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Tras realizar un corte transversal y fijar la membrana con osmio o permanganato potásico, al
microscopio electrónico, la membrana se ve como una estructura trilamelar: dos delgadas
bandas oscuras (opacas al haz de electrones en las que se depositó el osmio) separadas por
una banda clara (que es atravesada por el haz).
En 1935 Davson y Danielli, tras unos trabajos con eritrocitos, propusieron un modelo para
la estructura molecular de las membranas plasmáticas que compendiaba los datos
experimentales conocidos hasta el momento y explicaba muchas de sus propiedades. Según
este modelo la membrana está formada por una bicapa de fosfolípidos que se encontraba
situada entre dos capas moleculares de proteínas, según lo que se denomina “modelo de
sándwich”. Los polos hidrófilos de los fosfolípidos quedaban recubiertos por las proteínas,
mientras que los hidrófobos se enfrentaban entre sí. Posteriormente se varió este modelo
para tratar de explicar cómo moléculas por ejemplo de agua y las moléculas hidrófilas podían
atravesar la membrana. Se propuso la existencia de unos poros de unos 10 Å formados por
proteínas hidrófilas, pero nunca se confirmaron.
GLÚCIDOS:
1) Las membranas biológicas son estructuras fluidas (la membrana no es algo rígido sino
que sus componentes pueden moverse) y asimétricas (atendiendo tanto a la
naturaleza de sus moléculas, como a su disposición).
(El movimiento de sus componentes (lípidos y proteínas) es lo que determina en mayor
medida la fluidez de la membrana, propiedad que varía de unas membranas a otras y
que está afectada por los siguientes cuatro factores: la longitud de las cadenas
hidrocarbonadas de los lípidos que la componen, la presencia de insaturaciones en
dichas cadenas, la proporción de colesterol y la temperatura).
3) Sus componentes se integran formando un mosaico por la manera que tienen estas
moléculas de distribuirse.
Las moléculas proteínicas pueden ser arrastradas por haces de microtúbulos del citoesqueleto
anclados en su cara citoplasmática. Mediante estos procesos puede originarse, por ejemplo,
una alta concentración de receptores en un determinado lugar de la membrana.
En las zonas en que las células están íntimamente unidas (desmosomas), la movilidad de las
proteínas se encuentra muy reducida.
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Cada una de estas funciones depende de sus componentes. Sin embargo, estas funciones no
son posibles fuera de la estructura de la membrana que, en realidad, funciona como un todo.
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Las moléculas pequeñas o los iones pueden atravesar la membrana plasmática sin
necesidad de que se produzca una alteración de su estructura. Este proceso puede ser un
transporte pasivo (que no necesita energía) o activo (que necesita energía).
La bomba Na+/K+ tiene actividad enzimática de tipo ATPasa. Son una clase de enzimas que
catalizan la descomposición de ATP en ADP y un ion de fosfato libre. Esta reacción es
exergónica ya que libera energía. Esta energía resultante se utiliza en la mayoría de los casos
para llevar a cabo otra reacción química acoplada a la reacción descrita.
Para originar y mantener el potencial de membrana la célula consume una tercera parte de
sus recursos energéticos. En las células nerviosas en las que se restablece continuamente el
potencial de membrana, este valor puede alcanzar el 70% del total.
Las células pueden captar y expulsar macromoléculas, partículas o incluso otras células o
partes de ella. Lógicamente, el gran tamaño de estos materiales impide su paso a través de
la bicapa lipídica o a través de los canales formados por las proteínas de membrana. Por esa
razón, este tipo de transporte requiere que la membrana se deforme.
LA ENDOCITOSIS:
Pinocitosis:
LA EXOCITOSIS:
Cuando una vesícula de exocitosis se fusiona con la membrana plasmática para descargar su
contenido, la superficie interna de la membrana de la vesícula se convierte en la superficie
externa de la membrana plasmática, mientras que la superficie externa de la membrana de la
vesícula forma parte de la superficie interna de la membrana plasmática. Mediante este
mecanismo celular son capaces de eliminar sustancias sintetizadas por la célula (secreción) o
sustancias de desecho (excreción).
