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Poder Judicial de la Nación

JUZGADO NACIONAL DE 1RA INSTANCIA DEL TRABAJO


NRO. 56
AUTOS: "VELAZQUEZ CARLOS ENRIQUE c/ GEVEX BIO FÁRMACOS
S.R.L. Y OTRO s/ DESPIDO"
SENTENCIA nº 9159 Expte. nº
68.267/15
Buenos Aires, 13 de abril de 2021.-

Y VISTOS:
Estos actuados en los que CARLOS ENRIQUE VELAZQUEZ
demandó a GEVEX BIO FÁRMACOS S.R.L. y RICARDO BONIFACIO TORRES,
diciendo haber ingresado a laborar a las órdenes del primero desde el 5/5/05, con
las tareas, horario y remuneración que indica. Relata que durante los primeros tres
meses los salarios fueron cobrados mediante facturas mensuales y correlativas por
expresa solicitud de su empleadora, quien registró el vínculo recién a partir del
3/10/05. Refiere que desde el inicio se desempeñó como viajante de comercio,
vendiendo, distribuyendo y cobrando los productos que comercializaba la
demandada. Sostiene que para ello recorría entre 7000 a 7500 km por mes, en un
principio con un automotor provisto por la empresa y desde enero/13 en adelante
con un vehículo propio, por cuyos gastos le abonaban la insuficiente suma de
$12.000.- mensuales. Manifiesta que, además, cobraba comisiones por venta que si
bien en su recibo figuraban por un importe fijo, este no reflejaba la realidad ya que
siempre eran considerablemente superiores, aunque pagadas en forma incompleta y
-asimismo- sin registro. Afirma que a este rubro a veces se lo identificaba como “a
cuenta de futuros aumentos” y recién a partir de mayo/13 empezó a liquidarse como
“comisiones por ventas”. Transcribe distintos mails de la contadora de la empresa
Agustina Bibiloni y asegura que, encontrándose pendiente el pago de los sueldos de
febrero, marzo y abril/15 y existiendo además una incorrecta liquidación de las
comisiones y otros conceptos, intimó mediante telegrama del 11/5/15 a fin de que se
registrase debidamente el vínculo laboral y se abonasen los gastos del automotor y
los salarios y comisiones adeudadas y mal liquidadas. Esgrime que, ante el silencio
guardado por la accionada, el 26/5/15 se consideró injuriado y despedido. Reconoce
que su empleadora envío tres cartas documento en forma extemporánea los días 26
de mayo y 2 y 6 de junio haciendo simples negativas generales. Finalmente, agrega
que Torres es responsable en su carácter de gerente de la sociedad demandada en
los términos de los arts. 54, 59 y 274 de la Ley de Sociedades. Practica liquidación
de los rubros reclamados.
A fs. 22/60 contestó la demandada GEVEX BIO FÁRMACOS S.R.L. la
acción incoada en su contra, negando -en forma genérica y específica- todos y cada
uno de los asertos vertidos en el inicio. Aduce en su defensa que el actor ingresó a
trabajar bajo su dependencia el 3/10/05, prestando servicios bajo la categoría
vendedor A del CCT 130/75 y con una jornada que se extendía de lunes a viernes
de 8 a 13 horas y de 15 a 18. Explica que sus tareas consistían en la venta y

