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LA LITERATURA EN EL SIGLO XV: EL PRERRENACIMIENTO

1. CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL
La disgregación del mundo medieval, anunciada en el siglo XIV, se acentúa
considerablemente en el siguiente siglo, verdadero otoño de la Edad Media. Esta fue una
época convulsa tanto desde el punto de vista político como social:

• Honda crisis de las relaciones sociales estamentales (base del sistema feudal):
o Se debilitó la figura del rey. Luchas entre nobleza y reyes.
o Desarrollo de la floreciente clase burguesa y difusión de su mentalidad y
valores: Individualismo, Importancia del dinero, Interés por el avance
científico y técnico, Ansia de conocimiento.
• Comienza la era de los grandes descubrimientos: Brújula, papel, imprenta…
• Mejoras en comunicación y medios de transporte: Viaje a países más lejanos,
Descubrimientos geográficos…

1.1. Las ideas y cultura en el siglo XV


En el plano cultural tienen gran trascendencia la invención de la imprenta de Gutenberg,
en 1440. La nueva técnica se extendió con rapidez por toda Europa. Además, se difunde
el papel, originario de China y cuya fabricación llegó a Europa a través de los árabes.
Imprenta y papel supusieron el abaratamiento de los libros y su difusión en numerosos
ejemplares, lo que permitió que llegaran a un público mucho más amplio.
Con la llegada de los libros, hubo muchos más lectores y empezó a desarrollarse la
lectura individual, y a ello contribuyó también el invento de las lentes para gafas.
Se desarrolla y se expande desde Italia un movimiento cultural denominado
Humanismo. Se basa en:

• Antropocentrismo: Se considera al hombre digno de estudio y admiración.


• Artes y letras: Se revaloriza el estudio de las letras y las artes
• Mundo grecolatino: Se vuelven los ojos a la Antigüedad clásica griega y latina. Se
escribe tanto en latín como en romance. La cultura se seculariza.
Algunos grandes humanistas son: Leonardo da Vinci, Antonio de Nebrija, Jorge Manrique
o Fernando de Rojas.
1.2. El siglo XV en España
En Castilla y Aragón son constantes durante el siglo XV los conflictos entre los nobles y
el poder real. Aunque ambos reinos siguen teniendo mucho tiempo sus propias leyes,
quedarán unidos políticamente por el matrimonio de los Reyes Católicos. Juntos
terminaron la Reconquista con la victoria sobre el reino musulmán de Granada en 1492.
1492 será el año de: la expulsión de los judíos, la conquista de Granada, el
descubrimiento de América y la publicación de la Gramática de Elio Antonio de Nebrija.

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Es una momento de grandes cambios que dará lugar a la Edad Moderna, y el siglo XV en
su totalidad es la antesala a este cambio de época.
A lo largo del siglo XV llega a Castilla y Aragón la influencia del humanismo italiano. Los
nobles y los burgueses enriquecidos se dan cuenta de la utilidad el saber tanto por el
progreso técnico como por ser un signo de elegancia en una sociedad inculta. Se refinan
las rudas formas de vida medievales y la cultura se convierte en un rasgo de distinción
social.
En la lírica, sigue existiendo la lírica tradicional, pero paralela a esta lírica de tipo popular,
se desarrolla la lírica culta, escrita en romance por los trovadores.

