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Introducción

La conformación del Estado argentino en tres niveles (Estado Multinivel), cada


uno con estructuras administrativas organizativa y funcionalmente independientes y
con potestades y funciones que pueden ser exclusivas, concurrentes o
complementarias, exige la coordinación por parte de estos niveles en torno a las
políticas públicas y los recursos financieros. En esta clase haremos énfasis en el
primer eje, dejando la cuestión de la actividad financiera del Estado, la coordinación y
los mecanismos de distribución de los recursos entre los distintos niveles de gobierno
para los siguientes encuentros.

A su vez, cada vez más el abordaje de ciertas temáticas, como ambiente y


género, exigen un abordaje integral, dada la complejidad las mismas y la multiplicidad
de actores involucrados; complejidad que no reconoce divisiones administrativas

Tradicionalmente, la coordinación intergubernamental de políticas se ha dado,


fundamentalmente, a través de dos instrumentos: los consejos federales - instancias
formalizadas para la coordinación de políticas públicas entre representantes del nivel
nacional y provincia- y los programas nacionales -“instrumentos a partir de los cuales
(…) buscan definir y orientar políticas sectoriales y son impulsadas y financiadas por
los ministerios nacionales y las provincias, para acceder a estos fondos
complementarios” - (Astarita, Bonifacio y Cogliano, 2012, p. 239).

Antes de reflexionar sobre los mecanismos de coordinación, realizaremos una


breve descripción de los estados subnacionales y el sistema municipal argentino con
miras a visibilizar el campo en el que debe darse esta coordinación entre los tres
niveles y los desafíos que esto representa.

Eje 1: Gobiernos subnacionales

En este eje no nos adentraremos en la descripción del proceso histórico –


político que dio lugar a la confirmación del sistema federal tal como lo conocemos hoy.
Tampoco profundizaremos sobre los debates en torno a la fuerza o debilidad del
sistema federal, sobre lo que hay mucho escrito con debates sumamente interesantes
y, claro está, muy vigentes. Si bien son temas por demás interesantes, exceden los
alcances de la presente clase.

A los fines de la clase de hoy partiremos de la afirmación de que las 23


provincias constituyen un “ámbito subnacional de Estado, con amplios márgenes de
autonomía política y administrativa” (Cao, 2012, p. 119). Por su parte, a la Ciudad de
Buenos Aires, capital federal y sede del gobierno federal, a partir de la reforma
constitucional de 1994 se le reconoce un estatus jurídico particular, con casi todas las
potestades provinciales y ciertas particularidades que son propias de los municipios.

1
Presentar las distintas posiciones en torno al carácter o status específicos de CABA
también excede las posibilidades de este trabajo.

Las 24 jurisdicciones subnacionales eligen sus propias autoridades y se rigen


por las normas que se dictan a sí misma, elementos que “constituyen la base de su
autonomía” (Cao, 2012, p. 122), tal como lo establecen los Art. 122 y 125 de la CN.
Además de estas dos elementos o fuentes de autonomía provincial, la participación
institucionalizada de los gobiernos subnacionales en el gobierno federal a través de los
senadores (Art. 44 de la CN) es otro elemento crucial “en el equilibrio entre la Nación
y las provincias” (Cao, 2012, p. 122).

En cuanto a la organización provincial, la CN, en su Art. 5, establece que el


gobierno de cada una de estas jurisdicciones debe ser representativo y republicano y
que deben organizar un poder judicial independiente y un régimen municipal. Las
constituciones provinciales no pueden contravenir los preceptos establecidos en la
Constitución Nacional y deben reconocer los derechos, principios y garantías allí
establecidas.

En términos de poder o competencias, de acuerdo al Art. 121 de la CN, las


provincias se reservan todo el poder no delegado a la Nación - principio de
subsidiariedad, reforzado en el preámbulo de la constitución y el art. 124 (dominio
provincial originario de los recursos naturales)-. Es decir, “estos gobiernos conservan
todas las competencias no delegadas explícitamente al gobierno federal y definen,
dentro de su territorio, las funciones que cumplen los gobiernos municipales”
(Certángolo, O y Jimñenez, JP, 2004, p. 47). En el art. 125 se establecen las
potestades provinciales que pueden resumirse en acciones vinculadas a la “promoción
del progreso económico, el desarrollo humano, la generación de empleo, la educación,
la ciencia, el conocimiento y la cultura” (Cao, 2012, p. 122).

Más allá de estas cuestiones generales y la igualdad que otorga el derecho,


existe gran heterogeneidad y desigualdad entre las 24 jurisdicciones, que se visualiza
en diversas dimensiones a través de distintos indicadores; por ejemplo, en el Producto
Bruto Geográfico (PBG) per cápita1: la diferencia entre el mayor y menor registro de
las provincias argentinas, al año 2012, era superior en nuestro país que en el resto de
los países federales de América (Cao, 2012, p. 126). Estas diferencias también
pueden observarse en términos demográficos y de desarrollo socioeconómico. El
análisis del origen o de los factores que dan origen a estas desigualdades excede las
posibilidades de este trabajo.

De acuerdo a Cao (2012), existe cierto conceso entre los especialistas en


agrupar a las 23 provincias y a CABA en tres zonas:
1
PBG: Es la suma de los valores agregados brutos distribuidos entre el total de habitantes en la
jurisdicción en la que se originó dicho valor.
“Relevancia: en un país federal, la existencia de agentes públicos en diferentes estamentos (nacional,
provincial, municipal), obliga a generar estadísticas acordes con cada nivel de decisión. El Producto
Bruto Geográfico (PBG) de una jurisdicción determinada refleja la actividad económica de las unidades
productivas residentes en la misma, siendo igual a la suma de los valores agregados por dichas unidades
productivas. (…) La delimitación de las jurisdicciones relevantes para la determinación del territorio
económico se basa en las fronteras políticas. De este modo, el territorio económico provincial coincide
con los límites geográficos de la provincia e incluye además a las zonas francas y otros espacios bajo
control aduanero residentes en la región” (Ministerio de Economía).

