Está en la página 1de 36

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Facultad de Psicología

Tesis de grado – “Psycho-pass. El futuro del sujeto frente a las


nuevas tecnologías: un análisis a través de la narrativa
cinematográfica”

Alumna: María Amalia Coronel


L.U.: 374690440
Mail: maria.amalia.coronel@gmail.com
Tutora: Paula Paragis
DNI: 35.426.886
Índice

Introducción 2
Marco teórico 2
La vida digna de ser vivida 2
Nuevas tecnologías ¿nuevas humanidades? 6
El Sujeto: el inconsciente y la existencia del Otro 10
Estado del arte 12
Pregunta-problema e Hipótesis 13
Objetivos 13
Metodología 14
Desarrollo 15
Psycho-pass 15
Nuevas humanidades, ¿nuevos principios? 20
La narrativa cinematográfica: una ficción no tan ficcional 28
Conclusiones 29
Referencias bibliográficas 33

1
Introducción
La presente Tesis de Grado se ubica dentro del área de la clínica, dado que
busca poner en tensión la conceptualización lacaniana de sujeto con el avance de
las nuevas tecnologías, analizando enfoques teóricos sobre la inteligencia artificial,
la cultura cyborg y el transhumanismo.
Su desarrollo está guiado por el interés en entender el futuro del sujeto frente
a las nuevas tecnologías: cómo éstas operan sobre la dignidad humana, libertades
fundamentales, DDHH y autonomía. Se toman aportes de la filosofía, el
psicoanálisis y la bioética. Particularmente, se centra en el encuadre de la bioética
que propone Tealdi (2010) desde la perspectiva de los DD.HH.
Como antecedentes previos, se utilizan artículos de investigación
relacionados con este nuevo paradigma biotecnológico al que se adentra la
humanidad, haciendo hincapié en los posibles cambios en la manera de pensar
nociones como cuerpo y subjetividad desde su relación con la dignidad humana.
A través del cuestionamiento acerca de lo que puede enseñarnos el cine
sobre subjetividad, se aplica el método ético-clínico de lectura de films propuesto
por Michel Fariña (2014) y a través de la perspectiva de la narrativa cinematográfica
(Cambra Badii, 2018) se realiza un análisis de la serie de anime cyberpunk japonesa
Psycho-pass (Motohiro, 2012).

I. Marco teórico
La vida digna de ser vivida
Para Juan Carlos Tealdi (2010), la bioética es un campo normativo que en su
desarrollo histórico ha mostrado visiones contrapuestas acerca de las relaciones
entre ética y derechos humanos (p. 39). El autor relata que el origen de la primera
fuente normativa de la bioética ocurre el 9 de diciembre de 1946 cuando se dio
apertura al juicio realizado en Nüremberg contra los médicos nazis, quienes habían
infligido sufrimientos atroces y eliminado a centenares de miles de personas. El
Código como tal nace entonces desde la condena por los crímenes cometidos
contra la humanidad mediante los experimentos científicos que redujeron a millones
de personas a “subhumanos cuya vida no merecía ser vivida” (Tealdi, 2010, p. 39).
En explícita oposición al concepto de “la vida indigna de ser vivida”, el 10 de
diciembre de 1948 se aprueba la Declaración Universal de Derechos Humanos,
donde se expresó el reconocimiento de la dignidad intrínseca, los derechos iguales

2
e inalienables de todos los miembros de la “familia humana”, teniendo como base la
libertad, la justicia y la paz en tanto fines de los pueblos de las Naciones Unidas. La
Declaración Universal de Derechos Humanos aparece como la segunda fuente
normativa de la bioética, estrechamente asociada con el ya mencionado Código de
Nüremberg, en su universalismo ético para la medicina y las ciencias de la vida. El
concepto hegeliano de reconocimiento del otro, el kantiano de la dignidad intrínseca,
y el de los derechos iguales e inalienables de la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, se conjugaron entonces con un alcance universalista a la
ética y los derechos humanos (Tealdi, 2010, p. 39).
En la misma línea, en 1964 la Asociación Médica Mundial estableció la
Declaración de Helsinki sobre investigaciones con seres humanos, la cual pasó a
ser el instrumento de mayor respeto internacional en la materia. La misma afirma en
sus principios generales que el deber del médico es promover y velar por la salud,
bienestar y derechos de los pacientes, incluídos aquellos que participan en el ámbito
de investigación médica. Además, destaca que la investigación médica está sujeta a
normas éticas que sirven para promover y asegurar el respeto a todos los seres
humanos y para proteger su salud y sus derechos individuales (Declaración de
Helsinki, 1964, p. 1).
Aunque el objetivo principal de la investigación mencionada anteriormente
sea generar nuevos conocimientos, dicho objetivo nunca debe tener primacía sobre
los derechos y los intereses de la persona que participa en la investigación, dado
que es deber del médico u otro profesional implicado el proteger la vida, la salud, la
dignidad, la integridad, el derecho a la autodeterminación, la intimidad y la
confidencialidad de la información personal de las personas que participan en
investigación, siendo la responsabilidad de estos últimos la protección de las
personas que toman parte en la investigación, aunque hayan otorgado su
consentimiento, entre otros (Declaración de Helsinki, 1964, pp. 2, 3).
A partir de este breve recorrido histórico, Tealdi (2010) distingue cuatro
concepciones de la bioética que se encuentran en disputa a mediados del siglo XX
(pp. 39 - 41):
1) La concepción fundacional universalista de la bioética de los derechos
humanos (1947-1970).
2) La concepción liberal de la bioética de principios fundamentales (1970-1990).
3) La concepción neoliberal de la bioética pragmática global (1990-2003)

3
4) La concepción regresiva radical y el fin de la bioética (2003-…)
En este sentido, al modelo fundacional de indisociable vinculación entre ética
y derechos humanos, se le han presentado sucesivas alternativas de creciente
disociación. Una de esas concepciones ha llegado a sostener que el concepto de
dignidad humana, piedra fundamental de la arquitectura de los derechos humanos,
es un concepto inútil para la ética y ha de ser abandonado (Tealdi, 2010 p. 39). El
autor argumenta que Nuremberg dejó en evidencia que el desarrollo del
conocimiento por la racionalidad instrumental de la tecnociencia y el progreso de la
humanidad por la racionalidad moral, eran cuestiones distintas que no iban
necesariamente unidas para progresar juntas, siendo este un punto de inflexión de
la historia, una “revelación de la razón disociada” (Tealdi, 2010, p. 40).
Ahora bien, en contraposición a la bioética enmarcada en un enfoque de
derechos humanos, el autor destaca un hecho puntual ocurrido en el año 2003,
donde se observa la emergencia de una nueva concepción respecto a la bioética: la
finalización de la secuenciación completa del genoma humano, uno de los avances
considerados con mayor impacto a futuro en el campo de las ciencias de la vida y la
salud (Tealdi, 2010, p. 44).
En el apartado “La concepción regresiva radical y el fin de la bioética
(2003-…)”, Tealdi (2010) comenta que el anuncio del borrador del genoma realizado
por Clinton y Blair en el año 2000 prefiguraba la constitución de un complejo
corporativo político-industrial-académico de los países más acaudalados. En
diciembre de 2003, la bioeticista Ruth Macklin publicó un editorial en el British
Medical Journal donde argumenta que la dignidad es un concepto inútil en la ética
médica y puede ser abandonado sin ninguna pérdida de contenido, dado que no es
más que respeto por la autonomía de las personas. En el mismo sentido, en el
2003, la FDA1 (organismo regulador del medicamento en Estados Unidos) comenzó
a considerar seriamente el abandono de la Declaración de Helsinki.
He aquí entonces la aparición de una nueva concepción acerca de la bioética
y del significado de la dignidad humana mencionada por Tealdi (2010): en 2004, la
FDA hizo efectivo el abandono de la Declaración de Helsinki y reemplazandola por
las Guías de Buena Práctica Clínica de la Conferencia Internacional de
Armonización de los países industriales productores de medicamentos y

1
Abreviación de “The United States Food and Drug Administration”. Fuente: https://www.fda.gov/

4
biotecnologías. De este modo, Estados Unidos da un giro radical privilegiando los
intereses de la industria farmacéutica y biotecnológica. En 2005, año en que fue
aprobada la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la
UNESCO, los bioeticistas Landman y Schüklenk publicaron un editorial con una
crítica despectiva sobre la misma, diciendo que el actual borrador de la Declaración
podría quedar confortablemente bien en la honorable tradición en el tiempo de las
proclamas inconsecuentes de la UNESCO, argumentando que el Artículo N° 10
donde se menciona que “se habrá de respetar la igualdad fundamental de todos los
seres humanos en dignidad y derechos, de tal modo que sean tratados con justicia y
equidad” resulta ser un misterio para ellos en relación a qué parte de ese artículo es
una consideración bioética (Tealdi, 2010, p. 45).
Otro ejemplo que destaca Tealdi (2010) es que en 2007, el economista de
Harvard Alvin Roth publicó un artículo en el que se preguntaba por qué considerar
repugnante al mercado de órganos, cuando el concepto de repugnancia limita
mercados potenciales que deberían ser librados a los cálculos de utilidad
individuales, privados y libres. Y, en el mismo sentido de esta nueva concepción, en
2008 Diego Gracia defendió la posición presentada años antes por la bioeticista
mencionada anteriormente, Macklin, acerca de la inutilidad del concepto de dignidad
para la bioética, sosteniendo que ahora los derechos humanos son principios de
deber ‘prima facie’2, que en caso de conflicto con otros principios pueden verse
obligados a ceder (p. 46).
Si bien la bioética originalmente surgió como reclamo de asociación entre la
razón moral y protección legal universalista, como memoria de las víctimas de una
ciencia que había tratado a los seres humanos como cosas sin valor alguno, en el
marco de fenómenos expuestos anteriormente, se puede entrever la pretensión de
reemplazar la ética del sistema internacional de derechos humanos por la ética del
dominio normativo global de la mega corporación
Industria-Academia-Administración de los países más acaudalados (Tealdi, 2010,
pp. 40-44).