2. LÍRICA
2.1. LÍRICA TRADICIONAL
2.1.1. El cancionero popular y tradicional castellano: está compuesto por los villancicos
2.1.2. El Romancero viejo
Al menos desde el siglo XIV se cantaban por pueblos y ciudades unas canciones
populares, anónimas y colectivas que contaban diversas historias. Estos relatos cantados
eran los romances. Se denomina Romancero viejo al conjunto de romances que se
cantaban a finales de la Edad Media.
Los romances son poemas narrativos porque cuentan una historia y tienen los elementos
estructurales de todo relato: narrador, personajes, acción, espacio y tiempo. Sin
embargo, también tienen muchos componentes propios de la lírica, como son la
emotividad y un lenguaje simbólico y connotativo, que enriquecen el significado del
texto con múltiples sugerencias poéticas.
Como los romances unen en la misma composición rasgos de la narrativa y de la lírica,
se los ha definido como poemas épico-líricos. Tienen los elementos estructurales de la
narrativa, y el tono y los recursos estilísticos de la lírica.
Una de las teorías más aceptadas es la que defiende que los romances nacieron de los
cantares de gesta (los poemas épicos). Esta teoría sostiene que algunos fragmentos
especialmente significativos de los poemas épicos se grabaron en la memoria de los que
los escuchaban por su belleza o interés y posteriormente se trasmitieron separados del
original.
Los cantares de gesta estaban formados por una serie de versos monorrimos de unas 16
sílabas por término medio, con una cesura en el centro que dividía el verso en dos partes
o hemistiquios, permitiendo al juglar hacer una pausa durante el canto. Sin embargo, el
pueblo no veía escritos los romances, sino que los oía cantar al juglar, así que
probablemente confundió el descanso de la cesura con la pausa final del verso. De este
modo la estructura métrica del romance quedó establecida en una serie ilimitada de
versos octosílabos con rima asonante en los pares quedando libres los impares.

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Los hemistiquios iniciales habrían dado lugar a los versos impares sin rima de los
romances, mientras que los pares asonantados de estos procederían del segundo
hemistiquio de los versos de la épica y de ahí que conserven la rima.
Los rasgos formales y estructurales del romance vienen muy condicionados por el
secular modo de transmisión oral y por ese origen que lo emparenta con la canción
popular y las gestas épicas. Se caracteriza por la sencillez (apenas hay comparaciones o
metáforas complejas) y la claridad.
Además podemos percibir en ellos los siguientes rasgos:

• Esencialidad: Se elimina cualquier elemento que no sea estrictamente necesario


para el relato. Se cristaliza en la poca presencia de adjetivos y la preferencia de
la narración frente a la descripción.
• Dramatismo: Enfrentamiento de posturas contrarias gracias al diálogo de los
protagonistas en el que abundan exclamaciones e interrogaciones.
• Rasgos de oralidad: Uso de fórmulas para llamar la atención del espectador:
“Bien oiréis lo que dirá”
• Fragmentarismo: Comienzo “in media res” y final repentino. Esta técnica
narrativa deja al lector sorprendido y aumenta el misterio del posible final.
Los romances desarrollan con frecuencia los mismos temas:

• Romances históricos: Recogen hechos que aparecían en los cantares de gesta


• Romances épico literarios: Narran hechos gloriosos del pasado desde una
perspectiva más novelesca que histórica. Sus protagonistas son los héroes de
las gestas tanto españolas como francesas.
• Romances novelescos y líricos: Recogen temas de amores, venganzas o
misterio. El final incierto o trágico es muy frecuente en este tipo de romances.

2.2. LÍRICA CULTA: LA POESÍA CORTESANA


Paralela a la lírica de tipo popular, a lo largo de toda la Edad Media se desarrolló otro
tipo de lírica: la lírica culta. La lírica culta está escrita en romance por los trovadores,
hombres cultos, frecuentemente nobles, que compusieron tanto la música como la letra
de sus canciones. Escribían una poesía muy refinada y compleja y su tema fundamental
es el amor. Realmente es una poesía vacía de sentimientos, en que lo que importa no
son las verdaderas emociones del poeta, sino su capacidad para expresarlas con sutileza.
2.2.1. El amor cortés
La poesía cortesana desarrolla un nuevo concepto del amor: el amor cortés. El amor
cortés era una nueva forma de expresar los sentimientos amorosos acorde con la
mentalidad cortesana y palaciega de la nobleza de la época.
Se basa en una relación feudal: amor/vasallo. La novedad de esta poesía es considerar
a la mujer como un ser superior a la que el enamorado rinde culto y vasallaje, como si
de un señor feudal se tratar. Se trata de la trasposición de las relaciones sociales del

