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Published: 2023
Source: https://www.wattpad.com
⛓Welcome!
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Park Jimin es el hijo del actual líder omega del clan de lobos, y como tal
el sucesor al poder.
Por su cumpleaños número veinte, recibe un regalo inusual por parte de
su padre.
Un alfa... un esclavo y tentador juguete, al cual se volverá adicto.
Y el juego de sumisión comenzará en el mismo momento en que lo mire
por primera vez.
Con el cuerpo glorioso, semidesnudo, y una cadena brillante alrededor del
cuello blanquecino que gritaba su propio dominio.
"Mírame a los ojos y conoce a tu único dueño"
⛓Inicio: 23/06/2022⛓
⛓Yoon~
⛓Omegaverse guide!
Sus pasos eran cuidadosos porque hasta el momento no podía ver con
claridad el camino que estaba siguiendo. Buscó a tientas la pared más
cercana, haciendo una mueca cuando sus dedos palparon la humedad que
fácilmente coincidía con el hedor que cubría toda la zona.
—No se quede atrás, líder —la voz de uno de sus guardias se dejó escuchar
desde algún punto de aquel pasillo interminable.
Park YoonWoo hizo una mueca irritada que quedó cubierta por la
oscuridad, los pasos adquirieron rapidez a medida que un pequeño rastro de
aromas quedó bailando en el lugar, hasta que al final de todo una pequeña luz
naranja alumbró en medio de la penumbra.
—Menuda cueva a la que me has traído, Jung —escupió con irritación.
—Lo siento, señor —escuchó a su segundo al mando, mas no le prestó real
atención.
Siguieron un camino recto en completo silencio, el líder encabezando para
así poder obtener un poco de luminosidad de la única antorcha que pudieron
obtener en aquel mugriento lugar. Los pasos adquirieron rapidez cuando a la
lejanía vislumbraron pequeños faroles de luces blancas que rodeaban un
amplio salón de concreto.
Los aromas fuertes llegaron hasta las fosas nasales del omega, avisando
con ello que se encontraban en el lugar correcto.
La luminosidad atacó sus ojos de manera potente, muchas luces se
encendieron a medida que avanzaba hasta encontrarse con un hombre robusto
y de aspecto feroz, con una cadena sujeta al cuello que denominaba su puesto
dentro de la jerarquía.
Un alfa.
YoonWoo detuvo sus pasos en la entrada del salón, mirando con ojos fríos
al gran hombre que tenía ante él, quien no dudó en postrarse de rodillas para
presentar su máximo respeto al líder omega.
—¿Cuántos hay? —preguntó, mirando inquisitorio hacia el interior del
lugar.
El alfa aún postrado en el suelo respondió: —Cinco alfas, líder Park.
—¿Qué raza? —indagó el omega.
—La que usted eligió, mi señor —habló el hombre, poniéndose de pie
cuando su líder se lo permitió—. Aquí están los últimos alfas legendarios que
quedan.
—Vamos a verlos —ordenó, e inmediatamente las puertas fueron abiertas
para permitir el ingreso del líder y su equipo.
Habían cinco jaulas de gran tamaño, y en cada una se encontraba un alfa,
cada uno más grande e intimidante que el otro, con ojos feroces y
comportamiento salvaje.
Los alfas legendarios fueron los primeros en ser creados bajo el encanto de
la diosa. Por lo general permanecían más en su forma animal que humana,
por tanto su comportamiento siempre fue más agresivo y hostil; sin embargo,
por naturaleza presentarán ese lado sumiso y necesitado de complacer a sus
superiores.
El omega líder caminó lentamente por cada una de las jaulas evaluándolos
críticamente, les miró a los ojos y observó cada cualidad física visible,
calculando la fuerza que poseían así como el dominio y comportamiento.
—¿Les inyectaron los microchips? —inquirió, mientras analizaba a uno de
cabellera larga y oscura.
—Así es, líder —respondió su segundo al mando—. Ellos no podrán
transformarse sin el permiso de sus futuros dueños.
El omega asintió, mostrándose conforme con la información recibida; les
miró por algunos minutos más hasta que finalmente uno en particular llamó
su completa atención.
Estaba en la jaula más alejada, recostado y completamente desnudo. La
piel pálida estaba manchada por la mugre y sangre seca, pero aún así los
músculos eran visibles, el cabello lucía corto a diferencia de los demás y los
rasgos finos del rostro fue otro factor que agradó al omega.
La respiración suave y pausada delataba el sueño profundo que estaba
teniendo, y aún así, YoonWoo podía sentir la presencia del lobo interno de
ese hombre.
Sonrió, aquel sería el juguete perfecto para su hijo.
—Quiero a este de aquí —decidió, ocasionando que su segundo al mando
se tensara.
—Líder Park —habló, con una mueca al ver al alfa encerrado en la jaula
—. Ese es el más salvaje de todo el grupo que se pudo capturar, al parecer era
el líder de estos de acá —señaló a los demás.
El omega rió entretenido. —¿Un alfa siendo líder? Por favor, Hoseok.
—Aún así, señor —insistió, cuidando que su voz no sonara irrespetuosa—.
Costó mucho controlarlo, prácticamente ha estado dormido desde que lo
trajimos —hizo una mueca—; no quisiera que mi prometido tuviera un
juguete defectuoso.
—A Jimin le va a encantar —debatió el líder—. Es un chico inteligente y
sabrá cómo domarlo a su antojo.
—Pero...
—Sin peros, Jung —cortó el líder, y por el tono de voz usado, Hoseok
supo que lo mejor era callarse.
—Como usted diga, líder Park —cedió con la cabeza baja.
—Bien, quiero que le den una revisión médica profunda, lo bañen bien y lo
pongan presentable —ordenó—. El cumpleaños de mi hijo es en tres días y
su regalo debe estar listo para entonces.
El alfa encargado de aquella mazmorra bajó la cabeza en sumisión. —Se
hará como usted ordene, mi señor.
Sin nada más que hacer, el omega líder salió de aquel lúgubre lugar en
compañía de sus guardias hasta encaminarse al auto blindado que le llevaría
sin demoras a la mansión que pertenecía a su familia.
—¿Hay algún problema, Hoseok? —preguntó, logrando asustar al beta.
—Ninguno, señor.
—Sabes que eres pésimo mintiendo, ¿cierto? —dijo el mayor, esta vez
mirándole directamente a los ojos—. ¿Es por el alfa que elegí para mi hijo?
Hoseok hizo una fina línea con sus labios. —Con todo respeto, líder; creo
que ese alfa no era el indicado para Jimin.
—¿En qué basas tu creencia?
—Bueno... —el beta se removió nervioso en su asiento, sin saber si lo que
diría sería lo correcto—. P-para nadie es un secreto del temperamento que
Jimin tiene, me preocupa que todo se salga de control, porque el alfa que
eligió era el más salvaje del grupo.
—Es el primer juguete que Jimin tendrá, no te preocupes tanto —restó
importancia—. Además, como dije anteriormente estoy seguro que será del
completo agrado de mi hijo.
Hoseok suspiró, decidiendo no continuar con aquella conversación.
—En un futuro Jimin será tu esposo —volvió a hablar YoonWoo, logrando
que el menor lo viera—. Pero mientras eso sucede, quiero que tenga las
mismas experiencias de los jóvenes a su edad, no espero que lo entiendas,
pero sí que respetes mi decisión.
El menor sonrió suave. —Por supuesto, líder Park.
Los cumpleaños dentro del clan se celebraban de manera distinta, siempre
dependiendo de la jerarquía y estatus social.
Para Jimin quién era el hijo único del actual líder todo aquello empeoraba,
la celebración de su cumpleaños era un acto muy íntimo donde solamente los
miembros directos de su familia y gran consejo tenían derecho a participar.
Cabe decir que para el joven omega no era para nada divertido pasar su
cumpleaños rodeado de señores de la cuarta edad, quienes solamente tenían
como tema de conversación los próximos deberes que él como próximo
sucesor debía atender más temprano que tarde.
Rodó los ojos mientras trataba de ocultar su fastidio. Él no quería una
estúpida reunión, él quería una fiesta, con mucha música, alcohol y sexo;
pero, como siempre, debía verse obligado a permanecer ahí con una sonrisa
ridículamente ensayada pues aquel era su deber.
Levantó la mirada sólo un poco para encontrarse con la expresión
tenuemente culpable que presentaban los rasgos de su padre. Ambos se
observaron por algunos segundos, hasta que la voz de uno de los
parlamentarios nuevamente los distrajo.
—... y por esa razón es que estamos reunidos, para celebrar los veinte años
del próximo líder de este clan.
Todos los presentes se pusieron de pie, Jimin imitó cada acción con
movimientos mecánicos y programados ya que se sabía todo el protocolo a
seguir, porque era lo único que le dejaban hacer en cada cumpleaños.
El tiempo pasó lento y burlándose de su miseria; el joven omega tuvo que
sacar fuerzas de donde no las tenía para poder soportar cada minuto que pasó,
rogando a la luna que se apiadara y así poder salir rápido de aquel infierno.
Taehyung se había encargado de informarle que al día siguiente saldrían
todo el día para compensar tanta tortura, y aunque a Jimin le parecía lo
suficientemente justo, no se sentía del todo satisfecho.
Finalmente la estúpida reunión había concluido con un último aplauso y
mensaje de felicitación, el omega hizo una pequeña venia y a paso rápido
salió del salón siendo seguido por su padre.
—Controla ese aroma, hijo —se quejó, arrugando la nariz cuando la
esencia del menor le atacó de golpe.
—Un minuto más en esa sala y estoy seguro que hubiera explotado, padre
—gruñó, dando zancadas más rápidas para alejarse de ese lugar.
YoonWoo sonrió, recordando que a él tampoco le gustaban esas reuniones
de cumpleaños cuando tenía la misma edad que su hijo.
—Ya, no te molestes, pequeño —le atrajo a un abrazo que fue
correspondido a regañadientes—. Mejor ve a ver el regalo que preparé para ti.
Los ojos de Jimin inmediatamente adquirieron el brillo de la curiosidad
apenas las palabras de su padre llegaron a sus oídos.
—¿Qué es? —preguntó ansioso, lamiendo sus labios por la expectativa.
El mayor se inclinó para depositar un beso cariñoso en la frente de su
heredero.
—Ve a averiguarlo, está en tu habitación —informó, dando un último
abrazo—. Feliz cumpleaños, cachorro.
Jimin se despidió de su padre y rápidamente atravesó la gran mansión
hasta llegar al piso norte donde se encontraba su dormitorio. Las grandes
puertas de caoba le recibieron, aumentando la ansiedad creciente que le hacía
cosquillas en las manos hasta extenderse por todo el cuerpo.
Tomó una profunda inhalación y por fin abrió la puerta.
Lo primero que sus ojos vieron fue una jaula y dentro de ella estaba un
hombre alto, fuerte y tremendamente caliente; vestido con unos pantalones y
nada más.
Cerró la puerta con cuidado y lentamente se fue acercando, sus ojos
escanearon sin pudor alguno cada rincón del contrario, apreciando la
anatomía completa y deleitándose con la blancura de la piel.
—Diosa, te verás encantadoramente hermoso cuando tu piel esté marcada
por mí —habló con una seguridad aplastante que causó sumisión en el alfa
encerrado.
Jimin admiró la cadena que estaba sujeta al cuello blanquecino, misma que
tomó entre sus manos hasta hacer que el chico se acercara lo suficiente para
poder verlo a los ojos.
Un suave gruñido involuntario escapó de los labios finos, provocando que
el omega sonriera complacido.
—Eres un juguete muy hermoso en verdad —susurró, admirando las
facciones perfectamente esculpidas.
Quería ver aquellos ojos salvajes que seguramente el alfa tendría, pero éste
rehuía su mirada, con su cuerpo permaneciendo en constante tensión.
El omega frunció el ceño ante aquello, tomó la mata de cabellos castaños
en su puño y con brusquedad le hizo levantar la cara.
Y de sus labios salió la primera orden dada a su esclavo:
—Mírame a los ojos y conoce a tu único dueño.
⛓Yoon~
⛓Chapter three!
⛓Yoon~
⛓Chapter four!
Un día había pasado y Jimin ya tenía una pila completa de papeles que
estaban esperando para ser revisados.