2
Loc. adv. a primera vista. U. m. en leng. jurídico y c. coloq. Fuente: https://dle.rae.es/prima%20facie.
Sin embargo, esta acepción hace referencia al enfoque principialista propuesto por T. Beauchamp y J. Childress en Principles
of Biomedical Ethics (1979), donde estos autores, siguiendo al filósofo deontologista David Ross, establecieron unos principios
prima facie, que resultan evidentes a la mente humana de manera intuitiva. Estos principios: beneficencia, no maleficencia,
autonomía y justicia, son obligatorios a menos que entren en conflicto con las obligaciones expresadas en otro de los
principios. No plantean un orden jerárquico en los principios que fije una pauta de preferencia cuando colisionan entre sí, sino
que debe sopesarse lo que cada principio demanda en el contexto de su aplicación para determinar cuál de ellos prevalece.
Fuente: https://salud.gob.ar/dels/printpdf/122.

5
En suma, para Tealdi (2010) la discusión radica en que el abandono del
concepto de dignidad encuentra su justificación en el ser reemplazado por el respeto
de la autonomía de las personas. Negando este concepto, dejaría de tener sentido
la distinción vida digna/vida indigna al ser reemplazada por la distinción vida
autónoma/vida no autónoma. Al afirmar que los derechos humanos son principios de
deber ‘prima facie’ que en caso de conflicto con otros principios pueden verse
obligados a ceder, esta nueva concepción abre las puertas a sostener que se debe
respeto a las vidas autónomas pero se puede justificar el terminar con las vidas no
autónomas, lo cual en caso de no ser así, nos lleva a pensar que hace falta otro
concepto además que el de autonomía para poder dar una explicación a dicha
diferencia sin replicar el horror vivido en el nazismo. (Tealdi, 2010, pp. 46-47).

Nuevas tecnologías ¿nuevas humanidades?


Paula Sibilia (2005) comenta que el dualismo cartesiano grabó en el
pensamiento occidental la división de los componentes “mente” y “cuerpo”,
formulando un enigma que, hasta el día de hoy, permanece irresuelto: cuál es la
naturaleza del sujeto y cuál es su relación con el mundo material (p. 114). Desde
ese lugar se desprende la clasificación de los dos monismos básicos de la tradición
filosófica: el materialista y el idealista. La autora afirma que las tendencias de la
cibercultura y la teleinformática desde sus propuestas de “inmortalidad de la mente”
(p. 115) a través de la inteligencia artificial y la virtualización de los cuerpos en las
redes de datos, parten desde un impulso fáustico3, el cual guía a la tecnociencia
contemporánea hacia cierta aversión a lo perecedero del ser humano. Lo
mencionado anteriormente reafirma así, mediante las nuevas variantes de la
metafísica tradicional, el viejo dualismo mencionado: se privilegia el polo inmaterial y
se castiga el polo material (Sibilia, 2005, p. 115). Lo perecedero del cuerpo humano
se vuelve entonces lo pecador, lo impuro, lo fatalmente limitado, un objeto de
resentimiento por no ser una invención técnica. La autora refuerza esta idea
agregando que ciertos teóricos de la IA4 y la cibercultura sostienen una idea
simplista: al copiar en detalle el cerebro humano se lograría recrear al sujeto cuyo
cerebro se ha emulado (Sibilia, 2005, p.116).

3
Perteneciente o relativo al mito o al personaje de Fausto, especialmente el de Goethe, y a la actitud que este personaje
representa. Fuente: https://dle.rae.es/f%C3%A1ustico
4
Abreviatura de Inteligencia Artificial.

6
Ahora bien, para abordar la problemática actual ante las nuevas tecnologías,
es necesario además involucrar a los movimientos filosóficos que advierten sobre la
necesidad de repensar la humanidad y al sujeto humano como tal.
Como antecedente a dichos movimientos, es menester destacar la existencia
de Donna Haraway (1984) con su obra maestra, el Manifiesto Cyborg. Desde un
enfoque feminista, la autora argumenta e introduce una nueva concepción: el cyborg
es un organismo cibernético, híbrido de máquina y organismo; una criatura de
realidad social y también de ficción. Para Haraway (1984) el cyborg aparece como
una experiencia viva que posee la capacidad de poder cambiar lo que realmente
importa, donde las fronteras entre ciencia ficción y realidad social son una ilusión
óptica. En un extenso recorrido, la autora afirma que durante los siglos XIX y XX, la
biología y la teoría evolucionista produjeron de manera simultánea distintos
organismos modernos como objetos de conocimiento, acto que redujo la línea que
separa a los humanos de los animales a un débil trazo dibujado de nuevo en la
lucha ideológica de las disputas profesionales entre la vida y la ciencia social
(Haraway, 1984, p. 5). Añade además, que la ideología determinista biológica es
solo una posición abierta en la cultura científica para defender los significados de la
animalidad humana, lo que ubica al cyborg entonces, como algo mitificado dado que
este se halla precisamente transgrediendo la frontera entre lo animal y lo humano
(Haraway, 1984, p. 6).
Para Gilbert Hottois (2016), la etiqueta “transhumanismo” reúne una nebulosa
de personalidades y de ideas, en la que una posible argumentación seria limita con
lo fantasioso, haciendo muy fácil seleccionar textos y declaraciones con la intención
de desacreditar dicha corriente. En este sentido, el autor sostiene la fama del
transhumanismo como la “idea más peligrosa del mundo”, dichos que declaró
Francis Fukuyama5 en 2004, lo cual al mismo tiempo sirvió de una excelente
publicidad para este movimiento.
Hottois (2013) toma a los principales exponentes del movimiento
transhumanista para argumentar que el transhumanismo fundamenta sus creencias
en que la humanidad, la condición humana en sí misma, es plausible de ser
radicalmente modificada. Es un movimiento filosófico y cultural que se “preocupa por
promover formas responsables sobre el uso de la tecnología para mejorar las

5
Reconocido politólogo estadounidense. Fuente: Francis Fukuyama (stanford.edu)

7
capacidades humanas y aumentar el alcance del florecimiento humano” (Hottois,
2013, p. 151). De ahí el interés del transhumanismo por transformar las tecnologías
en el sentido de un levantamiento paulatino de sus posibles “limitaciones”: control de
la senescencia6 y longevidad indefinida, aumento de las capacidades cognitivas y
morales, eliminación de todo sufrimiento no deseado, fin del encierro en el planeta
Tierra entre otros (Hottois, 2013, p. 151).
Para Hottois (2016), el transhumanismo se orienta hacia una
autotrascendencia material tecnológica de la especie humana, pudiendo estudiarlo
desde diferentes puntos de vista: cultural, sociológico, político, económico o
filosófico. El autor, desde lo que remarca como una aproximación filosófica,
constructiva y crítica, argumenta que las ideas transhumanistas son dignas de
atención, ya que las mismas ofrecerían la posibilidad de articular de un vasto
conjunto de ideas y de problemáticas antropológicas, epistemológicas, éticas,
políticas e incluso ontológicas, cuestiones tratadas en los debates bioéticos, ya que
desde el comienzo del siglo XXI, el transhumanismo está implicado en la bioética y
en la biopolítica, llegando a ser el adversario del “bioconservadurismo” (Hottois,
2016, p. 4).
Desde otro enfoque, aparece la inteligencia artificial (IA), ya no como un
movimiento sino como una disciplina del campo tecnocientífico. La misma puede
interpretarse desde el escenario de la tecnociencia que pretende entender, modelar
y replicar inteligencia y procesos cognitivos a través de involucrar variables
lógico-matemáticas, mecánicas y desarrollos biológicos (Villalba Gómez, 2015, p.
139).
Para Villaba Gómez (2015), el origen de la IA se basa en construir elementos
cuya operatividad se pueda asimilar en diversos campos de acción, uno de ellos
dirigidos hacia a la fisiología y funcionamiento de las neuronas cerebrales. Según el
autor, la IA ha evolucionado históricamente desde los ambientes computacionales
hasta extensiones en robótica y sistemas expertos. Los mecanismos en los que se
basa, permiten identificar un punto de correlación tecnocientífico frente al ya
mencionado transhumanismo, ya que ambos convergen en conceptos referenciales
tales como bio (vida), info (información), cogno (conocimiento) y nano (simplicidad),
equivalentes a la biotecnología, la información tecnológica, la ciencia cognitiva y la

6
Adj. Que empieza a envejecer. Fuente: https://dle.rae.es/senescente

8
nanotecnología. En este sentido, la IA intenta comprender de manera científica los
mecanismos que fundamentan el pensamiento y el comportamiento humano
inteligente, como así también su incorporación a las máquinas. Su finalidad radica
en la búsqueda de un contexto específicamente alternativo al servicio del desarrollo
humano donde se pueda reconocer el grado de correlación y amplitud de las
máquinas (Villalba Gómez, 2015, p. 139).
Los trabajos desarrollados en inteligencia artificial han permitido categorizarla
bajo cuatro enfoques (Villalba Gómez, 2015, p. 142):
- Sistemas que piensan como humanos: se corresponde a máquinas que
cuentan con información y la procesan con el propósito de comprender y
predecir. Se trata de la “misteriosa” habilidad humana para reconocer al
instante un objeto, incluso antes de que seamos conscientes de su presencia.
- Sistemas que piensan racionalmente: basado en el enfoque de las leyes del
pensamiento aristotélico, utilizan la lógica como una alternativa para hacer
inferencias.
- Sistemas que actúan como humanos: se identifican como máquinas con
capacidad para ejecutar funciones que realizadas por humanos requieren de
inteligencia, se orienta a las actividades rutinarias del hombre con la finalidad
de que en algún futuro las mismas puedan ser integradas en la vida
cotidiana.
- Sistemas que actúan racionalmente: se enmarca bajo el escenario de lo hoy
denominado “singularidad tecnológica”, siendo el enfoque que más rápido
avanza en la actualidad. Son sistemas de automatización de una conducta
“inteligente”. Esta construcción algorítmica evidencia una forma de recordar
tareas e identificar patrones de comportamiento, resultados que permiten en
su programación sintetizar algoritmos de identificación de expresiones
propias de los mismos usuarios.
Resulta importante destacar el concepto de singularidad tecnológica. El
mismo identifica técnicamente a la inteligencia artificial en tanto que esta busca
mejorar las capacidades humanas por medio de la creación y uso creciente de
variables tecnológicas. Nacido desde varias aristas conceptuales, el término
“singularidad”, traducido del inglés “singularity”, es adoptado por matemáticos para
indicar un valor numérico que trasciende a cualquier limitación finita, o desde un
concepto más futurista de la ciencia, una tecnología que parece expandirse a una

9
velocidad infinita. A medida que la humanidad se fusione con estas tecnologías, se
cree que nos haremos más inteligentes, lo que implicaría un cambio en la naturaleza
de nuestra habilidad como humanos de comprender la realidad (Villalba Gómez,
2015, p. 142).
Como sostiene Villalba Gómez (2015), finalmente los ambientes en
inteligencia artificial y su desarrollo se encuentran íntimamente atravesados por el
crecimiento exponencial que plantea la singularidad tecnológica. Este escenario del
avance prospectivo a la inteligencia artificial permitirá contar con la capacidad de
reconocer “patrones” fácilmente convertibles en algoritmos, con una velocidad y
almacenamiento de información de memoria exponencial que permitirían compartir
capacidades de inteligencia humana-máquina en escenarios biológicos y no
biológicos (p. 143).