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feudalismo al ámbito amoroso. El poeta se declara siervo de la amada, a la que llama
«mi señor» (midoms, senhor, etc.), y que aparece caracterizada como un cúmulo de
perfecciones (belleza, honestidad…), aunque también fría. Por su parte, el amante que
le rinde culto tiene que seguir todo un código de conducta para intentar cortejarla.
2.2.2. Los cancioneros castellanos y aragoneses del siglo XV
Los cancioneros son colecciones de poesía cortesana, compilados bajo la protección de
nobles o reyes, que corresponden a los nuevos gustos y costumbres cortesanos. Por esta
razón a la lírica culta castellana del siglo XV se le llama poesía cancioneril.
Los cancioneros cortesanos recogen tanto las composiciones de tipo popular (por ej.
villancicos) como las canciones cultas escritas por los trovadores siguiendo las
características de la poesía trovadoresca y el amor cortés. El tema de sus canciones
puede ser amoroso, satírico, moral e incluso encontramos parodias religiosas. Era poesía
compuesta para ser recitada o cantada en la corte.
Los cancioneros más importantes son el Cancionero de Baena, el Cancionero de
Estúñiga, el Cancionero de Herberay des Essart y el Cancionero de Palacio. Todos ellos
son manuscritos. El primer Cancionero impreso fue el Cancionero general, preparado
por Hernando del Castillo con materiales de fines del siglo XV.
Los cancioneros cortesanos comparten las siguientes características:

• Un lenguaje poético muy cuidado, artificial y difícil. El alejamiento del lenguaje


cotidiano es un medio de distinción social y cultural.
o Son textos llenos de ambigüedad, sutileza, ingenio.
o El vocabulario que se utiliza es muy selecto.
o Entre las figuras literarias favoritas se encuentran la paradoja, la antítesis
y los juegos de palabras (amor-dolor, fuego-hielo…) que ayudan a
expresar los contradictorios sentimientos del amor.
• Métrica compleja y muy particular.

2.2.3. Jorge Manrique


Jorge Manrique fue soldado y a veces escribía poesía de cancionero, como canciones de
amor inspiradas en el amor cortés. Sin embargo, las Coplas a la muerte de su padre, que
escribió para honrar a su padre, el comendador Manrique, lo convirtieron en uno de los
mejores poetas de la lengua castellana. En palabras de Pedro Salinas: “Le tocó ser un
gran poeta solo una vez, pero de tal manera que vivirá para siempre”.
2.2.4. Coplas a la muerte de su padre
Las Coplas a la muerte de su padre son una elegía en la que la experiencia dolorosa de
la muerte de Rodrigo Manrique conduce al poeta a una meditación en torno a la vida y
la muerte, tras la que propone a su padre como modelo de caballero cristiano.

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Se sitúan dentro de una corriente literaria que se ocupa del tema de la muerte. Esta
literatura reflejaba la permanente preocupación por la muerte que se sentía en el
convulso periodo de la Baja Edad Media (guerras, hambrunas, epidemias, revueltas…).
2.2.4.1. Tópicos
Podemos apreciar una serie de tópicos o temas recurrentes en la literatura previa y de
la época:

• La idea de la muerte: Se presenta como una realidad incuestionable, de la que


el hombre tiene certeza absoluta. Destaca su poder igualitario: la vida impone
diferencias, pero la muerte iguala a todos los seres humanos. La llegada de la
muerte es imprevisible e ineludible.
• Tópico del Tempus fugit: El tiempo transcurre inexorablemente y nos conduce a
la muerte. Es inaprensible e irreversible: se nos escapa de las manos.
• El mundo como vanidad de vanidades: La vida terrena se considera vana, inútil
y solo tiene valor si sirve para lograr la vida eterna en el cielo.
• Tópico del Ubi sunt? : Interrogación retórica en la que se pregunta dónde han ido
a parar los personajes famosos por sus glorias y se pregunta también por el
paradero de las cosas pasajeras: belleza, riqueza, juventud, poder, etc.
• La Fortuna: Representada como una rueda, inestable, que gira determinando el
destino de los hombres.
• La Fama: La fama permite vivir más allá de la vida terrenal, aunque es peor que
la vida eterna que predica el Cristianismo.

