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Inseminación intrauterina
La inseminación artificial permite que la fecundación se realice de forma natural. Al
introducir el espermatozoide en el útero, este debe buscar su camino hacia el óvulo maduro
y fecundar por su propia cuenta, tal como ocurría en un embarazo tradicional. La gran
diferencia y ventaja de la inseminación artificial es que el recorrido del espermatozoide es
más corto y con menos riesgos.
Se entiende, por tanto, como la introducción médica del semen o esperma en la vagina de la
mujer con la finalidad de conseguir una gestación. Esta vía recibe el nombre de
'inseminación artificial'. Normalmente, con esta técnica, de cada 100 ciclos de inseminación
13 resultan en gestación, y de cada 100 parejas que completan 4 ciclos, 60 consiguen
gestación. De todos los embarazos conseguidos, un 15-20% son gemelares y otro 15% se
malogran.
Para poder someterse a un ciclo de inseminación artificial se han de cumplir una serie de
requisitos:
• Al menos una de las trompas de Falopio ha de ser permeable.
• El semen tiene de ser de buena calidad.
• Otros, como la edad de la mujer, duración de la esterilidad y los ciclos de inseminaciones
anteriores. Estos requisitos son esenciales para decidir si es conveniente realizar un nuevo
ciclo de inseminación artificial o, por el contrario, sería más recomendable someterse a otra
técnica más compleja como la fecundación in vitro o transferencia de embriones, la cual
ofrecería más garantías de éxito.
Gestación subrogada
La gestación subrogada, subrogación gestacional o gestación en vientre de alquiler es una
práctica de reproducción asistida por la que una mujer acepta gestar y dar a luz al hijo de
otra pareja o persona soltera. Normalmente la gestante no tiene un vínculo genético con el
niño que dará a luz, ya que este es fruto de una fecundación in vitro. Los padres pueden
aportar el propio material genético, en su defecto, se recurre a un donante de óvulos y/o
esperma.
En España cualquier contrato de gestación por sustitución se considera nulo por ley.] Sin
embargo, en países como, por ejemplo, Estados Unidos, Canadá, Ucrania, México, existe
una legislación que regula esta técnica de reproducción asistida.
Ancianidad-vejez.
Este sentimiento expresado por Unamuno nos sitúa ante una de las grandes tesis de la
antropología la vida humana es paradójica por un lado es la vida al ser seres biológicos
somos limitados tenemos un comienzo y por lo tanto un fin sin embargo en la estructura
misma del ser humano hay algo que nos dice que no podemos resignarnos la humanidad
nos lanza a la trascendencia y esa tensión entre la finitud y la trascendencia constituyen los
verdaderamente humano de la vida.
Esta dinámica la expresa bellamente Kierkegaard. La angustia surge del conflicto
irremediable entre el deseo de supervivencia y la conciencia de mortalidad esa eterna y
trágica contradicción base de nuestra existencia.
La autonomía y la alteridad.
Muchas veces creemos que un hombre es autónomo cuando es independiente arbitrario y
radicalmente espontáneo. En este sentido los ancianos los niños y las personas cuya vida
dependen de otros tendrían su autonomía claramente limitada.
Es mejor si empezamos diciendo que el sujeto se construye en la alteridad porque es desde
ella que la libertad personal se constituye se ordena y cobra sentido. esto nos lleva a afirmar
que el adulto ordena su libertad por el principio de autonomía y el anciano como el niño la
ordena por el de heterónoma.
La autonomía se construye desde la alteridad bien desde la pasividad de la voluntad bien
desde la intersubjetividad. La vulnerabilidad de la autonomía está marcada por nuestro
cuerpo y por los que nos funde y de ellos somos conscientes a medida que pasan los años.
La alteridad constitutiva es una limitación fecunda porque nos hace trascendente no es más
adulto quién demuestra mayor capacidad de ruptura sino aquel que hace más fuerte sus
limitaciones.
La muerte
Mentalidades culturales
La muerte nunca ha sido un hecho natural siempre es y será un fenómeno cultural cuando
afirmamos que es cultura queremos decir que ha sido creado por el hombre. Y preguntarnos
por la muerte de un ser humano respondemos casi inmediatamente cuando su cuerpo se
descompone. Este hecho biológico nunca ha sido culturalmente asimilable. El ser humano
nunca ha aceptado ver que sí semejante se descomponga y menos en presencia de sus seres
queridos por ese siempre ha buscado signos premonitorios de la descomposición orgánica
desde el concepto de la muerte cardiovascular hasta conceptos tan recientes como la muerte
cerebral. Por muchos siglos se ha dicho que una persona que carece de pulso y de
respiración espontánea es porque su diagnóstico es de muerte; pero realmente se trata es de
una convención cultural más que de un hecho natural y controvertido por lo que se ha
escrito tanto sobre la muerte aparente o porque las legislaciones pusieron un plazo de 24
horas antes del enterramiento del cadáver.
Enfermos Terminales.
El enfermo se cura o prolonga su vida con una aceptable cualidad. Se comparte con el
equipo sanitario una sensación de triunfo y eficacia; el paciente ha cooperado recibido el
estímulo y felicitación por parte del médico y los familiares. Pero qué pasa cuando los
tratamientos no producen efecto esperado, Si los síntomas se identifican y la enfermedad
avanza hasta un punto que no se puede controlar cuando el proceso se vuelve irreversible
entramos en la etapa final de la enfermedad. Todo cambia el tiempo concedido al paciente
se reduce notablemente el médico en la mayoría de los casos considera haber hecho todo lo
posible y ahora dedicar su tiempo a enfermos más rentables en eficacia terapéutica. El
equipo sedentario tiene una sensación de malestar y de fracaso. El extremo comienza a
padecerlos menos atrayente incluso lo colaboramos como enfermo difícil.
• Fase de aceptación: está la fase final ideal que puede llegar el paciente terminal.
La eutanasia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella “acción del
médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente”. Esta definición resalta la
intención del acto médico, es decir, el querer provocar voluntariamente la muerte del otro.
La eutanasia se puede realizar por acción directa: proporcionando una inyección letal al
enfermo, o por acción indirecta: no proporcionando el soporte básico para la supervivencia
del mismo. En ambos casos, la finalidad es la misma: acabar con una vida enferma. Esta
acción sobre el enfermo, con intención de quitarle la vida, se llamaba, se llama y debería
seguir llamándose homicidio. La información y conocimiento del paciente sobre su
enfermedad y su demanda libre y voluntaria de poner fin a su vida, el llamado homicidio
asistido, no modifica que sea un homicidio, ya que lo que se propone entra en grave
conflicto con los principios rectores del Derecho y de la Medicina hasta nuestros días. .
Trasplante de ordinamos
En la medicina, un trasplante, o injerto es un tratamiento médico complejo que consiste en
sustituir un órgano que está enfermo y que pone en peligro la vida de una persona, por otro
que funcione adecuadamente proveniente de otra. No siempre es necesario trasladar el
órgano completo, sino que a veces es suficiente con trasplantar parte del órgano, algún
tejido o simplemente células. El órgano trasplantado reemplaza y asume la función del
órgano dañado del receptor, salvándole la vida o mejorando la calidad de ella. Una variedad
de órganos macizos y tejidos pueden ser trasplantados,
incluyendo riñones, pulmones, corazones, y precursores hematopoyéticos. Hay algunos
riesgos asociados con este procedimiento que dependen del tipo del trasplante, que
frecuentemente incluyen infección y rechazo del injerto.