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Identificar el endecasílabo con el imperio (ya que Boscán no elige la Biblia para relatar
la historia del endecasílabo, sino a la antigüedad clásica).
Elitismo y diferenciación social: situar a la nobleza como grupo social preeminente,
espacio que había cedido con el centralismo monárquico y la pérdida de poder de los
señoríos medievales desde el siglo XV.
sensual muy acorde con la nueva filosofía proclive al goce de la vida. La Iglesia seguía recelosa
por los excesos paganos de estas influencias. Su poder sobre la moral de los artistas había vivido
tiempos mejores.
Ovidio (43 a. C.-17 d. C.) y sus Metamorfosis representaron la fuente principal para las
manifestaciones mitológicas de los poetas renacentistas. Las creaciones renacentistas presentan
tres aspectos con origen en Ovidio:
Carpe diem («aprovecha el día»): no dejes escapar el día de hoy (Oda I, 11). En
contexto amoroso, es empleado para exhortar a la dama a que goce del amor antes de
que el paso del tiempo destruya su belleza. Se apoya sobre otro tópico exhortativo, esta
vez de Ausonio: collige, virgo, rosas («coge, doncella, las rosas») de idéntica
interpretación.
Beatus ille («feliz aquel»): inicio del Epodo II. Es el motivo literario con el que se
conoce la exaltación de la vida retirada. Tiene también como base un locus amœnus de
descripción más realista que en la poesía bucólica.
d) El Neoplatonismo.
Platón es el filósofo que fundamenta el impulso esteticista del hombre renacentista. La realidad
es una pobre realización de una idea perfecta. El hombre desea la belleza por naturaleza, y el
amor es la realización de esa belleza. La belleza es un reflejo de algo mayor, la divinidad, y el
hombre, a través de la belleza (que aprehende por los sentidos) puede acceder a la divinidad. El
amor es una vía de conocimiento que a través de la belleza nos conduce a la divinidad.
El idealismo neoplatónico permite al hombre renacentista:
3 églogas
2 elegías
1 epístola
5 canciones
40 sonetos
8 coplas a la manera tradicional (octosilábicas)
3 odas en latín
Cazoniere petrarquista: sonetos y las canciones I a IV (la canción I se halla entre los
sonetos XVI y XVII, indicando así la unidad esencial de esta agrupación).
Sección clásica: canción V u oda horaciana (que recibe el nombre de Ode ad florem
Gnidi y es a que abre la sección), elegías, epístola horaciana.
Sección églogas: Égloga I, Égloga II, Égloga III.
No estaban incluidas en la edición de Juan Boscán ni las coplas octosilábicas ni las odas latinas.
Así, el orden sincrónico de la obra sería:
Anacreonte (oda I, por el tono juguetón del diálogo mitológico entre Venus y Cupido) y
Horacio (Oda II, de temática íntima, y Oda III, de temática heroica).
La obra esencial está compuesta por
Cancionero petrarquista.
Poesía horaciana y elegíaca.
Poesía pastoril.
Hay una gran diversidad de géneros poéticos (sonetos, odas, elegías, églogas, epístolas). Se
aprecian diversas voces (máscaras poéticas según Lapesa) y las fuentes (temáticas y formales)
son Horacio, Virgilio, Ovidio, Petrarca, Sannazaro y Ariosto. Busca crear una obra colectiva, de
tradiciones autóctonas, más que una obra original.
La sección 1ª es la del Cancionero petrarquista. Destacan dos grandes temáticas: los sonetos de
corte clásico y las composiciones del amante cortés renacentista. El “yo” poético se expresa en
1ª persona del singular (“yo” masculino). La figura central no es la dama como en la poesía
cancioneril, sino el amante cortés que sufre. Analiza e imagina su propio sufrimiento por medio
de palabras intrincadas, imágenes alegóricas o ideas abstractas sobre la dama, el amante y el
amor. Estos tres elementos se repiten obsesivamente.
La sección 2ª son experimentos horacianos y elegíacos: Ode ad florem Gnidi, elegías y epístola.
La temática ya no es intimista (el mundo privado de dos amantes estilizados), sino histórica,
pues trata asuntos relativos a personas que conoció:
Cronología
o Las tres fueron compuestas durante su estancia en Nápoles.
o La primera en ser escrita fue la Égloga II, que antecede a la Égloga I y,
finalmente, la Égloga III.
Estilo:
o Algunos estudiosos consideran que representan lo más perfecto de su poesía
(Alborg).
o Navarro Tomás atribuye la perfección de las églogas a la «llaneza» que empleó,
mucho más conseguida que el petrarquismo de sus sonetos.
o Rivers atribuye a Garcilaso la autoría en castellano (igual que Castiglione en
italiano) de una voluntad de estilo «sin afectación» y le otorga una
LITERATURA MEDIEVAL Y RENACENTISTA TEMA 5: GARCILASO.
a) Égloga I
El tema de esta égloga es el dolor por la pérdida de la amada. Vemos dolores diferentes: el de
Salicio, que se conduele de la pérdida temporal de Galatea, y el de Nemoroso, que llora la
pérdida definitiva de Elisa.