2
- Provincias del Área Central (provincias pampeanas; centro-este del país):
“se caracterizan por su abrumador peso relativo en términos de producto y
población, y por ser el área en donde las relaciones sociales modernas
encuentran su mayor nivel de expansión”
- Provincias del Área Periférica (NOA, NEA y Cuyo): “que se caracterizan por
tener el menor nivel de ingreso per cápita y los mayores índices de
deterioro social. Suele distinguirse una periferia “próspera” de una periferia
“rezagada”, diferenciación cuyo origen se encuentra ligado al desarrollo de
las llamadas economías regionales”
- Provincias del Área Despoblada (Patagonia) “Se caracterizan por su baja
densidad poblacional y un patrón de inversión y gasto público muy alto,
remanente de políticas de ocupación y poblamiento vigentes hasta pocas
décadas atrás (Cao, 2012, p. 127)

Retomando el eje de las competencias y áreas de intervención de los


gobiernos subnacionales, estos tienen a su cargo “la gestión de funciones primarias
del Estado, como educación, salud, seguridad, obra pública y desarrollo social; la
gestión de las finanzas públicas; el fomento del desarrollo económico” entre otras. Un
aspecto a resaltar es que es el ámbito del Estado que debe gestionar la mayor
cantidad de personal y gastos y que tiene a su cargo “la parte más relevante de los
tres sistemas públicos de mayor extensión y presencia territorial: educación (inicial,
primaria, secundaria y terciaria), salud (red hospitalaria y obras sociales provinciales) y
seguridad (policía y servicios penitenciarios que no están en la órbita federal)” (Cao,
2012, p. 57).

Las administraciones públicas de las jurisdicciones dependen del PE provincial.


Su gabinete, en general, replica a nivel subnacionales los cargos nacionales,
presentando entre todas estas estructuras organizacionales similares dirigidas a llevar
adelante la administración pública provincial (Cao, 2012). Sin embargo, es posible
encontrar variaciones debido a factores regionales o históricos: “

Así, las provincias petroleras o mineras suelen tener una


jurisdicción dedicada al tema; las provincias del NOA y Cuyo cuentan
con organizaciones muy importantes dirigidas a la gestión de los
recursos hídricos; y las provincias que reciben flujos turísticos
relevantes tienen una secretaría de rango ministerial destinada a
promover y regular la actividad. También hay casos de legitimación de
políticas que son consideradas estratégicas por la provincia. Al
respecto, Córdoba tiene una secretaria de rango ministerial dedicada a
fomentar el desarrollo de la región Centro; Jujuy ha estructurado una
Secretaría de Lucha contra la Drogadicción y el Narcotráfico en virtud
de su ubicación geográfica crítica;(Cao, 2012, p 131).

La organización federal del estado y la responsabilidad compartida sobre


procesos clave del sector público, ha hecho que esta tienda hacia una forma
“cooperativa” de organización:

Esta modalidad que adquiere la forma federal se caracteriza por hacer


compartir a los diferentes niveles (nacional, estadual y municipal) la

3
responsabilidad en la realización de procesos clave del Sector Público, bajo el
paraguas institucional de instrumentos que facilitan la participación de todos los
poderes afectados utilizando criterios de interconexión. Aunque hay diferencias
de grado, todos los federalismos actuales consolidados tienden hacia una
modalidad coordinada (Aja, 2000: 38/9 y Vergottini, 1986: 65 en Cao, 2016, p.
8).

Eje 2: Gobierno local.

No hay una definición en la CN sobre los municipios. Simplemente se limita a


establecer que cada provincia debe definir un régimen municipal. En virtud de ello,
existen tantos sistemas municipales como provincias tiene nuestro país. Dentro del
llamado “régimen municipal” están incluidas todas las entidades “identificadas con el
nivel de gobierno local, lo que comprende distintas categorías de municipios así como
también otras instituciones sin estatus municipal, dependientes o independientes del
municipio” (Iturburu, 2012, p. 172). En este sentido, dentro del régimen municipal
existen municipios y otros gobiernos locales sin estatus municipal (comisión municipal,
comuna, untas vecinales, comisiones de fomento, comunas rurales, villas…).

A su vez, la CN reconoce, en su artículo 123 la autonomía municipal,


señalando su carácter en el orden institucional, político, económico, administrativo y
financiero. El Art. 123 de la CN establece “la autonomía municipal de modo claro y
obligatorio para las provincias, que deben “asegurarla, reglando su alcance y
contenido” (Iturburu, 2012, p. 182). La autonomía responde a cuatro dimensiones u
órdenes: institucional (por la posibilidad de celebrar cartas orgánicas); política (la
posibilidad de establecer su sistema de gobierno y sistema electoral); administrativo, y
económico-financiero (estas dos últimas dimensiones con un amplio “margen de
regulación provincial”) (Marchiaro, 2012, p.26).

Sin embargo, existe cierta tensión entre la autonomía provincial reconocida en


la constitución para diseñar sus instituciones y la también autonomía constitucional de
los municipios. “Hay distintas posturas al respecto pero, se considera que,
precedentemente, dicho diseño debe ahora “asegurar” la autonomía municipal, no solo
reconocerla, con lo que desde 1994 en adelante el piso local se ha elevado
considerablemente pero la forma en que define esa autonomía depende de cada
provincia.” (Marchiaro, 2012, p. 24).

Ahora bien, no todas las Provincias argentinas han ajustado sus


constituciones con la regla federal del artículo 123 que garantiza la autonomía
municipal desde la Constitución Nacional. Y nada menos que tres de las
Provincias más importantes se encuentran en mora al respecto: Buenos Aires,
Mendoza y Santa Fe (las cuales concentran a más de la mitad de la población
argentina).Pero a pesar de ello, la evolución jurídico-política de la autonomía
municipal es irreversible: hoy ya casi 150 municipios en la mayoría de las
Provincias han dictado sus Cartas Orgánicas Municipales, es decir, han
ejercido un poder constituyente de tercer grado para la autoformación
fundamental del gobierno local”. (Garat, 2019, p. 103 –el paréntesis es mío)

La heterogeneidad existente en términos institucionales dentro del sistema


municipal argentino responde o es el resultado, fundamentalmente, de dos

4
condiciones: por un lado, como ya se dijo, de la inexistencia de una legislación
municipal única donde cada provincia define su propio sistema - las constituciones
provinciales definen al municipio siguiendo distintos criterios (cuantitativos, cualitativos
y mixtos); y por otro, la posibilidad de los gobiernos locales de definir su propio
régimen de gobierno a partir de la sanción de cartas orgánicas (en general, las
provincias limitan la sanción de cartas orgánicas a municipios que superen cierta
cantidad de población o cumplen ciertos requisitos).

debido a que el diseño institucional del régimen municipal es


definido por cada provincia, el universo es muy variado –con pocas
similitudes entre provincias– y cambiante, a tal punto que los
especialistas no acuerdan respecto del número de gobiernos locales
que existen en el país (Iturburu, 2012, p. 187)

Los municipios se rigen por sus cartas orgánicas, y aquellos que no han la han
dictado o que no están habilitados para hacerlo, son regidos por las leyes orgánicas de
las municipalidades de cada provincia, las cuales tienen un tono menos político que
las cartas, pero regulan con bastante precisión las responsabilidades burocráticas del
municipio, así como el reparto de competencias entre el Ejecutivo y el Deliberante.

