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TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN II

RESUMENES UNIDAS 1,2 Y 3


UNIDAD 1

FUENTES NAVARRO: “EL ESTUDIO DE LA COMUNICACIÓN DESDE UNA PERSPECTIVA


SOCIOCULTURAL EN AL.”

 El marco para el balance


A pesar de la crisis económica del ’80, el campo de la comunicación se ha diversificado
y ha crecido, ha consolidado sus avances y ha mantenido la búsqueda de respuestas a
casi a todos sus problemas e insuficiencias; continúa convocando cada vez más
estudiantes y se conforma gracias al aporte de otras disciplinas. El concepto de campo
nos permite reconocer las tensiones y desfases entre los actores que lo constituyen
con sus prácticas.
 Para (re)construir el objeto
Por campo académico se entiende al conjunto de instituciones donde se importen
estudios de nivel superior, se incluye la teoría, la investigación, la formación
universitaria y la profesión; pero se centra en las practicas que realizan actores sociales
con el fin de impulsar estructuras de conocimiento y de pautas de intervención sobre
la comunicación social. Las prácticas académicas son también practicas sociales de
comunicación, donde su especificidad se centra en la dimensión metacomunicativa
que constituyen para abordar sus propósitos de generación, difusión, promoción y
reproducción de conocimiento sobre la comunicación, solo una parte de la cual tiene
pretensiones científicas. El campo es más ideológico que científico. El campo
académico es un espacio sociocultural, en el cual concurren actores sociales sujetos a
las determinaciones y condicionamientos que definen su identidad y sus funciones
sociales desde marcos mucho más amplios que los académicos, por un lado, y los
comunicativos por otro pero que, con su actividad, socialmente legitimada e
institucionalizada, mantienen una cierta “autonomía relativa”. En síntesis, es un
espacio sociocultural definido por prácticas sociales concretas, muchas de las cuales se
expresan mediante discursos, donde puede reconocerse el conocimiento operante
sobre los objetos de estudio: es decir, sobre otros conocimientos, discursos y prácticas
sociales.
Nuestro acercamiento al campo académico de la comunicación parte, por un lado, del
análisis de los discursos que en él y sobre él circulan, donde tal conocimiento se
“carga” tanto de cientificidad como de ideología; y por otra parte, del análisis de las
prácticas, institucionalizadas o no, mediante las cuales los actores sociales
“académicos” constituyen el campo y son dotadas por él de una identidad y de una
“posición” especifica. El campo es un espacio de luchas y tensiones, también de
inercias y de acumulaciones, abierto a las hipocresías “externas” provenientes de la
dinámica sociocultural histórica.
La triple tendencia hacia la especialización disciplinaria, la institucionalización
académica y profesionalización, ha estado presente, como indudable condición,
aunque no siempre realizada, en el estudio de la comunicación en AL. Las tres han sido
objeto prioritario de atención en nuestro campo y pueden documentarse a través de

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muy diversas manifestaciones como preocupación, como proyecto y en algún sentido
también como obstáculo.
La masiva institucionalización de las cs. sociales en la gran mayoría de países latinos
ocurrió paralelamente al periodo de expansión capitalista global despuesta de la SGM
y la subsiguiente modernización de las sociedades latinas. Surge la tensión de los 3
paradigmas reinantes: el desarrollismo cepallino, el depententismo y el marxismo-
leninismo ortodoxo.
La generación de conocimiento científico sobre los fenómenos sociales y la acción
política para transformar esos fenómenos son trabajos cuya tensión cruza
centralmente la historia contemporánea de las cs. sociales y del estudio de la
comunicación en AL. Esta tensión (cs. vs ideología) quedó claramente establecida
como el centro de debate en los 60. En el estudio latinoamericano de la comunicación
esta teoría-práctica ha sido crucial. Otra de las fuentes evidentes de la desarticulación
que sufre el campo puede ubicarse en el perdurable afán de autonomizar al estudio de
la comunicación respecto a las cs. sociales. La lucha por conquistar un espacio
epistémico e institucional propio para la disciplina, muy justificable en cuanto a la
ruptura de dependencias teóricas, metodológicas y profesionales, tuvo y sigue
teniendo la nefasta consecuencia de, o bien reducir el estudio de la comunicación a
una dimensión instrumental, o bien alimentar la pretensión de construir uno imposible
ciencia autocontenida y universal.
 La (de)formación universitaria
El campo de la comunicación en la actualidad está constituido por elementos
superpuestos, casi nunca consistentemente integradas, pero simultáneamente
vigentes, de 3 modelos funcionales de la carrera, que remiten a 3 proyectos
diferentes:
1- El primer modelo, en los años 50 en la Plata, el de la formación de periodista. El
objeto de estudio y su abordaje tanto en la enseñanza como en la investigación
universitaria están primeramente compuestos por representaciones de las
prácticas periodísticas. 3 de los elementos constituidos de este modelo son la
prioridad en la habilitación técnico-profesional, el relativo ajuste a las demandas
del mercado laboral y el propósito de la incidencia político-social a través de la
opinión publica.
2- El segundo modelo, fundado en los 60 en la Universidad Iberoamericana de
México, es el que concibe al comunicador como intelectual. Buscaba la formación
de un “hombre capaz de pensar por sí mismo, enraizado en su época, que gracias
al dominio de las técnicas de difusión pone su saber y su mensaje al servicio de los
más altos valores de la comunidad humana”.
3- Un tercer modelo, en los 70 el del “comunicólogo” como científico social. Este
modelo se sobrecargó la enseñanza de la “teoría crítica” y se abandonó
prácticamente la formación y la habilitación profesional.

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BELLO, BUENAVENTURA Y PÉREZ: “CONCEPCIÓN DE LA COMUNICACIÓN Y CRISIS
TEÓRICAS EN AL”

Con base en el marxismo y el estructuralismo, los investigadores de AL iniciaron un


replanteamiento crítico de las líneas de acción que debía asumir el estudio de la comunicación
de Latinoamérica. Ello implicó una toma de conciencia de las necesidades más apremiantes de
la realidad social propia y un alejamiento del quehacer investigativo practicado en nuestros
países durante los 50 y 60.

Los primeros intentos críticos del área partieron del estudio de la crisis que suscitó del modelo
de modernización y la consiguiente inestabilidad que éste produjo en la realidad del
continente. Se pretendió transformar y desarrollar las sociedades latinas con el objeto de
inscribirlas en una economía de mercado y por ende convertirlas en una copia de las
sociedades capitalistas más avanzadas. Dicho modelo de desarrollo conllevó el análisis y la
puesta en marcha del proceso de difusión de innovaciones dentro del contexto de los estudios
sobre modernización. El modelo difusionista se convirtió así en el estilo de investigación de
las agencias estatales, produciéndose un volumen apreciable de estudios sobre la
transferencia tecnológica y el cambio de actitudes propiciado por el uso extensivo de los
medios de comunicación. Estos intentos implicaban una visión dualista del pueblo latino,
planteada e impuesta desde la mentalidad etnocentrista de los centros transnacionales. Lo
urbano era la “modernización” y lo rural el “atraso”. Se buscaba y se trataba de motivar a la
población a través del uso de los medios de comunicación, hacia un “cambio de mentalidad”
en el sentido de “tener ganas de progresar” según el modelo económico dominante.

Para analizar las insuficiencias del difusionismo, un grupo de investigadores se apropió de


herramientas conceptuales provenientes del marxismo del estructuralismo, replanteando la
función de la investigación sobre comunicación en AL. En este contexto, podemos entender la
actitud crítica que empieza a prosperar en los años 60 y 70. El resultado de las prácticas
difusionistas había sido un fracaso.

El enfoque crítico de la comunicación, centrado en la triada comunicación, ideología y poder,


permitió explorar problemáticas vitales para el autoconocimiento empezaron entonces a ser
definido, no por la sofisticación de las posibilidades tecnológicas, sino por su forma de uso en
relación con la búsqueda y el posibilitamiento de situaciones de participación activa de los
sectores populares.

En los 60 y 70 se tocaron diversas temáticas sobre la comunicación en AL:

- Se contextualizó el problema de la comunicación dentro de espacios más dilatados


de interpretación, sobre todo a partir de la política y la economía. Asimismo, se
reinterpretó el problema del desarrollo, superando su reducción tradicional a
esquemas de crecimiento económico.
- Se estudió el impacto u la potencialidad de las políticas y estrategias de
planificación del Estado frente a la comunicación y la cultura. Esta propuesta tuvo
como argumento la idea de que los recursos de comunicación social no se estaban
aprovechando como era debido, por lo que era necesario organizar el sistema de

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comunicación a través de mecanismos o instituciones coordinadoras en el ámbito
nacional, a partir de las características y necesidades propias de cada país.
- Se realizó en exhaustivo diagnóstico del flujo internacional de la información
noticiosa.
- Se analizó el carácter ideológico del discurso dominante tanto en el ámbito
nacional como en el transnacional. Con respecto a lo transnacional, muchos
trabajos utilizaron el concepto de “imperialismo cultural” siguiendo de cerca de la
teoría de la dependencia.
- Se investigó sobre la estructura de propiedad de los medios y sobre los índices de
acceso a éstos por parte de los sectores populares. Se puede afirmar que el
diagnostico cuantitativo realizado en este campo mostró el mínimo acceso que
tienen los sectores populares a las ind. culturales.

En los 70 con el enfoque crítico se llevaron a cabo ciertas propuestas:

- La comunicación alternativa. Se intentó crear y desarrollar formas y procesos


alternativos de comunicación; no solo alternativas en términos de contenidos sino
también de las estructuras de la propiedad y del manejo de los medios de
comunicación social.
- La lucha por el establecimiento y formulación de políticas nacionales de
comunicación y cultura. A partir de la Conferencia Intergubernamental sobre
Políticas de Comunicación en AL y el Caribe, la comunicación se concibe como un
derecho del individuo y de la comunidad en términos de acceso y participación.
- La lucha por la conceptualización y el establecimiento de un Nuevo Orden
Internacional de la Información. Del diagnóstico e interpretación de la
dependencia económica a la toma de conciencia sobre la dependencia informativa
no había sino un paso, y éste fue el que dio la UNESCO al iniciar el proceso de
debate sobre el NOMIC.
- La lucha por la creación de una conciencia crítica en la lectura de los mensajes de
la cultura de masas, por parte de diferentes sectores.
- La organización de gremios profesionales de periodistas y otros tipos de
comunicadores sociales, orientados a la promoción y defensa de la participación
como elemento esencial del derecho a informar y estar informado.
- La lucha por la reorientación de instituciones y medios existentes con el finde
promover programas de desarrollo más acordes con las necesidades y expectativas
de la población popular.

Crisis que ayudaron a los estudios de comunicación en AL en los 60 y 70:

- La crisis del marxismo, cuyas categorías de análisis empezaron a ser insuficientes


para explicar determinados fenómenos de nuestra realidad, sobre todo aquellos
fenómenos relacionados con la cultura.
- La crisis de los enfoques estructuralistas, se produce un desplazamiento hacia
modelos teóricos que explican sobre todo los aspectos extratextuales de los
procesos de significación.
- La crisis en algunas experiencias de comunicación alternativa, no por acción
represiva del establecimiento, sino por una falta de vinculación de algunas de
estas experiencias con las necesidades, expectativas y realidades culturales de los
sectores populares.

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Nuevas concepciones y debates en base a la articulación comunicación y cultura:

- La conexión entre comunicación e identidad cultural. Se intenta explorar el papel


de la cultura y la comunicación en la construcción de identidades colectivas y su
impacto en la construcción de la democracia y en las estrategias de desarrollo de
nuestros países latinos.
- Las culturas populares. Ya no se trata de estudiar el pueblo como “receptor”, sino
fundamentalmente como productor de sentido a partir de su propia realidad y de
sus propias prácticas cotidianas.
- Las nuevas tecnologías. Se estudia el impacto de las nuevas tecnologías de la
comunicación y la información en distintas áreas de nuestra realidad, el aparato
productivo, las relaciones del Estado con la soc. civil, los mecanismos de
construcción del sentido y el consenso, las relaciones internacionales de
dependencia, la transnacionalización de la cultura, entre muchos otros campos
afectados por la actual revolución tecnológica postindustrial.
- La información transnacional. Ha pasado del diagnóstico y la denuncia a la
elaboración de propuestas concretas.

El debate sobre la comunicación y la cultura atraviesa necesariamente estas temáticas. La


cultura se constituye en el lugar privilegiado desde el cual se puede interpretar los fenómenos
y procesos de la comunicación.

WHITE: “LA TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN EN AL”

Una de las más llamativas características de los investigadores en materia de com. en AL es la


notable intercomunicación que existe entre los investigadores, los proyectos de investigación
cooperativa y la conexión entre diversas organizaciones, institutos, publicaciones y facultades.
Los latinoamericanos tienden a considerar su tarea como una empresa continental de
investigación
Otra característica importante de la investigación en materia de comunicación en AL es su
relación directa con la formulación de la política de medios de comunicación, con los esfuerzos
para formarlos y, especialmente, con los movimientos populares que introducen formas
alternativas de comunicación y medios.
La tercera característica proviene de su preocupación en el ámbito político y social.
La investigación sobre la com. ha estado en general relacionada con problemas básicos que se
refieren a la clase de sociedad y cultura que está emergiendo en AL, y a cuál es el papel de los
medios de com. deberían jugar en ese proceso. Por lo tanto, los esfuerzos realizados han sido
especialmente creativos en el campo de las teorías normativas de la com. de masas y en el de
los estudios de carácter cultural.
De este proceso de investigación, formulación teórica y debate han surgido 4 áreas de análisis
que pueden entenderse como una contribución latinoamericana considerablemente original a
los estudios en com. en el plano internacional.
1- Influencia de la política económica internacional en el desarrollo de los medios de
comunicación e instituciones culturales autóctonos.
2- Ideas acerca de la reforma de los medios, política nacional de medios y,
especialmente, democratización de la com.

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3- Trascendencia de formas alternativas de com. y uso de los medios que están llevando
a cabo los mov. populares a consecuencia de su fortalecimiento y su importancia como
base para la democratización de los sistemas nacionales de com. y de medios.
4- Mejor comprensión de la relación entre media y cultura popular en el desarrollo de los
sist. culturales y sociopolíticos nacionales.

El primer paso en el desarrollo de una tradición latinoamericana autóctona de investigación en


materia de medios se dio en los 70 con el rechazo del funcionalismo norteamericano. El sist.
teórico alternativo que adoptaron ampliamente los investigadores de los medios fue la “Teoría
de la dependencia”, que analizaba el subdesarrollo de los medios latinoamericanos y su falta
de respuesta a los problemas sociopolíticos, económicos u culturales reales, en términos de
integración dependiente en el sist. político económico capitalista internacional. Diversos
estudios acerca del contenido de la programación televisiva, de las tiras cómicas, de la
publicidad y de las noticias encontraron que se hacía una imposición directa de la ideología
capitalista por medio de la cultura popular de EE. UU. (imperialismo cultural).
Posteriormente la investigación se ha centrado cada vez más en el problema de la formación
de monopolios internos en las ind. de la cultura y en la búsqueda por parte de las elites de
alianza con las empresas transnacionales en procesos de expansión. El efecto más significativo
de esta organización transnacional de las ind. de la cultura latinoamericana que impide el
proceso normal de cambio social, de redistribución social del poder de toma de decisiones y de
participación en el campo de la creatividad cultural.
Con una perspectiva de dependencia cultura más matizada, la investigación ha dado lugar a
varias áreas teóricas importantes:
a) Mejor compresión de las maneras complejas en que las empresas transnacionales
operan en AL e influencian su desarrollo cultural.
b) Análisis de las maneras en que la relación de interés de los medios de com.
latinoamericanos con las ind. culturales transnacionales produce un aislamiento de
info. y perspectivas de grandes sectores de la población y de los nuevos mov.
socioculturales de AL.
c) Análisis histórico comparativo de la influencia trasnacional sobre los medios y el
desarrollo cultural. En el ámbito político, esta línea de investigación y formulación
teórica proporciona una base para las acciones de los gobiernos latinoamericanos
dirigidos a crear flujos de info. más autóctonos e intercontinentales por medio de
agencias oficiales.
La amplia difusión que tuvo en los comienzos de los 70 la concepción del subdesarrollo
latinoamericano en términos de dependencia e imperialismo cultural convenció a gran parte
de la opinión pública informada y a los líderes políticos más progresistas de que era necesario
llevar adelante políticas tendentes a favorecer un mayor control nacional de los medios y su
“disociación”.
El establecimiento de una serie de institutos de investigación de políticas de com. permitió
reunir algunos de los investigadores de más talento en materia de com., proporcionándoles
una plataforma relativamente bien organizada y dotada financieramente para transformar los
análisis teóricos en formulaciones políticas.
El fundamento de los proyectos de política de medios fue una nueva filosofía pública en
materia de com. que se desarrolló en AL en los 60 y 70. Consistía en:
 Concepción de los medios no simplemente como un canal de info. sino como un
proceso de com. destinado a crear un debate razonable y libre en la comunidad.

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 Definición de los medios como un servicio reglamentado por el estado en interés
público.
 Énfasis en el derecho universal a la comunicación.
 Organización de los medios en base al principio de participación, especialmente,
asegurando dicha participación a los mov. populares
 Énfasis en el carácter de los medios como un foro para el desarrollo de las culturas
latinoamericanas autóctonas.

Dentro de la estructura organizacional de estos mov. populares surgieron frecuentemente


modelo de com. horizontal y participativa.
La atención de los investigadores latinoamericanos de com. se ha desplazado desde la
dominación cultural externa hacia el análisis de los factores sociopolíticos internos que
influencian el desarrollo de las culturas latinoamericanas.

SCHLESINGER : “APORTACIONES DE LA INVESTIGACIÓN LATINOAMERICANA ”

En la década de los 70 se desarrollaron una serie de posturas bastante características. Se


asoció una fuerte corriente semiótica con Verón y Mattelart y Schmucler elaboraron un análisis
económico-político marxista. Por toda AL se realizaban debates sobre los condicionantes
económicos y políticos de las estructuras de los medios. No obstante, existían diferencias
cruciales en el significado de política de la com., cultura popular, democratización, ideología,
etc.
Una experiencia tan difundida en AL solo podría reforzar el interés por la dependencia, ya sea
sobre la importación de un capital, una tecnología, prácticas profesionales e ideas. A principios
de los 70 ya habían empezado los primeros mov. para redefinir los intereses propios de una
investigación latinoamericana pensada automáticamente. Durante estos años, este deseo fue
respaldado por un mov. creciente entre los países del “Tercer mundo”, mediante debates
regulados por la UNESCO.
Este interés por el control transnacional de la com. ha adquirido una nueva connotación en la
vida de esta época, con el crecimiento de las nuevas tecnologías del campo audiovisual y de las
telecomunicaciones. Una respuesta al respecto ha sido el creciente interés por el desarrollo de
una política nacional para las comunicaciones.
Una cuestión de mayor interés en el debate reside en la tendencia a escribir tratando de
investigar las condiciones de recepción y consumos de los productos culturales en el contexto
de la cultura popular.

SCHMUCLER : “CONFERENCIA EN LA UNSL”

En el mirarse críticamente a uno mismo, se debe tratar de reconocer el camino recorrido. Para
Benjamin el trabajo de la memoria es similar al del arqueólogo. “La memoria es el medio de lo
vivido, así como la tierra es el medio en el que yacen enterradas las viejas ciudades que el
arqueólogo busca desentrañar”. Entonces la memoria de algo, en el espíritu benjaminiano, es

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también y, ante todo, memoria de sí mismo. Hay que estar dispuesto a alterar la calma que
propicia el olvido. “Hacer memoria”, en consecuencia, es más que el fuerzo de evocar los
hechos. Incluye la decisiva responsabilidad de responder, es decir, de hacerse responsable por
el lugar desde donde ayudamos a construir aquellos hechos recordados. Pero también
responder, hacerse responsable, por la manera en que hoy contemplamos aquellos hechos.
Aún está pendiente la escritura y el análisis compresivos de las formas que adquirió la
investigación sobre la presencia de los grandes aparatos de difusión masiva en la Argentina.
Afirmar la particularidad latinoamericana de los estudios de com., afirmar esa particularidad ha
servido, por ejemplo, para evocar momentos sustanciales de una historia intelectual
estrechamente incrustada en lo político. Hablar de AL dio sus resultados cunado AL todavía
parecía prometer algo para los oídos internacionales1.
Otros mitos fundadores en los estudios de comunicación en AL en esos, gloriosos años 60 y 70,
que llegaron casi hasta el 80. Uno de ellos fue ese gran mov., o aparentemente gran mov., que
significó la lucha por un Nuevo Orden Mundial de la Info. y la Com. El NOMIC, como se llamó,
que produjo un libro que sigue siendo citado en los estudios de com. y que creó una comisión
importantísima dirigida por un gran sabio, nunca existió. En todas las universidades y centros
de estudio en AL a fines de los 70 pareció que era como un salto, un salto hacia la liberación de
ciertas formas de dominio de lo que antes era importante: grandes agencias de info.
La com., como objeto de saber, parece resignada a un lugar subalterno para que otras
disciplinas la utilicen como campo de experiencia. Carente de autonomía desde siempre, el
lugar que ha obtenido la com. en nuestros días no tiene precedentes.
En los 70, Mattelart y Schmucler, desde la revista Comunicación y Cultura intentaban dar
cuenta de la importancia política de nuestra apuesta compartida con otros estudiosos de AL.
Eran momentos en que la investigación y la acción política desdibujaban sus límites. La
biografía y la bibliografía eran una sola cosa.

UNIDAD 2

SANGUINETTI : “AL: FUNDACIÓN DE UNA PERSPECTIVA ”

El conjunto de los investigadores que han trabajado la cuestión de la historia de la constitución


del campo científico de la com. coinciden en ubicar sus inicios en los primeros años de los 60.
Atravesados por las consecuencias de la postguerra, los 60 fueron una gran convulsión política,
cultural, económica; años de encrucijada que marcaron de raíz el pensamiento
latinoamericano sobre com. En el marco de este contexto, la teoría latinoamericana sobre
com. comenzó a fundarse desde dif. momentos y geografías.
Por un lado, la transformación de la iglesia católica en su encuentro con la cuestión social, en
una argamasa que vincula el existencialismo, el marxismo y el compromiso cristiano por el
cambio, el desarrollo y la revolución, y se expresa paradigmáticamente en la obra de Freire.
Por el otro, la 1° reflexión específicamente comunicativa producida desde AL por Pasquiali en
Comunicación y Cultura de masas. Finalmente, la experiencia chilena de la revolución socialista
y la producción intelectual del CEREN, expresada en Mattelart, principalmente. Estos
momentos tienen en común la idea de que una teoría se construye al calor de una historia que
se hace y se padece.
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Oídos internacionales: Intelectuales de otros países y también de las financiaciones internacionales.

