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PRINCIPIOS JURIDICOS BASICOS, DEONTOLOGIA PROFESIONAL E IGUALDAD

GRADO EN INGENIERÍA DE MATERIALES


CURSO 2020-21

BLOQUE I.- EL DERECHO OBJETIVO

TEMA 1.- EL DERECHO

1.1.- Concepto de Derecho.


1.2.- Norma jurídica y ordenamiento jurídico.
1.3.- Legitimación del Derecho.
1.4.- Derecho natural y positivo. Derecho subjetivo y objetivo. Derecho público y
privado.
1.5.- Las diferentes ramas del Derecho.

1.1.- Concepto de Derecho.


Desde un punto de vista jurídico resulta difícil dar un concepto de Derecho. La
dificultad nace de la complejidad de la palabra Derecho como fenómeno jurídico que
tiene manifestaciones y aspectos muy variados, pues incluso algunos se contraponen
entre sí (Derecho objetivo y Derecho subjetivo, Derecho natural y Derecho positivo,
Derecho público y Derecho privado, etc.). Por ello no es sencillo encontrar una fórmula
lo suficientemente general que abarque todas estas facetas.

Una de las definiciones más completas es la que define el Derecho como el


conjunto de normas emanadas de los órganos competentes de una organización
social, que se imponen de forma coactiva a los ciudadanos, y están encaminadas a la
ordenación de la vida social humana y están orientadas a obtener justicia.

1.2.- Norma jurídica y ordenamiento jurídico.


Puede definirse la norma jurídica como todo precepto general inspirado en un
criterio de justicia cuya finalidad es ordenar la convivencia de una comunidad de
personas y cuya observancia pueda ser impuesta coactivamente por el poder
directivo de esa comunidad (Albaladejo, De Castro).

En la estructura de toda norma jurídica se distinguen 2 elementos claramente


diferenciados: supuesto de hecho y consecuencia jurídica.

El supuesto de hecho es la realidad social contemplada por la norma, es decir,


las diversas situaciones fácticas a que están dirigidas las normas. Puede tratarse de
un acto humano (matrimonio), de hechos naturales (mutación del cauce de un río), o

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cualesquiera otras situaciones o circunstancias sociales que por su generalizada
existencia aconsejen ser reguladas (alumnos que quieren matricularse en la Universidad).

La consecuencia jurídica es el efecto o respuesta jurídica que esa realidad social


merece en el ámbito de la norma. Tiene una doble manifestación:

1º La creación de un deber jurídico general de obediencia y colaboración. (Ej. el


que matare a otro será castigado con la pena de prisión de 10 a 15 años. Deber de
obediencia: no matar y deber de colaboración: denunciar cuando alguien mata ).

2º El reconocimiento de las relaciones jurídicas protegidas por la norma, y, por


tanto, de los deberes y facultades en que esas relaciones jurídicas se traducen (es lo
que De Castro llama el efecto constitutivo de las normas). (Ej. un contrato de compraventa,
el comprador pasa a ser propietario del bien que adquiere y el vendedor deja de serlo; y el
vendedor pasa a ser dueño del precio y el comprador deja de serlo).

Caracteres. La norma que integra cualquier ordenamiento jurídico se caracteriza


por:

 Abstracción. Es la desvinculación del supuesto de hecho de la norma de toda


situación real y concreta. El supuesto describe una situación hipotética, actual o
futura que siempre que exista dará lugar a la consecuencia prevista en la ley. Ej. el
art.1902 Código Civil obliga a resarcir a todo el que cause daños, y está redactado
de forma que es aplicable ahora o dentro de cien años.

 Generalidad. Se contrapone a la individualidad, pues la norma no se refiere a


personas concretas, sino a todos los ciudadanos que resulten afectados por ella.
Como excepción, a veces la norma afecta a sólo una persona actual, pero en tal caso
es norma será aplicable a todos aquellos que se encuentren en esa situación
excepcional. Ej. la Constitución Española al regular las facultades del Rey se refiere
a don Juan Carlos I de Borbón, pero esta regla valdrá para todos los que en el futuro
ocupen la misma posición de Rey.

 Obligatoriedad. Es un elemento externo pero esencial a la norma positiva, pues no


se concibe el derecho positivo sin la idea de obligatoriedad y sanción en caso de
incumplimiento. De hecho, la norma carente de sanción suele llamarse desnuda o
imperfecta.

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Ordenamiento jurídico. Se entiende por Ordenamiento Jurídico el conjunto
organizado de normas y principios jurídicos existentes en una sociedad en un
determinado momento histórico (Santi Romano). De esta definición conviene destacar
dos notas esenciales:

En primer lugar, “conjunto organizado”. El ordenamiento jurídico no puede


entenderse como un simple agregado de normas agrupadas o colocadas unas junto a
otras, sino que son elementos de un todo, elementos que se relacionan y condicionan
entre sí mediante relaciones de coordinación y subordinación:

- Coordinación, porque la creación de cada nueva norma modifica el resto del


sistema, y cada norma debe entenderse e interpretarse en función de su relación
con las demás.
- Subordinación, porque las normas jurídicas se encuentran subordinadas unas a
otras hasta llegar a la norma suprema, la Constitución, que otorga validez a la
totalidad del ordenamiento.

