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Proceso Penal (Apunte 2023)
Proceso Penal (Apunte 2023)
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concentración de funciones en el juez y el amplio número de casos que se ventilaban, se
adoptaron ciertas prácticas para el funcionamiento de los tribunales, algunas contrarias a
la ley, pero tan extendidas que fueron toleradas por el sistema judicial. Una de estas era
la delegación de funciones judiciales en empleados subalternos: los llamados actuarios.
La situación del imputado era bastante precaria. El juez podía detenerlo si tenía
sospechas fundadas de su participación en un delito, la que se podía extender por cinco
días, y después debía decidir si lo dejaba en libertad, por falta de méritos, o declaraba la
existencia de presunciones fundadas de su participación, quedando formalmente
sometido a proceso, lo que importaba la imposición de la prisión preventiva. Si liberaba
al imputado luego de haberlo sometido a proceso, no podía salir del país sin
autorización y tenía la obligación de comparecer periódicamente al tribunal.
Aproximadamente la mitad de la población encarcelada estaba en calidad de procesada.
No era inusual que la prisión preventiva se prolongara varios meses e incluso años.
Este planteamiento comenzó a resultar insostenible a medida que los textos
constitucionales y los instrumentos internacionales de derechos humanos suscritos por
Chile y vigentes en el ordenamiento jurídico nacional consagraron principios y garantías
como estándares del debido proceso. En efecto, el artículo 19 N° 3 inciso 5° de la
Constitución Política de la República imponía el deber al legislador de "establecer
siempre las garantías de un racional y justo procedimiento", cláusula que fue
interpretada como una garantía general de respeto a los principios del debido proceso.
Chile es parte del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y de la
Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), que contemplan un completo
catálogo de garantías que componen el debido proceso.
Las garantías procesales aseguran la intervención de todos los participantes del
conflicto en la decisión. En este contexto, emergen como principios legitimantes de la
decisión judicial todas las garantías del juicio contradictorio, la oralidad, la inmediación,
la publicidad. En un proceso inquisitivo como el que establecía el Código de
Procedimiento Penal de 1906, las pruebas se practicaban en secreto y por escrito, en
muchos casos delegándose tal función en los actuarios, quienes realizan una
transcripción de las declaraciones en su lenguaje personal y subjetivo. No existía la
posibilidad de contradecir oralmente las pruebas al momento de ser producidas y sólo
cabía hacer observaciones o refutaciones por escrito una vez que se tenía acceso a las
actas del sumario. El plenario carecía de relevancia en tanto era renunciable la práctica
de pruebas y las pruebas del sumario eran válidas sin necesidad de ratificación de
testigos y peritos.
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1.- Procedimiento de acción penal pública:
A.- SUMARIO:
Maneras de iniciar el sumario criminal (art. 81 y sgtes. CPP)
1.- Por Denuncia: Es un acto procesal por el cual una persona pone en
conocimiento del tribunal la noticia de un hecho que reviste caracteres de delito a fin de
que se proceda a la instrucción del respectivo proceso penal.
Quien denuncia no es parte en el proceso.
Todo ciudadano que tenga conocimiento de un hecho punible PUEDE
denunciarlo; no obstante lo anterior, existen personas que, por la naturaleza de su
empleo, están OBLIGADAS a denunciar los hechos que revistan caracteres de delito
que lleguen a su conocimiento (art. 84 CPP)
El tribunal puede darle tramitación y, en ese caso, ordenar instruir sumario o
puede no darle tramitación (Ej.: Art. 91 y 92 CPP)
2.- Por Querella (art.: 94 y sgtes.) Es un acto jurídico procesal por el cual el
ofendido con un delito o un tercero ejercita la acción penal pública, con la intención de
iniciar el proceso penal o hacerse parte de un proceso en tramitación.
Se puede deducir desde el inicio del sumario (de hecho es una forma de
iniciarlo) hasta que se encuentre firme la resolución que lo cierra.
También a su respecto puede el tribunal tener una actitud positiva, que va a
consistir en darle curso y tener como parte durante el proceso al querellante, por lo
tanto, se le deberán notificar todas las resoluciones que en él se libren, o una actitud
negativa, vale decir, no admitirla a tramitación (Ej.: Art. 102 CPP).
3.- Por pesquisa judicial o de oficio: El proceso criminal comienza de oficio
cuando el juez del crimen, por propia iniciativa, pone en movimiento la acción penal
pública sin esperar denuncia ni querella alguna. Lo hace cuando por conocimiento
personal, por avisos confidenciales, por notoriedad o cualquier otro medio llegue a su
noticia la perpetración de un crimen o simple delito de acción penal pública. En tal caso,
expedirá una resolución que se conoce como AUTO CABEZA DE PROCESO. Art. 105
CPP.
OBJETIVOS DEL SUMARIO: (art. 76 CPP)
1.- ESENCIALES:
A.- Comprobar la existencia del delito (debió decir hecho que revistiere los
caracteres de delito o hecho punible):
B.- Establecer la o las personas responsables de ese hecho, en calidad de autor,
cómplice o encubridor.
2.- DE LA NATURALEZA:
A.- Asegurar la persona de los presuntos culpables (acá aparecen las medidas
cautelares personales: citación, detención, prisión preventiva y arraigo. El fundamento
de ellas es que las personas estén disponibles para las diligencias del proceso, vale decir,
para evitar el peligro de fuga)
3.- ACCIDENTALES:
A.- Asegurar las eventuales responsabilidades pecuniarias.
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Como se adelantó, el sumario criminal es la primera etapa del antiguo proceso
penal, siendo sus principales características el ser secreto, inquisitivo y preparatorio de
la segunda etapa del proceso: el plenario.
En esta etapa el juez dirige la investigación sin un orden preestablecido,
decretando las diligencias que sean pertinentes, según la naturaleza del delito
investigado y las características de éste.
La resolución más relevante que se puede dictar en esta etapa es el auto de
procesamiento en contra del inculpado del hecho investigado, quien, por el mérito de
esa resolución, adquiere el status jurídico de procesado y pasa a ser parte en la causa.
Además, de pleno derecho, el procesado queda sometido a prisión preventiva y se debe
proceder a su filiación.
Practicadas todas las diligencias tendientes a cumplir con los fines del sumario,
el tribunal dictará una resolución que declara cerrado el sumario.
Una vez cerrado el sumario y ejecutoriada que sea esa resolución (art. 401 CPP),
el juez tiene dos caminos a seguir: sobreseer o acusar al o los procesados (leer art. 424
CPP).
El Sobreseimiento:
Es una resolución judicial en cuya virtud se termina o se suspende el proceso
penal (art. 406 CPP)
De lo anterior se deduce que el sobreseimiento puede ser definitivo o temporal.
1.- Sobreseimiento Definitivo: Es aquel que termina con el proceso penal y se
dicta en los casos contemplados en el artículo 408 del CPP.
2.- Sobreseimiento Temporal: Es aquel que suspende el proceso, o sea, no le
pone fin en forma definitiva sino sólo lo paraliza por tiempo indefinido y se dicta en los
casos contemplados en el art. 409 del CPP.
B.- PLENARIO:
Es la segunda etapa del proceso penal, ella tiende a darle oportunidad,
fundamentalmente al acusado para que se defienda, o sea, para desvirtuar los
antecedentes acumulados en su contra en la etapa del sumario y poder de esta forma
controvertir la acusación que se le ha formulado por el juez y, en su caso, por el
querellante (art. 425 CPP).
Requisito indispensable para elevar la causa al estado de plenario es que se haya
deducido acusación.
Sólo puede acusarse a quien en la etapa de sumario haya sido sometido a
proceso.
En esta etapa se pueden distinguir los momentos jurisdiccionales que tiene todo
proceso:
1.- Discusión: Es obligatoria, siempre va a existir, en algunos casos más simple y en
otros más compleja (por la existencia de querellantes, actores civiles, terceros
civilmente responsables, etc.);
2.- Prueba: Esta es una etapa eventual, puesto que va a depender de la voluntad de
las partes en orden a rendir pruebas o no.
3.- Decisión: En principio siempre debe existir este momento, pero puede no haberlo
en caso de dictarse sobreseimiento en el plenario.
Luego de dictada la acusación de oficio, se le da traslado al querellante, si lo
hay, para que se adhiera a la acusación o acuse particularmente (art. 425). En el mismo
escrito deberá ofrecer la prueba que desee rendir (art. 429). También puede deducir
demanda civil (art. 431).
Luego el juez dará traslado al acusado.
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Después de la acusación y contestación, se debe recibir la causa a prueba
siempre que las partes hayan ofrecido rendirla (art.453).
Luego el juez –el mismo que dedujo acusación y que anteriormente había
dirigido la investigación- dicta sentencia que puede ser condenatoria o absolutoria.
En contra de la sentencia definitiva que se dicte procederán los recursos que la
ley franquea al efecto, como por ejemplo el recurso de apelación y los recursos de
casación.
Como dijimos, a contar del año 2.000, en Chile se comenzó a aplicar el nuevo
proceso penal, regulado en el Código Procesal Penal, que vino a reemplazar al antiguo
proceso, de corte inquisitivo.
Este nuevo proceso, conocido como la Reforma Procesal Penal, se encuentra
cimentado en algunos principios a los que es necesario pasar revista.
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Resumen del capítulo del mismo nombre, del autor Julián López Masle, en su Derecho Procesal
Chileno, Tomo I, Editorial Jurídica de Chile, Primera Edición, 2002 (en co-autoría con María Inés
Horvitz Lennon).
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reconocen, excepcionalmente, aplicaciones del principio dispositivo en los casos de
acción penal privada y de acción penal pública previa instancia particular.
ii) Respecto a la disponibilidad de la pretensión penal
En esta fase, el principio expresa que la pretensión penal no es disponible por las
partes, ya que existe un interés público comprometido en la persecución penal. Ahora,
igualmente existen manifestaciones de disponibilidad de ésta, tales como la renuncia, el
desistimiento, el abandono de la acción penal privada y ahora, más fuertemente, con la
inclusión en nuestra legislación de los acuerdos reparatorios.
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1.4.- Principios de legalidad y oportunidad
i) Principio de legalidad
Señala este principio que el ministerio público está obligado a iniciar y sostener
la persecución penal de todo delito que llegue a su conocimiento, sin que pueda
suspenderla, interrumpirla o hacerla cesar a su mero arbitrio. El principio de legalidad
impone así, al Estado, la obligación de perseguir por igual todos los delitos que se
cometen en una sociedad determinada, sin permitirle seleccionar entre ellos de manera
alguna.
ii) Principio de oportunidad
Enuncia este principio que el Ministerio Público, ante la noticia de un hecho
punible o, inclusive, ante la existencia de prueba completa de la perpetración de un
delito, está autorizado para no iniciar, suspender, interrumpir o hacer cesar el curso de la
persecución penal, cuando así lo aconsejan motivos de utilidad social o razones político-
criminales. La aplicación de este criterio tiene dos objetivos fundamentales: la
descriminalización de hechos punibles y la eficiencia del sistema. Dentro del primer
objetivo se encuentran matices como los delitos bagatelarios o la culpabilidad mínima
del autor; mientras que dentro del segundo objetivo aparecen la suspensión de la
persecución penal para el sometimiento a prueba del imputado (probation), criterios de
privatización del derecho penal con mecanismos autocompositivos en que participa la
víctima y en donde no hay interés público real, etc.
En el Código, aplicación del principio de oportunidad genéricamente entendido,
son el principio de oportunidad del artículo 170, la suspensión condicional del
procedimiento y los acuerdos reparatorios.
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(juez del crimen) se hace evidente la vulneración al juez imparcial, desde que éste ya no
sólo subjetivamente ha adoptado una posición (como ocurría en la hipótesis anterior)
sino que derechamente y ahora objetivamente, ha tomado parte por una de las tesis que
deberá discutirse en el plenario. La reforma nuevamente zanja este problema
entregándole la facultad de acusar el mismo órgano encargado de la instrucción.
iii) Derecho al juez natural
El concepto de juez natural dice relación con la predeterminación legal del juez,
que tiene por objeto asegurar, como garantía para el justiciable, la imposibilidad de
influir indebidamente en la designación del tribunal competente para el enjuiciamiento.
En este sentido, y como consecuencias lógicas de lo que acaba de decirse, esta garantía
impone la prohibición de juzgar a una persona a través de comisiones especiales y la
exigencia de que el tribunal competente deba encontrarse establecido por la ley con
anterioridad al hecho objeto del proceso.
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ello es la absolución del acusado. Se relaciona en este sentido con el principio del in
dubio pro reo.
El imputado debe ser tratado como inocente, o sea, si el imputado no puede ser
considerado culpable mientras no sea condenado por sentencia firme, de ninguna podría
ser tratado como culpable, esto es, imponérsele por anticipado las consecuencias propias
de la sentencia condenatoria y, entre ellas, la privación de libertad. Ahora, este principio
no excluye, de plano, la posibilidad de decretar medidas cautelares de carácter personal
durante el procedimiento. En este sentido, instituciones como la detención o la prisión
preventiva resultan legitimadas, en principio, siempre que no tengan por consecuencia
anticipar los efectos de la sentencia condenatoria sino asegurar los fines del
procedimiento (art. 122 CPP).
v) Inadmisibilidad de la persecución penal múltiple
O también llamado non bis in idem, que pretende proteger al imputado del
riesgo de una nueva persecución penal, simultánea o sucesiva, por la misma realidad
histórica atribuida en una persecución penal anterior dirigida en su contra. Nuestro CPP
lo trata en su art. 1 inc.2º.