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 Iglesia postconciliar y com.: en el 63 se lanzó el Concilio Vaticano II definiendo el
“aggiornamiento”. Este hecho estaba destinado a producir uno de los fenómenos de
transformación ideológico-cultural más significativo en la institución probablemente
de mayor peso en el conteniente. El Concilio viene a poner fin a 400 años de
tridentinismo que, no paradójicamente, tiene en la com. aspectos fundamentales. La
iglesia va a encarar las deudas político-sociales que le habían provocado la imprenta y
la Reforma. Entre las muchas consecuencias que trajo el Concilio es la de la “cuestión
social” y fue la de más impacto entre los católicos.
Althusser refleja desde Europa este mov. de “contestación” que caracteriza los 70. En AL quien
expresó de mejor manera este mov. fue Freire. El método freiriano va a convertirse en una de
las 1° reflexiones con trascendencia. Entre los aportes más importantes de este método en el
campo de la com. han sido 2. En primer lugar, impulsó un concepto de com. que tomaba
distancia del modelo lineal ingenieril vinculado con la idea de transmisión. El segundo
concepto ha sido el de “invasión cultural”, desde el cual se trabajarán las relaciones de
dependencia desde el punto de vista cultural.
La perspectiva del diálogo, de raíces socráticas, ha tenido una extensa vida de la
conceptualización freiriana de las 2 formas de entender el proceso de enseñanza aprendizaje.
La que Freire llamó “educación bancaria”, en la que la relación pedagógica es una relación de
poder, en donde el educador es el que sabe y el educado no sabe; por lo tanto, un ser vacío
que debe llenarse de contenidos, pasivo y acrítico. Y la “educación problematizadora”, donde
educando y educador son participes de un proceso de dialogo. Relación ida y vuelta, donde los
contenidos no preexisten, sino que son la parte constitutiva de un proceso de reflexión sobre
el objeto que es construcción crítica de una realidad por aprender y transformar. El segundo
concepto aportado por Freire es el de invasión cultural: consiste en la penetración que hacen
los invasores en el contexto cultural de los invadidos, imponiendo a éstos su visión del mundo,
en la medida en que frena su creatividad, inhibiendo su expansión. En la invasión cultural es
importante que los invadidos vean su realidad con la óptica de los invasores y no con la suya.
Schramm será uno de los expertos claves que, a partir del Programa para el Desarrollo de los
Medios de Com., aprobado por la UNESCO en el 62, impondrán a nuestro continente la idea de
la eficacia de los medios para acelerar los procesos de desarrollo y también, gracias a los
aportes de Rogers, para difundir innovaciones tecnológicas y garantizar su adopción.
 Pasquali y una filosofía trascendental para la com.: En Com. y cultura de masas,
Pasquali produce la 1° teorización sobre la com. realizada desde AL. Publicada en 63 y
es una reflexión que ya cuenta en estos primeros esbozos con la impronta de una
crítica que combina un bagaje filosófico existencial de fuentes europeas, con los
modelos científicos comunicativos de la Teoría matemática de la info. la hipótesis
básica de Pasquali se funda en una perspectiva de análisis de la “totalidad social” de la
cual los medios dependen. Para Pasquali, “le tipo y nivel de cultura que exhiben los
grupos sociales está en función de sus medios de com. del saber”. En la realidad
presente del mundo, el saber está en un reducido núcleo de agentes transmisores que
lo canalizan hacia el dilatado ámbito de los individuos receptores.
Aparece el rasgo distintivo de un pensar que intenta construir un objeto, “la com.”, desde la
crítica que surge a partir de la diferenciación entre info. y com. Para Pasquali el concepto de
info. no es equivalente al de com., ya que en la primera solo hay transmisión de mensajes de
un polo al otro, pero no reciprocidad ni diálogo. El problema de ese otro en relación o ese otro
término que extendiéndose desde lo sociológico-cultural remite al otro que viene a surgir con
toda su potencia: el pueblo que interpela a los sectores medios intelectuales queriendo
protagonizar otra historia. Y este otro, en este primer diagnóstico, es un pueblo silencioso a

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primera vista, otro que es entendido como una masa alienada. En esta categoría básica “del
para todos” es el estar ahí del receptor como objeto de alusión impersonal, no especificada.
La expresión media contiene una evidente contradicción en términos y debiera proscribirse,
dice Pasquali. O estamos en presencia de medios empleados para la com. y entonces el polo
receptor nunca es una masa o estamos en presencia de los mismos medios empelado para la
info. y en este caso resulta redundante especificar que son de masas.
 Com. y liberación: uno de los rasgos del pensamiento sobre la com. en AL ha estado
signado por su inscripción en la política, y nada probablemente ha sido tan fuerte y
determinante como la experiencia chilena. Entre 1970 y 73, se produjo la situación
más rica desde el punto de vista comunicacional, en tanto el poder revolucionario del
estado no ha sido ejercido sobre los medios. Fue este contexto el que marcó al Centro
de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN), creado en el 69 en la Uni. Católica. Entre
sus numerosas publicaciones se encuentra “Para leer al Pato Donald”. El objetivo
central del CEREN era: “contribuir a la discusión sobre el papel de la com. masiva en la
lucha ideológica” y desde el cual se planteaba cuestionar “el concepto omnipresente
de los medios que ha naturalizado la burguesía”. En este sentido la problemática
comunicacional adquiere en el CEREN una matriz particular que se entronca con el
conjunto de elementos con que estamos caracterizando la construcción del campo de
com. en AL. Para el CEREN, la nueva etapa implicaba: superar la de la denuncia de la
carga ideológica d ellos mensajes objetivos del poder burgués y pasar a la creación de
unos medios identificados con el contexto revolucionario.
Para Mattelart, lo que hace invisible esta lógica de dominación es el proceso de
fetichización como encubrimiento que impone una naturalización de las relaciones
sociales, convertidas en un mito. Este mito implica para Mattelart que la relación de
consumo, es decir: de vendedor y comprador, sea visualizada como una relación
comunicativa, de emisor y receptos. Para Mattelart, la ideología tecnocrática del
imperialismo se expresa en un nivel superestructural caracterizado por la formación
social dependiente de AL.
 La com. que vendrá: En el 73 finaliza, a través de un golpe militar de Pinochet que
derroca a Allende, una de las etapas de este proceso de revolución política y teórica
que había comenzado en los inicios de los 70. Sin embargo, esto no significó para el
campo de la com. un desprendimiento de aquellas preocupaciones fundamentales que
habían signado su constitución. Por el contrario, comienza como un proceso de
revisión política y teórica que se desarrolla en forma paralela a las nuevas experiencias
que suscitan a la disgregación impuestas por las dictaduras militares al mundo
intelectual latinoamericano. Centros de investigación, fundaciones internacionales,
universidades y agencias de gobierno, rescatan a los diversos investigadores que
escaparon de la represión, tortura y desapariciones de las dictaduras.

VERÓN: “ACERCA DE LA PROD. SOCIAL DEL CONOCIMIENTO : ESTRUCTURALISMO Y


LA SEMIOLOGÍA EN ARG Y CHILE ”

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Términos tales como “estructuralismo” y “semiología” será usados aquí en un primer lugar del
tipo descriptivo, para hacer referencia a la configuración de procesos históricos de difusión y
transformación ideológica que han sido identificados bajo esos nombres en el plano de la
conciencia social. Los textos (en tanto mercancías) están siempre incluidos en un complejo
ciclo productivo. A fin de construir la “historia social de los textos” es necesario ubicar a estos
últimos en el contexto de los procesos sociales de producción, distribución y consumo de
significaciones. El sentido es un producto intrínsecamente social, los textos también se
encuentran necesariamente insertos en una matriz social, y esta inserción es parte constitutiva
de su significación.
Es necesario introducir la idea de una pluralidad articulada de procesos productivos en el plano
cultural: dicho de otra manera, la producción del sentido aparece organizada en diferentes
prácticas. Cada una de ella está sometida, en parte, a diferentes condiciones estructurales en
cuanto a la producción, la circulación y el consumo.
La comparación entre Argentina y Chile ofrece una buena oportunidad para estudiar la
inserción diferencial del “estructuralismo”, debido a condiciones estructurales diferentes para
la producción de la significación. El estructuralismo ha conocido en cada uno de estos países
un destino cultural diferente, ha sido ubicado diferencialmente dentro del campo ideológico, y
su “impacto” ha sido distinto más específicamente, las contradicciones y distorsiones que
caracterizan la producción de conocimiento en los países dependientes del tercer mundo se
manifiestan en cada caso bajo distinta forma.
En la Argentina, la vía de inspiración estructuralista ha sido siempre exclusivamente
académica, y dentro del mundo académico el estructuralismo no ha sido nunca percibido
como especialmente vinculado al pensamiento marxista. Entre los grupos intelectuales más
activos políticamente provocó de hecho reacciones que fueron de una cierta desconfianza
hasta la condenación ideológica explicita, a veces en nombre del marxismo.
Desde su inicio el estructuralismo y la semiología chileno recibieron una marca cultural
diferente. Los autores locales inspirados de una u otra manera por el estructuralismo estaban
vinculados a grupos intelectuales muy activos políticamente en el campo de la izquierda
marxista; el desarrollo de las ideas y metodologías del estructuralismo y la semiología fue
inmediatamente percibido como asociado a la teoría marxista y algunos de los trabajos locales
han tenido un peso considerable el contexto de la lucha política e ideología que caracteriza la
situación chilena.
Para las cs. sociales en general, las condiciones estructurales de ejercicio de la práctica son
radicalmente diferentes de las existentes en los países centrales.
 Chile: la semiología y la lucha política: Dentro de este contexto, la influencia del
estructuralismo y la semiología se concentró de inmediato en el estudio de los
mecanismos del poder cultural, en particular las comunicaciones masivas. Durante la
campaña electoral, una de las tareas decisivas en este campo consistió en analizar y
denunciar las trampas ideológicas preparadas por los principales medios masivos, en
manos de la burguesía contra los candidatos de la Unidad Popular.
 La pregunta de Lenin: En la Argentina, el estructuralismo y la semiología han inspirado
trabajos teóricos y empíricos que son relativamente marginales dentro del contexto
cultural. Debido a esta marginalidad, la investigación semiológica ha estado limitada a
pequeños grupos de “especialistas” e “interesados”. Tanto en la Argentina como en
Chile los semiólogos están especialmente interesados en el estudio de los fenómenos
ideológicos.
La contradicción entre la demanda práctica y las condiciones de la investigación es aún más
clara en el estudio de Mattelart y Dorfman sobre el Pato Donald. En este trabajo, no solo se

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aplica como método el comentario intuitivo e interpretativo del material, el caso me parece
grave: el problema del método ha desaparecido completamente como problema.
Si se plantea, es un caso particular, la contradicción entre las condiciones impuestas por la
investigación, por una parte, y la intensa demanda social de aplicaciones prácticas que sean a
la vez políticamente relevantes, por otra parte, el semiólogo se encuentra ante una alternativa
y debe elegir. Optar por la inserción política y abandonar las exigencias contenidas en el
proceso de producción de conocimiento. Es evidente que la jerga científica no hace sino
ocultar la opción que, en los hechos, se ha realizado, podemos preguntarnos por qué. Lo que
está en juego es la identidad del intelectual en cuanto tal. En efecto, se supone que él
contribuye a la lucha política con su capacidad profesional en tanto “especialista”. Aun en los
casos en que se ha optado de hecho por las tareas de relevancia política-ideológica, dejando
de lado las condiciones objetivas impuestas por la tarea de la construcción de teoría y de
investigación, no resulta tan difícil abandonar el lenguaje técnico. La identidad del “intelectual”
depende de ello y por lo tanto también el carácter específico de la imagen que el “intelectual”
debe dar para responder a lo que la demanda social le está pidiendo en su carácter de
“especialista”.

DORFMAN Y MATTELART : “ PARA LEER AL PATO DONALD”

 Donald y la política: Cuando este libro apareció en Chile, hacía poco más de un año que
Allende había asumido como presidente. En todos los sectores de la sociedad
comenzaba a evidenciarse que el intento de transformar una realidad pone en tensión
al conjunto de la estructura existente. Todos los elementos que constituyen el aparato
social se reordenan y en este reacomodo surgen conflictos específicos aun en las zonas
cuyas formas de existencia parecieran trascender a los proyectos de cambios sociales.
En la llamada estructura se subsume, en realidad, la totalidad de las relaciones
sociales. Es uno solo, por lo tanto, el momento de cambio, aunque las distintas formas
de la organización social sean regidas por legalidades particulares que evocan
desiguales tiempos de evolución. El caso chileno posee la singularidad de ofrecerse
como un confuso campo de contradicciones en el que oficialmente se anuncia el
comienzo de un proceso socialista, en los marcos de un orden de raíces estrictamente
burguesas, mientras en la realidad actuante el enfrentamiento de clases se evidencia
en una creciente conciencia de los polos participantes. En ese contexto, la aparición de
un estudio sobre el pato Donald y la línea de personajes producidos por Disney viene a
perturbar una región postulada como indiscutible; algo así como querer analizar
críticamente la belleza de un atardecer. Para la burguesía el pato Donald es inatacable:
lo ha impuesto como modelo de “sano esparcimiento para los niños”. De ahí la
trascendencia otorgada a este trabajo. Lo indiscutible se pone en duda: desde el
derecho a la propiedad privada de los medios de producción, hasta el derecho a
mostrar como pensamiento natural la ideología que justifica el mundo creado
alrededor de la propiedad privada. El cuestionar los pilares de un ordenamiento que
reclama puntos de apoyo inamovibles compromete su estabilidad. Para leer al pato
Donald se define como un instrumento claramente político que denuncia la
colonización cultural común a todos los países de AL.

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 Del buen salvaje al subdesarrollado: ¿Dónde está Aztecland? ¿dónde está Inca- Blinca?
Es indudable que Aztecland es México. No importa que el nombre sea otro, porque
reconocemos y fijamos al país de acuerdo con ciertos atributos, por ejemplo: el lugar.
El cambio de nombre aprovechando todos los prejuicios superficiales y estereotipos
acerca del país permite Disneylandizarlo sin trabas.
Walt tomó tierras vírgenes en EE. UU. y construyó sus palacios de Disneylandia. Utiliza cada
país del mundo para que cumpla una función modelo dentro de este proceso de invasión por
la naturaleza-disney. Mientras los marines pasan a los revolucionarios por las armas, Disney los
pasa por sus revistas. Son dos formas del asesinato: por la sangre y por la inocencia.
Disney tampoco inventó a los habitantes de estas tierras; solo les impuso un molde propio de
lo que debían ser, actores en su hit-parade2, calcomanías y títeres en sus palacios de fantasía,
buenos e inofensivos salvajes hasta la eternidad.
Para Disney, entonces, los pueblos subdesarrollados son como niños, deben ser tratados como
tales, y si no aceptan esta definición de su ser, hay que bajarles los pantalones y darles una
buena paliza. Cuando se dice algo acerca del niño buen-salvaje en estas revistas, el objeto en
que en realidad se está pensando es el pueblo marginal. La relación de hegemonía establecida
entre niños-adultos que vienen con su civilización y sus técnicas, y los niños-buenos-salvajes
que aceptan esta autoridad extranjera y entregan sus riquezas, queda revelada como la réplica
matemática de la relación entre la metrópoli y el satélite, entre el imperio y su colonia, entre
los dueños y sus esclavos. Tal es así que los metropolitanos no solo buscan tesoros, sino que
venden a los nativos revistas para que aprendan el rol que la prensa urbana dominante desea
que ellos cumplan.
Entre todos los niños-buenos-salvajes, ninguno llega más lejos en su exageración de los rasgos
infantiles que Gu, el abominable hombre de las nieves: descerebrado, avispado, de tipo
mongólico, se lo trata como a un niño. El Tío Rico cambia mágicamente el artefacto barato de
la civilización que hace tic tac por la corona. Hay obstáculos hasta que el niño entiende que
solo se quieren llevar algo que a él para nada le sirve y que en cambio se le entregará un
pedazo fantástico de progreso inexplicable que sí le sirve para jugar. Lo que se extrae es un
tesoro, oro, materia prima. El que lo entrega es significativamente un subdesarrollado mental
y subdesarrollado físico. El gigantismo material de Gu, y de todos los demás salvajes
marginales, es el síntoma de su fuerza corporal solo apta para trabajar físicamente en la
naturaleza pura. Esto traduce las relaciones de trueque que los primeros conquistadores y
colonizadores tuvieron con los indígenas: se intercambia una baratija producto de la
superioridad técnica y se lleva el oro. Se le quita algo en que ni se había fijado como elemento
de uso o de intercambio.
No habiendo otorgado a los buenos salvajes el privilegio del futuro y del crecimiento, todo
saqueo no aparece como tal, ya que extirpa lo que es superfluo, lo prescindible, una nonada. El
despojo capitalista irrefrenable se escenifica con sonrisas y coquetería. Pobres nativos. Qué
ingenuos son. Pero si ellos no usan su oro, es mejor llevárselo. En otra parte servirá de algo.
El imperialismo se permite presentarse a sí mismo como vestal de la liberación de los pueblos
oprimidos y el juez imparcial de sus intereses. Lo único que no se le puede quitar al buen-
salvaje es su subsistencia, y esto, porque destruiría su economía natural, forzándolo a perder
el paraíso y crear una economía de producción. No es malo el que viene de afuera, solo le que
no paga “justicieramente” es perverso. Por oposición, la compañía es maravillosa.
Al seleccionar los rasgos más epidérmicos y singulares de cada pueblo, provocando nuevas
sensaciones para incentivar la venta, diferenciando a través de su folklore a naciones que
2
Hit parade: lista clasificada de las grabaciones más populares en un momento dado, generalmente
determinada por ventas y/o reproducción área.

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ocupan una misma posición dependiente y separándolas por sus diferencias superficiales, la
historieta, como todos los medios de com. de masas, juega con el principio del
sensacionalismo, es decir, de ocultación por lo “nuevo”. Nuestros países se transforman en
tarros de basura que se remozan eternamente para el deleite impotente y orgiástico de los
países del centro. Estamos separados por la representación que nos hacemos de los demás y
que es nuestra propia imagen enana en el espejo. Sin embargo, y por suerte, las
contradicciones afloran y cuando éstas son tan poderosas que se constituyen a pesar de la
prensa metropolitana en noticia, es imposible reiterar el mismo apacible fondo argumental. La
realidad conflictiva no puede ser tapada por los mismos esquemas que una realidad que,
siendo conflictiva, aún no ha estallado lo suficiente como para llamar la atención informativa.
Así, hay una multitud de hechos cotidianos que revelan el malestar de un sistema.
La estrategia de convertir el signo de la protesta en impostura, se llama dilución: hacer que un
fenómeno anormal al cuerpo de la sociedad, síntoma de un cáncer, pueda ser rechazado
automáticamente por la “opinión pública” como una cosquilla pasajera.
El reino de Disney no es el de la fantasía, porque reacciona ante los acontecimientos
mundiales.
Lo imaginario infantil es la utopía política de una clase.

SCHMUCLER : “LA INVESTIGACIÓN (1975): IDEOLOGÍA , CIENCIA Y POLÍTICA”

 ¿Para qué investigar sobre los medios masivos de com.?: La observación tiende a
convertirse en verdad apodíctica y difícilmente se exija una demostración a quien la
formula. Sin embargo, sería interesante indagar algunos aspectos de la afirmación
tantas veces cargada de sorpresa: a) no es casual que los estudios hayan crecido en
ellos últimos tiempos puesto que la com. masiva adquiere papel manifestantemente
importante en esos años, sobre todo por la presencia dominante de la televisión; b)
casi contradiciendo el punto anterior es preciso destacar el lugar privilegiado que le
otorgaron a los medios masivos los pensadores políticos mucho antes de la ola actual.
Ejemplo: los numerosos escritos de Lenin sobre la prensa y el cine, las meditaciones de
Gramsci sobre los instrumentos que facilitan la hegemonía de una clase sobre el conjunto
social, o las indicaciones de Mariano moreno sobre el uso propagandístico de La Gaceta; c)
tampoco es casual que los considerados primeros trabajos sobre el tema hayan surgido en
EE. UU. como apoyatura al proyecto sociocultural en el que se instalan los grandes
aparatos de com. masiva. Los estudios sobre los “efectos de la com.”, estimulados por los
vendedores de productos, están orientados en el mismo sentido que la instalación de
emisoras de radio o la venta de aparatos receptores; así como la literatura “funcionalista”,
que dominó las publicaciones hasta hace apenas 10 años, sirve de ordenamiento “teórico”
para justificar los mecanismos de la sociedad donde las empresas propietarias de los
medios realizan sus negocio; d) la última década ha visto florecer nuevas tendencias en la
investigación, consecuencia del entusiasmo por el estudio de los sist. significantes que
tienen a la lingüística como referente y donde los análisis semiológicos ocupan un lugar
destacado. Esta línea se opone a las corrientes norteamericanas clásicas y se muestra útil
para develar los contenidos ideológicos de los mensajes. Buena parte de los que señalan a
los medios masivos como instrumentos de las estructuras sociales dominantes en países
capitalistas y dependientes.

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La necesidad de reflexión no se produce caprichosamente, sino estimulada, al menos, por tres
razones:
1- Una practica social directa o indirecta que fue modificando concepciones que
teníamos hace algunos años sobre el papel de los medios masivos de com.
2- La polémica desatada en los últimos tiempos sobre la oposición ciencias VS. Ideología y
que, si bien en estos momentos se debilita ante el ostensible deterioro de los
partidarios de esa oposición, no deja de expresarse abierta o residualmente en
numerosos trabajos aparecidos o que se realizan actualmente.
3- El proceso político que durante estos años ha sacudido a AL y que ha generado
nuevas condiciones de pensamiento, a la vez que ha verificado o desechado la
verdad de algunas de las hipótesis esgrimidas hasta ahora.
¿Por qué hablar de corrientes semiológicas enmarcadas en AL? Aquí un par de postulaciones:
a) La metodología semiológica ha sido propugnada como valor en sí que justifica las
investigaciones.
b) La semiología es uno de los caminos de abordaje correcto, a condición de limpiarla de
la propaganda que pretende construirla en la ciencia de las ciencias y que cumpla el
papel asignado dentro del conjunto de aproximaciones que permita volver eficaz un
estudio de los medios masivos. Situación histórica y metido son coordenadas a tener
necesariamente en cuenta para encarar el objeto “com. masiva”.
c) Solo es “científico”, elaborador de una verdad, un método que surja de una situación
histórico-política determinada y que verifique sus conclusiones en una práctica social
acorde con las proposiciones histórico-políticas en la que pretende inscribirlas.
 La revista Lenguajes: ciencia VS. ideología: la lectura atenta revela algunas líneas de
fuerza:
- El reconocimiento de las “condiciones de producción del conocimiento” en la
Argentina marcadas por la dependencia económica y cultural;
- La necesidad de elaborar un saber acorde con los requerimientos del Tercer
Mundo en el que la Argentina está inserta;
- La imprescindible diferenciación entre el hacer político y el hacer científico y por lo
tanto la rotunda afirmación de que de la practica política no surge “conocimiento”;
- El hostigamiento a las producciones culturales latinoamericanas que confunden los
campos;
- La condescendencia benevolente hacia aquellos bienintencionados que, sin
embargo, no han alcanzado la cumbre de la ciencia;
- La mostración de las más sofisticadas indagaciones que actualmente se realizan en
Europa por nativos de esos países o por latinoamericanos residentes.
La hipótesis básica del autor es que este dilema expresa la distorsión intrínseca al proceso de
significaciones (y de conocimiento) en un país dependiente.
Si para los partidarios de la ciencia apolítica la práctica científica es la única condición de
verdad y su marginación de la política es condición para ser proceso de conocimiento,
Mattelart y Dorfman saben lo contrario: que la práctica política es condición de verdad para las
ciencias sociales. Lo que Verón no puede concebir por razones ideológicas es que la
participación política de un especialista no se realiza en cuanto tal sino en relación con su
acuerdo con un proyecto política; y allí pone en juego lo que sabe y lo que puede.
 La elección de un camino: No nos interesa investigar en com. masiva desde dos de las
perspectivas más frecuentes: 1- La que ofrece como legitimación de la actual
estructura social, para la cual los medios masivos deben cumplir un papel regulador de
la sociedad y en esa medida ser instrumento de la hegemonía ideológica de los

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sectores dominantes; 2- la que se postula como “develadora” de la ideología de los
mensajes pero prescinde de la circunstancia político-social en la que los mensajes se
inscribe. Entonces, se debe investigar ¿por qué y para qué?:
- la significación de un mensaje podrá indagarse a partir de las condiciones
histórico-social en que circula. Estas condiciones significan, en primer lugar, tener
en cuenta la experiencia sociocultural de los receptores. Primer problema por
indagar, pues, es la forma de ese encuentro entre el mensaje y el receptor: desde
dónde se lo recepta, desde qué ideología, es decir, desde qué relación con el
mundo.
- La capacidad de convicción de los medios está estrechamente ligada a los varios
planos ideológicos qué conviven en un receptor único. El “poder” de los medios
puede ser nulo e incluso revertirse en la medida que el mensaje es “recodificado”
y sirve de confirmación del propio código de lectura.
- Es inútil comenzar el estudio por el mensaje, que es preciso bucear en las
condiciones de recepción de ese mensaje para obtener datos reales sobre su
significación y que esas condiciones tienen sustancialmente un referente político.
- Cualquier investigación que intente ser útil deberá partir de la situación
socioeconómica en la que el mensaje circula. La situación política del receptor
condicionará la significación del medio.
- Cuando afirmamos la “utilidad” de la investigación presuponemos un para algo o
alguien. Concebimos su acción en el campo de una lucha que atraviesa toda la
actividad humana.
- La investigación sobre los medios masivos adquiere un carácter estrictamente
instrumental que presupone la posibilidad de utilizar las formas de com. masiva en
uno u otro sentido.
- El objeto de estudio es más bien una función: la circulación de ideología en
condiciones particulares de decodificación. El objeto, por lo tanto, se va
elaborando de acuerdo con el proyecto político-cultural que lo define.
La investigación sobre com. masiva para develar su estructura y funcionamiento actual a fin de
volcarlos al servicio de un proyecto sociopolítico que en el caso de AL tiene como primer
objetivo la liberación del imperialismo. Si se comprende que la instancia ideológica no es una
variable dependiente de la llamada estructura, sino que es constitutiva de esa estructura,
subestimar la importancia de los medios masivos es tan funesto como agigantarlos.