Este sistema, en que se dan relaciones de coordinación y subordinación, y que


debe verse como una totalidad, una unidad, está dotado de mecanismos, técnicas,
que le permiten resolver las contradicciones que puedan surgir entre sus elementos.
En este sentido, suele hablarse de coherencia del ordenamiento jurídico, es decir, un
sistema normativo carente de normas contradictorias (antinomias).

Ahora bien, en ocasiones surgen conflictos de normas, esto es, supuestos en que
dos o más normas con un mismo objeto prevén soluciones incompatibles entre sí,
resultando imposible la aplicación de ambas a la vez. No obstante, también en estos
casos podemos hablar de coherencia en la medida en que el ordenamiento jurídico
cuenta con principios o criterios que permiten a los jueces resolver estas situaciones.
Así, el Art.1.7 Código Civil dispone que “Los jueces y tribunales tienen el deber inexcusable
de resolver en todo caso los asuntos de que conozcan, ateniéndose al sistema de fuentes
establecido”. Esta característica del ordenamiento jurídico se denomina plenitud, es
decir, ausencia de lagunas, ausencia de sectores carentes de regulación jurídica.

La segunda nota del concepto de ordenamiento jurídico es la relativa a los


elementos integrantes de esta estructura. Es habitual definir el ordenamiento jurídico
como “conjunto organizado de normas jurídicas”, olvidando o relegando otros
enunciados que lo constituyen y que no son normas. Es el caso fundamentalmente de
los principios, principios sociales, económicos, políticos (como los mencionados por la
Constitución en el capítulo III, título I), y los principios en sentido estricto (como los
valores superiores a que alude el art.1.1 CE).

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1.3.- Legitimación del Derecho.
En ciencia política es el concepto con el que se enjuicia la capacidad de un poder
para obtener obediencia sin necesidad de recurrir a la coacción que supone la
amenaza de la fuerza. Desde esta perspectiva un Estado es legítimo si existe un
consenso entre los miembros de la comunidad política para aceptar la autoridad
vigente. En ocasiones legitimidad puede llegar a considerarse sinónimo de legalidad.

En términos jurídicos se habla de legitimidad para indicar que una norma jurídica
es obedecida sin que medie el recurso al monopolio de la ley, es decir, sin recurrir a
la coacción. Desde esta perspectiva los requisitos que ha de cumplir una norma
jurídica para ser legítima son validez, justicia, y eficacia.

 La validez. Una norma es válida cuando es emitida por un órgano competente


cumpliendo los procedimientos establecidos en el ordenamiento jurídico. Así, no es
válida una ordenanza municipal del Ayuntamiento de Madrid que pretenda
organizar el tráfico de la ciudad de Móstoles, pero son válidas las ordenanzas del
Ayuntamiento de Madrid para organizar el tráfico de esa ciudad.

 La justicia. Es la voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde, aunque resulta


difícil determinar qué corresponde a cada uno.
Subjetivamente una norma es justa si la población considera mayoritariamente
que se atiene a los objetivos colectivos de esa misma sociedad, y es injusta si
ocurre lo contrario, cuando no se ajusta a los objetivos colectivos de esa
sociedad, con independencia de si la considera válida o no.
Objetivamente una norma es justa cuando es precisa (en el sentido de rigurosa y
claramente determinada) y equitativa.

 La eficacia. Una norma es eficaz si sus destinatarios la cumplen, con independencia


de si la perciben como justa o válida, y es ineficaz si es ampliamente desobedecida.

Así pues, la coincidencia de justicia, validez y eficacia en una norma jurídica es la


medida de su legitimidad. Cuando una norma es percibida por la sociedad como
legítima es masivamente obedecida, no siendo necesaria la sanción salvo en casos
puntuales. En cambio, cuando una norma se percibe como ilegítima es masivamente
desobedecida, por lo que el Estado debe acudir para su imposición a la sanción, y, por
tanto, a la violencia. En general, el ejercicio habitual de la sanción y la violencia por
parte del Estado para hacer efectivo el cumplimiento de una norma jurídica es
síntoma inequívoco de que o bien no es válida, o bien es percibida como injusta, o
bien es ineficaz (o dos de las tres o las tres cosas al mismo tiempo).

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1.4.- Derecho natural y positivo. Derecho subjetivo y objetivo. Derecho público y
privado.
El derecho natural es el conjunto de normas no escritas que nacen de la
naturaleza humana porque se encuentran en el fondo de nuestras conciencias, y
desde las cuales valoramos el Derecho establecido por el legislador en cada sociedad
y en cada momento histórico. Es un conjunto de normas universales, anteriores,
superiores e independientes al derecho escrito, al derecho positivo y al derecho
consuetudinario. Son normas ajenas a cambios históricos, inherente e igual en cada
persona independientemente de su posición social, etnia y nacionalidad o de toda
otra consideración. (Ej. no matar, no hacer daño a otro, cumplir lo pactado).

