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Conocer más sobre la Teoría Polivagal nos permitirá comprender el funcionamiento de nuestro cuerpo, cómo nos afectan los eventos
traumáticos vividos y por qué pueden contribuir en el desarrollo de patologías físicas y psíquicas.
También se encarga de nuestra supervivencia y de cómo respondemos frente a eventos estresantes. Escanea constantemente el entorno en
busca de señales de seguridad y peligro.
Porges plantea que podemos dividir el SNA en tres ramas distintas, cada una correspondiente a los tipos de respuesta que puede dar el SNA.
1. Rama parasimpática ventral del nervio vago. Esta rama se activa para dar respuesta a situaciones de calma en las que no hay
estímulos amenazantes. Nos sentimos tranquilos, relajados y conectados con el entorno. Es el sistema de participación social, en el
que tenemos un estado de activación fisiológica óptima, nos sentimos seguros y somos flexibles, esto facilita el establecer vínculos.
2. Rama simpática. Esta rama se activará cuando se detecte un peligro. Se prepara al cuerpo para luchar o huir. Aumenta el ritmo
cardíaco y la respiración. Se libera adrenalina y cortisol y se envía sangre a los músculos para prepararlos.
3. Rama parasimpática dorsal del nervio vago. Esta última rama se activará, de forma inconsciente, cuando se valore que el peligro es
tan grande que no podemos hacer nada, nos inmoviliza. El ritmo cardíaco, la presión sanguínea y la temperatura corporal se reducen y
se liberan endorfinas para reducir la sensación de dolor.
Cuando el SNA funciona correctamente es capaz de pasar de un estado a otro con fluidez o mezclar los estados. Esto nos ayuda a manejar el
estrés y a ser resilientes ante acontecimientos negativos, a recuperarnos y seguir adelante.
Cuando alguien ha experimentado un trauma, su capacidad para escanear el entorno en busca de señales de peligro puede verse sesgada. El
objetivo de nuestro cuerpo es ayudarnos a no volver a experimentar un momento aterrador como ese, por lo que hará lo que sea necesario para
protegernos.
A medida que nuestro sistema de vigilancia se pone en marcha, puede interpretar muchas señales en nuestro entorno como peligrosas, incluso
aquellas señales que otras personas pueden percibir como neutrales o benignas.
Muchos problemas físicos y emocionales pueden surgir de un SNA crónicamente desregulado. Cuando el SNA se atasca en los estados de
supervivencia, nuestra biología cambia de enfoque de las tareas que nos mantienen sanos y felices a sobrevivir ante la percepción de amenazas
inmediatas. En consecuencia, habrá un aumento de ciertas hormonas, como el cortisol, puede aumentar la presión arterial y el ritmo cardíaco,
activar o detener el sistema digestivo, etc. Una respuesta del organismo que no es adecuada en ese momento determinado y que es dañina.
Muchas patologías crónicas y difíciles de diagnosticar se pueden atribuir a una disfunción del SNA (desórdenes digestivos, enfermedades
autoinmunes, fatiga crónica, dolor crónico y migrañas).
Esto se pudo demostrar en un estudio realizado por Kaiser y el CDC (Centro de Control de Enfermedades), en el que contaron con más de 17.000
pacientes. Se observó la relación que existe entre las experiencias adversas vividas en la infancia y el bienestar a largo plazo. Los resultados
indicaron que, en general, cuantas más experiencias adversas se han vivido en la infancia más probabilidad de padecer enfermedades como:
cáncer, abuso de drogas, infarto, diabetes, enfermedad del corazón, intento de suicidio, obesidad y depresión. En los casos en que habían
experimentado seis o más eventos adversos en la infancia, la esperanza de vida disminuía casi 20 años.
Es fundamental que aprendamos a escuchar nuestro cuerpo. Cada persona responde de una forma distinta a un mismo estímulo, observar
cómo respondemos ante ciertas situaciones será de gran ayuda. Qué es lo que nos hace sentir seguros o si ante una amenaza nuestra primera
reacción es luchar o quedarnos paralizados, esto nos facilitará conocernos mejor y nos llevará a modificar nuestros patrones de respuesta.