La estructura de las cartas orgánicas se asemeja a la de las


Constituciones provinciales. La mayoría refleja el entusiasmo de los
constituyentes municipales quienes construyen una visión utópica del
gobierno local y, por tanto, prescriben competencias que corresponden
a los otros niveles de gobierno, o cargan al municipio de
responsabilidades de imposible cumplimiento.(Iturburu, 2012, p. 186)

Además de la dimensión institucional, la heterogeneidad en el nivel local se


evidencia en el diseño territorial y el tamaño de los municipios; la concentración
poblacional; el perfil económico-productivo, el grado de internacionalización 2; la
participación ciudadana institucionalizada o no, entre otros factores.

En términos territoriales, los municipios son también muy heterogéneos.


Algunas provincias utilizan el sistema de ejidos colindantes a partir del cual, todo el
territorio provincial se distribuye entre los gobiernos locales, mientras que otras utilizan
el sistema de ejido urbano (asignan al municipio el territorio que comprende la ciudad
o el alcance de los servicios (ejido urbano).

Desde el punto de vista demográfico, la heterogeneidad de los gobiernos


locales es extrema: desde municipios muy grandes, incluso más poblados que muchas
provincias, hasta municipios minúsculos. Si bien el promedio de gobierno local a nivel
nacional se ubica en casi 18.000 habitantes, su mediana de aproximadamente 2.000
habitantes es más representativa de la realidad nacional. A modo de ejemplo podemos
mencionar el caso del Partido de la Matanza, que con 1.772.130 habitantes (Censo

2
– Los Art. 124 y 125 de la CN facultan a las provincias a crear regiones para el desarrollo
económico y social y a “se estableció la posibilidad de que las provincias creen regiones para el
desarrollo económico y social, y celebren convenios internacionales y tratados particulares para
el logro de determinados objetivos” (Cao, 2012, p. 124).

5
2010) es el municipio más poblado del país, superando en población a 20 de las 23
provincias argentinas (Iturburu, 2012).

Los municipios también difieren entre si en términos fiscales tanto en términos


presupuestarios y nivel de gasto público. Si bien mencionamos esta dimensión que
impacta en la heterogeneidad del sistema, será un tema a tratar en los próximos
encuentros.

Finalmente, los municipios difieren en términos de capacidades y de


competencias.

Si bien no existen estudios específicos, es posible especular que


el tamaño de la población y la capacidad económica se correlacionan en
forma directa con la cantidad de funciones que asume el gobierno local.
Esto modela incluso las expectativas ciudadanas, debido a que las
poblaciones que encuentran más respuestas en sus gobiernos locales,
tienen mayores expectativas de solución de problemas que dependen
de los otros niveles de gobierno, generando así más presión y, por
ende, a corto o largo plazo también más amplias respuestas del
municipio. Esto resulta en otra causal de heterogeneidad de los
gobiernos locales: mientras unos se ocupan solo del alumbrado, el
barrido y la limpieza, los más desarrollados asumen también la salud, la
vivienda, las obras de infraestructura, la generación de empleo, la
educación universitaria, la cultura, el cuidado del patrimonio histórico, la
defensa del consumidor, la resolución alternativa de conflictos, el
cuidado ambiental, el desarrollo de clústers productivos, la promoción
social y el desarrollo humano, entre otras funciones. (Iturburu, 2012).

En cuando al gobierno local, en los municipios general está constituido por un


ejecutivo unipersonal y un cuerpo legislativo. Para el resto de los gobiernos locales la
forma de gobierno es diversa pero “predominan los cuerpos colegiados en los que uno
o todos sus miembros asumen tanto las funciones ejecutivas como las legislativas”
solo una parte de ellos surge de elecciones populares. Como una particularidad
distintiva del nivel local, en siete provincias los extranjeros pueden participar de las
elecciones para cargos municipales. (Iturburu, 2012, p. 204).

Las estructura orgánicas que se desprenden del PE local son muy diversas
también y, por lo general muy dinámicas y, en general, son indicadoras de las
funciones que la municipalidad se propone asumir y de la relevancia que pretende
otórgales (aspecto que debe ser matizado por la inercia institucional y la estabilidad
del cargo público).

Ello hace que las estructuras orgánicas municipales sean muy


dinámicas: la creación o disolución de unidades, o los cambios de
denominación, pueden responder a tendencias en los gobiernos
nacionales o provinciales (por ejemplo, la creación de áreas dedicadas
al desarrollo local, a las relaciones con la comunidad, o la atención
diferenciada de la problemática de la mujer o el joven), a procesos de
descentralización provincial (por ejemplo las oficinas de
descentralización de impuestos, las de defensa del consumidor), o

6
simplemente, a la necesidad de generar un cargo para un militante o un
nuevo aliado político (…). Es casi excluyente la distribución de tareas
con un criterio funcional, tal como sucede en los otros niveles de
gobierno, con un esquema básico que comprende las áreas de gobierno
(relación del municipio con la comunidad y manejo político, aspectos
legales, administración de personal), hacienda (recaudación y pagos),
servicios y obras públicas, y asistencia social. (Iturburu, 2012 p. 201).

Todos los factores mencionados anteriormente (anclaje institucional,


autonomía, territorio, población, etc.) condicionan, por un lado, los tipos e intensidad
de la demanda ciudadana, y por otro, la capacidad institucional de los gobiernos
locales (Iturburu, 2012). Estos factores, las reglas de juego en las que están inmersos
los municipios, marcan o condicionan las capacidades locales y, en definitiva, el
desarrollo de políticas públicas.

Tal como adelantábamos anteriormente, los municipios difieren en sus


capacidades. Por un lado, están los gobiernos locales capaces de elaborar y ejecutar
su agenda, “definiendo problemáticas y soluciones propias, seleccionando las políticas
provinciales y nacionales que ejecutarán”. Luego, es posible encontrar gobiernos
locales limitados a ejecutar políticas de los niveles superiores (nación y provincia),
“sin capacidad de formular sus propias agendas, pero con vocación de expandirlas en
las nuevas funciones municipales”. Seguidamente, es posible encontrar gobiernos
locales abocados a ejecutar la agenda tradicional. (Cravacuore, 2009, p. 1)

Por otro lado, en relación a las competencias, es posible establecer o trazar un


continuum entre aquellos que se mantuvieron en sus competencias tradicionales 3 y
aquellos que desarrollaron nuevas competencias, ampliando y complejizando el
gobierno local. Algunos municipios pasaron de “administrar, construir y regular la
ciudad a gobernarla”, incorporando nuevos temas a la agenda gubernamental 4 como el
cuidado del ambiente, la defensa del consumidor, promoción económica y social.
(Cravacuore, 2009, p. 1).

