Está en la página 1de 12

Universidad de Nariño - Facultad de Ciencias de la Salud

Programa de Medicina – Comunidad y Salud, III Semestre de Medicina

Nombre: Valentina Perez Carvajal

Taller 1. Control de lectura y ensayo. La Salud en el marco de los


Derechos Humanos

Resumen Doctor Víctor de Currea

La realidad muchas veces es dolorosa, los hospitales públicos muchas veces


no tienen los recursos que se merecen las personas y los profesionales de la
salud, en la pandemia esto se hizo más evidente ya que en el video inicial la
enfermera Laura Figueroa expresa que solo había 15 camas para toda una
multitud. Eso indica que las condiciones son precarias y que los profesionales
no pueden ejercer su trabajo de la mejor forma ya que no hay recursos. Ahora,
los pacientes no pueden tener una calidad en su salud ya que el sistema falla
tanto en medicamentos y esto es algo grave ya que muchas enfermedades
dependen de la medicación y si estos no son entregados, la persona puede
llegar a complicarse. En el video inicial de la conferencia se puede evidenciar la
triste realidad de la salud en Colombia y más en la pandemia donde golpeó a
muchas personas con dificultades. Algo que me pareció interesante del video
es que en la pandemia se destino 19 billones de pesos y se excluyó a los
hospitales, esto demuestra que para el gobierno la salud no es prioridad sobre
todo la de los más necesitados y la verdad es que son personas y merecen una
dignidad humano, además en la pandemia se excluyo muchísimo a los
profesionales de la salud ya que se los consideraba como agentes de infección
y esto es un problema grave ya que su labor era salvar vidas y eso no era nada
fácil. El doctor inicia diciendo que no se debe habar de esto como datos
estadísticos porque son personas y merecen respeto. El doctor dice que la
salud es un derecho y NO se exige “inmortalidad” sino que se exige unas
condiciones de vida para que la gente no se enferme o que se recupere, se
necesita por ejemplo control en las comidas, agua potable, bebidas
azucaradas, contaminación ambiental, manejo de basuras, todo eso son
problemáticas que el estado debería tomar para que la gente no se enferme.
“La salud es un derecho que interactúa con otros derechos” es algo que
expresa el doctor ya que depende de muchas situaciones, los derechos
humanos dependen de la responsabilidad del estado.

El estado tiene tres fases de responsabilidad: lo que hace, lo que no hace y la


responsabilidad que le deja a terceros es lo que dice el doctor ya que hay
muchas responsabilidades que el estado evade. El estado tiene diferentes
prioridades, pero muchas veces no se destina dinero a la salud. En las
primeras declaraciones del presidente Iván Duque con el ministro de hacienda
fue que se iban a destinar 19 billones para los bancos, pero se olvida a la
salud, hay zonas donde no hay hospitales, muchos dicen que allá no hay
población, pero si lo hay y no pueden tener salud. La salud es un derechos y
obligación del estado así que este es responsable de que la salud sea para
todos. El acceso a la salud para muchas personas es imposible porque para
llegar a esta tienen que hacer un viaje infinito así que no se está garantizando
la distribución de la salud. No tiene que existir discriminaciones en el área de la
salud porque todos somos personas y no porque alguien sea indígena no
puede tener acceso a la salud, todos merecemos un mismo trato. El problema
del derecho a la salud es muy grande ya que inicialmente hay problemas de
cobertura y de la corrupción, cuando se inventaron las eps todo cambió ya que
antes de 1993 cuando no habían eps, la salud funcionaba de una mejor
manera además el mundo no funciona con las eps. Una de las problemáticas
más vistas es que los médicos tienen que tener un número específico de
tomografías, de exámenes, esto es inhumano porque muchas personas se
quedarán con una expectativa. Todo esto es una violación a los derechos
humanos porque no se toma en cuenta a la persona y se le esta violando el
derecho a la salud, en el 91 se reconoce muchos derechos fundamentales,
pero también se reconoce el libre mercado entonces las prioridades van a
cambiar. Además, como es posible que un médico que ya esta acreditado para
recetar medicamentos tenga una lista para recetar y no pueda mandar un
medicamento porque es caro y tiene que seguir la lista, la ley 100 viola el
derecho a la salud. El derecho a la salud son condiciones mínimas, pero
además requiere dinero porque se debe pagar impuestos, Suecia es un país
capitalista donde las personas pagan diferentes impuestos dependiendo de lo
que ganan, pero a las personas no les molesta porque se mira que el dinero si
está bien invertido tanto en infraestructuras como en el sistema de la salud, lo
que no pasa en Colombia.