2.2.4.2. La estructura de las Coplas


Va de lo general a lo particular:

• Coplas I-XIV: Habla de la vida terrenal y de su fugacidad. Es una vida perecedera.


Hay una reflexión general sobre la muerte, la fugacidad de la vida y la
inestabilidad de la fortuna. Se recuerda la doctrina del menosprecio del mundo,
y también aparecen las ideas del tempus fugit y el memento mori. Es una
reflexión universal, sin particularizar.
• Coplas XV-XXV: Alude a la vida de la fama. Alude a personajes históricos
relacionados con su padre. Aparece el tópico del UBI SUNT? Esta parte se integra
en la biografía de su padre de la 3º parte.
• Coplas XXVI-XL: Introduce la vida eterna, con en el buen ejemplo de don Rodrigo
Manrique. Es una vida perdurable. Se centra en la muerte de su padre y hace el
panegírico del mundo, exaltando sus virtudes y sus hazañas. Se le compara con
los modelos de la Antigüedad y se valora su vida militar.

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2.2.4.3. La métrica de las Coplas
Manrique opta por el octosílabo, el verso por excelencia de la lírica y el más cercano al
estilo coloquial. Lo mezcla con el verso de 4 sílabas en la copla de pie quebrado. La obra
está compuesta por 40 coplas formadas por dos sextillas, unidas con rima consonante y
esta estructura: 8a , 8b, 4c, 8a, 8 b, 4c, 8d, 8e, 4f, 8d, 8e, 4f.

2.2.4.4. El estilo de las Coplas


Es un estilo sencillo, lejos de la grandilocuencia y la afectación de la poesía del momento,
las Coplas destacan por su naturalidad estilística y el lenguaje llano. Utiliza una lengua
literaria sobria y directa, porque el tema es de vital importancia. La lengua es, pues,
sencilla y clara, porque no es un juego de entretenimiento, sino un vehículo para la
reflexión.
Manrique deja de lado los recursos eruditos y se centra en recursos propios de la poesía
popular, como son los paralelismos o la anáfora (“Cómo se pasa…/ como se
viene…/cómo después…/cómo a nuestro parescer…”). Igualmente, se emplea la
antítesis: vida/muerte; placer/dolor; presente/pasado ; cielo/suelo… También se
emplean metáforas e imágenes: por ejemplo, la vida como un río o como un camino.

2.2.4.5. Danzas de la muerte


En esta época hubo una corriente de dramatizaciones o teatralizaciones de poemas,
llamadas las danzas macabras o Danzas de la muerte. Fueron abundantes en la literatura
europea de finales de la Edad Media, en una etapa en la que la obsesión por la muerte
tuvo su reflejo en la literatura y el arte.
En las danzas la muerte invita a un siniestro baile a todos los nacidos, desde los más
poderosos al campesino más humilde. Se insiste en el poder igualatorio de la muerte.

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3. LA PROSA DEL SIGLO XV
Durante este siglo el desarrollo de la prosa en castellano es muy notable. Son
numerosos los libros escritos en prosa y muy variados los temas de que tratan. Dentro
de la prosa de ficción triunfan:

• Las novelas sentimentales: Toda la trama de estas novelas se centra en el análisis


pormenorizado y detenido del sentimiento amoroso, convertido en el auténtico
eje del relato. Desarrolla los tópicos del amor cortés.
• Los libros de caballerías: debían de conocerse y de leerse en la Península desde
los últimos siglos medievales. Los libros de caballerías son libros de aventuras
protagonizadas por caballeros cuya misión es restablecer el orden, proteger a los
indefensos y honrar a su dama. Estos héroes y la imagen del mundo que
transmiten están muy idealizados