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intervinientes, en especial, del imputado. Todo ello está motivado por la contingencia
sanitaria pero tiene evidentemente un sentido de permanencia en el tiempo.
El principio de concentración aplicado al juicio oral exige que todos los actos
necesarios para concluir el juicio se realicen en la misma audiencia.
El principio de continuidad, por su parte, alude a la exigencia de que el debate
no sea interrumpido. Estos dos últimos aseguran la unidad del juicio (art. 282 y 283
CPP).
1. MINISTERIO PÚBLICO
Creado e introducido por la Ley de Reforma Constitucional 19.519 de 1997.
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El Ministerio Público es un organismo autónomo y jerarquizado, cuya función es
dirigir en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de delito, los que
determinen la participación punible y los que acrediten la inocencia del imputado y, en
su caso, ejercer la acción penal pública en la forma prevista por la ley. De igual manera,
le corresponderá la adopción de medidas para proteger a las víctimas y a los testigos
(art. 80 A CPR y el art. 1 de la LOC del Ministerio Público).
Es concebido como un órgano colaborador de la jurisdicción que debe ceñir sus
actuaciones a los principios de legalidad, imparcialidad y objetividad, con pleno respeto
a las garantías del debido proceso.
Funciones:
1. La dirección exclusiva de la investigación de los delitos, los que determinan la
participación punible y los que acrediten la inocencia del imputado;
2. Ejercer, en su caso, la acción penal pública en la forma prevista por la ley, se
trata de la facultad de formular acusación en contra de determinada persona,
dependiendo de los antecedentes reunidos durante la investigación preparatoria.
Puede ocurrir que los antecedentes sean insuficientes y decida no perseverar en
el procedimiento
3. Dar protección a víctimas y testigos. El art. 6 del CPP lo declara como uno de
los principios básicos del proceso penal y se manifiesta de diversas formas (art.
78 y 78 bis CPP):
a. Deber de adoptar o solicitar al tribunal medidas concretas para su
protección o la de su familia frente a probables amenazas,
hostigamientos o atentados;
b. Entregar información sobre sus derechos y sobre el curso del
procedimiento;
c. Facilitar su intervención en el procedimiento a modo de evitar o
disminuir las molestias de este.
Principios orientadores de su actividad:
Principio de unidad: se debe propender a la unidad y coordinación de las
acciones, evitando la duplicación o interferencia de funciones.
Principio de oficialidad: el Estado tiene la atribución privativa del ejercicio de la
acción penal pública para el esclarecimiento y sanción de los delitos, sin
necesidad de esperar la actuación de la víctima o de un tercero. El fundamento
de este principio es la existencia de un interés público por que los hechos
punibles sean siempre perseguidos penalmente, incluso en ausencia o contra la
voluntad de la víctima.
Principio de legalidad: una vez promovida la persecución penal de un hecho que
reviste caracteres de delito, el Ministerio Público está obligado a investigarlo y,
si existe fundamento suficiente, debe formular la acusación contra la o las
personas que aparezcan como responsables de este sin que pueda suspender,
interrumpir o hacer cesar su curso salvo en los casos previstos en la ley (art. 166
CPP).
Principio de objetividad: el artículo 3 de la LOC del Ministerio Público establece
que los fiscales deberán, en el ejercicio de su función, adecuar sus actos a un
criterio objetivo, velando únicamente por la correcta aplicación de la ley. Se
precisa que, en conformidad a este criterio, deberán investigar con igual celo no
sólo los hechos y circunstancias que funden o agraven la responsabilidad penal
del imputado, sino también los que le eximan de ella, la extingan o la atenúen.
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Principio de eficiencia: el artículo 6 de la LOC del Ministerio Público impone a
los fiscales y funcionarios del ministerio público la obligación de eficiencia en
dos ámbitos:
o En la administración de los recursos y bienes públicos, y
o En el cumplimiento o desempeño de las funciones,
Principios de transparencia y probidad: el principio de transparencia es
presupuesto indispensable para el control ciudadano de la actividad del
Ministerio Público que, no sólo permite verificar el modo en que se ejerce la
persecución penal pública y sus criterios político-criminales de actuación sino
que, además, se constituye en elemento central para la protección de la probidad
administrativa. En efecto, el artículo 8 de la LOC del Ministerio Público
establece que "los fiscales y los funcionarios del ministerio público deberán
observar el principio de probidad administrativa".
Principio de responsabilidad: íntimamente relacionado con la idea de control. La
responsabilidad de los fiscales se establece en el artículo de la LOC del
Ministerio Público se regula en el artículo 45, que señala "los fiscales del
ministerio público tendrán responsabilidad civil, disciplinaria y penal por los
actos realizados en el ejercicio de sus funciones, de conformidad a la ley".
Estructura general:
El Ministerio Público se organiza, por su estructura jerárquica, en forma
piramidal. En su cúspide está el Fiscal Nacional y en su base los fiscales adjuntos.
Fiscalía Nacional: integrada por el Fiscal Nacional, por las unidades
especializadas para colaborar con los fiscales en la investigación de determinados
delitos, y por unidades administrativas a cargo de un jefe administrativo cada una de
ellas. El Fiscal Nacional es el jefe superior del Ministerio Público y ejerce sus
atribuciones personalmente o a través de los órganos de la institución.
Los requisitos para ser nombrado Fiscal Nacional están consignados en el art. 14
de la LOC del Ministerio Público:
a) Ser ciudadano con derecho a sufragio;
b) Tener a lo menos diez años el título de abogado;
c) Haber cumplido cuarenta años de edad, y
d) No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades
previstas en la LOC del Ministerio Público.
Durará 8 años en su cargo, sin poder ser designado para el periodo siguiente. Su
elección se realiza de una quina confeccionada por el pleno de la Corte Suprema, de
donde el Presidente de la República selecciona a un candidato que debe ser aprobado
por dos tercios del Senado en ejercicio.
El Fiscal Nacional tiene la superintendencia directiva, correccional y económica
del Ministerio Público (art. 80 I Constitución). Las atribuciones que le confiere la ley
son de carácter funcional, disciplinario y administrativo. Las primeras están
estrechamente vinculadas a la persecución penal pública, y en virtud de ellas le
corresponde:
a) Fijar, oyendo previamente al Consejo General, los criterios de actuación del
Ministerio Público para el cumplimiento de los objetivos establecidos en la
Constitución y en las leyes.
b) Crear, previo informe del Consejo General, unidades especializadas para
colaborar con los fiscales a cargo de la investigación de determinados delitos;
c) Dictar los reglamentos que correspondan en virtud de la superintendencia
directiva, correccional y económica que la Constitución le confiere.
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d) Resolver las dificultades que se susciten entre fiscales regionales acerca de la
dirección de la investigación, el ejercicio de la acción penal pública o la
protección de víctimas o testigos.
e) Asumir de oficio y excepcionalmente la persecución penal de determinados
hechos en atención a la investidura de las personas involucradas como
imputados o víctimas;
f) Disponer de un fiscal regional particular para determinados delitos, en atención a
su gravedad o complejidad.
Fiscalías regionales: responden a una estructura descentralizada y
desconcentrada de la persecución penal pública, con importantes niveles de autonomía
respecto de la Fiscalía Nacional. A la cabeza se encuentran los fiscales regionales,
quienes cuentan con un aparato administrativo que opera en términos análogos al
existente en la Fiscalía Nacional.
La Constitución establece que existirá un Fiscal Regional en cada una de las
regiones en que se divida administrativamente el país, a menos que la población o la
extensión geográfica de la región hagan necesario nombrar a más de uno, como ocurre
con la Región Metropolitana, que cuenta con cuatro fiscales regionales
Los requisitos para ser nombrado Fiscal Regional están en el art. 31 de la LOC
del Ministerio Público:
a) Ser ciudadano con derecho a sufragio;
b) Tener a lo menos cinco años el título de abogado;
c) Haber cumplido treinta años de edad, y
d) No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades
previstas en la LOC del Ministerio Público.
Son nombrados por el Fiscal Nacional a propuesta en terna por la Corte de
Apelaciones de la respectiva región. El procedimiento está establecido en el art. 29 de la
LOC del Ministerio Público.
A los fiscales regionales les corresponde el ejercicio de las funciones y
atribuciones del ministerio público en la región o extensión geográfica de la región que
corresponda a la fiscalía regional a su cargo.
También corresponden a los fiscales regionales atribuciones disciplinarias,
administrativas y las referidas directamente a la persecución penal pública de los delitos
(art. 32 de la LOC del Ministerio Público). Entre las más relevantes están las siguientes:
a) Dictar, conforme a las instrucciones generales del Fiscal Nacional, las normas e
instrucciones necesarias para la organización y funcionamiento de la fiscalía
regional y para el adecuado desempeño de los fiscales adjuntos;
b) Conocer y resolver, en los casos previstos por la ley procesal penal, las
reclamaciones que cualquier interviniente en un procedimiento formule respecto
de la actuación de un fiscal adjunto que se desempeñe en la fiscalía regional a su
cargo;
c) Proponer al Fiscal Nacional la ubicación de las fiscalías locales y la distribución
en cada una de ellas de los. fiscales adjuntos y los funcionarios;
d) Disponer las medidas que faciliten y aseguren el acceso expedito a la fiscalía
regional y fiscalías locales, así como la debida atención a las víctimas y demás
intervinientes, y
e) Ejercer las demás atribuciones que le confiere la ley.
Las fiscalías locales: Son las unidades operativas de las fiscalías regionales para
el cumplimiento de las funciones del Ministerio Público a nivel local. Cada fiscalía local
contará con un fiscal jefe, designado de entre los fiscales adjuntos por el Fiscal Nacional
a propuesta del Fiscal Regional, con un número variable de fiscales adjuntos,
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profesionales y personal de apoyo. También contará con los medios materiales que
determine el Fiscal Nacional, a propuesta del respectivo fiscal regional (art. 38
LOCMP). La ubicación de las fiscalías locales en el territorio de cada fiscalía regional
será determinada por el Fiscal Nacional, a propuesta del respectivo fiscal regional.
Los requisitos para ser nombrado Fiscal Adjunto son:
Ser ciudadano con derecho a sufragio;
Tener título de abogado;
Reunir la experiencia y formación especializada adecuada para el cargo;
No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades
previstas en la LOC del Ministerio Público.
Son nombrados por el Fiscal Nacional a propuesta en terna del Fiscal Regional
que corresponda, la que se formará previo concurso público.
Los fiscales adjuntos son quienes ejercen directamente las funciones del
Ministerio Público en los casos que el fiscal jefe les asigne. Con dicho fin dirigirán la
investigación de los hechos constitutivos de delitos y, cuando proceda, ejercerán las
demás atribuciones que la ley les confiere, de conformidad a la misma y a las
instrucciones generales que, dentro del ámbito de sus facultades, respectivamente
impartan el Fiscal Nacional y el Fiscal Regional.
2. IMPUTADO
Es a quien se le atribuye participación en un hecho punible.
Esa aquel interviniente contra quien se dirige la pretensión punitiva del Estado.
Según el art. 7 CPP, adquiere dicha calidad desde “la primera actuación del
procedimiento dirigido en su contra y hasta la completa ejecución de la sentencia”.
Desde aquel momento goza plenamente de los derechos que la ley otorga al imputado
(derecho a juicio oral, presunción de inocencia, derecho a defensa, derecho a acceder y
a rendir prueba, derecho a recurrir contra sentencia en su contra, entre otros).
Derechos del imputado (arts. 93 y 94):
El art. 93 consagra los derechos del imputado en libertad, mientras que el art. 94
los derechos del imputado privado de libertad.
Algunos derechos del imputado son:
Derecho a un justo y debido proceso.
Derecho a un juicio oral y público (art. 1 CPP).
Derecho a una defensa técnica (art. 8 CPP).
Presunción de inocencia (art. 4 CPP).
Derecho a la igualdad entre las partes.
Derecho a un juez imparcial y determinado por la ley con anterioridad a la
comisión del delito (art. 2 CPP).
Derecho a ser informado (art. 85 CPP).
Derecho a no ser sometido a tortura ni a otros tratos crueles, inhumanos o
degradantes (art. 93 letra h) CPP).
Derecho a guardar silencio, o en caso de consentir en la declaración, en no
hacerlo bajo juramento (art .93 letra g) CPP).
3. DEFENSOR
La Defensoría Penal Pública, regulada por la Ley 19.718, es un organismo
técnico especializado cuya finalidad es proporcionar defensa penal a los imputados o
acusados por un crimen, simple delito o falta que sea de competencia de un Juzgado de
Garantía, de un Tribunal de Juicio Oral en lo Penal o de las respectivas Cortes y que
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carezcan de abogado y requieran de un defensor. Defiende los derechos del imputado y
lo representa judicialmente.
