Está en la página 1de 3

Margel, Geyser (2001).

Para que el sujeto tenga la palabra: presentación y transformación de la


técnica de grupo de discusión desde la perspectiva de Jesús Ibáñez. En: Tarres. María Luisa
(Coord.). Observar, escuchar y comprender. Sobre la tradición cualitativa en la investigación social.
México: COLMEX-FLACSO.

“El grupo de discusión articula una forma espacial de conjunción de individuos, con la
conversación como forma de interacción […] adopta un perfil de muestra, de microconjunto
representativo del macroconjunto; la forma conversación revista la particularidad de que, por lo
menos y en primera instancia, sólo se habla, se dialoga, pero no se actúa. El producto de la
discusión es un discurso […]” (Margel, 2001:202).

“En la lógica del grupo de discusión, el grupo es una construcción ficticia. Se reúnen individuos que
no se conocen entre sí, no tienen metas ni objetivos “grupales”, carecen de un “nosotros”. El
grupo es un espacio artificial, es lugar y experimento, espacio creado para que en él s e produzca
la reflexión sobre algún tema. Del manejo de las conductas en el grupo se encarga el investigador.
[…] La forma grupo se dispersa al finalizar la sesión.[…]” (Margel, 2001:203-204)

El grupo fluctúa entre cinco y diez, tamaño idóneo para realizar una conversación, y es dirigido por
un preceptor, quien define el tamaño del grupo, la composición, la duración de la reunión, y
controla su desarrollo. La selección de sus integrantes se realiza como una muestra que
represente las relaciones que se investigan; la clase de miembros debe cumplir con una lógica de
representación cuantitativa y con un criterio de equilibrio cualitativo, ya que se espera que los
miembros del grupo cumplan con un criterio de heterogeneidad inclusiva: presencia de diferencias
que se homogeneizan en el intercambio verbal. Se distingue entre la heterogeneidad excluyente,
que es aquella que paraliza el diálogo, porque las oposiciones inhiben el intercambio; la
heterogeneidad inclusiva lo habilita. Se considera para elegir a los miembros del grupo lo más
común y los diferentes tipos de oposición de relaciones; lo diferente y lo minoritario, puesto que
se persigue que sea representativa de las articulaciones de las relaciones en las que se basan las
hipótesis. Mediante la discusión entre los integrantes del grupo se espera que se produzca una
homogeneización de significados de algún tema (Margel, 2001:205-206). La organización del grupo
se estructura para evitar los sesgos en la opinión, tales como la influencia de las figuras de
autoridad, la pre-fabricación de opiniones o posturas. Hay un preceptor que guía la discusión,
quien no debe emitir juicios de valor y debe acomodar su lenguaje a las características del grupo,
interviniendo lo menos posible Interviene: cuando el grupo se calla o se enoja, cuando se aleja del
tema o cuando un líder espontáneo monopoliza la discusión. Al analizar el texto, se persigue leer y
descodificar las ideologías de los discursos. Las reglas de interpretación y análisis emergen del
propio proceso de investigación; no se fijan con antelación; se relacionan con cómo se puede
pasar de las evidencias subjetivas al conocimiento objetivo. Se requiere vigilancia epistemológica
por parte del analista para controlar la contra-transferencia y su propia psicopatología. Al buscar
pasar de la situación empírica a la teoría, se enfrenta a tres problemas: la selección de los datos
pertinentes, que combina un acceso hermenéutico con la vía analítica; la selección de las teorías
capaces de acoger y recubrir los datos, y la evaluación de la aplicabilidad de los elementos a la
teoría y de la teoría a los elementos. Se trata de un descubrimiento de la teoría mediante un
proceso inductivo; puede también evaluarse la idoneidad de una teoría para para explicar los
datos, y se trata de un procedimiento de decisión, o se puede tratar de la evaluación de un
repertorio de teorías alternativas