El Sujeto: el inconsciente y la existencia del Otro


Los conceptos introducidos anteriormente convergen en un punto
fundamental que, si no fuera por él, no existirían: el sujeto. Para que el sujeto
advenga como tal, Lacan (1964) sostiene que es condición lógica que aparezca la
figura del Otro: una posición, un campo que actúa determinando o designando qué
es y cómo es cada cosa.
Previo a continuar con la noción lacaniana de sujeto, es necesario introducir
ciertos conceptos de importancia para esta escuela con el fin de no utilizar otras
concepciones que podrían resultar erróneas, tales son: significante, inconsciente,
deseo, la noción del Otro y el goce. Para la teoría lacaniana, un significante no
puede ser definido individualmente, sino que está sujeto al contexto de los otros
significantes a los que se encuentra enlazado a modo de cadena este primer
significante. En su Seminario III, Lacan (1955-56) sostiene que el significante es el
material del lenguaje, la trampa es creer que las cosas son el significado. El
significante al contrario del significado, es distinto, dado que siempre remite a otro.
El lenguaje constituye la estructura fundamental del sujeto, y, lo que ordena lo
inherente al lenguaje es el orden simbólico.
Ahora bien, en su Seminario XI, Lacan (1964) argumenta que de manera
mayéutica y erística, es necesario ver el inconsciente como los efectos de la palabra
sobre el sujeto, en la medida en que sus efectos son tan radicalmente primarios
sobre el sujeto que él mismo se encuentra determinado por ellos. En este sentido, el

10
inconsciente es la suma de los efectos de la palabra sobre un sujeto, en el nivel en
que el sujeto se constituye como tal por los efectos del significante antes
mencionado. En la misma línea el autor sostiene:
Esto deja bien sentado que con el término sujeto -por eso lo
recordé inicialmente- no designamos el sustrato viviente necesario
para el fenómeno subjetivo, ni ninguna especie de sustancia, ni ningún
ser del conocimiento en su patía, segunda o primitiva, ni siquiera el
logos encarnado en alguna parte, sino el sujeto cartesiano, que
aparece en el momento en que la duda se reconoce como certeza sólo
que, con nuestra manera de abordarlo, los fundamentos de este sujeto
se revelan mucho más amplios y, por consiguiente, mucho más
sumisos, en cuanto a la certeza que yerra. Eso es el inconsciente.
(Lacan, 1964, pp. 132 - 133)
Dicho esto, el autor va a argumentar que un sujeto se incorpora a la
estructura del deseo del Otro a partir de las operaciones de alienación y separación.
El sujeto adviene como efecto del intervalo entre un significante y otro (Lacan,
1964). El Otro como tal, es una posición, un campo que actúa determinando qué o
cómo es cada cosa. Desde el lugar del Otro es que se establece la estructura
significante que opera para un sujeto. Es la condición lógica primordial para que
pueda advenir el sujeto, el sujeto del inconsciente.
Cuando el sujeto encuentra una falta en el Otro, en la propia intimación que
ejerce sobre él ese Otro, aparece como intervalo en su discurso. Ese intervalo que
corta los significantes y además forma parte de la propia estructura del significante,
Lacan lo definió como metonimia. Allí se esconde lo que el autor conceptualiza
como deseo –la política del psicoanálisis lacaniano– y dando como resultado que el
sujeto aprehende el deseo del Otro en lo equívoco de su mismo discurso, quedando
incorporado a la estructura del deseo del Otro (Lacan, 1964).
El sujeto entonces no es sin los significantes del Otro, pero tampoco es
ninguno de ellos en sí. Partiendo de la conceptualización lacaniana de sujeto es que
se puede pesquisar que su constitución se encuentra en términos del orden
simbólico. La constitución del sujeto como tal y su incorporación a la estructura del
deseo no se determina por algo del orden biológico, sino que depende del lenguaje.
Continuando con la introducción de los conceptos de la teoría lacaniana, en
su seminario 20, Lacan (1972-73) introduce la noción de sustancia gozante como

11
aquella que se define únicamente por lo que se goza. El autor entiende esta
sustancia gozante como una propiedad del cuerpo viviente pero remarca que se
trata de un cuerpo en tanto atravesado por el significante; es decir, simbolizado por
el Otro. Se trata entonces de un cuerpo que solo afectado por el significante, es
capaz de producir sustancia gozante: se goza corporizando el goce de modo
significante, solo se puede gozar de una parte del cuerpo del Otro, ya que
finalmente es el Otro quien goza. Esto se debe a que el significante se sitúa a nivel
de la sustancia gozante, siendo la causa del goce: no se goza sino corporeizándolo
de manera significante (Lacan, 1972, p. 33).
En suma, el lenguaje constituye la estructura fundamental del sujeto, no
siendo nada sin los significantes del Otro pero tampoco siendo uno de ellos, un
significante que representa frente a otro significante (Lacan, 1953). Desde esta
concepción enmarcada por el lenguaje se intentará responder a las indagaciones
planteadas en este trabajo.

II. Estado del arte


Utilizando bases de datos como Lilacs, PubMed, SciELO y a través de los
descriptores: “transhumanismo”, “bioética cyborg”, “cultura cyborg”, “inteligencia
artificial”, “poshumanismo” se accede a recientes artículos de investigación sobre un
nuevo paradigma biotecnológico. Particularmente en el ámbito de la psicología
puede advertirse una pausa en la publicación de artículos de investigación durante
el período 2017 – 2020. Sin embargo, se puede ver una tendencia en los últimos 5
años sobre la indagación de los aspectos éticos y bioéticos implicados en el avance
de las nuevas tecnologías y sus usos.
A pesar de que no se encontraron en estas bases de datos artículos que
aborden la temática desde una perspectiva psi, hay 3 tesis de grado pertenecientes
a la Facultad de Psicología (UBA): “Ghost in the Shell y subjetividad cyborg”
(Martinez,2018); “Neuralink y los albores del transhumanismo: Consideraciones
bioéticas y estrategias para habitar la Cuarta Revolución Industrial” (Rufino, 2021) y
“La corporeidad en la inteligencia artificial y sus efectos en el sujeto de la
hipermodernidad” (Schnock, 2016), que serán tomadas como antecedentes previos,
dado que dichas investigaciones se articulan con la pregunta de este trabajo, su
temática y objeto. Además, las mismas son desarrolladas desde una perspectiva

12
psi, abordando conceptos como cuerpo y sujeto desde un enfoque psicoanalítico,
siendo éstos atravesados por las nuevas tecnologías.
Investigaciones previas arrojan que la dinámica del crecimiento en la
construcción tecnocientífica alrededor de la ampliación de las capacidades humanas
se están convirtiendo en el escenario emergente de análisis y reflexión filosófica,
llamando a la bioética a identificar y analizar, desde la protección de la vida humana,
los posibles juzgamientos éticos que se puedan presentar en la conjunción de dicha
dinámica (Villalba Gómez, 2016).

Desde la bioética, sobre todo en el campo de la medicina o neurociencias, se


presenta un incremento en el período 2017-2020 e inclusive en la actualidad, dado
que los avances tecno-científicos convocan a profundizar en la investigación de este
novedosa área, dado que se tiende a relacionar, tal y como plantea Tealdi (2010),
las prácticas biomédicas con la ética y bioética como campos exclusivos de la
medicina tradicional por su relación con el cuerpo en un estrato biológico. En el
desarrollo de este trabajo se intentará dar cuenta de porqué se realiza este llamado
a la bioética por cómo operan las nuevas tecnologías en el sujeto.

III. Pregunta-problema e Hipótesis


¿Cómo operan las nuevas tecnologías y su objetividad en el sujeto, los
principios bioéticos de dignidad humana, libertades fundamentales, DDHH y
autonomía? ¿Cómo inciden en contemplar la construcción de un nuevo sujeto?

➢ De estas preguntas se desprende la siguiente hipótesis:


➔ El avance de las nuevas tecnologías sin una perspectiva sostenida en los
principios bioéticos y los derechos humanos produce la construcción de un
nuevo sujeto pretendidamente más autónomo que humano.

IV. Objetivos

Objetivos generales:
➔ Analizar cómo operan los efectos de las nuevas tecnologías sobre el sujeto a
partir de los principios bioéticos de dignidad humana, DDHH, libertades
fundamentales y autonomía.
➔ Ponderar las consecuencias de las nuevas tecnologías sobre la posible
construcción de un nuevo sujeto.
Objetivos específicos:

13
➔ Conceptualizar los vínculos existentes entre la objetividad tecnológica y la
opresión de las libertades fundamentales.
➔ Indagar las concepciones de sujeto en los movimientos cyborg y
transhumanista y su relación con la dignidad humana.
➔ Conjeturar sobre el “sujeto” del psicoanálisis frente al nuevo paradigma
tecnológico.
➔ Describir la importancia que brindan los aportes de la narrativa
cinematográfica sobre las nuevas tecnologías.