Estos treinta años de continuidad democrática han producido profundas


transformaciones en los gobiernos locales. El municipio argentino emerge en
los primeros años de la transición democrática con el clásico modelo

3
Funciones tradicionales de los municipios: Construcción y mantenimiento de infraestructura
(residuos, limpieza, alumbrado público, construcción y reparación de calles, etc.); Regulación y
control de actividades que se desarrollan en su territorio: Poder de policía sobre hábitat,
actividades económicas y transito; Asistencia a población en riesgo: pobreza extrema, atención
primaria de la salud, asistencia frente a desastres naturales, etc.) (Cravacuore, 2018)
4
Nuevas funciones: Cuidado del ambiente; protección de derechos humanos; Promoción
económica: empleo, apoyo financiero, fomento economía social.; defensa del consumidor. ;
Acceso a la justicia y resolución de conflictos; Promoción social para diversos grupos
(minoridad, juventud, tercera edad) y en relación de distintas temáticas (discapacidad, cultura,
salud, deportes, vivienda, igualdad de género, turismo, etc.). (Cravacuore, 2018)

7
sustentado en tres pilares: uno, la prestación de los servicios urbanos básicos
como el alumbrado público, la recolección de residuos y el aseo de las calles;
el segundo, la regulación de las principales actividades generadas en las
ciudades, como el control de las obras particulares, del tránsito vehicular y de
las actividades económicas; el tercero, la capacidad para planificar y construir
la traza urbana. Era esta una institución centrada en la administración y los
servicios. Treinta años después encontramos planes estratégicos,
presupuestos participativos, agencias de desarrollo local, asociaciones
intermunicipales, oficinas de relaciones internacionales, policías comunales,
empresas municipales de servicios de nuevas tecnologías, entre otros nuevos
temas que ampliaron, complejizaron y politizaron la agenda local. Como se dijo
antes, se ha producido una transformación por la que el gobierno local pasó de
administrar, construir y regular la ciudad a gobernarla. Este proceso, entonces,
ha venido generando una creciente valorización del rol político del gobierno
local, que se consolida como el nivel del Estado democrático más cercano a los
ciudadanos. (Cravacuore, 2009).

A modo de síntesis, los desafíos de los gobiernos locales gira en torno a dos
cuestiones: por un lado, gobernar sin invadir competencias de los niveles provincial y
nacional; y, por otro, “gobernar sobre temáticas o competencias concurrentes que
requieren cuotas de coordinación entre los distintos niveles” (Marchiaro, 2020, p. 30)
En general hay “tendencia a esperar del gobierno local la solución de los problemas
públicos, independientemente del nivel de gobierno que tenga las competencias o los
recursos para ello (Iturburu, 2012 p. 204). La variedad de roles o funciones que han
ido aumento los gobiernos locales desde las prestaciones primarias hasta aquellos
desarrollan actividades vinculadas al desarrollo económico local; en el medio, se dan
un sinfín de situaciones.

En este sentido, cuando nos preguntábamos en la primera clase o nos


proponíamos trabajar con perspectiva local, estamos hablando de esto: gobernar
desde el territorio en lugar de gobernar desde los sectores (ministerios). Esta
concepción ayuda a potenciar la complementariedad natural de todos las
prestaciones /necesidades públicas. Ello requiere observar las tensiones en sentidos
contrapuestos, tanto de parte de los municipios que avanzan sobre aspectos que no
les competen, como de las provincias que restringen aspectos básicos del gobierno
local. (Iturburu, 2012, p. 172).

El análisis precedente demuestra que el debate respecto de la


autonomía está cercanamente emparentado con las competencias de cada
nivel de gobierno. La mayoría de los fallos tipifica las competencias,
estableciendo si se trata de competencias exclusivas, delegadas o
concurrentes. Pero los límites son cada vez más difusos, por las marchas y las
contramarchas de la opinión pública y los medios, porque la ciudadanía espera
cada vez más funciones del municipio, y porque la tendencia marca una mayor
coordinación, en dónde ya no se observan fronteras definidas entre las
competencias de cada nivel de gobierno, sino zonas difusas en la que
interactúan –no sin conflicto– los tres niveles. (Iturburu, 2012, p. 184)

8
Para finalizar con este eje temático, plantearemos alguno de los problemas
políticos y de gestión que enfrentan los gobiernos locales (Cravacuore, Diploma
superior en gestión y control de políticas públicas, FLACSO, material de clase, cohorte
2019).

- la falta de objetivos claros, deficiente planificación y ausencia de


diagnósticos.
- presiones presupuestarias a las que están expuestas gran parte de los
gobiernos locales producto, por un lado por la baja participación en la
recaudación y en el gasto público y por otro, por el uso ineficiente de los
recursos;
- baja cultura del monitoreo y la evaluación;
- circuitos administrativos informales o desactualizados y desarticulación
entre unidades ejecutoras;
- Exceso o falta de personal con bajos niveles de formación e ingreso no
formalizado y debilidad carrera administrativa; Información
- Dificultades en la administración de la información generada por el
municipio.

Como áreas de innovación de los gobiernos locales, los autores consultados


reconocen los siguientes: ampliación de la agenda local; gestión asociada entre
gobiernos locales y sociedad civil; gestión intermunicipal; incorporación de nuevas
tecnológicas, entre otras.

La importancia o necesidad de revalorizar y fortalecer a los municipios


responde a distintos motivos: por un lado, es el rostro del Estado ante la sociedad; es
decir, es la primera referencia gubernamental. Por otro lado, tienen la posibilidad de
obtener mejoras pequeñas, concretas, cercanas a la vida de la gente. Finalmente, por
su capacidad de vincularse y ser el interlocutor con organizaciones del tercer sector
permitiendo el involucramiento de la sociedad civil en las políticas públicas.

Eje 3: coordinación de políticas públicas

El federalismo plantea la necesidad de establecer mecanismos de coordinación


entre los diferentes niveles de gobierno. Como ya se planteó con anterioridad,
Argentina presenta una estructura estatal multinivel, compuesta por un nivel nacional,
23 provincias y la CABA, 2284 gobiernos locales - de los cuales 1182 constituyen
municipios (dato INDEC; 2016)-.

En esta estructura, coexisten funciones exclusivas y concurrentes entre los


niveles. Esta necesidad de coordinación responde a los factores institucionales
mencionados anteriormente, pero también a la naturaleza de los problemas públicos,
los cuales revisten distintos grados de complejidad.