DE MORAGAS SPA : “LATINOAMÉRICA . ESTUDIO PARA LAS POLÍTICAS DE COM.” /


“UNESCO”

 La investigación en AL, entre la dependencia y la emancipación: La práctica totalidad


de los países latinoamericanos dispone en la actualidad de centros especializados en la
formación de comunicadores y en la investigación de la com. En AL, por la viveza del
cambio social y las transformaciones comunicativas, han aparecido más claramente
que en ningún otro contexto mundial las implicaciones políticas de la investigación
sobre la com. La historia de la investigación en AL se encarna en la lucha por la
emancipación y/o en los logros y las dificultades de los procesos de dominación. En AL
se parte de la implantación de las técnicas de estudio nacidas y experimentadas en
otros contextos culturales, políticos y económicos. La primera gran tarea de los

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investigadores críticos latinoamericanos es la de rechazar los puntos de vista
impuestos por el funcionalismo y el empirismo de la sociología norteamericana de la
com. Los rechazos epistemológicos se vinculan a los intereses políticos y económicos.
La “ciencia” foránea de la com. es interpretada como instrumento de dominio, como
colaborador en los proyectos políticos, culturales y económicos de la penetración imperialista.
La investigación foránea de la com. se descubre como puesta al servicio de la racionalización
de las inversiones económicas, no solo, aunque también, de la ind. comunicativa.
Beltrán ha destacado 3 aspectos del desajuste teórico que se deriva de la implantación de los
esquemas de investigación norteamericana clásica en la realidad comunicativa
latinoamericana:
En primer lugar, destaca la creencia equívoca de que la com., por sí misma, puede generar
desarrollo, independientemente de las condiciones socioeconómicas y políticas.
En segundo lugar, se supone falsamente que el incremento de la producción, el consumo de
bienes y servicios, constituyen la esencia del desarrollo y que, a su debido tiempo, se derivará
necesariamente de ello una distribución justa del ingreso y de las oportunidades.
En tercer lugar, se da a entender que la clave del incremento de la productividad reside en la
innovación tecnológica.
La experiencia histórica latina ha sido lo suficientemente contundente como para demostrar
que estos conceptos no son otra cosa que una cortina ideológica para justificar los intereses
extranjeros en el área. Aquellos proyectos de desarrollo comunicativo, por su vinculación a
intereses foráneos, acentuaban los vínculos de dependencia y el freno al desarrollo. Hay que
prestar atención a:
- Problemática epistemológica y sus implicaciones políticas y científicas.
- Desarrollo y significado del trabajo de análisis de contenido que se realiza en el
área.
- Controversia y estudio sobre el papel desempeñado por los medios de com. en el
desarrollo.
- Análisis y descripción de la dominación comunicativa interior y exterior.
- Estudios sobre las políticas de com.
- Nuevos conceptos sobre medios de com. alternativos.
 El giro crítico de a investigación en AL: Los años 60 registran las primeras
contestaciones teóricas a los mass communication research. El CIESPAL acogía en
aquellas épocas a los profesores más importantes de las universidades
norteamericanas. Es a partir de influencias también extranjeras, como el
existencialismo y la sociología crítica, del papel de los medios de com. de masas en la
soc. subdesarrollada. Estas primeras corrientes que encuentran continuidad en otra
influencia europea, la del estructuralismo y la semiótica, tienen como objeto básico de
la investigación poner en entredicho los contenidos embrutecedores de los medios de
com. contrastando el subdesarrollo y la miseria con los esquemas y valores de la
cultura de consumo.
La teoría de la com. y la metodología de la investigación elaboradas en los centros
metropolitanos no siempre corresponden a la realidad y las necesidades de investigación de
los países atrasados y dependientes, no obstante, lo cual se aplican, indiscriminadamente, a las
situaciones de la zona, con resultados obviamente inadecuados y a veces distorsionantes. Su
uso ha sido inducido bajo el supuesto de que la teoría social es universal y que su validez
desborda el marco de los espacios culturales y de los procesos históricos (CIESPAL). Esta
declaración establece ciertos puntos del enfoque que deben corregirse:

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a) La suposición de que el investigador social actúa dentro de un marco de
“independencia” de pensamiento científico, lo que fundamenta la creencia de que la
ciencia es neutral y nada tiene que ver con asuntos políticos.
b) La idea de que la realidad está compuesta de “partes a investigar”, es decir, una visión
atomizada que conduce, en el mejor de los casos, a un descriptivismo característico de
los intentos funcionalistas por aproximarse a la realidad social.
c) La falta de percepción del hecho que los medios de com. tienen carácter de clase y que
se insertan en el marco general de una soc. en la cual existe la propiedad privada de la
mayoría de estos medios. Se pretende prescindir del análisis de todo lo referente al
poder de estos medios y al uso que se hace de ellos como instrumentos para mantener
el statu quo.
d) La opción, fundamentada en un razonamiento ahistórico, que pretende dar una
interpretación del conjunto social, sin considerar su génesis y evolución, anulando, por
lo mismo, un enfoque más rico y dialectico.
Junto a una nueva atención a las políticas nacionales de comunicación, que responde al giro
marcado en el binomio desarrollo-comunicación, aparece una mayor atención hacia la com.
internacional, el nuevo orden, la dominación imperialista o, mas adelante, la com. alternativa.
De hecho, la investigación semiológica o de análisis de contenido que se desarrolla tan
ampliamente estos años, se presenta como un modelo alternativo a la investigación tradicional
o dominante. La posibilidad de desentrañar lo oculto permite una averiguación sobre las
intenciones políticas de la dominación comunicativa. La tensión creada por la dependencia, la
evolución política del Cono Sur, la posibilidad de intervención a través de las políticas de com.
y la necesidad de conocer la estructura de la soc. para una posterior interpretación del hecho
comunicativo ha dirigido el interés de los investigadores hacia la perspectiva sociológica, la
economía política y la antropología; esta última, base previa para la planificación de políticas
que no se llamarán “para el desarrollo”, siguiendo las pautas impuestas desde las potencias,
sino “el desarrollo”, siguiendo las pautas de la propia realidad latinoamericana.
 Nuevos modelos de la investigación para nuevos modelos de desarrollo: Así como la
conferencia del 73 en Costa Rica puso de manifiesto la voluntad de los investigadores
de elaborar nuevos modelos de investigación contra la dependencia al servicio de la
soc. latina, la conferencia intergubernamental del 76 en Costa Rica dio un paso
decisivo para que ambas intenciones, la de los políticos y los investigadores, se
encontrasen. La idea de que un crecimiento cuantitativo de los medios constituye una
escala indispensable para el desarrollo y el progreso económico se contradice con la
experiencia de la soc. latina considerada como dependiente. “El subdesarrollo ya no se
concibe como un estadio de atraso, anterior al capitalismo, sino como un efecto de
éste y una forma particular de su desarrollo”.
La constancia y el rigor en el trabajo de Mattelart han permitido diferenciar dos bloques en la
tarea investigadora autóctona: por una parte, la descripción de la cada día más compleja red
comunicativa transnacional y, por otra, la conveniencia del estudio para el establecimiento de
políticas comunicativas propias, nacionales o alternativas, según las condiciones políticas de
cada región. Mattelart con sus investigaciones ha adelantado algunos pasos en este terreno y
han mostrado cómo una teoría política-económica de los medios de masas pueden descubrir la
interconexión de intereses entre las ind. de los países dominantes y las clases oligárquicas
locales, que controlan en buena medida los medios de com. La investigación sobre com.
internacional ha encontrado sistematización en el ILET, Instituto Latinoamericano de Estudios
Transnacionales. La importancia de nociones como com. participativa, reivindicaciones de los
medios de com. sociales no masivos, o incluso, no técnicos, que forman parte de la org. social

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de las comunidades no urbanas de la zona y que fueron completamente olvidados por los
expertos extranjeros que entrenaron a los primeros investigadores latinoamericanos. La
noción de “alternatividad” sigue, desde luego, vigente y está despertando un creciente interés
entre los estudiosos y los mov. sociales de baje, pero también es cierto que es un concepto
que parece adecuarse, sobre todo, a los problemas comunicativos de las zonas urbanas
desarrolladas. Cuantitativamente, aun considerándolo desde hoy, la temática que ha
alcanzado una mayor atención de la investigación en AL ha sido sin duda la relacionada con la
com. rural.
La investigación de la com. deberá quedar determinada por 2 consideraciones principales:
cubrir todos los aspectos del proceso de com. considerado como un fenómeno global, y situar
al estudio de los órganos de info. y del conjunto del proceso de com. dentro de un cuadro más
vasto, que sea a la vez social, político y económico. La investigación propia, autóctona, no ha
querido perder el horizonte de los grandes problemas comunicativos de la soc. latina, que se
resiste a aceptar como modelo propio de com., como vía comunicativa al desarrollo, las pautas
y los conceptos dibujados por los teóricos de una “aldea global”, que lejos de ser punto de
encuentro resulta ser solamente el ideal imperialista de un mundo comercialmente
homogéneo y socialmente desequilibrado.
 UNESCO. Investigación para el desarrollo: La UNESCO, Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, al Ciencia y la Cultura; es uno de los más importantes
organismos especializados de la ONU. Su Carta de Constitución entró en vigor en el 46,
absorbiendo el antiguo Instituto Internacional para la Cooperación Intelectual. Los
grandes temas que preocupan a la UNESCO son: usos del cine, relación medios de
masas y comunidad rural, papel de los medios de masas en los procesos educativos,
investigación sobre política de com. y formación de profesionales del periodismo, etc.
- El informe de la comisión Mac Bride: flujo y dominación de la info.: El panorama
mundial de la investigación de la com. se ha visto determinado por 2
circunstancias de un gran peso político. Por una parte, la extraordinaria magnitud
económica que han adquirido los distintos elementos del proceso de la info., cada
día de mayor alcance transnacional. Por otra, el despertar de algunos países no
alineado y que, junto a sus reivindicaciones y su apuesta política por un nuevo
orden económico internacional, apuestan también por una nueva organización de
la info. para verse liberados del colonialismo informativo y cultural.
- La UNESCO centro de documentación: Para los investigadores de la com., la
UNESCO es hoy un lugar de consulta obligado para los estudios sobre la situación
de la com. mundial. La UNESCO ha hecho una importantísima contribución al
estudio del papel de los medios de com. en los países en vías de desarrollo a través
de la publicación de los Reports and Papers on Mass communication de los en el
79 habían aparecido 82 números.

MAC BRIDE Y OTROS: “UN SOLO MUNDO, VOCES MÚLTIPLES”

 Presentación: La com. se encuentra en la base de toda interrelación social. Esta


interdependencia va de la mano con muchos desequilibrios y a veces genera graves
desigualdades, lo que conduce a los malentendidos y las múltiples fuentes de tensión
que se combinan para mantener al mundo en ebullición. Es cierto que los modelos de

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dominación y los conflictos de intereses derivados de ellos no podrán desaparecer solo
porque se haya ampliado el alcance de la com., pero las mayores posibilidades de com.
pueden ayudar a suavizar su efecto haciendo que cada individuo esté más alerta a los
problemas y las aspiraciones de otros y que cada nación esté más consciente de los
peligros que asechan al conjunto de la comunidad mundial. En estas circunstancias, la
com. tiene una importancia fundamental. La com. masiva en la era de los satélites
ofrece a todos los pueblos la posibilidad de presenciar simultáneamente los mismos
sucesos, intercambiar una info. completa, entenderse mejor a pesar de sus
características específicas, y apreciar recíprocamente sin dejar de reconocer sus
diferencias. Al mismo tiempo, los medios informativos se encuentran en el proceso de
transformación de los datos básicos de la com. social dentro de cada una de las
naciones, establecimiento de nuevos sistemas de intercambio, cambio completo de las
condiciones que gobiernan la transmisión de los conocimientos, apertura de un gran
conjunto de posibilidades para poner a la disposición de todos la educación formal e
informal, impartición de la cultura a todo el pueblo, y la promoción de los
conocimientos teóricos y aplicados. Dichos medios están creando condiciones que
permiten un enriquecimiento individual constante, así como la participación de los
pueblos de todas las naciones en su propio avance, además de ampliar su perspectiva
para abarcar a toda la comunidad internacional. La Constitución de la UNESCO nos
insta a trabajar por “la posibilidad de investigar libremente la verdad objetiva y el libre
intercambio de ideas y de conocimientos…” y, para ese fin, a “desarrollar e intensificar
las relaciones entre los pueblos”. La organización ha contribuido activamente a
destacar la necesidad de una corriente de info. más equilibrada, en todo el mundo y
dentro de cada soc.
 Introducción: La Comisión internacional para el Estudios de los problemas de la Com.
inició sus trabajos en diciembre de 77. En los 70, los debates internacionales sobre los
problemas de com. habían alcanzado puntos de confrontación estridente en muchas
zonas. Las protestas del Tercer Mundo contra el mov. dominante de las noticias
provenientes de los países industrializados se veían a menudo como ataques a la libre
corriente de la info. Se afirmaba que los defensores de la libertad de prensa violaban la
soberanía nacional.
Desde el inicio de la Comisión era lograr un análisis objetivo equilibrado, imparcial, del
escenario actual de la com., y de afrontar el reto que significaba el logro del consenso más
amplio posible en nuestras concepciones de los principales problemas. Otro problema
primordial era la amplitud del mandato: “estudiar la totalidad de los problemas de com. en
las soc. modernas”.
No se trató de un simple informe sobre la recopilación y difusión de noticias o sobre los
medios informativos, aunque los problemas principales de estas áreas fueron los puntos de
partida del análisis. Se implicó una perspectiva histórica, política y sociológica más amplia.
Sus metas eran constantes: más justicia, más equidad, más reciprocidad en el intercambio de
la info., menos dependencia de las corrientes de la com., menos difusión de los mensajes hacia
abajo, más autoconfianza e identidad cultural, más beneficios para toda la humanidad.
Los temas por organizar, analizar y abordar fueron: el contenido de la info., la corrección y el
equilibrio en los hechos y las imágenes presentadas, las infraestructuras existentes para la
generación de las noticias, los derechos y las responsabilidades de los periodistas y los
organismos implicados en la recopilación y la distribución de las noticias, así como los aspectos
técnicos y económicos de sus operaciones.

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El informe es el resultado de la destilación resultante. En general es un consenso sobre la
forma como la Comisión ve el orden de la com. actual y cómo considera un orden nuevo. Las
diferencias entre los miembros de la Comisión se reflejaron en forma de comentarios o
disentimientos. Pero dada su base amplia, más su formulación por un grupo internacional
representativo como lo fue la Comisión.
 Comentarios generales:
- Sergei Losev: Al evaluar el informe presentado por la Comisión, aunque en
términos generales el informe presenta una perspectiva amplia del desarrollo de
los medios masivos y el periodismo en el mundo de hoy, tiene sin duda
insuficiencias y defectos, debido a la gran dificultad de la tarea que se ha
afrontado.
1- El término “com.” no se definió adecuadamente esto tendió a afectar al informe desde
el punto de vista terminológico. A menudo se confunde la com. con la info., la com.
con los medios masivos.
2- Resulta especialmente lamentable que, debido a esta definición demasiado amplia del
término “com.” no se abordaron adecuadamente los problemas de la info. En muchos
casos debíamos leer “info.” cuando estaba escrito “com.”. Y en muchos casos seria
incorrecta la traducción de la palabra “com.” al ruso en otra forma que no fuese la de
“info”.
3- La posición de los países en desarrollo se ha visto minada. Esto ocurre sobre todo en lo
tocante al problema de la soberanía de los países en desarrollo en el campo de la info.
y la cultura; no se asignó en el informe un lugar apropiado a la noción misma de la
invasión cultural, ya que se minimizó el papel de la cultura masiva occidental como
algo nocivo para las culturas nacionales de los países en desarrollo.
4- Las recomendaciones son a menudo demasiado concretas para que se sigan en todas
partes.
5- La Comisión no tomó en cuenta los logros y las experiencias de los países socialistas y
los países en desarrollo en la creación de sus sist. nacionales de com. masiva y en la
obtención de la autoconfianza en este campo.
6- En consecuencia, el informe final tiende mucho a occidentalizar su terminología y sus
enfoques.
7- Resulta lamentable que en ocasiones estemos usando formulas anticuadas y triviales,
tales como la noción de una corriente libre de la info.
8- Se discute demasiado ampliamente el derecho a la com., aunque esto derecho no ha
ganado ningún reconocimiento internacional en el campo de la info. y del intercambio
de info. no se ha abordado adecuadamente.
9- En consecuencia, la noción misma del nuevo orden internacional de la info. se ha
erosionado en el proceso de la compilación del informe, mientras que todos
debiéramos hacer mayores esfuerzos para establecer y desarrollar este nomic que
tanto necesita el mundo hoy a fin de desarrollar mejores relaciones internacionales,
mejorar el entendimiento internacional, y fortalecer la independencia y la soberanía
nacionales de rodos los países del mundo.
10- Solo en la Parte V del informe se puede tener una discusión real y definitiva. Por lo que
toca a las Partes I, II, III y IV. Se debe subrayar otra vez la importancia del informe y
especialmente su contribución hacia la paz y el entendimiento internacional, y la
atención adecuada que le ha otorgado el Acta Final de Helsinki.

- Mustapha Masmoudi:

21
1- La reflexión y el trabajo de la Comisión han permitido en general una definición del
concepto de un nuevo orden mundial de la info. y sirve para destacar sus principios
orientadores, para abrir amplias perspectivas para la com. y el desarrollo de los medios de
info. en el mundo, y para indicar dentro del marco un proceso continuo las acciones que
pueden servir de base para la realización de este nuevo orden.
2- Me hubiera gustado que la Comisión hubiese llevado su reflexión más adelante,
proponiendo al director general el texto de una declaración y un proyecto de constitución que
pudiera haber servido como punto de partida para la discusión de este importante asunto en
la siguiente sesión de la Conferencia General de la UNESCO.
3-El texto de la Convención Internacional sobre el Derecho de Corrección, redactado antes del
surgimiento de los satélites y otros vastos medios de com., de modo que es un mínimo en este
sentido, debió hacerse enmendado y sometido para su adopción y ratificación por los Estados
miembros y no solo tomado en consideración “para su aplicación voluntaria en cada país de
acuerdo con las prácticas periodísticas habituales y las estructuras juridiciales nacionales”.
4-Por lo que toca a los problemas de la protección en el campo de info., convendrá considerar,
además de la protección de los periodistas, la del usuario, y otorgar así a los diversos usuarios
la posibilidad de utilizar diversos medios de protección cuando se infrinja el código de
conducta.
5- Una observación sobre los problemas lingüísticas, tan estrechamente ligados a las com.
sociales e internacionales. Las barreras lingüísticas constituyen un obstáculo permanente para
estos factores indispensables para la paz y el progreso, y crece sin cesar el desequilibrio entre
los idiomas usados en escala internacional. Es aconsejable que se invite a las instituciones
internacional implicadas para que presten atención a la cuestión de los idiomas internacionales
y al estudio de soluciones adecuadas para evitar esta situación y buscar nuevos instrumentos
científicos de com., capaces de diseminar y almacenar en la forma más económica posible la
mayor cantidad de info.
6- Por lo que se refiere al título del informe, Masmoudi habría preferido el siguiente: “Por un
nuevo orden mundial de la info. y la com.”, ya que refleja el objetivo principal del texto.

- García Márquez y Juan Somavia:


1- La trascendencia otorgada a la cuestión de la democracia tiene la mayor importancia. Las
estructuras de com. más democráticas constituyen una necesidad nacional e internacional de
los pueblos que en todas partes promueven el acceso, la participación, la descentralización y la
administración abierta, mientras que la difusión del poder, concentrado en manos de los
intereses comerciales o burocráticos, es una necesidad mundial. Esto es particularmente
decisivo en los países del Tercer Mundo por regímenes represivos de minoría.
2- La com. no es solo cuestión de noticias. Es un factor determinante de todos los procesos
sociales y un componente fundamental de la organización de las soc. Este enfoque adoptado
por el informe permite un entendimiento más amplio y equilibrado de los problemas
implicados y da a las cuestiones individuales una perspectiva más global. Esto permitirá que el
debate internacional sobre las com. se ubique en su contexto político, económico y cultural
apropiado en general.
3-En varias partes del informe hay una tendencia a “glorificar” las soluciones tecnológicas a los
problemas de la com. contemporánea. La “promesa tecnológica” no es neutral ni libre de
valores. Cada soc. debe desarrollar los instrumentos necesarios para hacer una evaluación de
las elecciones alternativas y su efecto.
4-La insistencia que se hace en la necesidad de desarrollar infraestructuras de com. en los
países del Tercer Mundo es correcta y necesaria, pero no debe exagerarse. No pueden

22
resolverse los problemas contemporáneos de la com. solo mediante el dinero y el
adiestramiento.
5-Se reconoce insuficientemente la importancia que ha tenido la investigación para hacer de
las com. uno de los temas del debate contemporáneo y para apuntalar varias de las
afirmaciones de la Comisión.
6-La obra de la Comisión ha sido un esfuerzo meritorio para alcanzar cierto nivel de consenso
entre los participantes de puntos de vista divergentes en el contexto de un organismo de las
Naciones Unidas.

SCHMUCLER : “EL NOMIC: RECUERDO DE LO QUE NO FUE”

En la Declaración de Praga de la Mesa Redonda Mc Bride se dijo que “en la actualidad el


mundo desarrollado está habitado por un numero creciente de soc. que carecen de valores”.
No es frecuente encontrar afirmaciones de tal contundencia en escritos de esta naturaleza
que, por lo general, buscan la tibieza que posibilita el consenso. El hecho señala la gravedad
del momento en el que vivimos y que, sin embargo, es mayoritariamente celebrado como un
renacimiento esperanzado. Esa falta de valores no es patrimonio exclusivo del mundo
desarrollado, sino que envuelve gran parte de los países “subdesarrollados”. Obligados al
optimismo, los papeles con que concluían las innumerables reuniones internacionales
dedicadas a la com. tendían a confirmar la creencia en una historia que necesariamente debía
marchar en una dirección favorable a los seres humanos; aunque la realidad que
provisoriamente se vivía estuviera atravesada por la injusticia, el desconsuelo y el hambre. Los
problemas soc. de la com. fueron observados con matrices intelectuales que se venían
conformando desde siglos antes. El proceso fue descripto como posible en una sola dirección y
se volvió meta indiscutible del accionar inspirado en la razón instrumental. Razón y progreso
construyeron la nueva torre a través de la cual algunos hombres pensaron llegar al cielo. Los
valores, estrictamente, tienen que ver con ese sentido, que apela a la intimidad y a la
comunión más que a la ingeniería de la transmisión. La com. fue entendida como instrumento
para un progreso despreocupado de valores, ansioso de olvido, fascinado por el espectáculo
de lo novedoso. Así, la abundancia del desarrollo se sostiene sobre un desierto de valores.
Una genealogía del NOMIC: exigiría transitar por acuerdos y desacuerdos entre las grandes
potencias cuando se trató el uso del espacio exterior en los 60, la confusa relación de la URSS
con los países no alineado en los 70, el papel de Cuba en las estrategias políticas
latinoamericanas, la singular posición de las dictaduras del continente sobre el tema. Pero una
genealogía no es una simple enumeración de hechos, sino es “una forma de historia que da
cuenta de la constitución de saberes, de discurso, de los dominios de un objeto”.
El NOII, ahora NOMIC, ya era una fabula que admitía diversas moralejas, un recuerdo de lo que
no fue. El Nuevo Orden Informativo Internacional adquiría sentido como parte de un proyecto
de transformación de las relaciones económicos en el mundo.
El NOMIC surge a partir de dos contradicciones: la demanda de equilibrio informativo y el uso
de la tecnología. La connotación justiciera del reclamo por un flujo de info. más equilibrado
suscita un sentimiento de simpatía y apoyo. Pero ¿qué implica tal demanda?:
- Concebir la info. como un producto más, entre otros bienes económicos, pasibles
de negociación, “en cuyos respectivos mercados mundiales puede efectivamente
adoptarse medidas para estimular en uno u otro sentido su consumo”.

23
- Otorgar a la info. el carácter abstracto que caracteriza la mercancía como
condición necesaria para establecer comparaciones cuantitativas en la valoración
de los flujos.
- Aceptar la ecuación “info. igual a poder”, desvirtuando el sentido instrumental e
históricamente situado.
El Tercer Mundo aparecía intentando usar la info. con la misma lógica mercantil con que la
utilizaban los diversos imperialismos contra los que se combatía.
Si por algo se justifica volver al pasado donde creció el NOMIC: es porque su genealogía nos
habla de nuestros problemas más inmediatos, aquellos que aun se abren como preguntas
inquietantes. Debemos aceptar que el NOMIC ha muerto.

ROSSI: “PRECISIONES SOBRE ACCESO Y PARTICIPACIÓN EN LA COM. MASIVA”

Los conceptos de acceso y de participación fueron acuñados a mediado de los 70 por


investigadores que, dentro de un estudio de la sociopolítica de las com., buscaban indicadores
para dar cuenta de la evolución de la democratización de la com. dentro de un país
determinado. Entrando al S. XXI, con una creciente convergencia de servicios entre actividades
económicas ya no tan diferenciables y en el marco de redefiniciones de la organización social y
el pensamiento político, resulta necesario revisar el alcance de ambos conceptos.
 Medios y sociedad: Tomando el desarrollo conceptual de la segunda mitad de los 70,
partimos de establecer al acceso y a la participación como indicadores fundamentales
del grado de democratización de los medios, y de su nivel de articulación con la
población. El germen de ambos conceptos se encuentra presente en la Declaración
Universal de los Derechos del Hombre.
Las definiciones elaboradas en un encuentro de la UNESCO en 77 clasifican al acceso
en dos niveles: a) el de la elección del material, y b) el de la retroacción.
La participación, por su parte, puede analizarse según tres niveles: a) la intervención
de la población en la producción de los mensajes, b) la intervención en la toma de
decisiones, y c) la contribución para la formulación de planes y políticas de com.
masiva.
 Acceso: Siguiendo a las definiciones establecidas por la UNESCO, el primer nivel del
acceso está dado por la elección. En tal sentido, el ideal de acceso se plasmará con la
constitución de una trama de soportes masivos en la que cualquier habitante pueda
elegir entre diversas formas de com. En materia de radiodifusión, el derecho a recibir
info. está en primera instancia contemplado por la maximización de cobertura del
servicio de radio o TV. Una vez conseguida la cobertura total del territorio por alguna
emisión de radiodifusión, el segundo paso en la potenciación del acceso consiste en
brindar la mayor cantidad de ofertas diferentes al receptor de los servicios. Con la
aparición de nuevas lógicas y tecnologías adecuadas de distribución de contenidos, el
incremento en las posibilidades de acceso no resultó igualitario, sino que generó
mayores brechas en las capacidades de recibir info. y entretenimiento.
El segundo nivel del acceso está dado por la retroacción: la posibilidad de interacción entre los
productores y receptores de los programas, la intervención directa del público en la
transmisión de los programas, y el derecho del publico a formular comentarios y críticas. Es
participación, en cambio, la presencia activa y orgánica de personas o representantes de

24
distintos sectores políticos, culturales o sociales, en espacios autónomos de com. social. El
derecho de los individuos o de los distintos grupos sociales y políticos relevantes a exponer sus
puntos de vista en las programaciones de radiodifusión se encuentra reglamentado en
diferentes formas de acuerdo con las características del sist. de medios.
En los países con sist. basados en una noción de servicio público, la retroacción en el acceso
está garantizada constitucionalmente o por leyes sancionadas por el Congreso.