La defensa penal pública será siempre gratuita. Excepcionalmente, la Defensoría
podrá cobrar, total o parcialmente, la defensa que preste a los beneficiarios que
dispongan de recursos para financiarla privadamente (art. 36 de la LOC del Ministerio
Público).
Su orgánica es similar a la del Ministerio Público, pero bastante más reducida.
En Chile se establece un sistema mixto, que combina la existencia de una oficina
pública jerarquizada de abogados funcionarios con un sistema de prestación temporal
del servicio de defensa penal pública, basado en procesos de licitación y adjudicación de
fondos públicos (tanto para personas naturales y personas jurídicas públicas y privadas).
Está compuesto por defensores penales públicos, un Defensor Nacional (jefe de
servicio), Defensores Regionales (jefes regionales) y Defensores Locales, que actúan en
ciertos territorios. Como son reducidos en número, la ley otorga la posibilidad de hacer
licitaciones de defensa en ciertos territorios, apareciendo la figura de los defensores
penales licitados, que cumplen la misma función y también pertenecen a la institución
de los públicos.
Designación del defensor:
Al ser el derecho a defensa establecido en el proceso penal esencialmente en
beneficio del imputado, la regla general será que este opte libremente a designar uno o
más defensores de su confianza, y si no lo tuviere, será el juez quien procederá a
hacerlo. La designación deberá tener lugar antes de la primera audiencia a la que se cite
al imputado. El derecho a tener un defensor se le otorga desde que el procedimiento
comienza hasta que termina con la ejecución de la sentencia (Art. 102).
Derechos y facultades del defensor:
El defensor podrá ejercer todos los derechos y facultades que la ley reconoce al
imputado, a menos que expresamente se reservare su ejercicio a este último en forma
personal (art. 104).
4. VÍCTIMA
Se considera víctima al ofendido por el delito. De acuerdo con el Código, la
víctima es un interviniente, pero con un papel más secundario que el imputado.
En los delitos cuya consecuencia fuere la muerte del ofendido y en los casos en
que éste no pudiere ejercer los derechos que en este Código se le otorgan, se considerará
víctima:
a) Al cónyuge o al conviviente civil y a los hijos;
b) A los ascendientes;
c) Al conviviente;
d) A los hermanos, y
e) Al adoptado o adoptante.
Para los efectos de su intervención en el procedimiento, la enumeración
precedente constituye un orden de prelación, de manera que la intervención de una o
más personas pertenecientes a una categoría excluye a las comprendidas en las
categorías siguientes (art. 108).
Derechos de la víctima (art. 109):
a) Solicitar medidas de protección frente a probables hostigamientos, amenazas o
atentados en contra suya o de su familia;
b) Presentar querella (recomendable para la víctima que desea intervenir
activamente en el proceso, porque el querellante puede presentar una acusación
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particular cuando no esté de acuerdo con la que ha deducido el Ministerio
Público);
c) Ejercer contra el imputado acciones tendientes a perseguir las responsabilidades
civiles provenientes del hecho punible;
d) Ser oída, si lo solicitare, por el fiscal antes de que éste pidiere o se resolviere la
suspensión del procedimiento o su terminación anticipada;
e) Ser oída, si lo solicitare, por el tribunal antes de pronunciarse acerca del
sobreseimiento temporal o definitivo u otra resolución que pusiere término a la
causa, y
f) Impugnar el sobreseimiento temporal o definitivo o la sentencia absolutoria, aun
cuando no hubiere intervenido en el procedimiento.
5. QUERELLANTE
Es un interviniente, según el art. 12 del Código. Se trata de la víctima que quiere
actuar, con mayores facultades, dentro del proceso.
El Código se decantó por una concepción amplia respecto de quienes pueden
presentar una querella. La víctima u otra persona pueden pasar de querellante a acusador
junto al Ministerio Público o solos, cuando este último se niegue a seguir con la causa.
El art. 111 expresa que tienen facultad para interponer la querella la víctima, su
representante legal o su heredero testamentario, y también cualquier persona capaz de
parecer en juicio domiciliada en la provincia, respecto de hechos punibles cometidos en
la misma que constituyeren delitos terroristas o delitos cometidos por un funcionario
público que afectaren derechos de las personas garantizados por la Constitución o contra
la probidad pública.
Los órganos y servicios públicos sólo podrán interponer querella cuando sus
respectivas leyes orgánicas les otorguen expresamente las potestades correspondientes.
Oportunidad para presentar la querella (art. 112):
La querella podrá presentarse en cualquier momento, mientras el fiscal no
declarare cerrada la investigación.
Admitida a tramitación, el juez la remitirá al Ministerio Público y el querellante
podrá hacer uso de los derechos que le confiere el artículo 261, que establece las
actuaciones del querellante con anterioridad a la audiencia de preparación del juicio
oral.
Juzgado de Garantía
Órgano jurisdiccional unipersonal y letrado con competencia para ejercer las
atribuciones que la ley le reconoce desde el inicio de la investigación preparatoria hasta
la dictación del auto de apertura de juicio oral. Conoce del procedimiento de acción
penal pública y controla la actividad investigativa del Ministerio Público. Además, vela
para que la investigación no vulnere derechos y garantías del imputado y demás
intervinientes del proceso penal. Conoce y falla los procedimientos monitorios,
simplificados y abreviados, así como el procedimiento de acción penal privada.
Los juzgados de garantía son unipersonales y, en general, de composición
múltiple. Se conforman por uno o más jueces con competencia en un mismo territorio
jurisdiccional, que actúan y resuelven unipersonalmente los asuntos sometidos a su
conocimiento.
Competencia: corresponderá a los jueces de garantía (art. 17 COT).
16
a) Asegurar los derechos del imputado y demás intervinientes en el proceso penal,
de acuerdo a la ley procesal penal (vela preferentemente por los derechos del
imputado, controlando el actuar del Ministerio Público);
b) Dirigir personalmente las audiencias que procedan, de conformidad a la ley
procesal penal;
c) Dictar sentencia, cuando corresponda, en el procedimiento abreviado que
contemple la ley procesal penal;
d) Conocer y fallar las faltas penales de conformidad con el procedimiento
contenido en la ley procesal penal (se conocen por procedimiento monitorio o
simplificado, dependiendo de la pena asignada);
e) Conocer y fallar, conforme a los procedimientos regulados en el Título I del
Libro IV del Código Procesal Penal, las faltas e infracciones contempladas en la
Ley de Alcoholes, cualquiera sea la pena que ella les asigne;
f) Hacer ejecutar las condenas criminales y las medidas de seguridad, y resolver las
solicitudes y reclamos relativos a dicha ejecución, de conformidad a la ley
procesal penal (es quien interviene en la fase de ejecución y conoce del
incumplimiento de las sentencias y haciéndolas ejecutar);
g) Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad
penal juvenil les encomiende, y
h) Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que este Código, la ley
procesal penal y la ley que establece disposiciones especiales sobre el Sistema
de Justicia Militar les encomienden”.
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Competencia: corresponderá a los tribunales de juicio oral en lo penal (art. 18
COT)
a) Conocer y juzgar las causas por crimen o simple delito, salvo aquellas relativas a
simples delitos cuyo conocimiento y fallo corresponda a un juez de garantía
(pena superior a 5 años, queda en conocimiento del Tribunal de Juicio Oral y los
casos en que se solicita la aplicación del procedimiento abreviado, simplificado
o monitorio corresponden al juez de garantía);
b) Resolver, en su caso, sobre la libertad o prisión preventiva de los acusados
puestos a su disposición (el inc. 2 del art. 281 del CPP establece el deber del juez
de garantía de poner a disposición del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal a las
personas sometidas a prisión preventiva o a otras medidas cautelares dentro de
las 48 horas siguientes a la notificación del auto de apertura del juicio oral);
c) Resolver todos los incidentes que se promuevan durante el juicio oral;
d) Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad
penal juvenil les encomiende, y
e) Conocer y resolver los demás asuntos que la ley procesal penal y la ley que
establece disposiciones especiales sobre el Sistema de Justicia Militar les
encomiende.
7. POLICÍA
Sujeto procesal que tiene el carácter de auxiliar y colabora en las tareas de
investigación criminal con el Ministerio Público. La conforman la Policía de
Investigaciones y Carabineros de Chile. En caso de hechos ilícitos cometidos al interior
de recintos penitenciarios, también cumple ese tipo de labores Gendarmería de Chile.
La Policía de Investigaciones es auxiliar del Ministerio Público en las tareas de
investigación de los delitos, debiendo llevar a cabo las diligencias necesarias para dar
cumplimiento a los fines del proceso penal. Carabineros de Chile, con el mismo carácter
auxiliar, deberá desempeñar las tareas de investigación cuando el fiscal a cargo así lo
disponga (art. 79 CPP).
Los órganos policiales deben cumplir las órdenes del fiscal, y en el caso de que
estos se afectaren derechos fundamentales, será necesario solicitar autorización judicial
previa. Si se trata de casos urgentes, esta autorización se puede dar con posterioridad.
Subordinación funcional al Ministerio Público (art. 80):
Los funcionarios señalados ejecutarán sus tareas bajo la dirección y
responsabilidad de los fiscales y de acuerdo a las instrucciones que éstos les impartieren
para los efectos de la investigación, sin perjuicio de su dependencia de las autoridades
de la institución a la que pertenecieren.
También deberán cumplir las órdenes que les dirigieren los jueces para la
tramitación del procedimiento.
Los funcionarios deberán cumplir de inmediato y sin más trámite las órdenes
que les impartieren los fiscales y los jueces, cuya procedencia, conveniencia y
oportunidad no podrán calificar, sin perjuicio de requerir la exhibición de la
autorización judicial previa, cuando correspondiere.
Actuación autónoma de la policía (arts. 83 a 90)
La regla general es que los funcionarios policiales actúen siempre previa orden o
autorización de la fiscalía, incluso del juez. Sin embargo, hay determinados actos en los
cuales pueden proceder de inmediato y sin solicitud previa.
Una de las cuestiones más debatidas por la doctrina dice relación con la
delimitación del ámbito razonable de actuación autónoma de la policía. El Código opta
por una solución restrictiva.
18
El art. 83 del CPP señala gran parte de las actuaciones que la policía podrá
autónomamente. En resumidas cuentas, estas son:
a) Prestar auxilio a la víctima;
b) Practicar la detención en los casos de flagrancia, conforme a la ley;
c) Resguardar el sitio del suceso;
d) Identificar a los testigos y consignar las declaraciones que éstos prestaren
voluntariamente;
e) Recibir las denuncias del público,
f) Controlar la identidad, y
g) Efectuar las demás actuaciones que dispusieren otros cuerpos legales.
Respecto de toda denuncia o actuación, incluso de las que pueden realizar con
autonomía, la policía informará inmediatamente y por el medio más expedito al
Ministerio Público. La comunicación debe ser fluida y realizarse por los medios más
expeditos.
1. ETAPA DE INVESTIGACIÓN
Consiste en la indagación preliminar, por parte del Ministerio Público asistido
por la policía, de hechos denunciados que revistan caracteres de delito. Tiene tres
objetivos básicos: producir los antecedentes necesarios que fundamentan la
interposición de una acusación en contra de una persona por un delito determinado y
asegurarlos hasta su presentación en el juicio; impedir que pasen a etapa de preparación
del juicio oral casos de sospechas infundadas de comisión de un delito y promover,
cuando corresponda, la terminación anticipada del procedimiento en los casos en que
proceda una solución alternativa del conflicto.
Concluye esta fase con el cierre de la investigación. Luego de ello el fiscal
tendrá tres opciones: acusar, solicitar sobreseimiento (definitivo o temporal) o no
perseverar en el procedimiento.
Los fiscales del Ministerio Público son controlados en el ejercicio de la
investigación por el juez de garantía, quien previamente debe aprobar cualquier
diligencia o medida que pueda afectar derechos constitucionales del imputado o de
terceros. Los fiscales disponen de una serie de mecanismos legales para llevar a cabo
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una investigación dinámica, desformalizada y selectiva, conforme a criterios públicos y
objetivos.
Esta etapa puede iniciarse de oficio por el Ministerio Público, cada vez que
presencie o tome conocimiento de la comisión de un delito; por denuncia, forma más
habitual, que puede realizarse por cualquier persona ante funcionarios de policía, de
gendarmería (tratándose de delitos cometidos dentro de recintos penitenciarios),
cualquier tribunal con competencia en lo criminal o ante el ministerio público; o por
querella, que puede ser interpuesta por la víctima, su representante legal o heredero
testamentario. Otra situación habitual de inicio es la detención en casos de flagrancia.
Dentro de las 24 horas siguientes desde que un fiscal tome conocimiento de un
hecho que reviste caracteres de delito, deberá practicar aquellas diligencias pertinentes y
útiles al esclarecimiento del delito, investigar las circunstancias relevantes para la
aplicación de la pena, de los partícipes y de circunstancias que sirvan para verificar o
atenuar su responsabilidad e impedir que el hecho denunciado produzca consecuencias
ulteriores.
Los fiscales poseen la dirección de la investigación y pueden realizar por sí
mismos las diligencias que consideren conducentes al esclarecimiento de los hechos o
encomendarlas a la policía (art. 180). Estas actuaciones son tomar declaración a los
testigos que se allanen voluntariamente a declarar, consignar, recoger y asegurar todo
cuanto conduzca a la comprobación del hecho y a la identificación de los partícipes (art.