Ingresó a su despacho personal mientras fumaba un cigarrillo, el frío
exterior había logrado colarse lo suficiente como para anhelar calentar sus
pulmones con el tóxico humo que desprendía cada tres segundos, así como
también servía un poco para liberar la tensión que se formó en sus hombros
desde esa misma mañana.
Tres omegas aparecieron muertos en diferentes puntos de la ciudad pero
siguiendo un mismo patrón. El grupo de investigación rápidamente hizo su
parte, no tardando en descubrir grandes cantidades de cannabis en el torrente
sanguíneo, dando así la causa del deceso.
Sin embargo, no habían dado con los culpables.
Nuevamente se organizó una operación sorpresa donde el apellido Park
debía participar, Jimin le pidió a su padre que lo dejara al mando, que sabía
bien los puntos claves y que fácilmente podría encargarse de ese asunto antes
que se alargara más y llegara a causar verdaderos problemas; pese a ello,
YoonWoo se negó rotundamente, alegando que ese tipo de cacerías no le
concernían, y que mejor se concentrara en su trabajo.
Misma razón que lo tenía de tan mal humor.
Caminó hasta el cómodo sillón tras su escritorio y se dejó caer sin cuidado;
inclinó la cabeza hacia arriba y con lentitud expulsó todo el humo que llevaba
dentro hasta que el fuerte aroma quedó impreso en todo el lugar.
Una última calada más y el sobrante lo colocó en el cenicero que estaba
sobre su escritorio. Cerró los ojos por un momento cuando la primera
punzada llegó a su cabeza, alertándole de una próxima migraña.
Bufó por ello, tal parecía que los diez cigarrillos fumados no le surtirían
efecto alguno.
Sabiendo que no había esperanza alguna para mejorar su humor, Jimin
decidió iniciar con su trabajo. Eran algunos contratos de compra de las
propiedades que estaban bajo su jurisdicción, así como muchos permisos de
personas que pensaban abrir algún tipo de negocio y, que por tanto, debían
contar con la autorización del líder o, en su defecto, del heredero.
Decidió iniciar con los permisos porque eran los que le llevaba más tiempo
revisar; el omega se encargaba de leer cada punto explicado, así como de
valorar las ventajas y desventajas que determinado negocio traería, o los
factores diversos que aportaría para el desarrollo del clan.
Fue así como aceptó dos nuevas cafeterías, un restaurante de comida
tailandesa y dos bares; de estos últimos debía enviar una copia al
departamento de policía para que ellos se encargaran de realizar las
investigaciones correspondientes y así evitar cualquier movimiento turbio por
parte de los propietarios.
Lo bueno de todo es que su dolor de cabeza había pasado a segundo plano,
lo malo es que su concentración no duró mucho, pues la puerta de su
despacho sonó un par de veces gracias a los golpes ejercidos en la madera
pulida.
Jimin se sacó los lentes e hizo presión en el puente de la nariz.
—Adelante —dijo lo suficientemente alto para ser escuchado.
Un hombre alto, de tez canela y cabello rubio hizo su ingreso. El omega al
reconocerlo sonrió, y con un movimiento de cabeza le invitó a que se
acercara.
—Te estaba esperando, NamJoon —comunicó el pelinegro, mientras se
recostaba en su lugar.
El beta sonrió, para luego sentarse frente al escritorio y esperar con
paciencia lo que su amigo tenía para decir.
—Te escucho —murmuró en voz baja y pausada.
—Te llamé porque necesito que hagas algo por mí —inició el omega,
colocando ambos brazos sobre el escritorio.
—Te escucho —repitió el moreno y Jimin rodó los ojos con fastidio.
—Tengo un lindo cachorrito que fue obsequio de mi padre, pero su raza es
legendaria —informó, sorprendiendo al contrario—. El nene es precioso,
pero inculto. Tiene problemas para expresarse y conoce poco del mundo
moderno, es por eso que quiero contratarte para que seas su instructor.
—¿Un alfa legendario como mascota? —inquirió el beta con una mueca de
incredulidad evidente.
Jimin asintió. —Es de los últimos en su especie, pero eso no me interesa
tanto como crees.
—¿Entonces? —indagó, presionando más al irritable omega.
—Quiero que me folle duro —bramó con irritación—. En este momento
que estoy hablando contigo mi mente está volando en imágenes creativas que
quiero cumplir más temprano que tarde; pero tampoco puedo hacerlo si mi
querido juguete está tan ausente del mundo al que pertenece ahora.
—A ver si entendí —le detuvo el mayor de ambos—. ¿Quieres que le
explique cómo meter su polla en tu culo?
—No, idiota. Aunque ahora que lo pienso, un poco de educación sexual
también le vendría bien —analizó—. Lo que quiero es que le enseñes a
expresarse, que su vocabulario se extienda y que conozca diversos detalles
del clan —suspiró—; lo haría yo mismo, pero mi tiempo es limitado, al
menos por ahora.
Todo lo dicho por el sucesor logró sorprender en demasía a NamJoon.
Durante todo ese tiempo jamás había escuchado algo igual; ninguno de los
omegas que poseían esclavos se preocupaban por la educación del mismo,
simplemente se encargaban de hacerlos lucir bien delante de los demás y
nada más.
¿Hablar fluidamente? No se necesitaba porque el único lugar donde tenían
autorización para hablar era en la privacidad de una habitación, y si contaban
con el permiso de su amo.
¿Conocer detalles del clan? Tampoco era necesario, puesto que nunca se
debían involucrar con algo más allá que no fuesen los deseos carnales de sus
dueños.
A la única conclusión que el beta pudo llegar es que Jimin era nuevo en
aquello de tener un juguete y que quizá las emociones del momento lo
estaban dominando; por supuesto que tampoco era algo completamente
extraño, habían algunos omegas que invertían fortunas de dinero en sus
juguetes para educarlos y así presumirlos delante de los demás; pero, según lo
que NamJoon entendía no era el caso de los Park, ya que ellos solían cambiar
juguetes cada año.
Sea como sea, simplemente cumpliría con el favor que su amigo le estaba
pidiendo. Después de todo, se lo debía.
—¿Cuándo quieres que inicie? —preguntó, para así ir ordenando su
agenda y estructurar los horarios.
La sonrisa de Jimin no se hizo esperar.
—Hoy mismo.
Yoongi estaba sentado en un salón que hasta el momento se le hacía
desconocido, tenía muchos ventanales amplios que daban una vista
espectacular de todas las montañas espesas en las que solía correr cuando era
libre; el clima frío empapaba de pequeñas gotitas los grandes cristales,
simulando las lágrimas que, sorpresivamente, el alfa no había expulsado.
Sabía bien que jamás volvería a ser libre, pero ese conocimiento no le
afectó tanto como en un principio pensó.
Sólo le bastaba ver unos ojos pequeños, afilados, duros y con borde frío
para sentir un desequilibrio en su sistema. El lado agresivo y salvaje que
albergaba en su interior sufría violentas sacudidas, y cuando los aromas
definidos llegaban a su nariz no ansiaba nada más que postrarse de rodillas y
mostrar el cuello, entregándose completamente y con los ojos cerrados.
Llevó una mano a su cuello vendado e hizo una mueca; el dolor estaba
presente en pequeñas dosis, pero la comezón seguía presente provocando que
gruñera cada dos por tres.
Aunque no todo era malo; desde la noche anterior su dueño se había
encargado personalmente de cambiarle las vendas, y de colocarle una crema
extraña que, Yoongi sabía, era la responsable de su comezón.
Recordando esos pequeños momentos es que el alfa comprendía lo mucho
que disfrutaba de estar herido. Si su cuerpo tenía heridas, su dueño las
sanaría, así podría sentir el tacto directo de aquellas suaves manos que le
hacían temblar del sólo recordarlo, anhelando más, ansiando ser tocado.
Relamió sus labios cuando imaginó probar la textura de la boca del omega.
Por lo poco que Yoongi sabía, los dueños jamás besaban los labios de sus
juguetes, eran muy contadas las situaciones en las que ocurrían y por lo
general debía pasar un buen tiempo para siquiera soñar con una pequeña
posibilidad.
Y desde ese instante el alfa se prometió portarse bien con su amo, quizás
así tendría la oportunidad de ser besado por él.
Aunque sea una vez.
No se dio cuenta en qué momento empezó a mover sus pies descalzos con
inquietud, pese a que tenía zapatos Yoongi no se acostumbraba a la idea, así
que prefería andar sin ellos, de todas formas no salía a grandes lugares como
para preocuparse por ese detalle.
Estaba profundamente concentrado en idear un plan de comportamiento
que le funcionara, que no pudo notar a las dos personas que ingresaban donde
se encontraba, hasta segundos después que un carraspeo bajo ganó su
atención.
Los ojos de Yoongi se cruzaron con los de su dueño dejándole paralizado
por algunos segundos. La mirada de Jimin siempre le resultaba atractiva,
imposible de ignorar, mucho menos de olvidar.
Boqueó sin saber que hacer, hasta que obligó a su cuerpo a actuar,
poniéndose de rodillas para recibirlo.
—A-amo... aquí —habló en voz baja, sus ojos puestos en el suelo.
—De pie, cachorrito —dijo Jimin, siendo obedecido—. Ven aquí.
Los pies de Yoongi se movieron hasta quedar a un metro de su amo y otro
hombre que no conocía. El omega alargó una mano para tocar el collar que su
juguete llevaba y así verificar que el ajuste fuera el suficiente para no
molestar en el vendaje del cuello, y sólo cuando estuvo seguro fue que alejó
su mano.
—Él es NamJoon —inició Jimin, apuntando al rubio que estaba a su lado
—. Te enseñará muchas cosas interesantes que te ayudarán en tu proceso de
adaptación, y tú te esforzarás en aprender, ¿de acuerdo?
El alfa asintió muchas veces. —S-sí... a-apendel... mucho.
—Espero que pongas de tu parte, NamJoon me irá informando de tus
progresos —advirtió Jimin, sin apartar su mirada de los ojos dorados que le
veían con atención—. Por cada logro tendrás un premio, por cada fracaso
tendrás un castigo.
—Tampoco es para que lo asustes y lo presiones —intervino el beta—.
Estoy seguro que aprenderá rápido, se nota que quiere hacerlo.
Y era verdad, Yoongi estaba demostrando emoción absoluta ante la idea de
aprender cosas nuevas y desarrollar su lenguaje, dando así una pequeña
garantía de que pondría todo su empeño para no decepcionar a su amo.
No, él se encargaría de demostrar que era lo suficientemente inteligente
como para lograr cualquier cosa que se propusiera, y si tenía suerte poder
complacer a su dueño.
—Iniciaremos ahora —comunicó el rubio, obteniendo la atención de su
nuevo alumno.
Jimin miró su reloj y soltó un suspiro. —Debo irme, Hoseok me está
esperando.
—¿Una cita romántica? —curioseó el moreno, dándole una mirada pícara.
—Una cena nada más —aseguró el pelinegro, mirando una vez más al alfa
que ya estaba sentado donde le habían indicado.
—Está bien, te iré informando del progreso de tu juguete —prometió el
beta, para luego caminar hacia donde Yoongi le esperaba.
Jimin simplemente salió, creciente irritación creciendo en su interior
cuando su odioso prometido le llamó para reclamarle que iba tarde.
Y sinceramente, no le importaba.
⛓Yoon~
|Habitación de Yoongi|
⛓Chapter five!
Espero que el capítulo les haya gustado, me estoy esforzando para que
las actualizaciones sean continuas y ver su apoyo realmente me inspira a
continuar. ❤
Muchas gracias por leer, hasta el próximo capítulo.
⛓Yoon~
⛓Chapter six!
⛓Yoon~
⛓Chapter seven!
⛓Yoon~
⛓Chapter eight!
⛓Yoon~
⛓Chapter nine!
⛓Yoon~
⛓Chapter ten!
⛓Yoon~
⛓Chapter twelve!
⛓Yoon~
⛓Chapter thirteen!
La noche había envuelto cada rincón del bosque, y en una de las grandes
mansiones las luces fueron encendidas para mitigar la capa densa y oscura
que se había formado con su llegada.
Los colores dorados de los candelabros hacían una combinación sublime
con la mirada del alfa. Jimin perdió la cuenta de todo el tiempo que pasó
mirándole, mientras el castaño parecía importarle más la herida de su
hombro.
—No duele —afirmó el omega, su voz saliendo suave y atrayente.