Es grave ver la situación de hoy en día, como se le ha hecho creer a la gente


que las eps son lo mejor y que lo público debe desaparecer, les hacen pagar a
la gente por su salud y además tienen que hacer un co-pago. Además, se toma
a los médicos como unos “obreros” con turnos infinitos y con un contrato de
prestación de servicios, En Colombia los doctores se pagan su posgrado ellos
mismos cuando en otros lugares eso lo paga el estado. Es triste ver como a los
médicos se les exige tener un número determinado de pacientes y que no
pueden enviar muchos medicamentos, se está violando la salud. Hay gente
que le sirve la ley 100, hay gente que come del negocio de la salud y no mira
las prioridades de otros, es más importante su economía. En Colombia, se
renunció a la producción nacional de vacunas porque al fin y al cabo todo es un
negocio. El virus no tiene la culpa de toda la realidad que se vive, el sistema
tiene la culpa de que personas no tengan acceso a la salud, de que los mismos
profesionales de la salud tengan que comprarse sus implementos de
protección.

La ética médica en Colombia lastimosamente no existe ya que el medico


colombiano ha renunciado a la autonomía, básicamente hay muchos puestos
de trabajo y si no se obedece a ciertos términos, hay otras personas que, si
están dispuestos a trabajar por eso, los médicos han renunciado a su ética
profesional para mantener su trabajo. Además, se habla de la responsabilidad
social y la información, las personas tienen derecho a aprovechar los avances
de la ciencia, pero muchos de estos están atrasados y se les niega a muchas
personas como las vacunas, que prácticamente afectan la economía y tengan
que compran vacunas. Las eps ni si quiera son capaces de contestar una
llamada telefónica, mucho menos serán capaces de vacunar. Muchos mitos
existen acerca de las vacunas, pero es la desinformación de la gente, la
credibilidad de los médicos debe mantenerse. Muchos charlatanes se
aprovechan de las personas, juegan con la necesidad de las personas. La
dignidad humana es tan importante ero se viola tanto en pacientes como en
personal de la salud que los explotan en su horario de trabajo, las personas no
pudieron acceder a su servicio de salud en tiempos de COVID porque se dio
prioridad a las personas con COVID y se olvidaron de pacientes que tienen
otras enfermedades. La dignidad humana es algo muy complicado de definir
porque se puede definir en diferentes entornos como en el trabajo, condiciones
de vida, personas que gocen de condiciones mínimas de calidad de vida, de
alimentación, de trabajo, de salud. Hay personas que tienen condiciones de
vida precarias y la pandemia fue un obstáculo para conseguir el alimento del
día a día, muchas personas tienen una condición difícil.

La dignidad humana es más difícil de lo que nosotros pensamos, hay distintos


tipos de dignidad como la dignidad laboral donde muchas veces se viola la
capacidad que tienen las personas, por ejemplo, los médicos que solo se les
paga 8 horas y trabajan 12 horas. La dignidad también tiene que ver con un
trato justo, las condiciones son difíciles para muchas personas ya que
dependen de su trabajo para comer y el salir a la calle es primordial por eso en
tiempos de pandemia esto fue difícil. El dinero no es problema, el dinero en
Colombia hay, pero no se lo invierte en las prioridades solo en los negocios y
en el mercado. En la depresión del 29 de EEUU se recuperaron con el estado
donde este inyectó capital en la sociedad y esto da a entender que la renta
básica es primordial ya sea para comprar y esto es lo que le importa al
gobierno. El sistema está hecho para perpetuar inequidades. La vacunación es
otro tema importante que se debe continuar con unas medidas de protección
específica, todos deben ser vacunados hasta los que tuvieron la infección
porque pueden propagar la infección, además si solo se quiere pensar en
economía, para volver a la normalidad se necesita que todos estén vacunados.