181). El Código contempla la posibilidad que el imputado y los demás intervinientes
puedan proponer al fiscal todas aquellas diligencias que consideren pertinentes y útiles
para el esclarecimiento de los hechos.
Puede que los hechos relatados en la denuncia no sean constitutivos de delito o
que los antecedentes permitan establecer que la responsabilidad penal se encuentra
extinguida. En estos casos, el fiscal podrá abstenerse de toda investigación (art. 167
CPP), decisión que será fundada y se someterá a la aprobación del juez de garantía.
Además, si el fiscal carece de antecedentes o datos que le permitan continuar con la
investigación, podrá disponer el archivo provisional del caso, siempre que no haya
intervenido el juez de garantía o se formalice la investigación. La finalidad es ahorrar
recursos al sistema cuando no existe expectativa razonable de éxito para la persecución
penal de un hecho.
Los fiscales cuentan, asimismo, con la posibilidad de aplicar el principio de
oportunidad, que dice relación con la facultad de no iniciar la persecución penal o
abandonar la iniciada cuando se trate de un hecho que reviste caracteres de delito, pero
no compromete gravemente el interés público, a menos que la pena asignada al delito
exceda la prisión o reclusión menor en su grado mínimo o se trate de un delito cometido
por funcionario público en el ejercicio de sus funciones.
Formalización de la investigación
Es la comunicación que el fiscal efectúa al imputado, en presencia del juez de
garantía, de que desarrolla actualmente una investigación en su contra respecto de uno o
más delitos determinados (art. 229 CPP). Esta actuación cumple una función
esencialmente garantista de informar al imputado de manera específica y clara acerca de
los hechos atribuidos y su calificación jurídica. Ello le permite al imputado construir
una actividad defensiva específica, referida precisamente a los hechos que se le han
comunicado y a la calificación jurídica que de ellos ha efectuado el ministerio público.
La formalización de la investigación produce los siguientes efectos de pleno
derecho (art. 233): suspende el curso de la prescripción de la acción penal; comienza a
20
correr el plazo de dos años para declarar el cierre de la investigación; y el Ministerio
Público pierde la facultad de archivar provisionalmente el procedimiento.
Para formalizar la investigación, el fiscal debe solicitar al juez de garantía la
realización de una audiencia en fecha próxima o dentro de los plazos que señala el
artículo 131 CPP, mencionando la individualización del imputado, el delito atribuido, la
fecha y lugar de su comisión y el grado de participación del imputado. Deberá citarse al
imputado, a su defensor y a los demás intervinientes en el procedimiento.
Si la persona del imputado se encuentra detenido y el fiscal no cuenta con los
antecedentes necesarios para formalizar la investigación y solicitar medidas cautelares,
o no se encuentra el defensor del imputado, podrá el persecutor solicitar una ampliación
del plazo de detención hasta por tres días. El juez de garantía sólo dará lugar a la
ampliación cuando estime que los antecedentes presentados por el fiscal justifican esta
medida.
Audiencia de formalización de la investigación
En la audiencia, el juez ofrecerá la palabra al fiscal para que exponga
verbalmente los cargos que presentare en contra del imputado y las solicitudes que
desee efectuar al tribunal. En seguida, el imputado podrá manifestar lo que estime
conveniente.
Una vez formalizada la investigación, el juez abrirá debate sobre las demás
peticiones que los intervinientes deseen efectuar:
a) Medidas cautelares personales y reales;
b) Diligencias de investigación que afectan derechos fundamentales, con
conocimiento del afectado;
c) Plazo judicial para el cierre de la investigación;
d) Juicio inmediato; el fiscal podrá solicitar al juez que la causa pase directamente a
juicio oral (art. 235 CPP);
e) Prueba anticipada o posibilidad que un testigo o un perito que no puede
concurrir al juicio oral por tener que ausentarse a larga distancia, por existir
motivo que hiciere temer la sobreviniencia de su muerte, su incapacidad física o
mental, o algún otro obstáculo semejante, sea interrogado y contrainterrogado en
una audiencia citada al efecto y ante el juez de garantía, con las garantías y
formalidades previstas para la audiencia principal (art. 191 CPP)
f) Resolución del caso en procedimiento simplificado;
g) Suspensión condicional del procedimiento;
h) Acuerdos reparatorios;
i) Declaración judicial del imputado.
Medidas Cautelares
Dado que en todo proceso penal existe un período de tiempo que transcurre entre
la investigación y la dictación de la sentencia definitiva, que podría ocasionar ciertos
perjuicios para los intervinientes o incluso, llevar al fracaso del sistema, es que el
Código Procesal Penal establece una serie de medidas cautelares, que sirven para
aminorar esos posibles efectos negativos.
Estas medidas pueden ser de dos tipos:
- Medidas cautelares personales: son aquellas medidas restrictivas o privativas de
la libertad personal que puede adoptar el tribunal en contra del imputado, con el
objeto de asegurar a su persona en el curso del procedimiento penal.
- Medidas cautelares reales: son medidas restrictivas o privativas de la libertad de
administración patrimonial, con el objeto de asegurar la realización de los fines
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civiles del procedimiento, y eventualmente de los fines penales, cuando la pena
asignada al delito tenga un contenido patrimonial.
La procedencia de estas medidas es excepcional y la solicitud será siempre
posterior a la formalización de la investigación.
Características:
a) Provisionalidad: las medidas cautelares no tienen el objetivo de perdurar
indefinidamente en el tiempo, por ello, no pueden ser de carácter definitivo.
b) Instrumentalidad: las medidas cautelares no constituyen un fin por sí mismas,
sino que están preordenadas a la emanación de una decisión definitiva posterior.
Presupuestos de aplicación
a) Apariencia de buen derecho (fumus boni iuris): para conceder una medida
cautelar, el tribunal deberá analizar las posibilidades de obtener una sentencia
favorable para el solicitante, pero, en el sistema penal, debe además contar con
antecedentes suficientes que permitan presumir la existencia del hecho punible y
que el sujeto contra quien se realiza la investigación ha tenido participación en
él.
b) Peligro en la demora (periculum in mora): la medida cautelar deberá tener como
fundamento la amenaza de que durante el proceso el imputado intente su fuga o
intente destruir alguna pieza u objeto de la investigación que pueda usarse como
prueba durante la etapa del juicio oral. Estas situaciones pueden dificultar o
impedir la efectividad de la sentencia definitiva.
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policial, éste deberá informar de ella al Ministerio Público dentro de un plazo máximo
de 12 horas. El fiscal podrá dejar sin efecto la detención u ordenar que el detenido sea
conducido ante el juez dentro de un plazo máximo de 24 horas desde que la detención se
hubiere practicado. Si nada señala el fiscal, la policía deberá presentar al detenido ante
el tribunal en el plazo ya señalado.
En el caso de la detención por orden judicial, el agente policial que la realizó o el
encargado del recinto de detención conducirá inmediatamente al detenido a presencia
del juez que hubiere expedido la orden. Si lo anterior no fuere posible por no ser hora de
despacho, el detenido podrá permanecer en el recinto policial hasta el momento de la
primera audiencia judicial, por un periodo que en caso alguno excederá de las 24 horas.
De lo dicho, se desprende que el plazo máximo que puede durar esta medida es de
24 horas, sin perjuicio de la posibilidad que tiene el ministerio público para solicitar la
ampliación de la misma hasta por tres días en ciertos casos que define la ley.
c) La prisión preventiva
Es la medida cautelar personal más gravosa que contempla el sistema procesal penal
chileno. Tiene por objeto la privación de libertad por un tiempo indefinido de una
persona a la que se le imputa la comisión de un delito, dirigida a asegurar, en última
instancia, la efectividad de la eventual sentencia condenatoria. Es una institución de
última ratio, que opera cuando las demás medidas cautelares son insuficientes para
asegurar los fines del proceso.
La doctrina ha señalado que los fines de esta medida cautelar son únicamente de
carácter procesal: por un lado, asegurar la presencia del imputado a la audiencia del
juicio oral y a la ejecución de la pena; y por otro evitar la alteración, destrucción o
modificación de alguno de los medios de prueba que puedan usarse como prueba de
cargo en el juicio oral.
También es regulada en el art. 19 N° 7 de la Carta Fundamental, acentuada con lo
dispuesto en las letras d) y e) del mismo numeral.
A su vez, el CPP la regula en los artículos 139 y siguientes.
Requisitos de procedencia: señalados por el artículo 140 CPP. Una vez formalizada
la investigación, el tribunal, a petición del Ministerio Público o del querellante, podrá
decretar la prisión preventiva del imputado siempre que el solicitante acreditare que se
cumplen los siguientes requisitos:
a) Que existen antecedentes que justificaren la existencia del delito que se
investigare;
b) Que existen antecedentes que permitieren presumir fundadamente que el
imputado ha tenido participación en el delito como autor, cómplice o encubridor,
y
c) Que existen antecedentes calificados que permitieren al tribunal considerar que
la prisión preventiva es indispensable para el éxito de diligencias precisas y
determinadas de la investigación, o que la libertad del imputado es peligrosa
para la seguridad de la sociedad o del ofendido, o que existe peligro de que el
imputado se dé a la fuga.
Duración: no tiene un plazo definido expresamente, pero existen ciertas
disposiciones de las que se pueden inferir limitantes, como el art. 122, “sólo durarán
mientras subsistiere la necesidad de su aplicación” y el art. 152, “el tribunal, de oficio
o a petición de cualquiera de los intervinientes, decretará la terminación de la prisión
preventiva cuando no subsistieren los motivos que la hubieren justificado”.
Efectos: la medida causa la internación de la persona afectada en un establecimiento
penal, separado de la población condenada, con pérdida de su libertad personal. Ha de
tenerse presente que, en el caso de que el imputado fuere condenado a pena privativa o
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restrictiva de libertad, el tiempo durante el cual estuvo en prisión preventiva deberá
abonársele al cumplimiento de la condena.
Término: dispone el artículo 153 que el tribunal deberá poner término a la prisión
preventiva cuando dictare sentencia absolutoria y decretare sobreseimiento definitivo o
temporal, aunque dichas resoluciones no se encontraren ejecutoriadas. Por su parte, el
artículo 347 prescribe que comunicada a las partes la decisión absolutoria, el tribunal
dispondrá en forma inmediata, el alzamiento de las medidas cautelares personales que
se hubieren decretado contra el acusado.
d) Otras medidas cautelares personales (art. 155 CPP)
El Código Procesal Penal contempla la posibilidad de que se decreten otras medidas
cautelares restrictivas de la libertad personal diferentes a la prisión preventiva. Se debe
preferir la aplicación de estas medidas antes de llegar a la prisión preventiva. Estas
medidas son:
a) La privación de libertad, total o parcial, en su caso o en la que el propio
imputado señalare;
b) La sujeción a la vigilancia de una persona o institución determinada;
c) La obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la autoridad
que él designare;
d) La prohibición de salir del país, de la localidad en la que reside o del ámbito
territorial que fijare el tribunal;
e) La prohibición de asistir a determinadas reuniones, recintos o espectáculos
públicos, o de visitar determinados lugares;
f) La prohibición de comunicarse con personas determinadas, siempre que no se
afectare el derecho a defensa, y
g) La prohibición de aproximarse al ofendido o su familia y, en su caso, la
obligación de abandonar el hogar que compartiere con aquél.
h) La prohibición de poseer, tener o portar armas de fuego, municiones o
cartuchos, y
i) La obligación del imputado de abandonar un inmueble determinado.
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Las resoluciones que negaren o dieren lugar a las medidas cautelares reales serán
apelables.
Acuerdos reparatorios
Consiste en un acuerdo entre imputado y víctima, en que el primero repara de
algún modo que resulte satisfactorio para la segunda las consecuencias dañosas del
hecho que se persigue penalmente y, aprobado por el juez de garantía, produce como
consecuencia la extinción de la acción penal. El objeto del acuerdo puede consistir, por
ejemplo, en una suma de dinero fijada consensualmente, que constituya una forma de
reparación por las consecuencias dañosas.
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Se plantean restricciones legales en relación al ámbito de delitos que pueden ser
objeto de acuerdos reparatorios: se exige que el hecho afecte bienes jurídicos
disponibles de carácter patrimonial, consista en lesiones graves, o constituya un delito
culposo. Ahora bien, la Ley N° 21.394 amplió el espectro de delitos que pueden ser
objeto de esta salida alternativa, incluyendo en ellos, por ejemplo, a la violación de
morada, violación de correspondencia, violación de secreto profesional, amenazas,
lesiones leves, infracciones a la ley de propiedad intelectual, etc.
Se trata, como puede verse, fundamentalmente de delitos en que el interés
afectado es predominantemente de carácter privado.
Solicitud de sobreseimiento:
Una vez declarado el cierre de la investigación, el fiscal podrá solicitar el
sobreseimiento de la causa (art. 248 a) CPP). Este sobreseimiento será definitivo o
temporal y, en ambos casos, podrá ser total cuando se refiera a todos los delitos y a
todos los imputados; o parcial cuando se refiera a algún delito o a algún imputado, de
los varios a que se hubiere extendido la investigación y que hubieren sido objeto de
formalización (art. 255 inciso 1 CPP).