4. EL TEATRO DEL SIGLO XV


Existen variados testimonios de que en este siglo se desarrollaba cierta actividad teatral
en Castilla, e incluso conservamos diversos textos teatrales.
Además de las obras teatrales cortesanas y religiosas, a finales del siglo XV se escribía en
latín un tipo de teatro de influencia italiana que se desarrollaba en los círculos
universitarios y que se llamaba comedia humanística. Este tipo de obras no se
representaba, sino que se escribía para ser leída en público.
4.1. LA CELESTINA
En los últimos años del siglo XV, en 1499, apareció publicada por primera vez la Comedia
de Calisto y Melibea. Su autor, Fernando de Rojas, afirmaba, en la dedicatoria inicial a
su amigo, que encontró escrito el primer acto de la obra, de un autor anónimo, y que
movido por su interés y novedad decidió continuarla; cosa que hizo durante los quince
días de unas vacaciones de Semana Santa. Muchos críticos han dudado de la veracidad
de estas palabras y afirman que fue Rojas el único autor de la obra, pero otros creen la
versión de Rojas y hablan de “los dos autores” de La Celestina.
Fue una obra prohibida por el tribunal de la Santa Inquisición, por considerar que la obra
era moralmente reprobable (amores ilícitos, suicidio) y por tratar el ocultismo (la
hechicería).
4.1.1. Las ediciones y el género
La 1ª versión que hizo Rojas constaba de 16 actos, se publicó de forma anónima la
Comedia de Calisto y Melibea. En ella los amantes morían tras su primer encuentro
amoroso. Se reedita acompañada de unos preliminares, en los que aparece en versos
acrósticos el nombre del autor, Fernando de Rojas, quien dice haberse encontrado el
acto I ya escrito por un desconocido y haber continuado la obra.

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Rojas, influido por los comentarios de sus amigos, en 1502 decidió añadirle 5 actos más
y así dar tiempo a los enamorados para disfrutar de su pasión. La redacción definitiva
quedó en 21 actos y pasó a llamarse Tragicomedia de Calisto y Melibea.
Este es el texto definitivo que ha pasado a la historia con el título de La Celestina, nombre
del personaje más significativo de la historia.
La Celestina es una obra dialogada de considerable extensión. Esto ha hecho que para
unos sea una obra de teatro, mientras que otros piensan que estamos ante una novela
dialogada. Es realmente la primera comedia humanística escrita en castellano. Por eso,
su difusión fue enorme y conoció numerosas ediciones tanto en España como en el
extranjero.

4.1.2. Los personajes de La Celestina

CALISTO: Representa la parodia del amor cortés y la locura amorosa. Es el ejemplo del
«mal enamorado»: es torpe y atolondrado, no respeta la regla del amor cortés, no
guarda el secreto de su amor y busca una alcahueta para que le ayude a lograr su
propósito. Su comportamiento es el del «loco de amor», fácilmente manipulable por
todos y cuyo deseo no conoce límites: ni las muertes de sus criados o de Celestina, ni las
dudas o temores de Melibea le importan, solo le interesa lograr su pasión.
MELIBEA: Es una joven rica y de buena familia. Se comporta de una manera muy activa en
la obra. No oculta su pasión y muere finalmente por ella. Algunos críticos la ven también
como una «loca de amor», trastornada por la pasión y, por tanto, también paródica.
Otros críticos la ven como un personaje de carácter rebelde, honesto y sincero, cuya
pureza de sentimientos contrasta con los de su amante.

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CELESTINA: Alcahueta, maga y hechicera, con gran conocimiento de la vida y del corazón
humano. El tipo de la alcahueta o tercera tenía ya una larga tradición literaria (comedia
latina, la Trotaconventos del Libro de Buen Amor) y era un personaje conocido en la
literatura popular medieval. Celestina es el único personaje independiente de toda la
obra, porque solo ella está libre de la pasión amorosa, aunque le lleva la codicia.
Fernando de Rojas consigue fundir todos esos modelos y superarlos, convirtiendo al
estereotipo literario en un personaje dotado de individualidad, de intimidad personal y
de intensa vida propia. Es el personaje central.
LOS CRIADOS Y LAS PROSTITUTAS: Una de las mayores originalidades de la obra es que los
criados y los personajes del pueblo consiguen protagonismo literario. Por primera vez
en una obra en romance, los desheredados adquieren tanta relevancia literaria como
los personajes nobles. Los criados, Pármeno y Sempronio, y las prostitutas, Elicia y
Areúsa, intentan abusar todo lo que pueden de sus señores. La sociedad feudal basada
en la fidelidad al señor se está resquebrajando: Rojas ha sabido captar la crisis social del
siglo XV.