La estructura es la misma que la égloga VIII de Virgilio:
Dedicatoria.
Introducción breve.
Dos monólogos.
El monólogo de Salicio sigue la pauta de los pastores virgilianos que repiten un verso a modo de
estribillo. El monólogo de Nemoroso tiene como fuente principal a Petrarca y en 2º lugar a
Virgilio. Además, en ambos hay ecos de Ovidio, Ariosto y Sannazaro.
Está dedicada al virrey de Nápoles, don Pedro de Toledo, al que sirvió Garcilaso entre 1532 y
1536. Los pastores Salicio y Nemoroso departen en un escenario bucólico. Salicio lamenta los
desdenes de Galatea que lo ha abandonado, y Nemoroso llora la muerte de Elisa.
El poeta se desdobla en estos dos personajes: Salicio representa el despecho del enamorado que
cuya amada lo ha abandonado y Nemoroso expresa el dolor de la pérdida definitiva al haber
muerto su amada.
LITERATURA MEDIEVAL Y RENACENTISTA TEMA 5: GARCILASO.
Evolución del asunto desde la Égloga II q La Égloga I es posterior en tiempo a la Égloga II: hay
una evolución formal y temática del asunto. La Égloga II presenta a dos amantes (Albanio y
Camila) en un entorno que recrea el mito de la Edad de Oro, que Garcilaso ha descubierto en la
novela pastoril de Sannazaro La arcadia. Tras un momento idílico, Albanio comienza a mostrar
síntomas de una enfermedad de amor cuyo origen está en Camila, que no se entrega a la pasión
del pastor por razones que él desconoce.
Ella confiesa su secreto a una fuente en la que se mira: su rechazo se debe a que está al servicio
de Diana, diosa exigente de la total castidad de sus ninfas. Albanio se desespera y su amor
insano lo lleva al borde del suicidio. El paisaje, en cambio, permanece estable porque el
movimiento del cosmos tiende naturalmente hacia la perfección (teoría del appetitus y motus
naturalis de Ficino).
Así, relacionando la obra con el contexto filosófico, vemos que Santo Tomás estableció la
distinción básica entre el amor racional y el apetito: las desviaciones de un apetito insatisfecho
provocan:
Actitud irascible.
Desesperación.
Estupor de ánimo.
Miedo.
Vergüenza.
Todo esto lleva a la expresión del desgarramiento que se libra en el interior del pastor-poeta por
la imposibilidad de culminar su deseo amoroso. Albanio muestra en evolución estos síntomas.
El yo poético de otras composiciones hace gala de la misma expresión (Canción IV, Soneto VI,
Soneto IV).
Marsilio Ficino en su comentario de El banquete de Platón, define el amor como un deseo de
belleza entendida como causa primera del universo creado y belleza de las formas sensibles que
participan de la armonía ordenadora de todas las cosas. Este neoplatonismo renacentista también
presenta a los hombres y a la naturaleza como buscadores de la perfección en sí mismos.
También los representa en proceso activo (movimiento continuo) hacia niveles superiores de
perfección. Por tanto, el hombre tiende a la belleza terrenal que hechiza al hombre a través de
sus ojos vulnerables (la vista). Como consecuencias, a la belleza universal en tanto que causa
primera y a la belleza de las cosas materiales (belleza terrenal). Su alma ya no le pertenece, pasa
a poseerla la persona amada. El rechazo de la persona amada provoca rebeldía, alteraciones
orgánicas, enfermedad y locura. Esto es lo que ocurre con Albanio en la Égloga II.
En la Égloga I hay un avance a este respecto: el amor no es insano, ahora es experimentado
desde dos perspectivas:
Puro sentimiento (queja sentida): Salicio recuerda los momentos idílicos de su amor con
Galatea.
Amor dignificado y espiritualizado (ternura y dolor): Nemoroso al condolerse de la
muerte de Elisa.
Esta doble perspectiva del amor se refleja en la estructura a través de los dos monólogos de los
pastores y, en cada uno de ellos, con una doble dimensión temporal y espacial:
En el monólogo de Salicio vemos una doble dimensión temporal:
Hacia el pasado: el dolor presente rememora el pasaje arcádico y expresa el vacío que
provoca la muerte de Elisa.
Hacia el futuro: un dolor que no puede mitigarse en el presente, sólo en el futuro y en
otro lugar.
En la doble dimensión espacial encontramos que:
b) Égloga II.
El tiempo de composición es anterior a la Égloga I: escrita al año o año y medio de su llegada a
Nápoles. La extensión es la más extensa de las tres, de casi 1900 versos. La estructura es la más
compleja de la triada, pues consta de dos partes: el pastor Albanio refiere sus amores por Camila
(amor insano), y el pastor Nemoroso hace una apología alegórica de la casa de Alba (curación
de la locura de amor).
Según la crítica tradicional, Albanio representaría al Duque de Alba y Camila a su esposa doña
María Enríquez (Menéndez Pelayo, Keniston y Navarro Tomás). La crítica posterior (Audrey
Lumsden) rechaza esta distribución de los papeles.