V. Metodología

Si bien el tipo de investigación del presente trabajo se inscribe dentro del tipo
cualitativo, se propone hacer foco en el abordaje de investigación de objetos y
fenómenos culturales (Ynoub, 2011). Aunque ambos están orientados a la
comprensión o interpretación del asunto investigado sin generalizar los resultados
de forma probabilística admitiendo paradojas, incertidumbres, dilemas éticos y
ambigüedades (Sampieri et al., 2010), su diferencia radica en que no se trata
únicamente de estudiar a sujetos humanos inmersos en sus contextos, sino de
incluir las diversas producciones culturales que abarcan el estudio e investigación
del cine, pintura, teatro o música, hasta el análisis de mitos, publicidades, discursos,
narraciones populares o religiosas (Ynoub, 2011).
El ser humano es un género literario y una especie narrativa en sí mismo
(Mainetti, 2008). La vida humana consiste en historizarse, por ello lo fecundo de la
bioética narrativa se encuentra en revalorizar la importancia de la imaginación en la
ética sin excluir la subjetividad de la comprensión humana (Mainetti, 2008). Por
dicho motivo se utilizará el método clínico-analítico propuesto por Michel Fariña
(2015), el cual parte de cuestionarse sobre qué puede enseñar la narrativa
cinematográfica sobre la subjetividad a partir de la articulación del cine y la
psicología. La transmisión y el análisis de la complejidad bioética a través de la
narrativa cinematográfica permite que el espectador se convierta en parte activa y
creativa de la problemática bioética, dado que supone un doble movimiento entre las
normativas y códigos deontológicos junto con los elementos singulares de cada
caso (Cambra Badii, 2016).
Se tomará como muestra un único material cinematográfico, la primera
temporada de la serie de anime cyberpunk japonesa Psycho-pass (Motohiro, 2012).

14
Se la abordará a partir del análisis contextual de las historias de sus personajes
principales: los miembros de la Unidad 1 de la División de la Oficina de Seguridad
Pública e Investigación Criminal. La elección del material se basa en que la historia
transcurre en un futuro distópico, donde la sociedad está dirigida bajo el sistema de
inteligencia artificial llamado Sibyl, el cual se encarga de todas las decisiones de la
población desde su nacimiento. El futuro es asignado arbitrariamente y sin derecho
a cambios, dado que Sibyl se presenta como la máxima expresión de objetividad
lograda por la humanidad, un sistema se supone perfecto. Dicho sistema mide de
forma instantánea el "Coeficiente de Criminalidad" de una persona, decidiendo
también si debe ser sometida, arrestada o eliminada. Esta puesta en tensión
constante entre los personajes y las paradojas que representa Sibyl, desprende
ciertos enigmas que funcionarán de matriz para abordar la temática elegida.

VI. Desarrollo

Psycho-pass
Psycho-Pass se desarrolla en la ciudad de Tokio en el año 2113. En este
futuro distópico, la sociedad está dirigida bajo un sistema de inteligencia artificial (IA)
llamado Sibyl. Desde el nacimiento de una persona, todo es controlado por los
datos recopilados del sistema Sibyl, y, según las aptitudes de cada persona, el
futuro para ésta es asignado sin derecho a cambios.
Sibyl hace posible medir de forma instantánea el estado mental de una
persona, su personalidad y la probabilidad de que dicha persona vaya a cometer
delitos. Esto se debe gracias a un escáner psico-somático que realiza un escaneo
de las funciones del cerebro y de las demás funciones biológicas y químicas del
cuerpo, determinando el Psycho-Pass propiamente dicho: es un número asociado a
un color en cada persona. Cuando esta probabilidad, medida como el índice de
"Coeficiente de Criminalidad", es demasiado alta (cuando posee un color muy
oscuro y un número muy elevado) los individuos son perseguidos y detenidos con
fuerza letal, en caso de ser necesario. En todos los lugares hay sensores capaces
de medir el nivel de estrés de una zona específica para evitar la alteración del orden
social. Cuando los niveles de estrés se elevan, el sistema se pone en alerta dando
la señal de que un ciudadano presenta un coeficiente de criminalidad elevado.

15
Antes de continuar con el desarrollo de esta historia, es importante esclarecer
la terminología7 utilizada dado que presenta neologismos y acepciones que, en caso
de no haber visto la serie, pueden generar confusión:
- Psycho-Pass: Biomarcador que indica el estado mental de una persona, su
personalidad y la probabilidad de que dicha persona cometa crímenes.
- Coeficiente de Criminalidad: La probabilidad de que un ciudadano vaya a
cometer delitos. Está determinado por los niveles de estrés y otras lecturas
biológicas en el ciudadano. Aquellos sujetos cuyos coeficientes de
criminalidad estén más allá de un cierto nivel se identifican como criminales
latentes.
- Sistema Sibyl: El sistema que controla todos los datos registrados del
Psycho-Pass.
- Psycho-Hazard: Un fenómeno en el que las acciones y el comportamiento
de una persona con un Coeficiente Criminal elevado pueden alterar y causar
estrés a otras personas, afectando su estado mental y por lo tanto elevando
su Coeficiente Criminal a un ritmo acelerado.
- Dominator: Arma de alta tecnología utilizada por los inspectores de la Oficina
de Seguridad Pública e Investigación Criminal y sus fuerzas, sólo puede ser
usada por la persona que esté registrada en su memoria interna. Se porta y
acciona como una pistola común, sirve para leer el Coeficiente de
Criminalidad de esa persona. Por defecto está inactivo para evitar disparar
contra gente inocente. Cuando es dirigida a alguien con un coeficiente alto
cambiará a modo paralizador disparando municiones no letales para capturar.
Si un objetivo tiene un coeficiente de criminalidad muy alto, pasará al modo
'Eliminator Letal' que, como su nombre lo indica, hace disparos mortales
destruyendo a su objetivo.
- Criminal Asintomático: Personas cuyo bajo coeficiente de criminalidad no
coincide con su psicología criminal, lo que las hace inmunes al Dominator.
Es decir, el dominator es incapaz de detectar un coeficiente de criminalidad
alto en estas personas, por eso las vuelve inmunes, su Pyscho-pass
permanece inalterable inclusive cuando están cometiendo crímenes atroces.
Se estima que 1 de cada 2 millones de personas posee esta condición. Se

7
Fuente: https://psychopass.fandom.com/wiki/Psycho-Pass_Wiki

16
cree que es debido a que estas personas no consideran que sus actos
criminales sean malos. Su existencia es desconocida para el público a fin de
mantener la fe intacta en el juicio del Sistema Sibyl.
La historia sigue a la Unidad N° 1 de la División de la Oficina de Seguridad
Pública e Investigación Criminal, el equivalente a la policía de la actualidad, la cual
dirige y administra el trabajo de todo el cuerpo armado. Es dirigida por la inspectora
Akane Tsunemori quién posee una característica poco común: el color de su
psycho-pass nunca se vuelve oscuro por más situaciones violentas o de estrés que
experimente, siendo ideal para el trabajo. El sistema la considera una ciudadana
ejemplar no solo por este motivo sino también por su particular personalidad y modo
de pensar (Trapero, 2019).
Para ayudar a que sus psycho-pass no se eleven, los inspectores como
Akane trabajan con Ejecutores, quienes en su gran mayoría son personas cuyo
psycho-pass fue “corrompido” convirtiéndose en criminales latentes. Suelen ser
personas que corren ese destino por poseer “pasiones muy fuertes” o mismo “mayor
inteligencia”, viéndose obligados a servir a la policía para no ser encarcelados o
sometidos a terapias comportamentales más cruentas en el intento de modificar el
color de su psycho-pass. Uno de los principales ejecutores es Shinya Kōgami,
quien antiguamente había sido inspector, pero fue degradado ya que su color se
había oscurecido por un aumento en su coeficiente de criminalidad a partir de un
caso de asesinato que tuvo que investigar. Podría decirse (en un comienzo) que los
ejecutores son criminales a quienes el Sistema Sibyl les ha dado una “segunda
oportunidad” (Trapero, 2019). Además de Kōgami, Akane Tsunemori trabaja con
otro inspector y otros 3 ejecutores8:
- Nobuchika Ginoza: Veterano inspector y antiguo compañero de Shinya
Kōgami. Está a cargo de los ejecutores de la Unidad 1. Pese a sus altas
capacidades, su frustración provoca que su coeficiente de criminalidad esté
aumentando, con lo que corre el riesgo de ser degradado en un futuro.
- Tomomi Masaoka: Es el de mayor edad entre todos los ejecutores de la
Unidad 1. Hombre honesto y veterano, con una gran experiencia e intuición.
Siendo uno de los mejores inspectores de la oficina cuando se implantó el
sistema Sibyl, el no ser capaz de adaptarse a este nuevo sistema fue lo que

