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Paso Cero de SA -

Participamos en la fraternidad del programa.

Introducción.
El Paso Cero, según el Libro Blanco (pág. 63) es: “Participamos en la fraternidad del
programa” pero su ubicación al inicio del capítulo “Los Comienzos”, ha generalizado
que llamemos Paso “Cero” a todo lo que supone iniciar el camino de la sobriedad.
Si estás leyendo esto es porque has hablado con uno o dos miembros de SA (Paso 12)
y su experiencia y lo que te han dicho, ha abierto para ti una puerta a la esperanza. Te
han explicado que nuestro programa se basa en el trabajo de “Los Doce Pasos” y
también te han hablado de nuestra “Definición de Sobriedad Sexual” (L. Blanco pág.
193), entre otras cosas. Has ido a alguna reunión, te ha gustado y te has decidido a
pedir un padrino, aunque sea provisional, para que te guíe y ayude a trabajar los Pasos.
Participar en la fraternidad del programa, supone ir a las reuniones, trabajar el
programa, empezar a usar las herramientas del programa, buscar padrino, conocer el
lenguaje de la lujuria, sus tipos y formas, sus detonantes, “rendirnos”, etc.
Trabajar los Pasos, o trabajar el Programa es dedicar todos los días 25-30 minutos
como mínimo a leer, escribir, etc. y lo que es más importante: trabajarlos poniéndolos en
acción en nuestra vida diaria, ponerlos en práctica.
El Paso Cero es preparar el terreno donde poner los cimientos de nuestra
recuperación y sobriedad duradera.
Si no lo tienes todavía, compra el libro “Sexólicos Anónimos” también llamado “Libro
Blanco” (LB) y en cuanto puedas el libro “Alcohólicos Anónimos” también llamado
“Libro Grande de AA” o “Libro azul”,y el Libro “Doce pasos doce tradiciones”.
Cómprate también un cuaderno donde irás escribiendo tu trabajo, reflexiones, etc.
Ya has hablado con tu padrino y te ha dicho cómo empezar; pero si tienes cualquier
duda llámalo.
Estos son los elementos del Paso Cero y el orden en que los debes trabajar:
1. Lee el folleto “A los recién llegados”
2. Lee el folleto“¿Por qué he de renunciar a la lujuria?”
3. Lee del Libro Sexólicos Anónimos:
a. La historia de Roy K. Págs. 1-25
b. Los comienzos. Págs. 61-76
4. Lee y aprende “La Oración de rendición” y comienza a utilizarla desde ese
momento las veces que sean necesarias, cada día, todos los días. Si es
necesario lee este apartado lo primero.
5. Lee “Identificación y tipos de lujuria”
6. Lee “Detonantes de la lujuria”
7. Trabaja la “Tabla Tipos-Patrones de lujuria”
8. Trabaja el “Cuestionario del Paso Cero”

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1. A los recién llegados
¡Bienvenido a Sexólicos Anónimos! Nos alegramos de conocerte.

¡Bienvenido a SA! Nos alegramos de conocerte. Si te ves reflejado en nuestras experiencias y


crees que también tienes nuestro mismo problema, nos gustaría ofrecerte nuestra solución.

Los recién llegados a nuestro programa suelen venir llenos de preguntas. Este folleto es un
intento de contestar a algunas de ellas.

¿Qué es SA?
Somos una fraternidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia,
fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse.
Nuestro objetivo primordial es mantenernos sexualmente sobrios y ayudar a otros
sexólicos a alcanzar la sobriedad sexual.

¿Qué es la sobriedad sexual?


Al definir la sobriedad no hablamos en nombre de los que no pertenecen a Sexólicos
Anónimos. La sobriedad sexual para los sexólicos de nuestra clase significa la
abstinencia de relaciones sexuales con nosotros mismos o con cualquier persona que
no sea nuestro cónyuge. En la definición de sobriedad de SA el término “cónyuge” se
refiere a la pareja en un matrimonio entre un hombre y una mujer. La sobriedad sexual
también incluye la liberación progresiva de las muchas variedades de pensamientos
sexuales, estímulos y formas de lujuria que han llegado a formar parte integrante de
nuestra vida. Esta libertad se alcanza manteniéndonos sobrios y aplicando los doce
pasos y las doce tradiciones a nuestra vida cotidiana.

¿Cómo puedo estar sano si no dispongo de una válvula de escape sexual?


Nuestra experiencia colectiva nos enseña que la sobriedad sexual nos libera de la
necesidad compulsiva de tener relaciones sexuales. Tratamos de colocar el instinto por
la intimidad sexual en el lugar que le corresponde, esto es, para la reproducción y para
establecer vínculos sanos con nuestro cónyuge. Cuando renunciamos a la lujuria y a los
estímulos sexuales, desaparece la necesidad obsesiva de sexo.

¿Es SA una terapia de grupo?


SA no es ni una terapia de sexo ni una terapia de grupo. Son los miembros los que
dirigen la reunión recurriendo a los modelos de reuniones de que disponemos. No hay
profesionales a cargo de las reuniones de SA.

SA es un programa de recuperación de la lujuria y la adicción al sexo basado en los


principios de Alcohólicos Anónimos.

Sean cuales sean los problemas con los que llegamos a SA, disponemos de una
solución común—la práctica con otros sexólicos de los doce pasos y las doce
tradiciones de la recuperación cuyo fundamento es la sobriedad sexual—.

¿Qué tengo que hacer para ser miembro?


Cualquier persona que piense que tiene un problema con la lujuria puede asistir a las
reuniones cerradas de SA y puede considerarse miembro si manifiesta que desea
liberarse de la lujuria y alcanzar la sobriedad sexual.

¿Cuánto tengo que pagar para ser miembro?


Las reuniones de SA son gratuitas. Para ser miembro de SA no se pagan honorarios ni
cuotas. Pasamos una bolsa en las reuniones para pagar el alquiler del local, las
publicaciones, el café, etc. Como afirma nuestra séptima tradición: “Nos mantenemos
con nuestras propias aportaciones.”
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De acuerdo, cometo excesos en mis conductas sexuales, ¿no me bastaría con ser un
poco más comedido?

SA es para las personas que han perdido el control en esta parte de sus vidas. Venimos
a SA porque no podemos parar, independientemente de cuáles sean nuestras prácticas
sexuales adictivas específicas. Hemos perdido la capacidad de parar.

¿Cómo puedo saber si soy adicto?


Has de llegar a esta conclusión por ti mismo. Reconocer que somos impotentes es lo
que se llama “trabajar el primer paso”. Como afirma nuestro primer paso “Admitimos que
éramos impotentes sobre la lujuria —que nuestras vidas se habían vuelto
ingobernables—”.