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cobranza en la zona de Lobos y Saladillo de productos de nutrición y sanidad
animal. Reconoce que para ello le proveyó de un vehículo de su propiedad sin costo
alguno, siendo todo abonado contra presentación de los respectivos comprobantes.
Indica que percibía una remuneración de $12.595,80 que se integraba con los
rubros sueldo básico, antigüedad, presentismo y comisiones fijas por ventas. Refiere
que tal como es habitual en este tipo de actividades, el actor retenía de lo que
cobraba los importes correspondientes a su salario y a los gastos de traslado y
mantenimiento del vehículo. Sostiene que Velázquez efectuaba las rendiciones de
cobranzas completando de puño y letra un documento con membrete en el que
detallaba la fecha, los clientes, los importes y lo que retenía en concepto de gastos y
salario. Alega que a fines del mes de diciembre de 2014 se averió la camioneta Fiat
Fiorino que el actor utilizaba, por lo que éste propuso utilizar su propio vehículo si se
mantenían los reintegros de los gastos de traslado y mantenimiento, lo que así se
acordó. Aclara que el reintegro era siempre contra entrega de los respectivos
comprobantes y hasta un tope de $12.000.-. Así las cosas, manifiesta que cuando a
partir de enero/15 tomó la administración la contadora Bibiloni, advirtió
irregularidades en torno a la rendición de cobranzas y gastos de transporte por parte
del actor. A modo de ejemplo, menciona que pasaba gastos de combustible y
mantenimiento de la camioneta Ford Ranger cuando deberían haber sido de la Fiat
Fiorino por ser anteriores al 12/14, así como también que entregaba fotocopias de
comprobantes o comprobantes donde no se identificaba el gasto hecho por Gevex.
Por otra parte, también advirtió que el actor no había rendido la cobranza de la venta
de la camioneta Fiorino, circunstancia que motivó un pedido de explicaciones por
parte de Bibiloni y la exigencia de cumplimiento con las órdenes impartidas en torno
a la rendición de cobranzas y gastos. Afirma que ello fue desoído por el actor, quien
comenzó a efectuar una serie de reclamos sin sustento, primero vía correo
electrónico y luego por medio de telegramas. Asegura haber respondido todas y
cada una de las misivas recibidas. Impugna la liquidación. Solicita el rechazo de la
demanda.
A fs. 61/73 contestó el codemandado RCARDO BONIFACIO TORRES
la acción incoada en su contra, negando -en forma genérica y específica- todos y
cada uno de los asertos vertidos en el inicio. Aduce en su defensa que la
empleadora del actor era Gevex Bio Fármacos S.R.L., quien siempre cumplió con
todas las obligaciones laborales a su cargo no sólo respecto de Velázquez, sino de
todo su personal dependiente. Afirma que no estamos frente a un supuesto en que
la sociedad empleadora burlara leyes y normas imperativas o que no hubiera
registrado correctamente el contrato de trabajo, por lo que no se dan los
presupuestos del art. 14 LCT ni tampoco los del art. 54 de la Ley de Sociedades
para responsabilizarlo en forma personal. Impugna la liquidación. Solicita el rechazo
de la demanda.

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Producidas las probanzas ofrecidas por las partes, quedaron las
actuaciones en condiciones de ser sentenciadas.

Y CONSIDERANDO:
Tal como había quedado trabada la litis, y a la luz de la teoría que
impone la prueba a quien afirma y exime de ella a quien niega (ei incumbit probatio
qui dicit, non qui negat) receptada en el art. 377 del C.P.C.C.N., corresponderá
elucidar en estos actuados si las partes adecuaron su conducta a las prescripciones
contenidas en dicho dispositivo legal, y para ello se habrán de analizar las
probanzas arrimadas a la causa de conformidad con las reglas de la sana crítica
(conf. art. 386 C.P.C.C.N.) con el objeto de conocer el mérito o valor de convicción
que pueda deducirse de su contenido.
Desde tal perspectiva, he de puntualizar liminarmente que -en casos
particulares como el de autos- debe tenerse en cuenta que quien alega un hecho en
apoyo del derecho invocado, no sólo debe precisarlo sino -además- probarlo, para
otorgar al sentenciante los elementos necesarios que le permitan efectuar una
adecuada valoración del mismo, no pudiendo eximirse de tal obligación por el hecho
de que la contraparte no haya acreditado la razón por ella invocada.
En primer lugar trataré la discusión suscitada en torno a la norma
convencional aplicable a la relación laboral habida entre los litigantes. La actora
funda sus reclamos en el Estatuto de Viajantes de Comercio (Ley 14.546) y el CCT
nº 308/75, afirmando que su categoría laboral era la de viajante de comercio,
mientras que la demandada sostiene que resulta de aplicación el CCT 130/75
(categoría “Vendedor A” – Degustadores).
El viajante de comercio es aquel trabajador que personalmente y en
forma habitual concierta negocios relativos al comercio o industria en representación
de uno o más comerciantes y/o industriales, conforme a órdenes e instrucciones de
éstos, percibiendo por ello una remuneración (art. 1 de la Ley 14546). Puede decirse
que la actividad del viajante gira en torno a la información y persuasión de la
clientela, para llegar a la venta directa o a la obtención del pedido.
La concertación de negocios a que se refiere el artículo antes
mencionado no significa que el viajante de comercio deba vender el producto o
mercadería de su representado o deba concluir el negocio, sino que aquél sólo
presenta el negocio a su principal para su aprobación. De ahí que el término
“concertar” deba entenderse como pactar, ajustar, acordar un negocio y no como
“concluir”, pues esta facultad usualmente pertenece al principal que acepta la nota
de venta. De todas formas, la gestión del empleado debe, por lo menos, estar
directamente dirigida a la venta, es decir, debe permitir la formalización del contrato
respectivo por la sola aceptación del vendedor (J.C. Fernández Madrid, “Los
viajantes de comercio ante las leyes del trabajo”, págs. 80/81, Ed. Contabilidad
Moderna).