Nunca había sido observado de la forma en la que su juguete lo hacía, y
para Jimin era extraño. Desde pequeño fue privado de toda muestra de
compasión, cada vez que cayó al suelo su padre no le ayudó a levantarse,
solamente le lanzó miradas frívolas que decían: "no seas débil y levántate"
siendo cruel si se tomaba en cuenta el llanto de un cachorro que en ese
tiempo no comprendía por qué su progenitor no le ayudaba a curar sus
heridas.
Por supuesto que con el tiempo lo fue comprendiendo, y ahora agradecía el
carácter que tuvo su padre para educarlo, pues lo forjó con las bases sólidas
que se necesitaban para liderar y no dejarse dominar por nadie.
Un toque suave y delicado lo llevó de regreso al mundo real, ese donde se
encontraba sentado en su cama y Yoongi arrodillado en medio de sus piernas,
mientras continuaba rozando la venda que cubría su herida con suma
delicadeza.
—Está herido —dijo el alfa, arrugando el rostro en una mueca que Jimin
no supo interpretar.
El omega suspiró. —No debiste venir aquí.
Aunque Jimin sabía que sería inevitable para el alfa no correr a sus brazos
al sentirlo en peligro. Era un instinto primitivo que se activaba una vez el
juguete conseguía un dueño; sin embargo, ese instinto era mucho más fuerte
y poderoso en Yoongi al ser un alfa legendario.
—¿L-le molesta que esté aquí, amo? —inquirió y su voz se vio afectada
por la duda y temor de haber hecho algo mal.
El pelinegro maldijo en su mente. No quería escuchar tartamudear a su
juguete, mucho menos si era por su culpa. A sus ojos Yoongi era un alfa de
linaje, con la apariencia perfecta para robar la atención de todo aquel que lo
mirase y la mirada llena de verdad y profundidad que envolvía con facilidad.
Sus ojos fueron guiados al collar que adornaba el cuello pálido y la cadena
que colgaba, sintiendo una sonrisa nacer en sus labios al verlo allí, metido
entre sus piernas.
—Eres una tentación para mí, nene —susurró, mientras sus manos
tomaban la cadena para acercar el rostro del alfa al suyo—. Una tentación que
no había experimentado hasta que te vi por primera vez.
La mirada de Yoongi quedó en aquellos labios gruesos que se habían
convertido en su mayor necesidad. Sintió como su cuerpo comenzaba a
reaccionar cuando su dueño le acarició el cuello y los hombros desnudos, de
manera suave y firme a la vez, con esas dosis perfectas para enloquecerlo y
mantenerlo sumiso a sus pies.
—Vivo y siento por mi amo —confesó el alfa, su respiración acelerada
cuando el aliento del omega le acarició los párpados.
Jimin acarició la mejilla izquierda del alfa con la propia, inmediatamente
Yoongi respondió a esas caricias ya que comenzó a restregarse contra la
mejilla del omega de forma necesitada, a la vez que sus manos apretaban con
fuerza las sábanas de la cama.
—Tócame —ordenó Jimin, mientras su lengua lamía cerca del oído
contrario.
Las manos de Yoongi tomaron la cintura pequeña del omega con posesión,
los dedos largos escarbaron encima de la piel tersa hasta tocar cada porción
que ardía bajo su tacto, delineando cada centímetro que podía y
embriagándose de los aromas fuertes que su amo desprendía.
El omega jadeó cuando en un movimiento brusco ocasionado por su
juguete su cuerpo se agitó hacia adelante, provocando que su pecho se juntara
con el del alfa, ambos sintiendo sus pieles desnudas y sus pezones rozarse
hasta quedar completamente endurecidos.
En ese mismo instante las manos del alfa se colocaron en los muslos
gruesos del omega. Yoongi lo levantó con suma facilidad, haciendo que el
menor enrollara sus piernas alrededor de la cintura ajena y que sus
respiraciones agitadas volvieran a combinarse.
Sus miradas se encontraron a escasos centímetros, y la excitación y deseos
reprimidos estaban en un punto amenazante de explosión.
—¿Qué buscas, alfa? —indagó, con sus labios casi rozando los contrarios
en una tortura exquisita que tenía a Yoongi temblando en anticipación.
El mayor ajustó el agarre que tenía en el omega, su entrepierna endurecida
quedó puesta en el trasero que la presionaba, así que por reflejo el alfa
comenzó a moverlo de arriba hacia abajo para crear mayor fricción entre sus
cuerpos que comenzaban a acumular sudor.
—Quiero ser suyo —respondió Yoongi, y luego escondió la nariz en el
cuello de su dueño para tomar profundas inhalaciones de aquel aroma que lo
hacía caer doblegado sin el mayor esfuerzo.
Esa declaración formó un caos en la mente de Jimin. Los instintos puros de
su omega despertaron para llevar a cabo la súplica en la voz de su juguete,
ansiando probar cada rincón a su disposición y marcarlo como suyo.
—Bájame y acuéstate en la cama —dijo sobre el oído contrario.
El alfa obedeció de forma inmediata. Soltó el cuerpo que sostenía y sin
hacer preguntas se acostó sobre la gran cama, mirando desde su lugar los
próximos movimientos del omega.
Jimin rodeó la cama y tomó en sus manos la cadena que llevaba su juguete,
con velocidad la ajustó a la cabecera para inmovilizar al alfa, guiñándole un
ojo cuando los ojos de Yoongi brillaron de expectación.
El menor volvió a su lugar y con suma lentitud desabrochó los pantalones
de su juguete y posteriormente los fue bajando hasta revelar unos bóxers
negros que mostraban con tentación el miembro grande y erecto que le
esperaba del otro lado de la tela.
El omega tiró los pantalones hacia algún lado de la habitación. Sus manos
tocaron los tobillos del mayor y crearon un camino de ascenso por las piernas
y muslos contrarios, deteniéndose en el inicio de los bóxers para mirarlo una
vez más.
Sin decir palabras Jimin se inclinó sobre el cuerpo que tenía en su cama,
sus labios se posicionaron en la pierna derecha del alfa, donde comenzó a
mordisquear y dejar una serie de succiones que marcaban con rapidez la
blancura de la piel, despertando más necesidad en el omega por aumentar la
intensidad de sus caricias.
Los labios gruesos recorrieron los muslos fuertes y compuestos de piel
virgen hasta marcarlos por completo. Jimin se entregó a sus deseos y mordió
por todos lados, sin reprimirse en ningún momento y adorando escuchar los
jadeos roncos que salían de la boca de su juguete.
—Tu piel es exquisita, nene —confirmó el omega, admirando los puntos
rojos que había dibujado en ambos muslos y piernas.
Los latidos en Yoongi aumentaron cuando el omega se sentó a horcajadas
sobre su miembro erguido. Gruñó sin contención cuando las caderas
contrarias comenzaron a frotarse sin ninguna vergüenza, aumentando el
deleite en el alfa al ver cómo su amo abría la boca para expulsar gemidos
bajos que llegaban directamente a la sangre de su pene adolorido.
Jimin tomó las manos del alfa y las guió a sus propios pezones,
provocando un jadeo más en el mayor.
—Tócame sin miedo, explora mi cuerpo y conócelo —cada palabra que
Jimin decía quedaba grabada con fuego en la mente del alfa—. Porque es el
único que tocarás y probarás en toda tu vida.
Los dedos de Yoongi presionaron los pezones contrarios, se maravilló ante
las sensaciones que llenaron su cuerpo y el calor abrazador que le estremeció
cuando su mirada nuevamente se encontró con la del pelinegro.
El omega se recostó encima del cuerpo más grande y sus labios
nuevamente se concentraron en marcar la piel de su juguete. En esa ocasión
combinó besos húmedos que sellaron el pecho contrario el cual subía y
bajaba de forma violenta, respondiendo hasta el mínimo roce que Jimin
creaba.
—Amo —pronunció el mayor con voz ahogada, mientras sus manos
presionaban la piel ajena.
El menor sonrió ladino y con travesura creciente susurró:
—Toca mi trasero para que sientas lo grande que es.
Las manos de Yoongi se dirigieron con rapidez hacia ese lugar, lo hizo con
tanta necesidad que Jimin estaba seguro que su juguete estaba desesperado
por hacerlo, pero antes necesitaba escuchar la petición.
El omega gimió gustoso cuando sintió como su trasero era apretado con
tanta fuerza que su cuerpo se sacudió de forma inevitable, mandando más
sensaciones electrizantes a cada fibra que lo componía, y enloqueciéndole
cada vez más.
—¿Te gusta mi culo, alfa? —preguntó, con sus manos apoyadas a cada
lado de la cabeza contraria.
—Sí —respondió Yoongi, continuando con su labor de apretar los glúteos
que difícilmente cabían en sus manos.
—Es bastante grande —dijo Jimin y luego susurró—: tócalo por dentro de
mi pijama, quiero sentirte.
El mayor se mordió el labio inferior para no gemir tan alto. Sus manos se
internaron en el elástico del pantalón que el omega llevaba puesto, mientras
sus dedos se encargaban de sentir el encaje de la ropa interior hasta hacerle
tirar de ella con sutileza.
—¿Te gusta? —inquirió Jimin, con sus labios sobre el oído derecho de su
juguete.
—Me gusta... demasiado —respondió entre gruñidos que demostraban la
pérdida lenta del control.
El menor sonrió complacido. Levantó la mirada para encontrar aquellos
ojos que le gustaban, pero no contaba con la traición de su mismo omega que,
en lugar de ver los ojos contrarios, lo instó a mirar los labios finos que
estaban húmedos y entreabiertos.
Delgados y uniformes, con un tono rojizo que resecó la garganta de Jimin
en un deseo que creía inexistente.
El pelinegro acunó las mejillas contrarias con delicadeza, admirando el
rubor que se apoderó de ellas cuando poco a poco fue acercando su rostro.
—Eres precioso, Yoongi —susurró, mientras era guiado por sus deseos de
probar los labios ajenos.
El corazón del alfa se detuvo por un momento, pues nunca había tenido
una cercanía tan íntima como la que estaba sufriendo en esos momentos.
Y no sabía cómo reaccionar, porque diosa..., su amo realmente pensaba
besarlo.
Fue así que el alfa decidió cerrar los ojos y tan sólo esperar. Ese simple
gesto provocó una sonrisa en el menor, animándole a continuar y no pensar
tanto las cosas.
Sin embargo, el toque ansiado por ambos nunca llegó.
La puerta de la habitación fue tocada de forma insistente, provocando que
el momento íntimo que fue creado alrededor de ambos se rompiera de forma
abrupta.
Los pensamientos de Jimin volvieron a su lugar. Rápidamente se incorporó
y salió de la cama, buscando a su alrededor una camiseta y colocándosela con
velocidad para ir a abrir la puerta con una mirada de muerte por haber sido
interrumpido.
Del otro lado se encontró con uno de sus betas encargados de la seguridad.
El hombre ni siquiera era capaz de verle a los ojos, ya que sabía exactamente
el tipo de situación en la que el sucesor se encontraba, misma que se vio
forzado a interrumpir.
—¿Qué pasa? —demandó saber, irritándose todavía más por el silencio
prolongado.
—El líder le espera en su despacho —informó el beta.
Jimin frunció el ceño. —¿A esta hora?
—Parece ser importante, señor.
El omega soltó un suspiro, tratando de controlar su creciente mal humor y
por supuesto que fallando en el intento.
—Dile que estaré en diez minutos.
Cerró la puerta y caminó hasta la cama donde un confundido Yoongi le
esperaba. En silencio desató la cadena de la cabecera de madera y permitió
que el alfa se incorporara en lo que él buscaba unos pantalones de mezclilla y
una camiseta.
—¿Ocurre algo, amo? —preguntó el alfa, mirando atento al pelinegro.
—Es lo que averiguaré —dijo, y cuando estuvo listo se volvió hacia el
mayor—. Tendremos que dejarlo para otro día, nene.
El castaño sonrió y asintió. —Sí, amo.
—Puedes quedarte aquí si quieres —le dijo Jimin sorprendiéndolo—.
Tengo que reunirme con mi padre y no sé a qué hora regrese.
—Me quedaré aquí —aseguró Yoongi.
El omega se acercó y depositó un beso en la frente de su juguete, mientras
sus manos dejaban sutiles caricias en las mejillas que se encargaría de morder
en días próximos.
—Bien, entonces intenta dormir.