Lleva tiempo —y mucho sufrimiento— admitir que la lujuria nos ha derrotado. Más tarde
o más temprano decimos: “Me rindo”, “necesito ayuda”, “solo no puedo”, o algo
semejante. Cada una de estas frases es una admisión de impotencia.

Es por eso por lo que no funciona cuando tratamos de alcanzar la sobriedad por otra
persona como un familiar o nuestro jefe. Tenemos que admitirnos a nosotros mismos
nuestra derrota y buscar ayuda porque eso es lo que necesitamos.

Examínate a ti mismo
● ¿Se te ha ocurrido alguna vez pensar que necesitas ayuda para modificar tu
comportamiento o pensamientos sexuales o te lo han sugerido otras personas?

● ¿Has tratado alguna vez de parar o limitar tus conductas y pensamientos sexuales
sin conseguirlo?

● ¿Perjudican tus pensamientos y conductas sexuales a las relaciones con tu cónyuge


o dificultan que te hagas cargo de tus responsabilidades con los demás?

● A pesar de las consecuencias negativas de tus conductas sexuales—humillaciones,


mentiras, enfermedades, pérdida de trabajo, arrestos, divorcios o actos inmorales—
¿continúas practicando dichas conductas?

● ¿Te han dicho alguna vez que eres adicto al sexo o te han llegado a arrestar por
algún delito relacionado con el mismo?

Sé que solo no puedo. Lo he intentado anteriormente sin resultado alguno. ¿Quieres


decir que es posible?

Sí, la sobriedad sexual es posible. Hay miembros sobrios de SA en todo el mundo, tanto
casados como solteros. Juntos podemos alcanzar la sobriedad y vivir sobrios en SA si
trabajamos el programa día a día.

¿Qué tengo que hacer para alcanzar la sobriedad?


No existen absolutos en el programa de SA, pero te podemos decir qué es lo que
hacemos para alcanzar la sobriedad. Acudimos a las reuniones; trabajamos los pasos;
leemos las publicaciones (de SA y de AA); tenemos padrinos o madrinas a quienes
telefoneamos con regularidad. Muchos de nosotros hemos llegado a confiar en un
Poder Superior que nos mantiene sobrios.

De acuerdo, estoy dispuesto a intentarlo. ¿Qué hago a continuación?


● Ponte en contacto con SA. Consulta la guía telefónica por si hubiera un número de
teléfono de SA o ponte en contacto con la Oficina Central Internacional de SA.

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● Asiste a reuniones, a muchísimas reuniones.

● Habla con otros sexólicos sobrios y pregúntales cómo alcanzaron la sobriedad.

● Utiliza las publicaciones del programa: los folletos, Sexólicos Anónimos, La


Recuperación Continúa, Alcohólicos Anónimos y Los doce pasos y las doce
tradiciones. Lee el boletín de la fraternidad Essay.

● Busca un padrino o madrina —alguien cuya recuperación te resulte atractiva—.


Llámale con regularidad —a diario si es posible— y pregúntale qué te sugiere que
hagas.

● TRABAJA LOS PASOS. Tu padrino o madrina te mostrarán cómo.

● Recurre a la oración. Por la mañana pídele a tu Poder Superior que te mantenga


sobrio “durante estas veinticuatro horas”. Por la noche da las gracias por el día de
sobriedad. Ora cada vez que tengas una tentación.

● Recuerda los lemas:


o Primero, lo primero.
o Tómatelo con calma.
o Sólo hoy.
o Suelta las riendas y deja actuar a Dios
o No lo compliques, que es sencillo.

Recuerda que todos fuimos nuevos en algún momento, y que nos sentimos entonces
exactamente como te sientes tú hoy. No tengas reparos en pedirnos ayuda. Vente con
nosotros, pues “estaremos contigo en la fraternidad del espíritu, y seguramente te
encontrarás con algunos de nosotros cuando vayas por el camino que nos conduce a un
destino repleto de felicidad. Que Dios te bendiga y sostenga hasta entonces.”
(Alcohólicos Anónimos, capítulo undécimo)

Los Doce Pasos de Sexólicos Anónimos

1. Admitimos que éramos impotentes ante la lujuria, que nuestras vidas se habían
vuelto ingobernables.
2. Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos el
sano juicio.
3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como
nosotros lo concebimos.
4. Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza
exacta de nuestros defectos.
6. Estuvimos dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
7. Le pedimos humildemente que nos liberase de nuestros defectos.
8. Hicimos una lista de todas las personas a las que habíamos ofendido y estuvimos
dispuestos a reparar el daño que les habíamos causado.
9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño que les habíamos
causado, salvo en aquellos casos en que el hacerlo perjudicara a ellos o a otros.
10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo
admitíamos inmediatamente.
11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto
consciente con Dios tal como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos
permitiese conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para
cumplirla.

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12. Habiendo experimentado un despertar espiritual como resultado de estos pasos,
tratamos de llevar este mensaje a los sexólicos y de practicar estos principios en
todos nuestros actos.

Las Doce Tradiciones de Sexólicos Anónimos

1. Nuestro bienestar común debe prevalecer frente a todo lo demás; la recuperación


personal depende de la unidad de SA.
2. Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una autoridad suprema: un Dios
bondadoso tal como se manifiesta en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros
líderes no son más que fieles servidores; no gobiernan.
3. El único requisito para ser miembro de SA es el deseo de liberarse de la lujuria y de
alcanzar la sobriedad sexual.
4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos o a
SA en su conjunto.
5. Cada grupo tiene un objetivo prioritario: transmitir su mensaje a los sexólicos que
aún sufren.
6. Un grupo de SA nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de SA a
ninguna entidad allegada o empresa ajena para evitar que problemas de dinero,
propiedad y prestigio nos desvíen de nuestro objetivo primordial.
7. El sostenimiento económico de cada grupo corre a cuenta del mismo. Nos negamos
a recibir contribuciones exteriores.
8. SA nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicios pueden
contratar personal especializado.
9. SA, como tal, nunca debe adoptar una estructura organizada; pero podemos crear
juntas de servicios o comités directamente responsables ante aquellos que sirven.
10. SA carece de opiniones sobre asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente su
nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas.
11. Nuestra política de relaciones públicas se basa en la atracción y no en la promoción;
debemos mantener siempre el anonimato ante la prensa, la radio, el cine y la
televisión.
12. El anonimato es el fundamento espiritual de nuestras tradiciones y nos recuerda que
debemos anteponer los principios a las personalidades.

(Traducción del folleto “SA to the newcomers” “SA a los recién llegados”)

2.¿Por qué he de renunciar a la lujuria?