No hay un pago justo a todas las personas que trabajan en el sector de la


salud, se debe evitar la corrupción a través de unas auditorias a lo público, se
trata de dar lo que le corresponde a cada persona y que todos tengan acceso a
la salud. El sistema de salud está mal elaborado porque no permite que todas
las personas tengan acceso a la salud. Se debe modificar el sistema de salud
de tal modo que se lo ofrezca las mismas necesidades a todos, se necesita que
el personal de la salud tenga todos los recursos para atender a la sociedad, la
dignidad humana es importante porque se exige las condiciones mínimas que
se tiene como ciudadanos. No es justo que las personas trabajen tanto y que
no se les pague lo que les corresponde y tampoco es justo que personas que
no tengan condiciones favorables no puedan acceder a la salud

ENSAYO

Es importante tener en cuenta que el Congreso en 1993 adoptó un modelo de


salud a través de la ley 100, esto hizo que haya muchas reformas en el sistema
de salud, pero este sistema ha tenido muchas dificultades en su practica 0ara
alcanzar muchos objetivos. Se habla de este tema porque poco a poco nos
vamos a dar cuenta como este sistema viola en muchas ocasiones la salud y
los derechos humanos de la sociedad. Se puede decir que ha habido un
aumento del gasto público en salud y esto ha generado mejoras importantes en
aseguramiento y atención a la enfermedad de los sectores más vulnerables,
cabe resaltar que esto sucedió en los inicios de la implementación. Luego, la
situación fue difícil porque existen problemas serios de inequidad, universalidad
y calidad del servicio salud. Esto es importante porque muchas personas no
pueden acceder al servicio de la salid porque no existe universalidad, las
personas que tienen pocos recursos no pueden acceder a una salud de
calidad, y ahí el derecho a la salud se viola y por supuesto la dignidad humana,
que es exigir al menos las condiciones mínimas para tener una vida agradable.

Antes de entender todo esto, es necesario entender el concepto de dignidad


humano y todo lo que conlleva esto. La dignidad humana es un valor básico y
fundamental de los derechos humanos, es la piedra angular del edificio de los
derechos humanos, que tienden a satisfacer las necesidades de las personas
en el campo moral. El Estado, por tanto, es el primer garantista de los derechos
humanos, a través de sus leyes, obliga a todos los ciudadanos a respetar estos
derechos y dicta normas sancionadoras para los transgresores, además,
establece los diferentes tipos penales, considerados como conductas lesivas a
los derechos, llamadas infracciones. El Estado pretende que las condiciones
humanas se desarrollen, en la vida social, en un ambiente de libertad, de
dignidad. De la misma manera que se impuso la democracia igualmente se
impusieron los derechos humanos como una condición indispensable para el
desarrollo de la democracia y la propia existencia de los estados
contemporáneos. Desde la creación de las Naciones Unidas los derechos
humanos dejaron de ser un tema de interés interno de los países, para
convertirse en un tema central del derecho y las relaciones internacionales. Es
sorprendente la manera en que han crecido en los últimos tiempos las
actividades de la comunidad internacional en el ámbito de la tutela y protección
de los derechos humanos, así como se han desarrollado y perfeccionado tanto
los instrumentos que los consagran como los organismos dedicados a su tutela
y promoción.