El juez de garantía decretará el sobreseimiento definitivo cuando:
a) Cuando el hecho investigado no sea constitutivo de delito;
b) Cuando aparezca claramente establecida la inocencia del imputado;
c) Cuando el imputado se encuentre exento de responsabilidad criminal en
conformidad al artículo 10 del Código Penal o en virtud de otra disposición
legal;
d) Cuando se haya extinguido la responsabilidad penal del imputado por algunos de
los motivos establecidos en la ley;
e) Cuando sobrevenga un hecho que, con arreglo a la ley, ponga fin a dicha
responsabilidad, y
f) Cuando el hecho de que se trate haya sido materia de un procedimiento penal en
el que haya recaído sentencia firme respecto del imputado.
El juez no podrá dictar sobreseimiento definitivo respecto de los delitos que,
conforme a los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes, sean imprescriptibles o no puedan ser amnistiados, salvo en los casos de los
números 1 y 2 del artículo 93 del Código Penal.
El sobreseimiento definitivo produce como efecto el término del procedimiento
con autoridad de cosa juzgada (art. 251 CPP).
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A su turno, el juez de garantía decretará el sobreseimiento temporal en los
siguientes casos (art. 252 CPP):
a) Cuando para el juzgamiento criminal se requiera la resolución previa de una
cuestión civil, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 171;
b) Cuando el imputado no comparezca al procedimiento y sea declarado rebelde, de
acuerdo con lo dispuesto en los artículos 99 y siguientes, y
c) Cuando, después de cometido el delito, el imputado caiga en enajenación
mental, de acuerdo con lo dispuesto en el Título VI1 del Libro Cuarto.
El sobreseimiento temporal suspende la tramitación de la causa.
Acusar:
Si el fiscal estima que ha reunido durante la investigación los antecedentes
suficientes para fundar una acusación, deberá formularla por escrito dentro de los diez
días siguientes a la declaración de cierre de la investigación. La presentación de la
acusación marca el inicio de la etapa intermedia o de preparación del juicio oral (Título
11 del Libro 11 del CPP).
27
públicos o notorios, o se haya ofrecido con fines puramente dilatorios. La finalidad es
liberar al juicio oral de eventuales incidencias que pudieran entorpecer su normal
desenvolvimiento.
El Ministerio Público puede solicitar, en su escrito de acusación, que el caso se
resuelva conforme a las reglas del procedimiento abreviado. Si el acusado acepta, dicho
procedimiento debe ser tramitado y fallado en la audiencia de preparación del juicio
oral.
Fase escrita
Describe el conjunto de presentaciones escritas que deben realizar los
intervinientes del procedimiento para ser notificados, en los plazos que la ley establece,
de la fecha de la audiencia de preparación del juicio oral. Se extiende desde la
presentación de la acusación por el fiscal ante el juez de garantía hasta la apertura de la
audiencia de preparación del juicio oral.
Presupuesto indispensable para ingresar a esta etapa es la formulación de la
acusación por el Ministerio Público o el querellante. La acusación debe contener la
individualización de el o los acusados y su defensor; la relación circunstanciada de el o
los hechos atribuidos y su calificación jurídica, la relación de las circunstancias
modificatorias de la responsabilidad penal concurrentes en el caso, la participación
atribuida al acusado, los preceptos legales aplicables, los medios de prueba de que el
Ministerio Público piensa valerse en el juicio; la pena cuya aplicación se solicita y la
solicitud de que se proceda conforme al procedimiento abreviado, en su caso.
Una vez presentada la acusación, el tribunal procederá a ordenar la notificación
de la acusación a todos los intervinientes (art. 260) y dentro de las 24 horas siguientes
citará a la audiencia de preparación del juicio oral. La audiencia de preparación del
juicio oral deberá tener lugar en un plazo no inferior a 25 ni superior a 35 días desde la
presentación de la acusación (art. 260).
Hasta la víspera del inicio de la audiencia de preparación del juicio oral, por
escrito, o al inicio de dicha audiencia, en forma verbal, el acusado podrá señalar los
vicios formales de que adoleciere el escrito de acusación, requiriendo su corrección,
deducir excepciones de previo y especial pronunciamiento y exponer los argumentos de
defensa que considere necesarios y señalar los medios de prueba cuyo examen en el
juicio oral solicitare, en los mismos términos del artículo 259.
El querellante podrá adherirse a la acusación del Ministerio Público o acusar
particularmente en caso de no estar de acuerdo con la acusación que dedujo el
persecutor fiscal.
Fase oral
Conformada por la audiencia de preparación del juicio oral. Esta audiencia es el
hito central en esta etapa, pues en ella se fijan de modo definitivo, en forma oral y
contradictoria, los hechos y las pruebas sobre los que versará el juicio y recaerá la
sentencia. Por regla general, las solicitudes e incidencias deberán ser resueltas por el
juez en base a los antecedentes disponibles previamente allegados por los intervinientes,
pero nada impide que, en casos justificados, el tribunal permita allegar algún
antecedente nuevo que no hubiera estado a disposición del interviniente y fuera
indispensable para resolver la incidencia.
La ley N° 21.394 estableció una norma de protección de los derechos del
imputado al disponer que, si en la audiencia de preparación de juicio oral se ventila la
aprobación de convenciones probatorias, procedimiento abreviado, suspensión
condicional del procedimiento, acuerdos reparatorios o cualquier otra actuación en que
la ley exigiere expresamente la participación del imputado, su presencia constituirá un
requisito de validez de la referida audiencia.
28
Al inicio de la audiencia, el juez de garantía hará una exposición sintética de las
presentaciones que hubieren realizado los intervinientes (art. 267). Si el imputado no
hubiere ejercido por escrito las facultades previstas en el artículo 263, el juez le otorgará
la oportunidad de efectuarlas verbalmente.
Luego el juez abre debate sobre las solicitudes o incidencias planteadas por las
partes en sus escritos, las que pueden versar, entre otras, sobre las siguientes cuestiones:
- La solicitud de corrección de vicios formales en el escrito de acusación, de
acusación particular o la demanda civil;
- La oposición de excepciones de previo y especial pronunciamiento;
- La solicitud para que se decrete la suspensión condicional del procedimiento o
un acuerdo reparatorio;
- La solicitud de que se proceda conforme al procedimiento abreviado;
- La conciliación de responsabilidad civil y la solicitud de medidas cautelares
reales;
- La solicitud para que se rinda prueba anticipada,
- La solicitud de aprobación de convenciones probatorias;
- La solicitud de exclusión de pruebas ofrecidas por los intervinientes;
- La solicitud para que se decrete la prisión preventiva u otras medidas cautelares
personales o para su sustitución, revisión o revocación.
Durante la audiencia de preparación del juicio oral cada parte podrá formular las
solicitudes, observaciones y planteamientos que estimare relevantes con relación a las
pruebas ofrecidas por las demás (art. 272). Se trata fundamentalmente de la posibilidad
de excluir la prueba, fundándose en alguna de las causales del art. 276: la
manifiestamente impertinente; la que tiene por objeto acreditar hechos públicos y
notorios; la testimonial y documental ofrecida con fines puramente dilatorios, la
proveniente de actuaciones o diligencias que hubieren sido declaradas nulas y las que
hubieren sido obtenidas con inobservancia de garantías fundamentales.
Si al término de la audiencia el juez comprueba que el acusado no ha ofrecido
oportunamente prueba por causas que no le fueren imputables, podrá suspender la
audiencia hasta por un plazo de diez días, postergando la dictación del auto de apertura
del juicio oral (art. 278).
Finalmente, se dictará el auto de apertura del juicio oral, que fija los hechos y
circunstancias sobre los cuales debe recaer el juicio oral, así como los medios de prueba
ofrecidos para acreditarlos, delimitando el objeto del mismo. Deberá contener:
a) El tribunal competente para conocer el juicio oral;
b) La o las acusaciones que deberán ser objeto del juicio y las correcciones
formales que se hubieren realizado en ellas;
c) La demanda civil;
d) Las convenciones probatorias, esto es, los hechos que las partes dieren por
acreditados en conformidad con lo dispuesto en el artículo 306 CPP;
e) Las pruebas que deberán rendirse en el juicio oral, y
f) La individualización de quienes debieren ser citados a la audiencia del juicio
oral, con mención de los testigos a los que debiere pagarse anticipadamente sus
gastos de traslado y habitación y los montos respectivos.
Solo el Ministerio Público pude recurrir en contra de esta resolución y por una
causal: exclusión de prueba por ilicitud.
Una vez firme el auto de apertura, el juez de garantía deberá remitirlo al tribunal
competente dentro de las 48 horas siguientes a su notificación (art. 281). El tribunal
29
competente será el tribunal de juicio oral en lo penal con jurisdicción en el territorio
donde se hubiere cometido el hecho que dio lugar al procedimiento penal.
El tribunal devolverá a los intervinientes los documentos que hubieren
acompañado durante el procedimiento (art. 279). El juez de garantía sólo puede remitir
al tribunal del juicio el auto de apertura del juicio oral, cautelándose así la imparcialidad
del juzgador.
Se incorporó por la Ley N° 21.392 un nuevo artículo 280 bis al Código Procesal
Pernal que entrega la posibilidad de llevar a cabo una “audiencia intermedia” para
efectos de ventilar solicitudes de procedimiento abreviado, convenciones probatorias o
salidas alternativas. Esta audiencia se deberá solicitar de común acuerdo entre los
intervinientes que correspondan.
30
d) Ordenar que se cite a la audiencia a todos quienes deban concurrir a ella, con, a
lo menos, siete días de anticipación, bajo los apercibimientos previstos en los
artículos 33 y 141.
31
interrogado por el fiscal, el querellante y el defensor. Finalmente, el o los jueces podrán
formularle preguntas destinadas a aclarar sus dichos. El acusado podrá solicitar ser oído
en cualquier estado del juicio para aclarar o complementar sus dichos.
Tras las actuaciones de los intervinientes, corresponde que se rinda la prueba
ofrecida y previamente declarada admisible en la audiencia de preparación del juicio
oral. La prueba que hubiere de servir de base a la sentencia deberá rendirse durante la
audiencia del juicio oral, salvas las excepciones expresamente previstas en la ley (art.
296). En efecto, el tribunal debe formar su convicción sobre la base de la prueba
percibida por sí mismo originaria e inmediatamente.
En el juicio oral no cabe actividad probatoria de oficio, pues contradicen las
nociones de un modelo democrático y garantista de justica criminal, y solo las partes
aportan y producen prueba. Sin embargo, los miembros del tribunal del juicio tienen una
importante facultad: formular preguntas a los testigos, peritos o al propio imputado para
que aclaren sus dichos (arts. 326 y 329).
El art. 328 establece que cada parte determinará el orden en que rendirá su
prueba, correspondiendo que se reciba primero la ofrecida para acreditar los hechos y
peticiones de la acusación y de la demanda civil, si se hubiere interpuesto, y luego la
ofrecida por el acusado respecto de todas las acciones que se hubieren deducido en su
contra.
La forma en que deba rendirse la prueba dependerá de la naturaleza del medio de
prueba:
Testigos: toda persona que ha tenido conocimiento de hechos anteriores,
coetáneos o subsiguientes al acontecimiento delictivo. Según el inc. 2° del art. 308, los
testigos pueden ser presenciales o de referencia, según hubieren presenciado los hechos
sobre los cuales declaran o saben de los mismos de forma mediata o indirecta, pues
pueden haberlos deducido de antecedentes que les son conocidos o por haber tenido
noticia de ellos por otras personas o medios. La importancia radica en el grado de
credibilidad que pueda atribuirse a la declaración y a la mayor o menor necesidad de
corroborar los dichos con otros medios de prueba. En principio, toda persona que no se
encuentre legalmente exceptuada está obligada a comparecer ante el tribunal
competente para prestar declaración y, en caso de renuencia, a su conducción
compulsiva (art. 298).
Peritos: El Ministerio Público y los demás intervinientes podrán presentar
informes elaborados por peritos de su confianza y solicitar en la audiencia de
preparación del juicio oral que éstos sean citados a declarar en el juicio, acompañando
los comprobantes que acreditaren la idoneidad profesional del perito (artículo 314). Se
trata de una persona con conocimientos especializados en determinadas materias; de allí
que declara sobre los principios y reglas que rigen determinados fenómenos o
actividades, cuya comprensión resulta inaccesible al no especialista. A pesar de que el
Código hace referencia al "informe de peritos" para aludir a la prueba pericial, en rigor
ella está constituida por la declaración personal del perito en el juicio sobre el contenido
del informe previamente elaborado por él. Al tenor del inciso 1° del artículo 314 y del
inciso 1° del art. 315, el Ministerio Público y los demás intervinientes podrán requerir la
elaboración de informes periciales desde el inicio del procedimiento penal, los que
deberán ser presentados por escrito al tribunal. Junto con su presentación, se debe
solicitar que los peritos sean citados a declarar al juicio oral, acompañando los
comprobantes que acrediten la idoneidad del experto. Por excepción, la ley permite que
algunos informes periciales (ADN, alcoholemia o de drogas) puedan ser incorporados al
juicio mediante la sola presentación del informe escrito aunque, si alguna de las partes
32
lo solicitare fundadamente, la comparecencia del perito no podrá ser substituida por la
presentación del informe.