La metodología de análisis del discurso comprende: a) perspectiva analógica, en la que los signos
significan por comparación, intentando construir homologías; la correspondencia que se busca
construir debe conservar la similitud por significado (analogía, en tanto que correspondencia
biunívoca entre las relaciones de propiedades de un conjunto, con respecto a las relaciones de
propiedades de otro conjunto) entre los términos dichos, y una similitud por estructura
(homología: similaridad en la pauta fundamental de la estructura, indicativa de antecedentes
comunes)(Gortari, 1988, citado en Margel, 2001:211), entre las relaciones de términos que
constituyen el discurso, tratando con ello desentrañar la estructura del discurso. Para ello, se
buscan las estructuras subyacentes donde se expresan las convenciones sociales que proceden de
las ideologías que expresan los sujetos, así como los elementos inconscientes que subyacen. En
segundo lugar, se pretende vincular el análisis del discurso producido por el grupo (microsituación
donde se estudió un problema determinado) con su referente, la macrosituación social.

“La encuesta estadística acepta el postulado de que existe la posibilidad de considerar una
realidad definible objetivamente y diferenciable del sujeto definidor. El dispositivo de
representación de la encuentra, -la muestra sobre la cual ella se aplica-es un microconjunto que
representa al macroconjunto. Tal representación es distributiva, ya que solo representa a los
elementos. […] la encuesta implica […] una forma autoritaria de producción de verdad, la cual no
permite dejar hablar a los actores, ya que arranca de los sujetos sus palabras de forma tal que les
asigna una simple realidad de cosas. […] este instrumento, así como la entrevista en profundidad
–técnica cuyo origen se remonta a la confesión religiosa-, al tener como unidad al individuo,
pueden comprenderse inscritos y proliferantes en el marco del capitalismo de producción
individualista [donde] el individuo es necesario técnicamente para su acoplamiento al ritmo de las
máquinas.” (Margel, 2001:216).

La perspectiva estructural investiga la dimensión estructural del componente simbólico en las


opiniones, en los discursos, y tiene como sujeto al grupo. Desde el punto de vista de Ibáñez, esto
refleja mejor el consumo, donde el individuo es sustituido por el grupo. La grupalidad surge como
necesidad en el ámbito del consumo, ya que mediante los productos se persigue que los
individuos construyan una relación de pertenencia y de identificación. La “marca” es el insumo
para la construcción de grupalidad, la cual es ficticia, ya que deviene de la dinámica capitalista: el
consumo es grupal pero no hay grupos reales, sólo aquellos generados para y por el capitalismo.
El grupo de discusión tiende a generar el consenso entre sus integrantes, de la misma forma que el
capitalismo se propone generar consensos mediante las marcas (Margel, 2001:217).

En el nivel epistemológico, la perspectiva dialéctica supone una investigación cuyo objetivo es el


cambio de algo. Por ello se propone el socioanálisis, donde las reuniones son del tipo asamblea. Es
un dispositivo de presencia, porque quienes participan en el grupo pueden actuar y corregir
rumbos; el conjunto es el sujeto. Implica que se habla, se discute y se toman decisiones para
modificar actitudes o acciones, y a partir de allí´ es posible que se generen intervenciones
(Touraine). Los postulados del socioanálisis son: no hay separación objeto-sujeto; el dispositivo no
busca la unificación y el consenso, y el dispositivo es mínimo, para que la instancia socioanalítica
diga lo que no se dice o incluso, pase a la acción.

En el socioanálisis, se rompe con las siguientes instancias articuladoras del grupo de discusión: El
rol central del investigador dentro del grupo; Imposición de la técnica de grupos de discusión
sobre la capacidad de acción de los miembros del grupo, ya que el preceptor la inhibe. Las
nociones de objetividad positivista, de inducción y de deducción que imperan en la técnica de
grupo de discusión.

Para transformarla en una técnica dialógica se requiere: Romper la relación sujeto-objeto, para
construir una relación simétrica sujeto-sujeto. La ruptura de la noción de objetividad positivista
por la de reflexividad, Lo objetivo es “[...] algo que se refleja y se refracta en lo subjetivo, que no
existe per se y que se despliega en una instancia donde se ponen en juego, y sin límites precisos,
los sentidos que los integrantes de un grupo le otorgan a sus acciones. Esta sustitución también
supone que el propio investigador está en proceso al igual que el investigado.” (Margel, 2001:219)

También podría gustarte