Salió de la habitación con paso rápido hasta llegar al despacho donde le
esperaba el líder, y mientras caminaba su mente ya tenía las dos posibles
razones que tenían a Park YoonWoo en su residencia a esas horas.
Uno: una convocatoria de emergencia con el consejo de la manada.
Dos: una misión delicada que no podía esperar por más tiempo.
Sólo diré que... aún no es momento de desvirgar al bebé alfa.
Falta un acontecimiento importante y luego entenderán por qué.
Muchas gracias por leer.
⛓Yoon~
⛓Chapter fourteen!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifteen!
⛓Yoon~
⛓Chapter sixteen!
⛓Yoon~
⛓Chapter eighteen!
Holaaaaaaa
Como algunos sabrán (y otros no) hace unos días abrí votaciones para
decidir qué historias finalizar, y pues Alpha's owner resultó ser la
ganadora.
Así que, habrá actualizaciones diarias de esta historia (excepto los
domingos) y no se detendrá hasta que logre finalizarla.
Siento que el capítulo está un poco flojo, pero en mi defensa tenía
muchooo tiempo que no trabajaba en este libro, y me está costando un
poquito adaptarme, más aún si tenemos en cuenta que últimamente he
estado escribiendo romance, y pues aquí las cosas son muy diferentes.
También quiero dar un dato muy importante, y es que en este libro la
edad de los personajes es exclusiva de su lobo. ¿Qué quiero decir? Que
los años que ellos dicen son los que llevan desde que se presentan, ya que
es ese momento donde su lobo nace, y esto ocurre a los cinco años.
Así que, ellos tienen cinco años más que la edad que se ha mostrado en
el libro, por ejemplo:
Jungkook tiene 19 años, así que en realidad son 24 años, debido a que
no cuentan los 5 años que vivieron sin la presencia de su lobo. ¿Se
entiende?
Y así pasa con los demás, aquí les dejo los datos:
NamJoon: 23 años= 28 años.
Hoseok: 23 años= 28 años.
SeokJin: 37 años= 42 años.
Taehyung: 19 años= 24 años.
Jimin: 20 años= 25 años.
Yoongi: 24 años= 29 años.
Y así sucesivamente, simplemente se suman 5 años más a la edad que
se muestre en el libro.
Pensé que ya había explicado este dato, pero cuando releí me di cuenta
que no
Y eso es todo jeje espero que les haya gustado el capítulo.
Infinitas gracias por la paciencia, volví para quedarme. ❤
⛓Yoon~
⛓Chapter nineteen!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty one!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty two!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty three!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty four!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty five!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty six!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty seven!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty eight!
⛓Yoon~
⛓Chapter twenty nine!
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty!
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty one!
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty two!
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty three!
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty four!
Jimin se levantó bastante temprano, luego de una noche completa sin poder
dormir, no le encontró sentido continuar en la cama.
Salió de la habitación con un rumbo fijo en mente. Durante la recepción de
su matrimonio, Kim Jennie le había dicho que era de suma importancia que
ambos se reunieran en la biblioteca central de la manada, con el único
propósito de tocar algunos temas importantes.
—Cuando mi esposo despierte le informan que estaré en la biblioteca
central con la presidenta del consejo —solicitó al jefe de la guardia del
palacio del poder.
—Como ordene, mi señor —aceptó el hombre, ofreciéndole una respetuosa
reverencia.
El omega ingresó a una de las camionetas donde Wheein le esperaba.
Pronto la caravana de ocho camionetas inició el camino de veinte minutos
hacia el gran edificio que estaba situado en la avenida central del clan.
—No tuve tiempo de felicitarte —habló la beta, mirando atentamente al
próximo líder.
—No es necesario —respondió Jimin, fijando la mirada en el bosque
espeso que rodeaba el territorio.
—Pienso que lo es —objetó ella con certeza—. Serás nuestro próximo
líder y tienes un esposo inteligente, leal y muy poderoso también —siguió
orgullosa—. Tu mandato será uno de los más importantes, no tengo duda de
ello.
—Todo se escucha muy bien, pero te estás olvidando de todos los
enemigos que tenemos —comentó distraído, logrando borrar la sonrisa de la
beta—. Por eso me casé, Wheein, para ser líder, tener verdadero poder y
comenzar a exterminar todas las amenazas.
Wheein le dio la razón. Las palabras del omega la terminaron de convencer
de todo aquello que creía ciegamente: Park Jimin nació para liderar, y sería el
omega que mantendría el orden en la manada, llenándoles de gloria y de
poder.
Llegaron a la biblioteca central quince minutos después. Jimin bajó de la
camioneta en compañía de la beta que ya había comenzado a dar indicaciones
a todo el equipo encargado de la seguridad del próximo líder; con la pronta
toma del poder, los riesgos aumentaban, es por ello que Park YoonWoo
ordenó protección para su hijo las veinticuatro horas del día.
El sucesor ingresó a la majestuosa estructura. Todos los libros antiguos
escritos por sus ancestros estaban ahí, reunidos en un mismo lugar donde
estaba la historia de los clanes, el orden jerárquico, y el inicio del mandato
del linaje más antiguo y fuerte: los mismos Park.
No tardó en encontrar a Jennie, la omega estaba sentada frente a una mesa
de gran tamaño, con dos libros frente a ella.
—Presidenta —saludó con una reverencia.
—Siéntate a mi lado —pidió Jennie, atenta a los movimientos contrarios.
El pelinegro obedeció, tomó asiento al lado izquierdo de la omega,
mirando de vez en cuando los libros que estaban encima de la mesa.
—Ayer mencionó que tenía temas importantes para tratar conmigo —
mencionó el menor.
—Es la razón por la que estamos aquí —dijo Jennie—. Tu padre me pidió
este favor especial, ya que para él es un poco complicado.
—La escucho.
—Jimin, todos nosotros estamos en peligro de muerte, más tú —inició—.
YoonWoo ha estado trabajando todos estos meses en conseguir nuevas
alianzas, algunas en secreto debido a que quebrantan nuestras propias leyes.
—¿Qué insinúa? —indagó, lanzándole una mirada profunda.
Jennie le entregó uno de los libros, y luego explicó:
—Es el tratado de todos los consejos de las manadas existentes en el
mundo —informó—. Este libro es el más valioso y deberás utilizarlo
únicamente cuando sea necesario —hizo una pausa—. El poder que te otorga
es ilimitado, pero también peligroso. Debes conseguir un equilibrio para que
tu mandato no caiga.
Jimin estaba congelado. El simple hecho de poseer ese libro lo convertía en
la persona más poderosa, capaz de romper y crear leyes a su antojo, doblegar
los ejércitos, ampliar sus dominios e imponer su voluntad.
—No sabía que este libro estaba en nuestra manada —musitó, aún
procesando lo que ocurría.
—YoonWoo fue capaz de conseguirlo. Las guerras de territorios son con
esos objetivos, Jimin —explicó la presidenta—. Tu padre ganó muchas
batallas que le hicieron ganar poder entre los demás líderes —contó—. Los
presidentes de cada consejo nos reunimos y la decisión fue unánime.
Decidimos darle el poder al apellido Park, y él decidió guardarlo para el
mandato de su hijo.
—Mi mandato —susurró, y Jennie asintió.
—El poder que ofrece el libro es tan grande que solamente puede utilizarse
durante un mandato cada cien años —informó la omega—. YoonWoo ganó
ese poder, pero decidió guardarlo para ti, así estarás protegido de todas las
manadas.
Jimin apretó el libro, sintiendo la rugosidad de la portada. Tenía una nueva
responsabilidad, y era cuidar ese poder que su padre le entregaba; así que,
esperaba tener la astucia suficiente para manejarlo de la mejor manera
posible.
—Lo usaré en caso extremo —prometió.
—Bien, la ceremonia conmemorativa donde tomarás el mando absoluto se
llevará a cabo en tres días —comunicó, y luego le entregó un segundo libro
—. Debes memorizar las páginas cinco, seis y siete.
—¿Algo más? —preguntó el omega, pensando que estar solo por algunas
horas sería una buena idea.
—No, puedes retirarte —concedió Jennie.
Jimin afianzó el agarre en los dos libros y se retiró en silencio del lugar,
siendo su próximo destino la mansión para poder asegurar todo lo que la
presidenta del consejo le había entregado.
Con el matrimonio de Jimin, las cosas para Taehyung cambiaron.
Su padre le dio una carta firmada por el consejo donde daban la
autorización para que el omega menor de los Kim iniciara con su
entrenamiento, con el objetivo que dentro de un año sea Taehyung el
comandante de los ejércitos y mano derecha del futuro líder.
—Estarás listo para entonces —afirmó SeokJin, mirando directamente a su
hijo—. Yo mismo me encargaré de prepararlo todo.
—¿Qué opina Jimin acerca de esto? —inquirió el peliazul.
—Fue una de las solicitudes que Jimin pidió antes del matrimonio —
confesó el mayor, logrando sorprenderlo—. Te quiere a su lado en el poder.
Taehyung respiró profundo. Él era parte de una familia poderosa, todos sus
ancestros fueron comandantes y generales de renombre, incluso su padre
gozaba de ambos títulos.
Estaba listo para dar un paso adelante y cambiar el rumbo de su vida; sin
embargo, también le afectaba, pues ese puesto que le darían era el que
Hoseok iba a ocupar en un principio.
—No te sigas atormentando por Jung —pidió su padre, como si fuese
capaz de leer sus pensamientos.
—Hoseok era el dueño de ese título por derecho, se formó durante toda su
vida para ello —dijo, su voz baja y las manos convertidas en puños.
—Hoseok murió, hijo —le recordó el mayor—. Jimin necesita personas de
confianza a su alrededor, este es el momento ideal para que ambos recuerden
por qué son tan amigos.
—Lo sé, y créeme cuando te digo que ya lo estoy superando, porque es la
verdad —admitió, luego lo miró con un poco de inseguridad—. ¿Realmente
piensas que estoy listo para esto?, ¿crees que yo tengo lo que se requiere para
tomar tu lugar?
—Eres un Kim, y más importante aún, eres mi hijo —dijo SeokJin—.
Estoy convencido que nadie más que tú podrá tomar mi lugar y proteger este
clan.
El menor corrió y abrazó a su padre con todas las fuerzas que tenía.
SeokJin lo recibió y aceptó ese abrazo cálido, dejando escapar una sonrisa
cuando pudo olfatear los aromas de su único cachorro.
—Te amo tanto, padre —susurró el omega menor, negándose a soltarlo.
—Te amo, hijo mío —respondió, para luego dejar un beso en la frente de
Taehyung.
La decisión quedó tomada y ganó mucha más fuerza de la esperada en el
momento exacto que Kim Taehyung firmó el tratado, jurando lealtad al
próximo líder, y así dar inicio con su formación militar.
Kaisa miraba de forma inexpresiva al alfa que estaba sentado frente a él,
ambos consumidos en un silencio pesado que les sacudía las entrañas.
—¿Estás seguro Yugyeom? —inquirió.
—Era él, Kaisa —aseguró—. Lo vi en la fiesta que prepararon para que
Jimin conociera a las personas que cumplen con los requisitos para casarse
con él.
El mencionado golpeó la mesa con ambos puños, la fuerza fue tanta que el
sonido ensordecedor fue capaz de traspasar las paredes frágiles de la cabaña
donde tenían las reuniones clandestinas.
—¿Qué hacía ahí? —demandó saber.
—Mis sospechas eran ciertas —acusó Yugyeom—. ¡Ese maldito es el
juguete del heredero! Se lo dije a NamJoon y no quiso creerlo.
—¡Maldita sea! —rugió Kaisa, al mismo tiempo que deambulaba como
una bestia furiosa y enjaulada.
Sus sospechas eran ciertas, el maldito bastardo de su hermano menor
estaba metido en la manada que él quería controlar. Ahora sus planes debían
atrasarse, porque bajo ninguna forma podía utilizar el ejército que robó
cuando el verdadero líder continuaba con vida.
—Ese perro debería estar en el salón rojo, ahí es fácil matarlo —dijo
Yugyeom. Él, al igual que su líder odiaba y repudiaba a Min Yoongi.
—Necesito que vigiles a NamJoon —ordenó Kaisa—. La última vez que
nos reunimos lo noté bastante esquivo, y para este momento no podemos
equivocarnos.
Yugyeom asintió, dejando escapar una sonrisa torcida cuando recordó un
detalle interesante.