¿Por qué he de renunciar a la lujuria?
Muchos de nosotros acudimos a Sexólicos Anónimos (SA) debido a que nuestros
pensamientos y actividades sexuales autodestructivas nos habían conducido a la
desesperación total. En las reuniones de SA descubrimos, para sorpresa nuestra, que la
lujuria era la fuerza que impulsaba nuestras prácticas sexuales adictivas. La lujuria
sexual es un pensamiento o apetito que nos lleva a utilizarnos a nosotros mismos, a
otros o a determinadas cosas con propósitos destructivos y egocéntricos. La
enfermedad espiritual de la lujuria nos exige estímulos sexuales en vez de lo que un
Poder Superior o Dios, tal como lo entendemos, nos ofrecen ese momento. Más tarde
llegamos a comprender que lujuria es querer cualquier cosa menos lo que un Poder
Superior, o Dios tal como nosotros lo entendemos, nos proporciona. En un principio nos
resultaba difícil de creer. A medida que comenzábamos a aceptar este hecho, nos
preguntábamos cómo íbamos a poder vivir sin lujuria. Estaba claro que teníamos que
renunciar a la misma, pero a su vez dudábamos que fuera posible la vida sin lujuria.

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En la fraternidad de SA, conocimos a personas que habían encontrado la forma de
interrumpir sus conductas sexuales autodestructivas. Eso también nos resultaba
increíble. Sin embargo, su sinceridad y la felicidad que irradiaban sus rostros nos decían
que era verdad. Habían logrado la respuesta que con tanta desesperación buscábamos.

¿Por qué no puedo “disfrutar” de la lujuria, aunque sea “sólo un poquito”?


Desde los primeros días de nuestra enfermedad habíamos pensado que la lujuria era
nuestra amiga. La utilizábamos por muchas razones: para divertirnos, para tapar el
dolor, para no tener que enfrentarnos a nuestros problemas. En un momento
determinado nos dimos cuenta de que la lujuria se había convertido en un problema
mayor que los problemas de los que tratábamos de huir. La medicina se había
convertido en un veneno. La “solución” se había transformado en el problema.
Habíamos perdido el control.

La lujuria, para nosotros, es como montarnos en una montaña rusa en un parque de


atracciones. Una vez que el vehículo se pone en marcha, es imposible parar. Por tanto,
la lujuria debe ser frenada justo en su comienzo, antes del primer trago. Para liberarnos
de la influencia de la lujuria, por tanto, debemos tratar de impedir que penetre en
nosotros. Esto implicaba dejar de buscar emociones y riesgos. Pero, ¿cómo íbamos a
abandonar algo que con nuestro consentimiento había dominado nuestra vida durante
tantos años? ¿Cómo íbamos a conseguir aquello que mil y una veces nos había
resultado imposible lograr?

Nuestra adicción a la lujuria es como el problema del alcohólico con el alcohol. De la


misma manera que el alcohólico no puede tolerar una gota de alcohol, los sexólicos no
podemos tolerar el más mínimo trago de lujuria. La lujuria siempre exige más lujuria,
hasta que al final acabamos borrachos. Una vez embriagados, el deseo de realizar
conductas sexuales adictivas es imposible de resistir. Y lo que es incluso peor, la lujuria
nos arrastra cada vez con más fuerza hacia conductas que nos habíamos prometido a
nosotros mismos que nunca practicaríamos. La vergüenza que estas conductas nos
ocasionan a su vez nos exigían todavía más lujuria para taparlas. Disfrutar “sólo un
poquito” no funciona para sexólicos de nuestra clase.

¿Cómo puedo renunciar a la lujuria?


En primer lugar aceptamos el hecho de que si permitíamos que la lujuria se alojara en
nuestro interior ello nos llevaría a practicar alguna conducta sexual adictiva. La idea de
que podíamos interrumpir nuestras conductas sexuales perjudiciales y a la vez permitir
que hubiera lujuria en nuestra cabeza debería ser superada. La conclusión era
clarísima: teníamos que liberarnos de la lujuria si queríamos interrumpir nuestras
prácticas sexuales adictivas.

En segundo lugar admitimos que no disponíamos de la fuerza necesaria para parar y


que necesitábamos un poder superior a nosotros mismos. Reconocer nuestra debilidad
equivale a reconocer la necesidad del proceso de recuperación de los doce pasos, del
apoyo de otros miembros en recuperación, y de un Poder Superior o Dios tal como
nosotros lo entendemos.

En tercer lugar decidimos seguir el sencillo programa de recuperación de SA.


Estos tres puntos se transformaron en las claves de nuestra progresiva victoria sobre la
lujuria. Dejamos de luchar con la lujuria, comenzamos a renunciar a la misma y a
ponerla en manos de nuestro Poder Superior. Una vez que superamos nuestra
desesperación inicial, fuimos capaces de entregarnos por completo a este programa de
recuperación conocido como de los doce pasos.

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¿Qué va a ser de mí?
Nosotros, los que tenemos problemas con la lujuria, conocemos a la perfección qué
efectos tiene. La lujuria es un muro que nos separa y nos impide disfrutar de relaciones
satisfactorias con Dios y con la gente que nos rodea. La lujuria nos empuja y encierra,
cada vez con más fuerza, hacia nuestro interior provocando nuestro aislamiento,
soledad y desesperación. Pero en la medida en la que superamos el ciclo de la lujuria al
trabajar los pasos de la recuperación, nuestra vida experimenta un cambio notable.

A medida que nos recuperamos, adquirimos un nuevo sentimiento de dignidad y nos


sentimos felices por estar vivos. ¡Ya no tenemos que escondernos! Se quedan atrás las
mentiras y la doble vida que nos caracterizaba. A medida que desaparece el peso de la
vergüenza y la culpa disponemos de mayor energía para nuestra familia y nuestros
amigos, para el trabajo y para el ocio. Nuestro rostro, que antes expresaba
preocupación y amargura, pasa a irradiar una vida resplandeciente de felicidad, gozo y
libertad.

Superar las conductas lujuriosas que tenemos


Nuestra experiencia personal nos enseña que la lujuria es astuta, desconcertante y
poderosa, y muy paciente. En nuestra rutina cotidiana, nos planteamos cómo vamos a
poder vencer a un enemigo que nunca descansa y nunca se rinde.

En el pasado, cuando la lujuria llamaba a la puerta, siempre le abríamos. No teníamos


otra opción. Pero hoy, con la recuperación, tenemos otras alternativas. Disponemos de
muchas herramientas que podemos emplear para mantener la puerta cerrada a la
lujuria.

He aquí unas cuantas:


● La sinceridad — Durante mucho tiempo no nos atrevíamos a decirle a nadie lo que
pasaba por nuestra cabeza. Los secretos permitían que nuestros pensamientos
adictivos se consolidaran y aumentaran. Al decirle a otros miembros de SA lo que
pensábamos y lo que hacíamos, comprobamos que disminuía gran parte del poder
que sobre nosotros ejercían. Por tanto, es conveniente que los miembros de SA
sean sinceros tanto a la hora de intervenir en las reuniones como al hablar con otros
miembros fuera de las mismas.