El derecho positivo es el conjunto de normas jurídicas escritas por el órgano


estatal que ejerce la función legislativa en un momento temporal concreto y para una
comunidad determinada. Tienen su origen en un pacto jurídico y social, y se imponen
de forma colectiva por el órgano que dirige la comunidad para favorecer y regular la
convivencia de las personas.

Es frecuente que las normas fundamentales dictadas por un Estado que


constituyen su Derecho positivo, para tener mayor validez, estén inspiradas en los
principios y valores fundamentales de carácter universal e inmutable que provienen
del Derecho natural.

El derecho objetivo es el conjunto de normas jurídicas tendientes a regular al ser


humano en sociedad. El derecho subjetivo es la facultad de cada persona de poder
hacer valer sus derechos frente a los demás y frente a la propia sociedad.

Dentro de cualquier ordenamiento jurídico existe una distinción principal entre


derecho público y derecho privado. El derecho público es la parte del ordenamiento
jurídico que regula las relaciones entre las personas o entidades privadas con los
órganos que ostentan el poder público cuando éstos actúan en ejercicio de sus
legítimas potestades públicas (jurisdiccionales o administrativas según la naturaleza del
órgano que las ejerce) y de acuerdo con el procedimiento legalmente establecido.

Los principios en los que se apoya el derecho público pueden variar de un Estado
a otro, pero son principalmente el principio de legalidad y la potestad de imperio:

- Principio de legalidad. Es la actuación del Estado y sus órganos dentro de sus


competencias y conforme al procedimiento establecido en la norma.
- Potestad de imperio. El Estado y sus órganos en sus relaciones con los particulares
dentro del Derecho público no actúa situado dentro de un plano de igualdad, sino

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de desigualdad, derivado de la posición soberana o imperium con que aparece
revestido ejerciendo una potestad pública.

El derecho privado es la parte del ordenamiento jurídico que regula las


relaciones jurídicas entre particulares. También se rigen por el derecho privado las
relaciones jurídicas entre particulares y el Estado cuando éste actúa sin ejercer
potestad pública alguna.

Los principios en que se apoya el derecho privado son la autonomía de la


voluntad y el principio de igualdad, que se contraponen con los principios de legalidad
y la potestad de imperio en que se sustenta el derecho público:

- Autonomía de la voluntad. En las relaciones entre particulares los interesados


pueden realizar y pactar todos aquellos actos y negocios jurídicos que no estén
expresamente prohibidos por el ordenamiento jurídico.
- Principio de igualdad. En los actos privados, los sujetos de derecho se encuentran en
un plano equilibrado de igualdad, donde ninguna de las partes es más que la otra, y
ninguno puede exigir del otro nada sin un acuerdo de voluntades.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto podemos precisar la distinción entre el


derecho público y derecho privado a través de varios puntos de vista:

 Según el interés o la utilidad, el derecho público se ocupa del interés general,


mientras que el derecho privado regula los intereses de los particulares. No
obstante, todas las normas en definitiva buscan un mínimo de interés general,
aunque se trate de una suma de intereses particulares.

 Desde la perspectiva de creación de las normas, el derecho público es el conjunto


de normas creadas e implantadas por el Estado (leyes, reglamentos, etc.), mientras
que el derecho privado lo crean por los particulares para regular sus relaciones
(contratos, negocios jurídicos, etc.). No obstante, el Estado también crea las normas
de derecho privado: código civil, código de comercio, etc.

 Atendiendo a las relaciones reguladas, el derecho público regula relaciones entre


los poderes públicos y sus ciudadanos, mientras que el derecho privado regula
relaciones entre particulares que están situados en un plano de igualdad. Ahora
bien, también el Estado puede ser sujeto de relaciones privadas cuanto actúa como
un particular más.

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 Según la posición asumida por los sujetos, en el derecho público existe una situación
de subordinación en la que unos sujetos asumen una posición de superioridad
(imperium) frente a los otros. En cambio, en el derecho privado existe una situación
de coordinación en la que todos los sujetos se encuentran en situación de igualdad.
Sin embargo, en Derecho público pueden darse relaciones de coordinación entre
los distintos poderes públicos y a su vez en Derecho privado pueden darse
situaciones de autoridad y subordinación, como en derecho de familia.

 Según el carácter imperativo o dispositivo de la norma, el derecho público se


caracteriza porque sus normas deben ser exactamente cumplidas sin posibilidad de
exclusión o modificación por la voluntad por parte de sus destinatarios. Se trata de
ius cogens, derecho imperativo o derecho necesario. Por el contrario, en el derecho
privado prevalece la autonomía de los particulares y se trata de un derecho
dispositivo que puede ser modificado por la voluntad de sus destinatarios. No
obstante, en derecho privado existen también normas imperativas que no admiten
pacto en contrario.

1.5.- Las diferentes ramas del Derecho.


