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URGENCIAS NORMALES EN GIJÓN

Es vergonzoso que en ambulatorios de Gijón los pacientes tengan que


esperar los fines de semana más de 3 horas y en bastantes casos 4 horas
a ser atendidos por los médicos de guardia por falta de médicos, porque
solo está un doctor, ya que el segundo médico está visitando domicilios
de pacientes. Tendría que haber tres o cuatro médicos, para que los
tiempos de espera no fueran indignantes. Ya se sabe que los doctores no
son responsables de esta situación, porque lo son los gobernantes que
no contratan al doble o triple de médicos de los que están trabajando
actualmente, pero las consecuencias negativas las padecen los usuarios
de del sistema público de Salud. Y no vale con decir que se debe tener
paciencia. Todo tiene unos límites. Y es de juzgado de guardia que los
ciudadanos tengan que ir a las cuatro de la mañana a urgencias normales
de los centros de salud, para que los atiendan, con unos tiempos de
espera normales y decentes. Y, en ocasiones, ni así. Es indignante.
El Gobierno central, en mi opinión, tiene una responsabilidad innegable y
no contrata el doble de médicos, al menos, para poner fin a esta
situación. Y en Asturias el gobierno autonómico debería presionar, en el
buen sentido del término, al presidente del Gobierno con argumentos y
hechos objetivos, como los que acabo de expresar. En el sistema de salud
no vale todo. Se debe emplear mucho más dinero de los impuestos que
pagamos para la Sanidad pública, no existe otra solución. O esto o el
sálvese quien pueda, que ya es en lo que estamos instalados, desde hace
unos años en España.
La masificación de la sanidad pública es de tal calibre que, las listas de
espera para especialistas son tan largas en el tiempo para los pacientes
que, una cierta parte, acuden a la sanidad privada, como forma de
garantizar que no van a tener problemas muy serios, que pueden
terminar con sus vidas, por la lentitud en la asistencia sanitaria. No hay
que olvidar que, en cierto número de casos, las pruebas realizadas lo
antes posible salvan vidas. En cambio, en la sanidad privada consultas y
pruebas médicas se realizan en cuestión de unos días o de una semana,
frente a ocho o nueve meses, en comparación con la sanidad pública. Y
encima se habla de la calidad de la sanidad pública. Será en el sentido de
que operaciones médicas muy costosas son gratis para los pacientes.
Solo faltaba que después de pagar toda una vida la Seguridad Social no
fuera así. No debe de haber una sanidad de ricos y otra de los que no lo
son ya que es discriminatorio. Se debe proteger la salud de todos los
españoles. Además, un porcentaje considerable de la población española

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está en riesgo de pobreza y no se puede permitir pagar consultas
privadas.

Aunque sea universal y gratuita la atención sanitaria pública no atiende


con calidad por lo ya explicado y porque, en ciertos casos, no se realizan
las suficientes pruebas médicas que, si se pueden realizar en la sanidad
privada, previo pago de los usuarios. Además, la desigualdad en la
atención médica, en las distintas Comunidades Autónomas en España, es
una realidad innegable.
Lo que no puede ser es que una persona se muera esperando en la lista
de espera. También es preciso poner de manifiesto que hace pocos años,
durante la pandemia del coronavirus, muchos mayores murieron por
falta de atención sanitaria y esto es una realidad demostrable, con datos
y pruebas. Además, es de sentido común que todos merecemos una
atención médica digna, independientemente de la edad que tengamos y
esto no se cumple en la realidad, en todos los casos y situaciones. Es algo
a tener muy en cuenta. Lo que no puede ser es que, ante el
envejecimiento poblacional de Europa y de otras partes del mundo, los
gobiernos de los países y el de España también miren para otro lado,
como si no existiera este problema. Cuando lo que se debe hacer es
evidente, duplicar o triplicar la cantidad de médicos y material médico
avanzado, para hacer frente a este nuevo desafío, en la protección de la
salud. Y no sirve como atenuante o excusa decir que en nuestro país la
población es mucho mayor que en Bélgica, porque los ciudadanos
españoles se merecen la misma calidad de atención médica que los
belgas, esto es indiscutible. La responsabilidad absoluta corresponde a
los políticos que gobiernan y a nadie más. Si es preciso que se paguen
más impuestos, para que sean destinados al sistema sanitario habrá que
hacerlo, no existen más soluciones. La alternativa a esto es, en mi
opinión, dejar que alguna gente viva menos de lo que podría en
condiciones de buena asistencia sanitaria, tan cruel y simple como esto,
lo que es una barbaridad ya que no respeta el derecho a la vida.

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