Documentos y objetos: los objetos son todas aquellas cosas o elementos de
carácter material relevantes para la determinación de los hechos. Se encuadran en esta
definición los instrumentos y los efectos del delito, pero también aquellos objetos que
contribuyen a acreditar algún hecho relevante del caso. Según el artículo 333, los
documentos serán leídos y exhibidos en el debate, con indicación de su origen, esto es,
su procedencia o la identificación de su subscriptor. El autor del instrumento debe
comparecer al juicio para efectuar su reconocimiento y ser interrogado acerca del
contenido. Por su parte, los objetos deberán ser exhibidos y podrán ser examinados por
las partes. Ambos podrán ser exhibidos al acusado, a los testigos o a los peritos, a fin de
que sean reconocidos o se refieran a su conocimiento sobre los mismos (art. 333).
Otros medios de prueba: podrán admitirse películas cinematográficas,
fotografías, fonografías, videograbaciones y otros sistemas de reproducción de la
imagen o del sonido, versiones taquigráficas y, en general, cualquier medio apto para
producir fe (art. 323). Se trata de manifestaciones cuyo soporte material está constituido
por sistemas de reproducción de la imagen o del sonido o para el archivo y
conocimiento de datos. Es el tribunal quien debe determinar la forma de incorporación
de tales instrumentos, adecuándola, en lo posible, al medio de prueba más análogo. De
allí que el artículo 323 señale que se reproducirán en la audiencia por cualquier medio
idóneo para su percepción.
El artículo 336 regula dos supuestos de prueba no ofrecida oportunamente en la
etapa de preparación del juicio oral, pero cuya rendición en el juicio oral puede llevarse
a cabo. El inciso primero contiene el supuesto de prueba cuyo conocimiento se hubiere
obtenido con posterioridad a la oportunidad para ofrecerla, y siempre que tal
circunstancia se justifique, el tribunal ordenará su recepción a petición de alguna de las
partes. El propósito fue minimizar las posibilidades de que un imputado se quedase sin
prueba por una defensa negligente y se hizo extensiva a las demás partes para mantener
la igualdad ante la ley. El segundo se refiere al supuesto en que con ocasión de la
rendición de una prueba surgiere una controversia relacionada exclusivamente con su
veracidad, autenticidad o integridad. El tribunal podrá autorizar la presentación de
nuevas pruebas destinadas a esclarecer estos puntos, siempre que no hubiere sido
posible prever su necesidad.
Concluida la recepción de las pruebas, el juez presidente de la sala otorgará
sucesivamente la palabra al fiscal, al acusador particular, al actor civil y al defensor,
para que expongan sus conclusiones, denominadas alegatos de clausura.
Seguidamente, se otorgará al fiscal, al acusador particular, al actor civil y al defensor la
posibilidad de replicar. Las réplicas sólo podrán referirse a las conclusiones planteadas
por las demás partes. Por último, se otorgará al acusado la palabra, para que
manifestare lo que estimare conveniente. A continuación, se declarará cerrado el debate
(artículo 338).
Cerrado el debate, los miembros del tribunal que presenciaron el juicio deben
retirarse a deliberar a fin de debatir si alcanzaron la convicción que requiere la ley sobre
la comisión del hecho punible y la participación culpable atribuida al acusado en base a
la prueba producida en el juicio o, por el contrario, si esa misma prueba los conduce a
absolver al acusado de los cargos efectuados en la acusación.
La reforma procesal penal implicó un cambio radical en el sistema de valoración
probatoria. De la prueba legal o tasada del antiguo sistema se pasó al sistema de libre
apreciación de la prueba, que implica que la eficacia de cada prueba para la
determinación de los hechos será establecida caso a caso siguiendo criterios no
33
predeterminados, basados esencialmente en la razón: los tribunales apreciarán la prueba
con libertad, pero no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. El tribunal debe hacerse
cargo en su fundamentación de toda la prueba producida, incluso de aquélla que hubiere
desestimado, indicando las razones que hubiere tenido en cuenta para hacerlo. La
valoración de la prueba requerirá el señalamiento del o de los medios de prueba
mediante los cuales se dieren por acreditados cada uno de los hechos y circunstancias
que se tengan por probados. Esta fundamentación deberá permitir la reproducción del
razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a que llegare la sentencia. (art.
297).
Como se dijo, inmediatamente clausurado el debate, los miembros del tribunal
que hubieren asistido a él pasarán a deliberar en privado. Concluida la deliberación,
deberá comunicarse la decisión relativa a la absolución o condena. La sentencia
definitiva deberá ser pronunciada en la audiencia respectiva, que se fijará al momento
de la comunicación del veredicto.
Excepcionalmente el Código autoriza prolongar la deliberación hasta por 24
horas cuando la audiencia del juicio se hubiere prolongado por más de 2 días y la
complejidad del caso no permita pronunciar la decisión inmediatamente. En tal caso, se
dará a conocer la prolongación a los intervinientes en la misma audiencia, fijándose de
inmediato la oportunidad en que la decisión les será comunicada (arts. 343).
La omisión del pronunciamiento de la decisión de absolución o condena
(veredicto) en conformidad a estas normas producirá la nulidad del juicio, el que deberá
repetirse en el más breve plazo (art. 343).
No debe confundirse la comunicación de la decisión de absolución o condena
(veredicto), cuya omisión dentro de los plazos legales acarreará siempre la nulidad del
juicio, con la lectura de la sentencia definitiva, cuya omisión en los plazos que señala la
ley sólo conllevará la nulidad del juicio si la decisión del tribunal hubiere sido de
condena.
El artículo 340 establece un exigente estándar de convicción para destruir la
presunción de inocencia y poder condenar a una persona por el delito en virtud del cual
ha sido enjuiciado: nadie podrá ser condenado por delito sino cuando el tribunal que lo
juzgare adquiriere, más allá de toda duda razonable, la convicción de que realmente se
hubiere cometido el hecho punible objeto de la acusación y que en él hubiere
correspondido al acusado una participación culpable y penada por la ley. De allí que no
basta con la convicción, sino que debe haberse desarrollado una mínima actividad
probatoria, la que jamás podrá consistir en la mera declaración del acusado, y no es
necesaria la plena convicción, basta la convicción exenta de dudas razonables. Así, la
duda razonable excluye la posibilidad de condena.
Si se decide la absolución, comunicada a las partes la decisión, el tribunal
dispondrá, en forma inmediata, el alzamiento de las medidas cautelares personales y
ordenará se tome nota de este alzamiento en todo índice o registro público y policial en
el que figuraren (art. 347). También se ordenará la cancelación de las garantías de
comparecencia (art 327).
En el caso de una decisión de condena, el tribunal deberá resolver sobre las
circunstancias modificatorias de responsabilidad penal en la misma oportunidad que la
emite. Si son ajenas al hecho punible, abrirá debate sobre tales circunstancias y factores
inmediatamente después de pronunciada la decisión y en la misma audiencia. Para
dichos efectos, el tribunal recibirá los antecedentes que hagan valer los intervinientes
para fundamentar sus peticiones, dejando su resolución para la audiencia de lectura de
sentencia (art. 343 inciso final CPP).
34
La sentencia definitiva es la resolución jurisdiccional a través de la cual el
tribunal efectúa una motivación pública de su decisión mediante la explicación de todas
las inferencias inductivas que justifican y apoyan su conclusión a partir de las pruebas y
elementos probatorios producidos durante la audiencia del juicio oral.
La sentencia definitiva deberá contener:
a) La mención del tribunal y la fecha de su dictación; la identificación del acusado
y la de el o los acusadores;
b) La enunciación breve de los hechos y circunstancias objeto de la acusación; en
su caso, los daños cuya reparación fue reclamada en la demanda civil y su
pretensión reparatoria, y las defensas del acusado;
c) La exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y
circunstancias que se dan por probados, fueren ellos favorables o desfavorables
al acusado, y de la valoración de los medios de prueba que fundamenten dichas
conclusiones, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297 CPP;
d) Las razones legales o doctrinales que sirvan para calificar jurídicamente cada
uno de los hechos y sus circunstancias y para fundar el fallo;
e) La resolución que condena o absuelve a cada uno de los acusados por cada uno
de los delitos que la acusación les haya atribuido; la que se pronuncie sobre la
responsabilidad civil de los mismos y fije el monto de las indemnizaciones a que
haya lugar;
f) El pronunciamiento sobre las costas de la causa, y
g) La firma de los jueces que la dictaron.
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Regulados en el Libro Cuarto del Código Procesal Penal, los de mayor
aplicación práctica son el procedimiento simplificado, el procedimiento monitorio, el
procedimiento abreviado y el procedimiento sobre delito de acción penal privada. La
implementación de estos procedimientos se reserva para los delitos de menor cuantía
que, en la práctica, representan la mayor carga de trabajo de la justicia criminal actual.
Solo un número reducido de causas deben concluir en juicio oral, aquellas que
contemplan delitos de mayor gravedad, so pena del colapso del sistema.
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395 bis). La posibilidad de modificar la pena con que cuenta el fiscal solo es aplicable
en la primera audiencia a la que es citado el imputado o en la nueva audiencia cuando su
inasistencia estuvo justificada.
El juicio simplificado deberá tener lugar en la misma audiencia en que se
prepare, si ello fuere posible, o a más tardar dentro de trigésimo día. Comenzará
dándose lectura al requerimiento del fiscal y a la querella, si la hubiere. Luego, se oirá a
los intervinientes y se recibirá la prueba, tras lo cual se le preguntará al imputado si
tuviere algo que decir. Con esa declaración o sin ella, el tribunal pronunciará su decisión
de absolución o condena y fijará una nueva audiencia para dar a conocer el texto de la
sentencia, dentro de los 5 días siguientes (dentro de los diez días siguientes, de acuerdo
a la modificación transitoria incorporada por la Ley N° 21.394, cuya vigencia se
entiende hasta el 30 de noviembre de 2022). La audiencia no se suspenderá por la falta
de comparecencia de alguna de las partes ni por no haberse rendido prueba en la misma.
Cuando exista mérito para condenar por la falta al imputado, pero concurrieren
antecedentes favorables que no hicieren aconsejable la imposición de la pena, el juez
podrá dictar la sentencia y disponer la suspensión de la pena y sus efectos por un plazo
de seis meses (art. 398).
En contra de la sentencia que se dicte, sólo procede recurso de nulidad. El fiscal
requirente y el querellante, en su caso, sólo podrán recurrir si hubieren concurrido al
juicio.
El procedimiento simplificado se regirá por sus normas específicas y
supletoriamente por las normas del procedimiento ordinario, en cuanto se adecuen a su
brevedad y simpleza (art. 389).
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Según lo dispuesto en el artículo 14 letra c) del COT, el juez competente para
conocer de él es el juez de garantía.
Solo el fiscal puede solicitar su aplicación (art. 407). No obstante, el artículo 410
alude a “la solicitud del fiscal y del imputado”, por lo que tratándose de un
procedimiento que no puede aplicarse sin el consentimiento del imputado, su voluntad
debe ser considerada.
Una vez formalizada la investigación, es posible acordar la tramitación de la
causa conforme al procedimiento abreviado en cualquier etapa del procedimiento y
hasta la audiencia de preparación del juicio oral (art. 407). Debe agregarse la posibilidad
de solicitud aun cuando haya finalizado la audiencia de preparación de juicio oral y
hasta antes del envío del auto de apertura al Tribunal de Juicio Oral en lo penal, de
acuerdo al artículo 280 bis del Código.
El tribunal convocará a audiencia para resolver la solicitud de procedimiento
abreviado a la que deberá citar a todos los intervinientes, procediéndose en lo demás
conforme las reglas de este título. Si no se hubiere deducido aún acusación, el fiscal y el
querellante, en su caso, la formularán verbalmente en la audiencia. Si se dedujo
acusación, el fiscal y el acusador particular podrán modificarla según las reglas
generales, así como la pena requerida, para permitir la tramitación del asunto bajo las
normas del procedimiento abreviado.
Presupuestos de procedencia:
a) Que la pena privativa de libertad requerida por el fiscal no supere los cinco años
de presidio o reclusión menores en su grado máximo; no superior a diez años de
presidio o reclusión mayores en su grado mínimo tratándose de los ilícitos
comprendidos en los párrafos 1 a 4 bis del título IX del Libro Segundo del Código
Penal y en el artículo 456 bis A del mismo Código, con excepción de las figuras
sancionadas en los artículos 448 inciso primero y 448 quinquies de ese cuerpo
legal o bien se trate de cualesquiera otras penas de distinta naturaleza, cualquiera
fuere su entidad o monto, ya fueren ellas únicas, conjuntas o alternativas;
b) El imputado, en conocimiento de los hechos materia de la acusación y de los
antecedentes de la investigación que la fundaren, debe aceptarlos expresamente y
manifestar su conformidad con la aplicación de este procedimiento. Lo anterior no
significa un reconocimiento de culpabilidad, puesto que ello es un problema
jurídico que toca resolverlo al juez. Como se trata de la renuncia del imputado a la
realización del juicio oral, el juez de garantía debe comprobar que presta su
consentimiento de manera libre y voluntaria, que conoce su derecho a exigir un
juicio oral, que entiende los términos del acuerdo y las consecuencias que éste
puede significarle y, especialmente, que no ha sido objeto de coacciones ni
presiones indebidas por parte del fiscal o de terceros (art. 409);
c) Que el querellante, si lo hubiere, no se oponga al procedimiento abreviado o, si lo
hace, su oposición no se considere fundada.