8
Fuente: https://psychopass.fandom.com/wiki/Psycho-Pass_Wiki

17
provocó la elevación de su coeficiente de criminalidad y su posterior
degradación.
- Shūsei Kagari: Ejecutor de la Unidad 1. Tuvo una infancia normal hasta que
a la edad de cinco años fue detectado como un criminal latente durante el
examen médico del ministerio, siendo llevado al centro de rehabilitación.
- Yayoi Kunizuka: La única ejecutora mujer de la Unidad 1. Ella siempre se
muestra tranquila y serena, incluso ante los crímenes más brutales. Es
detectada como una criminal latente debido a su afición por la música, lo que
la llevaba a no ser emocionalmente estable ya que alteraba su psycho-pass,
aunque haya sido una guitarrista autorizada por el Sistema Sibyl
anteriormente.
Es de importancia también destacar la existencia de Jōji Saiga, personaje
secundario y consejero de Kōgami, a quien le tiene gran estima. A petición de
Kōgami, Saiga le brinda algunas de sus enseñanzas a la entonces nueva
inspectora Akane Tsunemori. Saiga es un hombre muy eficiente, pero prefiere vivir
recluido, le disgusta la sociedad actual y prefiere vivir a la vieja usanza, de una
manera más analógica. Saiga enseñaba psicología a antiguos inspectores, entre
ellos estaba Kōgami.
A medida que avanzan los episodios, se ve a los Inspectores y ejecutores
lidiar con varios casos. El objetivo principal de la primera temporada es hallar al
criminal asintomático Shogo Makishima, ya que este es una amenaza para Sibyl
dado que da cuenta de una anomalía del sistema, hecho que altera la confianza de
la población. La intención de Makishima va más allá de la comisión de crímenes ya
que plantea una rebelión antisistema. Así, la unidad 1 y particularmente Kogami,
irán tras Makishima para frustrar su plan de destrucción de Sibyl. En dicha
búsqueda se encontrarán con el magnate —reconocido por su militancia cyborg y
ser uno excepto por su sistema nervioso— Senguji (secuaz momentáneo de
Makishima), quien va a practicar su deporte favorito, la caza humana, con Kogami.
Ese hecho se termina frustrando al ser traicionado por Makishima y posteriormente
destruído (Trapero, 2019).
En el mismo sentido que lo hizo con Senguji, mediante la utilización de otras
personas como medios para su fin, Makishima orquesta una revuelta popular
repartiendo unos cascos que cambiarán la configuración del psycho-pass de los
ciudadanos llevando a la sociedad a un completo estado de caos. Al no poder

18
contra Makishima, el sistema Sibyl intentará integrarlo a su red de cerebros
humanos interconectados mediante dispositivos tecnocientíficos (verdadera forma
corpórea de Sibyl) sin éxito, como también intentará hacerlo con Kogami y Akane.
Todos los personajes conocerán en un momento determinado la realidad de Sibyl y
optarán por combatirlo o enfrentarse cada uno a su manera: Akane desde dentro
defendiendo la idea de “persona/sujeto” frente a una codificación numérica y
Kogami asumiendo en cierto modo los postulados de Makishima (Trapero, 2019).
Makishima es un antagonista brillante, un personaje culto cuyas lecturas y
postulados científico-filosóficos son las claves para el sentido de la serie. Considera
a Sibyl como la perfecta muestra del panóptico de Foucault, donde no solo uno
controla al resto de la sociedad anulando su libertad de elección sino también
propiciando su aislamiento. Se muestra que Japón ha sido aislado de la política y
economía del resto del mundo y que Sibyl tiene la intención de exportar su modelo
social como una nueva forma de colonización no democrática y de injerencia en
regímenes políticos. A las referencias de Foucault se le sumarán lecturas de los
textos de Descartes y, de manera especial, obras literarias esenciales para la serie:
Los viajes de Gulliver de Swift; las obras de Philip K. Dick y, finalmente, Heart of
Darkness de Joseph Conrad como texto en el que se reflexiona acerca de la
relación entre el colonialismo, el imperialismo, la locura y la creación de un ser
omnipotente pero fantasmagórico y castrador que es comparado con Sibyl (Trapero,
2019).

Finalmente, la primera temporada concluye con la muerte de Makishima en


manos de Kogami, hecho que termina de corromperlo y lo vuelve uno de los
principales enemigos del sistema, dado que éste quería capturar a Makishima con
vida para utilizar su inteligencia a partir de fusionarlo con Sibyl. Akane es
contactada por el Sibyl, de quien conoce su verdadera forma e intenciones, pero no
parará hasta demostrarles que hay un modo diferente de ver el mundo, que engañar
a una población entera en pos de un progreso ficticio no es el modo. Sin embargo,
Sibyl decide que Akane sigue siendo valiosa siempre y cuando no divulgue la
información que sabe, hecho con el que la manipulan dado que eso pondría en
peligro la humanidad.

19
Nuevas humanidades, ¿nuevos principios?
Tomando la descripción que realiza la ya mencionada autora Paula Sibilia
(2005), la filosofía transhumanista es aquella en la que el humanismo es llevado a
los extremos, desafiando los límites propios de la humanidad (como el no
envejecimiento y la inmortalidad) mediante la ciencia y la tecnología, siendo la
humanidad considerada un estado transitorio en la evolución de la inteligencia y
utilización de los saberes tecnocientíficos para acelerar la transición de la condición
humana a la transhumana o posthumana.
Senguji Toyohisa, el magnate cyborg presentado anteriormente, si bien
tiene una corta aparición en la serie, ofrece una serie de diálogos mediante una
entrevista que tiene con una periodista que pueden servir de argumento a lo
planteado por Sibilia (2005). En el episodio N° 9 titulado “La fruta del paraíso” dice:
Senguji -Gracias por invitarme.
Periodista -(mirando a la cámara) El uso de la tecnología
cyborg con fines médicos es ahora común en nuestras vidas. Sin
embargo, alguien como el señor Senguji, cuyo cuerpo, excepto su
sistema nervioso, es un cyborg, aún es poco común…
S -Es un misterio para mí por qué otras personas no han
renunciado a sus limitados cuerpos.
P -¿”Limitados”, dice?
S -Platón dijo que nuestros cuerpos son prisiones para nuestras
almas. Me permite probar nuevas actividades todo el tiempo. Nunca
pensé que vencer el envejecimiento traería tanta felicidad. Pero eso es
algo que no se comprende hasta adoptar un cuerpo ciberizado.
P -Pero incluso con la última tecnología la vida útil del cerebro
se estima en 150 años. He oído que estamos muy lejos de la
ciberización completa del cerebro.
S -(risas) Si llevo mi cerebro hasta el límite puedo sacarle un
poco más de vida. Cuento que haya avances médicos al respecto
mientras tanto.
P -Ya veo, pero si eso pasa, entonces…
S -Así es… habrá llegado la era de la inmortalidad. Se dice que
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. ¿No es hora de que los
humanos se parezcan más a Dios? (Motohiro, 2012).

20
Desde esta perspectiva, la IA y las biotecnologías revelan sus frágiles
cimientos metafísicos, los cuales cercenan la vida al separarla del cuerpo orgánico
en la búsqueda de una esencia eterna, dirá la autora (Sibilia, 2005, p. 118). En este
sentido, se puede plasmar una relación entre dicha conceptualización con lo
planteado en Psycho-Pass, particularmente con el ejemplo de Senguji.
Desde el mismo enfoque, se puede pensar que a lo largo de la serie, se
puede dar cuenta que las intenciones de su antagonista Makishima, tienen un
origen ético-filosófico que invita a reflexionar a pesar de que sus intenciones sean
completamente criminales y donde la vida de otros sujetos carece de importancia
alguna. Al ser un criminal asintomático, pone en jaque todas las virtudes, ideales de
objetividad, rendimiento y evidencia científica de los que se jacta el Sistema Sibyl,
ya que a pesar de todo sigue siendo indetectable por ese tipo de tecnologías. En
pos de buscar un progreso mayor intentando equiparar la subjetividad humana con
el cerebro humano como sostienen Colette Soler (2012) y Paula Sibilia (2005), en
este caso se encuentran inmersos en un sesgo que les impide anticipar estos
errores, volviendo imperfecto al sistema que se decía llamar perfecto, si se quiere:
volviéndolo humano.
Por otro lado, el sistema Sibyl se representa en la serie a través de una
corporalidad robótica - cyborg reemplazable, llamada Joshu Kasei, hecho que
asegura que nunca dejaría de existir, según sus argumentos. En este sentido, la
intención de separar el cuerpo orgánico de la humanidad, volviéndolo si se quiere
una error, una falla, habilita a que se repliquen más fuertemente estos discursos que
legitiman la búsqueda de una esencia eterna, inagotable de la humanidad
descorporalizada orgánicamente, tal cual lo es Sibyl: conjunto de cerebros de
distintas personas trabajando a través de algoritmos de una inteligencia artificial que
solo se mejora a sí misma si se siguen añadiendo distintas bases de datos, es decir,
más cerebros humanos, más humanos que abandonan su corporalidad orgánica.
¿Qué lugar hay entonces para la bioética y sus principios desde esta
perspectiva?
Rufino (2021) expone en su Tesis de Grado Neuralink y los albores del
transhumanismo: Consideraciones bioéticas y estrategias para habitar la Cuarta
Revolución Industrial, el concepto de Dignidad humana como propiedad ontológica.
El autor realiza un breve recorrido sobre el origen del término dignidad comentando
que aunque se trate aparentemente de un término común, la misma como

21
característica inherente a todo ser humano tiene su origen en el cristianismo: el
derecho divino filial a la libertad y a la igualdad fraternal son aparentemente los
primeros registros del término dignidad (Rufino, 2021, p. 11). Tiempo después, el
humanismo aportará su explicación filosófica de dicho concepto con argumentos
racionales, la dignidad es concebida como una ley natural que pasa a tener un lugar
central en el pensamiento universal. Finalmente llega el reconocimiento jurídico de
este concepto post Segunda Guerra Mundial a partir de la Declaración Universal de
Derechos Humanos (1948), como se ha anticipado anteriormente en lo expuesto por
Tealdi (2010), es allí donde aparece el concepto de dignidad intrínseca como
propiedad ontológica de todos los seres humanos.
Sin embargo, resulta menester recalcar lo planteado por Rufino (2021) donde
sostiene que la fundamentación de este concepto debe trascender lo legislativo
como también lo religioso, dado que en este desafío descansa la propiedad
ontológica de la dignidad que debe ser autoevidente y axiomática: “La dignidad,
pues no es el punto de ningún debate, sino un presupuesto de cualquiera de ellos”
(p. 12).
En este sentido, si se piensa el futuro de la humanidad como en un
escenario similar a lo que ocurre en Psycho-Pass (quien comparte las nociones de
sujeto planteadas por el transhumanismo y la cultura cyborg e IA), los principios
bioéticos de dignidad humana, derechos humanos y libertades fundamentales son
plausibles de ser abandonados en pos de una especie de deidad superior: la
inteligencia artificial. Inteligencia que, en el caso de la serie presentada, se
encuentra integrada por los mismos humanos que abandonaron su cuerpo orgánico
para ser parte de esta tecnología superior, como un modo de inmortalidad,
erradicando su única limitación hasta el momento: lo perecedero de la humanidad.
Lo riesgoso si se quiere, radica en la falta de encuadre bioético de las nuevas
tecnologías: al predominar el principio de autonomía por sobre valores tan
intrínsecos como el de dignidad o DDHH, las libertades fundamentales también se
ven corrompidas, puesto que la finalidad de dicho avance e inmortalidad modifican
completamente nuestra condición de humanos, volviendo eternos a unos pocos y
haciendo descartables a esos sujetos no autónomos que mencionaba Tealdi (2010),
quitándole su estatuto de vida digna de ser vivida.
Siguiendo la misma línea, se puede pesquisar que las consecuencias de
avances desmedidos en las nuevas tecnologías, repercuten directamente sobre el