Los problemas públicos rara vez se encuentran aislados. Por el


contrario, lo usual es que el funcionario se encuentre frente a un entramado de
problemas de distinta naturaleza y diferentes grados de complejidad. Es así
como al momento del diseño de un proyecto público son los actores
intervinientes quienes fijan los límites del problema a abordar. Es una decisión
tecno-política, como la denomina Carlos Matus (2007), condicionada por

9
las estructuras organizacionales. (…). Los casos de coordinación entre
proyectos, así como las relaciones entre secretarías, suelen ser innovadores y
excepcionales. La falta de integralidad de las políticas es recurrente, tanto en la
experiencia nacional, como provincial o municipal. (Ilari, S, 2020, p. 114).

Si uno se para en el nivel local, es decir, adquiere una mirada territorial, puede
ver como confluyen sobre sus ciudadanos “tanto políticas nacionales, provinciales y
municipales, como también las iniciativas provenientes del mercado y de las familias”
(Fernández Arroyo, N. 2012, p. 52). De ahí deviene la necesidad de coordinación para
dotar de coherencia a la política pública.

Algunos órganos de coordinación existentes es posible mencionar: al Consejo


Federal de Educación (CFE) – educación-; al Consejo Federal de Medio Ambiente
(COFEMA) – ambiente- o al Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales,
dependiente del PEN, que tiene a cargo la articulación de las áreas del Estado
nacional “que implementan políticas sociales para alcanzar una correcta y más eficaz
administración de los recursos” y que lleva adelante la coordinación de la agenda 2030
de Naciones Unidas.

Frente a esta necesidad de coordinación, varios autores reconocen múltiples


problemas en relación a la coherencia y coordinación de políticas públicas y el
predominio de respuestas ad hoc a problemas coyunturales.

En virtud de lo expuesto, a la hora de diseñar políticas públicas 5 es menester


tener presente el contexto presentado anteriormente y diseñar o prever mecanismos
de coordinación. ”En tal sentido, y ante la evidencia de que los problemas y demandas
ciudadanas no se corresponden con divisiones administrativas rígidas ni
compartimentos estancos, resulta imperioso implementar mecanismos de coordinación
entre los poderes gubernamentales que redunden en políticas públicas exitosas” (Abal
Medina, 2012, p. 45).

En términos de coordinación pueden mencionarse las siguientes tensiones o


tendencias:

- Desde el punto de vista del gobierno local, pueden encontrarse aspectos


positivos, como la ampliación de la agenda al poder avanzar sobre
cuestiones no abordadas en los otros niveles, pero también, elementos que
tensionan la gestión local ya que “hace difusa la distribución de
responsabilidades, introduce ineficiencias en la asignación de recursos y
genera problemas de coordinación de políticas” (Casalis, A, 2020, p .126).
Otro elemento a considerar es que las políticas locales se desarrollan
5
Aquí entenderemos a las políticas públicas como el conjunto de objetivos, decisiones y
acciones que lleva a cabo un gobierno para solucionar los problemas que, en un momento
determinado, tanto los ciudadanos como el propio gobierno consideran prioritarios (Tamayo
Sáez, 1997). Estas acciones y decisiones involucran a una multiplicidad de actores, sectores o
niveles de gobierno. La política pública no es resultado de un proceso lineal, coherente y
necesariamente deliberado de diseño o formulación, sino que es objeto de un proceso social y
político que configura un campo en disputa” (Fernández Arroyo, 2012, P. 16).

10
dentro de un modelo de desarrollo que limita o enmarca la posibilidad de
acción de este nivel de gobierno.

- Cuando las políticas públicas se diseñan a nivel central sin tener en cuenta
las particularidades o el contexto local, ponen en riesgo el impacto
esperado – “Muchas políticas y programas abordan cuestiones y desafíos a
escala local, pero pocas veces incorporan en su diseño e implementación al
contexto más próximo como factor condicionante” Fernández Arroyo, N.
2012, p. 29).

Frente a estos desafíos, los gobiernos locales deben desarrollar nuevas


capacidades que les permitan “ejercer satisfactoriamente las nuevas funciones y
responsabilidades”. Para eso deben poder identificar las propiedades, administrar los
recursos y establecer criterios de acción estratégicos (Fernández Arroyo, N. 2012, p.
36). A su vez, deben poder incorporar mecanismos de coordinación entre los distintos
niveles, los organismos y los actores que intervienen. Finalmente, debe tender hacia
una planificación estratégica que vincule los objetivos y plazos con los recursos
presupuestarios. (Fernández Arroyo, N. 2012, p. 52).

ODS, género y ambiente: desafíos y oportunidades

Objetivos de desarrollo sostenible

El tratamiento de los ODS en esta clase responde, fundamentalmente, a la


posibilidad que se abre y las herramientas que brinda a los países en términos de
coordinación.

La Agenda 2030 es la hoja de ruta que están rigiendo los programas de


desarrollo mundiales de aquí al 2030. Compromete a todos los países -ya sean ricos,
pobres o de ingresos medianos- a adoptar medidas para promover la prosperidad al
tiempo que protegen el planeta; como así también a movilizar los medios necesarios
para su implementación mediante alianzas centradas especialmente en las
necesidades de los más pobres y vulnerables. Está pensada como oportunidad para
que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino mejorando la vida de
todos, sin dejar a nadie atrás.

La nueva agenda trata aspectos cruciales en materia de educación, vivienda,


seguridad alimentaria, provisión de servicios básicos, desarrollo urbano, protección
social y gestión del riesgo de eventos catastróficos. Incorpora la noción de bienes de
interés colectivo, así como la protección de los océanos, la atmósfera y la
biodiversidad. Los objetivos incluyen desde la eliminación de la pobreza y el hambre
hasta el combate al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa
del medio ambiente o el diseño de las ciudades. Cada objetivo tiene una serie de
metas a cumplir de carácter integrado e indivisible (169 en total) que abarcan las
esferas económica, social y ambiental e indicadores para medir su nivel de
cumplimiento.

Tres conceptos clave de los ODS son la transversalidad, la indivisibilidad y


la integralidad de los mismos y la necesidad de pensarlos como algo intrínseco

11
a la gestión y no marginal a ella. Tal como mencionaba el Dr. Ruiz Balza en el
lanzamiento de Proyectar los ODS están muy bien pero si lo vemos integrados y no
nos volvernos especialistas en uno en particular.

Otro aspecto fundamental “es que la implementación y seguimiento de la


Agenda 2030 y los ODS requiere la concurrencia de los tres poderes del Estado,
resultando fundamental el aporte del Poder Legislativo y el Poder Judicial” (Manual
para la adaptación local, 2019, p.24). Por ejemplo, en relación al Poder Legislativo,
este juega un rol clave, asegurando que los presupuestos reflejen los compromisos
asumidos por el Poder Ejecutivo; a través de los procesos de rendición de cuentas;
realizando audiencias con la sociedad civil, sector privado y otros actores interesados
en el cumplimiento de la agenda, entre otros (Manual para la adaptación local, 2019, p.
24).

