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Por lo tanto, es la potestad de administrar justicia, función de uno de los órganos del Estado, y
ella emerge de su soberanía, como lo consagran las constituciones.
A la palabra jurisdicción se le dan a menudo diversos significados jurídicos, y así se usa como
sinónima de competencia, lo cual es un error; en ciertas ocasiones se la emplea para indicar el
conjunto de poderes o atribuciones de un órgano del poder público, bien sea el legislativo, el
ejecutivo o el judicial; se la usa también para precisar el ámbito territorial en donde el Estado
ejerce su soberanía o el territorio en que el juez cumple sus funciones; y finalmente, en un
sentido objetivo se dice que es el conjunto de asuntos sometidos al conocimiento del juez.
Estas acepciones son impropias y erradas, especialmente la primera y la última.
Tampoco debe confundirse la jurisdicción con las funciones de los jueces, porque algunas de
éstas son administrativas y no jurisdiccionales, como la de nombrar empleados, reglamentar
sus funciones en lo que la ley no lo haga, cobrar sus sueldos, cumplir el horario de trabajo,
nombrar otros jueces, elaborar listas de personas que pueden ser nombradas, y otros. El fin
principal de la función jurisdiccional es satisfacer el interés público del Estado en la realización
del derecho y la garantía del orden jurídico y de la vida, la dignidad y la libertad individual, en
los casos concretos y mediante decisiones que obliguen a las partes del respectivo proceso,
para que haya paz y armonía social; su fin secundario es satisfacer el interés privado en la
composición de los litigios y en el juzgamiento de quienes resulten imputados de ilícitos
penales, mediante el proceso, o en obtener el fin concreto especial que los interesados
persigan con éste (porque no siempre existe litigio en el proceso).
Por consiguiente, al lado del elemento subjetivo tenemos que colocar los elementos formal,
material y funcional para que la noción del acto jurisdiccional quede completa
El elemento subjetivo comprende, además del juez o magistrado, a las partes y a los terceros
que intervienen en el proceso ya formado. Por este aspecto se diferencia de las actividades de
la administración encaminadas a desatar conflictos, en las cuales no interviene un juez, como
sucede en asuntos de aguas y bosques públicos, baldíos, marcas y patentes, transportes, y en
algunos puntos relacionados con el control de sociedades anónimas, bancos, compañías de
seguros y otras, a través de las respectivas superintendencias. Pero sin que esto sólo delimite
las características de esos actos administrativos y las de los jurisdiccionales. El elemento formal
lo constituye el procedimiento que se ha de seguir, las normas contenidas en los respectivos
códigos procesales (civil, laboral, penal, militar, contencioso-administrativo y fiscal). Pero
también la administración está sujeta a un procedimiento para conocer, estudiar y resolver las
peticiones que se formulen, con recursos e impugnaciones, términos y formalidades; de ahí
que la sola existencia de un procedimiento no sirva para distinguir las dos funciones. El
elemento material o contenido de la jurisdicción se presta a controversias, porque concierne a
los fines del proceso y de sus funciones, respecto a los cuales existen muchas discrepancias
23. Definición.
Desde un punto de vista funcional y general, pero en sentido estricto, podemos definir la
jurisdicción como la soberanía del Estado, aplicada por conducto del órgano especial a la
función de administrar justicia, principalmente para la realización o garantía del derecho
objetivo y de la libertad y de la dignidad humanas, y secundariamente para la composición de
los litigios o para dar certeza jurídica a los derechos subjetivos, o para investigar y sancionar los
delitos e ilícitos de toda clase o adoptar medidas de seguridad ante ellos, mediante la
aplicación de la ley a casos concretos, de acuerdo con determinados procedimientos y
mediante decisiones obligatorias.
De lo expuesto se deduce que así como el Estado tiene la obligación de actuar mediante su
órgano jurisdiccional para la realización o la certeza de los derechos y para la tutela del orden
jurídico, cuando el particular o una entidad pública se lo solicita con las formalidades legales, o
cuando ocurre un hecho ilícito penal, así también el Estado tiene el poder de someter a su
jurisdicción a quienes necesiten obtener la composición de un litigio o la realización de un
derecho o hayan incurrido en un ilícito penal. De ahí que la jurisdicción pueda ser considerada
por un doble aspecto:
a) como un derecho público del Estado y su correlativa obligación para los particulares, y
b) como una obligación jurídica del derecho público del Estado de prestar sus servicios para
esos fines, de la cual se deduce el derecho subjetivo público de toda persona de recurrir ante
él, a fin de poner en movimiento su jurisdicción mediante el ejercicio de la acción, para que se
tramite un proceso o se adelante la investigación previa o sumarial por un juez.
