió


una oficina en Venezuela, país sobre el que pesa una investigación acerca de
posibles crímenes de lesa humanidad, dijo el viernes el fiscal de la CPI, Karim
Khan, tras reunirse con el presidente Nicolás Maduro.

El "acuerdo que hemos firmado hoy es la realización de nuestros esfuerzos (...)


ya tenemos la ubicación de la oficina, esta mañana vimos la oficina y ahora
vamos a poder venir más a menudo a Venezuela y trabajar de manera más
cercana, de manera que podamos ayudar a Venezuela con la asistencia técnica",
dijo el fiscal al hablar en inglés con traducción oficial al español.

Khan agregó que pueden ayudar a Venezuela en la implementación de reformas


judiciales, aunque no dio detalles. "Tenemos un acuerdo y una cooperación
significativa para garantizar que haya más justicia (...) nosotros descubrimos
áreas de deficiencia, de debilidad, ahí hay que trabajar juntos", dijo.

"Estoy seguro que esta oficina viene a sumar prácticas positivas (...)
Seguramente tendrá un impacto muy favorable", dijo Maduro sentado al lado de
Khan en el acto de la firma del acuerdo en un acto en el palacio de gobierno y
transmitido por la televisora estatal.

Ninguno de los dos funcionarios dio detalles sobre las operaciones y la cantidad
de personal que tendrá la oficina.

Khan había anunciado en su anterior visita a Caracas, en marzo del 2022, la


apertura de una oficina en Caracas para cooperación y capacitación y así
cumplir con las responsabilidades de conformidad con el Estatuto de Roma.

La Fiscalía de la CPI dijo noviembre del 2021 que abría una investigación para
establecer la verdad sobre si se han cometido crímenes de lesa humanidad, al
menos desde el 2017, por parte de autoridades del gobierno de Maduro.

En aquel momento, Maduro expresó que respetaba la decisión del fiscal, pero no
la compartía.

Una misión independiente de investigación de derechos humanos de las


Naciones Unidas ha señalado en informes que el gobierno venezolano ha
cometido violaciones sistemáticas equivalentes a crímenes de lesa humanidad y
que ha usado el sistema judicial para sofocar a la disidencia.

El gobierno ha calificado de "fraude" y "piratería" tales reportes de la misión


independiente. (Reporte de Vivian Sequera; Editado por Aida Peláez-
Fernández)
El Parlamento de Venezuela establece
un grupo de amistad legislativa con
Argelia
Caracas, 9 jun. La Asamblea Nacional (AN/Parlamento) de Venezuela estableció
este viernes un grupo de amistad con el Legislativo de Argelia, con el que buscan
"acompañar" los acuerdos establecidos entre ambas naciones y "estrechar" los
lazos de integración.

La segunda vicepresidenta de la AN, América Pérez, dijo, citada en una nota de


prensa del Legislativo, que este grupo de amistad es "un espacio que propicia el
acercamiento de los pueblos de Venezuela y Argelia, en el marco del respeto y la
cooperación, impulsando así la política del derecho internacional y legislativo".

La instancia estará presidida por el parlamentario chavista Manuel Alfredo


Hernández, quien aseguró que este grupo traerá "grandes frutos" para el avance
de las relaciones entre ambos países.

Por su parte, el embajador de Argelia en Caracas, Abdelkader Hadjazi, expresó


que este acuerdo parlamentario permite la construcción de "puentes de
comunicación y cooperación".

Este jueves, durante el desarrollo de una comisión mixta bilateral, instalada en


Caracas, los Gobiernos de Venezuela y Argelia firmaron una docena de acuerdos
de cooperación en distintas áreas, entre ellas transporte aéreo y energía.

El ministro de Agricultura del país caribeño, Wilmar Castro Soteldo, señaló


entonces que los "12 instrumentos de cooperación" fueron "firmados en la sede
de la Cancillería", tras "dos días de intenso trabajo" en mesas técnicas de
negociación.

Argel y Caracas mantienen relaciones diplomáticas desde 1971 y, según la


Cancillería venezolana, han suscrito más de una veintena de "instrumentos
jurídicos bilaterales, entre acuerdos, memorándum de entendimiento y
programas de cooperación, en las áreas política, cultural, energética, comercial,
científica, comunicacional, jurídica, transporte, educativa y electoral, entre
otras".
Buscan facilitar la investigación de
crímenes de lesa humanidad en
Venezuela
El fiscal de la Corte PenaI Internacional acordó con el presidente Maduro la
apertura expedita de una oficina.