El procedimiento abreviado se aplicará sólo respecto de aquellos acusados en
quienes concurrieren los presupuestos legales, o respecto de los delitos susceptibles de
ser resueltos, si fueren varios. Los excluidos continuarán bajo las normas del
procedimiento ordinario.
El juez rechazará el procedimiento cuando estimare que no se cumplen con los
requisitos para aceptar la procedencia del abreviado o considerare fundada la oposición
del querellante. En dicho caso se tendrán por no formuladas la aceptación de los hechos
por parte del acusado, como tampoco las modificaciones, asimismo, dispondrá que
todos los antecedentes relativos a la solicitud de proceder de conformidad con el
38
procedimiento abreviado sean eliminados del registro y dictará el auto de apertura de
juicio oral.
Acordado el procedimiento abreviado, el juez abrirá el debate, otorgará la palabra
al fiscal, quien expondrá resumidamente la acusación y las actuaciones y diligencias de
la investigación que la fundamentaren. Luego se les dará la palabra a los demás
intervinientes, correspondiendo la exposición final al acusado. Concluido el debate, el
juez dictará sentencia condenatoria o absolutoria. Si es condenatoria, no podrá imponer
una pena superior ni más desfavorable a la requerida por el fiscal o el querellante y no
podrá emitirse exclusivamente sobre la base de la aceptación de los hechos por parte del
imputado, debiendo guardar correspondencia con algún antecedente de la investigación.
Esta limitación tiene una dimensión garantista: evitar los abusos que históricamente
tenía la confesión como medio de prueba.
En ningún caso el procedimiento abreviado obstará a la concesión de alguna de
las medidas alternativas consideradas en la ley, cuando correspondiere.
Contra la sentencia solo procederá el recurso de apelación, que se concederá en
ambos efectos.
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Contra la sentencia definitiva sólo podrá interponerse el recurso de nulidad. El
querellante podrá impugnar únicamente si hubiere concurrido al juicio.
Los recursos en materia penal están regidos por reglas especiales relativas a cada
uno de ellos, que están contenidas en el Libro Tercero. Se aplican supletoriamente, a
todos ellos, las disposiciones generales sobre recursos en materia penal, contenidas en el
Título I (arts. 352 a 361). Supletoriamente a las anteriores, se le aplican también, por
40
remisión del art. 361 CPP, las reglas sobre el juicio oral contenidas en el Título III del
Libro Segundo CPP (arts. 281 a 351).
1. Normas Generales
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concretas. El tribunal debe pronunciarse, por regla general, de plano, pero
facultativamente puede oír a los demás intervinientes, si estima que la complejidad del
asunto lo hace aconsejable (art. 362).
Si la reposición se interpone respecto de una resolución que también es
susceptible de apelación, el agraviado debe interponer subsidiariamente ese recurso,
para el caso de que la reposición fuere denegada, y si así no lo hace, se entiende que ha
renunciado al recurso de apelación (art. 362 inc. 3).
La situación de las resoluciones dictadas en audiencias orales está regulada por
el art. 363 CPP, conforme al cual la reposición deberá promoverse verbalmente, tan
pronto se dictaren, y sólo serán admisibles cuando no hubieren sido precedidas de
debate. La tramitación se efectúa en este caso verbalmente, de inmediato, y de la misma
manera se pronuncia el fallo. En la impugnación de resoluciones dictadas en audiencias
orales no cabe la apelación subsidiaria, ya que la interposición del recurso de apelación
debe hacerse siempre por escrito (art. 367 CPP).
42
garantía en el procedimiento simplificado (art. 399) o en el procedimiento por acción
penal privada (art. 405).
La legitimación activa para recurrir de nulidad la tienen todos los intervinientes
(art. 352), aun cuando se discute sobre la posibilidad que tiene el Ministerio Público
para deducir este recurso fundado en algunas causales. La víctima puede recurrir de
nulidad incluso si no hubiere intervenido en el procedimiento (letra f) art. 109).
En virtud del principio de trascendencia no todo vicio o error hace procedente
este recurso. En efecto, no causan nulidad los errores de la sentencia que no influyeren
en su parte dispositiva (art. 375).
Causales genéricas
a) Cuando, en cualquier etapa del procedimiento o en el pronunciamiento de la
sentencia, se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantías
aseguradas por la Constitución o por los tratados internacionales ratificados por
Chile que se encuentren vigentes:
b) Cuando, en el pronunciamiento de la sentencia, se hubiere hecho una errónea
aplicación del derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del
fallo:
Motivos absolutos (art. 374): establecidos por el legislador con la intención de
crear formas objetivas de la causal genérica del artículo 373 a) donde determina que,
por la gravedad de los hechos en que se sustentan, ha existido infracción sustancial de
garantías.
a) Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada por un tribunal incompetente, o
no integrado por los jueces designados por la ley; por un juez de garantía o con
la concurrencia de un juez de tribunal de juicio oral en lo penal legalmente
implicado, o cuya recusación estuviere pendiente o hubiere sido declarada por
tribunal competente; y cuando hubiere sido acordada por un menor número de
votos o pronunciada por menor número de jueces que el requerido por la ley, o
con concurrencia de jueces que no hubieren asistido al juicio.
b) Cuando la audiencia del juicio oral hubiere tenido lugar en ausencia de alguna de
las personas cuya presencia continuada exigen, bajo sanción de nulidad, los
artículos 284 y 286. Estas personas son los jueces que integran el tribunal de
juicio oral en lo penal, el fiscal y el defensor.
c) Cuando al defensor se le hubiere impedido ejercer las facultades que la ley le
otorga.
d) Cuando en el juicio oral hubieren sido violadas las disposiciones establecidas
por la ley sobre publicidad y continuidad del juicio:
e) Cuando, en la sentencia, se hubiere omitido alguno de los requisitos previstos en
el artículo 342, letras c), d) o e):
f) Cuando la sentencia se hubiere dictado con infracción de lo prescrito en el
artículo 341 (nadie puede ser condenado por un hecho distinto del que ha sido
materia de la acusación).
g) Cuando la sentencia hubiere sido dictada en oposición a otra sentencia criminal
pasada en autoridad de cosa juzgada:
El tribunal competente para conocer y fallar este recurso puede ser la Corte de
Apelaciones respectiva o la Corte Suprema, dependiendo de las causales que
fundamenten el recurso.
Si la infracción invocada como motivo del recurso se refiriere a una ley que
regula el procedimiento, el recurso sólo será admisible cuando quien lo entablare
hubiere reclamado oportunamente del vicio o defecto. Esta exigencia de preparación se
aplica a los recursos de nulidad fundados en la causal del art. 373 a). La finalidad es
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asegurar que el tribunal haya tenido posibilidad de corregir oportunamente el vicio,
evitando la nulidad del acto, garantizando la buena fe de los litigantes en cuanto a no
reservar sus objeciones para hacerlas valer sólo en el evento de una sentencia
desfavorable.
Tramitación ante el tribunal a quo:
El recurso de nulidad se debe interponer ante el tribunal que dictó la sentencia,
dentro de los 10 días siguientes a su notificación, por escrito y fundadamente,
consignando los fundamentos de hecho y de derecho y las peticiones concretas que se
sometan al fallo del tribunal.
Se señalarán las causales en las que se funda el recurso. El recurrente no podrá
invocar después causales distintas. Si se funda varias causales, se debe señalar si se
invocan de manera conjunta o una en subsidio de la otra.
Cuando el recurso se funda en la causal del artículo 373 b) y el recurrente
sostuviere que su conocimiento corresponde a la Corte Suprema, debe no sólo señalar
esa circunstancia, sino que, además, indicar en forma precisa los fallos en que se
hubieren sostenido las distintas interpretaciones que invocare y acompañar copia de las
sentencias o de las publicaciones que se hubieren efectuado del texto íntegro de las
mismas. En todo caso, la sanción al incumplimiento de este requisito no es la
inadmisibilidad, sino su remisión a la Corte de Apelaciones respectiva.
Si la sentencia impugnada es condenatoria, con la interposición del recurso se
suspenden sus efectos. Si es absolutoria, la interposición del recurso no tiene efecto
suspensivo (art. 379).
En el control de admisibilidad del recurso se examinará si el recurso fue
deducido en tiempo y contra de una resolución impugnable por esa vía. Si se cumplen
los requisitos, se declarará admisible y el tribunal remitirá al superior jerárquico copia a
de la sentencia definitiva, del registro de la audiencia del juicio oral o de las actuaciones
determinadas de ella que se impugnaren y del escrito en que se hubiere interpuesto el
recurso. Si se declarará inadmisible, la resolución que puede ser objeto de recurso de
reposición, que debe ser interpuesto dentro de tercero día.
Tramitación ante el tribunal ad quem:
Desde la fecha del ingreso del recurso, se abre un plazo de cinco días para que
los recurridos puedan solicitar que el recurso se declare inadmisible, formular
observaciones por escrito, o adherirse, en su caso (art. 382).
El tribunal debe pronunciarse sobre la admisibilidad del recurso. Examinará que
el escrito de interposición exprese los fundamentos de hecho y de derecho en que se
funda, contenga peticiones concretas y haya sido preparado oportunamente. Si el
tribunal estima que no se cumple con alguno de estos requisitos, lo declarará
inadmisible, resolución susceptible de recurso de reposición.
La vista del recurso se rige por las reglas generales. La diferencia importante es
que en la nulidad puede producirse prueba, la que deberá recaer sobre las circunstancias
que constituyen la causal invocada y debe haber sido ofrecida en el escrito de
interposición. Su recepción se rige por las reglas establecidas para el juicio oral. No se
excluye la posibilidad que la parte recurrida también rinda prueba, pero se encuentra
liberada de la carga de ofrecerla. La circunstancia de no poder rendirse la prueba, en
caso alguno dará lugar a la suspensión de la audiencia.
El tribunal ad quem debe fallar el recurso dentro del plazo de veinte días
siguientes (este plazo se aumentó a 40 días de acuerdo a la modificación transitoria
incorporada por la Ley N° 21.394, cuya vigencia se entiende hasta el 30 de noviembre
de 2022). Debe pronunciar la sentencia en un día y hora que dará a conocer a los
intervinientes en la misma audiencia. La sentencia debe exponer los fundamentos que
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sirven de base a la decisión y pronunciarse sobre las cuestiones controvertidas, o sea, a
cada una de las causales que invocó el recurrente. Sin embargo, si se acoge el recurso, el
tribunal puede limitarse a la causal o causales que le hubieren sido suficientes. La
sentencia debe incluir, la decisión de si son nulos o no, total o parcialmente, el juicio
oral y la sentencia definitiva impugnada o si solamente lo es esta última.
La Corte está facultada, actuando de oficio, para acoger el recurso que hubiere
sido deducido a favor del imputado, cuando observare la existencia de cualquiera de los
motivos absolutos del artículo 374, aunque no hubiere sido invocado por el recurrente al
interponer el recurso.
La Corte tiene dos posibilidades: invalidar total o parcialmente solamente la
sentencia, dictando la correspondiente sentencia de reemplazo, o invalidar total o
parcialmente tanto el juicio como la sentencia, disponiendo la realización de un nuevo
juicio oral. La primera opción se presenta si la causal de nulidad no se refiere a
formalidades del juicio ni a los hechos y circunstancias que se hubieren dado por
probados, sino a que el fallo hubiere calificado de delito un hecho que la ley no
considere tal, aplicado una pena cuando no procediere o impuesto una superior a la que
legalmente corresponde. En este caso, la misma Corte debe dictar, sin nueva audiencia,
pero separadamente, la sentencia de reemplazo que se conformare a la ley. La segunda
hipótesis se dará en todos los casos no previstos por el artículo 385, se determinará el
estado en que hubiere de quedar el procedimiento y ordenará la remisión de los autos al
tribunal no inhabilitado que correspondiere, para que éste disponga la realización de un
nuevo juicio oral.
Cuando la declaración de nulidad del juicio oral y de la sentencia sea parcial,
existiendo pluralidad de delitos o de imputados, la Corte deberá precisar a qué prueba,
a qué hechos y a qué imputados afecta la declaración de nulidad parcial.
La resolución que fallare un recurso de nulidad no es susceptible de recurso
alguno, sin perjuicio de la revisión de la sentencia condenatoria firme. Tampoco será
susceptible de recurso alguno la sentencia que se dictare en el nuevo juicio que se
realice como consecuencia de la resolución que hubiere acogido el recurso de nulidad,
pero si fuere condenatoria y la que se hubiere anulado hubiere sido absolutoria,
procederá el recurso de nulidad a favor del acusado, conforme a las reglas generales.