Dentro de la clasificación del Derecho en público y privado vamos a distinguir las
principales ramas que integran cada uno de estos bloques. Dentro del Derecho
público cabe distinguir: derecho constitucional, derecho administrativo, derecho
penal, derecho internacional público, derecho tributario y derecho procesal.

 Derecho Constitucional. Es la rama del ordenamiento jurídico que estudia las leyes
fundamentales que definen un Estado. Normalmente esas leyes fundamentales se
denominan Constitución, que establece las normas esenciales relativas a la forma
de Estado, forma de gobierno, derechos fundamentales y la regulación de los
poderes públicos, incluidas las relaciones entre los poderes públicos y ciudadanos.

 Derecho Administrativo. Regula la organización, funcionamiento, poderes y


deberes de la Administración pública y las consiguientes relaciones jurídicas entre
la Administración y otros sujetos.

 Derecho Penal. Es el conjunto de normas jurídicas que regulan la potestad punitiva


del Estado, asociando a hechos, estrictamente determinados por la ley como
presupuesto, una pena como consecuencia, con el objeto de proteger los bienes
vitales fundamentales del individuo y de la sociedad.

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 Derecho Internacional Público se ocupa de las relaciones jurídicas entre Estados y
suele articularse a través de Tratados y Convenios Internacionales.

 Derecho Tributario. Es la rama del ordenamiento jurídico que regula el


establecimiento y aplicación de los tributos mediante los cuales el Estado recauda
de los particulares ingresos que sirvan para sufragar el gasto público en aras de la
consecución del bien común.

 Derecho Procesal. Es el conjunto de normas que regula los presupuestos, el


contenido y efectos del proceso judicial. Esto es, los presupuestos o requisitos
necesarios para que el proceso exista; el contenido del proceso que está integrado
por el procedimiento, los actos procesales, la forma y orden en que estos actos se
producen; y los efectos o consecuencias del proceso.

Dentro del Derecho privado podemos distinguir: derecho civil, derecho


mercantil, derecho societario, derecho internacional privado y derecho laboral.

 Derecho Civil, es el Derecho privado general que se dirige a todas las personas, que
regula la persona en su estructura orgánica (nacimiento, minoría de edad, mayoría de
edad, fallecimiento), en los derechos que le corresponden como tal y en las
relaciones derivadas de su integración en la familia y de ser sujeto de un patrimonio
dentro de la comunidad.

 Derecho Mercantil. Es la parte del Derecho privado, que, a diferencia del derecho
civil, no se dirige a todas las personas, sino solamente a los comerciantes o
empresarios, y que regula las relaciones comerciales y la circulación de bienes entre
productores y consumidores.

 Derecho Societario. Es la rama del Derecho privado que se ocupa del empresario
social, es decir, la sociedad como sujeto del tráfico empresarial. La sociedad recibe
personalidad jurídica por Ley y se convierte en una persona jurídica, lo cual significa
que puede ser sujeto de derechos y obligaciones jurídicas en su propio nombre, y
no en nombre de sus socios. El Derecho de sociedades regula el funcionamiento
interno y de cara a terceros que tienen las sociedades formadas conforme a la Ley.

 Derecho Internacional Privado regula qué Derecho es el aplicable y qué Tribunales


son los competentes cuando en una relación jurídica aparecen implicados distintos
elementos de extranjería, esto es, cuando se ven afectados varios particulares con
nacionalidades diferentes.

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 Derecho Laboral. Es una rama del derecho cuyos principios y normas jurídicas
tienen por objeto la tutela del trabajo humano realizado en forma libre, por cuenta
ajena, en relación de dependencia y a cambio de una contraprestación.

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TEMA 2.- LAS FUENTES DEL DERECHO

2.1.- Concepto de fuente del Derecho.


2.2.- Sistema de fuentes español.
2.3.- Ley. Especial análisis de la Constitución como norma suprema del ordenamiento
jurídico español.
2.4.- Costumbre.
2.5.- Principios generales del Derecho.
2.6.- Los tratados internacionales. El Derecho de la Unión Europea.
2.7.- La jurisprudencia.

2.1.- Concepto de fuente del Derecho. 2.2.- Sistema de fuentes español.


Las fuentes del Derecho objetivo, también llamadas fuentes legales o de origen
pueden definirse como los hechos y las formas mediante los que una sociedad
constituida y organizada establece y exterioriza la norma jurídica como Derecho
positivo obligatorio.

Tradicionalmente las fuentes del Derecho positivo se han venido clasificando en


fuentes directas que encierran en sí la norma jurídica, y fuentes indirectas que
ayudan a la producción y comprensión de la norma jurídica pero sin darle existencia
por sí misma. Las fuentes directas son la ley y la costumbre. Como fuentes indirectas
se citan la jurisprudencia, el Derecho natural, el Derecho científico, la analogía, la
equidad, etc.

Otra clasificación es la que distingue entre fuentes materiales y formales. Las


fuentes materiales son aquellos poderes sociales que, dentro del ordenamiento
jurídico, tienen reconocida la posibilidad de producir normas jurídicas con
independencia y primariamente, por propia potestad soberana.