CARACAS (AP) — Los acercamientos entre el gobierno de Venezuela y la


Fiscalía de la Corte Penal Internacional se fraguaron el viernes en un acuerdo
para abrir una oficina en el país que facilite la investigación por presuntos
crímenes de lesa humanidad que pesa sobre la administración de Nicolás
Maduro por la actuación de la fuerza pública en las protestas de 2017.

En su tercera visita al país sudamericano, el fiscal de La Haya, Karim Khan,


firmó un memorando de entendimiento con el mandatario venezolano en donde
también se contempla ofrecer asistencia técnica y asesoría en las reformas
judiciales que las autoridades del país tienen en agenda "para garantizar que
haya más justicia, más responsabilidad y una paz sostenible", agregó el
funcionario.

Expresó su satisfacción de que entre la Fiscalía, bajo su dirección, y Venezuela


exista hoy un acuerdo y una cooperación significativa, pese a los desacuerdos
previos.

El documento suscrito en el palacio de gobierno se recibe como la


materialización de todos los esfuerzos desarrollados en los últimos dos años,
caracterizados por la fricción y acusaciones ante la reapertura de la pesquisa
indagatoria sobre las manifestaciones antigubernamentales que dejaron 120
muertos hace seis años. Se indagan presuntas torturas y ejecuciones
extrajudiciales por la policía y la Guardia Nacional.

Maduro señaló en su momento a la Fiscalía de tener una visión


prejuiciosa cuando la Fiscalía de la Corte Penal Internacional decidió en
noviembre, por petición de Khan, reabrir la investigación; aseguró que detrás
está la estrategia de Washington con miras a desacreditar su gobierno.

El fiscal argumentó que se había constatado que había indicios de la comisión


de delitos y de que el país no ha demostrado que haya hecho justicia o reparado
a las víctimas.

El gobierno venezolano pidió diferir el proceso y presentó en febrero un


documento argumentando sus avances en reformas judiciales -que fue
desestimado en abril por La Haya- con miras a que se desechase la iniciativa
fiscal de reabrir un caso que llegó a la CPI inicialmente con denuncias de varios
estados miembros como Argentina, Canadá, Colombia, Chile, Paraguay y Perú.

La CPI es la primera corte penal permanente de ámbito internacional y su meta


es investigar y enjuiciar a individuos acusados de genocidio, crímenes de guerra
y crímenes contra la humanidad. Es una instancia de último recurso, cuando las
naciones no pueden o no quieren hacerlo.

Khan, que lleva en el cargo desde junio de 2021, indicó el viernes que visitó las
instalaciones donde laborarán los funcionarios de la Corte de La Haya. Ese
recinto permitirá a la organización trabajar de manera más cercana con las
autoridades del país, de modo que Venezuela pueda “hacer más para cumplir
sus obligaciones” en el marco del Estatuto de Roma.

El memorando, el segundo suscrito entre ambas partes desde el 2021,


complementa uno previo que contempla el visado libre de todo estorbo para
facilitar el ingreso de funcionarios de la Fiscalía de la CPI a Venezuela.

Maduro, en tanto, saludó la presencia de la Fiscalía en territorio venezolano y se


mostró optimista que esta tendrá un impacto favorable en “el fortalecimiento de
los procesos de reforma y cambio necesarios del sistema nacional de justicia de
Venezuela”.

El gobernante venezolano aseveró que el país está de “puertas abiertas” para


que la verdad se imponga “por encima de tergiversaciones, por encima de
manipulaciones, por encima de mentiras” que se estarían propagando contra