 Telecomunicaciones: acceso y servicio universal: Los conceptos de servicio y acceso


universal nacieron en los EE. UU. fueron utilizado indistintamente en todo el mundo.
Sin embargo, debido al rápido avance de la tecnología y la reciente proliferación de
nuevos servicios, se debe establecer una diferencia, asociada principalmente a los
niveles de penetración y al desarrollo económico de cada país. El acceso universal
consiste en la disponibilidad de al menos un servicio básico de telecomunicaciones y
constituye la definición que más se ajusta a las decisiones de política en los países en
desarrollo, en los que la penetración telefónica rural es baja. En cambio, el servicio
universal es un concepto que está asociado al nivel de servicios accesibles que puede
proveer la red pública, incluidos diversos niveles de servicios avanzados, definición
apropiada para países que tienen mayor grado de desarrollo y un alto nivel de
penetración. Así definidos, se puede considerar al acceso universal como un
subconjunto del servicio universal.
El servicio universal permite la com. con otras localidades, reduce el aislamiento de las
poblaciones, especialmente de aquellas de menos ingresos, y disminuye la migración a las
ciudades. Mejora la eficiencia de los mercados regionales y nacionales, oes contribuye a
diversificar la estructura productiva de las comunidades y promueve el comercio fuera de
ellas. Este concepto, utilizado en países desarrollados, está basado en 3 dimensiones
(equidad distributiva, cobertura geográfica e igualdad material física) y el énfasis relativo
que se asigne a c/u de ellas define la orientación de la política de telecomunicaciones en
cada país. En Argentina, esta cuestión está en pleno debate, atento a la
desmonopolización y liberalización de los servicios, que lleva al Estado a determinar quién
y de qué manera financiará la consagración de este derecho en las zonas o grupos sociales
no rentables.
El Plan de Liberalización de las Telecomunicaciones, presentado por la Secretaria de Com. de la
Nación en 98 prevé la prestación de servicio universal con “acceso social equitativo”.
 Participación: Para una aplicación acabada del concepto de participación, deben
tenerse en cuenta las formas de representación presentes en el sist. político de la
comunidad estudiada, las cuales pueden ser agrupadas en al menos 3 vertientes:
- La delegación de la voluntad política de los votantes dentro de un sist. de
democracia representativa.
- La intervención de los ciudadanos en organizaciones de distintos sectores de la
soc. civil.
- La concurrencia de las personas a un mercado de la info. y a una arena política,
mensurable a través del consumo y los sondeos de opinión pública.El aumento de
las posibilidades de acceso es presentado al ciudadano-consumidor como un
aumento de su participación en el sist.
 Crisis de representación, desterritorialización de la política: Desde el análisis político,
en la última década se identifican diferentes factores que transforman las relaciones
de representación dominantes en la democracia de partidos de masas, y

25
reconfiguraron el régimen de relaciones políticas que los agentes sociales sostienen
entre sí, con sus futuros y con sus respectivos gobiernos. Estos factores son:
- Debilitamiento de los lazos de confianza entre los ciudadanos y los partidos
políticos y sus dirigentes;
- “Retirada” de la ciudadanía del debate de lo público, y escaso surgimiento de
dirigentes sociales o políticos “no especializados” en micropolíticas.
- Menor atención a programas partidarios de gobierno, haciéndose hincapié en
construcciones de imagen, personalidad y capacidad personal del candidato;
- Preferencia del ciudadano por metas políticas precisas, y búsqueda de influencia
por diversos medios para lograrlas, pero sin ambición de gobernar.
 Niveles de participación: El primer nivel de participación señalado por los especialistas
de la UNESCO es el referente a la posibilidad de que el público, grupos o individuos
produzcan programas, disponiendo de espacios de programación para tal fin, y hasta
de ayuda profesional. En diversos países europeos con radiodifusión de servicio
público también está ratificado legalmente el “derecho de antena” para los distintos
grupos sociales y políticos relevantes.
El nivel más alto de participación de la población, referente a la planificación del sist. de
radiodifusión, está estrechamente vinculado a la dinámica sociopolítica de cada Estado.
Los Estados nacionales han perdido autonomía de regulación y control de los servicios.

 Internet, acceso y participación: El vertiginoso crecimiento de Internet se constituyó al


calor de 3 factores fundamentales que operan sobre las tecnologías de la info. y las
com.: el político, el tecnológico y el estratégico o de reorganización sectorial. El
Informe de la Rand Corporation, “Universal Acess to e-mail”, publicado en 95, fue uno
de los más importantes disparadores del debate sobre acceso y participación en la red
de redes. Los espacios para la deliberación y el intercambio sobre cuestiones de la
política son minoritarios dentro de Internet, cada vez más explotada como soporte de
emprendimientos comerciales de la más diversa índole.

MASTRINI Y MESTMAN : “¿DESREGULACIÓN O DESREGULACIÓN ?: DE LA DERROTA DE


LAS POLÍTICAS A LAS POLÍTICAS DE LA DERROTA

Desde comienzos de los 80 se ha expandido una corriente de opinión que intenta legitimar una
supuesta no intervención del Estado en la definición de políticas destinadas a regular los sist.
de medios de radiodifusión. En este texto se analiza críticamente la nueva orientación asumida
por dicha intervención en los últimos años, caracterizada por la presencia determinante, en su
definición, de los grandes grupos multimedia. Tanto desde la economía como desde la cs.
política, se encuentran estudios que señalan la necesidad de intervención y pública, con el fin
de garantizar una mayor democratización de los sist. de medios y una más amplia capacidad de
participación de los distintos actores sociales. Varios estudios marxistas de “economía política
de los medios” analizan, entre otras cuestiones, la particularidad de la radiodifusión y la ind.
cultural en el proceso de acumulación de capital en la soc. contemporánea. Sostienen que el
control de la distribución es, en el plano de los bienes culturales, más importante que el de su
producción, ya que puede generar más beneficios económicos. Por ello las economías de
escala son rentables, produciendo un fenómeno de concentración en la propiedad de los

26
medios de distribución, y posteriormente en los de producción. Los “estudios de política de
medios” forman una corriente de las cs. políticas que investiga cómo diferentes fuerzas
sociales, restricciones e intereses se interrelacionan para producir cambios en los sist. de
radiodifusión, tanto a nivel nacional como internacional. Sus trabajos analizan cómo en las soc.
postindustriales se establece una tendencia que determina que algunos pocos actores sociales
obtengan situaciones de privilegio o favoritismo político, frente a la mayoría.
En la compleja relación Estado, medios y soc., la intervención pública en la definición de
políticas de medios se torna indispensable si se pretende definir un espacio comunicacional no
oligopólico. Es evidente que la simple intervención del Estado no es suficiente, ya que debe
estar fundada en determinadas orientaciones y contenidos políticos y culturales para que sea
democratizadora. Se entiende como intervención democratizadora aquella práctica que amplía
las posibilidades de participación popular, no solo en la producción de programas, sino
también en la toma de decisiones sobre las políticas más globales.
En oposición, a partir del auge del neoconservadurismo en los 80, se consolidó, tanto en AL
como en Europa, un proceso denominado desregulación, que implicó el desmantelamiento y/o
abandono de las tesis asumidas en AL durante los 70 y que en Europa gozaron de consenso por
más de 60 años, respecto de una fuerte presencia estatal en la definición de políticas de com.
Encontramos en este concepto el intento de disfrazar la nueva dirección en la intervención
encarada por una gran cantidad de gobiernos nacionales. Sostenemos que el uso del concepto
de desregulación constituye una falacia construida a partir de presentar Estados en retirada,
cuando por el contrario dichos Estados se encuentran en la primera línea de batalla,
generando un volumen de dispositivos legales destinados a establecer reglas de juego de
acuerdo con los intereses de los grupos oligopólicos. Así, mientras se dice una supuesta
apertura hacia un hipotético libre mercado, en realidad se están sentando las bases para
regular en pos de una nueva estructura de propiedad cada vez más dominada por el capital
concentrado. El término desregulación debe ser reemplazado por el de rerregulación, una
nueva lógica en política de medios.
Hasta fines de los 70, existió en Europa consenso político para establecer un modelo
comunicacional basado en Servicios Públicos de Radiodifusión que, como se sabe,
representaron una ruptura con el modelo comercial americano y generaron una estructura de
radiodifusión que demostró las posibilidades de una apertura del Estado a la soc. civil. Aun
cuando existieron diferencias entre los distintos países europeos, el concepto de servicio
público remite a los objetivos, obligaciones y derechos que deben tener dichos servicios. Su
misión original tal como fueron concebidos consistía en 3 tareas: informar, educar, entretener.
Su espíritu implicó una lógica de funcionamiento basada en consideraciones políticas y
culturales, alejado de los intereses comerciales y que para Syvertsen representó una
desviación del modo de producción capitalista.
Tanto el sector industrial, como los propietarios de medios gráficos, apoyaron el desarrollo de
corporaciones públicos fuertes, con el fin de consolidar la venta de aparatos receptores y
evitarlo competencia en el mercado publicitario. Asimismo, por diferentes motivos, también
los conservadores y la socialdemocracia sostuvieron este modelo. Precisamente en la
heterogeneidad de esta alianza radicó su debilidad ya que, al cambiar los intereses de los
grupos hegemónicos, los servicios públicos perdieron base de sustentación, y quedaron
sumidos en la profunda crisis que es posible observar hoy. Pese al abandono de sus principales
apoyos (el sector económico-industrial y una parte considerable del político), las corporaciones
públicas de radiodifusión han adquirido un peso propio en las soc. europeas que, sumado al
apoyo de una parte importante de la audiencia, de las organizaciones de consumidores y de un
sector de la academia, les ha permitido resistir el desafío de la competencia de los canales

27
comerciales. Esto resulta fundamental a la hora de realizar un balance de los servicios públicos
europeos, ya que aun en una situación desventajosa, tanto política como económica, el
espíritu de servicio público de radiodifusión ha quedado instalado con fuerza en la soc. incluso
ha llevado a los canales comerciales a adoptar algunos de los criterios de programación del
servicio público. En la actual coyuntura, la defensa de los servicios públicos se ha convertido en
una tarea esencial para algunos actores, especialmente la academia, no solo por representar
un espacio de mayor participación público, sino también por constituir el último bastión de
una lógica distinta a la privada comercial.
Durante los 70 las Políticas Nacionales de Com. propuestas y/o desarrolladas en algunos países
de AL se enmarcaban en el reclamo promovido por el Tercer Mundo en la UNESCO y ONU para
la creación de un Nuevo Orden Internacional de la Info. Si bien desde la segunda mitad de los
70 tal vez el reclamo en el plano internacional desplazó, y muchas veces hasta ocultó, los
problemas en el ámbito nacional, en la Declaración de San José, se articulaban ambos reclamos
en una propuesta democratizadora de las relaciones comunicacionales y los sist. de medios. En
el panorama internacional dicha propuesta aparece vinculada a la lucha por el Nuevo Orden
Económico Internacional que cristalizó en el foro de la ONU como corolario de los procesos de
descolonización. Para AL expresaba el intento de intervenir en la organización de los sist. de
medios con una orientación caracterizada por la búsqueda del consenso hacia la planificación
en el área, la defensa de la id. cultural nacional y la creación de instancias de mayor
participación popular. Aun cuando sus resoluciones no eran vinculantes. Costa Rica tuvo el
mérito de explicitar varios de los principales conceptos que, en ese momento, remitían a la
democratización de los sist. de medios: el servicio público, el acceso y la participación, la
creación de agencias noticiosas nacionales y regionales, el derecho a la info., la creación de
Consejos Nacionales asesores de PNC, el fomento de la com. popular, el derecho a réplica;
nociones hasta allí ausentes de las legislaciones y, en general, de las políticas de los países de
la región.
En los 80 se observa un cambio en el mapa político mundial a partir de la consolidación del eje
neoconservador, bajo el paraguas discursivo del libre mercado y la desregulación de los
servicios públicos. Los sist. de medios de com. no podían ser ajenos al nuevo escenario. A
partir de entonces puede apreciarse un creciente interés de sectores sin tradición en
radiodifusión por invertir en el área. Esa sí como la ind. y las finanzas se involucran
directamente en el mercado de la com. Este será a partir de los 80 el nuevo lugar de la
radiodifusión: en la supuesta soc. de la info., los medios se convierten en una ind. clave, como
depositaria de los excedentes del capital acumulado en una fase previa del capitalismo. La
nueva lógica de funcionamiento de medios, supuestamente guiado por la mano invisible del
mercado, ha significado, dirigida por el fuerte timón del capital, un feroz proceso de
concentración, no ya a nivel nacional, sino internacional. Pero para que esto fuera posible
hubo que adaptar los dispositivos legales, a efectos de crear un marco compatible con los
nuevos intereses económicos.

MASTRINI, MARENGHUI Y BADILLO: “POLÍTICAS DE COM. EN AL: UN ESTUDIO


COMPARADO DE LOS GOBIERNOS DE IZQ.”

 Introducción: Muchas de las transformaciones que están formulándose e


implementándose en los países de la región se enmarcan en los argumentos de la

28
teoría crítica de la com. latina de los 60 y 70 y en los debates que en el seno de la
UNESCO dieron lugar al informe Mc Bride, que propugnaban por un NOMIC. Ya en
aquellas deliberaciones se proponía que una de las formas para superar la
situación de dominación y dependencia en la que se encontraban los países del
Tercer Mundo y que denunciaban estas instancias era a través de distintas
acciones gubernamentales en el marco de políticas nacionales de com. (PNC). La
pareja dominación/dependencia no es nueva en las cs. soc. del momento. La teoría
de la dependencia constituye el antecedente inmediato de la teoría social latina
que desemboca en el pensamiento comunicacional crítico del continente, por
cuanto evalúa la incapacidad de las burguesías nacionales para producir
crecimiento igualitario por la coincidencia de sus intereses con las de las
economías del primer mundo y discute las posibilidades de crecimiento efectivo
mientras los países subdesarrollados dependan de los desarrollados, en particular
EE. UU. para cuestiones de comercio, inversión o tecnología. Esta teoría había
eclosionado en los pases en vías de desarrollo en los 60 para discutir el
desarrollismo que había cuajado la región en los 50 y los 60, las teorías de
modernización y las recomendaciones de la Comisión Económica para AL (CEPAL).
Por ello se puede decir que estructuralismo y marxismo son las bases de la T. de la
dependencia.
 Las políticas de com. y los gobiernos progresistas latinos: La llegada al poder de mov.
políticos proclamados de izq. en AL ha reactivado complejos debates sobre el rol del
Estado y su grado de intervención en la economía y la soc. en relación con la calidad de
las democracias o, mejor dicho, con sus déficits. El fracaso de las promesas
neoliberales y las reformas estructurales implementadas con el consiguiente deterioro
de las condiciones sociales proporcionaron la materia prima para el resurgimiento de
políticos y org. de izq. y centroizquierda a partir de la repolitización del tema de la
desigualdad y la recuperación en la agenda política de las políticas redistributivas. A
partir del ascenso al gobierno de la izq. en AL, la literatura no ha dejado de buscar
diferencias y similitudes que engloben las heterogéneas dinámicas de c/u de ellos y ha
recuperado el impulso por definir qué es y qué no este “progresismo”. Los rasgos
comunes que los caracterizan:
- La voluntad de recuperar el rol del Estado y su consiguiente intervención como
regulador y productor.
- La preocupación por la redistribución y justicia social y la reducción de las
desigualdades sociales y económicas.
- La reivindicación de la soc. civil como espacio de acción política o la innovación
democrática a partir del impulso a los mecanismos de democracia participativa.
En este contexto de este giro de izq. de algunos gobiernos de la región, y con un panorama
heredado de medios concentrado, dominado por grandes conglomerados guiados por la lógica
comercial, escasamente plurales y diversos, con graves desequilibrios de la com. y fuertes
dependencias externas, se pusieron en marcha importantes reformas en materia de políticas
de com. Descontentos con ese escenario mediático producto de la hegemonía neoliberal, los
gobiernos populistas-progresistas de AL lanzaron una “original incursión en un territorio que
representa un verdadero tabú en la historia regional: la intención de modificar el sist.
comercial de medios a través de una operación simultanea de nueva regulación e injerencia
del gobierno como importante actor comunicacional”.
 Las medidas orientadas a regular el sector de los medios privados: Una de las
principales características de las políticas de com. de los gobiernos de izq. en AL es el

29
intento de regulación de los medios privados. A partir de las condiciones impuestas en
diferentes ámbitos, estos gobiernos han impulsado un conjunto de restricciones que
buscan modificar la estructura y el funcionamiento de los sist. mediáticos. La mayoría
de las nuevas leyes y proyectos de ley de medios han incluido en su articulado
mecanismo que afectan al tipo de propiedad y a la concentración del mercado y la soc.
civil organizada en el escenario mediático. Además de la diversificación en la
distribución del espectro radioeléctrico, las leyes y proyectos incluyen diferentes
disposiciones que buscan impedir o limitar la concentración vertical, horizontal o
cruzada de los medios. Quizá la más ambiciosa es la que plantea la legislación
argentina ya que además de las restricciones a la formación de monopolios u
oligopolios, incluye una cláusula con un plazo de adecuación a la ley de un año para
quienes excedieran los límites con anterioridad, a través de la cual se busca
desmonopolizar el mercado mediático heredado de la larga historia de ausencia de
restricciones y el impulso como consecuencia de las políticas neoliberales de los
gobiernos de Menem. Se suma el impulso a la producción nacional de contenidos
mediante la fijación de cuotas. La inclusión de estas cuotas está inspirada en el
proteccionismo, el nacionalismo cultural y las preocupaciones sobre el imperialismo
cultural estadounidense; una preocupación evidente en los debates del pensamiento
comunicacional latinoamericano de los 60 y 70. Pero al mismo tiempo, forma pare de
una clara política industrial y de generación de empleo, y representa una de las
principales transformaciones que proyectan las nuevas normativas. Los objetivos que
plantean las medidas adoptadas en estos ámbitos son entre otros los de fomentar el
pluralismo, la diversidad y una efectiva libertad de expresión.
 La potenciación de los medios públicos: La reforma más visible para los ciudadanos es
la potenciación del polo público de medios, por cuanto se aumenta la oferta de
contenidos de libre acceso. El caso más sobresaliente es Brasil. La importancia de la tv
como medio de masas en la región ha fomentado que se este el sector en el que más
cambios se han producido en este periodo, con 2 dinámicas: la creación de primeros
canales y el aumento de la oferta pública. Los países que no contaban aun con
televisiones estatales, las han creado; mientras Nicaragua recuperaba el Canal 6
cerrado durante la última dictadura; y otros reformaban sus canales rebautizándolos
como TV pública o TV nacional. Gracias a este proceso, ninguno de los países del “giro
a la izq.” carece hoy tv pública. El otro proceso es el de multiplicación de las señales
estatales, en el que destacan Venezuela.
Se completa así un sist. de medios públicos como modelo compuesto por:
- Un organismo estatal, generalmente autónomo, encargado de la propiedad y
gestión.
- Una agencia nacional de noticias.
- Unas o varias estaciones de radio.
- Uno o varios canales de televisión.
- En algunos casos diarios estatales gratuitos o de pago.
 El impulso a los medios comunitarios: Los medios comunitarios o del tercer sector
forman una parte esencial de sist. de com. en todos los países de AL, en buena medida
porque “han sido insurgente y defensoras de los mov. populares ante la represión
económica y política en que han vivido y viven muchas de sus poblaciones y pueblos
originarios”. Mientras en lugares como México la com. comunitaria sigue sin
reconocimiento legal, para los países del “giro de izq.”, los medios comunitarios son

30
ejes prioritarios de las nuevas políticas de com., sobre todo en aplicación del principio
de la división en tercios del espectro radioeléctrico que aparece en varias legislaciones.
 Conclusiones: Las políticas de com. tuvieron 2 grandes momentos. Durante los 60 y 70
y en el marco de la escuela crítica de la com. fueron una discusión principalmente
teórica y desarrollada en el campo académico. De allí emergieron los diagnósticos de
dominación y dependencia en los que se hallaba la com. y las propuestas de cambio
para conseguir de un nuevo equilibrio y mayor equidad mediante la apuesta por el
pluralismo y la diversidad. Sin embargo, a pesar de las múltiples y variadas
recomendaciones que en aquel momento surgieron en torno a la democratización de
la com., éstas no consiguieron cuajar en el espacio de la acción política. Al contrario de
lo que sucedió en aquella época, en la actualidad, y fundamentalmente como
consecuencia del triunfo en las elecciones de candidatos de izq. en un variado
escenario de experiencias más y menos populistas, las políticas de com. y el modelo de
medios se han posicionado como parte del núcleo de reformas implementadas para
revertir y desmantelar las herencias del neoliberalismo. La transformación regulatoria
impulsada desde estos gobiernos y las voces que la apoyan han estado enmarcadas
fundamentalmente por la recuperación discursiva de los diagnósticos y
recomendaciones del pasado.

FORD : “ CULTURA DOMINANTE Y CULTURA POPULAR ”

El trabajo crítico debe ser un trabajo de afirmación de la conciencia nacional y popular, una
forma de enfrentamiento con la cultura oligárquica y el imperialismo. Por un lado, como
ataque a la cultura dominante, a la cultura reproductora del sist. elitista y dependiente,
naturalizadora y confirmadora del orden existente, a la cultura de la apropiación, de la
cosificación, de la alienación, de la mitificación, de la represión, etc. Por otro lado, como
afirmación y exploración de los procesos que se oponen a la cultura dominante, a esas formas
culturales que, a pesar de estar sometidas a la expropiación, a la recuperación
desdialectizadora, a la represión, fueron o van formando, junto a las otras luchas, una
conciencia nacional y popular. Si lo primero nos remite a un corpus claramente identificado, la
segunda instancia nos remite a una zona más compleja y a la que denominamos con términos
muchas veces tergiversados y mitificados: cultura popular, cultura nacional. El desenfoque o el
olvido con respecto a estas zonas, en especial con respecto a la primera se debe a diversos
factores que vale la pena puntualizar. En primer lugar, la persistencia del concepto burgués de
cultura, que transforma a ésta en un bien universal, un concepto que hace de la cultura de una
clase la cultura universal, la única cultura, la civilización. Un concepto que tiene vertiente
elitista y una vertiente reformista, distributiva y en última instancia represiva. Para ésta la
cultura es un bien universal que hay que distribuir entre las masas carentes de cultura, es decir
“incultas”, “bárbaras”. Pero las negociaciones con respecto a la cultura popular no tienen solo
este origen. Están implícitas, por ej., en las afirmaciones, provenientes del liberalismo y de la
izq., de que la cultura dominante lo inunda todo.

31
FORD : “ CULTURALES POPULARES Y MEDIOS DE COM .”

1- Poner en contacto la(s) cultura(s) de las clases populares con los medios de com.
es ponerlas en contacto consigo mismas. Esto se debe a que los medios, la cultura
de los medios “populares y baratos”, nace, en gran medida, marcada y enancada
en las tradiciones, los géneros, los saberes y las necesidades cognitivas existentes y
en las clases populares. En una etapa (hacia 1840) marcada por la aceleración de la
Rev. ind., por un intenso desarrollo urbano, y por el peso, en la org. social, del
pasaje de la razón iluminista a la razón positivista, los medios, que no sufren la
sistematización de la educación, parecieran hacerse cargo de esas zonas
desplazadas por la razón modernizadora. Culturas del afecto del sentimiento, del
azar y la incertidumbre, del misterio y de lo negro, de la actuación y la
improvisación, del humor y de la irrespetuosidad, de la aventura y la “pulsión
exploradora” de los oral y lo “no verbal”, de la cotidianeidad y de la construcción
cotidiana del sentido, del juego, la fiesta, la simulación y el entrenamiento, fueron
desjerarquizadas por las culturas oficiales que las consideraban bárbaras,
irracionales o, en el mejor de los casos, mero campo de la curiosidad.
2- Tal vez durante el trayecto hegemónico de la razón iluminista positivista, o mejor
de la presión de algunas de sus clasificaciones, ningún intelectual serio e
institucionalizado se hubiera detenido, por ej., en la paradoja, como lo hicieron
Russell o Bateson. La paradoja, en general, hubiese quedado en el campo de las
curiosidades menores.
3- Los medios avanzaron sobre esto desde una lógica que no era lo del saber
transmitido escolar, institucional o estatalmente, sino desde la dinámica de
pequeñas empresas “aventureras”, y desde los intelectuales pobres que trabajan
en ellas, que establecerían, en gran parte desde afuera la legislación, un complejo
y “negociado” diálogo con las culturas de las clases populares, con sus fuertes
residuos y su reciclamiento en la urbe industrial, y también con las
transformaciones que producían los nuevos espacios y tiempos de la vida
cotidiana, el desarrollo tecnológico y las nuevas lecturas provenientes de las
necesidades informales y comunicacionales que nacían de todo esto.
4- Estamos señalando que los medios nacen encadenados con las culturas populares
anteriores y no solo con sus géneros sino también con sus saberes, con sus
estrategias cognitivas; géneros y saberes que no pueden ser vistos como
“tradicionales” pues son zonas constitutivas de la cultura del hombre reprimidas
por las culturas oficiales del capitalismo. Y esta afirmación no solo explica los
orígenes sino lo que va a seguir siendo hasta hoy una estrecha y compleja relación.
5- En esta problemática actúan varias lógicas. No es una apología de los contenidos
de los medios ni de la ind. cultural del capitalismo, sino otro conflicto, que se
inserta en sus fisuras: su puesta en escenas de formas de com. y conocimiento no
jerarquizadas por las culturas institucionalizadas e incluso no tomadas en cuenta
por las políticas culturales y comunicacionales progresistas como tampoco por las
educativas. El fracaso de las primeras en AL está relacionado con lo que planteo,
aunque ella no sea la causa principal.
6- Es bastante evidente que los Estados modernos jerarquizaron la escritura casi
como única forma de com. y de info., desplazando otras formas, otros canales. De

32
alguna manera nuestra cultura bloqueó la reflexión, el conocimiento sobre la
percepción corporal, kinésica y proxémica, el rol de los sentidos en nuestra
experiencia cotidiana. Lo cierto es que los medios rompen la hegemonía de la
escritura.
7- Todo esto implica romper modelos culturales puros; reconocer que es imposible
analizar la cultura de las clases populares sin reconocer su relación con los medios
y viceversa; romper el tubo shanoniano y entender la recepción como acción
eminentemente cultural, asimétrica, activa; analizar la constitución y la historia de
los medios desde sus conflictos internos y no solo desde el punto de vista de los
intelectuales agredidos por ella; reconocer las racionalidades y las estrategias de
las culturas cotidianas y romper desde ahí las culturas institucionalizadas dentro o
fuera del Estado; eludir las tesis extremas de massmediatización de la soc. así
como aquellas que las niegan, sobre todo en sociedades tan débilmente
codificadas como las nuestras debido a sus debilidades y obstáculos para
completar sus procesos de modernización.

