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Versión 1
2022/11 – Máster Profesional de Analista
Internacional y Geopolítico
Confidencial – Difusión no permitida
Pág. 2 de 40
Índice de contenidos
1.1. Introducción
Las Relaciones Internacionales son una disciplina que estudia las relaciones entre actores
del sistema internacional y sus diferentes dinámicas (conflicto, integración, cooperación,
etc.). Ciertamente, podría considerarse que las Relaciones Internacionales aglutinan un
conjunto de disciplinas o que son un cuerpo del conocimiento multidisciplinar,
interdisciplinario (según Alfred Zimmern) e incluso transdisciplinario (según Shonfield),
ya que abarcan otras ciencias como: Política, Economía, Legislación, Diplomacia,
Seguridad, Historia, entre otras.
El foco del estudio de las Relaciones Internacionales, además de las dinámicas, es el papel
que juegan los Estados, las organizaciones internacionales, las organizaciones no
gubernamentales, las empresas multinacionales y cualquier otro actor que tenga
capacidad de influencia a nivel internacional. El campo de aplicación de las relaciones
internacionales es muy amplio, pero especialmente se circunscribe al análisis y
formulación de la Política Exterior de los Estados.
Estos análisis suelen ser holísticos e integrales, por un lado, o segmentados en una
disciplina concreta, por el otro, ya sean las ciencias políticas, la geopolítica, el derecho
“En 1961, al inicio de mi carrera académica, hice una visita al presidente Harry S. Truman
cuando me encontraba en Kansas City para dar una conferencia." A la pregunta de qué le
enorgullece más de su mandato, Truman respondió: "Derrotamos por completo a
nuestros enemigos y luego los trajimos de vuelta a la comunidad de las naciones”.
Este párrafo anterior, es una conversación entre Henry Kissinger, ideólogo de la Política
Exterior de los Estados Unidos durante décadas, y el que fue presidente de los Estados
Unidos, Truman. Hay que destacar, que la respuesta de Truman podría ser
perfectamente un ejemplo vivo de lo que son las Relaciones Internacionales, un conflicto
permanente de intereses entre países, que dependiendo del tema que esté en disputa, se
tienen diferentes aliados o enemigos.
Incluso el término aliados, que durante el siglo XX fue un concepto amplio, incondicional
e integral, en el siglo XXI existen diferentes tipos de aliados e incluso alianzas, variando
el grado de compromiso y lealtad en función del ámbito y del momento, diferenciando
entre aliados políticos, aliados económicos o comerciales, aliados en el ámbito militar,
aliados tecnológicos, etc.
• El poder blando o poder suave, (del inglés soft power), es la habilidad de un Estado
para persuadir a otros países evitando el uso de la fuerza o la coerción, valiéndose
de medios más sutiles, como su cultura, su modelo social o sus valores políticos. La
Unión Europea, por ejemplo, trata de ser relevante en la Comunidad Internacional
a través del poder blando.
No todo poder (sea internacional, continental o regional) debe estar sujeto a las
armas, el poder bélico o algún aspecto relacionado con el uso de la fuerza. El
poder blando permite ejercer el poder a través de formas, métodos y
procedimientos que no llaman tanto la atención, que no crean tanta polémica, ni
movilizan (en contra) a la ciudadanía.
• Por otro lado, el poder duro sería un poder basado en la capacidad militar y bélica
de cada país. En este caso el ejemplo más claro sería Estados Unidos a través de las
guerras e invasiones militares que ha iniciado o participado.
Samuel P. Huntington, politólogo y profesor de Ciencias Políticas en Eaton College. Fuente: Cooperativa.
• Realismo clásico.
• Neorrealismo o realismo estructural.
• Programa marxista.
• Programa sistémico.
• Programa de la dependencia.
• Programa transnacionalista.
• Programa sociológico.
