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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO

ESPECIALIZACIÓN EN DERECHOS HUMANOS

CENTRO LOCAL MONAGAS

EL ESTATUTO DE ROMA

Participante:

Abg. Heidy Figueroa

C.I: 13.222.47

Facilitador: 

Prof. Esp. Nicolás Castro 

Maturín, Noviembre 2021

ANTECEDENTES, CREACIÓN, ALCANCE Y MÁS


La comunidad internacional alcanzó un hito histórico cuando 120 Estados adoptaron, el
17 de julio de 1998, el Estatuto de Roma, el instrumento constitutivo de la Corte Penal
Internacional (CPI), que entró en vigor el 1 de julio de 2002, tras su ratificación por 60
países, entre ellos España (el 24 de octubre de 2000). En la actualidad ya son 123 los
países que han ratificado el Estatuto de Roma.

La CPI, con sede en La Haya (Países Bajos), es un organismo internacional


independiente que firmó un acuerdo con las Naciones Unidas, el 4 de octubre de 2004 que
regula la cooperación entre ambas instituciones. Se financia principalmente a través de los
Estados miembros, pero también con aportaciones voluntarias de gobiernos, organizaciones
internacionales, particulares, sociedades y otras entidades.

Fue la necesidad de contar con un organismo de estas características lo que llevó a su


creación, pues con anterioridad se habían celebrado los juicios de Núremberg y Tokio para
juzgar los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial y en la década de los 90
del siglo XX se pusieron en marcha los tribunales penales internacionales para la ex
Yugoslavia y Ruanda, pero todos ellos circunscritos a conflictos específicos.

El concepto de crímenes de lesa humanidad data de mediados del siglo XIX. Aunque la
primera lista de tales crímenes se elaboró al final de la Primera Guerra Mundial, no
quedaron recogidos en un instrumento internacional hasta que se redactó la Carta del
Tribunal de Nuremberg en 1945. Estos fueron definidos por primera vez en un tratado
internacional cuando se aprobó el Estatuto de Roma.

Fue creado, como se mencionó Ut Supra, debido a que en el último siglo han ocurrido
las peores atrocidades de la historia. En demasiados casos, estos crímenes se han cometido
con toda impunidad, lo que sólo ha alentado a otros a desacatar abiertamente las leyes de la
humanidad.

Este Instrumento, consta de 13 secciones, y 128 artículos; presentando la siguiente


estructura normativa:

 Preámbulo
 Parte I: Del establecimiento de la corte (artículos 1-4)
 Parte II: De la competencia, la admisibilidad y el derecho aplicable (5-21)
 Parte III: De los principios generales de derecho penal (22-33)
 Parte IV: De la Composición y administración de la corte (34-52)
 Parte V: De la investigación y el enjuiciamiento (53-61)
 Parte VI: Del Juicio (62-76)
 Parte VII: De las Penas (77- 80)
 Parte VIII: De la Apelación y la revisión (81-85)
 Parte IX: De la cooperación internacional y la asistencia judicial (86-105)
 Parte X: De la ejecución de la pena (103-111).
 Parte XI: De la Asamblea de los estados partes (112)
 Parte XII: De la financiación (113-118)
 Parte XIII: Cláusulas finales (119-128)

Es importante señalar que en el artículo 1º dispone: “La Corte estará facultada para
ejercer su jurisdicción sobre personas respecto de los crímenes más graves de trascendencia
internacional de conformidad con el presente Estatuto y tendrá carácter complementario de
las jurisdicciones penales nacionales…”

Así, la CPI es el primer tribunal internacional de carácter permanente encargado de


juzgar a los responsables de crímenes contra la humanidad, genocidio, crímenes de guerra
y, tras la Conferencia de Revisión del Estatuto de Roma (Kampala, 2010), del crimen de
agresión en el caso de países que, como España, hayan ratificado dicha revisión. Esta
jurisdicción penal de vocación universal es un paso importante en la lucha contra la
impunidad. Garantiza, por ejemplo, equilibrio entre culturas jurídicas, idiomas de la Corte,
papel de los Estados e independencia de la Corte, y poderes del Fiscal y derechos de la
defensa.

En ese sentido, Identifica conductas calificadas como asesinato, exterminio, deportación


o desplazamiento forzoso, encarcelación, tortura, violación, prostitución, desaparición y
esterilización forzada; persecución por motivos políticos, religiosos, ideológicos, raciales,
étnicos u otros definidos expresamente; secuestro o cualquier acto inhumano que cause
graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre.
De allí que su competencia se limitará a los crímenes más graves y trascendentales para
la comunidad internacional, como los siguientes:

 El crimen de genocidio.
 Los crímenes de lesa humanidad.
 Los crímenes de guerra.
 El crimen de agresión.

En cuanto a su alcance: La CPI tiene competencia únicamente respecto de crímenes


cometidos después de la entrada en vigor del Estatuto (1 de julio de 2002). Si un Estado
hubiese ratificado su Estatuto después de esta fecha, la Corte podrá ejercer su competencia
únicamente con respecto a los crímenes cometidos después de la entrada en vigor del
Estatuto respecto de ese Estado, a menos que éste haya hecho una declaración aceptando la
competencia de la Corte desde el 1 de julio de 2002.

En los casos de crímenes en los que el ejercicio de la competencia de la Corte hubiese


sido activada por un Estado Parte o bien por la Fiscalía, la Corte sólo podrá ejercer su
competencia si el Estado en cuyo territorio haya tenido lugar la conducta de que se trate, o
bien el Estado del que sea nacional el acusado del crimen, es parte del Estatuto de Roma, o
bien, no siéndolo, consiente en aceptar dicha competencia mediante declaración expresa.