—¿Qué hacemos con tu hijo? —preguntó ansioso—. Jungkook tampoco
está seguro de lo que quiere y podría ser una amenaza contra nosotros.
Kaisa le dio la razón. Su rebelde cachorro siempre demostró admiración
por su tío Yoongi y temía que ese engendro pudiera ponerlo en contra de su
propio hijo.
—Acércate a él, gánate su confianza —pidió, dándole una mirada—. Mi
hijo tiene sentimientos por ti, así que envolverlo será sencillo.
—Como ordenes —accedió, lamiéndose los labios.
—Te lo advierto, Yugyeom —gruñó amenazante—. A mi hijo no lo tocas,
¿entendido?
—Me resulta más entretenido jugar con su corazón y dejarlo que me folle
—reveló, con un encogimiento de hombros—. Al que podría matar es a otro.
—¿A quién? —indagó el mayor de ambos, siendo rápido al notar la
tensión.
—Kim Taehyung —pronunció con asco—. Ese omega maneja a tu hijo
como un juguete y lo más lamentable es que Jungkook no se opone como en
un principio creí.
—Todavía es joven, aunque pretenda comportarse como alguien inflexible,
tú y yo sabemos que no lo es —habló Kaisa, sintiéndose completamente
seguro de sus palabras—. Contrólalo, recuérdale todos los malditos días del
lado de quien tiene que estar.
—Confía en mí, me aseguraré de ello —juró el menor.
—También te aconsejo que estés preparado, y avísale a los demás —sonrió
torcido—. Estoy preparando una pequeña sorpresa para Park Jimin, y creo
que muy pronto le llegará.
—¿Qué planeas darle? —cuestionó Yugyeom, con un brillo malicioso en
sus ojos.
Kaisa carcajeó antes de responder:
—Mi carta de presentación. Llegó el momento que el chico sepa quién es
su verdadero enemigo.
Porque el clan que hasta el momento era liderado por los Park era la
posesión más valiosa que YoonWoo tenía, y Kaisa estaba listo para hacerle
sufrir un verdadero infierno.
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty five!
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty six!
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty seven!
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty eight!
"Un nuevo líder nació con la última luna. Las tropas se han desplegado
hacia las fronteras, y los estandartes fueron alzados en el palacio del poder.
Debemos movernos rápido, la presentación de los ejércitos llegará pronto".
Yoongi terminó de leer el mensaje y con su mano libre acarició la cabeza
del águila que descansaba en su hombro derecho. Soltó un suspiro casi
aliviado al saber que Jimin tomó el poder sin contratiempos; sin embargo,
también experimentó sensaciones desagradables cuando recordó lo que
significaba.
El omega finalmente se había casado.
Sin tener deseos de perder tiempo, el alfa respondió el mensaje recibido.
Enrolló el papel y lo ató a una de las patas del águila que no tardó en alzar
vuelo con un destino preciso y lejano.
Reunir un ejército leal y fuerte no era una misión sencilla. Yoongi y su
hermana tuvieron que mostrar su valía en el punto de la estrategia para que
todos los hombres y mujeres que los escuchaban se llenaran del mismo valor
y determinación que tenían ellos para formar parte de la guerra.
Por supuesto que hubo algunos desacuerdos que tenían bases sustentables.
No todos los alfas estaban felices de luchar bajo el mandato de un omega, aun
así, Yoongi se encargó de explicar cada punto del tratado que se creó con el
ex líder, asegurando que Park Jimin tenía la obligación de honrar esa alianza.
RueSo ayudó a mantener el orden en los soldados, y fue así como juraron
lealtad a Min Yoongi, dispuestos a hacer lo mismo por el líder omega cuando
el momento llegara.
—¿Cuántos tenemos? —preguntó Min, mirando a su hermana.
—Mil soldados —informó orgullosa.
—Cuando llegué apenas y eran cien —dijo el alfa, sin detenerse a ocultar
la impresión de la cantidad de alfas dispuestos a pelear.
—Las noticias susurradas por el viento y la tierra son rápidas en
propagarse —comentó Rue—. Ellos vinieron a ti, como una muestra fiel, y
estoy segura que pasará lo mismo con el ejército que Kaisa robó de forma tan
cobarde.
Yoongi no estaba tan seguro. Los alfas legendarios eran leales, pero
también eran orgullosos. Kaisa tenía un ejército de diez mil, suficientes para
destruir todo lo que quisiera, es por ello que debían apresurarse.
—Avisa a los demás que partiremos al amanecer —indicó, al mismo
tiempo que sus ojos quedaban puestos en el cielo oscuro.
Frunció el ceño ante las señales. La oscuridad se estaba formando con
demasiada intensidad, tanta como para que los temores del alma salieran sin
control, instando a caer en abismos y pantanos.
La amenaza del enemigo crecía, los peligros que estuvieron ocultos
finalmente se estaban mostrando, dejando en el alfa una sensación
desagradable que le oprimía el pecho y le revolvía los pensamientos.
Tenía un presentimiento, en lo más profundo de su alma se imaginaba al
omega en su estado más vulnerable, le hacía pensar que Jimin no estaba
preparado para una batalla, no sabía las razones que alimentaban tales
pensamientos, pero eran muchas, suficientes para ponerlo ansioso por volver.
Y no le importaba mostrarse intenso o protector. Yoongi actuaría acorde a
sus sentimientos e instintos.
—Espera un poco más, Jimin —murmuró, con sus manos hechas puños
tensos—. Sólo un poco más...
El palacio del poder tenía uno de los salones más hermosos, eso según la
opinión de YoonWoo.
El ex líder estaba en el salón principal del palacio. Tenía muchos recuerdos
agradables de su vida, y la mayoría de ellos se habían formado en ese mismo
salón, mas era un recuerdo en específico el que le causó una sonrisa
nostálgica:
El baile de su compromiso con Saran.
Cada vez que el omega cerraba los ojos podía recordar nítidamente la
belleza de su difunta esposa. Ella tenía una cabellera negra, era suave y
siempre olía a rosas, ojos pequeños, demasiado expresivos y hermosos...
recuerda que tenían la calidez suficiente para calmarlo en tiempos sombríos y
hacerlo sentir protegido.
Y si podía concentrarse un poco más, también era capaz de recordar la voz
suave, baja y melódica que le profesaba amor, instándole a crear un mundo
de paz para que ella caminara segura y con los pies descalzos.
Sin embargo, se la arrebataron... dejando infierno en la mente y el corazón
de Park YoonWoo.
Escuchó algunos pasos, y segundos después la voz de su más leal amigo y
compañero de mandato.
—Estabas pensando en ella —comentó SeokJin.
—Siempre pienso en ella —dijo YoonWoo—. Pero esta noche se siente
diferente.
El comandante apoyó la mano sobre el hombro de su amigo, ambos se
miraron y sonrieron al mismo tiempo, mientras se dejaban envolver por el
silencio y la tranquilidad que anunciaba quizás el inicio de una tormenta
destructiva.
—Necesito que hagas algo por mí, comandante Kim —pidió YoonWoo,
parándose frente al otro omega.
En ese instante, Park le entregó un juego de llaves a su fiel amigo,
provocando que SeokJin arrugara las cejas al no comprender.
—Mi biblioteca personal —explicó—. Dásela a mi hijo y dile toda la
verdad.
—No puedo hacer algo así —negó de inmediato.
—Insisto —dijo YoonWoo, obligando al otro para que tomara las llaves—.
En algún momento iba a enterarse.
—¿Por qué te precipitas de esta manera?
—Se me agota el tiempo, Seok —admitió—. Mi hijo necesita liberarse de
la venda que yo mismo le puse en sus recuerdos, necesita hacerlo pronto para
que no lo tomen por sorpresa, ni se sienta débil —continuó—. Tú eres el
indicado para hacerlo, confío en que lo harás.
SeokJin guardó silencio por un momento, lo que YoonWoo le pedía era
delicado pues no conocía con certeza la reacción que Jimin mostraría. Pese a
todo, estaba de acuerdo con su amigo, el nuevo líder debía conocer
absolutamente todos los secretos que se ocultaron desde su nacimiento, y
debía hacerlo pronto.
Fue en ese momento que tomó la postura militar que era característica para
aceptar la orden de su superior.
—Te doy mi palabra —habló el comandante.
Para YoonWoo no era suficiente. Se acercó un poco más y miró fijamente
los ojos del hombre a quien confió sus ejércitos y que nunca lo abandonó en
las batallas.
—Júralo —ordenó, mas su voz iba acompañada de la desesperación que
sus mismos ojos gritaban—. Júralo, SeokJin.
El mencionado no lo dudó en ningún momento. Se hincó en el suelo,
demostrando una vez más el alto respeto, y con voz alta hizo su juramento:
—Protegeré a Jimin con mi vida, mientras yo viva tu hijo tendrá un fiel
seguidor y consejero —dijo sin rastros de duda—. Juro que el legado Park no
caerá, pues a su sombra resguarda el linaje Kim, y el día en que falle a mi
juramento, será el último día que tendré el privilegio de respirar. Lo juro por
la antigua Diosa Luna.
YoonWoo sintió una sensación agradable y liberadora que le permitió
sonreír mínimamente a su amigo.
—Confío en ti, amigo —habló YoonWoo—. Por eso me quedo tranquilo,
sabiendo que mi hijo te tendrá a su lado.
—No me gusta la manera en la que te expresas —confesó SeokJin,
mientras retrocedía un par de pasos.
—Kaisa vendrá por mí, y ambos sabemos lo que hará cuando me
encuentre.
—Estaremos listos para enfrentarlo —aseguró Kim, y no supo cómo
sentirse cuando miró a su amigo negar con resignación.
—Cometí un error catastrófico —le recordó—. Yugyeom es un infiltrado
de Kaisa y uno de mis juguetes —recordó con amargura—. Detesto admitirlo,
pero caí en una trampa que no tiene modo de salvación.
—¿A dónde quieres llegar con todo esto que me dices? —inquirió SeokJin,
con todo el cuerpo tenso.
YoonWoo se irguió, demostrando el temple orgulloso que adquirió a lo
largo de sus años de entrenamiento y mandato.
—Vendrá por mí y yo caeré —aceptó sin titubeos—. Pero lo haré con
honor. No le daré el gusto de demostrar miedo, no me arrodillaré, ni suplicaré
—lo miró a los ojos—. Seré inalcanzable para ese maldito hasta el último de
mis respiros.
En el exterior se escucharon gritos, forcejeos y un par de disparos. Las
alarmas se activaron con velocidad en SeokJin, reconociendo lo que estaba
pasando como un ataque inesperado.
—Intentarán tomar el palacio del poder, avisaré a las tropas, mientras
tanto, ve al refugio subterráneo —habló el comandante y lo hizo
apresuradamente.
Sin embargo, YoonWoo no tenía intenciones de moverse de su lugar,
alarmando aún más a su amigo y compañero fiel.
—Tengo recuerdos hermosos en este salón, Jin —murmuró YoonWoo,
ignorando el caos en el exterior—. Me quedaré aquí.
—¡YoonWoo!
—Vete —ordenó el mencionado—. Vete de aquí y alerta a mi hijo. No
permitan que tomen la ciudad.
El comandante derramó lágrimas silenciosas que demostraban la tempestad
de sus propios sentimientos. Estaba dividido entre sus deseos de no
abandonar a su amigo y su deber de obedecer.
Finalmente, su deber ganó, sobre todo porque implicaba la seguridad del
actual líder y su juramento reciente.
—Nos volveremos a encontrar, amigo —dijo SeokJin, al mismo tiempo
que le ofrecía la mano para estrecharla.
—Hasta entonces, continúa honrando tu juramento —respondió YoonWoo,
aceptando la mano ofrecida.
El comandante no fue tan fuerte como lo hubiese querido. Abrazó con
todas sus fuerzas a su amigo, sintiendo como perdía estabilidad cuando Park
le respondió con la misma intensidad.
Los dos recordaron sus vidas juntos. La amistad que se formó desde que
eran niños y que continuó intacta y fuerte, capaz de traspasar a sus propios
hijos.
Cuando el abrazo llegó a su final, SeokJin abandonó el salón esforzándose
por no mirar atrás. YoonWoo quedó imperturbable, mirando a su alrededor,
con la esperanza de que ese salón en específico no quedara destruido.
Tomó una profunda inhalación y aguardó en silencio.
—Sabía que te encontraría aquí, amo.