Las fuentes materiales del derecho responden a la pregunta de quién crea el


derecho. Actualmente, en nuestro ordenamiento jurídico la potestad normativa
originaria la tienen las Cortes Generales y las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas. También tienen potestad normativa los grupos sociales a
través de los cuales se crea la costumbre.

Por otro lado, las fuentes formales son los modos o formas de manifestase
externamente el Derecho positivo. Las fuentes formales responden a la pregunta
cómo o en qué forma se establecen las normas jurídicas. En nuestro ordenamiento
jurídico las únicas fuentes formales las establece el Art.1.1 Código Civil: “Las fuentes
del ordenamiento jurídico español son la ley, la costumbre y los principios generales del
derecho.”
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2.3.- Ley. Especial análisis de la Constitución como norma suprema del
ordenamiento jurídico español.
En un principio las constituciones no tuvieron carácter de norma jurídica y la
trayectoria constitucional española es un claro ejemplo de ello. Con la excepción del
breve paréntesis protagonizado por la Constitución republicana de 1931, las
constituciones anteriores a 1978 eran documentos políticos o formulaciones
programáticas no exigibles ante los tribunales de justicia. Carecían de eficacia,
vigencia y fuerza vinculante, estando constantemente a disposición del Rey y las
Cortes.

La Constitución Española de 06 de diciembre de 1978 (en adelante CE) rompe con


la anterior tradición española convirtiéndose en la norma suprema de nuestro
ordenamiento jurídico, la primera de las fuentes del Derecho y norma reguladora de
las demás fuentes del Derecho. Esta posición de norma suprema resulta en primer
lugar, de varios preceptos de la propia CE, como el Art.9.1 CE: “Los ciudadanos y los
poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”.

También resulta de otras normas contenidas en leyes que integran nuestro


ordenamiento jurídico, como el Art.5.1 Ley Orgánica del Poder Judicial: “La
Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico, y vincula a todos los Jueces
y Tribunales, quienes interpretarán y aplicarán las leyes y los reglamentos según los
preceptos y principios constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que
resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en todo tipo de
procesos”. Este artículo contiene el denominado principio de interpretación del
ordenamiento jurídico conforme a la CE.

En segundo lugar, que la Constitución Española es la norma suprema de nuestro


ordenamiento jurídico se manifiesta en la fuerza derogatoria y anuladora que tiene la
propia Constitución, cuya Disposición Derogatoria párrafo 3º establece: “quedan
derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en esta Constitución”. La
fuerza derogatoria de la Constitución es resultado de aplicar el principio de
temporalidad (ley posterior deroga ley anterior) y el principio de jerarquía normativa
(ley superior deroga ley inferior), y actúa frente a todas aquellas normas que sean
incompatibles con la CE y estuviesen vigentes en el momento de su entrada en vigor.

En tercer lugar, se manifiesta en su superioridad formal frente a normas


postconstitucionales, pues la Constitución Española goza de una doble protección
desplegada por los órganos judiciales ordinarios y por el Tribunal Constitucional. Así,
la protección de los órganos judiciales ordinarios resulta del Art.163 CE: “Cuando un
órgano judicial considere, en algún proceso, que una norma con rango de ley, aplicable al
caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la Constitución, planteará la

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cuestión ante el Tribunal Constitucional en los supuestos, en la forma y con los efectos
que establezca la ley, que en ningún caso serán suspensivos”.

La protección por el Tribunal Constitucional la establecen principalmente el


Art.1.1 Ley Orgánica del Tribunal Constitucional: “El Tribunal Constitucional, como
intérprete supremo de la Constitución, es independiente de los demás órganos
constitucionales y está sometido sólo a la Constitución y a la presente Ley Orgánica” y el
Art.27.1 Ley Orgánica del Tribunal Constitucional: “Mediante los procedimientos de
declaración de inconstitucionalidad regulados en este título, el Tribunal Constitucional
garantiza la primacía de la Constitución y enjuicia la conformidad o disconformidad con
ella de las Leyes, disposiciones o actos impugnados”.

Por tanto, la Constitución Española como norma suprema:

1. Vincula a todos los ciudadanos y poderes públicos a la CE (Art.9.1 CE).


Dentro de los poderes públicos; en especial, los Jueces y Tribunales quienes aplican
e interpretan el ordenamiento jurídico de conformidad con la CE (Art.5.1 LOPJ).
2. Normas preconstitucionales: Derogadas las que sean contrarias (Disp. Der.párr.3º).
3. Normas postconstitucionales:
- Órganos judiciales ordinarios pueden plantear la cuestión de
inconstitucionalidad (Art.163 CE).
- Tribunal Constitucional vela por la constitucionalidad de las normas (Art.1.1 y
Art.27.1 LOTC).