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En los organismos pluricelulares las células que forman tejidos se encuentran en contacto
directo unas con otras. Algunas zonas de la membrana de ciertas células pueden desarrollar
estructuras de unión entre células que son esenciales para estabilizar la formación y el
funcionamiento de los tejidos. Vamos a ver cuatro tipos atendiendo a su estructura y función:
Este tipo de uniones son estructuras formadas por proteínas transmembrana, denominadas
conexinas, que se reúnen en grupos de seis originando formaciones hexagonales llamadas
conexones que tiene un diámetro de 9,5 nm y dejan en su centro un canal acuoso de 2 nm
alineado con el del conexón de la célula adyacente. Al unir células contiguas, los conexones
ponen en comunicación ambos citoplasmas, pudiendo pasar a través de ellos los iones y
moléculas pequeñas hidrosolubles, así se establece una cooperación metabólica. Por este
motivo a estas uniones se las denomina comunicantes. Esta clase de unión son frecuentes
entre células que requieren una intensa comunicación entre sí y produce respuestas
coordinadas de las células, como la sincronización de la contracción del músculo cardíaco.
En estas uniones persiste el espacio intercelular, aunque este se encuentra reducido, con lo
que las membranas celulares no llegan a contactar.
2- Uniones estrechas, impermeables, oclusivas o herméticas:
Son uniones especializadas de las membranas que impiden el paso de cualquier molécula
entre las células ya que las membranas de las células se unen por esas regiones sin dejar
espacio intercelular. Están formadas por proteínas transmembranales, claudinas y
ocludinas, dispuesta en forma de hileras o bandas que se unen a otras iguales en la célula
vecina y que sueldan las membranas plasmáticas entre sí. Las claudinas y las ocludinas a
través de otras proteínas (proteínas ZO=de zonula occudens), contactan con los filamentos
intracelulares de actina del citoesqueleto, con lo que refuerza su eficacia de unión.
Si no existiera este tipo de unión, los mecanismos de bombeo de células absorbentes, como
las intestinales serían inútiles y la composición del medio a cada lado del epitelio se volvería
uniforme. De esta forma, por ejemplo, el epitelio intestinal puede controlar el transporte de
glucosa entre la luz intestinal y los capilares sanguíneos.
Están presentes en los tejidos epiteliales presentes en vasos sanguíneos, intestino, mucosa,
etc.
3- Las adhesiones mecánicas (Uniones adherentes):
Las células se mantienen unidas mecánicamente y funcionan como una unidad estructural.
Los desmosomas se localizan en aquellos tejidos que se hallan sometidos a fuertes tensiones
mecánicas, como el epitelial o el músculo cardíaco y su función es proporcionar fuerza
mecánica a la unión. Se clasifican en bandas de adhesión (desmosomas en banda o zónula
adherens), desmosomas y hemidesmosomas.
MATRIZ EXTRACELULAR:
Mantener unidas entre sí las células que forman los tejidos, a los que además dotan de
elasticidad y resistencia ante los esfuerzos mecánicos.
Al ser una estructura que proporciona una continuidad entre tejidos de distinta naturaleza
sirve como “vía de comunicación”, lo que permite la difusión de innumerables sustancias,
así como la migración de algunos tipos de células. Se ha comprobado también que participa
en el crecimiento y la diferenciación celular.
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Lámina media:
Es la primera capa que se forma ya que es el tabique que se construye entre las dos células
hijas cuando la célula madre se acaba de dividir. Queda como el elemento de unión entre la
célula y su vecina salvo en los lugares en los que se encuentran los plasmodesmos, que son
puentes de intercomunicación celular. Está formada fundamentalmente por pectina. Su
función es unir y cementar células adyacentes.
Pared primaria:
Pared secundaria:
Se encuentra entre la pared primaria y la membrana celular, aunque no existe en todos los
tipos de pared celular. Se forma una vez que se ha detenido el crecimiento celular ya que es
una capa tan gruesa y rígida que impide dicho crecimiento celular pero proporciona
capacidad de sostén a muchas estructuras de las plantas. Se relaciona con la especialización
de cada tipo celular. Está constituida por pequeñas cantidades de pectina y por abundante
celulosa. Las fibras de celulosa se disponen regularmente ordenadas y presentan
orientaciones diferentes en las sucesivas capas formando en su conjunto una estructura
helicoidal muy resistente. En muchos tejidos vegetales esta pared secundaria se engrosa y
refuerza con sustancias como la lignina (en el leño o madera), suberina (en el corcho o
suber) o con ceras impermeabilizantes. Se localiza preferentemente, en las células de los
tejidos de las plantas especializados en el sostenimiento mecánico y en los conductores.
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PUNTEADURAS:
Son otra forma de comunicación entre las células vegetales que consisten en un
adelgazamiento de la pared secundaria (la pared está formada por lámina media y pared
primaria). La punteadura de una célula se corresponder con la de la célula adyacente. Hay
diferentes tipos de punteaduras: punteaduras simples, punteduras areoladas, punteaduras
semiareoladas, etc.