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En el caso, no existe controversia con relación a que las tareas del
actor consistían en la venta y posterior cobranza de los productos comercializados
por la demandada (nutrición y sanidad animal) mediante la utilización de un vehículo
también brindado por ésta a fin de poder visitar a los clientes. Los litigantes y los
testigos que declararon en la causa son concordantes en este aspecto. Incluso
acusa Bibiloni, traída por la accionada en su carácter de ex contadora y al ser
interrogada sobre las comisiones, que el actor no llevó nuevos clientes.
En este sentido, la única discusión en que incurren las partes gira en
torno a la dimensión territorial que abarcaba la zona de venta y en si el actor
entregaba o no los productos que vendía. Más allá de dichas cuestiones -que no
devienen esenciales ni decisivas para elucidar este punto de controversia- ninguna
duda me asiste para considerar que el actor visitaba a los clientes de la accionada
en la zona por ésta asignada, que debía intentar conseguir nuevos clientes, que
tomaba los pedidos y que realizaba las cobranzas.
Estas tareas permiten encuadrar la actividad desarrollada por
Velázquez en las normas de la Ley 14546, pues la labor del accionante consistía
básicamente en “levantar pedidos”, esto es, visitar a los clientes, ofrecer los
productos que su empleadora comercializaba y, en definitiva, “concertar” el negocio
correspondiente.
Por ello, considero que la categoría del actor era la de viajante de
comercio, resultando indiferente la denominación utilizada por la empleadora para
hacer referencia al puesto de trabajo. Así lo decido.
Aclarado lo expuesto, abordaré la discusión suscitada en torno a las
circunstancias que rodearon la ruptura del vínculo laboral.
El accionante sostiene que el 11/5/15 intimó por la correcta
registración de la relación y el pago de los gastos de uso y mantenimiento del
automotor, así como de los salarios y comisiones adeudadas y mal liquidadas y que
ante el silencio guardado por la contraria no tuvo más alternativa que considerarse
injuriado y despedido mediante telegrama del 26/5/15.
Cuando son varias las inobservancias invocadas, basta la acreditación
de alguna de ellas con entidad suficiente para justificar el despido.
En cuanto al incorrecto registro del vínculo laboral, es dable destacar
que los testigos que a instancia del actor declararon ningún elemento arriman que
sirva de prueba para comprobar cuándo comenzó el demandante a prestar servicios
para la accionada ni si existieron -o no- pagos clandestinos. Por otra parte, las
facturas adjuntadas en anexo nº 7503 han sido desconocidas y ninguna prueba fue
producida a fin de acreditar su autenticidad. Nótese que el perito contador
simplemente se limita a manifestar a quién fueron emitidas, pero basándose en la
documental obrante en el expediente y no en los libros contables de la accionada.
Finalmente, si bien surge de la pericia en sistemas de información que
los mails donde constan las comisiones generadas por el actor y que fueron