● Evitar los disparadores o detonantes — Son muchas las cosas que pueden
desencadenar la lujuria: las películas, las revistas, las playas y piscinas, Internet,
incluso determinadas partes del periódico. No hay duda de que disponemos de
innumerables oportunidades de satisfacer la lujuria. Un examen detenido y sincero
de nuestra vida nos puede ayudar a identificar los pensamientos, personas, lugares
y objetos que normalmente nos causan más problemas. Una vez identificados, los
evitamos para reducir las oportunidades de caer en la lujuria.

● La oración — Recurrimos a todo tipo de oraciones para liberarnos de la lujuria. Una


muy breve puede ser: “Dios mío, ayúdame”. Muchos de nosotros pedimos a Dios
que bendiga a la persona objeto de nuestra tentación. Le pedimos a Dios que le
proporcione todas las cosas buenas que deseamos para nosotros mismos. Al actuar
así, dicha persona deja de ser un objeto lujurioso para convertirse en una criatura de
Dios. Otra oración, muy sencilla, es: “Dios mío, que encuentre en ti lo que busco en
esa persona”.

● El apadrinamiento — Un padrino o una madrina es un miembro con más experiencia


que nos ayuda a trabajar los doce pasos de la recuperación. En teoría un padrino o
madrina ha de trabajar los pasos, acudir a las reuniones y al mismo tiempo tener un
padrino o madrina que a su vez le ayuda. Esta persona nos puede ayudar a utilizar
los pasos para renunciar a la obsesión con la lujuria para así vivir una vida
equilibrada y gozosa.
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¿Cómo podemos estar seguros de que estas herramientas nos servirán? La experiencia
de miles de sexólicos en recuperación nos indica que les resultan útiles en su vida, día a
día.

¡No perdamos la esperanza!


La victoria progresiva sobre la lujuria es posible. Le pedimos ayuda a Dios, tal como
nosotros lo entendemos; recibimos ayuda de la fraternidad de SA; y trabajamos los doce
pasos para recuperarnos. Quien siga este plan encontrará sin duda un gran alivio frente
a las arremetidas de la lujuria.

Recuerda, la lujuria no va a desaparecer de la noche a la mañana. Hemos de


enfrentarnos a la lujuria paso a paso, día a día. La lujuria es tenaz; no renunciará
fácilmente. Nuestra experiencia, sin embargo, nos muestra que cualquier persona que
padezca de sexolismo puede mejorar si está dispuesto a ser sincero al abordar su
problema y trabaja los doce pasos y tradiciones del programa de recuperación de SA.
Una vida de libertad está al alcance de todos.

¡Recuerda que ya no estás solo! Hay muchas otras personas que tienen tu mismo
problema pero están recuperándose y te están esperando para ayudarte a caminar por
esa senda. Nunca más tienes por qué estar solo.

¡Vente con nosotros!

(Traducción del folleto de SA “Why stop lusting?”)

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3. Lee del Libro Sexólicos Anónimos:
1. La historia de Roy K. Págs. 1-25
2. Los comienzos. Págs. 61-76. Es importante que leas despacio, medites y pongas en
práctica este capítulo.

4. Oración de rendición

Lee y aprende “La Oración de rendición” y comienza a utilizarla desde este momento las
veces que sean necesarias, cada día, todos los días.

Los 5 elementos básicos de la oración de rendición son:


1. Reconocerse impotente ante la lujuria.
2. Pedirle a tu poder superior (Dios) que se la lleve (entregársela).
3. Renunciar a la lujuria.
4. Aceptar el dolor que supone renunciar a consumir lujuria.
5. Pedir por la persona objeto de nuestra lujuria.

Oraciones sugeridas que contiene todos los elementos:

Renuncio conscientemente a la lujuria y a la conexión falsa con _____ (objeto de


lujuria) _____. Te entrego mi lujuria porque soy impotente y acepto el dolor de la
recuperación (dejar de mirar, de fantasear, etc.). Te pido bendigas a _____
(objeto de lujuria) _____.

Dios, me pongo en tu presencia para pedirte que te lleves mi lujuria porque soy
impotente ante ella. Renuncio y rechazo a la lujuria en todas sus formas y
manifestaciones, y en concreto _____ (descripción de la tentación) ____. Acepto
el dolor de la renuncia a la lujuria y bendice a ____ (la persona objeto de mi
lujuria) ___. Que se haga tu voluntad y no la mía. Amén.

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5. IDENTIFICACIÓN Y TIPOS DE LUJURIA
La lujuria es una fuerza interior, espiritual y negativa que invade y pervierte los instintos
naturales de la sexualidad y de las emociones, y que me conduce a la autodestrucción
por un camino de humillación y espejismos de placer enfermizo. Es una enfermedad del
alma. Es una fuerza interior que me esclaviza obligándome incluso a realizar conductas
lujuriosas que rechazo o que no me gustan.

Poco a poco la lujuria va aislándome de la realidad separándome de mi entorno, de las


personas que quiero y que me quieren, haciendo de mí una persona resentida, con una
doble vida sostenida a base de mentiras y engaños, forzándome a vivir en la cárcel del
aislamiento de mi mente, amenazado cada vez más por mis miedos e inseguridades y
ahogándome en la pena por mí mismo.

CONEXIÓN VERDADERA Y CONEXIÓN FALSA

En las relaciones personales, es decir, en la interacción o conexión con otras personas, cuando
no afecta la lujuria, la conexión que se produce con otra persona es una conexión verdadera,
porque es correcta, sana y limpia. La conexión verdadera es fuente de vida porque es una
conexión desinteresada, basada en el conocimiento de la persona, en el respeto y en el amor.
La conexión verdadera debería ser la forma natural de interacción con los demás, pero la lujuria
pervierte, corrompe, ensucia y destruye poco a poco esta conexión. En el proceso de
recuperación, la conexión verdadera con los demás se restablece. Por supuesto, la conexión
con Dios es imprescindible para la recuperación y para establecer conexiones verdaderas con
las demás personas.

“A menos que establezcamos la conexión con Dios, la recuperación se nos escapará de


las manos”.
La Recuperación continúa, pág. 38.

Pero cuando se está “enfermo de lujuria” la conexión que se produce en las relaciones
personales es una conexión falsa, porque la conexión que tenemos con la otra persona está
basada en la lujuria, se produce por y desde la lujuria. Utilizamos a la otra persona como objeto
de nuestra lujuria para llenar nuestra alma y satisfacer nuestras emociones, mientras que en
realidad lo que sucede es que nos vamos vaciando cada vez más y nos alejamos de Dios. El
objetivo de la lujuria es separarnos de Dios, matar al Amor y conducirnos a la autodestrucción
de manera humillante por un camino de falsas promesas de paraísos de placer. La conexión
falsa, el autoengaño y las falsas promesas son los mecanismos que utiliza la lujuria para
conseguir su objetivo.