Ambos temas, democracia y derechos fundamentales comparten su estrecho


vínculo ya que se toma en cuenta a la persona y se respeta sus condicines
mínimas de calidad de vida e incluso a nivel de fundamento con la idea de la
dignidad humana. Los derechos humanos no son sino la expresión jurídica de
la dignidad de las personas y su función es precisamente permitir y garantizar
su respeto, y la democracia es el ámbito en el que pueden desarrollarse las
relaciones políticas de la comunidad en un marco de respeto a la dignidad. La
dignidad es ser tratado como lo que se es. La dignidad humana ha estado
permanentemente presente en las normas jurídicas en cada momento del
desarrollo de la humanidad. Desde la dignidad concebida como estatus social,
ésta se reflejaba en normas sociales que terminaron dando contenido a normas
jurídicas; sin embargo, el tema de la dignidad humana cobró una mayor
importancia para el Derecho a partir del desarrollo de la dignidad de la persona
como un valor intrínseco de los individuos, y por tanto su respeto y tutela en las
relaciones sociales tomó una especial dimensión al considerarse primero como
un deber moral y posteriormente como un deber jurídico.
Ahora bien, si relacionamos la dignidad humana con la salud podemos decir
que son muy importantes para darle una mejor calidad de vida a las personas.
La dignidad del paciente es un derecho inviolable que le corresponde por el
hecho de ser humano, pero es más exigible por su situación de enfermo según
los patrones culturales que hay que conocer. Por ejemplo, ayuda a respetar la
dignidad del paciente el ofrecer atención en su propio idioma. Si se tiene en
cuenta que el objetivo del sistema sanitario es ofrecer cálida calidad prestando
servicios según necesidad, sería fácil promover la atención en distintos idiomas
e incentivar a los profesionales para que lo logren. Por ejemplo, es absurdo
contar con una colonia importante de chinos y que nadie sepa decir ni hola en
mandarín. En otro ejemplo, es un insulto que se atienda a gitanas
embarazadas pretendiendo aplicar los criterios y valores de los mismos
profesionales sanitarios, payos de clase media/alta. Ejercer de médico exige
ciencia pero también humanidad y dignidad en el trato, y no puede existir
dignidad sin conocimiento profundo de la cultura del paciente. Además, La
dignidad del paciente exige tratar de forma desigual a los que son de desigual
clase social, por más que tengan la misma necesidad, La existencia de un
sistema sanitario de cobertura universal pretende disminuir el impacto de la
clase social entre los pacientes. Por ello, en un sistema sanitario de cobertura
universal con pequeños o nulos copagos en el punto de servicio se esperaría
que los servicios se prestasen según necesidad. Lamentablemente, la teoría no
se cumple, sino al contrario, se cumple siempre la Ley de Cuidados Inversos,
de Hart, que dice que “Los servicios sanitarios se prestan según el inverso de
la necesidad, y esto se cumple más cuanto mayor sea la orientación a lo
privado del sistema sanitario”.

Todo lo teórico es fácil definirlo pero decir que en Colombia se de el derecho de


la salud es una mentira ya que no hay una universalidad, hay personas que no
gozan de este derecho y tienen condicones vulnerables, lamentablemente hoy
en día es más importante el dinero que pueda tener que el simple hecho de ser
humano. Hay personas que no pueden pagar la salud y ahí también se está
violando la dignidad humana ya que no tiene la condiciones mínimas para vivir
una vida de calidad. Es triste ver que en Colombia, la salud no se cumple en
todos los lugares, el sistema está muy mal elaborado ya que los mismos
médicos tienen que contar cuantos pacientes examinar y cuantos exámenes
mandar cuando eso es una violación ya que todos merecen ser atendidos. La
salud es un derecho y lastimosamente se está violando, además, también se
está violando los derechos de los médicos. La dignidad humana también es en
el trabajo y en Colombia los médicos trabajan 12 horas y solo les pagan 8
horas por lo que los están explotando y no miran el esfuerzo de su trabajo.
Todos merecen respeto y en Colombia debería respetarse los derechos
humanos, las personas más vulnerables tienen que pagar las consecuancias
ya que no tienen las condicones favorables para pagar una salud de calidad.

El derecho a la salud ha quedado constituido como un derecho fundamental,


como una necesidad básica humana que supone “un estado de completo
bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de dolencia o
enfermedad”. El derecho a la salud es un derecho habilitante de otros
derechos: en ningún otro derecho como en la salud se observa la
interdependencia entre los derechos tan claramente como en éste. Las
condiciones de salud de una persona varían según el grado de libertad en que
viva, o de la vivienda que habita, del acceso a alimentación adecuada, vestido
y trabajo.
El Estado Social de Derecho pretende garantizar los denominados derechos
sociales mediante su reconocimiento en la legislación y mediante políticas
activas de protección social, de protección a la infancia, a la vejez, frente a la
enfermedad y al desempleo, de integración de las clases sociales menos
favorecidas. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena, en 1993,
concluyó que estos derechos tienen la misma categoría, importancia, origen,
titular y destinatario que los demás; pertenecen a todos los miembros de la
familia humana (universales) y son reclamables al Estado, obligado a su
promoción y protección. A partir de 1991, el derecho a la salud quedó
formalmente consagrado en la Constitución Política de Colombia, y le
correspondió al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de los
servicios de salud a todos los habitantes del territorio nacional. Adicionalmente,
Colombia ya había ratificado tratados de derechos humanos, en especial el
Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales, que en su
artículo 14 establece el derecho de todas las personas al disfrute del más alto
nivel posible de salud física y mental. La Ley 100 de 1993 desarrolló el nuevo
enfoque de la política pública en este campo y creó el Sistema General de
Seguridad Social en Salud (SGSSS) inscrito en la lógica de manejo social del
riesgo, conforme a un modelo que sus promotores calificaron de “pluralismo
estructurado”, fundado en el aseguramiento y en la competencia regulada, y
que otorgó a los particulares la potestad de concurrir para la prestación de los
servicios de salud, pero sometidos a la vigilancia y control estatal.