Venezuela en el mundo.
VENEZUELA




1. Inicio
2. En qué estamos
3. Países A-Z
Información extraída de nuestro INFORME 2022/23

La falta de acceso a derechos económicos y sociales continuaba siendo motivo


de honda preocupación, pues la mayoría de la población sufría inseguridad
alimentaria grave y no tenía acceso a atención médica adecuada. Los cuerpos
de seguridad respondieron con fuerza excesiva y otras medidas represivas a
protestas para reclamar derechos económicos y sociales, incluido el derecho al
agua, en las que participaron diversos sectores de la población. Persistía la
impunidad por las ejecuciones extrajudiciales continuas que cometían las
fuerzas de seguridad. Los servicios de inteligencia y otras fuerzas de
seguridad, con la aquiescencia del sistema judicial, continuaron deteniendo de
forma arbitraria, torturando e infligiendo otros tipos de malos tratos a las
personas consideradas opositoras al gobierno de Nicolás Maduro. Un informe
de la Misión de la ONU de Determinación de los Hechos sobre Venezuela
reveló patrones de crímenes de lesa humanidad y pidió que se investigara a
varios cargos gubernamentales identificados. Las condiciones penitenciarias
seguían siendo un importante motivo de preocupación, especialmente en
relación con el hacinamiento y el uso de centros de detención ilegales, así
como con el acceso a derechos fundamentales tales como el agua y la
alimentación. Pese a la aprobación de reformas jurídicas relativas a la
administración de justicia, las víctimas seguían teniendo dificultades para
acceder al derecho a verdad y reparación. Entre 240 y 310 personas
permanecían detenidas arbitrariamente por motivos políticos. El Estado
dirigió sus políticas represivas contra periodistas, medios de comunicación
independientes y defensores y defensoras de los derechos humanos. La
minería ilegal y la violencia amenazaban los derechos de los pueblos
indígenas en el Arco Minero del Orinoco. El aborto seguía penalizado en casi
todas las circunstancias. Persistía la violencia contra las mujeres, pese al
marco jurídico existente. No se avanzó en garantizar los derechos de las
personas LGBTI. Al terminar el año, más de 7,1 millones de personas
venezolanas habían huido del país.

Información general

La reforma judicial implementada en 2021 y 2022 no se tradujo en mejoras en


la administración de justicia.

La hiperinflación y la alarmante falta de poder adquisitivo para comprar los


productos básicos provocaron que la mayoría de la población, especialmente
la que vivía fuera de la capital, Caracas, sufriera una profunda crisis
humanitaria.

En un intento de controlar el sector privado, las autoridades continuaron


imponiendo inspecciones arbitrarias y sanciones administrativas a las
empresas y los comercios.

Las negociaciones entre el gobierno y la oposición en relación con las


siguientes elecciones continuaron durante el año, pero no se alcanzó un
acuerdo.

Venezuela reanudó las relaciones diplomáticas con Colombia, y los dos países
anunciaron una apertura progresiva de la frontera que compartían.

El mandato de la Misión de la ONU de Determinación de los Hechos fue


renovado por un periodo de dos años, y la Fiscalía de la Corte Penal
Internacional (CPI) solicitó permiso a la Corte para reanudar la investigación
sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela.

Represión de la disidencia
La política de represión continuó. Quienes pertenecían o parecían pertenecer a
la oposición política sufrían ataques continuamente y corrían peligro de ser
objeto de detención arbitraria, tortura y otras violaciones de derechos
humanos. Había varios miles de personas sometidas a medidas restrictivas de
la libertad debido a procedimientos judiciales de motivación política pasados
o en curso.

Libertad de expresión y de reunión


El número de manifestaciones multitudinarias para exigir derechos civiles y
políticos disminuyó con respecto a años anteriores. Las autoridades
reaccionaron con tácticas represivas más selectivas, pero aun así sistemáticas,
como utilizar el sistema judicial para acallar la disidencia y criminalizar a los
defensores y defensoras de los derechos humanos.

Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, en 2022 se


celebraron 7.032 protestas, y en un 77% de las cuales se reclamaron derechos
económicos y sociales. Las autoridades respondieron a muchas de estas
manifestaciones empleando fuerza excesiva y detenciones arbitrarias. Un
ejemplo de ello fue la detención arbitraria en junio de seis activistas que
participaban en una vigilia celebrada en Caracas en memoria de Neomar
Lander, adolescente asesinado en 2017 durante una protesta.

Hasta agosto, la organización local Espacio Público había documentado 228


ataques a la libertad de expresión en forma de censura, agresiones verbales y
actos de intimidación contra periodistas. La Comisión Nacional de
Telecomunicaciones —con la participación activa de agentes de policía y
militares— había cerrado 78 emisoras de radio hasta diciembre.

La empresa de telecomunicaciones Telefónica admitió haber recibido y


cumplido peticiones del gobierno de bloquear el acceso a varios sitios web e
intervenir líneas telefónicas sin orden judicial.

Espacio Público señaló que José Urbina, director de la emisora de radio


comunitaria Frontera 92.5 FM, había sido asesinado —al parecer por grupos
armados— en el estado Apure, fronterizo con Colombia. El comunicador
denunció haber recibido amenazas por poner de relieve presuntas violaciones
de derechos humanos cometidas por la Guardia Nacional Bolivariana en esa
zona.