Rafael Lapesa propone tres posibles interpretaciones. Sugiere que Albanio puede ser
identificado con el poeta. No descarta que haya un desdoblamiento como en la Égloga I,
Albanio representaría la pasión desesperada y Nemoroso sería la libertad conseguida tras dura
lucha. Albanio y Nemoroso son dos representantes de la casa de Alba (Albanio sería el duque de
Alba que expresa los versos victoriosos de la guerra y Nemoroso cumpliría el papel de don
Bernaldino de Alba, hermano menor de aquel muerto prematuramente y sus desventuras de
amor). Lapesa considera que la Égloga II actuaría como transición entre las composiciones
anteriores a la estancia en Nápoles y las otras dos églogas que representarían lo más excelso de
la lírica garcilasiana.
c) Égloga III
Respecto al tiempo de composición, posiblemente fue la última de sus composiciones escrita
por el poeta, en primavera y verano de 1936.
Describe un paisaje fluvial idealizado (la crítica ha visto en él el Tajo) al que acuden varias
ninfas a tejer escenas mitológicas. Termina con un diálogo entre los pastores Tirreno y Alcino
que cantan la belleza de sus respectivas amadas, Flérida y Filis.
Según la interpretación de Rafael Lapesa esta égloga, representa el refugio a través del cual el
poeta huye de la realidad. Hay un dominio de los recursos estilísticos ensayados en las églogas
anteriores, si bien la intensidad emocional de la Égloga I no está superada en esta última
composición. Es muestra de virtuosismo formal sin la intensidad emocional de la Égloga.
b) Canciones:
Las primeras cuatro son propiamente canciones de filiación petrarquista. Bienvenido Morros
afirma que son un ensayo hacia la canción quinta, siguiendo los tanteos de Bernardo Tasso
(poeta veneciano del siglo XVI), quien a su vez había seleccionado algunas canciones
petrarquistas de camino hacia nuevos horizontes poéticos. La Canción V es una oda de filiación
clásica (Horacio). El poeta veneciano había seleccionado la canción CXXIX de Petrarca Aguas
claras, frescas y dulces para cantar sus dolores; Petrarca, en cambio, cantaba a los elementos de
la naturaleza.
En la Canción III, Garcilaso usa la estructura del poema de Petrarca e introduce cambios. Sigue
a Tasso en la afirmación de su amor, a pesar de las circunstancias y del exilio al que ha sido
castigado. No sigue a Tasso en el cambio de escenario, sino en el tema de la composición: no
será amoroso, sino político. Es una canción política que incorpora ingredientes de oda
horaciana.
En la Canción IV, Garcilaso ha seguido la canción XXIII de Petrarca, Del dulce tiempo de la
edad primera, apropiándose del esquema métrico del número de estancias (ocho), del número de
versos para la despedida (veinte) y del tema: el primer encuentro doloroso con el amor y la
descripción de la pena. Tanto Garcilaso como Petrarca tienen como referencia fábulas de
Ovidio.
En la Canción V, «Oda a la flor de Gnido», Garcilaso se anima con la oda, que estaba
poniéndose de moda en Europa. Se inspira en varias odas de Horario, pero toma la temática de
la Oda VIII en la que el poeta se dirige a Lidia para hacerla responsable de que su amante
Síbaris se haya entregado a la pasión carnal sin medida, lo que lo tiene físicamente debilitado
para cumplir con sus ocupaciones como caballero. Garcilaso, en la «Oda a la flor de Gnido»
hace responsable a Violante Sanseverino de que Mario Galeota haya abandonado el campo de
batalla y a sus amigos por la tristeza de que su amor hacia ella no es correspondido. Si Horacio
hace a Lidia responsable de que los excesos sexuales tienen debilitado a Síbaris, Garcilaso hace
responsable a Violante de la delgadez de Mario Galeota por estar entregado a sus pensamientos
sexuales insatisfechos.
LITERATURA MEDIEVAL Y RENACENTISTA TEMA 5: GARCILASO.
c) Epístola a Boscán.
Recurre de nuevo a Horacio y mezcla dos géneros: el epistolar y el satírico. Es una composición
que refleja la soltura con que Garcilaso utiliza ya los modelos y su versión endecasilábica
castellana, usando versos blancos en los que se deja llevar por su pensamiento. En esta epístola,
usa el viaje (de Barcelona a Nápoles a caballo) para establecer un paralelo entre el paisaje físico
y el de su alma. En una parte exalta la amistad entre ambos, y Garcilaso usa términos que
Boscán había empleado en la traducción de El cortesano, como un homenaje al amigo.
d) Elegías.
En las dos elegías que compone, Garcilaso recoge todas las modalidades del género. En el
primer Renacimiento, la elegía no estaba reservada sólo a la lamentación fúnebre, sino también
para:
La lamentación amorosa.
La sátira.
La confesión íntima (entre amigos).
La Elegía I está dirigida al duque de Alba para consolarlo de la muerte de su hermano don
Bernaldino de Toledo junto al que el poeta había luchado en Túnez, donde fue herido de muerte.