Esa voz... sí, YoonWoo también recordaba muy bien esa voz, era la única
que le despertaba desprecio y odio infinito. Se giró con lentitud, enfrentando
a un fantasma de su pasado que se encargó de crear el caos que estaba
amenazando a todas las manadas conocidas.
Crispó los labios en una mueca de rechazo. Kaisa tenía el rostro
desfigurado, cicatrices profundas atravesaban la piel, llegando a afectar el ojo
izquierdo que estaba completamente lleno de sangre coagulada.
—Vaya... finalmente tu apariencia demuestra lo que realmente eres —
habló YoonWoo con altivez y gracia.
—Fue un precio que tuve que pagar para sobrevivir —admitió el alfa—.
No me quejo, pues estoy vivo.
—Uno de los tantos errores que cometí —asintió el omega—. Debí hacerlo
con mis propias manos.
—No lo hiciste —se encogió de hombros—. Es un error que yo no
cometeré.
—Tardaste demasiado tiempo —comentó YoonWoo, mientras caminaba
lentamente por el salón—. Dudaste, y eso te convierte en un ser deplorable y
patético.
Kaisa tensó la mandíbula. Durante muchos años deseó vivir ese momento,
anheló con todas sus fuerzas volver a ver al omega que lo había enloquecido,
que lo había enamorado profundamente y que también le había roto el
corazón. Ansiaba que cuando ocurriera pudiera deleitarse con la sorpresa,
miedo, rabia, o alguna otra emoción, mas la realidad fue completamente
diferente.
Park YoonWoo estaba convertido en una barrera de acero impenetrable.
Kaisa no podía reconocer algún tipo de emoción en el omega, quizás un poco
de aburrimiento, más nada.
Lo único que podía asegurar era que la belleza del ex líder continuaba
presente, siendo capaz de nublarle los sentidos por algunos minutos que le
golpearon directamente en el orgullo.
—No soy el mismo alfa estúpido —aseguró con arrogancia—. Conseguí
un ejército poderoso que sigue mis órdenes sin refutar —fanfarroneó—. Y
bajo tus narices hice alianzas con personas que te juraron lealtad, llegando
hasta el propio consejo de tu preciada e intocable manada.
—Eres una rata cobarde que se esconde en la oscuridad, manipula con
engaños para que idiotas hagan el trabajo sucio por ti —atacó YoonWoo,
siendo cruel y realista—. El ejército que presumes no es tuyo, ambos lo
sabemos —continuó, deleitándose con la furia incontrolable que demostraba
el alfa—. ¿Cómo podría tomarte en serio cuando la mayor arma que dices
tener puedes perderla en cualquier momento?
—¡Los lobos legendarios me pertenecen!
—Le pertenecen a tu hermano —corrigió el omega, mostrándose tranquilo
y controlado—. Min Yoongi es el verdadero líder, por eso lo quieres muerto
—avanzó un par de pasos—. ¿Sabes qué es lo mejor? Que tu hermano le
pertenece a mi hijo, por supuesto que, fue una entrega voluntaria,
convirtiéndola en algo fuerte y real que no podrás romper con tu ejército
robado.
—¿Piensas que no podré con ustedes? —indagó el alfa—. No me
subestimes.
—No lo estoy haciendo —aceptó YoonWoo—. Sin embargo, a diferencia
de ti, jamás me arrodillaré —sentenció con rudeza—. Park Saran fue la única
persona que me tuvo a sus pies y así permanecerá, eso te lo juro.
—Estarás a mis pies, aunque sea a pedazos —amenazó Kaisa, desbordando
furia con la mención de la omega que le robó todo lo que quería.
Park YoonWoo soltó una risa corta, y terminó con toda distancia entre
ambos, impuso dominancia con su presencia, provocando que el alfa desviara
la mirada por mero instinto.
—Viniste a matarme, pero antes grábate esto en la cabeza —murmuró el
omega—. Los Park nos arrodillamos ante una sola persona en nuestras vidas,
y ninguna amenaza o guerra podrá cambiarlo.
—Asesinaré a tu hijo con mis propias manos, pero antes lo disfrutaré como
lo hice con la perra de tu esposa.
Esperaba una reacción, pero no la obtuvo, salvo por la sonrisa pequeña que
se dibujó en los labios rojos del omega.
—No subestimes a Jimin, es un consejo que te doy —susurró—. Jamás
podrás con él.
Y la seguridad cruda con la que esas palabras fueron dichas, causó una
nueva ola de contrariedades en la mente de Kaisa.
Minutos después, nueve disparos exactos se escucharon desde el interior
del gran salón... luego de ello, silencio.
⛓Yoon~
⛓Chapter thirty nine!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty one!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty two!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty three!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty four!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty five!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty six!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty seven!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty eight!
⛓Yoon~
⛓Chapter forty nine!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty one!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty two!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty three!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty four!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty five!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty six!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty seven!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty eight!
⛓Yoon~
⛓Chapter fifty nine!
⛓Yoon~
⛓Chapter sixty!
El toque suave de una mano más pequeña que la suya hizo que Yoongi se
sintiera cálido.
Miró ese detalle y sonrió. Jimin tenía unas manos pequeñas, dedos
pequeños y delicados que hacían contraste con la fuerza de todo su cuerpo.
Le gustaba entrelazar sus dedos, para luego llevarlos a sus labios y llenarlos
de besos.
Ambos caminaban por un pasillo lejano del palacio del poder. Jimin le dijo
que había un lugar que deseaba mostrarle, algo que resultaba especial para
ellos, en ese momento que parecía ser el indicado para recordarse sus
sentimientos.
Al día siguiente debían partir en dirección al bosque. Los campamentos ya
estaban listos y los ataques comenzarían en cualquier momento. El líder
decidió movilizar las tropas hasta el punto de encuentro con el enemigo, y
Yoongi con el omega Park pensaban participar en todo lo que se avecinaba.
Sin embargo, antes que todo pasara y que los escombros de una guerra los
alcanzara, querían amarse y estar juntos. Ellos ansiaban vivir un momento
siendo lo que son: un alfa y un omega totalmente enamorados, dejando en el
efímero olvido sus rangos, sus responsabilidades y sus miedos.
El omega abrió un pasadizo secreto e invitó al alfa para que lo siguiera. Un
túnel de rocas preciosas les dio la bienvenida, y al final un salón rodeado de
antorchas, almohadones de plumas y una esplendorosa vista de la luna.
—¿Qué es este lugar? —preguntó Yoongi, mirando con atención cada
detalle del espacio que le causó sensaciones agradables.
—Era el lugar favorito de mi madre —respondió Jimin con melancolía en
su voz—. Lo usaba para leer, pintar, cantar, y yo venía con ella todas las
veces que podía escaparme de mi habitación.
—¿Escaparte? —cuestionó Yoongi con una sonrisa.
—Ella lo visitaba durante las noches —explicó—. Yo debía estar dormido,
pero me escapaba para verla y escucharla.
El alfa sonrió cuando una imagen nítida se formó en su mente. En ella
podía ver a su omega siendo un niño curioso, travieso y sonriente; lo
imaginaba al lado de una mujer a la que no podía darle un rostro, pero ese
detalle no entorpecía en lo absoluto a su imaginación.
Y con esos pensamientos, fue que nació un deseo tan intenso que no dudó
en exteriorizar.
—Me gustaría escucharte cantar —comentó, dándole una mirada de ojos
brillantes.
—No canto tan bien como ella lo hacía —murmuró con un sonrojo—.
Pero, por ti podría intentarlo.
Yoongi asintió muchas veces, y sin pensarlo mucho se sentó en uno de los
almohadones dándole toda la atención al omega. Jimin también se sentó,
quedando frente al alfa que esperaba ansioso por escucharlo cantar.
Hizo un sonido pensativo, tratando de recordar alguna de las letras que su
madre cantaba, y cuando formuló los párrafos necesarios, fue que inició.
Decir las cosas por como son.
Los huesos se convertirán en polvo.
El oro se volverá óxido.
Decir las cosas por como son.
Por debajo de la luz.
Y toda la madera astillada.
Nada aquí está brillando.
Brillando como debería.
Preferiría ver mi reino caer.
Quiero todo o nada.
Preferiría ver mi reino caer.
Quiero todo o nada.
El omega se detuvo los segundos exactos para descubrir que Yoongi lo
miraba completamente embelesado. Sonrió, para luego continuar con la
canción que lo trasladaba a la parte más feliz de su infancia.
Dime lo que quieras decir.
Dime que es verdad.
La última cosa que harás.
Dime lo que quieras decir.
Preferiría ver mi reino caer.
Quiero todo o nada.
Preferiría ver mi reino caer.
Quiero todo o nada.
Hubo un silencio que fue necesario para ambos. Estuvieron mirándose a
los ojos, dejando que la luz intensa de la luna los iluminara junto al fuego de
las antorchas, mientras sus almas se reconocían, estando en paz y sintiéndose
completos y frágiles.
—Cantas precioso —susurró Yoongi, sintiendo a su lobo adormecido por
la voz delicada de su omega.
Jimin gateó hasta que estuvo encima del regazo del mayor. Lo abrazó,
hundiendo el rostro en el pecho fuerte, cálido y seguro que le hizo respirar
con mayor facilidad, corroborándose a sí mismo que su vida entera estaba en
las manos de ese alfa.
—Te amo —confesó, en un hilo de voz que el mayor no pudo ignorar.
—Jimin...
—Te amo —repitió, aferrándose más fuerte al abrazo que mantenía con el
alfa—. Aprendí a hacerlo y ahora mi amor por ti es más grande que cualquier
cosa —miró hacia arriba, encontrándose con la mirada dorada del mayor—.
Te amo más que a nada, con la fuerza de miles de universos —jadeó—. Por
eso necesitaba entregarte esta noche donde estemos juntos, porque mañana
vamos a la guerra y no sabemos si sobreviviremos a ella.
—Te amo —susurró Yoongi, entendiendo el sentimiento que el omega le
transmitía—. Viviremos o moriremos, pero siempre juntos —prometió,
mientras unía su frente a la contraria—. Jimin... tú, mi hijo, ambos son el
tesoro más valioso que tengo, y en este momento están protegidos en mis
brazos —dijo, mientras abrazaba al más pequeño—. Mañana, en días
venideros y en la batalla no podré tenerte seguro conmigo, pero te hago un
juramento, mi amor —suspiró—. Juro luchar con todas las fuerzas que tengo
para regresar a ti y nuestro hijo —besó los labios ajenos y continuó—: porque
nuestro amor es tan grande que ninguna guerra podrá destruir.
Unieron sus labios en un beso agridulce. Ese momento íntimo entre ellos
también estaba acompañado por una sombra de despedida, y por muchas
promesas que se hicieron con los sentimientos a flote.
—Alfa, cásate conmigo —pidió Jimin, estando a horcajadas del mayor y
mirándolo a los ojos.
El corazón del alfa legendario se detuvo por segundos que no fueron
contados. Lágrimas empezaron a salir de sus ojos brillantes, mientras que una
sonrisa de lo más hermosa nacía de sus labios para ser dedicada al omega de
su vida.
—¿C-casarnos? —susurró entrecortado.
—Quiero ser tu esposo y que tu cuello lleve mi marca —confesó el menor
sin gramo de vacilación—. Nuestra unión eterna sería la fuerza que ambos
necesitamos para salir vencedores de la batalla que nos espera.
—Ser tu esposo, omega —musitó, perdido en sus emociones—. Tantas
noches lo soñé, tantos días lo anhelé, y ahora que me lo estás pidiendo en
nuestra última noche de paz, siento que es un sueño más.
—Quise pedírtelo hace mucho tiempo —admitió Jimin—. Fue difícil
contenerme, sobre todo cuando fui educado para anteponer mis deberes sobre
mis sentimientos —hizo una pausa—. Pero todo ha cambiado. Tú eres la
razón de mis anhelos más profundos y por eso quiero convertirte en mi
esposo y yo ser el tuyo, para que seamos uno solo, por un día o por una
eternidad.
El alfa tomó entre sus manos el rostro del omega, lo llenó de besos cortos y
tiernos, transmitiendo una emoción nueva que salió para hacer brillar su
espíritu y para que su alma se alimentara de toda esa felicidad que el menor le
hacía sentir.
—Quiero ser tu esposo, omega —respondió con timidez—. Lo he querido
desde siempre.