Ejecuciones extrajudiciales
En septiembre, la Misión de Determinación de los Hechos hizo público un
informe en el que expresaba preocupación por las persistentes ejecuciones
extrajudiciales —coincidentes con patrones previamente documentados—
llevadas a cabo en el contexto de operaciones de seguridad en barrios urbanos
de ingresos bajos.

Según la organización de derechos humanos Comité de Familiares de


Víctimas del Caracazo (COFAVIC), hasta septiembre, las fuerzas de
seguridad habían efectuado 488 presuntas ejecuciones extrajudiciales en
diversas partes del país. Las personas responsables de esos actos quedaron
impunes.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos informó en junio de que las autoridades habían disuelto las Fuerzas
de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana, que
habían participado en varios cientos de presuntas ejecuciones extrajudiciales.
Sin embargo, el gobierno no realizó ninguna declaración pública sobre esta
cuestión y las organizaciones de la sociedad civil continuaron denunciado que
las FAES permanecían activas.

Desapariciones forzadas, detención arbitraria y


tortura
La práctica de las detención arbitraria seguía siendo generalizada, y con
frecuencia se infligía tortura u otros malos tratos bajo custodia. Las
autoridades también llevaban a cabo desapariciones forzadas de corta
duración como parte de ese patrón de violaciones de derechos humanos.

Varias ONG locales denunciaron que, hasta noviembre, entre 240 y 310
personas estaban detenidas de forma arbitraria por motivos políticos.

A principios de julio, en el transcurso de 72 horas, Néstor Astudillo, Reynaldo


Cortés, Alcides Bracho, Alonso Meléndez y Emilio Negrín —activistas del
partido de oposición Bandera Roja, vinculado con el movimiento sindicalista
— y Gabriel Blanco —activista de base— fueron detenidos de forma
arbitraria y sometidos a violaciones graves de su derecho al debido proceso.
No se habían dictado órdenes judiciales de detención contra ellos, un hecho
que coincidía con las violaciones de derechos humanos de ese tipo
documentadas por la Misión de Determinación de los Hechos.

Ese mismo mes, unos agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia


Nacional (SEBIN) detuvieron de forma arbitraria a Ángel Castillo, militante
del Partido Comunista Venezolano —no alineado con las políticas
gubernamentales—, mientras participaba en una protesta de apoyo a los
derechos laborales; el activista quedó en libertad ese mismo día.

La ONG de derechos humanos Foro Penal señaló que, hasta julio, las
autoridades habían llevado a cabo 23 detenciones arbitrarias.

En agosto, Emirlendris Benítez, que permanecía detenida de forma arbitraria


por motivos políticos desde 2018 y padecía varios problemas de salud, fue
condenada a 30 años de prisión. Su sentencia no se hizo pública, lo que
impidió a su abogada apelar. El Grupo de Trabajo de la ONU sobre la
Detención Arbitraria había pedido su excarcelación inmediata.

En septiembre, la Misión de Determinación de los Hechos informó de que las


estructuras de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y
el SEBIN se mantenían, y que los patrones de violaciones de derechos
humanos dentro de esos organismos que ya habían sido documentados —
como la tortura y otros malos tratos— persistían. La Misión también identificó
a un grupo de personas de esos organismos de inteligencia que habían llevado
a cabo detenciones arbitrarias y actos de tortura y otros malos tratos, así como
a una cadena de mando que las vinculaba directamente con Nicolás Maduro, y
pidió que se las investigara por crímenes de lesa humanidad.

Condiciones de reclusión inhumanas


Continuaban deteriorándose las condiciones de reclusión en los centros de
detención, en los que se sufría hacinamiento y no se proporcionaba
alimentación ni agua en cantidad suficiente, de manera que las personas
detenidas dependían de sus familiares para conseguir artículos de primera
necesidad.

La práctica de la detención prolongada en las comisarías de policía y otros


centros de detención ilegal también seguía suscitando preocupación.

Las condiciones de reclusión de las mujeres eran motivo de especial


preocupación por la falta de instalaciones y entornos con perspectiva de
género.

Impunidad
Las violaciones de derechos humanos quedaban impunes. Los informes de la
Misión de Determinación de los Hechos destacaron la manipulación del
sistema judicial para proteger de la justicia a los agentes de policía y de las
fuerzas armadas responsables de esas violaciones.