“La esencia de mi condición como sexólico es que quiero conectar con otra persona
como la Fuente de la vida, utilizar a otro para que cumpla un fin que no puede llevar a
cabo. De esta forma, la persona u objeto sexual se convierte en un sustituto de Dios, un
ídolo, y en consecuencia pervierto mi instinto natural.”
La Recuperación continúa, pág. 37.

Por lo tanto, aunque la lujuria es una en sí misma tiene diferentes formas de manifestarse, y
siempre lo hace desde la conexión falsa, jamás desde la verdadera, porque ambas formas de
conectar o de interaccionar con los demás son absolutamente incompatibles. Donde hay una
no puede haber la otra, donde hay lujuria no puede haber amor y viceversa. Por lo que si
detectamos esa conexión falsa a través de la lujuria con otra persona en cuanto se produce,
podremos rápidamente reaccionar y bloquearla o eliminarla, de tal manera que evitemos o
cortemos una intoxicación a tiempo y una posible recaída.

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TIPOS DE LUJURIA

Son diversas formas que adopta la lujuria que motivan o causan el consumo de lujuria. Los
diferentes tipos de lujuria son: lujuria Física, lujuria Romántica, lujuria de Belleza, lujuria de
Morbo, lujuria Pasiva, lujuria de Fisgoneo, lujuria de Abuso, lujuria de Dominación y lujuria de
Sumisión.

‐L. Física: es la conexión falsa con otra persona o conmigo mismo a través de lo físico‐sexual.

“Mientras poseía el cuerpo de otra persona y la utilizaba para satisfacer mis deseos de
lujuria, sentía que mi alma se llenaba por completo, y por unos breves momentos sentía
la plenitud. Pero cuando todo terminaba, un vacío real y terrorífico se apoderaba de todo
mi ser y surgía un dolor insoportable que me llevaba de nuevo a la búsqueda insaciable
de otro cuerpo.”

‐L. Romántica: es la conexión falsa que se manifiesta a través de la obsesión romántica con
otra persona. La conexión falsa se produce en un contexto romántico, idílico y obsesivo.

“Un día, al salir del cine me fui a comprar un refresco. Me acerqué a un puesto que lo
atendía una chica y su padre. Aunque el padre le controlaba en todo momento, hubo un
cruce de miradas entre nosotros dos y se produjo un flechazo. Compré el refresco y me
fui. Desde ese momento no pude quitarme su imagen de mi cabeza. Sentí que era la
mujer de mi vida, fantaseé que teníamos mil aventuras, que le salvaba de todos los
males posibles, que la conquistaba, que la rechazaba, que nos peleábamos, que nos
casábamos, que teníamos hijos, que nos divorciábamos en medio de una tragedia
terrible, etc. La obsesión romántica se apoderó de mí, y sentía una necesidad
incontrolable de unirme a ella. Al día siguiente, conocí a otra mujer. La chica del puesto
desapareció de mi mente y de mi corazón tan rápido como entró.”

‐L. de Belleza: es la conexión falsa con otra persona a través de su belleza física. La atracción
y el interés por la persona vienen dados por la belleza física, no por la persona en sí. (La
belleza a la que se hace referencia es una belleza subjetiva e individual que la lujuria impone a
cada uno).
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“En una fiesta de amigos celebrada en mi casa por mi esposa y por mí, acudió una
mujer que no conocía de nada y que acompañaba a una amiga nuestra. Nada más ver a
esta mujer me quedé absolutamente impresionado por su belleza física. Desde ese
momento mi sistema emocional, mi claridad mental y mi sano juicio comenzaron a
desestabilizarse. La lujuria de belleza había irrumpido con fuerza. Cuanto más la miraba
más me emborrachaba de su belleza y poco a poco me fui esclavizando de ideas como
“sin duda es la mujer de mi vida”, “ya no puedo vivir sin esa mujer”, “necesito tener una
relación con ella como sea”, etc. La pérdida de mi sano juicio me hacía tener actitudes
con esa mujer que me ponían en evidencia incluso delante de mi esposa. Yo no me
daba cuenta de la mayoría de esos comportamientos lujuriosos de conquista y
coqueteo, y de los que me daba cuenta, aunque pusiera en peligro mi matrimonio no me
importaba, porque la obsesión y la necesidad esclavizante de la conexión falsa y
lujuriosa con esta mujer era tan fuerte, y mi impotencia ante la lujuria de belleza tan
absoluta, que nada podía hacer. ¡Y no conocía de nada a aquella mujer!”

También la lujuria de belleza puede manifestarse de manera inversa, que sería la L. de anti
belleza, es decir, al encontrarme con una persona que no cumple con los cánones de belleza
que mi lujuria me impone se produce rechazo, desinterés, burla o desprecio. La conexión falsa
se produce a través de la fealdad física o la anti-belleza de la otra persona.

“Una vez conocí a una mujer a través del chat. En seguida comenzó el coqueteo y la
seducción, y la cosa iba sobre ruedas. Yo tenía mucho interés en establecer una
relación física y ella estaba dispuesta. Antes de vernos en persona yo le pedí que me
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enviara algunas fotos. Ella accedió y me envió varias fotos en bikini. La anatomía de su
cuerpo me hizo rechazarla y corté de inmediato la comunicación con ella. Su cuerpo no
era algo monstruoso o aberrante ni muchísimo menos, era un cuerpo normal, pero mi
lujuria de belleza me decía que no cumplía con los cánones de belleza física que mi
lujuria me dictaba. Sentí rechazo e ira por esta persona.”

‐L. de Morbo: es la conexión falsa que surge a partir de “algo” que da morbo de la otra persona
o del contexto en que se desenvuelve. Ese “algo” puede ser una parte del cuerpo, la forma de
llevar el pelo o de caminar, el color de la piel o el tipo de raza, un estado de vida (estar casado,
ser religioso, etc.),una cualidad personal (ser inteligente, chulo, tímido, temerario, agresivo,
dócil, etc.), una posición dentro de un sistema (ser el jefe, el empleado, el profesor, el alumno,
la empleada doméstica, el hermano/a o hijo/a de alguien, etc.), una profesión (médico, policía,
actor, prostituta, etc.), un rol social (ser famoso, político, líder, etc. ), una forma de vestir (ropa
provocativa, uniformes, ropa específica para algo), etc.