22
sujeto, dado que implican rever la concepción de sujeto humano tal y como lo
conocemos. No obstante, Martínez (2018) en su Tesis de grado Ghost in the shell y
subjetividad cyborg menciona a Lacan (2012) destacando el concepto de discurso
del amo. El mismo es aquel que logra imponer sobre el esclavo el reconocimiento
de sí, expropiando su saber-hacer, moldeando los cuerpos, sentimientos y afectos
que surgen en el cruce del discurso y el cuerpo. Martínez (2018) además sostiene la
relación que subyace entre un humano y un cyborg frente a este discurso del amo,
el cual termina impartiendo el mismo rigor ante ellos sin distinción alguna,
volviéndolos indistintos entre sí. Lo expuesto por Martínez (2018) resulta llamativo
dado que, desde su análisis, esboza cómo más allá del hecho de poseer un cuerpo
orgánico o robótico la discusión del sujeto humano transcurre en un plano del orden
simbólico. La subjetividad en ambos casos se vería supeditada a ese discurso del
amo, tornando esclavos a aquellos que no forman parte de él, como lo menciona
Martínez (2018) sobre lo dicho por Lacan (2012): “Ustedes son moldeados como
cuerpos por el discurso del amo (...) lo que denominaré los sentimientos, y más
precisamente los buenos sentimientos” (p. 224).
Lo mencionado anteriormente puede relacionarse directamente con lo
ocurrido en la serie a partir del poder que imparte el sistema Sibyl sobre la
sociedad. En un intento de estandarizar las funciones y aptitudes de cada
ciudadano, el sistema impone el discurso del amo aplacando sus derechos,
libertades fundamentales, dignidad e incluso autonomía, ya que de aquí surge la
siguiente inquietud: dónde comienza y dónde termina la autonomía de cada sujeto, y
sobre todo, quién lo determina.
Ahora bien, ya habiendo anticipado lo dicho por el psicoanálisis de
orientación lacaniana, queda preguntarse cuál es el rol del sujeto psicoanalítico
frente a este posible nuevo paradigma tecnológico. Como se mencionó
anteriormente, se puede entender que el discurso del amo se impone desde el
orden simbólico. Colette Soler (2012) toma lo que Lacan (1973) denominó el
rechazo al inconsciente para expresar la incidencia del inconsciente sobre el cuerpo
en tanto que sustancia de goce. Soler retoma lo dicho por el psicoanalista francés
sobre la redefinición que da en los años 1973-75 sobre que el inconsciente es real.
Cuando la autora señala que el inconsciente es real, refiere a la incidencia de la
lengua sobre el cuerpo y cómo un sujeto podría rechazar el inconsciente a este nivel
(Soler, 2004, p. 239). Desde el psicoanálisis de orientación lacaniana se tiende a

23
pensar que el rechazo del inconsciente es un fenómeno psicótico9, ya que se ha
subrayado el hecho de que un fenómeno psicótico es un fenómeno de rechazo de
un elemento simbólico: “lo que es rechazado en lo simbólico -hago una equivalencia
entre simbólico e inconsciente- reaparece en lo real” (Soler, 2012, p. 240). Pero en
realidad, dirá la autora, el rechazo planteado no refiere a la psicosis, sino al sujeto
en general. En este sentido, el rechazo del inconsciente, es necesariamente a
primer nivel, un rechazo del significante: ¿qué es entonces el ser del significante?
La autora dirá que no tiene el mismo estatuto ontológico de lo que denominamos
“las cosas” (Soler, 2012, p. 240). Generalmente, las cosas no se pueden rechazar
de la percepción y del significante, dado que a nivel del significante la percepción es
una percepción singular. A modo de ejemplo: lo que se oye, si es justo un ruido,
entonces la percepción singular del significante debe elevar un sonido al estatuto del
significante. Es decir, el significante no existe sino siendo admitido, percibido en
tanto tal, y recibir un significante en tanto tal significa que primero se toma como un
elemento que tiene sentido, que quiere decir algo (Soler, 2012, p. 241). Dicho esto,
el primer grado entonces de rechazo de un elemento simbólico es no percibirlo
como un significante, y este es el momento donde la situación se torna interesante:
rechazar lo simbólico no significa estar por fuera del alcance del lenguaje. Además
de este estrato, hay otro, el cual supone un rechazo del inconsciente casi
generalizado, es decir que es el estatuto casi normal, general, del sujeto, rechazo
que no ocurre a nivel de la recepción del lenguaje sino al nivel de lo que la autora
denomina “la subjetivación del síntoma” (Soler, 2012, p. 241). Este concepto
consiste en pensar que cualquier dificultad que tenga el sujeto, desde un dolor, un
sufrimiento o mismo una inhibición o imposibilidad, tiene un sentido, es decir,
pertenece al campo del sujeto, concierne al sujeto, y en este nivel el estatuto normal
del sujeto es el de “no pienso”: no pienso al inconsciente, no pienso el sentido de lo
que me pasa y por ende no pienso el sentido incluso de lo que hago (Soler, 2012, p.
141). Esto implica un problema en el discurso contemporáneo, dado que en la
actualidad muchos síntomas que para la clínica psicoanalítica deberían estar
dirigidos al analista, están dirigidos a otras terapéuticas como la homeopatía, la
medicina tradicional, etc. Eso es en suma, el rechazo del inconsciente en la cultura,
rechazo que se ubica bajo el efecto de la “ideología científica” y de la noción de que

9
Ref. Psicosis. Estructura clínica psicoanalítica.

24
los avatares del sujeto dependen de los genes o del cerebro, siendo la ideología
científica la ideología del rechazo del inconsciente, dirá la autora (Soler, 2012, p.
242).
Para Soler (2012) entonces, el discurso analítico hace cultura del
inconsciente, dado que cultiva el inconsciente justamente porque este puede ser
rechazado, y se pregunta cómo el psicoanálisis en la cultura a partir del diálogo, del
lazo con el discurso contemporáneo, puede cultivar ese inconsciente rechazado.
Dicho esto, la pregunta radica en por qué la cultura no debe rechazar el
inconsciente, y la respuesta se halla en lo que el inconsciente y el análisis pueden
producir: algunos significantes terminantes, enganches, artilugios, pero sobre todo la
imposibilidad de decir todo, de decir todo del Otro. Es un lugar que hay que habitar
en análisis para abordar ese rechazo que aparece en forma de “pecado” para el
sujeto (en un espacio analítico), una cobardía moral que no cae en última instancia
más que del pensamiento, del deber de bien decir (Soler, 2004, p. 243).
Luego de conocer al Profesor Saiga, psicólogo retirado que aparece en el
episodio N° 9 de la primera temporada de Psycho-pass, Akane y Kogami
intercambian un diálogo que esboza a la perfección como a través del Sistema
Sibyl muchos síntomas o sentires propios de cualquier sujeto, que deben acontecer
en un espacio analítico hacia el analista, terminan perteneciendo al campo del
sujeto, rechazando así al inconsciente:
Kogami -¿Al menos te ayudó un poco?
Akane -¡Me ayudó mucho! Es un profesor increíble. No
entiendo por qué sus conferencias no están en los archivos de la ASP.
K -Jamás harían algo así.
A -¿Por qué? ¿Qué pasó?
K -En la época en que coexistían el sistema Sibyl y el sistema
universitario, los cursos del Profesor Saiga se usaban para entrenar a
investigadores de la ASP (Agencia de Seguridad Pública). Pero un día
salió a la luz un problema. Los tonos de los asistentes se enturbiaron y
sus coeficientes criminales aumentaron. Bueno, no en todos. Una
charla en privado, como la de hoy, está bien. Además, es difícil que tu
tono se ponga turbio.
A -Pero ¿por qué escuchar conferencias aumenta el
coeficiente criminal?