Nuestro SNA está constantemente comunicándose y sintonizando con los demás, tenemos tendencia a reproducir los estados de quienes nos
rodean. Conectar con personas que están seguras, sintonizadas y presentes es una buena manera de restaurar un SNA saludable.
Realizar actividades que nos hacen sentir mejor, como yoga, bailar, pasar tiempo en la naturaleza, hacer ejercicio, etc. también pueden ayudar.
Es posible volver al estado de regulación abordando el trauma desde diferentes enfoques terapéuticos.
Somatic Experiencing
El Somatic Experiencing pretende restablecer el equilibrio del sistema nervioso, mejorar la capacidad de afrontar el estrés, aumentar la vitalidad,
y la capacidad de vivir activamente.
Desde esta perspectiva terapéutica, se determina y se evalúa si la persona se ha quedado anclada en una respuesta de lucha, huida o
congelación, a través de la memoria corporal, para así poder proporcionarle las herramientas necesarias para lograr su regulación de manera
natural.
ISF Neurofeedback
El Neurofeedback es una técnica que pretende entrenar el cerebro en la regulación de ciertos patrones de ondas que pueden estar desregulados.
Concretamente, el ISF Neurofeedack se centra en el entrenamiento de las frecuencias más bajas. Son estas frecuencias las que están
relacionadas con las funciones del SNA. Por lo tanto, a través de este entrenamiento se busca que la persona pueda conseguir su equilibrio, un
estado de calma y seguridad.
Superar los traumas y liberarnos del bloqueo llevará a la regulación del SNA. No se trata de estar siempre tranquilos o movilizados, si no de tener
un SNA flexible y resiliente que pueda evaluar y responder adecuadamente.
Los 4 estilos de apego de la Teoría del Apego y su importancia
Me gustaría hablar hoy sobre los 4 estilos de apego de la Teoría del Apego, ya que, puede ayudarnos a explicar algunas de las dificultades que
sufrimos en la infancia y también en la edad adulta. De esta manera, podemos llegar a comprender mejor lo que nos ha sucedido y lo que nos
está sucediendo ahora.
La Teoría del Apego fue desarrollada por el psiquiatra británico John Bowlby en la década de 1960. Esta teoría se centra en las relaciones y los
lazos que se establecen entre las personas, especialmente en las relaciones a largo plazo, incluidas las relaciones entre progenitores e hijos y
entre parejas románticas. Para Bowlby nuestra autoestima, la capacidad de controlar nuestras emociones y la calidad de nuestras relaciones se
ven afectadas por nuestro estilo de apego.
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1. ¿Qué es el apego?
1. ¿Qué es el apego?
El apego se puede definir como un vínculo emocional profundo y duradero entre dos personas. Las relaciones de apego se caracterizan
por buscar la cercanía del otro y sentirnos más seguros cuando estamos en presencia de la figura de apego.
Vamos a hablar más profundamente sobre este vínculo emocional que es tan importante para los seres humanos desde los primeros meses de
vida del bebé hasta la edad adulta. Bowlby creía que los primeros lazos formados por los niños con sus cuidadores (generalmente, la madre y el
padre) tienen un tremendo impacto que continúa durante toda la vida. Sugirió que el apego también sirve para mantener al bebé cerca de la
madre, mejorando así las posibilidades de supervivencia del niño.
El tema central de la teoría del apego es que los cuidadores principales que están disponibles y respondan a las necesidades del bebé de manera
adecuada, permiten al niño desarrollar una sensación de seguridad. El bebé sabe que puede confiar en su cuidador, lo que crea una base
segura para que el niño explore el mundo.
«La confianza ilimitada en la accesibilidad y apoyo que pueden brindar las figuras de apego constituye la base de desarrollo de
una personalidad estable y segura de sus propias fuerzas».