4.1.3. Interpretación de La Celestina


Fernando de Rojas en la Carta a un su amigo dice que escribió la obra con un propósito
moral: Contra los fuegos del amor, contra los lisonjeros y malos sirvientes y contra las
mujeres hechiceras. Todos los implicados en la pasión amorosa (enfermos de amor)
tienen un final trágico. Mueren en una caída física (literal) que refleja la caída moral.
Sin embargo, en La Celestina, como sucedía en el Libro del buen amor, aunque se
reprueba el “loco amor”, tampoco se oculta la maravilla de su fuerza incontrolable.
Además, los personajes son seres complejos que suscitan no solo la condena del lector,
sino también su comprensión.

4.1.4. El mundo social de La Celestina: el amor, el dinero y la codicia, la muerte y la


fortuna.
Los personajes de la tragicomedia incumplen todos y cada uno de los mandamientos
cristianos: matan, mienten, roban, no guardan castidad y nadie hace lo que predica. En
el mundo de La Celestina, los personajes están igualados desde el punto de vista de su
bajeza moral. Todos, amos, criados y prostitutas, son víctimas de sus pasiones. El
idealismo de los jóvenes enamorados es solo aparente, fruto de una educación más
refinada; en el fondo, su actitud ante la vida es idéntica a la de sus criados. En la historia
de amor de Calisto y Melibea hay una parodia del amor cortés.
Rojas intenta demostrar que nadie es mejor o peor según la cuna en la que haya nacido,
desmitificando con una óptica humanista los tópicos vigentes sobre la moralidad innata
de las clases privilegidas. Así, Rojas hace una crítica hacia una sociedad carente de
valores y que se mueve por su propio interés (codicia, hipocresía, egoísmo o dinero,
sexo).

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La vieja Celestina es el vértice de los tres mundos que convergen en la obra: el universo
próspero de Calisto y Melibea, el de los criados y sirvientes, dominado por la codicia, y
el bajo de las prostitutas y marginados.

Así, cuando muere Celestina los tres centros vitales se desmoronan uno tras otro: Elicia
se queda sin sustento, mueren los criados y mueren los amantes. La muerte es la gran
vencedora y la que da el carácter moralizador y medieval a la obra. Nadie puede
escapar a la muerte o al paso del tiempo. Al final de la obra, con el llanto de Pleberio
(padre de Melibea), se plantea a dónde irá a parar, tras la muerte de su hija, todo lo que
ha logrado. Este tema se relaciona con la fortuna: el destino se comporta de forma
aleatoria y todos los personajes son dominados por el azar. Ni siquiera Celestina es capaz
de imponerse.
Sin embargo, permanecen en la mente del lector la vida bulliciosa de criados y
prostitutas, la independencia vital de Celestina y Areúsa, y el amor de Melibea por
Calisto. Es el carpe diem que tanta importancia tendrá en el cercano Renacimiento.

4.1.5. Lengua y estilo de La Celestina


A los dos mundos que intervienen en la obra les corresponden dos estilos de lengua
distintos:

• Lenguaje popular: Lo usan criados y prostitutas. Sus diálogos son vivos, de frases
cortas. En ellos también abundan los insultos o los refranes, como por ejemplo,
en palabras de Pármeno: “A quien dices tus secretos das tu libertad”
• Lenguaje culto: Lo usan Calisto y Melibea. Refleja la conversación universitaria de
la época de los Reyes Católicos.
Celestina varía de un lenguaje a otro dependiendo de su interlocutor porque su
capacidad de seducción se basa precisamente en el arte de convencer a los demás para
que hagan lo que ella desea. Su dominio del lenguaje es sorprendente. De todos modos,
en ella predomina el lenguaje claro y sentencioso. Y es que a pesar de la forma de hablar
latinizada y culta del siglo XV, ya se está imponiendo en estos años un nuevo gusto
literario que tendrá la sencillez y la claridad como ideal del lenguaje.

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