Argentina adhirió a la Agenda 2030 en el año 2015 asumiendo el compromiso


de implementarla y de adaptar a la realidad nacional los ambiciosos objetivos
mundiales. El Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS),
dependiente de presidencia de la nación, es el organismo encargado de coordinar la
implementación nacional y seguimiento de la Agenda 2030.

La primera tarea del CNCPS fue la de adaptar las metas de los ODS al
contexto nacional, definir las prioridades de políticas públicas y establecer los
lineamientos para el monitoreo (indicadores). Los detalles de este proceso se
encuentran plasmados en el Segundo Informe Voluntario presentado en julio del año
2020 por Argentina. A los efectos de ir midiendo, plasmando y difundiendo los
avances, se creó un sitio donde se actualizan los avances,
https://plataforma.odsargentina.gob.ar/explora. A su vez, se creó el Metadata,
documento organizado por objetivos donde se plasmó, para cada uno de ellos, las
metas y sus indicadores de seguimiento con sus correspondientes fichas
metodológicas.

Los ODS y las provincias

Dado que la agenda contempla temáticas que atañen a las provincias (salud,
educación, seguridad, etc.), el logro de los ODS depende también de políticas y
acciones locales en sinergia con políticas y acciones en el nivel nacional.

En este sentido, los Objetivos y Metas de esta agenda de cambio, interpelan a


las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya que sus intervenciones
tienen un impacto directo sobre la calidad de vida de la ciudadanía. Para alcanzar las
Metas propuestas para el año 2030 resulta imprescindible la participación activa de
todos los sectores gubernamentales y no gubernamentales. (Guía de implementación
de los ODS en los gobiernos provinciales, p.2).

El procedimiento para la incorporación de los niveles provinciales al


proceso de implementación de la Agenda 2030 se inicia con la firma de un
convenio de cooperación entre este CNCPS y la máxima autoridad provincial
para brindar sensibilización a funcionarios y asistencia técnica en la definición
de las metas y en la definición de indicadores para el seguimiento de las metas
ODS provinciales. Luego de la firma del convenio, el trabajo de la provincia se

12
inicia con la designación del área (punto focal) encargada de implementar el
proceso de adaptación de los ODS a la gestión de su estado.

El Gobernador de cada provincia es quien define el área gubernamental


responsable del desarrollo, adecuación y monitoreo de los ODS a nivel provincial,
denominada Punto Focal. Estos organismos son la contraparte del CNCPS en los
gobiernos provinciales para ODS y su selección depende de la realidad institucional de
las provincias.

En el año 2018, se constituyó una Red Federal con todas las provincias
adheridas a la Agenda 2030 a los efectos de trabajar articuladamente y cooperar en el
proceso de adopción de la agenda 2030 en las provincias, capacitar a los agentes
involucrados y el intercambio de buenas prácticas. En Misiones, se adhirió a los ODS
en el año 2017. El Ministerio de Coordinación de Gabinete ejerce como coordinador
provincial para la implementación de los Objetivos. Existe, a su vez, una Mesa de
Coordinación de los ODS.

Localización de los ODS

La intervención de los municipios tiene un alto impacto en la calidad de vida de


la ciudadanía; “los gobiernos locales tienen un papel fundamental -al igual que las
provincias- dado que son quienes más y mejor conocen las realidades locales y las
distintas expresiones que en ellas adquieren estos objetivos globales” (Manual para la
adaptación local, 2019, p. 31). Por este motivo, resulta imprescindible su participación
para alcanzar las metas propuestas en la Agenda 2030.
La noción de localización refiere a cómo los ODS pueden proporcionar un
marco para la formulación y ejecución de políticas de desarrollo en el nivel local, y
también a cómo los gobiernos locales pueden contribuir al logro de los ODS a través
de su gestión. Implica, asimismo, la incorporación de las tres dimensiones del
desarrollo sostenible: la social, la económica y la ambiental. Y la determinación de un
núcleo prioritario de metas e indicadores, que permitan el seguimiento y la
reorientación de las acciones de gobierno. (Manual para la adaptación local, 2019, p.
10).
Sin embargo, la capacidad de adhesión e incorporación de la metodología de
los ODS en cada municipio y las estrategias de desarrollo dependerán de múltiples
factores, tales como la institucionalidad y las prerrogativas municipales (definidas en
las constituciones provinciales, las leyes provinciales de municipios, y las cartas
orgánicas, según el caso), la historia particular y las características sociodemográficas
y productivas (Manual para la adaptación local, 2019, p.34).
Existen dos grandes razones para que los municipios se capaciten, adhieran y
avancen en la implementación de la agenda 2030 y los ODS.
En primer lugar, porque “los gobiernos locales tienen una incidencia
significativa a través de sus programas, políticas y acciones locales para el
cumplimiento de metas en de casi todos los Objetivos”. En este sentido, que el país y
las provincias puedan cumplir con las metas propuestas dependerá del accionar de
los municipios. Por ejemplo, los gobiernos locales están claramente ligados al
“Objetivo 11 vinculado a la gestión y el desarrollo sostenibles del medio urbano; el
Objetivo 1 vinculado a la erradicación de la pobreza; el Objetivo 2 relacionado con

13
iniciativas que contribuyan a poner fin al hambre y lograr la seguridad alimentaria”.
(Manual para la adaptación local, 2019, p. 37).
En segundo lugar, porque la Agenda 2030 y la búsqueda del cumplimiento de
los ODS trae asociado innumerables oportunidades e instancias de mejora y
aprendizaje:
 Es una oportunidad indiscutida para evaluar y analizar en donde se está
parado.
 Ofrece la oportunidad de planificar a mediano y largo plazo a partir de
instancias de diálogo y de articulación con diversos actores. Constituye una
oportunidad para trabajar en una planificación integral y sostenible que
incorpore el marco conceptual y metodológico de los ODS.
 A su vez, permite repensar y fortalecer la visión del municipio hacia adelante.
 Fomenta el trabajo conjunto, creativo e innovador.
 Pone en evidencia “la necesidad de formular y ejecutar políticas públicas desde
una perspectiva integral y de hacer esfuerzos en la planificación y el
seguimiento de las mismas” (Manual para la adaptación local, 2019, p. 48).
 Facilita la incorporación de temáticas transversales a la agenda y a las distintas
áreas de gobierno.
 Promueve la incorporación del enfoque de derechos y género en las políticas
públicas.
 Promueve el enfoque multicausal sobre los problemas y, por tanto, la búsqueda
de soluciones innovadoras.
 Estimula mejoras en los procesos de planificación, monitoreo y evaluación.
 Permite identificar necesidades de capacitación de los equipos de gobierno.
 Promueve “la interacción entre las áreas de gobierno del mismo y entre los de
distintos niveles jurisdiccionales permitiendo un mayor conocimiento mutuo y
posibilitando acciones conjuntas para mejorar la eficacia de la gestión pública”
(Manual para la adaptación local, 2019, p. 49). En este sentido, mejora en la
coordinación institucional, y fomenta la coherencia de políticas de los gobiernos
nacionales, provinciales, municipales y locales.
 Deja en evidencia la importancia de la construcción y gestión de los datos y de
la información y, en ese sentido, es una oportunidad para fortalecer al sistema
estadístico local, al ser necesario contar con datos estadísticos comparables,
continuos y confiables.
 Fortalece de las estrategias de vinculación con la sociedad civil, el sector
privado y la academia.
 Entre otros…