Por su parte, el art. 27 del Estatuto establece que éste es aplicable por igual a todos sin
distinción alguna basada en el cargo oficial. En particular, el cargo oficial de una persona,
sea Jefe de Estado o de Gobierno, miembro de un gobierno o parlamento, representante
elegido o funcionario de gobierno, en ningún caso la eximirá de responsabilidad penal ni
constituirá por sí mismo motivo para reducir la pena. Asimismo, las inmunidades y las
normas de procedimiento especiales que conlleve el cargo oficial de una persona, con
arreglo al derecho interno o al derecho internacional, no impedirán que la Corte ejerza su
competencia sobre ella. El hecho de que una persona haya cometido un crimen por órdenes
de un superior, no exime a esa persona de responsabilidad, por lo general.

Ahora bien, en cuanto al Proceso que se inició a Venezuela en la Corte Penal


Internacional:
Durante la última mitad del siglo XX, la evolución del Derecho Penal Internacional le
dio cabida a la aplicación extraterritorial de la ley penal nacional con apoyo en el principio
de jurisdicción universal, especialmente útil para evitar la impunidad de los graves
atentados contra los derechos humanos provenientes de conflictos armados (genocidio, lesa
humanidad, crímenes de guerra y agresión).

Es pertinente lo anteriormente explanado para esbozar mi opinión personal en cuanto al


Proceso que se le sigue a Venezuela en la Corte Penal Internacional, debido a que el año
2017 fue escenario de cruentas protestas en las que parte de la población venezolana salió a
las calles asfixiada por la escasez de comida, la inflación y la inseguridad, a lo que se sumó
la suspensión de un referendo revocatorio contra el actual Presidente de la República
Nicolás Maduro Moros.

Dicha situación, conllevó a que se recibiera en el país, al Fiscal Británico de la Corte


Penal Internacional Karim Khan, quien  ha concluido el examen preliminar de la situación
en el país y ha determinado que procede abrir una investigación para establecer la verdad
de conformidad con el Estatuto de Roma. Toda vez que se plasmó un memorando de
entendimiento firmado tanto por el Fiscal de la CPI como por el Presidente Nicolás
Maduro.

Considero, como estudiante de la Especialización en Derechos Humanos, que la


actuación del Fiscal, fue la idónea, de allí que, el cierre del examen preliminar y el inicio
formal de una investigación quiere decir que la CPI tiene elementos para pensar que en
Venezuela se han cometido crímenes de lesa humanidad. Hasta antes de la visita del Fiscal
de la CPI a nuestro país a inicios de noviembre, el mismo estaba investigando sobre los
tipos de delitos cometidos, el contexto y el momento en el que se cometieron, así como si
las víctimas habían tenido acceso a la justicia, tal como lo explicó en su momento la
abogada y defensora de los Derechos Humanos Liliana Ortega.

Pues bien, para nadie fue un secreto los momentos de horror, de angustias y de tensión
que se vivieron en ese año, donde fueron alrededor de cuatro (04) meses de protesta en
varias ciudades del país, siendo las más afectadas, Caracas, Táchira, Valencia, etc. Se vivió
la más grande violación, de los Derechos Humanos a los que participaron en dichas
protestas, pues, los cuerpos de seguridad y policial disparaban a mansalva a los estudiantes,
provocando la muerte de muchos de ellos, se practicaron detenciones arbitrarias a una gran
cantidad de personas, siendo juzgados por jueces especiales y no por sus jueces naturales,
tal como lo dispone el artículo 49 constitucional, violando con esto un derecho fundamental
de la persona como lo es, el debido proceso. El exceso y los abusos cometidos por las
fuerzas del orden fueron duramente criticados por las organizaciones de DDHH.

De acuerdo a las noticias que se pueden leer sobre este caso, se señala que en esta nueva
fase, más focalizada, el fiscal comenzará a investigar cuáles son los casos en los que según
él y lo que determinen los hechos, se pudieron cometer crímenes de lesa humanidad.

Según Rafael Uzcátegui, coordinador general de la organización de DDHH Provea, el


examen preliminar cumplió con una serie de fases en las que se determinó que los
crímenes no estaban siendo investigados debidamente y de forma genuina por la justicia
venezolana. Ahora en esta fase de investigación comenzarían a establecerse las
responsabilidades individuales en los casos en los que la corte decida comenzar el
procedimiento.

No se sabe con certeza a que nos llevará todo esto, pero lo que sí se puede saber, que se
ha dado un paso más con respecto al hacer justicia. Y que sean enjuiciados todos aquellos
que de alguna u otra manera han sido culpables de esos delitos.

Como venezolana, apoyo categóricamente la iniciativa del Fiscal de la CPI en cuanto a


la investigación de los hechos, para con ello dar un fallo que puede en gran manera
compensar a todos aquellos que perdieron un ser querido en esos hechos ocurridos o a los
que aun padecen consecuencias de salud y que han perdido miembros de sus cuerpos, la
visión, entre otros. Es de saber que, con lo que se decida (si son resultados favorables), no
se le devuelve la vida a las personas que fallecieron en dichos acontecimientos pero si se le
devuelve la esperanza de seguir creyendo en Venezuela como país. UN PAÍS AL QUE SE
AMA CON EL ALMA.

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