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¿Cuándo inicio?
Poco después del Congreso de Viena, y estuvo compuesta inicialmente por Rusia, Austria y Prusia.
Más tarde, se unieron otras naciones, como Francia, el Reino Unido y España, aunque estas últimas no
participaron activamente en todas las decisiones de la alianza.
Los líderes de la Santa Alianza, en particular el zar Alejandro I de Rusia, el emperador Francisco I de
Austria y el rey Federico Guillermo III de Prusia, todos ellos compartían una visión conservadora y
reaccionaria que
La acción más notable de la Santa Alianza fue la intervención en Italia y España para reprimir
movimientos revolucionarios y restaurar monarcas favorables a sus intereses. En particular, destacó la
intervención en la Revolución Española de 1820-1823 y la represión de los movimientos liberales en
Italia, como en Nápoles y Piamonte. También hubo intentos de influir en otros países europeos para
suprimir cualquier amenaza percibida contra los principios monárquicos.
A medida que avanzaba el tiempo, la influencia de la Santa Alianza disminuyó, y las tensiones entre
las potencias miembros aumentaron. La Revolución de 1830 en Francia y otros eventos posteriores
debilitaron aún más la cohesión de la alianza. A finales de la década de 1830, la Santa Alianza dejó de
ser una entidad activa y efectiva. Sin embargo, su legado perduró en la medida en que influyó en las
relaciones internacionales y en la forma en que algunas potencias europeas abordaron los
movimientos revolucionarios durante el siglo XIX.
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Revolución de 1848
¿Qué fue?
La Revolución de 1848, también conocida como la Primavera de los Pueblos, fue un período de
agitación política y social que se extendió por gran parte de Europa durante ese año. Fue
caracterizada por una serie de revueltas, levantamientos y movimientos populares que buscaban
reformas políticas, sociales y económicas.
Antecedentes:
Causas:
Eventos Clave:
1. Febrero de 1848 en Francia: La revolución comenzó en París con la Revolución de Febrero, que llevó
a la caída de la monarquía de Luis Felipe y la proclamación de la Segunda República Francesa.
2. Expansión a Otros Países: La agitación se extendió a otras partes de Europa, incluyendo Austria,
Alemania, Italia y el Imperio Austrohúngaro.
3. Revoluciones en el Imperio Austrohúngaro: Disturbios y levantamientos en Viena y otras partes del
imperio llevaron a la abdicación del emperador Fernando I y a la concesión de una nueva
constitución.
4. Movimientos Nacionalistas: Surgieron movimientos nacionalistas que buscaron la independencia de
diversos grupos étnicos, como los italianos y los húngaros.
5. Revoluciones en Alemania: Se formaron asambleas constituyentes en varios estados alemanes, y se
buscó la unificación alemana bajo principios democráticos.
Resultados y Consecuencias:
1. Represión y Restauración del Orden: A medida que avanzaba el año, muchos gobiernos lograron
sofocar las revueltas, restaurando el orden y revirtiendo algunas de las reformas.
2. Fragmentación Nacional: Aunque algunos objetivos nacionalistas se lograron, como la
independencia de algunos estados italianos y húngaros, otros movimientos fueron reprimidos.
3. Retorno a la Autoridad Monárquica: En muchos lugares, se restauró la autoridad monárquica y se
impusieron medidas represivas para frenar los avances democráticos.
4. Lecciones Aprendidas: Aunque muchas de las revoluciones no lograron sus objetivos a corto plazo,
la Revolución de 1848 dejó un legado duradero al inspirar futuros movimientos revolucionarios y
sentar las bases para reformas políticas y sociales en las décadas siguientes.
El colonialismo en Asia
¿Qué paso?
En el continente asiático, las potencias europeas y los Estados Unidos aplicaron políticas de colonización de distinto tipo,
que fueron desde el comercio forzado y la apropiación territorial (la India y Birmania por los ingleses, Indochina por los
franceses), valiéndose de la superioridad tecnológica y su poderío militar, hasta la creación de colonias de poblamiento,
como Australia o Nueva Zelanda, en el caso inglés. Estas colonias absorbieron la población excedente de las metrópolis
y disfrutaron de autonomía política
Trajo problemas tanto en la India, China y Japón:
La India
La explotación económica de la India se dio primero a través del cobro de contribuciones fiscales sobre la
propiedad de la tierra, después con la compra de materias primas baratas y la venta de productos
industrializados, que provocó la ruina de la economía artesanal hindú, incapaz de competir con la
producción textil inglesa. La miseria de grandes contingentes, sumado a la imposición de instituciones y
formas de vida y trabajo occidentales, así como la modernización tecnológica en transportes y
comunicaciones afectaron el sistema de vida tradicional, provocaron la rebelión de los soldados indios de
la Compañía en 1857 (cipayos); revuelta que duró un año y sirvió a la corona británica para desplazar a la
Compañía y tomar el control directo de la colonia.
China
La actividad comercial se incrementó de manera progresiva, a tal grado que de las 44 embarcaciones que
arribaban a puertos chinos en 1844, se pasó a 437 en 1855. En 1860 los aliados anglo-franceses,
necesitados de un mercado más grande para sus productos industrializados, impusieron su poderío militar
y obligaron al gobierno chino a firmar un nuevo tratado para la apertura de doce nuevos puertos; de esta
manera, el colonialismo en este vasto territorio se centró en el control comercial y aduanal, en un
intervencionismo económico y en presión política a través de los consulados europeos
Japón
La sociedad japonesa se vio inundada de productos industrializados por lo que, ante la necesidad de
escapar de la dependencia colonialista y dejar de ser meros proveedores de materias primas, decidieron
modernizarse y apropiarse de los conocimientos técnicos y de la formas de organización y producción
capitalistas, que permitieron industrializar al país y poner a la economía japonesa en la ruta del desarrollo.
Esta política de modernización se llevo a cabo en la etapa conocida como la restauración Meiji, o periodo
de “civilización y luces”