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a) Que la pena privativa o restrictiva de libertad que se imponga por la sentencia
condenatoria no exceda los tres años.
b) Que el reo no haya sido condenado anteriormente por crimen o simple delito.
c) Que, por lo antecedentes personales del condenado, su conducta anterior y
posterior al hecho punible, y la naturaleza, modalidades y móviles determinantes
del delito, se permita presumir que no volverá a delinquir.
d) Si los dos requisitos anteriores hacen innecesario un tratamiento o la ejecución
efectiva de la pena.
Al concederse el beneficio, el tribunal debe establecer un plazo de observación
que no será inferior al de la duración de la pena, con un mínimo de un año y un
máximo de tres, además imponiéndose una serie de condiciones o reglas de
conducta que el reo debe cumplir:
a) Residencia en un lugar determinado, la que podrá ser propuesta por el
condenado. Podrá ser cambiada en casos especiales.
b) Sujeción al control administrativo y asistencia a la sección correspondiente de
Gendarmería de Chile (sección de tratamiento en el medio libre), en la forma
que precisará el reglamento.
c) Ejercer, dentro de plazo y bajo las modalidades que determinará la sección de
tratamiento en el medio libre de Gendarmería, una profesión, oficio, empleo,
arte, industria o comercio, si el condenado carece de medios honestos o
conocidos de subsistencia y no posee calidad de estudiante, y
d) Satisfacción de la indemnización civil, costas y multas impuestas por la
sentencia.
No obstante, el tribunal, en caso de impedimento justificado, podrá prescindir de
esta exigencia sin perjuicio de que persigan estas obligaciones en conformidad a las
reglas generales.
El quebrantamiento de las condiciones dentro del periodo de observación
provocará que Gendarmería pida la revocación de la suspensión de la pena, lo que podrá
decretar el tribunal, disponiendo el cumplimiento de la pena inicialmente impuesta o su
conversión en reclusión nocturna, según fuere aconsejable. En el caso de la comisión de
un nuevo crimen o simple delito, la revocación opera por el solo ministerio de la ley y
obliga al cumplimiento efectivo del total de la pena inicialmente impuesta o, si
procediere, de una medida alternativa equivalente a toda su duración.
2. Reclusión nocturna
Forma de cumplimiento parcial de la pena privativa de libertad, que se ejecutaba
mediante el encierro en establecimientos especiales de Gendarmería de Chile, desde las
22 horas de cada día hasta las 6 horas del día siguiente (art. 7).
La reclusión nocturna podrá decretarse:
a) Si la pena privativa o restrictiva de libertad que imponga la sentencia
condenatoria no excediera los tres años.
b) Si el reo no ha sido condenado anteriormente por un crimen o simple delito o
lo ha sido a una pena privativa o restrictiva de libertad que no exceda de dos
años o a más de una, siempre que, en total, no exceda ese límite, y
c) Si los antecedentes del condenado, conducta anterior y posterior al hecho
punible y a la naturaleza, modalidades y móviles determinantes del delito
permiten presumir que la medida de reclusión nocturna lo disuadirá de cometer
nuevos delitos.
La sentencia decretada por el tribunal deberá dictaminar que el beneficiado se
presente en el centro de reinserción social correspondiente a las 22 horas del
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día siguiente al que se notifique la sentencia, y que continúe presentándose en
el establecimiento especial asignado todos los días, a la misma hora señalada,
permaneciendo hasta las 6 horas del día siguiente. Para los efectos de la
conversión de la pena que inicialmente fue impuesta, se computará una noche
por cada día de privación o restricción de libertad (art. 9).
En caso de quebrantamiento grave o reiterado de la medida, sin causa
justificada, el tribunal, de oficio o a petición de Gendarmería, procederá a revocarla,
disponiendo la ejecución de la pena privativa o restrictiva por el lapso de tiempo no
cumplido (art. 11).
Los condenados deberán satisfacer la indemnización civil, costas y multas
impuestas por la sentencia, en los mismos términos regulados a propósito de la remisión
condicional de la pena.
3. La libertad vigilada
Consiste en someter al reo a un régimen de libertad a prueba que tenderá a su
tratamiento intensivo e individualizado, bajo la vigilancia y orientación permanente de
un delegado (art. 14). Es la única medida que considera acceso a tratamiento para
abordar la conducta delictiva, que mantiene al usuario en un régimen de libertad,
quedando permanentemente vinculado al delegado habilitado con el cual debe pactar, de
común acuerdo, un programa de acciones destinado a su reinserción social, ello sin
perjuicio del deber de cumplir las condiciones impuestas por el tribunal en la sentencia.
Según el reglamento de la ley respectiva, los delegados de la libertad vigilada son
oficiales penitenciarios o profesionales del área jurídica, social, educacional o de salud
que presten servicios en Gendarmería de Chile, encargados de vigilar, controlar, orientar
y asistir a los condenados que hubieren obtenido este beneficio, a fin de evitar su
reincidencia, protegerlos y lograr su readaptación e integración a la sociedad.
Los presupuestos de la libertad vigilada son (art. 15):
a) Si la pena privativa o restrictiva de libertad es superior a dos años, pero inferior a
cinco.
b) Si el procesado no ha sido condenado anteriormente por crimen o simple delito.
c) Si los informes sobre antecedentes sociales y características de personalidad del
condenado, su conducta anterior y posterior al hecho punible y la naturaleza,
modalidades y móviles determinantes del delito permiten concluir que un
tratamiento en libertad aparece necesario y eficaz en el caso específico, para una
efectiva readaptación y resocialización del beneficiado.
Al concederse el beneficio, el tribunal determinará un plazo de tratamiento y
observación que no será inferior al de la duración de la pena, con un mínimo de tres
años, y un máximo de seis. El delegado podrá proponer al juez, por única vez, la
prórroga del periodo de observación por un plazo de seis meses más, siempre y cuando,
no se sobrepase el límite de años; podrá también solicitar que se reduzca, respetando el
límite establecido, o que se egrese al condenado del sistema, cuando este haya cumplido
el periodo mínimo de observación.
Las condiciones para la obtención del beneficio se encuentran en el artículo 17:
a) Residencia en un lugar determinado, la que podrá ser propuesta por el condenado,
pero que, en todo caso, deberá corresponder a un cuidad en que preste servicios el
delegado de libertad vigilada. Ella podrá ser cambiada, debiendo ser este hecho
calificado por el tribunal y con informe previo del delegado.
b) Sujeción a la vigilancia y orientación permanentes de un delegado por el término
del período fijado, debiendo el condenado cumplir todas las normas de conducta e
instrucciones que aquel imparta respecto a educación, trabajo, morada, cuidado
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del núcleo familiar, empleo del tiempo libre y cualquiera otra que sea pertinente
para un eficaz tratamiento en libertad.
c) Ejercer, dentro del plazo y bajo las modalidades que determine el delegado de
libertad vigilada, una profesión, oficio, empleo, arte, industria o comercio, si el
condenado carece de medio conocidos y honestos de subsistencia y no posee
calidad de estudiante;
d) Satisfacción de la indemnización civil, costas y multas impuestas por la sentencia,
de acuerdo con lo establecido en la letra b) del artículo 5.
e) Reparación, si procediere, en proporción racional a los daños causados por el
delito por el delito.
Durante el periodo que dure la libertad vigilada, el juez podrá ordenar que el
beneficiado sea sometido a los exámenes médicos, psicológicos o de otra naturaleza que
aparezcan necesarios.
El quebrantamiento de alguna de las condiciones impuestas por el tribunal, o la
desobediencia grave o reiterada y sin causa justa de las normas de conducta impartidas
por el delegado, facultarán al tribunal para revocar el beneficio, en resolución que
exprese circunstanciadamente sus fundamentos. En tal caso, el tribunal dispondrá el
cumplimiento de las penas inicialmente impuestas o su conversión, si procediere, en
reclusión nocturna.
Ley N° 20.603 que reemplaza las medidas alternativas por las penas
sustitutivas
El 27 de junio de 2012 se publicó la Ley N° 20.603, que modificó la Ley Nº
18.216, que establece medidas alternativas a las penas privativas o restrictivas de
libertad.
Los objetivos tenidos en cuenta en esta modificación legal dicen relación con
favorecer la reinserción social de las personas condenadas a través de un control
efectivo del cumplimiento de las nuevas penas sustitutivas; tender a la protección de las
víctimas en ciertos delitos y al uso racional de la privación de libertad.
Dentro de los principales cambios se modificó la denominación de medidas
alternativas a penas sustitutivas, para precisar que no se está frente a un beneficio
otorgado al condenado, sino frente a una sanción que se impone en forma sustitutiva a la
pena privativa de la libertad originalmente impuesta. En segundo lugar, se propuso la
regulación de un catálogo de exclusión de aquellos delitos respecto de los cuales no
serían procedentes las penas sustitutivas, atendida la gravedad del reproche penal,
debiendo cumplirse la pena privativa de libertad. En tercer lugar, diversificó el catálogo
de penas sustitutivas, siendo la de mayor innovación la implementación de la libertad
vigilada intensiva y la reclusión parcial. La reclusión parcial vino a reemplazar a la
reclusión nocturna que adolecía de grandes falencias. Además, en caso de revocación de
cualquiera de esas penas sustitutivas, se contempla el cumplimiento del saldo de la pena
inicial, abonándose a favor del condenado el tiempo de ejecución de forma
proporcional, sujeto a las reglas de conversión establecidas en la ley.
1. La remisión condicional
La reforma mantiene su concepción original, sufriendo solo modificaciones
menores.
2. La reclusión parcial
Elimina la reclusión nocturna intentando salvar las problemáticas de esa medida
toda vez que no se cumplía el objetivo de evitar el contagio criminógeno. Cambia su
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forma de ejecución: pasa de cumplirse exclusivamente de manera nocturna, a tratarse
del encierro en el domicilio del condenado o en establecimientos especiales, durante 56
horas semanales (art. 7). Señala además tres modalidades: la diurna (encierro del
condenado durante ocho horas diarias y continuas que se fijaran entre las 08:00 de la
mañana y las 22:00); nocturna (desde las 22:00 hasta las 06 del día siguiente); reclusión
de fin de semana (22:00 del día viernes hasta las 06 del día lunes siguiente).
El juez preferirá ordenar su cumplimiento en el domicilio del condenado y
estableciendo como control el sistema del monitoreo telemático.
La regulación también buscó restringir su aplicación en el caso de reincidentes,
limitando su procedencia hasta dos veces.
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4. Pena Mixta
En estricto rigor no constituye una pena sustitutiva sino más bien es un
mecanismo para llegar a imponer la libertad vigilada intensiva, por consistir en una
forma adicional de poner término al cumplimiento de penas privativas de libertad, junto
a las ya existentes, tales como el cumplimiento efectivo de la pena, la obtención de la
libertad condicional o de la rebaja de condena, o la aplicación de indultos generales o
particulares.
Es una institución innovadora en el sistema de ejecución penal chileno pues
permite, por primera vez, que penas privativas de libertad superiores a los cinco años
accedan a un sistema alternativo.
Para su procedencia se requiere que la pena privativa de libertad impuesta al
condenado sea de cinco años y un día de presidio o reclusión mayor en su grado mínimo
u otra pena inferior; que al momento de discutirse la interrupción de la pena privativa de
libertad, el penado no registre otra condena por crimen o simple delito; que se hubiere
cumplido un tercio de la pena privativa de libertad de manera efectiva; que el
condenado hubiere observado un comportamiento “muy bueno” o “bueno” en los tres
bimestres anteriores a su solicitud y que se cuente con un informe favorable de
Gendarmería.
6. La expulsión de extranjeros
Los requisitos para proceder a la aplicación de esta pena sustitutiva son: que el
condenado sea un extranjero que no residiere legalmente en el país; que la condena que
se le haya aplicado sea igual o inferior a cinco años de presidio o reclusión menor en su
grado máximo y que se cite al Ministerio del Interior y Seguridad Pública.
La misma sustitución se aplicará respecto del extranjero que resida legalmente
en el país, a menos que el juez, fundadamente, establezca que su arraigo en el país
aconseje no aplicar esta medida, debiendo recabar para estos efectos un informe técnico
al Servicio Nacional de Migraciones, el que deberá ser evacuado al tenor del artículo
129 de la Ley de Migración y Extranjería. No procederá esta sustitución respecto de los
delitos cometidos con infracción de la ley Nº 20.000 y de los incisos segundo, tercero,
cuarto y quinto del artículo 168 de la Ordenanza de Aduanas, ni de los condenados por
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los delitos contemplados en el párrafo V bis, de los delitos de tráfico ilícito de migrantes
y trata de personas, del Título octavo del Libro Segundo del Código Penal.
Sin perjuicio de lo anterior, no se impide la posibilidad de aplicar al condenado
extranjero las otras penas sustitutivas contenidas en la ley.
Si se ordenare la expulsión, deberá oficiarse a la Policía de Investigaciones de
Chile para efectos de que lleve a cabo la implementación de esta pena y se ordenará la
internación del condenado hasta la ejecución de la misma, debiendo informarse de ello
al Servicio Nacional de Migraciones.
Una vez materializada la expulsión (que lleva a cabo el Departamento de
Extranjería del Ministerio del Interior), pesa sobre el condenado una prohibición de
ingreso al territorio nacional por un plazo de diez años. Si se incumple la prohibición, se
revoca la pena sustitutiva y debe cumplirse con el saldo de condena.
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