Venezuela pidió que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional aplazara la


investigación aduciendo que las autoridades del país ya estaban indagando a
nivel nacional sobre las violaciones de derechos humanos y los crímenes de
derecho internacional. Sin embargo, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional
solicitó reanudar su investigación alegando que Venezuela no había aportado
información adicional sobre la medida en que los procedimientos internos del
país cumplían las normas del Estatuto de Roma de la CPI y cuestionando la
autenticidad de los procedimientos que Venezuela le había notificado. La
decisión de la Sala de Cuestiones Preliminares de la CPI sobre la posible
continuación de la investigación seguía pendiente al finalizar el año, si bien la
Sala había invitado a las víctimas a presentar sus observaciones —no más
tarde de marzo de 2023— en relación con las investigaciones que Venezuela
alegaba haber llevado a cabo.
Juicios injustos
La Misión de Determinación de los Hechos reiteró su preocupación por el uso
del sistema judicial para facilitar la comisión de violaciones de derechos
humanos, como la detención arbitraria, y de crímenes de derecho
internacional, como la persecución.

La Fiscalía formuló acusaciones informales contra varias personas a través de


las redes sociales, lo que puso en peligro los derechos de éstas a un juicio
justo y a la presunción de inocencia, entre otros. Entre las personas acusadas
había niños, niñas y adolescentes.

Derecho a verdad, justicia y reparación


Al terminar el año, las relatorías especiales y los órganos creados en virtud de
tratados de la ONU seguían esperando las invitaciones oficiales para visitar el
país.

La Misión de Determinación de los Hechos vio prorrogado su mandato,


aunque al final del año las autoridades venezolanas no le habían autorizado el
acceso al país.

Pese a la reforma judicial anunciada en 2021, continuaban los principales


problemas en torno al acceso a la justicia, incluidos la falta de independencia
judicial, el uso político de los procedimientos judiciales contra las personas a
las que se consideraba opositoras al gobierno, y los obstáculos que
dificultaban el acceso de las víctimas a la justicia como, por ejemplo,
denegarles el acceso a los expedientes de caso, negarles arbitrariamente el
derecho a designar a su propia representación legal, e incurrir en retrasos
injustificados.

Derechos de los pueblos indígenas


La minería ilegal que se practicaba en la zona del Arco Minero del Orinoco
afectaba seriamente a los derechos humanos en el estado Bolívar, sobre todo
al derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación y a un
medioambiente saludable. En su informe, publicado en septiembre, la Misión
de Determinación de los Hechos documentó los graves abusos y violaciones
de derechos humanos que se cometían en el Arco y señaló la connivencia de
algunas autoridades estatales con los grupos delictivos que actuaban en las
zonas mineras —y en ocasiones las controlaban— y la falta de investigación y
castigo de las personas responsables de esos actos.
En marzo, un incidente que tuvo lugar en la localidad de Parima B (frontera
sur del estado Amazonas), en el que participaron miembros de las fuerzas
armadas y personas indígenas yanomamis, causó la muerte a cuatro personas
indígenas y lesiones a dos miembros de las fuerzas armadas y, al menos, a
otras dos personas indígenas que, presuntamente, habían sido testigos de los
homicidios y trasladadas a un lugar desconocido. Aunque los testigos
finalmente aparecieron y recibieron tratamiento médico, preocupaba el hecho
de que las autoridades los hubieran trasladado a Caracas sin asistencia jurídica
y de que no se hubiesen tomado medidas para evitar la revictimización y
garantizarles un trato acorde con su cultura.1
En junio, el líder indígena y defensor del territorio, la tierra y el
medioambiente Virgilio Trujillo fue asesinado a tiros en la ciudad de Puerto
Ayacucho, capital del estado Amazonas. No se tuvo conocimiento de que se
hubiera realizado ningún avance durante el año en la investigación de su
muerte.

Defensores y defensoras de los derechos


humanos
La represión de organizaciones de la sociedad civil aumentó y se intensificó.
Según el Centro para los Defensores y la Justicia, se cometieron 396 ataques
contra personas defensoras de los derechos humanos, incluidos actos de
intimidación y estigmatización y amenazas.

Javier Tarazona, preso de conciencia y defensor de los derechos humanos


perteneciente a la organización Fundaredes, permanecía detenido de forma
arbitraria y se enfrentaba a cargos relacionados con el terrorismo.