La localización de los ODS puede contribuir y complementar la planificación de la


gestión de los gobiernos locales, ya que posibilita una mirada más amplia, integral y
holística, que supera las prácticas de la planificación sectorial. En ese sentido,
constituye una oportunidad para que los municipios estructuren sus acciones en
función de objetivos, metas concretas y realizables de acuerdo a sus prioridades
socioeconómicas y ambientales. (Manual para la adaptación local, 2019, p. 67).
Por los motivos expuestos es fundamental que los municipios incorporen la
herramienta de los ODS como parte de su estrategia de planificación y gestión.
Algunos municipios han adherido a los ODS y están llevando adelante un proceso
interesante.

14
El municipio de Gualeguaychú designó como punto focal a la Secretaría de
Salud y Desarrollo Social por ser un área con gran cantidad de dependencias bajo su
órbita y la capacidad de articular con otras áreas, y conformó una mesa de trabajo con
equipos técnicos de distintas áreas. Por su parte, Vicente López designó como Punto
Focal Municipal a la Secretaría de Coordinación lo que facilita el trabajo coordinado
con otras áreas y también creó mesas de trabajo para trabajar con las distintas áreas
de gobierno. A su vez, diseñó un tablero de gestión para el seguimiento de las metas
intermedias, en el que cada una de ellas cuenta con su correspondiente indicador,
área responsable, áreas vinculadas, y desde 2011, su línea de base. “Este tablero de
gestión permite integrar la información y establecer el porcentaje de cumplimiento por
ODS y por área de gobierno permitiendo un monitoreo que mejore las políticas de
gobierno, optimizando recursos y generando que la toma de decisiones sea más
eficaz”. (Manual para la adaptación local, 2019, p.91). General Villegas capacitó al
gabinete en ODS y aprobó una ordenanza que declara de interés la agenda 2030. Villa
María vinculó el presupuesto 2019 a los ODS, relacionando cada eje estratégico del
presupuesto al conjunto de ODS que se relacionan. A su vez, llevó adelante una
consulta a la población sobre el nivel de conocimiento de los ODS, con el objetivo de
recuperar opiniones sobre los objetivos prioritarios. Crespo cuenta con una oficina
municipal de Estadísticas que acompaña el proceso de localización, identificando
indicadores locales, fuentes de información, entre otras. Finalmente, Godoy Cruz
articuló el plan municipal (documento de gestión que establece metas y acciones
basadas en lineamientos estratégicos) con el plan provincial y los ODS.

Ambiente

Desde la perspectiva del Desarrollo Sostenible, lo ambiental está vinculado a lo


económico, lo social, lo cultural y lo educativo. Es decir, el ambiente aparece en este
contexto como emergente de época que es necesario resignificar y comprender desde
una perspectiva socio-cultural.

“Según Brañes (1991) la gestión ambiental comprende el conjunto de


actividades humanas encaminadas a ordenar el ambiente y contribuir al
establecimiento de un modelo de desarrollo sustentable. Parte de los
lineamientos que elabora la política ambiental, definida por Rodríguez Becerra,
Espinoza y Wilks (2002) como el conjunto de objetivos, principios, criterios y
orientaciones para la protección del ambiente” (Pereyra, A, 2012, 2020 p. 139).

Por otro lado, en un mundo globalizado e interdependiente, abordar la cuestión


de la gestión ambiental local implica vincularla al sistema al que pertenece. De tal
manera que al analizar la situación ambiental local se la debe articular con los
procesos y decisiones de los niveles provincial, nacional, regional y hasta global, ya
sea en el marco de la gestión como de las políticas” (Pereyra, 2020, p. 139).

A su vez, parte de las actividades y funciones que realizan los municipios


tienen impacto ambiental (siempre y cuando no sean de competencia provincial):
trazado, apertura, rectificación de calles, caminos, túneles; conservación de
monumentos y paisajes; eliminación de molestias para la población. En este sentido,

15
los municipios son responsables de actividades de gestión ambiental que también
pueden tener impacto en otros vecinos. (Pereyra, 2020).

En la actualidad, algunos de los problemas ambientales que se


reconocen en distintos municipios son: residuos sólidos urbanos, calidad del
agua, saneamiento, contaminación del agua, contaminación y degradación del
suelo y el aire como consecuencia de actividades industriales y/o agrícolas,
desaparición de espacios verdes, conflictos de uso del suelo por
incompatibilidad de actividades en el espacio y por incompatibilidad en el
tiempo, problemas de tránsito y circulación en áreas densamente pobladas.
También se identifican situaciones especiales en los cursos de agua cuando
estos son un recurso compartido, ya que su jurisdicción es competencia de la
provincia; por lo tanto, deben articularse esfuerzos para una gestión integral de
las cuencas hidrográficas. En cuanto a los recursos hídricos, puede ocurrir que
las causas del problema se localicen en una jurisdicción y sus efectos e
impactos se manifiestan en otra, por ello podemos decir que constituye un
problema complejo. . (Pereyra, 2020, 144).