SCHMUCLER Y MAYYELART : “EDITORIAL”

“La función que se propone cumplir Com. y Cultura es la de establecerse como órgano de
vinculación y expresión de las diversas experiencias que se están gestando en los países
latinoamericanos, en el campo de la com. masiva. Evidentemente no se trata de asumir
cualquier experiencia, sino las que favorecen a los procesos de liberación total de nuestras soc.
dependientes. Es una norma de prioridad política será la línea de demarcación que trazará la
revista para recoger sus temáticas, sus centros de interés, sus lectores y colaboradores”.
“Si la revista escoge ‘la com. masiva’ como punto de partida especifico, presupone que esta
noción debe superar los limites del sentido que le confirieron, de modo unilateral, la cs.
empirista y el aparato ideológico masivo del capitalismo. Cuando nos aventuramos en el
ámbito de las posibles alternativas segregadas por las clases dominantes, el concepto de “com.
masiva” se problematiza considerablemente. Al manifestar la íntima articulación de la lucha
ideológica con las otras instancias del proceso de liberación, una redefinición debe tomar en
cuenta la multitud de respuestas que los sectores dominados ofrecen en su práctica cotidiana
a resistir el viejo sist. para construir el nuevo orden”.
“Deben emerger los gérmenes de una nueva teoría y práctica de la com. que, en definitiva, se
confundirá con un nuevo modo total de producir la vida hasta en los aspectos más íntimos de
la cotidianeidad del hombre. Nuestro cuestionamiento de la ‘com.’ transita también por el
enjuiciamiento de los otros aparatos de difusión masiva de ideología, en particular el sist.
educativo”.
“Estos grandes lineamientos sitúan al proyecto básico de la revista Com. y Cultura: ‘la com.
masiva en el proceso político latino’”.

SCHMUCLER Y MATTELART: “AL LECTOR”

33
En los días que corren, toda simplificación sobre el debate internacional en materia de com.
corre el riesgo de parcializar y distorsionar los elementos que están en juego. Superada la
ilusión de un primer momento, se ha visto que algunas formulaciones que parecían triunfantes
en los comienzos de la década pasada, muestran hoy las dificultades de intereses
contrapuestos entre países que parecían unificados en la común situación de marginalidad.
Un consejo que se incorpora desde este número a Com. y Cultura (financiado por la UAM),
constituido por un grupo de especialistas de diversos países, permitirá una constante
pluralidad de voces.

SCHMUCLER Y MATTELARTR : “ CONSTRUIR LA DEMOCRACIA ”

La discusión sobre com. masiva y cierto sentido común sobre el tema, han sido dominados por
una consigna: el NOII, al cual se le agregó el concepto de Com. Surgido como reivindicación de
los países del Tercer Mundo, el “sentido común”, a cuya constitución colaboraron las grandes
agencias transnacionales, tendió a circunscribir el problema a la precariedad informativa del
que eran victimas los países del Tercer Mundo y a buscar soluciones meramente técnicas
ofrecidas por los países centrales. Escasas voces trataron de apuntar al hecho de que el
desequilibrio en el campo informativo era parte de las relaciones desiguales entre países y que
difícilmente podrían alterarse los modelos comunicativos sin cambiar las relaciones globales de
subordinación que algunas soc. establecen en relación con otras que las dominan. No muchos
señalaron la falacia etnocéntrica que significa el pretender que una parte minoritaria del
mundo tenía la solución adecuada para solucionar los problemas que afligían al resto que,
significativamente, constituye la mayor proporción del planeta.
La nueva división internacional del trabajo ha ido diferenciando las posibilidades económicas
de los países del Tercer Mundo y modificando su relación con los países centrales; también
modificó la relación de los países del Tercer Mundo entre sí. Otra enseñanza que emerge con
creciente fuerza es la comprobación de que el sist. trasnacional tiene capacidad de adaptarse a
las nuevas demandas.
Tener como mira la democracia, redefine la manera de observar las realidades latinas y la
relación que establecen con las experiencias de otros continentes. Si se intenta generar una
verdadera teoría crítica de la com. que sirva a una práctica igualmente crítica opuesta a los
modelos dominantes, deberíamos cruzar experiencias que se desarrollen en distintas partes
del mundo que propicien formas de com. democrática, asumirlas como problemáticas
comunes y a partir de ellas elaborar conceptualizaciones que nos conduzcan a una formulación
teórica. La calidad de la problemática es muchas veces más importante que su localización
geográfica. A la internacionalización propiciada por la cultura transnacional, es preciso oponer
un nuevo tipo de internacionalismo que borre las viejas huellas de la transferencia unilateral
de modelos teóricos, y que tantas veces nos han encasillado en problemas y soluciones que en
realidad era otra expresión del flujo desigual de la info. Para ello, se vuelve imprescindible
recuperar la historia reciente de las experiencias latinas que trataron o tratan de alentar
formas de com. popular.

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SCHMUCLER : “LA INVESTIGACIÓN (1982): UN PROYECTO COM./CULTURA ”

En los últimos años se han ido desmoronando muchos de los edificios intelectuales que hasta
hace poco antes imaginábamos perdurables, cuando no definitivos. Historia colectiva y saberes
individuales se combinaron para construir esta nueva lucidez crítica, de cuyo cuestionamiento
no escaparon los temas vinculados a la com. y la cultura.
Para los que negaban el funcionalismo dominante, el auténtico conocimiento tenía otro rostro:
la materialidad del lenguaje, la materialidad de las ideas, las estructuras de significación que se
ocultaban bajo la superficie del discurso y que debían ser develadas de manera implacable.
Aquello, lo otro, era ideológico: construcción falsa de las apariencias del mundo; esto, lo
propio, era la realidad sustantiva, profunda, descubierta a través de las trampas sembradas
por la ilusión de transparencia que ofrecían las cosas. La cs. del funcionalismo era un
simulacro; la sustentada en el materialismo, se decía, representaba la realidad objetiva. Al
menos en AL, sospechábamos que no era cuestión de predicados, sino que lo que estaba
tambaleando en el mundo entero era el concepto mismo de cs. En el Cono Sur se encarnaban
en hechos sociopolíticos con consecuencias dramáticas. La T. de la dependencia, además de
un esquema interpretativo de la realidad, fue, en algunas circunstancias, la matriz sobre la que
se montaron acciones concretas.
Un proyecto de com./cultura ni podría continuar sin asumir esta hiriente conciencia.
Para empezar, deberíamos, conceptualmente, una barra entre los dos términos que ahora
articulan y destacan sus diferencias con una unión. La barra genera una fusión tensa entre
elementos distintos de un mismo campo semántico. El cambio entre la unión y la barra no es
insignificante. La unión, la imponer la relación, afirma la lejanía. La barra acepta la distinción,
pero anuncia la imposibilidad de un tratamiento por separado.
El estudio de la com. se convierte, con frecuencia, en el aprendizaje del uso de instrumentos o
en la evaluación de las consecuencias del uso de determinadas tecnologías. En uno u otro caso,
el instrumento aparece como un mediador más o menos neutro. Uso e instrumento suelen
mostrarse como realidades aisladas, cuando no son más que momentos indisociables de un
mismo fenómeno. La razón tecnocrática, meramente instrumental, encuentra su negación en
la versión ontológica-moral de la com., consagrada desde sus orígenes: comunicar es
comulgar.
La acción comunicativa es un hecho ético, es decir, político, no instrumental. La perspectiva de
la com./cultura asume los problemas de la eticidad, “que solo pueden surgir en el contexto de
la com. entre actores y de una intersubjetividad que solo se forma sobre la base siempre
amenazada del reconocimiento reciproco”. La relación com./cultura es un salto teórico que
presupone el peligro de desplazar las fronteras. De eso de trata, de establecer nuevos límites.
La com. no es todo, pero debe ser hablada desde todas partes; debe dejar de ser un objeto
constituido, para ser un objetivo por lograr. Desde la cultura, desde ese mundo de símbolos
que los seres humanos elaboran con sus actos materiales y espirituales, la com. tendrá sentido
transferible a la vida cotidiana.

MARTÍN BARBERO : “ LOS MÉTODOS : DE LOS MEDIOS A LAS MEDIACIONES ”

35
Mediaciones hace referencia a las articulaciones entre prácticas de com. y mov. sociales, a las
diferentes temporalidades y pluralidad de matrices culturales.
1- Crítica de la razón dualista o los mestizajes de que estamos hechos.
En los últimos años la travesía por la crisis de las cs. sociales parecería apuntar a
las razones del desencuentro entre método y situación. Un desencuentro que
obliga a repensar no solo los linderos entre las disciplinas y entre las practicas, sino
el sentido mismo de las preguntas: los lugares de entrada a los problemas y la
trama de ambigüedades que abarcan y descolocan las salidas. Las razones del
desencuentro apuntan más allá de la teoría, a un desconocimiento que, en lugar
de más conocimiento en la lógica pura de la acumulación, reclama el
reconocimiento, según la lógica de la diferencia, de verdades culturales y sujetos
sociales.
- La imposible pureza de lo indígena: El debate sobre la id. sigue abierto en AL.
Mezclados ahora sus significantes, pero atrincheradas en los significados. Las
posiciones, aunque no tienen hoy la virulencia de los años 20-40. Continúan
alimentando la razón dualista con que son pensados los procesos sociales. De un
lado, un nacionalismo populista obsesionado con el “rescate de las raíces” y la
pérdida de la id., una id. a buscar por supuesto en el mundo indígena rural, aunque
la inmensa mayoría de la población viva ya en la ciudad, pues las masas urbanas
nada tendrían que ver con ella, su contaminación cultural y política haría de ellas la
negación misma de lo popular. Del otro, un progresismo iluminista que sigue
viendo en el pueblo, en su naturaleza indolente y supersticiosa, el obstáculo
fundamental al desarrollo. Para la elite la cultura es distancia y distinción,
demarcación y disciplina, exactamente lo contrario a un pueblo al que definirían
sus “necesidades inmediatas”.
El campo de lo que denominamos mediaciones se halla constituido por los dispositivos a través
de los cuales la hegemonía transforma desde dentro el sentido del trabajo y la vida de la
comunidad.
- La revoltura de pueblo y masa en lo urbano: Si ante lo indígena a la tendencia más
fuerte es a pensarlo como primitivo y por tanto como otro por fuera de la historia,
frente a lo popular urbano la concepción más extendida es aquella que le niega lisa
y llanamente la posibilidad misma de que exista culturalmente.
La primera etapa está marcada por la Revolución y su proyección en la cotidianeidad a través
de una serie de dispositivos, peculiares unos al proceso revolucionario pero generalizables
otros. Entre los peculiares sobresalen el teatro de la Revolución y el muralismo que, tornando
legendarias a las masas, las trasmutan en pueblo al convertir sus rasgos en arquetipos. Es un
cambio de signo que transforma el costumbrismo en afirmación nacionalista, cambio cargado
de ambigüedad pero que señala indudablemente la solidaridad puesta en marcha por una
Revolución que de la escena a los muros hace visible y socialmente aceptables gestos,
costumbres, modos de hablar hasta entonces negados o reprimidos. Entre los generalizables
está la canción: por un lado, fundiendo elementos de nostalgia campesina con los nuevos
modos de sentir ciudadanos, y por otro enfrentando la pasión sin pretextos al moralismo y el
refinamiento urbanos. También las "carpas", los salones de baile, que como los teatros son
espacio de despliegue de otra dimensión de lo popular, la de la expresividad del tumulto hecho
de carcajada y de relajo, de silbidos y ruidos obscenos, de groserías a través de las cuales se
liberan mezcladas la rebeldía política y la energía erótica.
Una segunda etapa se inicia ya entrados los 30 y caracterizada, con diferencias, pero de una
punta a la otra de AL, por la entrada a la vez en la industrialización dependiente y en los

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populismos, por las grandes migraciones hacia la ciudad y la hegemonía de la ind. cultural con
la radio y el cine. En la cultura el populismo se hace nacionalismo y va a encontrar en el cine su
mejor medio de expresión y difusión. Si crear un país es en cierto modo teatralízarlo, será el
cine el encargado de efectuar esa representación de los gestos y los moldes vitales de lo
nacional. Al cine se le encarga darles imagen y voz a las id. nacionales. Y al cine irán
las masas populares no tanto a divertirse cuanto a "experimentar con su vida cotidiana", a "ver
reiterados sus códigos de costumbres". Es un cine que, como apuntábamos, hace nacionalismo
desde el melodrama: el género capaz de vertebrar cualquier tema o situación a la vez
evocando mitos y masificando modos de comportamiento.
A partir de los 60 la cultura popular urbana es cercada por la ind. cultural que deja cada día
menos espacios fuera de su influencia, y traspone unos modelos que toma crecientemente
del mercado trasnacional. La propuesta cultural se torna seducción tecnológica e incitación al
consumo, homogeneización de los estilos de vida deseables, arrumbamiento de
lo nacional en "el limbo anterior al desarrollo tecnológico" e incorporación de los viejos
contenidos sociales, culturales, religiosos, a la cultura del espectáculo. En esa tarea la
publicidad será esencial: transforma los productos comerciales en instituciones hogareñas al
tiempo que contribuye a mitificar un "progreso" tecnológico que, en las condiciones
económicas, de las clases populares se traduce en desvalorización cotidiana de sus saberes y
sus prácticas. Y en el centro de la nueva dinámica cultural, oficiando de gran interlocutor,
estará la tv. Descaradamente norteamericana y erigida en criterio de una y la misma
modernización para todo el país, la tv dirime sobre lo actual y lo anacrónico. Lo mismo en el
terreno de los artefactos que de las hablas. La tv unifica para todo el país un habla
en el que, salvo a efectos de folklorización, la tendencia es a hacer desaparecer las
entonaciones regionales.

2- La com. desde la cultura.


Durante largo tiempo la verdad cultural de estos países importó menos que las seguridades
teóricas. Algo se movió tan fuertemente en la realidad que se produjo un emborronamiento,
un derrumbe de las fronteras que delimitaban geográficamente el campo y nos aseguraban
psicológicamente. Desdibujado el "objeto propio" nos encontramos a la intemperie de la
situación. Pero ahora ya no estábamos solos, por el camino había otras gentes que sin
hablar de "com." la estaban indagando, trabajando, produciendo: gentes del arte y la política,
la arquitectura y la antropología. Habíamos necesitado que se nos perdiera el "objeto"
para encontrar el camino al movimiento de lo social en la com., a la com. en proceso.
- Lo que ni el ideologismo ni el informacionalismo permiten pensar: Han sido dos
las etapas de formación del paradigma hegemónico para el análisis de la com. en
AL. La primera se produce a finales de los 60, cuando el modelo de Lasswell,
procedente de una epistemología psicológico-conductista, es vertido en el espacio
teórico de la semiótica estructuralista, espacio a través del cual se hace posible su
"conversión", esto es, su encuentro con la investigación crítica. Llamo ideologista a
esta etapa porque su objetivo estuvo centrado en descubrir y denunciar,
articulando aquellas matrices epistemológicas con una posición de crítica política,
las estratagemas mediante las cuales la ideología dominante penetra el proceso de
com. o mejor, para decirlo con el lenguaje de ese momento, penetra el mensaje
produciendo determinados efectos. La omnipotencia que en la versión
funcionalista se atribuía a los medios pasó a depositarse en la ideología, que se
volvió objeto y sujeto, dispositivo totalizador de los discursos. Se produjo así un
ambiguo recorte del campo de la com. que, subsumido en lo ideológico, acabó sin

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embargo definiendo su especificidad por aislamiento. Tanto el dispositivo del
efecto, en la versión psicológico-conductista, como el del mensaje o el texto en la
semiótico-estructuralista, terminaban por referir el sentido de los procesos a la
inmanencia de lo comunicativo. Pero en hueco. Y al llenar ese hueco con "lo
ideológico" nos quedamos con el recorte (con el comunicacionismo) y sin
especificidad. Desde mediados de los 60 se abre paso otra figura precedida de este
discurso: "Ya está bien de ideología y de denuncias, seamos serios y empecemos a
hacer ciencia". Entramos así en la segunda etapa que podemos denominar
cientifista, ya que en ella el paradigma hegemónico se reconstruye en base al
modelo informacional y a un revival positivista que prohíbe llamar problemas a
todo aquello para lo que no tengamos un método. La crisis que después de los
golpes militares en el Cono Sur atraviesan las izq. latinoamericanas, con su secuela
de desconcierto y de repliegue político, sería un buen caldo de cultivo para el
chantaje cientifista. El cortocircuito teórico que se produjo podría describirse así:
los procesos de Com. ocupan cada día un lugar más estratégico en nuestra soc.,
puesto que, con la info. -materia prima, se ubican ya en el espacio de la
producción y no sólo en el de la circulación. Pero el estudio de esos procesos se
halla aún preso de una dispersión disciplinar y metodológica tal que nos hace
imposible saber con objetividad qué es lo que ahí está pasando. Estamos entonces
urgidos de una teoría capaz de ordenar el campo y delimitar los objetos. Y bien,
esa teoría existe ya, sólo que su elaboración ha tenido lugar en un espacio algo
alejado de las preocupaciones de los críticos: en el de la ingeniería, y se llama
teoría de la info.
- Cultura y política: las mediaciones constitutivas: No son únicamente los límites del
modelo hegemónico los que nos han exigido cambiar de paradigma. Fueron los
tercos hechos, los procesos sociales de América Latina, los que nos están
cambiando el "objeto" de estudio a los investigadores de com. Para percibir esto
no hay más que ojear los títulos de seminarios y congresos latinoamericanos sobre
com. en estos últimos cinco años y constatar la presencia obsesiva de los términos
"transnacionalización", "democracia", "cultura" y "movimiento popular". Con la
cuestión trasnacional lo que es nombrado no es la mera sofisticación del viejo
imperialismo, sino una nueva fase en el desarrollo del capitalismo, en la que
justamente el campo de la com. entra a jugar un papel decisivo. Lo que aparece en
juego ahora no es la imposición de un modelo económico, sino el "salto" a la
internacionalización de un modelo político. Lo cual obliga a abandonar la
concepción que se tenía de los modos de lucha contra la "dependencia", pues "es
muy distinto luchar por independizarse de un país colonialista en el combate
frontal con un poder geográficamente definido, a luchar por una id. propia dentro
de un sist. trasnacional, difuso, complejamente interrelacionado e
interpenetrado".

3- Mapa nocturno: para explorar el nuevo campo.


En los últimos años se hizo presente la tendencia a colocar preguntas que rebasan
la "lógica vespertina” y la desterritorialización que implica el asumir los márgenes
no como tema sino como enzima. Con lo cual no se trata de "carnavalizar"
la teoría (y no es que no lo necesite), sino de aceptar que los tiempos no están
para la síntesis, que la razón apenas nos da para sentir y barruntar que hay zonas
en la realidad más cercana que están todavía sin explorar. Las tentaciones

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al apocalipsis y la vuelta al catecismo no faltan, pero la más secreta tendencia
parece ir en otra dirección: la de avanzar a tientas, sin mapa o con sólo un mapa
nocturno. Un mapa para indagar no otras cosas, sino la dominación, la producción
y el trabajo, pero desde el otro lado: el de las brechas, el consumo y el placer. Un
mapa no para la fuga, sino para el reconocimiento de la situación desde las
mediaciones y los sujetos.
- Acerca de la cotidianeidad. el consumo y la lectura: "La óptica del mercado permea
no sólo la soc., sino también las explicaciones sobre la soc." Y eso explica por qué
las teorías críticas han privilegiado las dimensiones que tienen que ver con la figura
del trabajador-productor de mercancías no solamente a la hora de comprender su
situación, sino también a la hora de despertar su conciencia. De la misma forma en
que a la mayoría de las organizaciones de izq. lo que verdaderamente les interesó
de la vida de las clases populares es lo que tenía que ver con las acciones de
reivindicación y las asociaciones que organizan esa lucha. Todo el resto, las
prácticas de que está hecho el vivir cotidiano, con las que enfrentan la subsistencia
y llenan de sentido su vida, fueron consideradas mas bien obstáculos a la toma de
conciencia y a una acción políticamente consecuente. La cotidianidad que no está
inscrita inmediata, directamente en la estructura productiva es de ese modo
despolitizada, considerada irrelevante, insignificante. Y, sin embargo, los relatos
que empiezan a contar lo que pasa por dentro de la vida del barrio popular, los
que tratan no de evaluar, sino de comprender el funcionamiento de la socialidad
popular nos abren a otra realidad. El consumo puede hablar y habla en los
sectores populares de sus justas aspiraciones a una vida más digna. No toda
búsqueda de ascenso social es arribismo, puede ser forma de protesta y expresión
de algunos derechos elementales. De ahí la necesidad grande de una concepción
no reproductivista ni culturalista del consumo, capaz* de ofrecer un marco a la
investigación de la com./cultura desde lo popular, esto es, que nos permita una
compresión de los diferentes modos de apropiación cultural, de los diferentes usos
sociales de la com.
- La tv desde las mediaciones: En un momento en que el medio tv se halla en el
centro de las transformaciones que vienen de la informática, los satélites, la fibra
óptica, etc., una propuesta como la que vamos a dibujar parecerá a no pocos
anacrónica. Nos atrevemos, no obstante, a formularla porque estamos
convencidos que, si el medio está en trance de sufrir numerosos cambios, la
mediación desde la que ese medio opera social y culturalmente no parece estar
sufriendo en AL modificaciones de fondo. Y en cuanto a la relación de los
"usuarios" con la televisión, en lo que respecta a las grandes mayorías, no es sólo
en AL, también en Europa los cambios en la oferta, pese a la propaganda sobre la
descentralización y pluralización, parecen ir en la dirección de ahondar la
estratificación social, pues la oferta diferenciada de los productos de vídeo se halla
ligada a las capacidades adquisitivas de los individuos. Lo único que parece
importar decisivamente a los productores y "programadores" de las tecnologías de
vídeos es la innovación tecnológica, mientras que el uso social de aquellas
potencialidades técnicas parece caer fuera de su interés. "Hay que abandonar el
mediacentrismo, ya que el sist. de los media está perdiendo en parte su
especificidad para convertirse en elemento integrante de otros sistemas de mayor
envergadura, como el económico, cultural y político". Sólo que en AL el abandono
del mediacentrismo se está produciendo menos por el impacto de la reconversión

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industrial de los medios (su función comunicativa relegada a producto residual de
las opciones económico-industriales), que por la fuerza con que los mov. sociales
hacen visibles las mediaciones. Se proponen 3 lugares de mediación: la
cotidianidad familiar, la temporalidad social y la competencia cultural.
- La cotidianidad familiar: Si la tv en AL tiene aún a la familia como unidad básica de
audiencia es porque ella representa para las mayorías la situación primordial de
reconocimiento. Y no puede entenderse el modo específico en que la tv interpela a
la familia sin interrogar la cotidianidad familiar en cuanto lugar social de una
interpelación fundamental para los sectores populares. La mediación que la
cotidianidad familiar cumple en la configuración de la tv no se limita a lo que
puede examinarse desde el ámbito de la recepción, pues inscribe sus marcas en el
discurso televisivo mismo. De la familia como espacio de las relaciones cortas y de
la proximidad, la tv asume y forja 2 dispositivos claves: la simulación del contacto y
la retórica de lo directo. Denominamos simulación del contacto los mecanismos
mediante los cuales la televisión especifica su modo de com. organizándola sobre
el eje de la función fática, esto es, sobre el mantenimiento del contacto. Función
que juega no solamente por la dispersión de la atención que se presenta en la
cotidianidad privada. Durante mucho tiempo se criticó la predominancia de lo
verbal en la tv latinoamericana como la mejor prueba de su subdesarrollo: era
radio con algunas imágenes. Por retórica de lo directo entendemos el dispositivo
que organiza el espacio de la tv sobre el eje de la proximidad y la magia del ver, en
oposición al espacio cinematográfico dominado por la distancia y la magia de la
imagen. En el cine la función comunicativa central es la poética, esto es, la
transfiguración arquetípica de la realidad. Los objetos, las acciones y los rostros en
el cine se cargan de valor simbólico. En la tv la visión que predomina es la que
produce la sensación de inmediatez, que es uno de los rasgos que hacen la forma
de lo cotidiano. Y ello incluso en la publicidad pues ella es la síntesis de la
cotidianidad y el espectáculo, aunque ella viva en un equilibrio inestable que le da
un aire trasgresor.
- La temporalidad social: Mientras en nuestra soc. el tiempo productivo, el
- valorado por el capital, es el tiempo que "corre" y que se mide, el otro, del que
está hecha la cotidianidad, es un tiempo repetitivo, que comienza y acaba para
recomenzar, un tiempo hecho no de unidades contables, sino de fragmentos. El
tiempo en que organiza su programación la tv contiene la forma de la rentabilidad
y del escrito, de un entramado de géneros. Cada programa o, mejor, cada texto
televisivo, remite su sentido al cruce de los géneros y los tiempos. En cuanto
género pertenece a una familia de textos que se replican y reenvían unos a otros
desde los diversos horarios del día y la semana. En cuanto tiempo "ocupado", cada
texto remite a la secuencia horaria dé lo que le antecede y le sigue o a lo que
aparece en el escrito otros días a la misma hora. Mirado desde la tv el tiempo del
ocio cubre y desvela la forma del tiempo del trabajo: la del fragmento y la serie.
Podría hablarse entonces de una estética de la repetición que, trabajando la
variación de un idéntico o la id. de varios diversos, "conjuga la discontinuidad del
tiempo del relato con la continuidad del tiempo relatado”. Lo que permite retomar
lo dicho sobre la importancia del sentimiento de duración que inaugura el folletín
del S. XIX permitiendo al lector popular hacer tránsito entre el cuento y la novela
"sin perderse". La serie y los géneros hacen ahora la mediación entre el tiempo del
capital y el tiempo de la cotidianidad.

