El estudio que desarrollamos plantea la incidencia de la argumentación jurídica,
tras la motivación de las resoluciones judiciales dando reflexiones iniciales con
el propósito de que la labor judicial sostiene razones que pueda verse más fortalecida a partir de la identificación de conceptos matrices en relación de ideas. La argumentación jurídica contribuye a la motivación de las resoluciones judiciales al proporcionar las razones legales y fácticas que justifican la decisión. Esto es especialmente importante en el sistema de justicia, donde la legitimidad de las decisiones judiciales depende en gran medida de su capacidad para ser razonadas y justificadas de manera transparente y coherente.
La argumentación jurídica nos enseña a construir razones con las cuales
sustentamos una decisión con relevancia jurídica. La argumentación es el soporte y fundamento los jueces a la legitimidad, que tiene un modelo de normas jurídicas. En resumen, la argumentación jurídica es una herramienta esencial en la motivación de las resoluciones judiciales, ya que proporciona la justificación necesaria para las decisiones y contribuye a la transparencia, la previsibilidad y el control de la actividad judicial. (Decisión Jurídica): Se deriva lógicamente de combinar la premisa mayor con la premisa menor. En otras palabras, se aplica la regla general del derecho a los hechos del caso para llegar a una decisión específica. Y se aplica en la: Resolución de conflictos El Derecho no debe aspirar a llegar a la verdad, sino a resolver problemas concretos, ya que si su objetivo es el primero caerá en cuestiones subjetivas, como la moral Principio de legalidad De acuerdo con el Tribunal Constitucional, el principio de legalidad impone tres exigencias: “la existencia de una ley la intervención del Derecho sobre determinada realidad construirá el discurso jurídico, el cual se constata en tres circunstancias concretas La existencia de una Ley y que la Ley describa un supuesto y de hecho estrictamente determinado . Propia de la función legislativa, se aprecia en la expedición de leyes las cuales han sido definidas como “las prescripciones normativas generales y escritas emanadas del Congreso de la República, conforme a un procedimiento prefijado por la Constitución. Propia de la administración de justicia, se concreta en la serie de incisos consagrados en el artículo 139º de la Constitución, especialmente en el quinto que reconoce el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, sobre el cual el Tribunal Constitucional se ha pronunciado señalando que “no se agota en la mera enunciación de la norma aplicable al caso, sino que importa de manera gravitante la acreditación de los hechos y la forma en que estos han sido introducidos en el proceso, a efectos de crear convicción en determinado sentido en el juzgador.
La motivación como resultado del ejercicio jurisdiccional
Consagrado en el artículo 139º inciso 5 de la Constitución, la motivación de las
resoluciones judiciales supera ampliamente al enunciado contenido en la Norma Fundamental que la reconoce como derecho, debido a que la motivación permite conocer las razones que han conducido al juzgador a la decisión adoptada.
Aplicación literal de los dispositivos jurídicos
La literalidad es un factor que juega en contra de la motivación de las
resoluciones judiciales desde el momento que se confunde al dispositivo legal con la norma jurídica, con lo cual se evidencia la ausencia de la interpretación a través de la institucionalización de la automaticidad en la aplicación de enunciados legales. ¿Subjetividad o arbitrariedad? Las resoluciones judiciales que, además de subsumir los hechos a sendos dispositivos legales, sustentan su fallo en el criterio de conciencia del juzgador sobre los hechos puestos a consideración.
los intereses propios de los funcionarios públicos, ya que la aplicación del
criterio de conciencia demuestra un claro interés del juez en la resolución del caso. ¿Cómo es eso posible? Muy simple, aunque el juez no se vea beneficiado directamente con la resolución del caso, su moral o su “deber ser de las cosas” determina que el simple amparo en un sinfín de dispositivos sea suficiente para expresar algún atisbo de lógica y concatenarlo con las que llama “normas” y emplear el tan odioso e ignorante criterio de conciencia, que gira en torno a la arbitrariedad. Moral y Derecho son como el agua y el aceite. Si no que lo diga Habermas quien, citado por Cortina, señala las distinciones entre ambas, al sustentar que “tanto las teorías de la justicia que encarnan el punto de vista moral como el procedimiento jurídico descansan en la idea de que la racionalidad del procedimiento que consiste en reconocer la superioridad del Derecho sobre la moral.
La Verdad Formal o La Verdad Material en El Proceso Civil - Apuntes para Reflexionar Sobre Cómo Puede Influir Esta Discusión en El Ejercicio Diario de La Abogacía