A los defensores de los derechos humanos Marino Alvarado y Alfredo Infante


se les notificó una demanda por difamación que el gobernador del estado
Carabobo, Rafael Lacava, había presentado contra ellos como respuesta a un
informe publicado en marzo por las ONG PROVEA y Centro Gumilla (de las
que los hombres eran miembros respectivamente), que revelaba posibles
ejecuciones extrajudiciales en ese estado y pedía una rendición total de
cuentas.2

Derechos de las personas refugiadas y migrantes


Al terminar el año, más de 7,1 millones de personas habían abandonado el
país. Las mujeres refugiadas venezolanas encontraban mayores dificultades
para acceder a la protección internacional en los países de acogida, como
Colombia, Ecuador, Perú y Trinidad y Tobago.3 Esa falta de protección las
exponía a un elevado riesgo de sufrir múltiples formas de violencia de género,
incluidas la violencia sexual y la trata de personas con fines de explotación
sexual y laboral.

Derechos económicos, sociales y culturales


La falta de acceso a alimentos, agua y atención médica continuó siendo
motivo de honda preocupación.

Derecho a la salud

El acceso de las personas con enfermedades crónicas a tratamiento médico y


servicios de salud seguía siendo un problema fundamental. Acción Solidaria,
organización local que proporcionaba ayuda humanitaria, denunció que el
33% de las personas mayores de 60 años con enfermedades crónicas no
recibían tratamiento.

Durante el año, varias organizaciones de defensa de los derechos de la


infancia pusieron de relieve la muerte de niños y niñas en el hospital J. M. de
los Ríos debido a la suspensión del programa de trasplante de órganos, pese a
las medidas cautelares que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
había otorgado en favor de los pacientes de este centro de atención médica.

Derecho a la alimentación

Según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores, el costo


de la canasta básica mensual de alimentos en noviembre equivalía a unos 386
dólares estadounidenses, mientras que el salario mínimo mensual, fijado en
marzo, era de tan solo 13 dólares, de manera que la mayoría de la población
sufría inseguridad alimentaria. En diciembre, la situación se agravó aún más a
consecuencia de una devaluación drástica de la moneda nacional.

El Banco Mundial señaló que, en agosto, Venezuela presentaba la tercera


mayor tasa de inflación de los alimentos del mundo.

Derecho al agua

La negligencia y la falta de mantenimiento continuaron reduciendo el acceso


de la población al agua, pese a los comunicados oficiales que prometían una
cobertura del 95% en todo el país al concluir el año. Esa situación provocó
protestas comunitarias generalizadas y reiteradas en relación con el acceso al
agua y al saneamiento.

Derechos sexuales y reproductivos


Las repercusiones de la emergencia humanitaria en curso sobre los servicios
de salud sexual y reproductiva contribuyeron a obstaculizar el acceso a esos
derechos.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos también denunció que la


falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, como la
planificación familiar, afectaba a la tasa de mortalidad materna.

En septiembre, una iniciativa de la sociedad civil llamada Ruta Verde celebró


una marcha a la Asamblea Nacional para presentar un documento en el que se
exigía la despenalización del aborto, que sólo estaba permitido cuando había
peligro de muerte y seguía careciendo de protocolos médicos. Al concluir el
año no se habían registrado avances significativos sobre el particular.

Derechos de lesbianas, gays, bisexuales,


transgénero e intersexuales (LGBTI)
Las personas LGBTI continuaban sufriendo discriminación. Varias
organizaciones pidieron a las autoridades la inclusión en el ordenamiento
jurídico del derecho de la población LGBTI a no sufrir discriminación. Al
terminar el año no se habían producido avances en relación con los derechos
LGBTI.

Igualmente, al concluir 2022 seguía pendiente un recurso presentado en 2021


para anular el artículo 565 del Código Orgánico de Justicia Militar, que
penalizaba las relaciones íntimas entre personas adultas del mismo sexo
cuando alguna de ellas fuera integrante de las fuerzas armadas.

Violencia contra mujeres y niñas


A principios del año, la Asamblea Nacional aprobó una reforma de la Ley
Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Las
organizaciones de la sociedad civil y el movimiento feminista criticaron la
modificación aduciendo que no daba cumplimiento a la obligación del Estado
de prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres porque las políticas
públicas no incluían una perspectiva de género y el funcionariado público no
recibía formación para prestar atención primaria a las mujeres sobrevivientes
de violencia sexual y de género.