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- La competencia cultural: Pocos malentendidos tan pertinaces y enredados como el
que sostiene y en el que desemboca la relación tv/cultura. De un lado, los críticos
mirando la televisión desde el paradigma del arte y denunciando día tras día con
los mismos cansados argumentos la decadencia cultural que representa y entraña
la tv. Proponen una elevación cultural de la tv que se materializa casi siempre en
un didactismo insoportable. De otro lado, los folklóricos situando la verdadera
cultura en el pueblo, pero en el pueblo-pueblo, o sea, en el que conserva la verdad
sin contaminaciones ni mestizajes, es decir, sin historia. Proponen hacer televisivo
el patrimonio de danzas y canciones, de vestuarios e iconografías nacionales.
Sobre otro eje, aparece la oposición entre los comerciantes, defendiendo
populistamente las demandas que la colectividad manifiesta a través de las
encuestas que miden las audiencias, y el sector público paternalistamente
hablando en nombre de las verdaderas necesidades culturales de la gente.
- Lógicas de la producción y de los usos: Lo que importa es lo que configura las
condiciones específicas de producción, lo que de la estructura productiva deja huellas
en el formato, y los modos en que el sist. productivo semantiza y recicla las demandas
que vienen de los "públicos" y sus diferentes usos. Aparecen entonces una serie de
instancias y de dispositivos concretos a estudiar. La competitividad industrial como
capacidad de producción expresada en el grado de desarrollo tecnológico, capacidad
de riesgo financiero para la innovación y grado de diversificación-especialización
profesional de una empresa. Esa competitividad no debe ser confundida con la
competencia comunicativa lograda en términos de "reconocimiento por los públicos a
los que se dirige y que ni está basada en la sola competitividad industrial ni es
enteramente medible por los ratings de audiencias. Los niveles y fases de decisión en
la producción de cada género: quiénes, en qué momentos, y con qué criterios deciden
lo que es producible. Las ideologías profesionales como componentes y campo de
tensión entre las exigencias del sist. productivo, las reglas del género, las demandas
sociales y la iniciativa y creatividad de los productores: directores, actores,
escenógrafos, operadores, etc. Las rutinas productivas o la serialidad mirada desde los
hábitos de trabajo que ella requiere, tanto en las exigencias de la rentabilidad sobre el
tiempo de la producción y las formas de actuación, como en los esguinces por donde el
"estilo" se incorpora a las prácticas de trabajo. Y, por último, las estrategias de
comercialización, que no son algo que se añada "después" para vender el producto,
sino algo que ha puesto sus huellas en la estructura del formato bien sea en la forma
que toma el corte narrativo para la publicidad, en la que dicta su lugar en el escrito, o
en los ingredientes diferenciales que introduce la diversificación de lo que sólo se verá
"dentro" de un país o también fuera de él. Lo que tratamos es de sacar el estudio de la
recepción del espacio acotado por una com. pensada en términos de mensajes
que circulan, de efectos y reacciones, para reubicar su problemática en el campo de la
cultura: de los conflictos que articula la cultura, de los mestizajes que la tejen y las
anacronías que la sostienen, y en últimas del modo en que trabaja la hegemonía y
las resistencias que moviliza, del rescate por tanto de los modos de apropiación y
réplica de las clases subalternas. El plural de las lógicas del uso no se agota en la
diferencia social de las clases, pero esa diferencia articula las otras. Los hábitos de
clase atraviesan los usos de la televisión, los modos de ver, y se hacen manifiestos en
la organización del tiempo y del espacio cotidianos. En los usos no habla sólo la clase
social, habla también la competencia cultural de los diversos grupos que atraviesa las

41
clases, por la vía de la educación formal en sus distintas modalidades, pero sobre todo
los que configuran las etnias, las culturas regionales, los "dialectos" locales y los
distintos mestizajes urbanos en base a aquellos. Competencia que vive de la memoria
y también de los imaginarios actuales que alimentan al sujeto social femenino o
juvenil. El acceso a esos modos de uso pasa inevitablemente por un ver con la gente
que permita explicitar y confrontar las modalidades diversas y las competencias que
aquellas activan, y por los relatos que nos los cuentan y dan cuenta de ellos. Entre la
lógica del sistema productivo y las lógicas de los usos median los géneros. Son sus
reglas las que básicamente configuran los formatos y es en ellos donde ancla el
reconocimiento cultural de los grupos. La competencia textual, narrativa, no se halla
sólo presente, no es condición únicamente de la emisión, sino también de la
recepción.
- Algunas señales de id. reconocibles en el melodrama: En AL ningún otro género ha
logrado cuajar tanto como el melodrama. Cómo si en él se hallara el modo de
expresión más abierto al modo de vivir y sentir de la gente. Cómo si en él se hallara
el modo de expresión más abierto al modo de vivir y sentir de la gente. El
melodrama sigue constituyendo un terreno precioso para estudiar la no
contemporaneidad y los mestizajes de que estamos hechos. En el melodrama está
todo revuelto, las estructuras sociales con las del sentimiento, mucho de lo que, y
de lo que soñamos ser, el robo de la identidad, la nostalgia y la rabia. De los dos
planos de significación, o isotopías, que articula la noción de reconocimiento, el
racionalismo imperante sólo atribuye sentido a uno: al negativo. Pues en el plano
del conocer, re-conocer es pura operación de redundancia, costo inútil. Y si a esa
isotopía se la proyecta sobre la cuestión ideológica, entonces el resultado es
todavía más radical: estamos en el reino de la alienación, aquel en que re-conocer
consiste en des-conocer. Existe sin embargo otra matriz que atribuye al reconocer
un muy otro sentido: aquel en que re-conocer significa interpelar, una cuestión
acerca de los sujetos, de su modo específico de constituirse. Todos se hacen y
rehacen en la trama simbólica de las interpelaciones, de los reconocimientos. Todo
sujeto está sujeto a otro y es a la vez sujeto para alguien.
4- Lo popular que nos interpela desde lo masivo.
Seguir pensando lo masivo como algo puramente exterior lo popular, sólo puede
hacerse hoy desde una de dos posiciones. O desde la de los folkloristas, cuya misión es
la de preservar lo auténtico, cuyo paradigma sigue siendo rural y para los que todo
cambio es desagregación, esto es, deformación de una forma fijada en su pureza
original. O desde una concepción de la dominación social que no puede pensar lo que
producen las clases populares más que en términos de reacción a lo que induce la
clase dominante. Pero lo que se "ahorran" esas dos posiciones es la historia: su
opacidad, su ambigüedad y la lucha por la constitución de un sentido que esa
ambigüedad cubre y alimenta. La presencia en la ind. cultural de "expresiones de una
demanda simbólica peculiar que no coincide del todo con el arbitrario cultural
dominante". Y la dificultad de comprender el sentido de esa presencia desde una
lectura externa, esto es, que considera a esa ind. pura y simplemente como
instrumento de dominación. Lectura que al despreciar y desconocer el sistema de
representaciones e imágenes con que las clases populares decodifican los productos
simbólicos acaba por asumir como única la representación que la cultura dominante
ofrece de sí misma y del "otro". Estamos ante un mercado material y simbólico no

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unificado y cuya dislocación remitiría básicamente al carácter dependiente de ese
mercado.
El mundo popular se hace presente bajo la identidad unificante de lo criollo. Lo
popular se expresa también en la ambientación y sobre todo en el lenguaje: en el
palabreo. Que es la palabra hecha arma e instrumento de revancha, artificio que al
confundir al adversario lo desarma. Un uso del lenguaje que se sitúa en el extremo
opuesto al de la info.: se juega con las palabras, se desplazan sus significados, se
produce un desorden verbal mediante el cual se busca desconcertar al otro. Es la
revancha contra un orden del mundo que los excluye y les humilla y contra el que las
gentes del pueblo se enfrentan desordenando el tejido simbólico que articula ese
orden. Des-articulación, confusión, hablar rápido, mal hablar: es la transformación de
la carencia en apariencia y de la situación en ocasión que se aprovecha para imponerse
o parodiar la retórica de los que sí hablan bien.

MARTÍN BARBERO : “ MEMORIA NARRATIVA E IND . CULTURAL ”

 Introducción: de lo popular a lo masivo:


Una investigación sobre "lo popular y lo masivo" a la que llegó Barbero empujado por
la necesidad de 2 desplazamientos que señalan en el terreno de la teoría los cambios
que se vive en lo político. El primero: La cultura de masa no se identifica ni puede ser
reducida a lo que pasa en o por los medios masivos. La cultura de masa, como afirma
Rositi, no es solo un conjunto de objetos sino un "principio de comprensión" de unos
nuevos modelos de comportamiento, es decir, un modelo cultural. Lo cual implica que
lo que pasa en los medios no puede ser comprendido por fuera de su relación con las
mediaciones sociales, con los "mediadores" y a los diferentes contextos culturales
desde los que, o en contraste con los cuales viven los grupos y los individuos esa
cultura. El segundo: La mayoría de las investigaciones que estudian la cultura de masa
enfocan ésta desde el modelo culto, no sólo en cuanto experiencia vital y estética de la
que parte el investigador, sino y sobre todo definiendo la cultura de masa,
identificándola con procesos de vulgarización y abaratamiento, de envilecimiento y
decadencia de la cultura culta. Y en esa dirección operaciones de sentido como la
predominancia de la intriga o la velocidad de un relato y en términos generales la
repetición o el esquematismo son a priori descalificadas como recursos de
simplificación, de facilismo, que remitirían en últimas a las presiones de los formatos
tecnológicos y a los artificios comerciales. No se trata de desconocerla realidad de
esas presiones y esos artificios. Se trata del "lugar" desde el cual son miradas y del
sentido que entonces adquieren. Desde el modelo culto la cultura de masa tiende a ser
vista únicamente como el resultado del proceso de industrialización mercantil
impidiendo así comprender y plantearse los efectos estructurales del capitalismo
sobre la cultura. Para explicar esto último se hace necesario el segundo
desplazamiento: investigar la cultura de masa desde el otro modelo, el popular. La
cultura culta tiene una acendrada vocación a pensarse como la cultura. La popular en
cambio "no puede ser nombrada sin nombrar a la vez aquella que la niega y frente a la
que se afirma a través de una lucha desigual y con frecuencia ambigua". A partir de ahí
se abren 3 líneas de investigación a trabajar no separada sino complementariamente.

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1- De lo popular a lo masivo: dirección que no puede seguirse más que
históricamente ya que, frente a todas las nostalgias por lo "auténticamente
popular", lo masivo no es algo completamente exterior, algo que venga a invadir y
corromper lo popular desde fuera sino el desarrollo de ciertas virtualidades ya
inscritas en la cultura popular del siglo XIX. La cultura de masa no aparece de
golpe, como un corte que permita enfrentarla sin más a la popular. Lo masivo se
ha gestado lentamente desde lo popular. Solo un profundo etnocentrismo de
clase, que se niega a nombrar lo popular como cultura, ha podido llevar a no ver
en la cultura masiva más que un proceso de vulgarización, la decadencia de la
cultura culta. Y ese etnocentrismo no es una enfermedad exclusiva de la derecha,
desde él trabajan muchos de los análisis críticos. En el terreno cultural la
masificación consiste en el proceso de inversión de sentido mediante el cual pasa a
llamarse popular en el s. XIX la cultura producida industrialmente para el consumo
de masas. Esto es, en el momento histórico en que la cultura popular apunta a su
constitución en cultura de clase, esa misma cultura va a ser mirada desde dentro,
hecha imposible y transformada en cultura de masa.
2- De lo masivo a lo popular: para investigar en primer lugar la negación, esto es la
cultura de masa en cuanto negación de los conflictos a través de los cuales las
clases populares construyen su id. Investigación entonces de los dispositivos de
masificación: de despolitización y control, de desmovilización. Y en segundo lugar
la mediación, esto es las operaciones mediante las cuales lo masivo recupera y se
apoya sobre lo popular. Investigación entonces de la presencia en la cultura
masiva de códigos populares de percepción y reconocimiento, de elementos de su
memoria narrativa e iconográfica. Mirados desde ahí la repetición o el
esquematismo adquieren un sentido nada simplificador ni degradante porque nos
remiten y nos hablan de un modo de com. otro, sencillamente diferente al de la
cultura letrada3, y que es no sólo el de las masas campesinas sino el de las masas
urbanas que aprendieron a leer, pero no a "escribir.
- Los usos populares de lo masivo: que es aquella dirección en la que apuntan las
preguntas sobre qué hacen las clases populares con lo que ven, con lo que creen,
con lo que compran o lo que leen. Frente a las mediciones de audiencia y las
encuestas de mercado que se agotan en el análisis de la reacción, de la respuesta
al estímulo, y contra la ideología del consumo receptáculo y pasividad, se trata de
investigar la actividad que se ejerce en los usos que los diferentes grupos hacen de
lo que consumen, sus gramáticas de recepción, de decodificación. Porque si el
producto o la pauta de consumo son el punto de llegada de un proceso de
producción son también el punto de partida y la materia prima de otro proceso de
producción, silencioso y disperso, oculto en el proceso de utilización.
 Otro modo de narrar: Mirado desde la crítica culta el relato popular es reducido a su
"fórmula", a su agotamiento en el esquematismo, la repetición y la transparencia de
las convenciones. Del otro lado los estudiosos del folklore nos tienden otra trampa: la
del descubrimiento de lo primitivo y la pureza de las formas, lo popular como lo aún no
corrompido. Frente a esas 2 posiciones la pista que trabaja el autor surge de la
convergencia de dos propuestas muy distintas: la de un investigador de la cultura de
masa en los 50, R. Hoggart, quien estudiando la canción popular define las
convenciones como "lo que permite la relación de la experiencia con los arquetipos", y
la de M. Bajtin descubriendo en la fiesta popular todas las señas de un otro modo de
3
Cultura no letrada por oposición es aquella cultura donde sus relatos no están escritos.

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comunicación. Desde esa convergencia analizar relatos es estudiar procesos de com.
que no se agotan en los dispositivos tecnológicos porque remiten desde ahí mismo a la
economía del imaginario colectivo.

 Otro modo de leer: Plantearse la existencia de diferentes modos de leer choca hoy con
dificultades de base. Las mutaciones que han posibilitado el paso de la "vieja escuela"
a los modernos medios no han cuestionado en absoluto el postulado de la pasividad
del consumo. Una vez más la posibilidad de romper con la lógica de esa concepción
implica desplazarse del espacio teórico-político en que se origina. Ese desplazamiento
nos permite por el momento vislumbrar al menos 3 rasgos diferenciales de la lectura
popular:
- En primer lugar: lectura colectiva. Cuando los historiadores se han acercado al
hecho de la lectura popular resultan casi siempre desconcertados: ¿cómo es
posible hablar de lectores en las clases populares del s. XVIII o XIX si sólo una
minoría sabía leer? La pregunta expone claramente los prejuicios, confundir
lectura con escritura, y sobre todo pensar la lectura desde la imagen del individuo
encerrado con su libro, ignorando que, desde los testimonios de Don, y la
institución popular por antonomasia de las veladas en las culturas campesinas,
hasta los labriegos anarquistas que en la Andalucía. de mediados del XIX
compraban el periódico aun sin saber leer para que alguien se lo leyera a su
familia, la lectura en las clases populares ha sido siempre predominantemente
colectiva, esto es en voz alta y en la que la lectura tiene el ritmo que le marca el
grupo. En la que lo leído funciona como punto de partida, de reconocimiento y
puesta en marcha de la memoria colectiva que acaba reescribiendo el texto,
reinventándolo al utilizarlo para hablar y festejar otras cosas distintas a aquellas de
que hablaba, o de las mismas, pero en sentidos profundamente diferentes.
- En segundo lugar: lectura expresiva. Esto es una lectura que implica a los
lectores en cuanto sujetos que no tienen vergüenza de expresar las emociones
que suscita la lectura, su exaltación o su aburrimiento. Leer para los habitantes
de la cultura no letrada es escuchar, pero esa escucha es sonora. Para Adorno y los
demás de la Escuela de F. la verdadera lectura empieza allí donde termina el goce.
- En tercer lugar: lectura oblicua, desviada. Lectura cuya gramática es muchas veces
otra, diferente a la gramática de producción. Si la autonomía del texto es ilusoria
mirada desde las condiciones de producción lo es igualmente desde las
condiciones de lectura. Solo prejuicios de clase pueden negarles a los códigos
populares de percepción la capacidad de apropiarse de lo que leen
 Claves para re-conocer el melodrama: De los géneros pop. ningún otro ha cuajado en
AL tanto como el melodrama. Si el melodrama es un terreno especialmente apto para
estudiar el nacimiento y desarrollo de "lo masivo" ello sólo es cierto si el melodrama es
estudiado en su funcionamiento social, es decir en su obstinada persistencia, más allá
de la "desaparición" de sus condiciones de producción, en su capacidad de
transformación y adaptación a los diferentes formatos tecnológicos y en su eficacia
ideológica. Lo cual implica referir el lenguaje del melodrama y su historia a la de los
procesos culturales y los mov. sociales. Y para evitar el mecanicismo que aún acecha
no hay más remedio que plantearse el estudio de las mediaciones, ésas en las que los
procesos económicos dejan de ser algo exterior a los procesos simbólicos.

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1- Tiempo familiar e imaginario mercantil: La antropología apenas comienza a
despegar de los "primitivos" y a interesarse por las culturas pop. campesinas o
urbanas. Ello sucede al mismo tiempo que la sociología y la historia despegan
de los grandes hechos, de las abstracciones económicas y de lo
inmediatamente político, para comenzar a interesarse por el estudio del tejido
material y simbólico de la cotidianidad. La historia oral y de las mentalidades,
la sociología de la cultura y la antropología urbana empiezan a hacer posible
un acceso más plural y rico a las otras culturas, las subalternas, las dominadas,
al romper con ese etnocentrismo más duro y pertinaz que es el etnocentrismo
de clase. 2 investigaciones de ese tipo, una sobre las transformaciones
socioculturales de una aldea francesa a partir de los 50, y otra, sobre los
cambios en el estilo de las clases populares urbanas en la Inglaterra de esos
mismos años, nos permiten situar el papel de las relaciones familiares en las
culturas populares tradicionales y el sentido que toman los cambios que la
industrialización mercantil y la massmediación producen sobre esas relaciones.
El imaginario urbano vendrá a consagrar definitivamente esa separación
y ese repliegue: organización arquitectónica de los espacios y del hábitat en
particular, regulación de los patrones de ocio, hostigante presencia policial,
etc., todo viene a fragmentar las relaciones sociales y a reactivar una
imperiosa necesidad de intimidad, búsqueda compulsiva de la seguridad que
hace que la familia gire obsesivamente sobre la imagen del refugio y la
clausura. Y ello tanto en el escenario del domingo como en el de la rutina
diaria. El domingo urbano se ha transformado en el día de la máxima
privatización, de la “huida en familia", frente a lo que siempre fue el día de
fiestas en las culturas pop. y lo que sigue siendo aún en los pueblitos: el día de
la más fuerte socialización.
2- Melodrama: la memoria y su desactivación: Por paradójico que suene hoy el
melodrama es hijo de la rev. francesa: de la transformación de la canalla, del
populacho en pueblo, y de su escenografía. Es la entrada del pueblo en escena,
en su doble sentido. Las pasiones políticas y las terribles escenas vividas han
exaltado la imaginación y la sensibilidad del pueblo que al fin puede darse el
gusto de poner en escena sus fuertes emociones. Y para que ellas puedan
desplegarse el escenario se llenará de cárceles, de conspiraciones y de
ajusticiamientos, de desgracias inmensas sufridas por inocentes víctimas, y de
traidores que al fin pagarán caro sus traiciones. El melodrama puro, afirma P.
Brooks, no es más que "el drama del reconocimiento". De ahí que todas las
acciones y todas las pasiones alimenten y se nutran de una sola y misma lucha
contra las apariencias, contra los maleficios, contra todo lo que oculta y
disfraza, una lucha por hacerse reconocer.

GARCÍA CANCLINI : “CULTURAS HÍBRIDAS, PODERES OBLICUOS ”

 ¿Por qué Canclini habla de culturas hibridad? ¿Cuál es su visión del concepto de
cultura urbana? Canclini dice que les dio poco lugar a las culturas populares urbanas, a

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los cambios desencadenado por las migraciones, a los procesos simbólicos atípicos de
jóvenes disidentes, a las masas de desempleados y subempleados lo que se llama
mercados informales. Dice que no tiene sentido estudiar estos procesos
“desentendidos” bajo el aspecto de culturas populares. Es en esos escenarios donde
estallan casi todas las categorías y las parejas de oposiciones convencionales
(subalterna/hegemónica) (tradicional/moderna) empleados para hablar de lo popular.
Sus nuevas modalidades de organización de la cultura, de hibridación de las
tradiciones de clases, etnias y naciones, requieren otros instrumentos conceptuales.
¿cómo analizar las manifestaciones que no caben en lo culto a lo popular, que brotan
de sus cruces o en sus márgenes? Analiza la hibridación intercultural y los modos de
nombrarla. Discute la noción que aparece en las cs. sociales como sustituto de lo que
ya no puede entenderse bajos los rótulos de culto o popular: se usa la fórmula cultura
urbana para tratar de obtener las fuerzas dispersas de la modernidad. Usa 3 procesos
claves para explicar la hibridación: la quiebra y mezcla de las colecciones que
organizaban los sist. culturales, la desterritorilización de los procesos simbólicos y la
expansión de grandes impuros. Y analiza las articulaciones modernas y posmodernas,
cultura y poder.
 ¿Cuáles son las modificaciones ocurridas últimamente en el espacio público? ¿Qué
transformaciones en la política de los usos de la ciudad y de los medios implica? ¿Por
qué habla de usos modernos y posmodernos? Percibir que las transformaciones
culturales generadas por las últimas tecnologías y los cambios en la producción y
circulación simbólica no eran responsabilidad exclusiva e los medios comunicacionales,
indujo a buscar nociones mas abarcadoras. Como los nuevos procesos estaban
asociados al crecimiento urbano se pensó que la ciudad podía convertirse en la unidad
que diera coherencia y consistencia analítica a los estudios. La expansión urbana es sin
dudas un de las causas que intensificaron la hibridación cultural. Hemos pasado de soc.
dispersas en miles de comunidades campesinas con cultura tradicionales, locales y
homogéneas, poco comunicadas con el resto de cada nación hacia una trama urbana,
más heterogénea, con constante interacción de lo local con redes nacionales y
transnacionales de com. Se acusó a las grandes ciudades de engendrar anonimato, se
imaginó que los barrios producen solidaridad, los suburbios crímenes y que los
espacios verdes relajan. “La soc. urbana no se opone tajante al mundo rural” (Castells).
Vivir en una gran ciudad no implica disolverse en lo masivo y anónimo. La violencia y la
inseguridad pública, la inabarcabilidad de todos, la ciudad lleva a buscar en la
intimidad doméstica, en encuentros confiables, formas selectivas de socialidad. Los
grupos populares salen poco de sus espacios, los sectores medios y altos multiplican
las rejas, cierran y privatizan calles del barrio. A todos la radio y la tv o la computadora,
les alcanzan la info. y el entretenimiento. Habitar las ciudades se ha vuelto aislar el
espacio propio. Hoy hay cambios en la escenificación de la política: se refiere a la
mezcla de burocratización y massmediatización. Las masas fueron siendo subordinadas
en muchos casos a cúpulas burocráticas. El uso masivo de la ciudad para la
teatralización política se reduce a las medidas económicas y los pedidos de
colaboración al pueblo. La pérdida del sentido de la ciudad está en relación directa con
las dificultades de los partidos políticos y sindicatos para convocar a tareas colectivas,
no rentadas o de dudosa ganancia económica. La movilización social al igual que la
ciudad se fragmenta en procesos cada vez más difíciles de totalizar. La eficacia de estos
mov. depende, a su vez, de la reorganización del espacio público. Sus acciones sociales
de baja resonancia cuando usan formas tradicionales de comunicaciones. El poder de

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estos mov. se sitúa en redes masivas o si interfieren el funcionamiento habitual de la
ciudad. Entonces, a veces, el sentido de lo urbano se restituye y lo masivo deja de ser
un sist. vertical de difusión para convertirse en expresión simplificada poderes locales,
complementación de los fragmentos. Las id. colectivas encuentran cada vez menos en
la ciudad y en su historia su escenario constitutivo. Como la info. nos llega por los
medios, éstos se vuelven los dominantes del sentido público de la ciudad. Pero los
medios también ayudan a superar la fragmentación, ya que nos informan sobre las
experiencias comunes de la vida urbana, establecen redes de com. y hacen posible
aprehender el sentido social colectivo de lo que ocurre en la ciudad. La cultura urbana
es reestructurada al ceder el protagonismo del espacio público a las tecnologías
electrónicas. Al “pasar” casi todo en la ciudad, gracias a que los medios lo dicen, se
acentúa la mediatización social, el peso de las escenificaciones.
Siempre se corre riesgo de reincidir en las perspectiva histórica lineal, más al sugerir que
las tecnologías comunicativas sustituyen la herencia del pasado y las interacciones
públicas. Por eso, hay que tener en cuenta los usos modernos y posmodernos de la
historia, para ello toma los monumentos. ¿qué sentido conversan o renuevan en medios
de las transformaciones de la ciudad, en competencia con la publicidad, los grafftis de hoy
en día? Hubo una época en que los monumentos eran escenarios legitimadores de lo culto
tradicional. Éstos a menudo contienen varios estilos y referencias a diversos periodos
históricos y artísticos. Otra hibridación se agrega luego al interactuar con el crecimiento
urbano, la publicidad y los graffitis. El desarrollo moderno intentó distribuir los objetos y
los signos en lugar específicos: las mercancías de uso actual en las tiendas, en los objetos
del pasado en museos de historia y los mensajes que emiten los mercados, los museos y
que indican como usarlas, circulan por las escuelas y los media. Ser culto en una sociedad
moderna consiste en saber distinguir entre lo que se compra para usar, lo que se
rememora y lo que se goza simbólicamente; pero en la vida urbana trasgrede a cada
momento eso en el movimiento de la ciudad. Los intereses mercantiles se cruzan con los
históricos, los estéticos y los comunicacionales.
 ¿Qué papel cumplieron las colecciones en la modernidad? Esa dificultad para abarcar
lo que antes totalizábamos bajo la fórmula “cultura urbana”, popular y masiva, plantea
el problema de si la organización de la cultura puede ser explicada por referencia a
colecciones de bienes simbólicos. También la desarticulación de lo urbano pone en
duda que los sist. culturales encuentren su clave en las relaciones de la población con
cierto tipo de territorio y de historia que prefigurarían los comportamientos de cada
grupo. Por ello hay que trabajar los procesos de descoleccionamiento y
desterritorialización. La formación de colecciones especializadas en arte, culto y
folclore fue en la Europa moderna y más tarde en AL. Un dispositivo para ordenar los
bienes simbólicos en grupos separados y jerarquizados. A quienes eran cultos les
pertenecían cierto tipo de cuadros, músicas y libros, aunque no los tuvieran en sus
casas. Conocer su orden ya era una forma de poseerlos.
La historia del arte y la literatura se formó sobre la base de colecciones que alejaban los
museos y bibliotecas cuando estos edificios guardaban colecciones. Hoy es distinto. Hoy hay
una pérdida del orden que conectaba estos objetos con la historia de los saberes haciendo
sentir que la manía de coleccionar ya no es de nuestro tiempo. Lo mismo pasa con el folclore,
nacido del coleccionismo. Hoy en la calle se entremezclan estilos de varias épocas.
Proliferan los dispositivos de reproducción que no se definen como cultos ni populares. En
ellos se pierden las colecciones, se desestructuran las imágenes y los contextos, las referencias
históricas que amarraban sus sentidos.