Por lo que se refiere a la composición de la Constitución Española se integra por


169 artículos, 4 Disposiciones Adicionales, 9 Disposiciones Transitorias, 1 Disposición
Derogatoria y 1 Disposición Final. Se divide en un Título Preliminar y 10 Títulos que
pueden dividirse en tres partes fundamentales:

- Una parte declarativa o enunciativa que recoge los principios de la CE, los
valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico y los derechos fundamentales y
libertades públicas. (Título preliminar, Título I).

- Una parte orgánica que regula los poderes e instituciones del Estado, esto es,
la Corona (Titulo II), las Cortes Generales (Título III), el Gobierno (Título IV), las
relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales (Título V), el Poder Judicial (Titulo
VI), Economía y Hacienda (Título IV), la Organización Territorial del Estado (Titulo VIII)
y el Tribunal Constitucional (Titulo IX).

- Una parte referida a los procedimientos de reforma constitucional (Titulo X).

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La ley es la norma aprobada por los órganos investidos de potestad legislativa.
En nuestro ordenamiento la potestad legislativa la ostentan las Cortes Generales y los
parlamentos autonómicos o Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas.

Tras la promulgación de la Constitución de 06 de diciembre de 1978 la ley ha


pasado a ocupar el segundo lugar en la jerarquía normativa del sistema de fuentes,
por debajo de la Constitución pero por encima de los reglamentos y demás normas
del ordenamiento jurídico (art. 97 CE). La Constitución consagra la primacía de la ley
sobre cualquier otra fuente de producción de normas debido a que el parlamento
ejerce la soberanía nacional como expresión de la voluntad popular. La consecuencia
es lo que llamamos principio de reserva de ley formal y material.

El principio de reserva de ley formal significa que cualquier materia puede ser
regulada por ley. Cuando esto sucede, por mínima o intrascendente que sea esa
materia, en el futuro sólo puede ser modificada o derogada por una ley posterior, y
ya no puede regularse por un reglamento o una norma de categoría inferior. Su rango
se ha elevado o congelado en un nivel superior, quedando inaccesible a la potestad
reglamentaria (principio de congelación del rango).

El principio de reserva material de ley significa que solo por ley pueden
regularse determinadas materias y no por normas de categoría inferior. La
Constitución formula reservas de ley material en unos 70 artículos, siendo la reserva
unas veces de ley ordinaria y otras de ley orgánica.

Leyes Orgánicas. Antes de la Constitución Española con el nombre de leyes


orgánicas se conocían las leyes relativas a la organización de las instituciones básicas
del Estado. Actualmente, su concepto resulta del Art.81 CE: “Son leyes orgánicas las
relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que
aprueben los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas
en la Constitución. La aprobación, modificación o derogación de las leyes orgánicas exigirá
mayoría absoluta del Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto.”

Por otra parte, tras la publicación de la Constitución Española se planteó el rango


de las Leyes Orgánicas en relación con las Leyes Ordinarias. Puede decirse que ambas
están al mismo nivel y que se deben un respeto recíproco pues sus relaciones se
regulan con arreglo al principio de competencia. Es decir, cada norma es válida en
materias de su competencia. De modo que la posible inconstitucionalidad de una ley
ordinaria no resulta de su inferioridad de rango con respecto a la ley orgánica, sino de
la invasión de ámbitos competenciales reservados expresamente a ley orgánica. Esto
es, la posible inconstitucionalidad de una ley ordinaria no resulta de la vulneración

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del principio de jerarquía normativa del Art.9.3 CE, sino de la vulneración del principio
de competencia del Art.81 CE.

Leyes Ordinarias. Por lo expuesto anteriormente pueden definirse como


aquellas que regulan materias no reservadas a ley orgánica. Pueden ser:
 Leyes de Pleno, que son aprobadas por el Pleno de las Cortes Generales (primero
por el Pleno del Congreso de los Diputados y después por el Pleno del Senado) y
sometidas al Rey para su sanción, promulgación y para ordenar su publicación
en el BOE.
 Leyes de Comisión, cuando las Cámaras delegan en las Comisiones Legislativas
Permanentes la aprobación de proyectos o proposiciones de ley (Art.75 CE).
 Leyes Refrendadas, cuando para su aprobación definitiva son sometidas a
referéndum del pueblo español. Así sucede con:
- La reforma constitucional, siendo el referéndum potestativo a solicitud de la
décima parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras en los casos de
reforma parcial (Art.167.3 CE) y obligatorio en los casos de reforma total o
cuando afecte al Título Preliminar (que establece los principios constitucionales que
constituyen la base fundamental de la Constitución, siendo el sustrato ideológico-político
sobre el que se asienta), a la Sección 1ª Capítulo 2º Título I que proclama los
derechos fundamentales y las libertades públicas, o al Título II relativo a la
Corona (Art.168.3 CE).
- La reforma de los Estatutos de Autonomía (Art.152.2 CE).
- Las decisiones políticas de especial trascendencia también podrán ser
sometidas a referéndum consultivo no vinculante (Art.92 CE).

