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Figura 10. Vía óptica. (1) Retina, (2) nervio óptico, (3) quiasma óptico, (4) cintilla o bandeleta óptica, (5) núcleo
geniculado lateral, (6) radiaciones ópticas, (7) corteza calcarina.
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2.2 Territorio prerretinal
Desde el punto de vista perimétrico consideramos alteraciones del territorio prerretinal a todas
aquellas condiciones que pueden causar que no se enfoque adecuadamente la imagen en la retina: vicios
de refracción, leucomas, catarata, opacidades vítreas, etc.
Los problemas en el territorio prerretinal pueden causar una depresión generalizada de la
sensibilidad, aplanamiento de la isla de visión y a veces depresiones localizadas de ella, pero es muy raro
que produzcan escotomas.
2.3. Retina
Las imágenes se proyectan en forma invertida en la retina, es decir, las imágenes del hemicampo
visual superior se proyectan en la retina inferior y las del hemicampo visual inferior en la retina superior.
El hemicampo visual temporal se proyecta en la retina nasal y el hemicampo visual nasal en la retina
temporal. El centro del campo visual corresponde a la fóvea.
Los fotorreceptores, las células bipolares y las ganglionares se ubican en la retina. Los axones de
las células ganglionares forman primero la capa de fibras nerviosas de la retina y luego confluyen hacia
la papila óptica.
2.3.1 Lesiones de la capa de fibras nerviosas de la retina
En la capa de fibras nerviosas de la retina, los axones de las células ganglionares se organizan
formando haces.
Las fibras del haz maculopapilar se dirigen en forma directa hacia la papila. Las lesiones de estas
fibras producen escotomas centrales o centrocecales. Los escotomas paracentrales se producen cuando
se daña parte del haz maculopapilar, pero están indemnes las fibras foveolares.
El resto de las fibras que provienen de la retina temporal a la papila forman los haces arqueados
de fibras nerviosas y entran a la papila por sus polos superior e inferior. La lesión de estas fibras produce
escotomas de Bjerrum, escotomas de Seidel, escalones nasales de Ronne y escotomas paracentrales
aislados en el área de Bjerrum. La causa más frecuente de lesiones de la capa de fibras nerviosas de la
retina es el glaucoma, con menos frecuencia las drusas papilares.
Las fibras provenientes de la retina nasal a la papila tienen una trayectoria más directa, radial, no
arqueada, y entran a la papila por su lado nasal. Sus lesiones producen defectos temporales en forma de
cuña que están unidos a la mancha ciega y se denominan cuñas temporales. Estas fibras también pueden
ser dañadas por el glaucoma y las drusas papilares.
Figura 11. Esquema de la ubicación y dirección de las fibras de los principales haces de la capa de fibras nerviosas: 1
Haz maculopapilar. 2 Haces arqueados. 3 Fibras nasales.
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2.3.2 Vasculopatías retinales
Las vasculopatías retinales van a producir alteraciones campimétricas correspondientes al área de
retina afectada. Por ejemplo una oclusión de vena central de la retina producirá una depresión
generalizada del campo visual, una oclusión venosa hemirretinal producirá un defecto altitudinal y una
oclusión de rama venosa un escotoma.
2.3.3 Maculopatías
Las maculopatías producirán escotomas centrales o centrocecales que pueden ser absolutos o
relativos, de acuerdo a la profundidad del daño macular.
2.3.4 Atrofia peripapilar
La atrofia retinal peripapilar, común de ver en pacientes con alta miopía, pero también en otras
enfermedades y en pacientes por lo demás normales, produce un aumento de tamaño de la mancha ciega,
que es proporcional al área de atrofia.
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Figura 12. Esquema de la rodilla de Wilbrand. 1i) nervio óptico izquierdo. 1d) Nervio óptico derecho. 2) Quiasma
óptico, 3i) cintilla óptica izquierda. 3d) Cintilla óptica derecha. 4) Rodilla de Willbrand, fibras de la retina inferonasal.
5) Fibras cruzadas y directas del nervio óptico izquierdo.
Figura 13. Esquema del campo visual en síndrome de quiasma anterior izquierdo.
Fibras maculares. Las fibras maculares se cruzan principalmente en la porción posterior y superior
del quiasma y su lesión en este lugar puede producir un defecto campimétrico característico, el síndrome
de quiasma posterior: hemiescotomas centrales bitemporales. Una causa de daño a este nivel es la
dilatación del tercer ventrículo, pero también la pueden producir otras lesiones supraselares cuando el
quiasma está en ubicación prefija.
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Las hemianopsias bitemporales por lesión del quiasma no deben ser confundidas con las
provocadas por el síndrome de papila inclinada. En el síndrome de papila inclinada el campo visual puede
tener una hemianopsia bitemporal, de predominio superior, que no respeta la línea media vertical, esto
va asociado a la presencia de papilas inclinadas y cierto grado de atrofia coriorretinal, mayor en el
cuadrante nasal inferior. El problema diagnóstico se torna grave es si un paciente con síndrome de papila
inclinada desarrolla un síndrome quiasmático, pero afortunadamente contamos con estudios de
neuroimágenes que nos ayudan a aclarar las dudas diagnósticas cuando se sospecha un caso así.
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Figura 16. Sectoranopsia cuádruple derecha.
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consecuencias en la localización de defectos campimétricos. Cuando esta zona de la corteza calcarina
está lesionada produce un defecto campimétrico unilateral (no homónima) por fuera de los 60º a
temporal. Por otra parte, en una lesión de la corteza occipital con la parte más anterior de la corteza
calcarina indemne, se produce una hemianopsia homónima incompleta contralateral con conservación
del creciente temporal por fuera de los 60º.
Algunas lesiones bilaterales incompletas pueden producir constricción del campo visual en ambos ojos,
estas alteraciones se deben a la presencia de hemianopsias homónimas bilaterales con respeto macular.
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