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 ¿Qué quiere decir desterritorialización y reterritorialización? Dos procesos: la pérdida
de la relación “natural” de la cultura con los territorios geográficos y sociales y, al
mismo tiempo, ciertas relocalizaciones territoriales relativas, parciales, de las viejas y
nuevas producciones simbólicas. Para analizar esas transformaciones de la cultura
contemporánea analiza primero la transnacionalización de los mercados simbólicos y
las migraciones.
1- La teoría de la dependencia, los estudios sobre el imperialismo económico y cultural ya
no son un modelo suficiente para entender las actuales relaciones de poder. No
explica el funcionamiento planetario de un sist. industrial, tecnológico, financiero,
cultural, cuya sede no está en una sola nación, sino en una densa red de estructuras
económicas e ideológicas. Tampoco da cuenta de la necesidad de las naciones
metropolitanas de flexibilizar sus fronteras e integrar sus economías, sist. educativos,
tecnológicos y culturales. La asimetría entre el primer y el tercer mundo se vuelve más
compleja por ciertos nuevos procesos. La descentralización de las empresas, la
simultaneidad planetaria de la info. y la adecuación de ciertos saberes e imágenes a los
conocimientos y hábitos de cada pueblo. La descolonización de los productos
simbólicos por la electrónica, el uso de satélites y computadoras en la difusión cultural,
también impiden seguir viviendo los enfrentamientos de los países periféricos como
combates frontales con naciones geográficamente diferentes. Esas oposiciones se
vuelven aún menos verosímiles en los 80 y 90 cuando varios países dependientes
registran un ascenso notable de sus exportaciones culturales.
2- Las migraciones multidireccionales son otro factor que relativiza el paradigma binario y
polar en el análisis de relaciones interculturales. La internacionalización
latinoamericana se acentúa en las últimas décadas cuando las migraciones no abarcan
solo a escritores, artistitas, sino a pobladores de todos los estratos. La reflexión más
innovadora sobre la desterritorialización se está desplegando en la principal área de
migraciones del continente, la frontera de México y EE. UU. De ambos lados de esa
frontera, los mov. interculturales muestran su rostro dolorosa: el subempleo y el
desarraigo de campesinos e indígenas que deberían salir de sus tierras para sobrevivir.
¿Cuál es la relación respecto a las nociones de comunidad y la relación centro-
periferia? Dos nociones convencionales de la teoría social caen ante estas economías
cruzadas, sist. de significados que se intersectan y personalidades fragmentadas. Una
es la de “comunidad”, empleada tanto para poblaciones campesinas aisladas como
para expresar la cohesión abstracta de un Estado nacional compacto en ambos casos
definibles por su relación con un territorio específico. La segunda imagen es la que
opone centro y periferia, también expresión, expresión abstracta de un sist. imperial
idealizado en el que las gradaciones de poder y riqueza estarían distribuidas
concéntricamente, la mayor en el centro y una disminución creciente a medida que
nos movemos hacia zonas circundantes. El mundo funciona cada vez menos de ese
modo, necesitamos una cartografía alternativa del espacio social, basada más bien
sobre las nociones de circuito y frontera. Ese reordenamiento no afecta solo a los
marginales. El proceso de reterritorialización, los mismos que elogian a la ciudad por
ser abierta y cosmopolita quiera fijar signos de identificación, rituales que los
diferencian de los que están de paso, turistas o antropólogos.
3- Para Canclini ¿cómo se traduce el descentramiento y la dispersión en la actividad
política? ¿cómo juega la diferencia entre acción y actuación en la articulación entre
cultura y política? ¿En qué reside la novedad de la descolección, la desterritorialización
y la hibridez posmoderna? En que las prácticas artísticas carecen ahora de paradigmas

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constantes. Los artistas y escritores modernos innovaban, alteraban los modelos o los
sustituían por otros, pero teniendo referentes de legitimidad siempre. El
posmodernismo no es un estilo, sino la copresencia tumultuosa de todos, el lugar
donde las capacidades de la historia del arte y el folclore se cruzan entre sí y con las
nuevas tecnologías culturales. En el mercado político los bienes ideológicos que se
intercambian las posiciones desde las cuales se las apropia y defiende, se parecen cada
vez más en todos los países. Los antiguos perfiles nacionales, estados de las fuerzas
políticas se han ido diluyendo en alineamientos generados por desafíos comunes y por
las “salidas” propuestas por las grandes corrientes internacionales
neoconservadurismo, socialdemocracia. La cultura visual y política posmodernas son
testimonios de la discontinuidad del mundo y de los sujetos, la copresencia de
variaciones que el mercado auspicia para renovar las ventas y que las tendencias
políticas ensayan.
El graffiti y la historieta son géneros constitucionalmente híbridos. Son prácticas que desde
su nacimiento se desentendieron del concepto de colección patrimonial. El graffiti es una
escritura territorial de la ciudad, afirma la presencia y hasta la posesión sobre un barrio.
Pero desestructura las colecciones de bienes materiales y simbólicos. La historieta son un
componente central de la cultura contemporánea con una alianza entre la cultura irónica y
la literaria. Combina tiempo e imágenes en un relato de cuadros discontinuos. Con esas
transformaciones posmodernas del mercado simbólico y de la cultura cotidiana. Se
entiende porque fracasan ciertos modos de hacer política basadas en 2 principios de la
modernidad: la autonomía de los procesos simbólicos, la renovación democrática de lo
culto y lo popular. Puede ayudarnos a explicar también el éxito generalizado de las
políticas neoconservadoras y la falta de alternativas socializantes o más democráticas
adecuadas al grado de desarrollo tecnológico y la complejidad de la crisis social. Además
de las ventajas económicas de los grupos neoconservadores, su acción se facilita por haber
captado mejor el sentido sociocultural de las nuevas estructuras de poder. Entonces algo
se vuelve clave: la reorganización cultural del poder. Se trata de analizar qué
consecuencias políticas tiene que pasar de una concepción vertical y bipolar a otra
descentrada, multideterminada, de las relaciones sociopolíticas.
El incremento de procesos de hibridación vuelve evidente que captamos muy poco del
poder si solo registramos los enfrentamientos y las acciones verticales. El poder no
funcionaria si se ejerciera únicamente de burgueses a proletarios, de blancos a indígenas,
de padres a hijos, de los medios a los receptores. Porque todas estas relaciones se
entretejen unas con otras, cada una logra una eficacia que nunca se la alcanzaría.

GARCÍA CANCLINI : “EL CONSUMO SIRVE PARA PENSAR”

Una zona propicia para comprobar que el sentido común no coincide con el "buen sentido" es
el consumo. En el lenguaje ordinario, consumir suele asociarse a gastos inútiles y compulsiones
irracionales. Esta descalificación moral e intelectual se apoya en otros lugares comunes acerca
de la omnipotencia de los medios masivos, que incitarían a las masas a avorazarse
irreflexivamente sobre los bienes.

50
Tenemos teorías económicas, sociológicas, psicoanalíticas, psicosociales y antropológicas
sobre lo que ocurre cuando consumimos; hay teorías literarias sobre la recepción y teorías
estéticas acerca de la fortuna crítica de las obras artísticas. Pero no existe una teoría
sociocultural del consumo. Trataré de reunir en estas notas las principales líneas de
interpretación y señalar posibles puntos de confluencia con el propósito de participar en una
conceptualización global del consumo, en la que puedan incluirse los procesos de com. y
recepción de bienes simbólicos. Propongo partir de una definición: el consumo es el conjunto
de procesos socioculturales en que se realizan la apropiación y los usos de los productos. Esta
caracterización ayuda a ver los actos a través de los cuales consumimos como algo
más que ejercicios de gustos, antojos y compras irreflexivas, según suponen los juicios
moralistas, o actitudes individuales, tal como suelen explorarse en encuestas de
mercado. En la perspectiva de esta definición, el consumo es comprendido, ante todo, por
su racionalidad económica. Estudios de diversas corrientes consideran el consumo
como un momento del ciclo de producción y reproducción social: es el lugar en el que
se completa el proceso iniciado al generar productos, donde se realiza la expansión del
capital y se reproduce la fuerza de trabajo. Desde tal enfoque, no son las necesidades
o los gustos individuales los que determinan qué, cómo y quiénes consumen. Depende
de las grandes estructuras de administración del capital el modo en que se planifica la
distribución de los bienes. La única racionalidad que modela el consumo no es la de tipo
macrosocial que deciden los grandes agentes económicos. Consumir es participar en un
escenario de disputas por aquello que la sociedad produce y por las maneras de usarlo. La
importancia que las demandas por el aumento del consumo y por el salario indirecto
adquieren en los conflictos sindicales, así como la reflexión crítica desarrollada por las
agrupaciones de consumidores, son evidencias de cómo se piensa en el consumo desde las
capas populares.
Algunas corrientes de pensamiento posmoderno han llamado la atención acerca de la
diseminación del sentido, la dispersión de los signos y la dificultad de establecer códigos
estables y compartidos. Los escenarios del consumo son invocados por los autores
posmodernos como lugares donde se manifiesta con mayor evidencia la crisis de la
racionalidad moderna y sus efectos sobre algunos principios que habían regido el desarrollo
cultural. El consumo no es algo "privado, atomizado y pasivo", sostiene Appadurai, sino
"eminentemente social, correlativo y activo", subordinado a un cierto control político de las
élites. Los gustos de los sectores hegemónicos tienen esta función de "embudo", desde los
cuales se van seleccionando las ofertas externas y suministrando modelos político-culturales
para administrar las tensiones entre lo propio y lo lejano.
Si el consumo se ha vuelto un lugar donde con frecuencia resulta difícil pensar es por su
entrega al juego pretendidamente libre, o sea feroz, entre las fuerzas del mercado. Para que el
consumo pueda articularse con un ejercicio reflexivo de la ciudadanía deben reunirse, al
menos, estos requisitos: a) Una oferta vasta y diversificada de bienes y mensajes
representativos de la variedad internacional de los mercados, de acceso fácil y equitativo para
las mayorías; b) información multidireccional y confiable acerca de la calidad de los productos,
con control efectivamente ejercido por parte de los consumidores y capacidad de refutar las
pretensiones y seducciones de la propaganda; c) participación democrática de los principales
sectores de la sociedad civil en las decisiones del orden material, simbólico, jurídico y político
donde se organizan los consumos: desde la habilitación sanitaria de los alimentos hasta las
concesiones de frecuencias radiales y televisivas, desde el juzgamiento de los especuladores
que ocultan productos de primera necesidad hasta los que administran informaciones clave

51
para tomar decisiones. Estas acciones políticas, en las que los consumidores ascienden a
ciudadanos, implican una concepción del mercado no como simple lugar de intercambio de
mercancías sino como parte de interacciones socioculturales más complejas. Del mismo modo,
el consumo es visto no como la mera posesión individual de objetos aislados sino como la
apropiación colectiva, en relaciones de solidaridad y distinción con otros, de bienes que dan
satisfacciones biológicas y simbólicas, que sirven para enviar y recibir mensajes. Las teorías del
consumo muestran, al tomarlas complementariamente, que el valor mercantil no es algo
contenido "naturalistamente" en los objetos, sino resultante de las interacciones
socioculturales en que los hombres los usan. El carácter abstracto de los intercambios
mercantiles, acentuado ahora por la distancia espacial y tecnológica entre productores y
consumidores, llevó a creer en la autonomía de las mercancías y el carácter inexorable, ajeno a
los objetos, de las leyes objetivas que regularían los vínculos entre ofertas y demandas.

GARCÍA CANCLINI : “CONSUMIDORES Y CIUDADANOS - INTRODUCCIÓN ”

Este libro trata de entender cómo los cambios en la manera de consumir han alterado las
posibilidades y las formas de ser ciudadano. Siempre al ejercicio de la ciudadanía estuvo
asociado a la capacidad de apropiarse de los bienes y a los modos de usarlos, pero se suponía
que esas diferencias estaban niveladas por la igualdad en derechos abstractos que se
concretaban al votar, al sentirse representado por un partido político o un sindicato. Junto con
la descomposición de la política y el descreimiento en sus instituciones, otros modos de
participación ganan fuerza. En un tiempo en el que las campañas electorales se trasladan de
las reuniones a la tv, de las polémicas doctrinarias a la confrontación de imágenes y de la
persuasión ideológica a las encuestas de marketing, es coherente que nos sintamos
convocados como consumidores aun cuando se nos interpele como ciudadanos.
- Lo propio y lo ajeno: una oposición que se desdibuja: Se puede percibir la
radicalidad de estos cambios examinando el modo en que ciertas frases del
sentido común fueron variando su significado hasta perderlo. Las luchas
generacionales acerca de lo necesario y lo deseable muestran otro modo de
establecer las id. y construir lo que nos distingue. Nos vamos alejando de la época
en que las id. se definían por esencias ahistóricas: ahora se configuran más bien en
el consumo, dependen de lo que uno posee o es capaz de llegar a apropiarse. Las
transformaciones constantes en las tecnologías de producción, en el diseño de los
objetos, en la comunicación más extensiva e intensiva entre soc. vuelven
inestables las id. fijadas en repertorios de bienes exclusivos de una comunidad
étnica o nacional. Esa versión política del estar contento con lo que se tiene que
fue el nacionalismo de los 60 y 70, es vista hoy como el último esfuerzo de las
élites desarrollistas, las clases medias y algunos mov. populares por contener
dentro de las tambaleantes fronteras nacionales la explosión globalizada de las id.
y de los bienes de consumo que las diferenciaban.
Lo que diferencia a la internacionalización de la globalización es que en el tiempo de
internacionalización de las culturas nacionales se podía no estar contento con lo que se tenía y
buscarlo en otra parte. La internacionalización fue una apertura de las fronteras geográficas
de cada soc. para incorporar bienes materiales y simbólicos de las demás. La globalización
supone una interacción funcional de actividades económicas y culturales dispersas, bienes y

52
servicios generados por un sistema con muchos centros, en el que importa más la velocidad
para recorrer el mundo que las posiciones geográficas desde las cuales se actúa.
- Qué duda cabe: Al mismo tiempo que admitimos como una tendencia irreversible
la globalización, queremos participar con este libro en 2 mov. actuales de
sospecha: los que desconfían de que lo global se presente como sustituto de lo
local, y de que el modo neoliberal de globalizarnos sea el único posible. Si
consideramos las maneras diversas en que la globalización incorpora a distintas
naciones, y a distintos sectores dentro de cada nación, su trato con las culturas
locales y regionales no puede ser pensado como si sólo buscara homogeneizarlas.
Responder a esta pregunta requiere, evidentemente, profundizar el debate económico sobre
las contradicciones del modelo neoliberal. Pero también hay que examinar lo que la
globalización, el mercado y el consumo tienen de cultura. Nada de esto existe, o se transforma,
sino porque los hombres nos relacionamos y construimos significados en soc. Aunque parezca
trivial evocar este principio, demasiado a menudo los problemas del consumo y el mercado se
plantean sólo como asuntos de eficiencia comercial, y la globalización como la manera de
llegar rápido a más ventas. Son interpretaciones posibles de por qué los hombres vivimos
juntos si se mira todo desde los negocios y la publicidad. Hasta hace pocos años se pensaba
como alternativa la mirada política. El mercado desacreditó esta actividad de una manera
curiosa: no sólo luchando contra ella, exhibiéndose más eficaz para organizar las soc., sino
también devorándola, sometiendo la política a las reglas del comercio y la publicidad, del
espectáculo y la corrupción. Es necesario, entonces, ir hacia el núcleo de lo que en la política es
relación social: el ejercicio de la ciudadanía. Y sin desvincular esta práctica de las actividades a
través de las cuales sentimos que pertenecemos, que formamos parte de redes sociales, en
esta época globalizada, o sea ocupándonos del consumo. También en AL la experiencia de los
mov. sociales está llevando a redefinir lo que se entiende por ciudadano, no sólo en relación
con los derechos a la igualdad sino también con los derechos a la diferencia. Esto implica una
desustancialización del concepto de ciudadanía manejado por los juristas: más que como
valores abstractos, los derechos importan como algo que se construye y cambia en relación
con prácticas y discursos. La ciudadanía y los derechos no hablan únicamente de la estructura
formal de una soc.; además, indican el estado de la lucha por el reconocimiento de los otros
como sujetos de "intereses válidos, valores pertinentes y demandas legítimas". Se concibe a
los derechos como expresión de un orden estatal y como "una gramática civil".
- La nueva escena sociocultural: Podemos sintetizar en 5 procesos las
modificaciones socioculturales que están ocurriendo en todos estos campos:
1- Un redimensionamiento de las instituciones y los circuitos de ejercicio de lo público: pérdida
de peso de los organismos locales y nacionales en beneficio de los conglomerados
empresariales de alcance transnacional.
2- La reformulación de los patrones de asentamiento y convivencia urbanos: del barrio a los
condominios, de las interacciones próximas a la diseminación policéntrica de la mancha
urbana, sobre todo en las grandes ciudades, donde las actividades básicas se realizan a
menudo lejos del lugar de residencia y donde el tiempo empleado para desplazarse por lugares
desconocidos de la ciudad reduce el disponible para habitar el propio.
3- La reelaboración de "lo propio", debido al predominio de los bienes y mensajes procedentes
de una economía y una cultura globalizadas sobre los generados en la ciudad y la nación a las
cuales se pertenece.
4- La consiguiente redefinición del sentido de pertenencia e id., organizado cada vez menos
por lealtades locales o nacionales y más por la participación en comunidades transnacionales o
desterritorializadas de consumidores.

53
5-El pasaje del ciudadano como representante de una opinión pública al ciudadano como
consumidor interesado en disfrutar de una cierta calidad de vida.
- Del pueblo a la soc. civil: Estudiar la reestructuración de los vínculos entre
consumo y ciudadanía es un modo de explorar salidas del laberinto en que nos ha
dejado la crisis de "lo popular". Todavía se escucha en manifestaciones políticas de
ciudades latinas: "Si éste no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?" Esa fórmula
resultaba verosímil en los 70 cuando las dictaduras militares suprimieron los
partidos, sindicatos y mov. estudiantiles. La dificultad para seguir hablando en
nombre de lo popular ha llevado, más que a un cuestionamiento radical del
discurso y de las políticas de representación, a sustituir ese término por el de soc.
civil. La fórmula "soc. civil" tiene la ventaja, a veces, de diferenciar a sus "voceros"
del Estado, pero la variedad de sus representantes, el carácter a menudo
antagónico de sus reclamos y la adhesión casi siempre minoritaria que los sustenta
reproduce los problemas que había dejado irresueltos la conceptualización de lo
popular. Así como "lo popular" se fue volviendo inaprehensible por la multiplicidad
de puestas en escena con que el folclor, las ind. culturales y el populismo político
lo representan, hoy se usa soc. civil para legitimar las más heterogéneas
manifestaciones de grupos, ongs, empresas privadas y aun individuos.
Soc. civil: al leer cómo se habla de ella, es posible imaginarla como "una señora que entiende
muy bien las cosas sabe lo que quiere y lo que tiene que hacer, es buena, buena, y, desde
luego, la única adversaria posible de la perversidad estatal. Es tan virtuosa y tiene tanta
seguridad en sí misma, que da miedo". La soc. civil, nueva fuente de certezas en este tiempo
de incertidumbres parece otro concepto totalizador destinado a negar el heterogéneo y
desintegrado conjunto de voces que circulan por las naciones.
La aproximación de la ciudadanía, la com. masiva y el consumo tiene, entre otros fines,
reconocer estos nuevos escenarios de constitución de lo público y mostrar que para vivir en
soc. democráticas es indispensable aceptar que el mercado de opiniones ciudadanas incluye
tanta variedad y disonancia como el mercado de la ropa y los entretenimientos.
- La reinvención de las políticas: Si reconocemos este desplazamiento de los
escenarios donde se ejerce la ciudadanía y esta reestructuración del peso de lo
local, lo nacional y lo global, algo tendrá que pasarle a la forma en que las políticas
representan las id. Deberá surgir otro modo cultural de hacer política, y otro tipo
de políticas culturales. El proceso que comenzamos a describir como globalización
puede resumirse como el pasaje de las id. modernas a otras que podríamos
nombrar, aunque el término sea cada vez más incómodo, como posmodernas. Las
id. modernas eran territoriales y casi siempre monolingüística. En cambio, las
identidades posmodernas son transterritoriales y multilingüísticas. Se estructuran
menos desde la lógica de los Estados que de los mercados; en vez de basarse en
las com. orales y escritas que cubrían espacios personalizados y se efectuaban a
través de interacciones próximas, operan mediante la producción ind. de cultura,
su com. tecnológica y el consumo diferido y segmentado de los bienes.
El análisis empírico de estos procesos permite distinguir 4 circuitos socioculturales, en los que
la transnacionalización y las integraciones regionales operan de modos diferentes:
• El histórico-territorial, o sea el conjunto de saberes, hábitos y experiencias organizado a lo
largo de varias épocas en relación con territorios étnicos, regionales y nacionales, y que se
manifiesta sobre todo en el patrimonio histórico y la cultura popular tradicional.
• El de la cultura de élites, constituido por la producción simbólica escrita y visual.
Históricamente, este sector forma parte del patrimonio en el que se define y elabora lo propio

54
de cada nación, pero conviene diferenciarlo del circuito anterior porque abarca las obras
representativas de las clases altas y medias con mayor nivel educativo, porque no es conocido
ni apropiado por el conjunto de cada soc. y en los últimos decenios se ha integrado a los
mercados y procedimientos de valoración internacionales.
• El de la com. masiva, dedicado a los grandes espectáculos de entretenimiento.
• El de los sist. restringidos de info. y com. destinados a quienes toman decisiones.

SCHMUCLER : “INVESTIGACIÓN (1996): LO QUE VA DE AYER A HOY”

Cuando se observa el mapa actual de las investigaciones sobre com. en AL y se lo compara con
el inventario ofrecido hace apenas 7 años, es difícil evitar la sensación de que un desanimado
viento de obviedad y resignado conformismo recorre el continente. En AL se entrecruzan el
logos y el drama. La convicción de que se podía ofrecer resistencia a aquello que estaba
impuesto seguramente influyó para que se ignoraran durante largo tiempo términos como
“posibilismo”.
- El gran salto: de la política al mercado: Buena parte de la investigación en com. en
AL un día descubrió que había un camino despojado de ideologías atenzantes. El
mercado estaba allí, despojado de los atavíos diabólicos con el que las ideologías
lo habían arropado, para mostrarse como era, un lugar común para todos. Bajo el
signo de la globalización se abrieron paso 2 conceptos que se entrelazan y, en su
conjunción, adquieren resonancias premodernas: aldea y mercado. El punto de
encuentro es la inmediatez con la que circula la info. La idea de mercado invita al
goce y a la libertad sin trasgredir reglas.
- El poder de los consumidores: Junto con la creencia en la condición salvífica del
mercado, una parte considerable de la investigación en com. en AL descubrió que
el receptor posee un poder antes insospechado para la crítica cultura:
resemantiza, recicla, reacomoda, rechaza; ejerce el zapping, se reapropia de los
objetos ofrecidos por otros.
- La soberanía del público receptor: Si el mercado es el espacio de libertad donde
pueden expresarse las voluntades individuales, si el consumidor se transforma en
el nuevo modo de ser ciudadanos, es explicable que al “público” se le otorgue
autonomía frente a las condiciones de producción de los valores simbólicos que lo
conforman y se considera al “receptor” ejerciendo una soberanía no condicionada
por el lugar sociocultural que ocupa.