John Bowlby
¿Sientes que tu niño interior está herido? ¿Te gustaría tener una relación más sana
Los padres y madres de niños con apego seguro tienden a jugar más con sus hijos. Además, estos padres y madres reaccionan más
rápidamente a las necesidades de sus hijos. Seguir los principios básicos de la crianza con apego puede ayudarnos a establecer un apego
seguro con nuestros hijos.
La capacidad de respuesta de los cuidadores a las necesidades del bebé durante el primer año de vida del niño.
Las madres y padres que responden de manera inconsistente tienden a tener bebés que exploran menos, lloran más y están más ansiosos.
Las madres y padres que constantemente rechazan o ignoran las necesidades de sus bebés tienden a tener hijos que intentan evitar el
contacto.
Como adultos, aquellos que están unidos de manera segura tienden a tener que confiar en las relaciones a largo plazo. Otras características
clave de las personas con apego seguro incluyen tener una alta autoestima, disfrutar de relaciones íntimas, buscar el apoyo social de otros y la
capacidad de compartir sentimientos con otras personas.
El apego ansioso – ambivalente es relativamente poco común. Las investigaciones que se basan en la observación han encontrado que el estilo
de apego ansioso – ambivalente está relacionado con la baja disponibilidad paterna o materna.
Comparto esta infografía con las características principales de cada uno de los tipos de apego:
Aunque Bowlby no cuestionó la posibilidad de que los niños formen vínculos múltiples con diferentes personas, mantiene la opinión de que el
vínculo más fuerte de todos es el que se establece entre la madre y el bebé. En opinión de Bowlby, este es el más importante de los vínculos
porque es la primera conexión que establece el bebé.
La teoría del apego examina cómo se desarrolla el vínculo entre el cuidador y el niño. Además, explica el impacto que tiene este vínculo en
el desarrollo posterior. Bowlby trabajó como psicólogo en una clínica de Londres donde trató a niños con distintas dificultades a nivel psicológico.
Durante este tiempo, Bowlby se dio cuenta de lo importante que es la dinámica que se establece entre padres e hijos. También se percató del
efecto que ésta podía tener en el desarrollo social, emocional y cognitivo de los seres humanos. Todo esto le llevo a desarrollar la teoría del
apego. Bowlby definió el apego de la siguiente manera:
«El apego es un vínculo emocional profundo y duradero que conecta a una persona con otra a través del tiempo y el espacio».
John Bowlby
Al explorar más a fondo la relación entre el cuidador principal y su bebé, Bowlby descubrió (junto a su compañero Robertson) que cuando se les
separaba de uno de los progenitores, los niños mostraban constantemente signos de angustia. Bowlby y Robertson observaron que no se
podía consolar a los niños cuando uno de los padres estaba ausente.
Según Bowlby, el apego se distingue por comportamientos específicos de los niños, como buscar la cercanía con una figura de apego cuando
se sienten molestos o amenazados.
Tal y como veremos más adelante en otro apartado, Mary Ainsworth desarrolló la primera herramienta para evaluar el tipo de apego lo que
amplió enormemente la teoría del apego de Bowlby.
1. Mantenimiento de proximidad: Es el deseo de estar cerca de las personas a las que estamos apegados.
2. Refugio seguro: Regresar a la figura de apego en busca de comodidad y seguridad frente a un miedo o amenaza.
3. Base segura: La figura de apego actúa como una base de seguridad desde la cual el niño puede explorar el entorno que lo rodea.
4. Angustia por separación: Es la ansiedad que se presenta ante la ausencia de la figura de apego.
Bowlby también desarrolló tres ideas fundamentales sobre la teoría del apego. Primero, sugirió que cuando los niños son criados con la
confianza de que su principal cuidador estará disponible para ellos, es menos probable que experimenten miedo que aquellos que son criados sin
tal convicción.
En segundo lugar, creía que esta confianza se forja durante un período crítico del desarrollo, especialmente durante los primeros años de la
infancia. Las expectativas que se forman durante ese período tienden a permanecer relativamente sin cambios el resto de la vida de la persona.
De ahí que el apego sea tan importante.