Además de la ley existen disposiciones con rango y fuerza de ley pero que no son
leyes. Son normas dictadas en virtud de potestades que integran la función legislativa
del Estado y se atribuyen esas potestades al Gobierno para que las ejerza en
supuestos tasados por la propia Constitución y sometido a un estricto control
parlamentario, como consecuencia de atribuir a un órgano constitucional que no es
el titular ordinario de la función legislativa. Estas disposiciones son los Decretos-Leyes
y los Decretos-Legislativos.

Pueden definirse los Decretos-Leyes (Art.86 CE) como las disposiciones


legislativas provisionales dictadas por el Gobierno en caso de extraordinaria y urgente
necesidad, sobre materias cuya regulación es competencia de las Cortes Generales, y
cuya integración definitiva en el ordenamiento jurídico con rango de ley, requiere de
su posterior convalidación por el Congreso de los Diputados en el plazo de los 30 días
siguientes a su promulgación.

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No pueden afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado, a los
derechos, deberes y libertades de los ciudadanos, al régimen de las CC.AA., ni al
Derecho electoral general.

Los Decretos-Legislativos (Arts.82 a 85 CE) pueden definirse como aquellas normas


con rango de ley dictadas por el Gobierno en forma de Decreto, en virtud de una
delegación expresa concedida por las Cortes Generales, para una materia concreta y
por tiempo limitado. Pueden tener dos manifestaciones: Textos Refundidos o Únicos
y Textos Articulados de Leyes de Bases.

Los Textos Refundidos o Únicos tienen lugar cuando las Cortes Generales
autorizan al Gobierno para que, en un solo texto, refunda o agrupe varias
disposiciones legales que inciden sobre un mismo objeto. O además puede autorizar
al Gobierno para una labor más técnica consistente en regularizar, aclarar y armonizar
los textos legales de la refundición, eliminando las discordancias y antinomias que
puedan existir entre tales normas (Ej. Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre,
por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y
Usuarios y otras leyes complementarias).

Los Textos Articulados de Leyes de Bases son aquellos en los que la labor
encomendada al Gobierno es desarrollar a través de una serie de artículos las bases
contenidas en una ley aprobada por las Cortes Generales (Ej. Código Civil).

2.4.- Costumbre.
En sentido vulgar y amplio la costumbre expresa cualquier uso o hábito de la vida
social; es lo que se denomina costumbre de hecho. En sentido técnico y estricto, la
costumbre solo comprende aquellos usos sociales que son fuente de normas jurídicas;
es lo que se denomina costumbre de Derecho o Derecho consuetudinario y es la
norma jurídica creada e impuesta por el uso y la voluntad sociales.

Son varias las clasificaciones que pueden hacerse de la costumbre:

a). Por su relación con la Ley puede hablarse de costumbre según Ley que tiene
por objeto algo ya regulado en la Ley, costumbre fuera de Ley que regula situaciones
sobre las que la Ley guarda silencio, y costumbre contra Ley que regula un punto en
contradicción con lo que para él establece la Ley.

b). Por su ámbito territorial cabe hablar de costumbres generales, regionales y


locales según se practique en todo el territorio que se extiende el ordenamiento
jurídico nacional o solo en una determinada región o en un lugar concreto.

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La costumbre en el ordenamiento jurídico español. Según el Art.1.3 Código Civil:
“La costumbre sólo regirá en defecto de ley aplicable, siempre que no sea contraria a la
moral o al orden público, y que resulte probada.”

Así pues, son requisitos de validez de la costumbre:


 que no sea contraria a la moral o al orden público. Son conceptos jurídicos
indeterminados cuya delimitación corresponde a los órganos judiciales
atendiendo a las circunstancias que concurran en cada caso concreto.
 que resulte probada. A diferencia de la Ley que para ser aplicada por los
Tribunales basta con invocarla, el que alega la costumbre debe probar que rige
en el lugar donde se ha desenvuelto la relación jurídica a la que se pretende su
aplicación.

Valor jurídico de la costumbre. Por su relación con la Ley, la costumbre según ley
o interpretativa de la ley no crea otra norma, no es fuente del Derecho, sino una mera
interpretación de la norma jurídica contenida en la Ley. En cambio, la costumbre fuera
de Ley es fuente del Derecho, aunque para su aplicación se exige no solo que no exista
ley aplicable directamente, sino que tampoco pueda aplicarse la ley por analogía.

La costumbre contraría a la Ley está prohibida por el Art.1.3 Código Civil que
dispone que “La costumbre sólo regirá en defecto de ley aplicable […].”

2.5.- Principios generales del Derecho.


Los principios generales del Derecho pueden definirse como aquellas verdades
jurídicas universales dictadas por la razón que sirven de fundamento al derecho
positivo de cada país y que pueden inducirse por vía de sucesivas generalizaciones de
las disposiciones particulares de la ley.

Estos principios tienen dos formas de manifestación: la jurisprudencia y la


doctrina científica. Así, la jurisprudencia ha consagrado entre otros muchos principios
el de igualdad ante la ley; el de que nadie puede ir contra sus propios actos; el de que
cada uno debe sufrir las consecuencias adversas de sus propios actos u omisiones; el
de que nadie puede enriquecerse injustamente; el principio de proporcionalidad
entre la sanción y la infracción, etc.