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enviados por la contadora de la accionada resultan auténticos, lo cierto es que el
accionante sostuvo en su demanda que las comisiones no eran abonadas en forma
completa, circunstancia que coincide con el pago de comisiones por un importe fijo
conforme surge de los recibos de haberes.
En cuanto al pago de los gastos de uso y mantenimiento del
automotor, las partes acuerdan en que a partir de que el accionante comenzó a
utilizar su vehículo particular se le abonaba la suma tope de $12.000.-. El actor
refiere que dicho importe era insuficiente por cuanto incurría en mayores
erogaciones y la demandada que ese era el límite o tope de devolución.
En su informe, el perito contador transcribe los gastos del vehículo en
forma detallada y de allí surge que hubo meses en donde se abonó la suma aludida
y otros en donde se pagó un importe inferior, conforme gastos acreditados (ver fs.
261 vta.). Por otra parte, los testigos traídos por la accionada fueron contestes al
manifestar que todo gasto debía ser acreditado mediante comprobantes para que se
proceda a su reintegro.
Toda vez que ninguna otra prueba contrasta con aquéllos, habré de
asignar a dichos medios probatorios plena eficacia convictiva, habida cuenta los
fundamentos científicos que contiene la pericia y por haber dado suficiente razón de
sus dichos los testigos que a instancia de la demandada declararon (arts. 386, 456 y
477 del C.P.C.C.N.).
Así las cosas, memoro que la jurisprudencia tiene dicho que “A menos
que la ley general, en el caso la Ley de Contrato de Trabajo, contenga alguna
expresa referencia a la ley especial (en el caso el Estatuto del Viajante de
Comercio), esta última subsiste manteniéndose al lado de la fuente posterior general
(Goldschmidt ―Introducción al Derecho pág. 223), en cuyo caso sería procedente
analizar - a la luz del principio protectorio- y aplicar aquella que resulta más
beneficiosa. Pero lo cierto es que la nueva redacción del art. 105 inc. c) de la LCT
específicamente se refiere a los trabajadores ―viajantes de comercio-, de suerte
que deja sin efecto la previsión de la ley especial en lo que atañe a los viáticos, y
por ende, torna improcedente abocarse al análisis del cual resultaría más
beneficiosa habida cuenta que la disposición estatutaria no se encuentra vigente.
CNAT Sala IX Sent. Def. Nº 15.329 Garay, Ernesto c/ Rodados Junior SA y otros s/
despido” y que “Respecto de los viáticos, el art. 105 de la LCT dispone, en su actual
redacción, que las prestaciones complementarias, sean en dinero o en especie,
integran la remuneración del trabajador, con excepción de: c) los viáticos del
viajante de comercio acreditados con comprobantes. Así, dicho dispositivo legal
implicó una modificación al art. 7 de la ley 14.546, dado que constituye una norma
posterior que expresamente hace referencia a los viajantes de comercio. Por lo
tanto, si con la prueba testimonial se acreditó que los vendedores debían rendir los
gastos efectuados por dicho concepto, con los respectivos comprobantes de pago,
para que luego la empresa depositase el reembolso de dichas sumas en las

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respectivas cuentas de los empleados, ante las aristas particulares del caso, no
corresponde otorgar carácter remunerativo a los viáticos. CNAT Sala III Sent. Def.
Nº 94.049 del 30/5/2014 “Microsoft de Argentina SA c/Iglesias, Hernán Carlos
s/consignación”.
En este contexto, no cabe más que concluir que los gastos bajo
análisis no tenían carácter remunerativo, por lo cual no pueden ser considerados
como pagos clandestinos, toda vez que se trata de un reintegro de gastos suplidos
por el trabajador para el cumplimiento adecuado del trabajo y no de sumas que
constituyan ganancia y hayan sido abonadas como parte integrante de la
remuneración.
En otro orden de ideas, diré que si bien el actor sostiene haber
incurrido en gastos mayores a los $12.000.- y que estos no eran reintegrados, lo
cierto es que no solo que no detalla en que habrían consistido dichas erogaciones,
sino que tampoco prueba haberlas efectuado.
En lo que se refiere a los salarios adeudados de los meses de febrero,
marzo y abril/15, es ineludible advertir que si bien la accionada acompaña los
recibos de haberes correspondientes a dichos períodos, estos han sido
desconocidos por el actor a fs. 75 y ninguna prueba ha sido arrimada a la causa a fin
de acreditar su autenticidad. Nótese que incluso el perito contador manifiesta que,
según surge de la documentación que le fue exhibida, solo se encuentra firmado por
Velázquez el recibo correspondiente a enero/15 (ver fs. 262 vta.).
En tal inteligencia, la decisión del actor de colocarse en situación de
despido indirecto luce ajustada a derecho, toda vez que el incumplimiento constatado
resulta injuriante y con entidad suficiente en los términos del art. 242 de la L.C.T., por
lo que deberá la demandada asumir las consecuencias de su obrar ilegítimo.
Por consiguiente, el accionante será acreedor de las indemnizaciones
previstas en los arts. 231, 232, 233 y 245 de la L.C.T., así como también de la
indemnización por clientela (art. 14 Ley 14546), los salarios adeudados de febrero a
abril/15, el proporcional del mes de mayo del mismo año y las vacaciones
proporcionales y con más la incidencia del S.A.C., toda vez que no se ha
acompañado constancia documentada alguna con las formalidades previstas por los
arts. 138 y siguientes de la L.C.T., que permitan verificar su pago.
Dejo constancia que para establecer la indemnización por clientela
conforme el art. 14 de la Ley 14546 debe determinarse sobre la base del 25% de lo
que le hubiera correspondido al viajante en caso de despido intempestivo e
injustificado, por ello la base de cálculo debe integrarse con las sumas
correspondientes a indemnización sustitutiva de preaviso, integración del mes de
despido e indemnización por despido –arts. 232, 233, 245 L.C.T.- (en sentido
análogo C.N.A.T, SALA III, SD nº 63.397 del 21/8/92, en autos “Sánchez, Jorge
Francisco c/ Martín Amato y Cía. S.A.”).