25
K -Digamos que hay un pantano oscuro y no se ve el fondo.
Para revisar el pantano, no tienes más opción que entrar. Saiga está
acostumbrado. Ha trabajado en muchas investigaciones. Pero no
todos los estudiantes vuelven tras sumergirse en el pantano. No
cuentan con las habilidades o las aptitudes.
A -Tú pareces alguien que pueda entrar al pantano y regresar a
salvo.
K -Bueno, no estaría tan seguro de eso. Por lo menos para el
sistema Sibyl, no es posible que yo regrese. (Motohiro, 2012)
Esta subjetivación del síntoma que se remarcó párrafos atrás, deja en
evidencia uno de los objetivos que se plantearon en esta investigación sobre el lugar
del sujeto para el psicoanálisis frente al nuevo paradigma tecno-científico y habilita
la siguiente pregunta: ¿existe lugar para el psicoanálisis tal y como lo conocemos en
esta nueva era?
Si se analiza lo acontecido en la serie desde el lugar de Kogami, se puede
hacer un paralelismo con la praxis analítica, la cual conllevaría un riesgo incluso al
ser enseñada (escenario que no está demás recalcar que es un extremo), sin
embargo es importante habilitar el lugar de pensar lo planteado por la serie, dado
que si de análisis se trata, quienes se hayan psicoanalizado sabrán que no se lo
vivencia sin angustia. El pasaje por el inconsciente, los lapsus, fallidos, equívocos
del lenguaje que menciona tanto Lacan (1964) como Colette Soler (2012) no
aparecen sin síntoma, o en este caso, angustia, porque tanto el síntoma y la
angustia son de lo que se vale un analista para escuchar al inconsciente. ¿Cuán
turbio estaría el psycho-pass de una persona en análisis? ¿aumentaría su
coeficiente de criminalidad? ¿los analistas serían criminales latentes?
En este contexto actual de rechazo, de cierre, de respuestas basadas en
evidencia tecno-científica hacia cualquier padecer -como si todos sintiéramos igual-,
el psicoanálisis podría ser esa praxis analógica que conecte al sujeto con todo lo
que eso conlleva, más allá de lo tangible, orgánico, lógico o genético, con su propia
subjetividad particular, con su humanidad.
El “no pienso” propuesto por Colette Soler (2012), puede ubicarse desde lo
que aboga la “ideología científica” que menciona la autora como no pensar en lo
finito o agotable de la vida humana. En un intento de corregir un supuesto error,
como plantea Sibilia (2005), en ciertos discursos tecnocientíficos plasmados en la

26
filosofía transhumanista o cultura cyborg, también se pesquisa lo mencionado
anteriormente por la psicoanalista sobre el rechazo de la cultura al inconsciente,
idea que desprende la incógnita de por qué debemos corregir la finitud de la vida
humana en vez de, por ejemplo, optimizar o mejorar la calidad de vidas ya
existentes.
Durante el recorrido de este trabajo, se intenta dar cuenta de cómo estos
distintos enfoques filosóficos comienzan planteando una idea altruista del progreso
de las nuevas tecnologías desde el mejoramiento u optimización de la calidad de
vida que, sin embargo, se ve opacado por la premisa de que finalmente el problema
de la humanidad es ser mortal y eso debe ser “solucionado”. Además, esa idea de
“no pienso” que introduce Soler (2012), puede relacionarse con lo implementado por
Sibyl en Psycho-Pass, en la misma lógica que se planteó anteriormente en la
conversación que tuvieron Kogami y Akane. Tomar decisiones sobre gustos,
proyectos, trabajos, estudios, que sí o sí son intrínsecas de la subjetividad de cada
quien, que se encuentran ligadas a la condición deseante del sujeto, termina siendo
la causa de la existencia de Sibyl, dado que al administrar esas decisiones y
estandarizarlas, domina completamente la singularidad o voluntad de cada sujeto,
dejando bajo dominio de ellos mismos una sola acción que los libera de todo
sufrimiento: no pensar. Tal y como argumenta Paula Sibilia (2005) “sería imposible
pensar sin un cuerpo, porque el sufrimiento -¿todavía?- es una experiencia
inextricablemente vinculada al cuerpo orgánico (...) pero el sufrimiento no tiene
buena reputación en la megalópolis tecnológica, sobre todo el sufrimiento de
pensar” (pp. 122-23). Para finalizar este apartado y en relación con la última cita
expuesta, a continuación se compartirá el fragmento de un diálogo que transcurre
en Psycho-pass profesado por un ejecutor veterano, personaje secundario de la
serie y destacado por su perspicacia e intelecto:
Los pensamientos de las personas, sus deseos, esperanzas,
anhelos... Vivimos en una época donde la tecnología puede leer todo
lo que está en nuestras mentes y sin embargo, el mundo rebosa de
gente que odia, miente, roba e intenta herir a otras. Si eso no es
irracional, entonces ¿qué es? -Tomomi Masaoka (Motohiro, 2012)

27
La narrativa cinematográfica: una ficción no tan ficcional

Otro de los objetivos del presente trabajo tiene como finalidad describir la
importancia que brindan los aportes de la narrativa cinematográfica (Cambra Badii,
2016) y el método ético-clínico de lectura de films (Michel Fariña, 2014) sobre las
nuevas tecnologías. En este sentido, es de suma importancia destacar las tesis de
grado realizadas por colegas de nuestra casa de estudios mencionadas en el
apartado de Estado del Arte. Tanto Ghost in the Shell y subjetividad cyborg de
Martínez (2018); como Neuralink y los albores del transhumanismo:
Consideraciones bioéticas y estrategias para habitar la Cuarta Revolución Industrial
de Rufino (2021) y La corporeidad en la inteligencia artificial y sus efectos en el
sujeto de la hipermodernidad de Schnock (2016) son un claro ejemplo de la
influencia de la ciencia ficción en este campo de investigación. Schnock (2016) y
Martínez (2018) utilizan la investigación cualitativa y el método para análisis de
films, para dar luz a lo que el cine, films, producciones audiovisuales, etc. pueden
posibilitar como otro género de reflexión (Martínez, 2018). Tal y como argumenta
Michel Fariña (2014) el cine desde su comienzo ha habilitado distintos tipos de
conflictos éticos que al ser dirigidos a sus espectadores operan como una fuente
inagotable de análisis y materiales plausibles de ser estudiados en distintas
disciplinas. Tomando la cita que realiza Schnock (2016) de Michel Fariña y Laso
(2014) la misma menciona que un film “se vale de sus especiales recursos para
hacernos experimentar situaciones, con el objeto de introducirnos a un problema y
llevarnos a considerarlo, vale decir, a pensarlo” (p. 18). Si bien Rufino (2021) no se
vale de esta metodología para su tesis de grado, utiliza recursos cinematográficos
para dar sentido a la importancia de la ciencia ficción en relación a la ética y bioética
frente a las nuevas tecnologías e IA como lo es Neuralink. Tomando como
antecedentes a distintas producciones de renombre como Blade Runner, Matrix y
Black Mirror entre otras, da cuenta de la influencia de la ciencia ficción en la pantalla
grande -o chica- a través del tiempo, obras que incluso son reconocidas por la
complejidad y ambivalencia que aportan sus escenarios ficticios y su vínculo con la
humanidad.
Sin embargo, para retomar el título de este apartado y terminar de dar
respuesta al objetivo mencionado, al mencionar la narrativa cinematográfica como
productora de subjetividad, resulta imprescindible tras lo expuesto mencionar el

28
carácter no tan ficcional de esta metodología. Si bien hablamos de futuros
distópicos, historias que surgen desde una fuente de imaginación o futuros muy
lejanos, el presente que nos acontece nos invita a repensar dichos conceptos dado
que, en algún punto, los mismos no quedaron tan lejanos como se cree. El
paradigma tecnológico de “ficción” presentado en estas obras, habita hoy día
nuestra cotidianidad siendo un hecho irrefutable e indivisible la necesidad de la
tecnología en nuestras vidas. No obstante, muchas de las cosas que parecían algo
pura y exclusivamente de la ficción funcionaron como cimientos para hacerlas
realidad. Todo esto supone además, darle el reconocimiento del que se ha hecho
eco la narrativa cinematográfica; la importancia que se ha ganado como fuente
inagotable de investigación por todo lo que aporta y seguirá aportando mientras
existan estas producciones. Ha labrado el camino para habilitar la investigación en
distintas disciplinas pero sobre todo en disciplinas psi, y particularmente, para la
praxis que compete a este trabajo: el psicoanálisis.

Conclusiones
A lo largo de todos los apartados de la presente tesis, se intentó dar
respuesta a la hipótesis planteada y sus objetivos. Comenzando por el Estado del
Arte, se procuró dejar en evidencia la importancia de la investigación sobre bioética
y nuevas tecnologías en los últimos años. Sin embargo, haciendo un recorte de los
años 2017-2020 se puede dar cuenta de un período de vacancia en dichas
investigaciones desde las disciplinas psi, no así desde la medicina y otros campos
mencionados. Esto es importante de destacar porque remarca el hecho de la
rapidez con que la tecno-ciencia avanza en materia de investigación, pudiendo
llegar a ser imperceptible para el grueso de las personas que no están inmersas en
dichos procesos de búsqueda. Ello denota que, aunque no lo veamos, los avances
tecno-científicos ocurren a cada momento, modificando nuestra realidad a cada
nuevo descubrimiento, habilitando nuevas opciones de futuro para la humanidad. Si
bien dicho periodo de vacancia puede habilitar distintas suposiciones, la finalidad
con que se lo toma en esta investigación es la de habilitar e invitar a las distintas
disciplinas psi a interesarse a habitar la bioética como posible campo normativo y
directriz para este futuro que, aunque suene raro, ya estamos habitando, y demanda
a nuestra praxis la necesidad de aportar nuestros enfoques a este nuevo paradigma

29
en el que también estamos inmersos como (futuros en mi caso) profesionales de
salud, particularmente, de salud mental.
En la confección del Marco Teórico se buscó argumentar a partir de un
recorrido histórico del origen de la bioética de los derechos humanos planteada por
Tealdi (2010), la importancia de no olvidar que los derechos humanos existen y
deben preexistir en nuestras praxis y discursos. Como humanidad hemos sido
partícipes de momentos históricos terroríficos e inhumanos, desde la segunda
guerra mundial, de cualquier tipo de enfrentamiento bélico, de la desaparición
forzada, del descarte de personas por su origen social y así infinitamente como lo
hemos mencionado. Hemos sido y somos testigos de la inhumanidad que puede
infligir el humano, por eso no podemos olvidar los derechos conquistados. Además,
se han argumentado también los enfoques de distintas teorías y corrientes
filosóficas concernientes a las nuevas tecnologías y su relación con la humanidad,
corrientes que aportan desde su perspectiva argumentos válidos y sólidos a su
medida para invitarnos a repensar futuros posibles o caminos a recorrer para
optimizar, mejorar o modificar radicalmente la vida humana como la conocemos,
habilitando infinitas posibilidades. También se han vislumbrado las distintas
propuestas que realiza la praxis analítica para con su rol en la cultura y su
importancia, sobre todo en este momento de cambio, de rechazo, de caída de la
vida como la hemos conocido en los últimos años.
En todo este recorrido, se intentó dar cuenta en el desarrollo de este trabajo,
cómo la ciencia ficción es productora de pensamientos, análisis y abre un escenario
sumamente importante para dar la discusión del futuro que queremos como
humanidad y cómo lo queremos. A partir de investigaciones previas, se intentó dar
cuenta de lo nutrido de este campo y cómo la narrativa cinematográfica, la bioética
narrativa, son fundamentales en todo este proceso de construcción de un nuevo
sujeto ante lo que nos acontece.
Es de suma importancia expresar la siguiente aclaración: los avances
tecno-científicos, la tecnociencia, la IA, el transhumanismo, la cultura cyborg y todo
el amplio espectro de distintos enfoques mencionados, no son ni buenos ni malos.
No se buscó hacer una valoración moral de ellos, sino invitar a repensar y, sobre
todo, recordar, que son humanos también quienes están detrás de dichas
investigaciones y avances, y que en esos avances, también hay distintos tipos de
intereses que intentan convencer a la sociedad que la humanidad es algo que ha