Jimin sonrió y lo hizo de verdad, sonrió hasta que sus pequeños ojos
desaparecieron por completo, sonrió mostrando los dientes impecables,
estirando los labios brillantes, luciendo ilusionado, hermoso y sumamente
enamorado.
—En ese caso... —comenzó sonriente, mientras sacaba del bolsillo de su
abrigo una cajita de color negro con bordes dorados—. Este brazalete te
pertenece.
En antaño, los omegas tenían la tradición de entregar un brazalete a la
persona con la que juraron casarse. La joya era puesta en la muñeca izquierda
del portador, ya que se creía que era capaz de llegar hasta el corazón del ser
amado para unir sus sentimientos.
Yoongi miró como el amor de su vida le colocaba el brazalete en la
muñeca izquierda, se estremeció cuando Jimin besó ese punto específico y
nuevas lágrimas salieron de sus ojos al saber lo que aquello significaba para
él, para ambos.
Luego el omega levantó la muñeca izquierda para mostrarle al mayor que
él también estaba usando un brazalete, aunque el diseño era el mismo, la
contextura del material era más delgada y liviana.
Una promesa quedó formada entre ellos y grabada en sus mentes. Tenía el
poder suficiente para fortalecer sus espíritus guerreros y así combatir sin
ningún temor, sin retroceder, sin mirar atrás.
Sus miradas volvieron a encontrarse, y el mismo deseo refulgía en ambos,
por ello fue terminaron besándose, cayendo entre los almohadones en un beso
abrasador que los consumió en cuestión de segundos.
Yoongi se posicionó encima del menor, repartió besos por el cuello ajeno,
mientras sus manos se encargaban de desvestirlo con destreza. Lo primero en
salir fue el abrigo de Jimin, seguido por los zapatos y pantalones.
La piel quedó expuesta para que los labios del alfa legendario crearan su
propio camino en ella. Besó cada punto sensible de su pareja, saboreó los
rincones remotos y luego volvió a los labios que esperaban ansiosos, donde
las mordidas también comenzaron a formar parte.
El alfa finalmente pudo sacar la camisa del pelinegro, de inmediato probó
los pezones levemente hinchados, jugó con ellos, con la sensibilidad que
tenían y la exquisitez que los componía, al mismo tiempo que sus oídos eran
acariciados por los gemidos largos del omega que se frotaba con descaro.
Las manos grandes arrancaron la ropa interior dejando a Jimin
completamente desnudo y excitado. El omega enredó ambas piernas
alrededor de la cintura ajena, moviendo las caderas para que sus erecciones se
tocaran.
Yoongi lo miró con oscuridad, llevó dos de sus dedos a la boca húmeda
que los recibió sin problemas, soltando gruñidos primitivos cuando miró la
forma tan sucia con la que Jimin los succionaba, todo mientras lo miraba a
los ojos.
Los dedos mojados salieron de la cavidad caliente que los masajeó, fueron
descendiendo por el cuello, pecho y abdomen del menor, dejando un camino
húmedo y excitante que estremeció a ambos al mismo tiempo.
—Quítame la ropa —susurró Yoongi, para luego morder el labio inferior
del omega.
La provocación causó un estrago más en la lujuria de Jimin. El omega se
deshizo de la camisa del mayor con suma facilidad, los dedos inquietos
recorrieron los músculos fuertes de los brazos ajenos y se perdieron en la
ancha espalda sintiéndola tensarse de vez en cuando, sobre todo cuando sus
uñas decidían jugar con ella.
Posterior a ello, las manos del pelinegro se dirigieron hacia el pantalón.
Zafó el botón y bajó la bragueta lo suficiente para poder cumplir su objetivo.
Tiró con fuerza de la tela, llevándose de paso la ropa interior del alfa.
Yoongi le ayudó a deshacerse de la ropa que le estorbaba con la ayuda de
sus pies, soltando un gemido ronco cuando sus erecciones se tocaron sin tela
de por medio.
—Hazlo alfa —tentó Jimin, haciendo que sus cuerpos se unieran más—.
Mételo.
El mayor soltó un siseo bajo y luego palpó la humedad del omega. En ese
momento agradeció a las hormonas de Jimin, gracias a ello el cuerpo del
menor estaba listo para recibirlo, pues su canal interno estaba más mojado y
elástico de lo normal.
Alineó el pene en la entrada, frotó un poco, para luego comenzar a
ingresar, sin perder detalle de las expresiones gloriosas que cruzaban por el
rostro angelical de su dueño.
Reclamó los labios gruesos en un beso apasionado que sepultó los jadeos y
los gemidos de ambos.
Las caderas de Yoongi se movieron con rapidez, entrando y saliendo del
caliente interior que lo masajeaba deliciosamente, mientras sus labios eran
adormecidos por la boca experta que lo sometía a su antojo, volviendo de él
un adicto sin control.
Los sonidos que se creaban de la unión de sus cuerpos desnudos quedaron
grabados en cada pared de ese salón. La luz lunar todavía los cubría, el fuego
a su alrededor alimentaba el calor con el que se entregaban al otro,
sucumbiendo a sus deseos y aferrándose a sus ansias infinitas de unirse por
completo.
De un momento a otro Jimin cambió la posición. El omega tumbó al alfa
quedando a horcajadas del cuerpo fuerte y montándolo con frenesí.
Las manos de Yoongi cayeron en las caderas que se movían
constantemente. Se dedicó a mirar como el omega lo hacía suyo, tomando
toda su longitud y disfrutando de ella sin ningún tipo de pudor.
Cuando ambos estaban cerca del clímax, el mayor enderezó la parte
superior de su cuerpo quedando sentado y con su pareja encima. Volvieron a
besarse, ahogando los gemidos sincronizados que salieron de sus bocas en el
momento exacto que llegaron a su orgasmo.
Pero sucedió algo más grande que mandó por la borda todas las emociones
de Yoongi.
Jimin lo mordió.
Cuando ambos eran víctimas del orgasmo demoledor, el omega terminó
con el beso para trasladarse al cuello ajeno, donde mordió con fuerza,
enterrando los colmillos filosos en el punto exacto donde se formaba una
marca.
El lazo ancestral se formó de inmediato, con una fuerza estremecedora que
los desestabilizó a ambos. De pronto, sus emociones y pensamientos se
mezclaron, cada uno compartió sus recuerdos, sus miedos, sus sueños, como
si un hilo invisible y poderoso se hubiera formado para unir sus mentes para
siempre.
Alfa y omega emitieron un mismo sonido de reconocimiento, ese que les
indicó que habían encontrado a su complemento, la parte faltante para
sentirse completos.
Jimin estaba abrumado, había escuchado del poder de un lazo, pero jamás
imaginó que se sentiría así. Tan mágico y correcto.
Y Yoongi, él se encontraba completamente feliz, pues ahora pertenecía
enteramente al hombre de su vida, y Jimin le pertenecía de igual manera a él.
—Puedo sentir tus emociones y escuchar tus pensamientos —comentó
Jimin, completamente asombrado—. ¿C-cómo es posible?
—Yo también siento tus emociones y escucho tus pensamientos —confesó
Yoongi, para luego soltar un sollozo—. Diosa... puedo sentir a nuestro
cachorro.
—Maldición, no quiero llorar —gruñó Jimin, pero sus ojos ya estaban
brillantes—. No sabía que marcar al alfa que amo sería tan maravilloso.
—¿Eso quiere decir que no te arrepientes de haberlo hecho? —inquirió el
mayor con ilusión en su mirada de oro.
Jimin le dio un dulce beso antes de responder:
—Nunca me arrepentiré —aseguró—. El lazo que ahora comparto contigo
es de lo más increíble que he experimentado —acarició las mejillas pálidas y
sonrió—. Tú eres increíble, alfa.
El omega abrazó el cuerpo del castaño, lamió la herida de la marca para
ayudarla a cicatrizar, escuchando los suspiros que salían de los labios de
Yoongi cada vez que su lengua entraba en contacto con la piel herida.
—Jamás olvidaré esta noche —confesó el alfa.
—Yo tampoco —aceptó Jimin, mientras apoyaba la frente en el hombro
izquierdo de su futuro esposo.
Futuro esposo... ese simple pensamiento le arrancó una sonrisa que supo
ocultar.
El resto de esa noche la compartieron entre risas, abrazos y caricias, para
dormir juntos toda la madrugada y enfrentar el día que se aproximaba.
La canción de multimedia es la que Jimin cantó a Yoongi.
Desde hace mucho tiempo quise leer un libro que tuviera un romance
apasionado en medio del caos y la guerra. No encontré algo así, por eso
quise hacer un libro más o menos con esas ideas.
Y es Alpha's owner, aunque me esté quedando medio chueco, es
trabajo honesto.
¿Se esperaban la propuesta de Jimin y la marca?
¿Qué les pareció el capítulo?
Infinitas gracias por leer.
⛓Yoon~
⛓Chapter sixty one!
⛓Yoon~
⛓Chapter sixty two!
⛓Yoon~
⛓Chapter sixty three!
⛓Yoon~
⛓Chapter sixty four!
Taehyung estaba liderando una reunión con los generales de ejércitos por
primera vez en su vida.
Desde el atentado que sufrió su familia, el omega menor de los Kim se fue
adaptando a las responsabilidades y el peso del poder que otorgaba su
apellido; en algunos meses se convertiría en el nuevo comandante supremo,
liderando la parte militar de la manada.
Al principio creyó que nunca podría estar listo a tiempo, y que tampoco era
digno de tomar el poder que su padre cuidó por tantos años; sin embargo, la
guerra y las traiciones sufridas le hicieron comprender que él era el indicado
para tomar el puesto, debido a que su lealtad pertenecía únicamente a Jimin, y
era capaz de dar incluso su vida para protegerlo.
Y era justamente eso lo que estaba demostrando, creando estrategias con
los generales y enviando escuadrones completos de soldados hacia el campo
de batalla donde se estaba decidiendo el futuro del clan.
—Se colocó una línea de explosivos en la parte sur del bosque —explicó
Taeyang, mientras señalaba con un rotulador el área específica en el mapa—.
El centro de control ya tiene órdenes específicas, va a explotar en veinte
minutos.
—¿Cuánto tiempo ha durado el enfrentamiento? —preguntó Taehyung.
—Cerca de dos horas —respondió Moonbyul—. Mi ejército está en el
frente, respaldados por un escuadrón de Mina que ataca desde el cielo.
—La fuerza naval está lista para atacar —confirmó Amira—. Sólo necesito
la orden para destrozar a esos hijos de perra.
—No es conveniente —murmuró Taehyung, mientras seguía concentrado
en el mapa y en la información que se mostraba en la gran pantalla frente a
ellos—. Tenemos ventaja en el enfrentamiento, si utilizamos un ataque de
artillería estaríamos mostrando al enemigo todas las armas que tenemos y
daríamos la oportunidad para prepararse —explicó a los generales—. Kaisa
aún no ha dado la cara, y nuestros ejércitos pueden destrozar el batallón que
está dándonos problemas.
—Solicito permiso para enviar un escuadrón de apoyo, mi señor —pidió
G-Dragon—. El número suficiente para erradicarlos de inmediato.
—Permiso concedido —aceptó Taehyung, y en ese mismo instante el
general del ejército del sur comenzó a enviar refuerzos.
El omega Kim se quedó observando la gran pantalla. Los datos reflejados
afirmaban la victoria de ese enfrentamiento, y los refuerzos que G-Dragon
envió incluían seis tanques que empezaron a masacrar a los rebeldes en
cuestión de segundos.
Se vivió un momento cargado de tensión que fue superado cuando en la
pantalla apareció "misión cumplida" en letras verdes. Taehyung soltó un
suspiro aliviado que fue compartido por los demás generales.
—Que las tropas se retiren y envíen un grupo de vigilancia —solicitó a
través del audífono.
Wheein era la encargada de hacer llegar la orden desde el centro de
control. Todas las tropas se retiraron y un grupo de soldados expertos en
espionaje llegó para montar guardia en el terreno, en compañía de cañones
automáticos que se activarían bajo presión de presencias desconocidas.
—Buen trabajo, generales —habló Taehyung, mirando a los hombres y
mujeres sentados alrededor de la mesa que él encabezaba.
De un momento a otro las puertas fueron abiertas. Todos se pusieron de pie
para recibir al comandante SeokJin con una elaborada reverencia,
demostrando honor y respeto a su superior.