“En una ocasión, me alojé en un hotel durante tres días. Durante los dos primeros días,
de vez en cuando veía a una mujer que conversaba con la recepcionista. No le di mayor
importancia, ni siquiera me llamó especialmente la atención como mujer. Pero el tercer
día me encontré con ella en el pasillo. Llevaba puesto el uniforme de la limpieza del
hotel y con el pelo recogido en forma de coleta. El morbo producido por el uniforme y la
forma de llevar el pelo se apoderó totalmente de mí. En ese momento sentí una
necesidad imperiosa de conectar lujuriosamente con ella.”

‐L. Pasiva: es la conexión falsa que se produce a través de la atención, el interés, la excitación
y el deseo que provoco en otras personas o en mí mismo/a, ya sea mediante el coqueteo, el
exhibicionismo, la seducción o cualquier otra forma de a en este sentido. La conexión falsa se
produce cuando me siento objeto de deseo o siento que me apodero, controlo y poseo a otras
personas mediante la atracción lujuriosa que les causo.

“Mientras me vestía para salir con unas amigas a una discoteca, solamente el hecho de
imaginar cómo me iban a mirar y desear los hombres por la forma tan provocativa que
iba a ir vestida, me producía una gran excitación.”
“El saber que coqueteando con ciertas miradas y gestos podía controlar y manipular
lujuriosamente a otras personas me atrapaba cada vez más en la adicción.”

También se manifiesta la lujuria pasiva con uno mismo, es decir, uno se hace víctima de sí
mismo por la atracción y la dependencia que le produce su propio cuerpo.

“Perdía la noción del tiempo atrapada con la visión de mi cuerpo frente al espejo. Me
excitaba observarlo continuamente y al mismo tiempo un miedo irracional se apoderaba
de mí al pensar que podría dañarse o que el paso del tiempo lo deterioraría. Me
prometía a mí misma que haría lo imposible para que eso no sucediera”.

‐L. de Fisgoneo: es la conexión falsa que se produce a través del fisgoneo en la intimidad de
otros, es decir, la curiosidad enfermiza por saber y conocer cómo es la intimidad de otra
persona. Esa intimidad no sólo se refiere al nivel físico (ropa interior, cuerpo, actitudes y
preferencias sexuales), sino también a nivel psicológico (emociones, forma de relacionarse,
gustos, costumbres, preferencias, etc.).

“Me asomé por la ventana y pude observar que mis vecinos, un matrimonio recién
llegado al edificio, se preparaban para irse a dormir. Al instante, me escondí detrás de la
cortina para no ser visto y el deseo lujurioso de conocer su intimidad me invadió.”

‐L. de Abuso: es la conexión falsa que se produce a través de la situación de inferioridad en la


que está la persona víctima del abuso y por la situación de superioridad de la persona que
abusa. Como situación de inferioridad se entiende cualquier situación de desventaja física,
mental, emocional, social, etc., que hace posible una acción de abuso.
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Como situación de superioridad se entiende cualquier situación de ventaja física, mental,
emocional, social, etc., que hace posible una acción de abuso.

“La mujer que llevaba cuidando a mis sobrinos durante algún tiempo, cometió un error y
pretendían despedirle. Acudió a mí pidiéndome por favor que intercediera por ella,
porque quedarse sin trabajo suponía un problema muy grave debido a la difícil situación
económica que atravesaba el país, por su condición de viuda y porque tenía tres hijos
que alimentar. Esta mujer nunca me llamó la atención por nada en especial, pero en ese
momento, su situación de debilidad y de dependencia de mi influencia me provocó un
deseo muy fuerte de aprovechar esa situación concreta para tener sexo con ella
sabiendo que estaba entre la espada y la pared.”

‐L. de Dominación: es la conexión falsa que se manifiesta a través de la dominación física,


mental,emocional y espiritual sobre otra persona. La conexión falsa se produce a través del
acto de dominación, es decir, de la utilización de la otra persona desde ser objeto de control
hasta ser propiedad privada.

“Tenía a mi esclava debidamente inmovilizada y me disponía a aplicarle el castigo que


se merecía. La sensación de control y poder absoluto sobre esa persona y el ser
consciente de que iba a descargar sobre ella toda la fuerza de mi lujuria, me producía
una sensación de éxtasis tan enfermiza como adictiva.”

‐L. de Sumisión: es la conexión falsa que se manifiesta a través de la sumisión física, mental,
emocional y espiritual a otra persona. La conexión falsa se produce a través del acto de
sumisión, es decir, del hecho de sentirse utilizado, dominado y obligado a realizar prácticas
lujuriosas sin responsabilidad alguna y de sentirse desde objeto de control hasta propiedad
privada de otra persona.

“Me produce una gran excitación saber que voy a ser humillada, utilizada y convertida
en puro objeto de deseo y capricho sin ser responsable de nada de lo que ocurra,
porque yo pertenezco a mi amo.”

Para que haya lujuria de dominación‐sumisión debe haber un consentimiento o pacto implícito
o explícito entre las dos partes, puesto que si no se da dicho pacto entonces no hay
dominación o sumisión, sino abuso, ya que la acción lujuriosa se produciría en el contexto de
una situación de inferioridad‐superioridad, sin elección por parte de la víctima. Precisamente es
esta la diferencia entre lujuria de dominación‐sumisión vs lujuria de abuso.

TIPOS Y PATRONES DE LUJURIA

Cada vez que se consume lujuria se pueden dar varios tipos de lujuria simultáneamente, es
decir, que cada práctica lujuriosa se corresponde con uno o varios tipos de lujuria. A su vez,
cada práctica de lujuria, cuando se repite en el tiempo o es habitual, se convierte en un hábito o
Patrón de lujuria.

Ejemplo: Uno de mis patrones de lujuria es mirar y recrearme con fotos y vídeos
pornográficos en Internet. A través de esta acción lujuriosa actúan simultáneamente
varios tipos de lujuria en mí:

● Lujuria física: acabo la sesión con masturbación.


● Lujuria romántica: fantaseo en un contexto romántico, ya sea previamente o en
ese mismo momento con alguna persona que he visto en alguna foto o vídeo.

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● Lujuria de belleza: busco la belleza en los cuerpos de las personas, sólo busco
fotos y vídeos donde las personas son bellas para mí.
● Lujuria de morbo: me recreo en aspectos concretos de las personas que
aparecen, aspectos que tienen fuerza y vida por sí mismos, como la ropa que
llevan, el papel que representan en el vídeo, el color de su piel, alguna parte
concreta de su cuerpo, lo que hacen, etc.
● Lujuria de fisgoneo: quiero ver y conocer la intimidad de las personas que veo,
ya sea la intimidad de sus cuerpos o de algún aspecto de sus vidas.
● Habría también lujuria de abuso y/o de dominación‐sumisión si fueran fotos en
las que apareciera el abuso, la dominación o la sumisión.