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En cuanto a la inclusión del S.A.C. en la base de cálculo de la
indemnización del artículo 245 L.C.T., diré que en la causa “Tulosai, Alberto Pascual
c. Banco Central de la República Argentina s. Ley 25.561“ (fallo plenario n° 322 del
19.11.09, de observancia obligatoria -artículo 303 C.P.C.C.N.-, se adoptó, respecto
de este tema, la siguiente doctrina: “1°) No corresponde incluir en la base salarial
prevista en el primer párrafo del artículo 245 de la L.C.T., la parte proporcional del
sueldo anual complementario…”, en solución que comparto.
En cuanto al reclamo por las comisiones adeudadas y mal liquidadas
correspondientes al período mayo/13-mayo/15, cabe destacar que surge de los
mails enviados por la contadora de la demandada, adjuntados con el escrito inicial y
de cuya autenticidad da cuenta el perito ingeniero en su informe de fs. 159/242, el
detalle de las sumas devengadas en concepto de comisiones por los siguientes
importes y períodos:
- Junio/14, $14.138.-
- Julio/14, $10.625.-
- Agosto/14, $9.425.-
- Diciembre/14 $4.811,64 + $10.398,36 en concepto de “ajuste”
- Enero/15, $13.688,24.-
- Febrero/15, 5.767,26 + 4.372,74 en concepto de “ajuste”
- Marzo/15, 8.179,90.-
Asimismo, de los archivos correspondientes a los meses de
enero,

febrero y marzo/15 -adjuntos a los mails aludidos- se extrae el porcentaje del precio
de venta que era abonado al actor en concepto de comisiones de acuerdo con el
tipo de producto vendido.
Tanto las partes como el perito contador coinciden en manifestar que
la suma efectivamente abonada y consignada en los recibos de haberes era la de
$2.407.-. Por otra parte, ninguna prueba ha sido arrimada por la accionada a fin de
acreditar el cobro por parte de Velázquez de la diferencia adeudada.
En cuanto a los restantes meses peticionados, es dable resaltar que si
bien se extrae de los archivos cada una de las compras efectuadas por los clientes
de Velázquez -clasificadas por comprador- durante los años 2013, 2014 y 2015, con
el detalle de las fechas, productos e importes abonados; lo cierto es que se
consignan sumas totales abonadas por factura, sin discriminar el valor de cada uno
de los productos vendidos.
Por otra parte, de las declaraciones de Villalba (fs. 113/114) y
Sourigues (fs. 115/116), el primero empleado administrativo y el segundo consultor
externo del estudio que le hacía las liquidaciones a la demandada, surge que el
monto de las comisiones era directamente informado por la contadora de GEVEX.
Por su parte, Bibiloni (fs. 119/122) en su carácter de contadora de la
accionada manifestó que los últimos tres años las ventas y comisiones del actor
habían bajado tanto que se le comenzó a pagar un importe fijo para que no las