Taehyung sintió como le faltaba el aire y como el suelo se volvía inestable
cuando se dio cuenta que Jung Hoseok acompañaba a su padre.
—Hicieron un gran trabajo, todos —hizo saber el comandante, mientras
tomaba asiento al lado de su hijo—. Ganamos este enfrentamiento y hasta el
momento vamos liderando la guerra, pero no podemos confiarnos.
SeokJin le hizo una señal a Hoseok para que se presentara con los demás
como era debido. El beta lo hizo, dio su nombre, su rango y explicó
detalladamente la misión que estuvo cumpliendo durante todos esos meses,
así como el principal objetivo y los resultados que había obtenido.
Mostró todas las pruebas que daban peso a sus palabras. En cuestión de
minutos la gran pantalla frente a ellos se llenó de información valiosa con la
que nunca pensaron contar. Ahí se mostraban todos los atajos que Kaisa
utilizaba, el armamento con el que contaba, el conteo de soldados, y las
manadas que había saqueado para obtener los ejércitos con los que estaba
atacando.
—Al principio estaba confiado con el ejército de legendarios —explicó
Jung—. Sin embargo, poco tiempo después se dio cuenta que los lobos no lo
obedecían por completo, y que tampoco lo reconocían como su líder.
—¿No intentó controlarlos? —preguntó Yoongi, con la mirada fija en el
beta.
—¿Es posible lograrlo? —cuestionó Hoseok con una sonrisa ladina—. Por
supuesto que lo intentó, pero lo único que consiguió fue que los lobos se
atacaran entre ellos y perdieran el control —expresó—. Fue entonces que
tuve la idea del suero.
Jung dejó encima de la mesa la caja con las esferas de liquido púrpura. A
continuación explicó cada detalle del componente, detalló con especial
cuidado las razones por las que fue hecho, así como las consecuencias que
generaría en los lobos, y las formas que existían para evitarlo.
—¿Cómo podemos saber que el suero es tan letal como dices? —cuestionó
HyunJin, mientras sostenía una esfera entre sus dedos y la analizaba con
cuidado.
—Si quieren presenciar sus efectos puedo probarlo sin problemas, sólo
necesito un lobo legendario —respondió Hoseok con una frialdad increíble.
—No tocarás a ninguno de mis soldados —gruñó Yoongi, mostrándole los
colmillos en amenaza.
Hoseok no se intimidó. Miró al alfa con el mismo temple impenetrable de
siempre, y cuando habló, lo hizo exclusivamente para Yoongi.
—Tus lobos se convertirán en perros salvajes en el campo de batalla, tú
mismo podrías hacerlo si eres afectado por el suero —le recordó—. Kaisa
está confiado, a él no le importa que masacren a su ejército porque sabe que
al final podría obtener lo que quiere.
Fue entonces que con las palabras dichas por Jung, Taehyung descubrió
algo importante.
—Los legendarios —susurró, y aunque se escuchó bajo, obtuvo la atención
de todos los presentes—. Kaisa está esperando que los legendarios acudan al
campo de batalla para dar la cara.
—Sí —apoyó Hoseok, con la mirada puesta en Yoongi—. Le di un arma
poderosa y la va a usar.
—¿Por qué hiciste algo tan estúpido? —inquirió Amira. No conocía al tipo
que estaba frente a ella, pero si estaba ahí era porque resultaba ser alguien
importante.
—Cuando eres un infiltrado tienes que hacer cosas incorrectas para
sobrevivir —respondió Hoseok—. Como les dije antes, con la muerte de mi
líder y la ascensión de Jimin tenía que volver. Primero me aseguré que el
arma que Kaisa utilizara fuese creada por mí, así podría saber cómo evadirla
o vencerla.
Las pruebas estaban frente a ellos. Las esferas con el suero fueron tocadas
y analizadas por todos los presentes; también escucharon la explicación
detallada que el beta de cabello gris les otorgó, y sus ojos miraron los
componentes utilizados para crear el arma que afectaría a los legendarios,
como también conocieron lo necesario para crear la defensa que desactivaría
sus efectos.
—Es brillante —fue todo lo que Hwasa dijo luego de una detallada
exposición ofrecida por Jung Hoseok.
Luego de un silencio que resultó extenuante, Yoongi habló:
—Mis soldados tienen la capacidad de pelear en su forma humana —inició
con voz controlada—. Sin embargo, son más letales y rápidos en su forma
animal.
—Podemos modificar la armadura de los lobos legendarios —propuso
Taehyung—. Ayudará para protegerlos de ese suero.
—Es una buena idea —murmuró SeokJin, para luego concentrarse en
Hoseok—. ¿Podrías hacer el suero de defensa para el ejército del general
Min?
—Por supuesto —aceptó sin vacilación—. Pero siempre hay un problema,
y es el número de lobos —miró a Yoongi—. ¿Por cuántos legendarios está
formado tu ejército?
—Once mil lobos —respondió.
—Puedo crear el suero de defensa para esa cantidad. El problema será el
tiempo que llevará administrarlo a cada lobo —explicó el beta peligris.
—No habrá problemas —intervino Taehyung, y por primera vez en esa
reunión Hoseok hizo contacto visual con el omega—. Este campamento tiene
un personal médico de treinta y cinco personas, los pondremos a tu
disposición para que protejan al ejército de legendarios.
—Bien —accedió—. Solicito permiso para hacer uso del laboratorio,
comandante.
—Concedido —respondió SeokJin—. ¿Cuánto tiempo tomará?
—Tres días —informó Hoseok—. Luego los legendarios podrán pelear en
el campo de batalla sin correr riesgos.
—Jung —llamó Yoongi, ganándose la atención del mencionado—. El
primer lobo que inyectarás será a mí. Quiero asegurarme que el suero no es
dañino para mis soldados, de lo contrario no les pondrás un dedo encima.
—Será un placer, general —afirmó el beta, para luego retirarse del salón de
reuniones para comenzar a trabajar.
Entonces, el líder de los legendarios se concentró en el comandante Kim
con el objetivo de hacerle una pregunta directa.
—Comandante, ¿realmente confía en Jung Hoseok?
La respuesta que obtuvo fue abstracta, pero que al mismo tiempo resultó
convincente para los demás, incluido el mismo Yoongi.
—YoonWoo confió en Hoseok hasta el final de sus días, y para mí es más
que suficiente.
Todos los generales y el sucesor despidieron al comandante supremo con
un saludo militar. Cuando quedaron solos, iniciaron conversaciones más
relajadas, hasta que Yoongi hizo un pedido inusual que despertó la curiosidad
de los presentes.
—Necesito la ayuda de todos ustedes —inició el líder de los legendarios,
desencadenando una indescriptible euforia cuando explicó lo que quería
hacer.
El alfa ingresó a la habitación donde su omega continuaba descansando. A
decir verdad, era un poco difícil mantener a Jimin tranquilo, pudo conseguirlo
porque tanto el líder como él ansiaban el bienestar del cachorro.
—Deberías estar en la cama —comentó Yoongi al mirar como el menor
caminaba alrededor de la habitación.
—El doctor me dijo que ya podía caminar sin sufrir riesgos —respondió
Jimin—. No quiero ver esa odiosa cama, estoy harto.
—Y bastante irritado —agregó el alfa, ganándose un gruñido corto del
pelinegro que le arrancó una sonrisa.
—Cállate, mejor dime cómo resultó la reunión.
—Si me callo no podré responder, y si hablo estaré desobedeciendo la
orden de mi superior y podrían matarme por ello.
El comentario lleno de diversión irritó más a Jimin. El omega tomó una
almohada y la lanzó en dirección al alfa que ya reía abiertamente, sin temor a
la muerte asegurada que tendría si continuaba jugando con la paciencia del
líder.
—¿Crees que es gracioso? —preguntó el omega con absoluta seriedad.
—Un poco, sí —admitió Yoongi con un encogimiento de hombros.
El pelinegro estaba a punto de soltar humo por las orejas, las mejillas rojas
lo anunciaban. El alfa se acercó con tranquilidad y estrechó el cuerpo más
pequeño entre sus brazos, para luego enterrar la nariz en la cabellera oscura
donde robó del aroma dulce que tanto le encantaba.
—Ganamos el último enfrentamiento y no ha habido señales de los
rebeldes —informó Yoongi con voz suave—. Taehyung está haciendo un
buen trabajo —reconoció—. Hoseok se reunió con todos los mandos del
ejército y mostró las pruebas necesarias, también explicó todo lo referente al
suero y al componente de defensa que utilizará en mi ejército para que no
seamos afectados por Kaisa.
—¿Accediste? —inquirió el omega, mientras permanecía con el rostro
oculto en el pecho del mayor.
—No había opción, mi líder —respondió—. Voy a arriesgarme y confiar
en Jung.
—¿Y por eso viniste tan feliz y humorístico? —preguntó Jimin, saliendo
de su escondite para mirarlo a los ojos.
Yoongi rió, besó la nariz pequeña de su omega para luego responder:
—No, es por otra razón —murmuró, perdido en los ojos oscuros del líder
Park.
—¿Cuál? —curioseó Jimin, abrazando la cintura del alfa.
El mayor de ambos desvió la mirada por un instante, sintió como ambas
mejillas se calentaron así que seguramente estaban sonrojadas. El corazón
acelerado, conectado con el único pensamiento que rondaba en su mente,
mismo que le animó a hablar.
—Omega... ¿aún quieres casarte conmigo? —indagó con cautela, sin
perderse las emociones reflejadas en el rostro del menor.
—Por supuesto que sí, alfa —respondió con seguridad y una mirada
brillante que hizo saber a Yoongi que no había dudas en lo que estaba por
hacer.
—Entonces casémonos —pidió, con sus ojos dorados rebosantes de anhelo
—. Casémonos esta noche.
Próximo capítulo: boda Yoonmin. No es simulacro. ❤
Espero que el capítulo les haya gustado, y si no es así, no me digan.
¡Hasta el próximo capítulo!
⛓Yoon~
⛓Chapter sixty five!
⛓Yoon~
⛓Chapter sixty seven!
⛓Yoon~
⛓Chapter sixty eight!
⛓Yoon~
⛓Chapter sixty nine!
⛓Yoon~
⛓Chapter seventy!
⛓Yoon~
⛓Epilogue: fire and blood!
⛓Yoon~
⛓Thanks!
Holaaa.
Me siento muy feliz, la verdad es que al principio no me imaginaba
que se sentiría tan satisfactorio el final que decidí para este libro.
La idea inicial de Alpha's owner era algo más sencillo, de hecho puede
verse en los primeros capítulos. Tenía pensado hacer una trama más
tóxica, con más escenas de sexo y más de lo mismo.
Pero luego me pregunté, ¿y si agrego algo que en verdad sea
interesante? Me nació la necesidad de hacerlo y me aventé de una,
creando todo en base a lo que tenía para darle una abofeteada a la idea
básica del principio y tratar de mejorarla.
Y bueno, he aquí los resultados.
Quiero que sepan que mis libros no están destinados para ser
perfectos. Soy consciente que me falta mucho por aprender; sin
embargo, me divierto estando aquí, y me hace feliz encontrarme con
ustedes a través de las letras que soy capaz de escribir.
Así que, gracias. Infinitas gracias por la valiosa oportunidad que
decidieron otorgarme al leer este libro. Gracias por la paciencia. Gracias
por votar, por comentar.
Simplemente gracias por existir del otro lado de esta pantalla y
hacerme saber que son personas invaluables que merecen sólo lo mejor.
Y, como siempre hago cada vez que termino un libro, me gustaría que
me dejaran su opinión final de Alpha's owner, ¿qué les pareció?
Si piensan que valió la pena, pueden recomendarlo con sus amigos. Lo
agradecería muchísimo.
Si tienen alguna duda respecto al libro o alguna curiosidad, pueden
dejarla por aquí y les estaré respondiendo en cuanto pueda.
También déjenme:
⛓Personaje favorito.
⛓Momento favorito.
⛓Pareja favorita.
Espero que podamos seguirnos encontrando en mis demás historias.
Hasta entonces, manténganse saludables y sonrían siempre que tengan
los deseos de hacerlo.
Mi Instagram: @moondreams774.
Mi cuenta de respaldo: yoon_dreams.
Les quiero montones, les mando un abrazo y un beso enorme. ❤
Se despide, Yoon.
Inició: 23/06/2022.
Finalizó: 31/10/2023.
Yoon~