En definitiva, las diferentes formas de practicar o consumir lujuria (pornografía, voyeurismo,


masturbación, promiscuidad, prostitución, etc.) son manifestaciones externas de la lujuria en
sus diferentes tipos.

Existen muchas prácticas de lujuria que al ser recurrentes se convierten en patrones de lujuria,
pero a grandes rasgos estos son los más comunes: abuso, conquista, exhibicionismo,
fantasías, fetichismo, frotteurismo, masturbación, pornografía, proíomiscuidad, prostitución,
sadomasoquismo, sexo anónimo, voyeurismo y zoofilia.

(F.G.B. España 2014)

6. DETONANTES DE LA LUJURIA
Son estímulos tanto internos como externos que actúan como mecanismos
disparadores del proceso de consumo de lujuria. Los detonantes activan la lujuria, nos
conectan con ella y esta comienza a actuar en nosotros a través de autoengaños,
deseos, necesidades, espejismos de placer y falsas promesas, seduciéndonos cada vez
más hasta caer en una especie de trance o estado hipnótico en el que el sano juicio y el
sentido común desaparecen, y el consumo de lujuria se lleva a cabo.

A medida que aprendemos a identificar y evitar nuestros detonantes, aceptamos


nuestros límites y el dolor de la renuncia a consumir lujuria, junto con el trabajo del
programa, nos mantendremos sobrios y la recuperación será un hecho.

Los detonantes se pueden clasificar de la siguiente manera:

DETONANTES FÍSICOS

Son los detonantes pertenecientes a la parte física, es decir, el cuerpo físico, al ambiente o a
cualquier cosa material. El contacto con un detonante físico, ya sea por contacto visual, por el
tacto, etc. activa la lujuria y por lo tanto el deseo de consumo.

● Objetos sexuales: objetos explícitos, cuerpos o partes del cuerpo de otras


personas o de uno mismo, prendas de vestir, lenguaje hablado y corporal,
comportamientos, actitudes, etc.

● Cansancio y sueño: bajan enormemente las defensas y la capacidad de reaccionar


para evitar consumir. También pueden generar irritabilidad conectándonos con
emociones negativas, actuando estas como detonantes para consumir lujuria.

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● Hambre: igual que el cansancio y el sueño, el hambre genera un estado de
irritabilidad que nos conecta con detonantes emocionales.

● Comida: el consumo de comidas copiosas, pesadas o con sabores demasiado


estimulantes (picante, con potenciador del sabor, etc.) pueden actuar como
detonantes de la lujuria.

● Alcohol y drogas: el consumo de alcohol y drogas siempre baja las defensas


parcial o totalmente.

● Lugares: sex shops, locales nocturnos, parques, centros comerciales, transporte


público, calles, polígonos industriales, playas, piscinas y en general cualquier lugar
concreto que, tanto por contener personas o cosas directamente relacionadas con la
lujuria como por asociaciones personales que tengamos con ese sitio, nos detona y
activa la lujuria.

● Internet: por la posibilidad de acceder a contenido lujurioso.

● Móvil: por facilitar la comunicación y contacto con personas para consumir lujuria
como por la posibilidad de acceder a contenido lujurioso.

● Eventos: reuniones familiares, reuniones de trabajo, reuniones con amigos,


acontecimientos deportivos, fiestas, celebraciones, conciertos, etc.

● Imprevistos: una invitación repentina, planes fuera de agenda, una llamada


imprevisible, un dolor de espalda o un resfriado, una inesperada hora libre en el
trabajo, quedarse sólo en casa repentinamente, etc.

● Deporte: en algunos casos la práctica del deporte genera estados de euforia o


tristeza causados, generalmente, por la competitividad. Estos detonantes
emocionales nos ponen en peligro.

DETONANTES EMOCIONALES

Son los detonantes que se corresponden con nuestro mundo emocional. Los detonantes
emocionales son las emociones que al sentirlas nos producen dolor, y para tapar o
evitar este dolor recurrimos al consumo de lujuria. El hecho de sentirme fracasado, con
miedo, frustrado o humillado por poner sólo algunos ejemplos, me produce un dolor que
no quiero sufrir, que no sé gestionarlo, y por lo tanto recurro a la lujuria.

Prácticamente todas las emociones que actúan como detonantes emocionales producen
dolor, aunque hay algunas que conducen al consumo de lujuria por otros mecanismos,
como por ejemplo el aburrimiento (falta de estímulos) o la euforia (estado de ánimo
exaltado).

DETONANTES MENTALES

Son los detonantes que se producen en nuestra mente en forma de procesos mentales
y que nos conducen al consumo de lujuria a través del dolor, la
obsesión, el deseo sexual compulsivo o la necesidad enfermiza de consumo producido
por las emociones que provocan.
Hay que tener en cuenta que todos los detonantes, tanto físicos, emocionales como
mentales están relacionados entre sí, pero es de mucha utilidad aprender a
diferenciarlos por sí mismos.
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DETONANTESDELALUJURIA
FÍSICOS EMOCIONALES MENTALES
Objetos sexuales Aburrimiento Fantasías
Cansancio Ansiedad Pensamientos
Sueño Celos Flashbacks
Hambre Cobardía Recuerdos
Comida Complejos Complejos
Alcohol Crítica Sueños
Drogas Culpa Hiperreflexión
Lugares Decepción
Internet Envidia
Móvil Estrés
Eventos Euforia
Imprevistos Fracaso
Deporte Frustración
Hastío
Humillación
Inseguridad
Ira
Miedo
Pereza
Preocupación
Rechazo
Resentimiento
Soledad
Tristeza
Vergüenza

7.Tipos – Patrones de lujuria

● Tipos de Lujuria: Son diversas formas que adopta la lujuria que motivan o causan
la realización de ciertas maneras de consumir o practicar lujuria y que, al hacerse
recurrentes en el tiempo, se convierten en hábitos o patrones de lujuria, se
consideran hábitos o patrones de lujuria. L. Física, L. Romántica, L. de Belleza, L. de
Morbo, L. Pasiva, L. de Abuso, Dominación, Sumisión, Fisgoneo.

● Patrones de Lujuria: manifestación externa de la lujuria mediante hábitos o


conductas repetitivas de consumo de lujuria.

● Prácticas lujuriosas latentes: las que no se han llevado a la práctica todavía pero
que están ahí (desearía tener sexo con un animal pero no he tenido la oportunidad
de hacerlo). Se manifiestan generalmente en las fantasías obsesivas. Indican,
generalmente, la progresión de la lujuria.