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perdiera y siguiera incentivado a vender. Asimismo, al ser preguntada sobre si entre
enero/14 y mayo/15 las comisiones por ventas superaban el fijo liquidado por
comisiones, manifestó “no tengo conocimiento porque fue un arreglo previo a que yo
ingrese, por supuesto su sueldo se iba actualizando, creo que cuando yo ingresé el
cobraba $8.000.- y se actualizó hasta alcanzar los $12.000.-, pero las ventas no
variaban, no se incrementaron y no trajo nuevos clientes”. Sostuvo, además, que
ello lo sabe porque veía el resumen de cada cliente para poder pasar las cobranzas
y que a su vez pedía las mercaderías a los proveedores, por lo cual ella era quien
hacía el análisis.
Al ser dicha declaración contrastada con los restantes medios
probatorios se advierte que la testigo atenta contra la verdad material del proceso,
toda vez que la alteración de los hechos que declara así lo corrobora.
Aunado a lo ya expuesto, es dable destacar que el perito contador
manifestó que la demandada no exhibió documentación relacionada al cálculo del
rubro comisiones por ventas y que esta le refirió de forma verbal que no liquidaba
dicho rubro, por lo que no tenía constancias en su contabilidad relacionada a
liquidaciones de comisiones. Asimismo, el experto informó que las facturas
detalladas en la planilla de comisiones adjuntada por el actor y el perito ingeniero
concuerdan con las obrantes en el libro ventas, coincidiendo el número de factura, la
fecha emitida, el importe total de la venta y el cliente detallado como razón social.
De conformidad con lo ya analizado, tengo por debidamente
acreditado que formaban parte de la remuneración de Velázquez las comisiones por
ventas invocadas en el escrito inaugural, las cuales eran abonadas en un importe
inferior al devengado y cuya cuantía cabe presumir en la suma indicada en la
demanda atento la forma oculta y secreta en que se manejaba la accionada y
conforme lo normado en el art. 55 de la L.C.T.
Solo a mayor abundamiento cabe señalar que la suma consignada en
la demanda resulta acorde al promedio de los porcentajes de venta para los meses
de enero, febrero y marzo/15 (con menos la suma fija efectivamente abonada)
multiplicado por los períodos reclamados.
Asimismo, considero menester aclarar que si bien el perito contador
informa las sumas supuestamente retenidas por el actor al momento de efectuar las
cobranzas en el período enero/15 – mayo/15, lo cierto es que el experto no refiere
haber tenido constancias documentadas a la vista, sino que se limita a transcribir lo
informado por la accionada. De todas formas, aun en el supuesto contrario, las
registraciones contables y laborales de la accionada, aun llevados en legal forma, no
hacen plena prueba de su contenido, ya que los datos allí volcados por emanar,
exclusivamente del empleador, son inoponibles al dependiente (CNAT, SALA III, SD
nº 72.582 del 23/10/96, recaída en autos, "Ianoni, Osvaldo Jorge c/ Lein S.A.").
Toda vez que las comisiones correspondientes al mes de enero/15 se
encuentran incorporadas al rubro precedente y dado que la parte restante del salario