UNIDAD 3

MATA : “ DE LA CULTURA MASIVA A LA CULTURA MEDIÁTICA ”

 La aparición de la noción de cultura mediática o de las equivalentes y/o contiguas


nociones de mediatización de la cultura o soc. mediatizadas en textos de diverso carácter
disciplinario tuvo la pretensión, o al menos sembró la ilusión de proveer un nuevo principio

55
de comprensión acerca de los fenómenos de producción colectiva de significados en las soc.
actuales, calificadas al mismo tiempo como post-industriales. Esa pretensión o ilusión habló,
consecuentemente, de la insuficiencia de anteriores categorías para dar cuenta de tales
fenómenos. En particular, aludió a la insuficiencia de la noción “cultura masiva” o “cultura de
masas”, bajo cuyo genérico campo se habían analizado los intercambios de productos
culturales elaborados de manera industrial y destinados a grandes masas de la población. En
otras palabras, si la noción de cultura masiva ya no alcanzaba era porque ella fue entendida
básicamente como un conjunto de objetos, producidos para las masas y consumidos por ellas.
Podemos reconocer la centralidad que fueron adquiriendo los medios masivos de com. en
la vida cotidiana como fuentes de info. y entretenimiento, como fuentes de la construcción de
imaginarios colectivos entendidos como espacios identitarios nacionales, epocales,
generacionales. Los medios alcanzaban donde la interacción personal y la influencia
institucional no llegaban. Y no aludimos sólo a la dimensión espacial sino al terreno del poder
hacer. Los medios se hacían cargo de una serie de tareas confinadas con anterioridad a una
diversidad de instituciones y modos de vinculación personalizados, los completaban y
complementaban, conflictiva o congruentemente. Los análisis más agudos acerca de la cultura
masiva fueron permitiendo constatar que ese “hacerse cargo” no podía ser asumido de
manera instrumental, desconociendo la capacidad configuradora de las tecnologías y los
lenguajes. Superando justamente ese tipo de visiones que redujeron los canales a instancias
transportadoras de significados, fue posible pensar la cultura articulada en torno a medios y
tecnologías como una nueva matriz para la producción simbólica dotada de un estatuto propio
y complejo en tanto fundía anteriores modos de interacción con nuevas formas expresivas,
anteriores circuitos de producción con nuevas estrategias discursivas y de recepción. En ese
sentido, lo masivo se imponía como forma cultural dominante. Un dominio fundado
básicamente en datos cuantitativos vinculados a la esfera del consumo o a la esfera de la
producción, y en la fuerza que adquiría la realidad construida desde los medios como agenda
pública y espacio de legitimación de nociones. De todos modos, lo predominante en el campo
de los estudios sociológicos fue considerar que esa forma cultural se vinculaba con el conjunto
de lo social a través de relaciones de funcionalidad - Rositi plantearía la necesidad de
establecer “cuánta realidad social son capaces de comprender y organizar los discursos que
entienden la cultura de masas como fuente y reflejo de modelos reales de comportamiento”.
 “Las soc. preindustriales son soc. en vías de mediatización, es decir, soc. en que las
prácticas sociales se transforman por el hecho de que hay medios… Una soc. en vías de
mediatización […] no por eso es una soc. dominada por una sola forma estructurante,
lo cual explicaría la totalidad de su funcionamiento. La mediatización opera a través de
diversos mecanismos según los sectores de la práctica social que interese y produce,
en cada sector, distintas consecuencias”. Con esa noción Verón nos coloca en un
escenario temporalmente nuevo: el del tiempo de lo post: tiempo que habla en ciertos
casos de superación o en otros, como constituirían los términos “modernidad
reciente” o “sobremodernidad” de realización plena de lo que en ciernes estaba en el
proyecto mismo de la modernidad. Pero la cultura mediática no se concibe sólo como
un estadio más avanzado en el intercambio de productos culturales: un estadio en el
que se han incrementado las tecnologías e instituciones destinadas a la producción de
mensajes y en el que se ha incrementado el uso y consumo de esas tecnologías y
medios. Constituiría, en cambio, un nuevo modo en el diseño de las interacciones, una
nueva forma de estructuración de las prácticas sociales, marcada por la existencia de
los medios.

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 Es evidente que con la noción de mediatización de las soc. -y de la cultura mediática-
se hace referencia a una alteración sustantiva que producirían las tecnologías y medios
de producción y distribución de info. en 2 órdenes que, convergentes, no pueden
confundirse; el de las prácticas sociales y el de su representación.

FORD: “DE LA ALDEA GLOBAL AL CONVENTILLO GLOBAL”

 Metáforas, hipótesis, incertidumbres: No hay duda de que una de las interpretaciones


fuertes se sigue dando a la metáfora de McLuhan “aldea global” implica un concepto
de aldea perteneciente a una cultura orgánica, sistémica, homogénea, homeostática.
Una aldea pensada por las necesidades victorianas o por la antropología funcionalista.
Aparte de que las aldeas, las village, los pueblos, no son ni fueron siempre tan
orgánicas, Ford opina que esta metáfora pone el énfasis en la homogeneización, no
nos explica cómo se están produciendo los procesos de transnacionalización, de
globalización, que hoy nos afectan sus diversificaciones, fragmentaciones y conflictos
socioculturales. Cómo, en realidad, no hay una transnacionalización sino muchas y
muy variadas. De ahí que junto a los procesos de globalización y mundialización se den
también procesos de fuerte “localización”, territorial y simbólica, de coloquialización y
hasta babelización, de avances en la heterogeneización o fragmentación cultural. Estos
2 términos no den ser confundidos, porque uno indica el crecimiento de minorías con
patrones e identificaciones específicas, y el otro, la pérdida o confusión de patrones
culturales. O su reciclaje. Ford se detiene en la metáfora de ‘aldea global’, porque no
es inocente y porque las metáforas muchas veces ordenan, fijan, naturalizan y
bloquean. Toda metáfora implica la búsqueda de un modelo de otro lado, en otra
serie, una conexión isomórfica que nos permita explicarnos, ordenar el sentido frente
a algo que nos resulta nuevo, inexplicable, o por lo menos no fácilmente formalizable.
El rol de la metáfora en la intervención y la hipótesis es fuerte. Las metáforas nos
permiten conjeturar y generar leyes y explicaciones y también diseñar el itinerario de
nuestras preguntas. Son las salidas del punto ciego.
 Historia de una contrametáfora: La idea del “conventillo global” es más un ejercicio
que una propuesta. Donde la palabra conventillo se podría remplazar por muchas
otras. Se originó en un hecho y en un texto.
- El hecho: antenas caseras: Las clases pop. se ingeniaban para pescar el satélite
robando cable, sin tocarlo. Y ciertamente lo conseguían. Ford pensó que la
hipótesis que se había trabajado por años de que con el cable se iban a dividir
socioeconómicamente los consumidores culturales e informacionales era
mecanicista, lineal, que no contemplaba las enormes posibilidades, muchas veces
aleatorias, que se pueden dar en los procesos culturales. Era cruzada ahora por
otros fenómenos no tenidos en cuenta al elaborar la hipótesis, como lo puede ser
cualquier otra que intente elabora prospectivas. Asimismo, pensó que comenzaba
a aparecer en las clases pop. la necesidad de engancharse con las culturas de otros
países, “transnacionalizarse”, aunque la primera motivación de este proceso fuese
en muchos casos la de conectarse con el propio país. Pero le quedaba la duda de si
solo se trataba de un proceso de transformación de las semiosferas, es decir, de
desterritorialización simbólico o de cambios en la proxémica, producido por la
oferta tecnológica, o también de acoplar de alguna manera este proceso al cruce

57
de culturas económicas que de hecho se da en la vida cotidiana, en las fronteras o
en su expansión en las economías informales de las grandes ciudades, o a la
presencia de los procesos de globalización. O si, por último, se trataba de espiar
horizontes más propicios para la supervivencia, algo que hoy sabemos que actúa
efectivamente en el imaginario de la “migra”. Además, el autor pensó que esos
robos y enganches iban a producir efectos complejos y aleatorios. Que se iban a
producir diferentes efectos o redes de transnacionalización. Varias
transnacionalizaciones.
- El texto: Clifford y el conventillo: El texto que convergió en esta metáfora del
conventillo global, en realidad el que lo generó, fue un trabajo sobre la
constitución de la subjetividad de Malinowski y Conrad. En la introducción del
libro, Clifford hace un análisis de las transformaciones culturales contemporáneas,
de la pluriculturalidad, de los efectos de la transnacionalización y de las
migraciones, de las diversificaciones en id. y consumos. Ahí también plantea una
visión que relativiza la homogeneización. Al leer el texto de Clifford, Ford pensó
que eso que él veía de alguna manera como excepcional o propio de
personalidades excepcionales, en el país, aluvional e inmigratorio, ya se estaba
dando, sobre todo a partir de 18880, en toda la cultura social. Y pensó también en
los procesos de constitución de la subjetividad en los hijos de los inmigrantes, que,
en el patio del conventillo, mientras iban a la escuela pública a absorber una id.
“construida” y se alfabetizaban junto con sus padres, recibían entreveradas esas
culturas, sus solidaridades, sus conflictos, sus fusiones, sus diferencias. A la
homogeneización se opone, como señala Clifford, lo nuevo, y lo nuevo hay que
pensarlo, aunque los diagnósticos sean amargos y pesimistas.
 Los nudos: Generar lo nuevo, acompañarlo, implica en este caso no proponer un orden
o una fórmula. Significa, en esta etapa de transición, de reclasificación, muy marcada
por la dialéctica entre homogeneización y heterogeneización, dispersión, empezar a
rastrear los indicios, los gérmenes de nuevos órdenes y unidades, las nuevas
diferencias que se vayan produciendo en toda la vida social. Los nuevos usos de las
instituciones que sobreviven o la emergencia de instituciones nuevas. De ahí la
importancia de no aceptar las coberturas homogeneizantes.
- La frontera y la ciudad: Las hipótesis sobre la globalización no tomaron en cuenta
que las crisis económicas internacionales iban, entre otros procesos, a trasladar
enormes contingencias de migrantes hacia las grandes ciudades; que estas iban a
comenzar a dividirse entre la ciudad rica y protegida, la ciudad de la privacidad, y
las grandes zonas heavy y duras de la marginación y la multiplicidad racial. Pero,
por otro lado, la relación entre la ciudad, su fragmentación, su crisis, es
inseparable del tema de las fronteras, de sus transformaciones. Toda crisis del
concepto de frontera es la crisis de los sist. culturales que son limitados por esa
frontera; y también de sus centros articuladores. Pero la relación entre frontera y
ciudad tiene también otras connotaciones, más concretas. Al margen de que cada
vez hay más fronteras, barreras y límites en el interior de las grandes ciudades,
podemos establecer una conexión muy estrecha entre las economías informales
que negocian en las fronteras y las que rodean o cruzan las ciudades. En ambos
casos las culturas del cuentapropismo y la marginalidad, de la “ferialización” y el
regateo, de lo usado y lo reciclado, y también de las artesanías y, sobre todo, de
los productos del sudeste asiático como ordenadores del consumo y la

58
supervivencia, señalan procesos casi idénticos en el centro y en la periferia. En el
fondo el contacto, no previsto, entre la soc. “tradicional” y la “posindustrial”.
- La ciudad y los medios: Además, la ciudad no se explica sin los medios, como los
medios no se explican sin la ciudad. Funcionan en “eco”, a veces subordinando “los
testimonios” de la historia, el sentido público construido en experiencias de larga
duración” a la expansión publicitaria, los grafitis, los diversos tipos de
inscripciones. Resulta imposible entrar en la problemática de la ciudad, sobre todo
en las megaciudades de la migración y la pobreza, de la privacidad y las fronteras
internas, sin ponerla en contacto con los medios. Medios y ciudad constituyen,
traman, nuestras culturas. Esto, en el caso de AL, relativiza las hipótesis de la
massmediatización social, tal vez reales en el Primer mundo. Las transacciones,
controles, interacciones, realimentaciones y fusiones que se dan entre la cultura
de los medios y la cultura de las ciudades impiden el tratamiento aislado de
cualquiera de los 2 temas. Si se explora el imaginario de AL, se va a encontrar que
este se constituye tanto a partir de los medios como de los circuitos de
intercomunicación directa. Y en la relación entre ambos. Ciudad y medios
producen nuestra cultura.
- Traslados y caminos: Ciudades y medios. Ciudades y fronteras. Continente de
migraciones internas y externas. También de trabajadores golondrinas seguidores
de coseras y de lo que Lins Ribeiro describe como “nomadismo industrial”. Esto
nos remite a un tercer nudo. La cultura de los caminos, mucho menos presente en
las investigaciones culturales. El traslado, los caminos, las rutas y sus lugares
parecieran tener un lugar secundario. Nuestra cultura está marcada por el traslado
físico. Con sus diferencias: no es lo mismo la cultura del rodar de aquel que va y
vuelve, del que vive en las rutas, que la de aquel que se extraña, se exilia, migra,
que deja atrás, muchas veces para siempre, su territorio. Pero ambas convergen
en procesos cognitivos muy fuertes de fijación de la id. en el propio traslado. Por
su propia problemática epistemológica, el viaje o el viajar conforma una serie que,
metafórica o isomórficamente, da pie para que razonemos estas culturas que
estamos viviendo, nómades, rotativas y tan débilmente atadas a sus territorios.
- La fragmentación de los públicos: Otro tema que Ford considera crítico, en el
trabajo sobre homogeneización, fragmentación, heterogeneización, es el de la
diversificación de la oferta y la demanda comunicacional y cultural, del consumo
de los medios más allá de que estos se alimenten, en gran medida dir. o indir., de
multinacionales de la cultura y la com. fuertemente concentradas en lo
económico. Las nuevas segmentaciones de las audiencias, el crecimiento de los
“consumidores nómadicos” es un proceso que hay que trabajar cuidadosamente, y
donde también se incluye la fragmentación en el propio uso del medio. Por un
lado, conforma un fuerte crecimiento de la pluralidad cultual; por otro, es parte
también de una estrategia transnacional.
- Las expansiones culturales: La ciudad marginal y fragmentada, la ciudad
subterránea y oscura, cruza todos los circuitos culturales. Pero también la ciudad
multirracial, conflictiva, incierta, donde se cocinan o no nuevas id., objeto o tema
de muchísimos films y series. La producción y la experiencia cultural de los
migrantes latinos en los EE. UU. es un punto de referencia cada vez más fuerte en
nuestro continente. Los fenómenos de expansión, de extensión de una
problemática cultural localizada a otras culturas son comunes. Pero no son
siempre iguales. Todos estos procesos de expansión simbólica, apoyados

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fuertemente en los medios, aunque también se estructuren en otros circuitos,
conforman uno de los centros de la problemática de desestructuración y
estructuración de ids., problemática que tal vez es captada al menos de manera
realmente nueva en la cultura de los adolescentes, que han integrado en sus
proyectos la crisis, la incertidumbre, el peligro cotidiano, la negociación y el cruce
entre la autenticidad y la construcción de verosímiles. Es también el registro de
una cultura donde a veces la ficción nos informa sobre la realidad, mientras la
documentación o la info. narran y espectacularizan.
Los ejes ciudad/frontera, ciudad/medios, traslado, fragmentación de los medios y
expansiones culturales, en su conjunto y sus interrelaciones, puede ser que
constituyan algunas zonas densas de la problemática en la cual se inscriben muchas de
las preguntas sobre las id., las fronteras culturales, los sist. de transnacionalización, las
negociaciones y conflictos que se producen entre nuestras culturas en sí y en relación
con el primer mundo.

FORD: “LA NARRACIÓN DE LA AGENDA O DE LAS MEDIACIONES DE LOS PROBLEMAS


GLOBALES ”

- Índices de sufrimiento e id. cultural: La aparición del sufrimiento o de lo trágico


como dato duro, fuera del pletismo, de la beneficencia o la filantropía, del
amarillismo periodístico o de las abstracciones del ingreso per cápita, marca
nuestra época. La crisis de los sueños de la modernidad, a raíz del endiosamiento
del mercado realizado por el neoliberalismo del New Order. Los datos duros,
crueles, límites han pasado a ser, y esto parece conformar una tendencia en
crecimiento, hasta materia de géneros “busca ratings” y de la publicidad de
construcción de marca por impacto.
- De los “global problems” a Mondo Cane: En estos razonamientos, con respecto a
la forma de mediación y com. de los problemas globales, hay que hacer una
distinción. En general, los índices críticos que alimentan a la ind. cultural son
aquellos que se refieren a los países desarrollados al describir los “índices de
sufrimiento”. Pero los que se refieren a los países pobres constituyen otra agenda,
tienen un alcance relativamente más limitado a un comportamiento diferente.
Hoy, la problemática ecológica que dio lugar a estas visiones sistemáticas o
estructurales actúa en un ámbito específico, pero no deja de ser uno de los
primeros ámbitos en los que se empezó a pensar en la Tierra como un conjunto, su
hogar. Las agendas globales, o específicas, siempre encuentran resistencias. Si, por
un lado, los índices de los países pobres se canalizan en el documentalismo global.
Hay ciertos recursos que son dispositivos que permiten naturalizar el dominio o
construir la hegemonía en el sentido gramsciano, afirmando el etnocentrismo. La
publicidad es la más rica y poderosa forma de com. en el mundo. Necesitamos
tener imágenes que le hagan a la gente pensar y discutir.
- Haz lo correcto: El objetivo es señalar cómo los temas globales, sobre todo los
temas críticas, ingresan en el imaginario social y la opinión pública no solo a través
de las formas clásicas de la info., sino a través de un abanico de géneros y
formatos que se expande por toda la ind. cultural. Lo que se quiere mostrar son

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algunas relaciones entre soportes típicos de la ind. cultural, como el cine y la tv, y
la agenda global. El impacto o el ingreso y su elaboración de nuevas problemáticas
socioculturales en los medios es uno de los temas más importantes en el estudio
de sus transformaciones. Ingresan nuevos temas y cambian las agendas, los
conceptos de noticiabilidad, los sist. de com. Y esto no proviene solo de las
estrategias de la ind. cultural. Hay temas de la agenda global que están
tradicionalmente instalados en la agenda de la ind. cultural.
- La ley de la calle, la ley de la pantalla: La relación violencia “fáctica”, medios de
com., conflictos socioeconómicos, psicosociales, socioculturales, es uno de los
centros de la cultura contemporánea. El término violencia ha llegado a ser laxo e
impreciso por estas razones. El tema de la violencia en los medios preocupa
obsesivamente a los países del norte, aunque mas por sus posibles efectos que por
sus causas o por las razones económicas que explican su existencia fuera de los
medios. Las investigaciones indagan formas y tipos de violencia, contextos,
posibles efectos. También el resultado, pobre, por cierto, de los mensajes
antiviolentos. Lo cierto es que la violencia, proveniente de la estructura de la soc.
contemporánea y no solo de los medios, ocupa un lugar destacado en la
programación televisiva y recorre distintos tipos de géneros. En la programación
contemporánea se puede ver, además, una tendencia a incluir en los programas
violentos un componente racial. La problemática de la raza está ligada a una
característica tradicional de los programas basados en crímenes de la “realidad”,
es decir, los negros son “más violentos” que los blancos. Las mediaciones o
dispositivos que utilizan los medios sobre la violencia y los negros son una forma
de “sacar a la luz” el imaginario de toda una soc. sobre el tema. Y, a su vez,
retroalimentar ese imaginario. Los temas de violencia, la inseguridad, el aumento
de la criminalidad son algunos de los ítems centrales de la agenda global.
- Rocky y el final de la Guerra Fría: El tema de las mediaciones es fundamental
cuando son dispositivos de construcción de la hegemonía. El conjunto de
dispositivos discursivos muchas veces se apoya en una identificación o igualación
entre la globalización y homogeneidad cultural. Pero la globalización está marcada
por la fragmentación y la heterogeneidad.
- Cierre y apertura: Se han focalizado algunas tendencias y cambios en los
dispositivos que informan o constituyen al ciudadano que parecieran quebrar las
nociones tradicionales que privilegiaban el debate público y la práctica política.
Nos referimos a procesos actuantes, performativos, aunque abiertos e imprecisos.
Algunos de sus ejes son:
1- El ingreso de los sociocultural en las agendas.
2- La relación de esto con un doble juego, tal vez porque estamos en una etapa
de transición y estas etapas son siempre paradojales. La humanización de la
política y la economía.
3- Esta es una época tachada de individualista.

Cuando hablamos de mediaciones de problemas globales críticos, de las formas en que se


comunican o se les da sentido, en la relación entre la info., los discursos y los “hechos”, se
trabaja sobre un listado de problemas contemporáneos que, de hecho, son los más trabajados
comunicacionalmente por diversos sectores y géneros.

- Desvío: “sobre las agendas globales”: No podemos trabajar sobre las mediaciones
de los problemas globales sin focalizar cuáles son estos problemas y ver cómo se

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construyen los diversos tipos de agendas que los clasifican. No hay una sola
“agenda global”. En estas se cruzan ideologías, intereses económicos, diversas
estructuras institucionales, tendencias disciplinarias, formaciones massmediáticas
nacionales o globales, propuestas gubernamentales o estatales, privadas o de la
soc. civil, etc. Además, no es fácil construir una agenda única en la medida que las
culturas tienen diferentes parámetros clasificatorios referentes a la acción y la
temporalidad. Hablar de las agendas y de sus sist. de clasificación es hablar de los
problemas globales o de la globalización y sus efectos. La globalización plantea una
ruptura histórica que va a tener implicaciones epistemológicas sobre cómo
construir el objeto de estudio de las cs. sociales y las categorías que utilizamos
para dar cuenta de él. Pero su impacto no se centra solamente en las cs. sociales.
El objeto no es solo lo trivial, regional o nacional, sino también la soc. global. Pero
hay procesos más complejos porque la globalización supone la localización.
- “Cosas que deben ser hechas”: Si cada época se caracteriza no solo por las
transformaciones que produce sino por los problemas o desafíos que presenta no
es raro que muchas veces se recurra al termino agenda como nombre del listado
de estos problemas o desafíos. Si tomamos las etapas de la globalización a través
de Robertson se ve que no estamos ante una estratificación temporal estricta.
Ellas son:
a) La fase germinal (S. XV- XVIII) que incluye el incipiente crecimiento de las
comunidades nacionales, decaimiento del sist. medieval transnacional,
acentuación de conceptos de individuo e ideas sobre la humanidad;
b) La fase incipiente (S. XVIII-1870), con un giro hacia la idea de un Estado
homogéneo y unitario, incrementos de las convenciones legales y entidades
relativas a la regulación y com. internacional, tematización del asunto del
nacionalismo internacionalismo;
c) La fase de lucha por la hegemonía (1920-1960) incluye una serie de contiendas
y guerras, el establecimiento de la Liga de las Naciones y de las Naciones
Unidas, establecimiento del principio de independencia nacional, Guerra Fría,
cristalización del tercer mundo;
d) La fase de la incertidumbre (1960-1990) que comprende una agudización de la
conciencia global, acentuación de valores posmaterialistas, fin de la guerra
fría, surgimiento del problema de los derechos y acceso a las armas nucleares,
crecimiento de las instituciones y mov. globales, aceleración de los medios de
com. globales, problemas de multi y polietnicidad, sist. internacional más
fluido, preocupación por la humanidad de los mov ambientalistas, etc.
- De la agenda de los medios a la agenda de la gente: No es aleatoria que el uso de
la palabra agenda remita, en una primera instancia, a los medios de com. Por un
lado, para el gran público, el indicador más poderoso de los temas o problemas de
una época, pero, por el otro lado, a que su propia dinámica y sus contratos de
lectura, en parte distorsionan lo anterior debido a los dispositivos que funcionan
en el interior d ellos criterios de noticiabilidad, de newsmaking, de gatekeeping,
etc.
- Tercer Sector: filantropía, contrato social y la institucionalización de los problemas
críticos: La creciente importancia del tercer sector también señala la necesidad de
establecer una tematización, que bien puede ser considerada como agenda. Las
ong, en la mayoría de las naciones, comparten una nueva visión que trasciende
tanto las aspiraciones convencionales de la economía de mercado, como al

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estrecha ideología de la geopolítica y el nacionalismo. La desigualdad de recursos
hace que la interdependencia de las ong se dé también a nivel económico.
- Segundo cierre: El tema de las agendas globales plantea no solamente los
problemas de su clasificación, elección y jerarquización, sino que además influyen
sobre las mediaciones que atraviesan el contacto de la ciudadanía con los
problemas globales. Está claro que una cosa es el hambre y otra el discurso sobre
el hambre. Listado de los problemas contemporáneos en relación con: 1) los
cambios que se producen en la formación del ciudadano, el nuevo conjunto de
saberes que debe dominar; 2) y con las formas caóticas y críticas en que se pone
en contacto con esos saberes analizados. Esto implica, desde el punto de vista
teórico-metodológico criterios especiales que tengan en cuenta que la autonomía
de prácticas y discurso que definió la modernidad está en crisis. Pero esto no
implica la inexistencia de macrorrelatos ni de nuevas series que articulan la cultura
contemporánea como la serie respecto del trabajo, la familia, la calidad de vida, la
relación con lo político, la incertidumbre, etc.

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