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Descripción de los patrones de lujuria más comunes:

Existen muchas otras prácticas de lujuria y parafilias, pero éstas son las más comunes.
● Abuso: Práctica o consumo de lujuria mediante el abuso de personas en situación
de inferioridad (pedofilia, violación, por necesidad económica, etc.). Abuso activo:
Cuando yo deseo o provoco el abuso. Abuso pasivo: cuando yo deseo o provoco ser
abusado.

● Conquista: Práctica o consumo de lujuria mediante la conquista o la seducción.


Conquista Activa: yo conquisto o seduzco; Conquista Pasiva: que me conquisten o
seduzcan.

● Escatología telefónica: Práctica o consumo de lujuria mediante la realización de


llamadas telefónicas con contenido obsceno.

● Exhibicionismo: Práctica o consumo de lujuria mediante la exhibición total o parcial


del propio cuerpo o de la intimidad.

● Fantasías: Práctica o consumo de lujuria mediante el acto de imaginar situaciones


irreales.

● Fetichismo: Práctica o consumo de lujuria mediante el culto a uno o varios objetos


inanimados o partes del cuerpo de la persona objeto de lujuria (ropa interior, partes
del cuerpo, zapatos, cierta ropa, etc.). También las interacciones sexuales con
fluidos o desechos corporales (bukkake, urofilia, coprofilia) son prácticas de
fetichismo.

● Frotteurismo: Práctica o consumo de lujuria mediante la frotación del propio cuerpo


con partes del cuerpo de otra persona sin su consentimiento.

● Masturbación: Práctica o consumo de lujuria mediante la realización de sexo con


uno mismo.

● Pornografía: Práctica o consumo de lujuria mediante imágenes de lujuria a través


de cualquier medio gráfico (películas, fotos, revistas, Internet, etc.).

● Promiscuidad: Práctica o consumo de lujuria mediante relaciones sexuales


desordenadas de una persona con muchas otras.

● Prostitución: Práctica o consumo de lujuria mediante la venta o intercambio de


servicios sexuales por dinero u otro beneficio (activa) o el pago por servicios
sexuales (pasiva).

● Sadomasoquismo: Práctica o consumo de lujuria mediante la dominación o


sumisión lujuriosa a una o varias personas.

● Sexo anónimo: Práctica o consumo de lujuria mediante relaciones sexuales


casuales, sin compromiso, anónimas y en lugares públicos o especializados
(Dogging, Cruising, Glory hole, Swinging, Cibersexo, sexo telefónico, etc.).

● Voyeurismo: Práctica o consumo de lujuria mediante la observación furtiva de


personas que le provocan lujuria por diversas razones, por su belleza, por estar
desvistiéndose, por su desnudez, por realizar actos sexuales, etc.

● Zoofilia: Práctica o consumo de lujuria mediante la interacción sexual con animales.

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Trabaja esta Tabla, cumplimentándolo de derecha a izquierda. Pones primero un patrón de
lujuria tuyo; en el siguiente recuadro describes cuando se produce, detonantes, otras
circunstancias, etc.; en el recuadro siguiente indica qué tipos de lujuria se dan en ese
patrón. Haces lo mismo con todos tus patrones de lujuria.

Descripción del patrón de


Tipos de Lujuria Patrones de Lujuria
lujuria

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8. CUESTIONARIO

Lee primero, o vuelve a leer, con el máximo interés:

1. los capítulos del Libro Blanco: “Los comienzos” (pág. 63 a 76) y


2. “La victoria sobre la lujuria y las tentaciones” (pág. 159 a 171); repasa sobre
todo los 8 primeros puntos de este capítulo.

Después trabaja este cuestionario, si tienes dudas habla con tu padrino.

Compulsión: Una vez que hemos iniciado el proceso adictivo con una dosis, un trago, una
mirada o un pensamiento, no podemos detenerlo recurriendo a nuestra fuerza de voluntad.
Debido a nuestra predisposición física a la lujuria, estamos totalmente atrapados en las
garras de un poder más grande que nosotros mismos.

1. ¿He interrumpido la compulsión en todas sus formas? Es decir, ¿he interrumpido


mis actividades sexuales en todas y cada una de sus formas?

2. ¿He eliminado todo lo relacionado con la adicción:


1) objetos o cosas: películas, revistas, núm. de teléfonos, App, internet,
ropas, etc.;
2) lugares: bares, clubs, zonas apartadas, aglomeraciones, playas, parques,
etc.;
3) relaciones con personas: compañeros de consumo, amantes, etc.?

3. ¿He dejado de satisfacer la lujuria -con la vista, con las fantasías, con los recuerdos,
con el tacto, con olores, con sonidos o música, con la comida-?

4. ¿He dejado de vivir encerrado permanentemente dentro de mí mismo? Es decir,


¿oculto a los demás mis pensamientos, conflictos y luchas? ¿Cómo me relaciono
con los que están en el “mundo exterior”?

5. ¿Asisto a las reuniones?

6. Hago una lista e identifico las formas de mi compulsión. Identifica y define


claramente las formas en las que se inicia el proceso compulsivo. Por ej. ver una
pareja de la mano, una foto publicitaria, etc. (Tanto en este punto como en el
siguiente usa la Tabla Tipos-Patrones de lujuria que debes haber hecho antes de
este cuestionario)

7. ¿Cuáles son las formas en las que practico la adicción? Haz una lista sencilla.

8. ¿Cuál es mi mayor disparador o cuáles son mis mayores disparadores? Aquello que
si aparece me hace totalmente impotente ante la lujuria.

9. ¿Qué hago para detener mis compulsiones?

10. ¿Hago la “Oración de rendición”? ¿En qué situaciones?

11. ¿He comenzado a hablar con los compañeros?

12. ¿Busco la Conexión verdadera, el Poder Superior? ¿Cómo?

13. ¿Tengo una persona a la que rindo cuentas? Si es así, explico cómo es mi relación
con dicha persona.

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14. ¿Tengo padrino?

15. ¿Qué estoy dispuesto a hacer para alcanzar la sobriedad sexual? ¿Veo que mi
recuperación es prioritaria?

16. ¿Tengo clara la Definición de Sobriedad Sexual de SA? (pág. 193 del LB)

17. Estoy comprometido con el programa de SA? ¿Cómo lo pongo en práctica cada
día?

Obsesión: es la idea fija que nos lleva una y otra vez a nuestra droga particular, o a otra
que la sustituye, para recobrar el alivio y el consuelo que una vez experimentamos.

18. ¿Cuál es el tema o los temas de mis obsesiones? (un complejo, un amor perdido,
etc.)

19. ¿Informo a mi padrino, a la persona a la que rindo cuentas y al grupo del fuerte
impacto que las tentaciones ejercen sobre mí? Es decir, ¿soy sincero y digo a mi
padrino al menos, aquello que no le diría a ningún otro?

(Tomado de Essay, Número 4, 2003 y actualizado)

(PSPM2015-3)

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