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fue abonada conforme surge del recibo de haberes obrante en anexo nº7503 y lo
informado por el contador a fs. 262 vta., corresponde desestimar el reclamo por el
salario del mes aludido.
Asimismo, corresponde desestimar el reclamo fundado en el art. 80 de
la L.C.T., por cuanto no ha dado cumplimiento a lo dispuesto por el art. 3 del decreto
146/01, que recién habilita al trabajador a formular la intimación prevista en el art. 80
de la L.C.T., si el empleador no hiciera entrega de los certificados dispuestos en
dicha norma, dentro de los 30 días de haberse extinguido, por cualquier causa, el
vínculo laboral. No obstante ello, la demandada deberá acompañar los
correspondientes certificados de servicios y remuneraciones, de conformidad con los
datos que surgen del presente fallo.
Asimismo, corresponde desestimar el reclamo por la indemnización
establecida en los arts. 9, 10 y 15 de la Ley Nacional de Empleo, por cuanto no ha
demostrado la actora la incorrecta registración de su fecha de ingreso ni la
existencia de pagos clandestinos. A mayor abundamiento, destaco que no hay
constancia fehaciente en la causa que acredite el cumplimiento -en tiempo y forma-
de lo dispuesto por el art. 11 inc. b) de la ley 24.013 que exige que el trabajador
remita a la AFIP copia de la intimación formulada dentro de las 24 horas hábiles
siguientes de practicada la misma.
Distinta suerte correrá el reclamo por la indemnización dispuesta por el
art. 2 de la ley 25.323, toda vez que el actor intimó fehacientemente, mediante el
telegrama fechado el 11/6/15, el pago de las indemnizaciones legales por despido, y
el incumplimiento de la demandada lo obligó a iniciar la presente acción.
La actividad de la demandada se encuentra regida tal como lo
denuncia la parte actora por el CCT 308/75, cuyo tope ascendía al momento del
distracto, según Res. ST 2262/14, a la suma de $25.284.-, remuneración que habrá
de ser considerada como base de cálculo de la indemnización por antigüedad, toda
vez que si bien la mejor remuneración mensual, normal y habitual devengada
durante el último año de prestación ascendió a la suma de $27.805,80.- (salario
registrado en diciembre/15 con más sumas devengadas por comisiones conforme
surge de la prueba obrante en autos), la parte actora no planteó la
inconstitucionalidad de la cuantificación del tope establecido en el art. 245 LCT. Es
de destacar que –aún si hubiera sido impetrado tal planteo- de conformidad con la
doctrina emergente del precedente Vizzoti de la CSJN, habría sido desestimado.
Distinto es el caso de las indemnizaciones previstas en los arts. 232,
233 y 156 LCT, donde se utilizará, en atención al principio de normalidad próxima, el
promedio del último año de remuneraciones, que asciende a la suma de
$23.854,50.-.
Por todo ello, considerando las remuneraciones indicadas y las fechas
de ingreso -3/10/05- y de egreso -26/5/15-, la demanda incoada prosperará por los
siguientes rubros y montos dinerarios, a saber: - Indemnización por antigüedad,

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$252.840.-; - Indemnización sustitutiva de preaviso omitido con incidencia de S.A.C.,
$51.685.-; - Integración del mes de despido con incidencia de S.A.C., $4.169.-;
- Haberes del mes del despido, $10.565.-; Salarios por recibo adeudados, $37.787.-;
- Comisiones adeudadas, $198.046.-; - Vacaciones proporcionales con incidencia de
S.A.C., $8.683.-; - Art. 2º ley 25.323, $154.347.-; - Art. 14 Ley 14546, $77.173.-.
Todo ello hace un total de $795.295.-.
En virtud de las facultades conferidas por el art. 767 del Código Civil y
Comercial de la Nación, cuyo fin es mantener incólume el contenido patrimonial del
pronunciamiento judicial, lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación in
re "Banco Sudameris c/ Belcam SA. y otro" (sentencia del 17/5/94, B.876.XXV), lo
dispuesto en las leyes 23.928 y 25561, en atención a las variaciones -que
temporalmente el mercado fue imponiendo a las personas que recurrían a las
entidades financieras en busca de capital para reemplazar la falta de pago de las
sumas debidas- que se tradujeran en modificaciones en las tasas aplicables, estimo
adecuado y equitativo que el monto por el que prospera la acción devengue
intereses desde que cada suma es debida y hasta el 22/3/16 (conf. Acta nº 2601 de
la C.N.A.T. del 21/5/14), desde el 23/3/16 y hasta el 30/11/17 ((conf. Acta nº 2630 de
la C.N.A.T. del 27/4/16) y desde el 1/12/17 y hasta su efectiva cancelación (conf.
Acta nº 2658 de la C.N.A.T. del 8/11/17), tasas que fijo considerando incluidos los
intereses establecidos en el art. 768 del Código Civil y Comercial de la Nación y
como comprensiva de la aludida en los incs. b y c de dicha norma.
Por no hallar mérito para apartarme del principio general que, en
materia de costas, consagra el art. 68 del C.P.C.C.N., las mismas serán impuestas a
la parte demandada, vencida en la contienda.
En lo que respecta a la responsabilidad de RICARDO BONIFACIO
TORRES, corresponde rechazar la demanda entablada en su contra. Ello así toda
vez que no obstante resulta ser el gerente de la empresa demandada, no se han
demostrado los extremos que se requieren para extender sobre él la responsabilidad
solidaria prevista en lo dispuesto por los arts. 54, 59 y 274 de la L.S., en tanto lo no
abonado no puede ser considerado como pago sin registro, de modo que no se ha
logrado acreditar irregularidad registral, extremo este invariablemente requerido por
la doctrina y jurisprudencia dominante en torno al punto. Con costas al actor (art. 68
del C.P.C.C.N).
Para regular los emolumentos de los profesionales intervinientes en la
causa, tomaré en consideración el monto del litigio, lo normado en las leyes 21.839 y
27423, demás disposiciones arancelarias de aplicación, y -muy especialmente- el
mérito e importancia de la labor desarrollada por los profesionales, teniendo en
cuenta que no puede identificarse monto del reclamo con valor del litigio, pues ello
podría llevar a situaciones totalmente ajenas a la realidad (conf. C.N.A.T., Sala I,
Sent. nº 60.998 del 24/3/92). También, que cuando en la demanda se reclama el
cobro de una suma de dinero estimada libremente por el actor, dicha suma no