En términos de coordinación, en Argentina, el Consejo Federal de Medio


Ambiente (COFEMA)6 es quien Quién coordina la política ambiental en todo el país a
través del Sistema Federal Ambiental. El COFEMA que está formado por el gobierno
federal, las provincias y la CABA. Es un organismo permanente de concertación y
elaboración de políticas ambientales entre Nación, las Provincias y CABA, que tiene
como objetivo principal, “el de coadyuvar a la generación de una política ambiental de
integración entre las provincias y el gobierno federal” (Que es el COFEMA,
argentina,gob.ar). Es decir, es un ámbito donde se concertan las políticas ambientales
donde el Federalismo es el principio rector que rige el funcionamiento del organismo.
Lo integran Nación, las provincias y CABA. Creado formalmente en el año 1996, tiene
como antecedente directo el Pacto Federal Ambiental de 1973. De acuerdo a su acta
constitutiva, es un sujeto de derecho público.
6
Como órganos de funcionamiento se encuentran la Asamblea, la Secretaría Ejecutiva,
la Secretaría Administrativa y las Comisiones. La Asamblea está integrada por el ministro o
funcionarios representantes titulares designados expresamente por los Poder Ejecutivos de los
Estados. Se reúne al menos 4 veces al año. La Secretaría Ejecutiva está integrada por seis
representantes de las regiones (Noroeste, Noreste Litoral, Nuevo Cuyo, Centro, Patagonia
Norte y Patagonia Sur), el representante del Gobierno Nacional y por un presidente, cuyo
mandato es anual (pudiendo ser elegido en años no electorales). Por su parte, las Comisiones
(de carácter transitorio o permanente) prestan asesoramiento al Consejo sobre distintas
temáticas y están conformadas por funcionarios designados por los representantes
provinciales.
Para el período 2020, se establecieron las siguientes Comisiones: Asesoramiento
Legislativo; Biocidas; Biodiversidad; Bosques Nativos; Cambio Climático; Educación Ambiental;
Género y Ambiente; Impacto Ambiental; Ordenamiento Territorial y Residuos.
Persigue, entre sus objetivos fundacionales, “propiciar programas y acciones de
educación ambiental, tanto en el sistema educativo formal como en el informal, tendientes a
elevar la calidad de vida de la población”. (inc. 8, Art. 2, Acta Constitutiva del Consejo Federal
de Medio Ambiente).
Finalmente, el COFEMA se expide a través de acuerdos y normas como Resoluciones y
Recomendaciones “consensuadas, acordadas y suscritas en el marco de las Asambleas
Ordinarias y Extraordinarias” (Que es el COFEMA, argentina,gob.ar).

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Las provincias se encuentran representadas a través de distintos organismos
provinciales, generalmente ministerios o secretarias vinculadas a la temática
ambiental, desarrollo sostenible, ecología y recursos renovables.

Otro instrumentos a resaltar en términos de articulación es La Ley Yolanda que


establece la capacitación en ambiente para todos los agentes públicos de los tres
poderes del estado es un elemento que, a nuestro entender, contribuirá a la
concertación y la coordinación de políticas en la temática. Los lineamientos de la
capacitación deben procurar tanto la transmisión de conocimientos como la
sensibilización en la temática (Art. 3° Ley 27.592).y deben contemplar un mínimo de
información referida a los siguientes ejes temáticos; cambio climático; protección de la
biodiversidad y los ecosistemas; eficiencia energética y energías renovables;
economía circular; y desarrollo sostenible. A su vez, deben incluir información sobre
normativa ambiental vigente (art. 5 Ley 27.592).

De esta manera, serán capacitados quienes se desempeñen en los


poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial en temáticas afines al desarrollo
sostenible y la contribución de los objetivos de desarrollo sustentable
nacionales; la gestión de los residuos sólidos urbanos; cambio climático;
recursos naturales y biodiversidad; eficiencia energética; derecho ambiental;
economía circular; e impacto ambiental de las políticas públicas, entre otras.
(Argentina.gob.ar, 2020).

A la fecha, existen jurisdicciones donde se ha sancionado una ley de adhesión;


jurisdicciones donde se presentaron proyectos de adhesión y jurisdicciones donde no
se ha encontrado información relativa a la adhesión a la ley Yolanda. De los proyectos
de ley y leyes existentes en la materia, existen casos donde, además de la adhesión
se avanza en la definición de la autoridad de aplicación y otras cuestiones relativas a
la implementación de la ley. Al igual que los estados provinciales, algunos municipios
han avanzado en la adhesión local a la ley Yolanda. Existen municipios con
ordenanzas de adhesión sancionadas y otros con proyectos de ordenanza.
El proyecto de Ley de Educación Ambiental que ya cuenta con media sanción
en diputados, establece “la Estrategia Nacional de Educación Ambiental como el
instrumento de planificación estratégica de la política nacional de educación ambiental
y el marco general político educativo y conceptual que orienta la política nacional en
esa materia. La Estrategia Nacional de Educación Ambiental alcanza a todos los
ámbitos educativos: formal, no formal e informal” y que la misma debe ser
desarrollada e implementada en conjunto entre el Ministerio de Educación, la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, en coordinación con el Consejo
Federal de Educación (CFE) y el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA).
En el caso de Misiones ya existe desde el año 2005 una Ley de Educación
Ambiental que también establece la necesidad de coordinación entre el Ministerio de
Educación (autoridad de aplicación) y el entonces Ministerio de Ecología, Recursos
Naturales Renovables y Turismo.

Género

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La cuestión de genero es una temática que contempla gran cantidad de
dimensiones o aristas; incluye cuestiones tendientes a garantizar la equidad de género
como a poner fin a la violencia de género en cualquier de sus modalidades o ámbitos.

Por ejemplo, la Ley N° 26.485 (2009) - Ley de Protección Integral para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen
sus relaciones interpersonales- define a la violencia contra la mujer como toda
conducta, acción u omisión que, de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito
público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida,
libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como
así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el
Estado o por sus agentes.

Entre los tupos de violencia reconoce la violencia, física, psicológica, sexual,


economía y patrimonial, y política.

A su vez, define las modalidades, es decir, las formas en que se manifiestan


los distintos tipos de violencia contra las mujeres en los diferentes ámbitos, quedando
especialmente comprendidas las siguientes: violencia doméstica, violencia
institucional, violencia laboral, violencia contra la libertad reproductiva, violencia
obstetricia, violencia médica, violencia por acoso callejero,

El plan de acción contra las violencias por motivos de genero 2020 -2021, es
resultado de un proceso de construcción federal, donde participaron organismos
gubernamentales de los tres poderes de cada uno de los niveles asi como
organizaciones del tercer sector y del mundo de la academia y la planificación.

“El carácter federal de las políticas y la apuesta a construir modelos de


gestión integrada y flexible entre Nación, Provincias y Municipios. Apostamos a
fortalecer las capacidades estatales, a través de la implementación de políticas
públicas acordes a cada uno de los contextos provinciales y locales. Desde ese
lugar le damos una importancia fundamental al Consejo Federal del MMGyD.”
(pág. 94)

Un eje de trabajo importante de dicho plan es la creación del Sistema Integrado


de Casos de Violencia por Motivos de Género. Este sistema permitirá elaborar datos
sistematizados e información estadística con alcance federal. Dicho sistema retoma y
potencia el trabajo de reunión de información en la materia previamente realizado por
INDEC (RUCVM), proponiendo incorporar ahora la perspectiva de diversidad y un
enfoque de predicción de riesgo en los datos para apoyar las políticas de prevención,
asistencia, sanción y erradicación de las violencias por motivos de género.

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