Esa obligación del Estado se encuentra consagrada directamente por la norma legislativa o el
derecho objetivo que la regula y delimita, y de ahí que la misma ley sancione al juez que con
cualquier pretexto deniegue justicia. “Los jueces o magistrados que rehusaren juzgar
pretextando silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley, incurrirán en responsabilidad por
denegación de justicia”. Luego incurren en ese ilícito, con mayor razón, si lo rehúsan por
cualquier otro pretexto.
Para nosotros, la doctrina del derecho subjetivo público, que se complementa con la noción de
la jurisdicción como deber ju rídico del Estado, expuesta tan admirablemente por Ugo Rocco
en su Tratado, es la acertada y técnica.
La competencia, en sentido amplio, examina la función formal del derecho, luego se considera
que el derecho, la costumbre y la jurisprudencia
La palabra competencia a menudo tiene varios significados legales , y por lo tanto se usa como
sinónimo de competencia, lo cual es un error;
en algunas ocasiones se usa para indicar las facultades generales o atribuciones de un órgano
de poder público, ya sea legislativo, ejecutivo o judicial;
también se usa para especificar el área territorial donde el Estado ejerce su soberanía o el
territorio sobre el cual el juez ejerce sus funciones;
y finalmente, en sentido objetivo , decimos que él del conjunto de materias sometidas al
conocimiento del Estos significados son impropios y erróneos, en particular el y el último.
Por tanto, junto al elemento subjetivo, necesitamos los elementos formales, material y
funcional para que el acto jurisdiccional sea completo.
El elemento subjetivo incluye, además del juez o magistrado, las partes y terceros involucrados
en el proceso ya
Por este aspecto, se distingue de las actividades de encaminadas a desencadenar conflictos, en
las que no juzga, como es el caso de con respecto al agua y las marcas públicas, baldías, y
patentes, de y sobre ciertos asuntos relacionados. controladoras, compañías de seguros y
otras, a través de las superintendencias
Pero sin eso, sólo delimita las de estos actos administrativos y las de los actos jurisdiccionales.
El elemento formal está constituido por el procedimiento a seguir, normas contenidas en los
respectivos códigos procesales.
Pero la administración también está sujeta a un procedimiento para estudiar y resolver las
solicitudes que se le formulen, con controversias, plazos y formalidades;
de ahí que la sola existencia de un procedimiento no sirva para distinguir las dos funciones.
El elemento material o de contenido de la jurisdicción es controvertido, pues se trata de los
fines del proceso y funciones, respecto de los cuales existen muchas discrepancias
Desde un punto de vista funcional y general, pero estrictamente hablando, se puede definir
competencia como la soberanía del Estado, ejercida por intermedio de el órgano especial para
administrar justicia, principalmente para la realización o la consecución de derechos humanos
y libertades objetivas , y en segundo lugar para la composición de controversias o para dar
seguridad jurídica a derechos subjetivos , o para y sancionar delitos y actos ilícitos de algún
tipo o adoptar medidas de seguridad contra ellos, la aplicación de la ley a casos específicos, en
determinados procedimientos y mediante decisiones vinculantes.
se les recuerda que deben actuar en el marco del procedimiento y no por capricho, tan
importante para la libertad y seguridad de las personas, finalmente el carácter vinculante de
las decisiones de justicia es
NATURALEZA.
JURISDICCIÓN COMO DERECHO PÚBLICO SUBJETIVO Y COMO OBLIGACIÓN DEL ESTADO.
De lo anterior, podemos deducir que, de ello el Estado tiene la obligación de actuar a través de
su jurisdicción para la realización o certeza de los derechos para la protección del
ordenamiento jurídico, cuando el lo solicita el particular o entidad pública con las formalidades
legales, cuando se produce un hecho delictivo ilegal, el estado también tiene la facultad de
someter a a su jurisdicción a quienes han de obtener la composición de un juicio o la
realización de uno o que han incurrido en un delito penal.
Así, la jurisdicción puede como un derecho público del estado y una obligación correlativa
como un derecho público legal del estado de proporcionando es para estos efectos, de lo cual
se deduce el derecho subjetivo de cualquier persona a recurrir a él, a fin de desencadenar la
jurisdicción por el ejercicio de la acción, a fin de que un juicio sea o sea preliminar o
investigación sumaria de un juez sea
Esta obligación del Estado está directamente consagrada por la ley legislativa o la objetiva que
la regula y delimita, y por tanto la misma ley sanciona al juez bajo cualquier pretexto, niega
justicia.
"Los jueces o magistrados que se negaren a juzgar bajo silencio, oscuridad o insuficiencia de la
ley, incurrirán en responsabilidad por denegación de justicia".
Entonces incurren en este delito, más aún, si lo hacen con otro pretexto.
Para nosotros, la doctrina del derecho público subjetivo, que complementaba con la noción de
jurisdicción como obligación jurídica del Estado, tan admirablemente expuesta por Ugo Rocco
en su obra, es la correcta y técnica.