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constituye pauta de regulación de honorarios en los casos en que se rechaza la
acción intentada (conf. C.N.A.T., Sala VI, Sent. nº 36.282 del 21/2/92).
Al efectuarse la liquidación de los emolumentos regulados a los
profesionales actuantes, deberá calcularse -también- la incidencia del porcentual
correspondiente a la alícuota del Impuesto al Valor Agregado, que integrará los
mismos, y ello de conformidad con lo resuelto por la C.S.J.N. (C.181 -XXIV- 16/6/93,
in re "CIA. GENERAL DE COMBUSTIBLES S.A. s/ RECURSO DE APELACION"), al
establecer que "aún cuando los honorarios regulados judicialmente no pueden
asimilarse literalmente a los precios concertados a que se refiere la norma legal que
estableció el I.V.A., ello no permite obviar la ponderación de que tal precepto revela
inequívocamente que el legislador previó el funcionamiento del tributo de manera tal
que su carga se traslade hacia quien ha de pagar por el bien o el servicio gravado,
sin que existan elementos que autoricen a suponer que la materia bajo examen
constituya una excepción a ese principio".
Por todo ello, disposiciones legales citadas, y demás consideraciones
vertidas, FALLO: 1) Hacer lugar a la demanda incoada por CARLOS ENRIQUE
VELAZQUEZ contra GEVEX BIO FÁRMACOS S.R.L., y condenar a ésta a pagar a
aquél, dentro del quinto día de aprobada la liquidación establecida en el art. 132 de
la L.O., la suma de $795.295.- (PESOS SETECIENTOS NOVENTA Y CINCO MIL
DOSCIENTOS NOVENTA Y CINCO), que deberá incrementarse del modo dispuesto
en el considerando respectivo; 2) Imponer las costas a la parte demandada; 3)
Regular los honorarios de la representación y patrocinio letrado de la parte actora
por su intervención en esta causa y en la etapa prejudicial (Se.C.L.O.), los de igual
carácter de la demandada, los de los peritos ingeniero y contador en 15%, 12%, 6%
y 6%, respectivamente, del monto (capital e intereses) de condena; 4) Condenar,
asimismo, al demandado a hacer entrega de los certificados de servicios y
remuneraciones previstos por el art. 80 L.C.T., dentro del quinto día. 5) Rechazar la
demanda incoada por CARLOS ENRIQUE VELAZQUEZ contra RICARDO
BONIFACIO TORRES, y eximir a éste de las resultas de aquél; 6) Imponer las
costas a la parte actora; 7) Regular los honorarios de la representación y patrocinio
letrado de la parte actora por su intervención en esta causa y en la etapa prejudicial
(Se.C.L.O.) y los de igual carácter de la demandada en las sumas de $50.000.- y
$62.000.-, respectivamente, las que se encuentran expresadas a valores de la fecha
del presente pronunciamiento, y devengarán intereses a la tasa establecida en el
acta nº 2658 de la C.N.A.T. REGÍSTRESE, NOTIFÍQUESE, y -oportunamente-
previa citación Fiscal, ARCHÍVESE.

José Alejandro SUDERA


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En el día de la fecha libré notificaciones electrónicas y una a la Sra.
Representante del Ministerio Público. Conste.

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