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INCLUSIONES CITOPLASMÁTICAS
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Los microfilamentos son los filamentos más finos (diámetro entre unos 7-8 nm). Presentan
extremos de diferente polaridad, que pueden polimerizarse y despolimerizarse con facilidad,
es decir, son estructuras dinámicas que se pueden formar y destruir constantemente en
función de las necesidades fisiológicas que presentan las células en cada momento. Aparecen
como fibras delgadas y flexibles formadas por polímeros helicoidales de la proteína actina.
Están dispersos por el citoplasma, pero abundan sobre todo debajo de la membrana
plasmática donde configuran una red denominada córtex o citoesqueleto cortical
responsable de dar forma a la célula manteniendo un elevado grado de elasticidad.
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FILAMENTOS INTERMEDIOS.
Los filamentos intermedios suelen ser específicos para cada tipo de células.
No son estructuras que se polimericen y se despolimericen, sino que son muy estables y no
se están formando y destruyendo constantemente como los otros componentes del
citoesqueleto.
LOS MICROTÚBULOS.
Son los componentes de mayor grosor del citoesqueleto. Igual que sucede con los filamento
de actina, se trata de estructuras dinámicas, ya que se pueden formar o destruir según las
necesidades fisiológicas de las células (por ejemplo sirven de apoyo a estructuras de
desplazamiento direccional de la célula (pseudópodos) e intervienen en su orientación), uno
de sus extremos es de polimerización rápida y el otro de polimerización lenta, es decir
presentan polaridad.
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CENTROSOMA O CITOCENTRO (Para sustituir a lo que bien en el libro):
El centrosoma o citocentro es un orgánulo no membranoso, que está presente en las
células animales, en las células de las algas y de la mayoría de los protozoos. Se define
como la zona del citoplasma donde se encuentra el centro organizador de los microtúbulos
de la célula (COM). Normalmente se localiza a un lado del núcleo y está rodeado muchas
veces por los dictiosomas del aparato de Golgi.
El centrosoma es, pues, el centro dinámico de la célula, ya que, al generar los microtúbulos,
es el responsable de los movimientos internos y de los movimientos externos. Un ejemplo
de movimientos interno es el de los cromosomas, responsabilidad de los microtúbulos que
constituyen el huso acromático o mitótico; y un ejemplo de movimiento externo es el de los
cilios y flagelos celulares, cuyo interior está formado por microtúbulos. El centrosoma
también es el responsable del citoesqueleto, pues los microtúbulos son la base de su
estructura.
Está constituido por tres componentes: centriolos, centrosfera (material pericentriolar)
y áster:
CENTRIOLO
Antes de que la célula entre en división, sus centriolos se duplican, formándose uno nuevo
perpendicular a cada uno de los precedentes de este modo se obtienen dos diplosomas, uno
para cada célula hija. Una vez formados los nuevos diplosomas, emigran a cada polo de la
célula quedando organizados entre ellos el huso mitótico o acromático. Este tipo de
divisiones se denominan divisiones astrales.
Las células de los vegetales superiores, la de los hongos y
de algunos protozoos carecen de centriolos. Pero también
poseen un centro organizador de microtúbulos: los
microtúbulos se generan a partir de una zona del
citoplasma engrosada y clara del citoplasma, sin límites
bien definidos, que carece de áster. Aunque no tiene
centriolos, a partir de estas zonas se forman los
micortúbulos del huso acromático. Cuando participan en la
repartición de los cromosomas, reciben el nombre de
casquetes polares.
- Centrosfera, esfera atractiva o material pericentriolar: región del citoplasma que
rodea a los centriolos (diplosoma) y que es un material de tipo amorfo cuya composición
exacta se desconoce todavía. El material pericentriolar es el auténtico centro organizador de
los microtúbulos citoplasmáticos.
- Áster: conjunto de microtúbulos que crecen y se organizan en forma de radios, a partir
de la centrosfera. Durante la división celular los microtúbulos del áster dan origen a los
microtúbulos del huso acromático.
Función del centrosoma:
- El centrosoma está involucrado en la formación de la red de microtúbulos del citoesqueleto
que crecen desde su material pericentriolar -que es el centro organizador de los
microtúbulos (COM)- hacia la periferia de la célula.
- También está implicado en la creación del huso acromático o mitótico en células animales.