Por otro lado, tenemos las corrientes clasificadas por Hedley Bull, profesor de Relaciones
Internacionales de la London School of Economics y la Universidad de Oxford. Estas
serían:
Por su parte, según el Diccionario del Español Jurídico de la misma RAE, diplomacia es el
“conjunto de acciones mediante las que un Estado pone en práctica su política exterior”.
En esta concisa definición, están presentes los elementos fundamentales de la noción
técnica de la diplomacia:
En sentido más general, el término “diplomacia”, se usa en forma coloquial para referirse
a materias como las siguientes:
En un Máster sobre Geopolítica, y más todavía cuando este término cada vez cobra mayor
popularidad e importancia, es fundamental comenzar definiendo qué es exactamente
esto de la Geopolítica. Primero, porque es necesario darle un marco a todos los temas y
cuestiones que se explicarán a lo largo de este programa formativo, pero también para no
tratar la Geopolítica como un concepto totalmente vacío que puede ser rellenado,
explicado o utilizado como prefiera cada uno, hecho que sucede demasiado a menudo y
con intereses muy dispares.
Lamentablemente, uno de los primeros problemas con el que nos encontramos es que no
existe una definición mínimamente consensuada sobre lo que significa Geopolítica. A
ello contribuye que no sea una ciencia, a lo sumo un campo de estudio dentro de la Ciencia
Política o la Geografía. También, que, en la propia evolución del término, surgido a
principios del siglo XX, se cruzase por su camino el nazismo y algunos de sus teóricos lo
utilizasen para justificar la doctrina expansionista de la Alemania nazi, por lo que el
concepto "Geopolítica" quedó irremediablemente manchado por esa etapa.
“El estudio de la forma en la que el tamaño, posición, etc. de un país influye en su poder y en su
relación con otros países”.
Para el geógrafo Colin Flint, los códigos geopolíticos pueden definirse como “la manera
en que un país se orienta a sí mismo hacia el mundo”.
Estos códigos son una expresión empírica sobre la posición de un país frente a una
problemática, reto o situación internacional, siempre según los intereses de cada Estado.
Los códigos geopolíticos tienen en cuenta los riesgos, amenazas y oportunidades externas
que pueden entrar en conflicto con los intereses del país.
Pese a ello, las instituciones y las empresas necesitan seguir funcionando, operando y
tomando decisiones.
Pero para ello, necesitan contar con Analistas Internacionales que les permitan disponer
de información fiable, actual y contrastada para tomar las mejores decisiones.
Hoy en día, lo que ocurre en el mundo nos implica más que nunca. Vivimos marcados por
una agenda internacional, en un mundo globalizado, interconectado, complejo y volátil
que ha alterado profundamente las dinámicas políticas, socioeconómicas y culturales que
afectan cada día a todos los ciudadanos, empresas e instituciones.
cabo. Aquellos que cumplan con varios de los siguientes puntos, serán los que reúnen un
perfil para ser (o ejercer como) Analista Internacional:
● Contar con un gran interés por conocer a fondo cómo se relacionan los distintos
gobiernos, instituciones, empresas y ciudadanos de diferentes naciones y cómo
esas dinámicas afectan a dichos actores.
● Estar dispuesto a trabajar con rigurosidad y desenvolverse con una fuerte ética de
trabajo, dejando la opinión, ideología y posicionamiento propio a un lado.
● Poseer un buen nivel de uno o más idiomas utilizados a nivel internacional o tener
interés en aprenderlos en un futuro.
○ Seguridad.
○ Estrategia.
4.1. Introducción
Hasta bien entrado el siglo XX, las mayores amenazas para los Estados y, por ende, para
sus ciudadanos, provenían casi en su mayoría de otros Estados. A través de una invasión
o conflicto armado, un país podía ver afectada su estabilidad y seguridad a manos de otro
y su población ver aumentadas sus penurias. Sin embargo, a medida que ciertos factores y
actores han ido mutando y evolucionando, además de haber aumentado el bienestar y las
oportunidades en términos generales, también lo han hecho la cantidad, variedad y
complejidad de los riesgos y amenazas que potencialmente pueden afectar a cualquier
Estado y sus ciudadanos.