30
quedado obsoleto, y con ello su perspectiva sociocultural histórica también. Esto es
lo que se ha querido destacar. La ciencia y los distintos avances tecnológicos son
nuestra gran herramienta para hacer de este mundo un lugar mejor, siempre y
cuando ponderemos la finalidad con la que investigamos y avanzamos, y
puntualmente, hacia dónde avanzamos.
En nuestro presente, la tecnología hace posible que se puedan permitir estas
discusiones, dando acceso a producciones cinematográficas, que, como en el caso
de esta tesis, fueron realizadas en un país lejano del otro lado del mundo, donde
evidentemente también se están haciendo estas preguntas. Dicho todo esto, se
podría decir que se ha verificado la hipótesis de esta investigación y sus objetivos,
pero que esto es apenas un pequeño grano de arena para vislumbrar lo vasto de
bioética narrativa y todo su extenso campo, para empoderar a distintas disciplinas o
personas a encaminarse y formar parte del futuro que queremos construir. En este
caso, se ha intentado argumentar que, un futuro posible guiado por la individualidad
y la completa estandarización, donde la autonomía de cada ser vale más incluso
que la vida de otros seres, no sea quizás el mejor futuro posible, y para ello es
menester dar estas discusiones.
En suma, y para finalizar, esta investigación tuvo la intención de habilitar, de
invitar a discutir y a seguir investigando, promulgando una visión que incluya la
historia de nuestra humanidad, pero sobre todo llevando consigo la memoria de
todos los hitos que nos llevaron a unirnos y enmarcarnos en una perspectiva de
dignidad, libertad y derechos, no únicamente autonomía.
A modo de cierre y para habilitar el debate mencionado, resulta pertinente
mencionar un diálogo extraído de la serie elegida, Psycho-pass, la cual aúna
distintos ejes abordados por las tesis mencionadas anteriormente, el mismo realiza
una especie de síntesis de lo inaprensible del sujeto del inconsciente y, al mismo
tiempo, su necesaria distinción de la producción de subjetividades. Pudiendo
encontrarlo en el discurso epocal, este pasaje invita en cierto modo al psicoanálisis
a no retroceder ante estos escenarios posibles y continuar reflexionando. La misma
es expresada por el personaje cyborg Senguji en su entrevista con una periodista y
dice:
Periodista -Según las encuestas, la mayoría de las personas
se sienten reacias a tener un cuerpo que sea más de 50% cyborg.

31
Senguji -Entiendo que haya cierta reticencia en la gente (risas).
Al final es solo una cuestión de grados. Por ejemplo, tú (la periodista
posee una Tablet donde ve las encuestas mientras lo entrevista). Tu
también eres bastante cyborg.
P -Pero yo no tengo brazos ni piernas ni órganos artificiales
(risas).
S -Pero tienes algún aparato informático portátil, ¿no?
P -Bueno, sí, como todo el mundo.
S -(risas) ¿Y un dispositivo de vestuario?
P -Claro.
S -Y en casa, probablemente tiene domótica y un asistente con
IA.
P -Sí.
S -Si los datos en esos dispositivos se perdieran por un
desastre o accidente, ¿qué pasaría contigo?
P -Bueno… no podría hacer nada hasta que lo reparen.
S -(risa burlona) Cuando encomiendas tanto de tu vida a esos
dispositivos electrónicos, argumentar que no eres un cyborg ya no
suena tan convincente. Para ti, esos aparatos ya son tu segundo
cerebro, ¿no es verdad? La historia de la ciencia es la misma
expansión de la funcionalidad del cuerpo. En otras palabras, la historia
de la ciberización del hombre. Por eso es solo cuestión de grados
(Motohiro, 2012).

32
VII. Referencias bibliográficas
- 33ª Sesión de la Conferencia General de la UNESCO. Declaración
Universal sobre Bioética y Derechos Humanos [realizada en París el 19 de
octubre de 2005].
- Asamblea General de la ONU (1948). Declaración Universal de los Derechos
Humanos (217 [III] A). Paris.
- Alerm González, A., & González Pérez, U. (2019). Propuesta del cine de
ciencia ficción para educar en Bioética. Pers Bioet.; 23(1): 14-33.
https://doi.org/10.5294/pebi.2019.23.1.2
- Cambra Badii, I. (2016). Psicología, bioética y narrativa cinematográfica: un
análisis cualitativo de producciones de estudiantes sobre conflictos bioéticos
relacionados con la identidad. Revista Latinoamericana de Bioética,
16(2),16-39. DOI: http://dx.doi.org/10.18359/rlbi.1464.
- Cambra Badii, I. Pensar el cine: La narrativa de películas y series como
matriz metodológica para el tratamiento de problemas complejos. Universidad
Nacional de Mar del Plata; Prometeica; 17; 8-2018; 62-76. DOI:
https://doi.org/10.24316/prometeica.v0i17.230
- Declaración de Helsinki (1964). Principios éticos para las investigaciones con
seres humanos. Recuperado en:
https://www.wma.net/es/policies-post/declaracion-de-helsinki-de-la-amm-princ
ipios-eticos-para-las-investigaciones-medicas-en-seres-humanos/
- Haraway, D. (1984). Cyborg Manifesto. El sueño irónico de un lenguaje
común para las mujeres en el circuito integrado. Recuperado en:
https://xenero.webs.uvigo.es/profesorado/beatriz_suarez/ciborg.pdf
- Hottois, G. (2020). ¿El transhumanismo es un humanismo?. Recuperado en:
http://hdl.handle.net/20.500.12495/3373.
- Hottois, G. (2013). Humanisme, transhumanisme, posthumanisme. Revista
Colombiana de Bioética, 8(2),140-166.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=189230852011
- Lacan, J. (1953). Función y campo de la palabra. En Escritos 1. Recuperado
en:http://www.actividadhumana.com/articulos/Articulos_Portada/Lacan/lacan_
texto4.pdf
- Lacan, J. (1955-56). El seminario: Libro 3: Las psicosis. Paidós, 2010.

33
- Lacan, J (1964). El seminario. Libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales
del psicoanálisis. Paidós, 2012.
- Lacan, J (1981). El seminario. Libro 20: Aun. Paidós, 2012.
- Lima, Natacha S., & Cambra Badii, Irene. (2013). El origen narrativo de la
Bioética. Estética y subjetividad en las primeras obras de Fritz Jahr. Anuario
de investigaciones, 20(2), 291-299.
- Mainetti, J. (2008). Bioética Narrativa. En J.C. Tealdi (comp.). Diccionario de
Bioética (pp. 167 – 168). UNESCO & Universidad Nacional de Colombia
(Recuperado en:
https://www.salud.gob.ec/wp-content/uploads/2016/12/8.-Diccionario-latinoam
ericano-de-Bio%C3%A9tica-UNESCO.pdf
- Martinez, S. (2018). Ghost in the Shell y subjetividad cyborg [Tesis de grado,
Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires].
- Michel Fariña, J. J. (2014). Ética y cine: el método clínico-analítico de lectura
de películas y sus aportes a la psicología [Tesis de Doctorado en Psicología,
Universidad de Buenos Aires, Argentina].
- Motohiro, K. & Shiotani, N. (Directores). (2012). Psycho-pass [serie, primera
temporada]. Production I.G.
- Rufino, M. (2021). Neuralink y los albores del transhumanismo:
Consideraciones bioéticas y estrategias para habitar la Cuarta Revolución
Industrial [Tesis de grado, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos
Aires].
- Sampieri, R., Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, P. (2010). Metodología
de la investigación. McGraw-Hill.
- Schnock, M. (2016). La corporeidad en la inteligencia artificial y sus efectos
en el sujeto de la hipermodernidad [Tesis de grado, Facultad de Psicología,
Universidad de Buenos Aires].
- Sibilia, P. (2005). El hombre postorgánico: Cuerpo, subjetividad y tecnologías
digitales. Fondo de Cultura Económica.
- Soler, C. (2012). ¿Qué se espera del psicoanálisis y del psicoanalista?
Conferencias y seminarios en Argentina: El rechazo del inconsciente (pp.
239-251). Letra Viva.

34
- Tealdi, J. (2010) et al. La dignidad humana. Filosofía, bioética y derechos
humanos. Área de Publicaciones de la Secretaría de Derechos Humanos del
Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación.
- Trapero, P. (19 de Agosto de 2019). Más allá del control social: «Psycho
Pass», un anime casi neobarroco. Rirca.
https://www.rirca.es/mas-alla-del-control-social-psycho-pass-un-anime-casi-n
eobarroco/
- Villalba Gómez, J.A. (2016). Problemas bioéticos emergentes de la
inteligencia artificial. Diversitas: Perspectivas en Psicología, 12(1), 137-147.
https://doi.org/10.15332/s1794-9998.2016.0001.10
- Psycho-Pass. (7 de Octubre de 2022). En Wikipedia.
https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Psycho-Pass&oldid=1092153328
- Psycho-Pass Wiki | Fandom. (7 de Octubre de 2022). En Fandom.
https://psychopass.fandom.com/wiki/Psycho-Pass_Wiki
- Ynoub, R. (2011). El proyecto y la metodología de la investigación. Cengage
Learning Argentina.

35

También podría gustarte