Según la organización local de derechos humanos CEPAZ, entre enero y


septiembre se denunciaron 199 presuntos femicidios. Las autoridades no
recopilaban ni publicaban datos oficiales sobre los femicidios, lo que
dificultaba la implementación de iniciativas fundamentadas para prevenir esos
delitos.
1. Venezuela: Paradero e integridad de indígenas yanomami debe
esclarecerse de inmediato y garantizarse, 6 de abril
2. Venezuela: Pacto de conciliación en la demanda contra defensores de
los derechos humanos, 24 de junio
3. Américas: Desprotegidas. Violencia basada en género contra mujeres
refugiadas venezolanas en Colombia y Perú, 12 de julio
A continuación puedes ver contenidos relacionados con este país.
República Bolivariana de Venezuela
Jefe del Estado y del gobierno: Nicolás Maduro Moros

El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas debe renovar el


mandato de su Misión Internacional Independiente de Determinación de los
Hechos sobre Venezuela, señalaron hoy 125 organizaciones nacionales e
internacionales que trabajan sobre Venezuela. La Misión, establecida
en 2019 para investigar violaciones sistemáticas de derechos
humanos en Venezuela, ha desempeñado un papel central en el
reclamo de que haya rendición de cuentas por delitos graves
cometidos en el país y asegurar el escrutinio internacional sobre la
crisis en curso, manifestaron las organizaciones en un documento
conjunto de preguntas y respuestas.
Los expertos de la Misión presentarán su tercer informe durante la sesión 51
del Consejo de Derechos Humanos, desde el 12 de septiembre al 7 de octubre. Se
requiere una resolución para extender el mandato después de
septiembre. En el pasado, un grupo de países de América Latina
lideraron esta iniciativa y presentaron un texto que establecía la
adopción del mandato de la Misión. De someterse a votación,
requerirá una mayoría simple de los miembros votantes para que se
apruebe.
Los gobiernos latinoamericanos deberían encabezar nuevamente esta
iniciativa para promover medidas de rendición de cuentas y los esfuerzos de
monitoreo en curso, además de urgir a todos los estados miembros de la
ONU a renovar el mandato, dijeron las organizaciones. Estas
ofrecerán una conferencia de prensa sobre este tema el 17 de agosto
a las 10 am, hora de Caracas.
El Consejo de Derechos Humanos creó la misión de determinación de
los hechos en 2019 con el objeto de investigar “ejecuciones extrajudiciales,
desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas y otros tratos crueles,
inhumanos o degradantes cometidos desde 2014”, incluyendo violencia sexual y de
género, con miras a “asegurar la plena rendición de cuentas de los
autores y la justicia para las víctimas”. En 2020, el mandato inicial de
un año que se había otorgado a la misión se extendió por otros dos
años, hasta septiembre de 2022.
En 2020, la misión concluyó que había motivos suficientes para creer
que en Venezuela se habían cometido crímenes de lesa humanidad,
que “autoridades de alto nivel tenían conocimiento de esos delitos” y
“jefes y superiores sabían o debían haber sabido de esos delitos y [...]
no tomaron medidas para impedirlos o reprimirlos”. En su segundo
informe, publicado un año más tarde, la misión documentó la falta de
independencia judicial y la impunidad por las violaciones de derechos
humanos, y manifestó que el sistema judicial de Venezuela funcionaba
como un mecanismo de represión en lugar de garante de derechos,
alentando a los agentes del Estado a continuar perpetrando abusos.
La falta de implementación de las recomendaciones de la misión por
parte de las autoridades venezolanas y las condiciones estructurales
que llevaron a la creación de la misión persisten, incluyendo
la impunidad, la falta de mecanismos internos de reparación a las
víctimas y continuos intentos, por parte del gobierno, de eludir el
escrutinio internacional, dijeron las organizaciones. Frente a un gobierno
venezolano que no responde seriamente a las recomendaciones, la misión ha
avanzado en la búsqueda de la verdad, justicia y reparación para las víctimas y
sobrevivientes de violaciones de derechos humanos.
Si se renovara el mandato, los expertos podrían continuar reuniendo
evidencias sobre las graves violaciones de derechos humanos que
todavía se cometen, podrían reportar sobre las dinámicas en el país y
proveer recomendaciones necesarias.

Las elecciones presidenciales están previstas para el año 2024, y las elecciones
legislativas y regionales para el 2025. La represión gubernamental ha
alcanzado niveles máximos durante los últimos períodos electorales.
En este contexto, la misión puede tener un papel clave de alerta
temprana que contribuya a disuadir tales abusos, señalan las
organizaciones.
El documento conjunto explica que la misión de determinación de los
hechos complementa y respalda el papel de la Oficina de la Alta
Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(ACNUDH) y el de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI).
También destaca que la misión puede ayudar a fortalecer las
negociaciones políticas, ayudando a asegurar que cualquier discusión
incluya un enfoque de derechos humanos que contribuya a mejorar la
situación en Venezuela.