Al adoptar la fórmula del Estado Social de Derecho en la Constitución de 1991,


Colombia asumió el compromiso ineludible de hacer efectivos los derechos
fundamentales de las personas, no sólo los civiles y políticos, sino también los
denominados derechos económicos, sociales y culturales, pues una efectiva
protección de la dignidad de la persona así lo exige, tal como lo señalan, entre
otros, el Pacto Internacional de Naciones Unidas sobre la materia y el Protocolo
de San Salvador, ratificados por nuestro país en 1968 y en 1996
respectivamente. En efecto, el artículo 12 del mencionado Pacto y nuestra
Constitución reconocen el derecho de todas las personas a gozar del máximo
nivel de salud física y mental. Este derecho tiene contenidos que han sido
desarrollados por la doctrina y la jurisprudencia, tanto nacional como
internacional, que implican para el Estado las obligaciones de garantizar,
respetar, proteger y realizar dicho derecho diseñando para tales efectos
políticas públicas que contengan los elementos mínimos que establecen dichas
normas. Surgieron entonces nuevas instituciones y mecanismos reguladores
del sistema de salud; empezamos a hablar de las EPS (empresas promotoras
de salud), las IPS y las ARP, y a aproximarnos a las diferencias entre los
regímenes contributivo, subsidiado y especiales, sus fuentes de financiamiento
y sus modelos de atención; supimos de la existencia del POS (Plan Obligatorio
de Salud), pero también del POS-S, que es el plan de beneficios para la
población más pobre, denominado régimen subsidiado, el menos completo y el
más restringido. Llegamos incluso a comprender que, paradójicamente, las
normas definen como "vinculados" precisamente a quienes no están ni
vinculados ni protegidos por ninguna forma de aseguramiento.
Si bien durante los primeros años de implementación de la ley 100 los
resultados en aseguramiento y atención a la enfermedad fueron progresivos,
especialmente en los sectores más pobres, pues por ejemplo durante los
primeros 10 años el nivel de aseguramiento pasó del 29% al 68%, la tendencia
en los últimos cinco ha sido hacia el estancamiento.

Por eso subsisten graves problemas que han motivado el reiterado reclamo de
distintos sectores de la sociedad: usuarios, organizaciones sociales, sindicatos,
academia y medios de comunicación, pues según las cifras oficiales
disponibles en marzo de 2008, que corresponden a 2005, en promedio más del
30% de la población, esto es casi 13 millones de colombianos no están
asegurados, proporción que es sensiblemente mayor en los sectores más
vulnerables, en los que los niveles de desprotección alcanzan el 43%, mientras
que en el quintil más rico de la población ese nivel de desprotección es del
14,3%, lo que señala una diferencia de casi 30 puntos.
En síntesis, aunque en los primeros años se alcanzaron leves mejoras en
temas como cobertura y equidad, como lo dije antes, la tendencia marca un
preocupante estancamiento que se traduce cada vez más en denuncias por
parte de los distintos sectores y, en lo que se ha denominado la judicialización
de la salud, lo cual se agrava con situaciones no contempladas en la ley, como
la atención a población desplazada, más de tres millones de colombianos, que
reclaman soluciones diferenciales, de carácter estructural para la realización de
su derecho a la salud o con aquellas que si bien tuvieron cabida en la Ley 100,
como la atención especial para comunidades étnicas, no acreditan suficientes y
efectivos desarrollos.