Como ya hemos visto, las células de los vegetales superiores, la de los hongos y de algunos
protozoos carecen de centriolos, sin embargo el huso también se forma aunque, como
carecen de centriolos, el centro del que parten las fibras del huso es una zona difusa
constituida por un material denso semejante al material pericentriolar que hace las veces
de centro organizador de microtúbulos (mitosis anastrales), mientras que en las demás
células es un punto concreto.
- División o génesis de nuevos centrosomas (previo a la mitosis y a la meiosis).
Función de los centriolos:
- Los centriolos, por su parte, son estructuras que participan en la formación de cilios y
flagelos, ya que en el origen de estos se encuentra una estructura denominada corpúsculo
basal, que es idéntica al centriolo, y desde donde crecen y al que se anclan los microtúbulos
que forman dichos cilios y flagelos.
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CILIOS Y FLAGELOS (UNDULIPODIOS) (Para sustituir a lo que viene en el libro):
Los cilios y los flagelos son prolongaciones citoplasmáticas móviles de la superficie celular
de muchas células. Su función es la de permitir el desplazamiento de las células en el
medio que les rodea (como es el caso de algunos protoctistas o de los espermatozoides) si
son libres y suficientemente pequeñas, o se emplean para mover el líquido y las partículas
extracelulares sobre la superficie de la célula, como ocurre en las células epiteliales ciliadas
tanto de la tráquea como de los bronquios.
Los cilios y los flagelos presentan la misma estructura pero, mientras que los cilios son
cortos (de 2 a 10 m de longitud y 0,25 m de diámetro) y numerosos, los flagelos son
largos (de 100 m o más de longitud y 0,25 m de diámetro) y escasos, generalmente uno
o dos por célula. También se diferencian en el tipo de movimiento que presentan.
Estructura y composición de los undulipodios:
Cilios y flagelos responden a un mismo patrón estructural. Están formados por un tallo o
axonema, una zona de transición, el corpúsculo basal y las raíces ciliares que no siempre
están presentes.
- Tallo o axonema: está rodeado por la membrana plasmática y contiene una matriz o
medio interno en la que se encuentra 9 pares de microtúbulos periféricos (dobletes) y dos
microtúbulos centrales separado uno del otro que se encuentran rodeados de una delgada
vaina; todos ellos se disponen paralelos al eje mayor del undulipodio, formando una
estructura del tipo 9+2. Estos microtúbulos surgen de una zona de transición amorfa rica
en proteínas: la placa basal que marca el límite entre el corpúsculo basal y el tallo. Los dos
microtúbulos centrales son completos, es decir, cada uno está formado por sus trece
protofilamentos, mientras que en los pares de microtúbulos periféricos el más interno o A,
es completo, y el más externo o B, no lo es (presenta 10 microfilamentos y comparte 3 con
A). Del microtúbulo A salen dos pequeñas prolongaciones laterales constituidas por una
proteína denominada dineína y que a modo de brazos se dirigen hacia el microtúbulo B de
la pareja vecina. Cada par de microtúbulos permanece unido al par adyacente mediante
fibras de otra proteína, la nexina que mantiene la disposición cilíndrica del axonema, al
unir, como ya hemos dicho, los dobletes periféricos entre sí. Otras fibras unen a cada
microtúbulo A con la vaina central (fibras radiales).
La dineína es una ATP-asa que permite el movimiento entre los diferentes grupos de
microtúbulos y origina así, el movimiento de los undulipodios.
El tallo o axónema es la zona más larga del cilio o del flagelo responsable de su
movimiento.
- Zona de transición: Es la base del cilio o de flagelo. En esta zona desaparece el par
de microtúbulos centrales que constituye el eje del tallo (9+2) y los dobletes periféricos se
transforman en tripletes periféricos (9+0). En ella se encuentra la placa basal.
FLAGELOS BACTERIANOS:
Los flagelos bacterianos presentan una estructura totalmente diferente de los de las células
eucariota. No presenta estructura 9+2, ni están rodeados de la membrana plasmática (se
considera una estructura extracelular). Presentan una base estructuralmente compleja de
sujeción en forma de codo unida a la capa de peptidoglucanos y a la membrana plasmática,
en la que se ancla el filamento del flagelo. Están formados por una proteína diferente: la
flagelina.
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RIBOSONAS
Las proteínas que forman los ribosomas se forman en el citoplasma y los ARNr en el núcleo.
Las proteínas sintetizadas por los ribosomas que forman los polisomas se quedan en el citosol
y las sintetizadas por los ribosomas adheridos a la membrana del RER pasan a la luz del
mismo, para incorporarse a otros orgánulos, ser secretadas al exterior celular, o bien
insertarse en la membrana.