En este sentido, una tendencia parece clara: los riesgos y amenazas de carácter no estatal
aumentarán y tendrán una mayor incidencia en las vidas de cualquier ciudadano, ya sean
actores “no estatales” o fenómenos que no han sido provocados directamente por los
Estados. Cuestiones como el cambio climático, los ciberataques, las crisis de suministros,
crisis de transporte, crisis sanitaria o crisis de recursos naturales, pasarán a tener un papel
más relevante.
En los siguientes apartados se verán las principales definiciones clave para entender los
riesgos y amenazas.
Estar envuelto en una guerra no era estar en un ambiente seguro, pero tampoco pasar
hambre, ser perseguido por determinados motivos, estar expuesto a enfermedades o
incluso, a la precariedad laboral. Esto es lo que acabó dando origen al concepto
de Seguridad Humana utilizado por Naciones Unidas y definido a continuación:
¿Qué acciones concretas pueden hacer los Estados y las entidades supranacionales,
para mantener la Seguridad de sus ciudadanos?
4.3. Defensa
4.4. Geoestrategia
• Geografía humana.
• Seguridad humana.
• Geografía política.
• Situación de las bases militares.
• Estudio de la geografía económica y cultural.
4.5. Riesgo
4.6. Insurgencia
La ruptura política y social suele retroalimentarse y puede pasar por varias fases (cada
conflicto lleva las suyas propias y no necesariamente es un camino lineal), como la división
social intercomunitaria, la violencia intercomunitaria, la división institucional
comunitaria, los procesos independentistas, la construcción de milicias, la consolidación
de territorios comunitarios de facto, la limpieza étnica o política y la Guerra Civil.
Por otro lado, el golpe de Estado es una “herramienta” al alcance de los actores locales,
para forzar un cambio en el status quo dentro del reparto del poder en el Estado, entre
los diferentes sectores poblacionales o políticos. Entre los resortes del Estado más
relevantes para que la construcción del mismo sea realmente cohesionada, se encuentran
el ejército y las fuerzas policiales o de seguridad.
El papel de las Fuerzas Armadas será clave para garantizar que se lleven a cabo los
traspasos de poder pactados en el régimen entre sectores políticos (partidos) o élites
según el reparto establecido. La subversión de ese traspaso de poder o de su continuidad
según lo establecido en la legislación (gran importancia de las Constituciones), constituye
un golpe de Estado.
A pesar de que legalmente solo cinco países tienen permitido desarrollar y mantener armamento nuclear, hoy en
día hay cuatro potencias nucleares más: India, Pakistán, Israel y Corea del Norte. Fuente: EOM
Pero el riesgo de escalada nuclear no solo es cosa de Estados Unidos y Rusia. El Tratado
de No Proliferación Nuclear de 1968 (o TNP) permitía tener armamento nuclear solo a los
llamados “cinco grandes”, los cinco países que también cuentan con un asiento
permanente y poder de veto en el Consejo de Seguridad: Estados Unidos, Rusia, China,
Francia y el Reino Unido. Pero con los años ese tratado ha perdido fuerza ante la aparición
de nuevas potencias nucleares que reconocen más o menos abiertamente sus
capacidades: India, Pakistán, Israel y Corea del Norte.
4.9. Unilateralismo
Del mundo bipolar, después de la Guerra Fría, se pasó a un mundo unipolar hegemónico
liderado por Estados Unidos y, ya en el siglo XXI se evolucionó a un mundo multipolar,
en el que el poder se diversificó en ciertas regiones y nuevos actores estatales, siguiendo
Estados Unidos como líder a nivel económico, de poder e influencia. Sin embargo, esa
A pesar de tener relativamente poco peso económico, los países del grupo de Visegrado han ganado notoriedad en
los últimos años al convertirse en abanderados de la rebelión “iliberal” contra el proyecto integrador de Bruselas.