Las autoridades venezolanas están adoptando una estrategia de


aparente colaboración —que no es genuina— con el Consejo de
Derechos Humanos y los procedimientos de este organismo, tal como
ocurrió en 2019 y 2020. No obstante, en su actualización oral de julio
2022, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Michelle Bachelet, informó que a su equipo ya no se le permite
el acceso a dos centros de detención de Venezuela, Helicoide y
Boleíta, ni a centros de detención militar donde los presos se
encuentran arbitrariamente detenidos por motivos políticos.
Las autoridades tampoco pusieron en práctica recomendaciones que
formularon varios expertos de los mecanismos de derechos humanos
de la ONU. Las reformas al sistema de justicia anunciadas
recientemente por las autoridades venezolanas no abordaron de modo
significativo el grave daño causado a la independencia judicial, y no
garantizan que se lleven a cabo investigaciones exhaustivas y
eficaces de las violaciones de derechos humanos, explicaron las
organizaciones

Muchas gracias presidencia por cederle la palabra a la delegación de la República


Bolivariana de Venezuela y es mediante su honorable investidura que procedemos a
dirigirnos a este honorable cuerpo diplomático.

La delegación de Venezuela comparece hoy con profunda preocupación por la


situación de los Derechos Humanos en nuestro país. Reconocemos que enfrentamos
desafíos significativos en este ámbito y estamos comprometidos en abordarlos de
manera integral y con determinación.

Venezuela es consciente de la importancia de proteger y garantizar los Derechos


Humanos de todos sus ciudadanos. Estamos trabajando incansablemente para
fortalecer nuestras instituciones y promover una cultura de respeto a los derechos
fundamentales en todas las esferas de la vida. Reconocemos que aún hay áreas en
las que debemos mejorar y estamos tomando medidas concretas para superar estos
obstáculos.

En nuestra visión, los Derechos Humanos son universales e indivisibles. Estamos


comprometidos en abordar los desafíos que enfrentamos en materia de derechos
civiles y políticos, así como los relacionados con los derechos económicos, sociales y
culturales. Estamos abiertos a recibir asistencia técnica y apoyo de la comunidad
internacional para fortalecer nuestras capacidades en este ámbito y cumplir con
nuestras obligaciones internacionales.

Es importante destacar que hemos emprendido iniciativas para mejorar la situación de


los Derechos Humanos en Venezuela. Hemos establecido mecanismos de diálogo y
consulta con la sociedad civil y organismos internacionales para identificar las áreas
prioritarias de acción y diseñar políticas y programas que promuevan la protección y
garantía de los derechos fundamentales.

Reconocemos que la educación y la sensibilización son herramientas fundamentales


para promover una cultura de respeto a los Derechos Humanos. Estamos
fortaleciendo nuestros esfuerzos en materia de educación en derechos humanos, tanto
en el ámbito formal como en el comunitario, para crear conciencia y fomentar una
cultura de derechos en nuestra sociedad.

Asimismo, estamos trabajando para fortalecer nuestras instituciones y mejorar el


acceso a la justicia. Reconocemos la importancia de contar con un sistema judicial
independiente y eficiente que garantice la protección de los derechos de todos los
ciudadanos. Estamos tomando medidas para fortalecer la transparencia y la rendición
de cuentas en todas las esferas del gobierno.

La delegación de Venezuela reafirma su compromiso inquebrantable con la promoción


y protección de los Derechos Humanos. Reconocemos los desafíos que enfrentamos,
pero estamos decididos a abordarlos de manera integral y constructiva. Agradecemos
a la comunidad internacional por su apoyo y asistencia en nuestra búsqueda de una
sociedad justa y equitativa.

En conclusión, la delegación de Venezuela reconoce la importancia de abordar los


desafíos en materia de Derechos Humanos que enfrentamos. Estamos comprometidos
en trabajar de manera conjunta con la comunidad internacional y los mecanismos de
derechos humanos para lograr avances significativos en este ámbito. Nuestro objetivo
es mejorar la situación de los Derechos Humanos en Venezuela y garantizar la
protección de los derechos fundamentales de todos nuestros ciudadanos.

Agradecemos a esta honorable asamblea por su atención y apoyo en nuestra


búsqueda de una Venezuela donde los Derechos Humanos sean una realidad para
todos.

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