Hay una clara ruptura entre la comprensión del derecho a la salud a partir de
los principios constitucionales -valga decir en perspectiva de derechos
humanos- y el tipo de modelo elegido para la prestación del servicio, incluidos
desde luego los mecanismos internos que éste prevé para efectos de
inspección, vigilancia y control. Otro punto de vista desde el cual se puede
fundamentar moralmente el derecho a la salud es el de su conexión con el
derecho a la vida. A esta consideración han apelado millares de colombianos
que han visto cómo el nuevo sistema de salud les niega el acceso a los
servicios y pone en riesgo su supervivencia. El planteamiento central es que
cuando se niega el derecho a la salud se pone en riesgo el derecho a la vida,
que es el derecho fundamental por excelencia según la Constitución. Esta
teoría se ha convertido en una de las pocas vías de intervención estatal en el
funcionamiento del mercado de la salud en Colombia. Mediante el mecanismo
de la tutela (denominado recurso de amparo en otros países) se ha sustentado
la conexión de los dos derechos —a la vida y a la salud— y en muchos casos,
los jueces han logrado romper los mecanismos de exclusión creados por el
nuevo sistema de salud. Pero esta teoría tiene limitaciones, pues como la tutela
es individual, no constituye una regla aplicable en casos similares y solo se
puede emplear cuando la negación del derecho a la salud amenaza la vida de
las personas, condición que no siempre se presenta o que no siempre se
puede demostrar.
Cuando se plantea la posibilidad de considerar a la salud un derecho
fundamental, la primera crítica surge en la orilla liberal, pues como se mencionó
anteriormente, los teóricos liberales consideran que los únicos derechos
fundamentales son los civiles y los políticos. Es precisamente para responder a
esta crítica que se ha expuesto cómo el derecho a la salud y los derechos
sociales en general tienen un fundamento moral. Por otra parte, los teóricos
liberales sostienen que es imposible definir y reglamentar de manera específica
el contenido concreto del derecho a la salud y que los costos de aplicar esa
definición en sociedades que enfrentan crecientes demanda y escasez de
recursos serían muy elevados. Para responder a esas críticas, muchos autores
argumentan que el Estado y la sociedad también incurren en
grandes costos para aplicar la definición técnica de los derechos negativos y,
sin embargo, se han hecho grandes esfuerzos para incorporarlos en la
constitución de la mayoría de los países y se han creado numerosas entidades
gubernamentales y de la sociedad civil encargadas de velar por su
cumplimiento, como las instituciones establecidas para proteger el derecho al
voto, a la libertad religiosa o
a la propiedad privada.

Ahora bien, si hablamos de esta situación en tiempos de COVID podemos decir


que fue difícil. A partir de la privatización de la salud como parte de la política
pública de muchos gobiernos, los vínculos contractuales no garantizan
derechos de naturaleza laboral, por lo que la salud se ha visto durante años
expuesta a ingresos que no sirven para una calidad de vida adecuada. Así las
cosas, aunque existen leyes en Colombia como la 1438 que en su artículo 103 
establece que: “el personal misional permanente de las instituciones públicas
prestadoras de salud no podrá estar vinculado mediante la modalidad de
cooperativas de trabajo asociado que hagan intermediación laboral, y en
general bajo ninguna otra modalidad de vinculación que afecte sus derechos
constitucionales, legales y prestacionales consagrados en las normas laborales
vigentes”, también es cierto que muy pocos profesionales de entidades
públicas o privadas cuentan con contrato de trabajo, ya que, basándose en
políticas de desregularización, son contratados por órdenes y por prestación de
servicios, desconociendo de este modo relación de trabajo. Los Estados no
reconocen la importancia del sector salud, la gente los aplaude, pero las
medidas de protección implementadas por los diferentes gobiernos son
mínimas, tardías o escasas, tanto así que a muchos de ellos se les adeuda la
remuneración por sus servicios, no les brindan material de bioseguridad y
menos contratos adecuados.

Por la problemática actual, el Ministerio del Trabajo, mediante el Decreto 538


del 2020 estableció una serie de políticas de emergencia como considerar
enfermedad laboral el contagio por covid-19 para el personal de la salud. No
obstante, el decreto, más que resolver la problemática, apunta a obligar a los
médicos y a todo el personal de la salud a prestar el servicio de forma forzosa,
violando derechos y libertades al conminarlos a prestar el servicio sin
protección de bioseguridad y sin garantías contractuales de pago de un salario
digno y estable.
Estas medidas son pequeñas ante la encrucijada global. Por ende, se requiere
que los Estados, y en especial Colombia, revisen si el único inconveniente es la
forma de contratación, o la falta de reconocimiento de derechos laborales o
ingresos, o si lo que se requieren son medidas estructurales. Ya la salud es un
derecho, entonces por qué no pensar desde el núcleo de los derechos
humanos y desde el Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
reconocerle su categoría de derecho humano social.  Hacer esto significa que
se le considere irrenunciable, imprescriptible, inherente a la persona humana,
universal, indisponible, inalienable, inviolable, intransigible y personalísimo.