Fuente: EOM
A todo ello se suma la retórica nacionalista que está ganando peso en muchos países y
que ya está teniendo un efecto directo sobre su Política Exterior, resultando en un
retroceso de las iniciativas multilaterales, tanto en materia económica como militar. El
riesgo de que ciertos países renuncien a importantes alianzas o consensos en pos de una
agenda unilateral parecía inverosímil hace solo unos pocos años, pero hoy empieza a ser
una realidad. Tanto para los Estados que se retiran de la mesa como para los que se
quedan.
Las fake news o noticias falsas se han convertido en una constante dentro del
Periodismo y en un verdadero problema a la hora de discernir la verisimilitud de una
información, hasta el punto de que la consultora Gartner (2017) sostiene en su último
informe de “Predicciones Tecnológicas para el 2018” que en 2022 el público occidental
consumirá más noticias falsas que verdaderas y que no habrá suficiente capacidad, ni
material ni tecnológica, para eliminarlas.
De hecho, los bulos no son un fenómeno nuevo dentro del Periodismo. En las gacetas del
siglo XVIII los bulos y libelos eran una herramienta de poder bien conocida por reyes y
válidos. En el siglo XX los totalitarismos se sirvieron de falsedades como herramienta de
desinformación propagandística. El creciente uso y polisemia del término “fake news” nos
invita a preguntarnos por las distintas acepciones que integran el concepto y la cultura de
las fake news, así como por sus formas preferentes de circulación y distribución.
A pesar de la connotación actual, a principios del siglo XXI el concepto de fake news
hacía referencia a la sátira política empaquetada como información. Las noticias
satíricas se presentaban como una liberación ante un contexto político de gran intensidad
pasional, como fue el de la presidencia de George W. Bush tras los atentados terroristas
del 11-S. El más representativo de estos medios satíricos era The Onion. La evolución de
la cultura digital ha hecho que la polisemia que se engloba en torno a una problemática
con tantas aristas como la desinformación esté sirviendo de estrategia de defensa para
sus promotores.
Es importante aclarar que, aunque se suelen utilizar los términos Guerra híbrida, Amenaza
híbrida o Conflicto híbrido... como si significaran lo mismo, en realidad no es así. Como
aparece definido en el documento “Amenazas híbridas: nuevas herramientas para viejas
aspiraciones” de Carlos Galán, estos conceptos quedarían definidos de la siguiente
manera:
● Conflicto híbrido: Situación en la cual las partes se abstienen del uso abierto de la
fuerza (armada) y actúan combinando la intimidación militar (sin llegar a un ataque
convencional) y a la explotación de vulnerabilidades económicas, políticas,
tecnológicas y diplomáticas.
Aunque ya haya desaparecido del foco mediático gracias a la “relativa derrota” de Dáesh
en Siria e Irak, el terrorismo y el crimen organizado continúan siendo un riesgo a la
estabilidad de los Estados, en especial en Oriente Próximo, pero también en Europa,
Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. El terrorismo yihadista, plenamente asentado
en Estados fallidos como Malí, Somalia, Afganistán o Yemen, es uno de los principales
obstáculos para la estabilización de estos países, y también para el progreso de otros ya
más estables como Irak o Líbano.