Finalmente, sugirió que estas expectativas que se forman están directamente ligadas a la experiencia. Es decir, los niños desarrollan expectativas
de que sus cuidadores responderán a sus necesidades porque, en el pasado respondieron adecuadamente.
En este estudio, los investigadores observaron a niños de entre 12 y 18 meses mientras respondían a una situación en la que los dejaban solos
brevemente y luego se reunían con sus madres. Se estudiaba cómo reaccionaban los niños ante la separación de la madre.
Más concretamente, en este estudio se dejaba a las madres y sus bebés jugando en una habitación con juguetes en el suelo y con varios otros
adultos que entraban y salían de la habitación. En algún momento, las madres se levantaban y salían de la habitación sin su hijo. Después de un
tiempo, regresaban. El objetivo de este estudio era observar cómo los niños respondían primero a la partida de su cuidador y luego al regreso de
este.
La habitación en la que tenía lugar el experimento contaba con vidrio unidireccional para que los investigadores pudieran observarse fácilmente
las reacciones de los niños. En el estudio participaron un total de 100 familias estadounidenses de clase media.
En resumen, en base a todas estas respuestas que observaron los investigadores, Ainsworth describió tres tipos principales de apego: apego
seguro, apego ansioso – ambivalente y apego evitativo. Más tarde, agregaron un cuarto estilo de apego llamado apego desorganizado. Desde
entonces, varios estudios han apoyado los estilos de apego de Ainsworth y han indicado que los estilos de apego también tienen un impacto en
los comportamientos futuros de los seres humanos.
En este vídeo podemos ver cómo Mary Ainsworth llevaba a cabo la situación extraña en sus investigaciones.
Sin embargo, el amor y las relaciones suelen ser complicadas y no son tan simples como nos gustaría.
¿Has notado patrones repetidos en el tipo de parejas que eliges? ¿Te has preguntado por qué siempre acabas en situaciones similares (incluso
con diferentes parejas)? ¿Te vuelves celoso? ¿Tiendes a involucrarte en la relación más que la otra parte? ¿Te gusta alguien, pero cuando la cosa
se pone seria huyes de la relación?
Si has notado un patrón de conductas poco saludables o que afectan negativamente a tu salud mental, podría ser interesante profundizar y
explorar la forma en la que te apegas y estableces vínculos con otras personas. Entender qué son los estilos de apego y explorar sobre el tipo de
apego que desarrollaste con tu cuidador principal, posiblemente te ayude. Por supuesto, la mejor manera de hacer esto es con el
acompañamiento de un psicólogo.
Si bien la forma de relacionarnos en nuestra adultez puede no corresponderse exactamente con los apegos de la primera infancia, no hay duda
de que nuestras primeras relaciones con los cuidadores desempeñan un papel fundamental en el desarrollo. Además, al comprender mejor la
importancia del apego, puedes obtener una mayor comprensión de cómo los primeros apegos en tu vida pueden afectar a tus relaciones adultas.
Si te gustaría explorar más estos aspectos, sin duda, te aconsejaría iniciar un proceso terapéutico para que puedas trabajar sobre estos aspectos y
muchos otros.
Te dejo otros artículos que creo que podrían resultarte interesantes: ¿Qué es la terapia de aceptación y compromiso (ACT)? y Por qué ver a un
psicólogo no es lo mismo que hablar con un amigo.
Referencias bibliográficas
Bowlby, J. (1969). Attachment and loss. (OKS Print.) New York: Basic Books.
Bowlby, J. (1977). The making and breaking of affectional bonds. The British Journal of Psychiatry, 130(3): 201-210.
Delgado, A. O., & Oliva Delgado, A. (2004). Estado actual de la teoría del apego. Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del
Adolescente, 4(1), 65-81.
López, F. (2006). Apego: estabilidad y cambio a lo largo del ciclo vital. Infancia y aprendizaje 29 (1), 9-
23. https://doi.org/10.1174/021037006775380830
https://iratxelopezpsicologia.com/los-4-estilos-de-apego-de-la-teoria-del-apego-y-su-importancia/#:~:text=Hay
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27/8/23