Los instrumentos internacionales le dan a la salud su caracterización como


derecho humano, tales como la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, (art. 10) y la Observación 14 General del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, entre otras convenciones. Todas
las anteriores apuntan a determinar que la salud es un derecho humano cuya
efectividad se traduce en políticas en salud, programas y procedimientos
acordes a las necesidades de la población, instrumentos jurídicos orientados al
más alto nivel posible de prevención y atención en salud en armonía con lo
dictaminado y adoptado por la OMS frente a la definición de salud, acorde a la
cual el servicio de la salud, y la salud, deben referirse a: “la atención centrada
en la persona, que es la materialización de los derechos humanos en la
práctica clínica”. Desde el Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales de la Organización de Naciones Unidas, la salud como derecho
humano comporta no solo derechos, sino también libertades teniendo en
cuenta el más alto nivel posible de salud física y mental; los recursos
necesarios; condiciones biológicas y socioeconómicas; el acceso; calidad de
vida y vida sana; agua potable; la libertad sexual y genésica; el controlar el
cuerpo; la protección; el disfrute de facilidades; bienes, servicios y condiciones;
el medioambiente; la salud sexual y mental, y la reducción de la mortalidad
infantil. Así mismo, incluye medidas preventivas; higiene ambiental e industrial;
política de seguridad y salud en el trabajo; los riesgos sicosociales; la
prevención y tratamiento de enfermedades; los servicios médicos; el suministro
de medicamentos; las políticas de asistencialismo social; la inclusión de política
de género; la supresión de la discriminación hacia la mujer; el establecer
sujetos de especial protección y, en últimas, la obligación al Estado de
respetar, proteger y cumplir, todo ello enmarcado conforme a la Observación
14 del Comité.

Los Estados frente al derecho de la salud tienen la obligación, desde normas


internacionales, de respetarlo, protegerlo y cumplirlo, y para su efectividad
deben adoptar medidas adecuadas desde lo legislativo, administrativo y
presupuestal, para que así la salud deje de ser una mercancía, comoquiera que
de seguir privatizando el sector, se seguirá vulnerando este derecho humano 
que, en criterio de la directora del Observatorio de la Salud de la Universidad
de Buenos Aires, transitamos momentos de excepcionalidad en los que
ninguna respuesta es suficiente, determinante ni definitiva, pero es un hecho
que desde los Estados se debe desarrollar la salud como un verdadero
derecho humano y la forma de materializarlo no es otra que dotarlo de todos
los elementos que lo distinguen como lo que es: un verdadero derecho humano
social.

BIBLIOGRAFÍA

1. Aday L. An expanded conceptual framework of equity: implications for


assessing health policy. En: Albrecht GL, Fitzpatrick R, Scrimshaw SC, eds.
Handbook of social studies in health and medicine. Thousand Oaks (California):
SAGE Publications; 2000. Pp. 481–92.

2. Defensoría del Pueblo, ProSeDher. El derecho a la salud en la Constitución,


la jurisprudencia y los instrumentos internacionales. Santa Fe de Bogotá:
Defensoría del Pueblo, ProSeDher; 2003.

3. World Health Organization. The world health report. Health systems:


improving performance. Geneva: WHO; 2000.

4. Colombia, Ministerio de Salud. Diagnóstico de la salud en Colombia. En:


Crisis y perspectivas de la salud en Colombia. Medellín: Universidad de
Antioquia; 1991. Pp. 43–68.

5. Frenk J. Hacia la reforma del sistema de salud. México, D.F.: Fundación


Mexicana para la Salud; 1994. 6. Gracia D. Fundamentos de bioética. Madrid:
Eudema; 1989.

Asimismo, en la Declaración
Universal de los Derechos
Humanos se expone que
“Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en
dignidad y derechos y
dotados como
están de razón y
conciencia, deben
comportarse fraternalmente
los unos con los otros”
(Comisión de Derechos
Humanos, 1948). Sin
embargo, estos se ven
amenazados por distintos
actos negativos de las
personas.
Asimismo, en la Declaración
Universal de los Derechos
Humanos se expone que
“Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en
dignidad y derechos y
dotados como
están de razón y
conciencia, deben
comportarse fraternalmente
los unos con los otros”
(Comisión de Derechos
Humanos, 1948). Sin
embargo, estos se ven
amenazados por distintos
actos negativos de las
personas.

También podría gustarte