A continuación, se describen dos de las organizaciones terroristas que más han influido,
a través del terrorismo internacional, en la Seguridad Internacional y, por ende, en la
Geopolítica, cambiando los códigos geopolíticos de múltiples países, especialmente
occidentales y de Oriente Medio:
Al- Qaeda
Al-Qaeda se ha convertido en una idea que conecta a grupos que se auto organizan en
cualquier parte del mundo, simplificando la realidad para globalizar al adversario y
movilizar así a sus bases y seguidores. Según múltiples Analistas de Inteligencia, esta
organización terrorista tendría presencia estable en más de 60 países. Pero, aunque sus
intenciones sean totalmente deleznables, no es más que una idea política lo que hay detrás
y, por tanto, ejercen la violencia política en forma de terror mediante atentados con
explosivos, armas de fuego, armas blancas o utilizando vehículos para hacer atropellos
masivos, dependiendo del contexto y de los medios que dispongan.
contextualización con el fin de encarnar, según ellos aseguran, el islam original, el islam de
los ancestros (salaf).
Eso hace del “Dáesh” algo más que una “simple” organización terrorista. David Rapoport,
profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Los Ángeles, California, afirma que
representa una organización terrorista pero además es un movimiento insurgente que se
sirve de medios terroristas y otros políticos (por tanto, es una organización terrorista
híbrida o multisistémica -al igual que Hamás o Hezbollah-.
Al igual que como hizo Al-Qaeda (de cuya rama de Irak se disoció), el Dáesh practica un
terrorismo que persigue objetivos internacionales tanto políticos (califato) como
religiosos, además estando dotado de un carácter transnacional. Si a esto se le añade el
ingente número de nacionalidades que han viajado a Siria para unirse a sus filas, su
implantación transnacional se ha expandido quedando muy alejado de su ámbito
geográfico.
Su inspiración es una ideología religiosa que le distingue de otros movimientos por las
peculiaridades que le otorga. Además, su capacidad para controlar parte del territorio
iraquí y una menor extensión de Siria le ha posibilitado una base principal de crecimiento,
ensayo, expansión y consolidación. Dicha ocupación territorial le ha facilitado los
siguientes beneficios:
1. La primera es la máxima de que todos los actores se guían por el interés, no por
valores o la moral. Esto no quiere decir que, por ejemplo, en la Geopolítica no haya
acciones basadas en preceptos morales. Pongamos un ejemplo: Arabia Saudí
financia la construcción de mezquitas en multitud de países del mundo para que los
fieles del lugar tengan un sitio en el que rezar. Podríamos pensar que esto es una
cuestión meramente altruista o que simplemente está guiada por los preceptos
morales de su religión, pero lo cierto es que el país árabe desarrolla esta política
para ganar el apoyo de los clérigos dentro del país e influencia en comunidades
musulmanas en aquellos lugares donde abre una nueva mezquita.
2. La segunda cuestión clave es hacerse siempre una pregunta que, como veremos,
es básica —y en cierta medida se relaciona con la primera—: ¿A quién beneficia lo
que estamos intentando analizar? Esta pregunta del Cui bono suele arrojar
respuestas bastante reveladoras si se tiene la información suficiente disponible y
el conocimiento necesario sobre la cuestión para saber encajar esas piezas y sus
relaciones entre sí. Eso sí, hay que tener cuidado con las "Operaciones de falsa
bandera" en las que un actor ataca a sus propios intereses para desviar el análisis,
la narrativa y la atención a donde le interesa desde un punto de vista estratégico,
como parte de una operación de influencia.
Para poder hacer esto de una manera adecuada también debemos proceder con un
trabajo riguroso e intelectualmente honesto: suele ser habitual en asuntos geopolíticos
dejarse llevar por interpretaciones poco sólidas por el mero hecho de que refuerzan
prejuicios u otros sesgos cognitivos o simplemente porque al no considerar o conocer
otras posibles interpretaciones nos quedamos con la única que hemos logrado obtener.
• Políticos:
o Estructura política.
o Violencia política.
• Económicos:
o Estructura económica.
o Comercio.
o Energía y suministros.
• Sociales:
o Demografía.
o Religión.
o Etnias.
o Lengua.
o Costumbres.
o Situación sanitaria.
• Geopolíticos:
o Medioambientales.
o Relaciones Internacionales.