También los autores o la llamada doctrina científica cuando en sus obras no se


han limitado a una exposición didáctica del Derecho sino a explicar las conexiones
existentes entre las instituciones jurídicas han puesto de relieve la existencia de los
principios generales del Derecho.

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Funciones. El Art.1.4 Código Civil establece que: “Los principios generales del
derecho se aplicarán en defecto de ley o costumbre, sin perjuicio de su carácter informador
del ordenamiento jurídico.” Por tanto, las funciones que realizan son diversas:

 Son fuente del Derecho en cado de insuficiencia de ley y de costumbre, debiendo


ser aplicados por el Juez para resolver una cuestión controvertida.
 Son fundamento del ordenamiento jurídico, pues convierten el conjunto
inorgánico de las normas en una unidad vital.
 Son informadores de la labor interpretativa, en el sentido de que señalan los
motivos y criterios de interpretación de las demás normas, indicando las
fórmulas interpretativas que se deben elegir. Por ejemplo, una norma acorde
con los principios generales del Derecho deberá ser objeto de una interpretación
extensiva y amplia, mientras que una norma que aparezca en contradicción
deber ser interpretada de forma restrictiva.

Muchos de los principios generales del Derecho están actualmente reconocidos


en nuestra Constitución de 6 diciembre de 1978, como el Art.9.3: “La Constitución
garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las normas, la
irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos
individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad
de los poderes públicos” o el principio de igualdad ante la ley del Art.14 CE: “Los
españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por
razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social”.

2.6.- Los tratados internacionales. El Derecho de la Unión Europea.


Un tratado internacional puede definirse como todo acuerdo regido por el
Derecho Internacional y celebrado por escrito entre Estados, ya conste en un
instrumento único o en dos o más instrumentos conexos, y cualquiera que sea su
denominación llámese tratado, convenio, protocolo u otra semejante. Del concepto
de tratado solo quedan excluidos los acuerdos entre un Estado y un particular
extranjero, sea persona física o jurídica, los cuales se rigen por leyes nacionales.

Respecto a su posición en el sistema de fuentes de acuerdo con el Art.1.5 Código


Civil y el Art.96 Constitución las normas jurídicas contenidas en los Tratados
Internacionales válidamente celebrados formarán parte de nuestro ordenamiento
jurídico una vez que hayan sido publicados en el BOE.

Por lo que se refiere al valor de los tratados en relación con las leyes el Tribunal
Supremo ha declarado que las normas de Derecho Internacional contenidas en los
Tratados Internacionales ratificados por España prevalecen en caso de conflicto o
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contradicción con las fuentes de Derecho interno que pudieran diferir de lo estipulado
en el Tratado. Además, una vez ratificado el tratado, sus disposiciones sólo podrán
ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados
o de acuerdo con las norma generales del Derecho Internacional. Por tanto, no existe
posibilidad de que el Estado pueda aplicar normas internas para modificar, suspender
o derogar un tratado por su propia voluntad.

El Art.93 de la Constitución abrió la puerta a la integración europea de España


en la Comunidad Económica Europea. Las Leyes Orgánicas de 2 de agosto de 1985 y
de 16 de noviembre de 1986 permitieron la ratificación y adhesión a los Tratados
constitutivos de las Comunidades Europeas y del Acta Única Europea, que reformaba
los Tratados Constitutivos y, más recientemente, del Tratado de la Unión Europea.

La Unión Europea crea un ordenamiento jurídico obligatorio dentro de su ámbito


competencial, que se impone a los Estados miembros (principio de primacía), y que
debe estar coordinado con los ordenamientos propios o internos de cada uno de los
Estados miembros. El art.93 de la Constitución española hizo posible la atribución del
ejercicio de competencias a la Unión Europea, mediante un reparto de poder entre
Unión Europea y España, denominado principio de atribución; según el cual la Unión
Europea ejerce exclusivamente las competencias cedidas por los Estados, y las demás
competencias permanecen bajo la soberanía de éstos.

El Derecho comunitario suele dividirse en derecho originario o primario y


derecho derivado o secundario:

a) El Derecho comunitario originario o primario se contiene en los Tratados


constitutivos (CECA, CEE y EURATOM), y sus sucesivas modificaciones (Maastrich,
Ámsterdam, Niza). En ellos se diseña tanto la composición y funcionamiento de las
Instituciones de la Unión Europea (Parlamento, Consejo, Comisión, Tribunal de Justicia de
la CE, Tribunal de 1.ª Instancia, etc.), como los principios y libertades básicos del
mercado interior (libre circulación de personas, capitales, mercaderías, libre competencia,
protección del consumidor y medio ambiente, política agraria común, etc.), y cada vez
avanza con más fuerza hacia una unión política (como lo demuestra la Carta de Derechos
Fundamentales de la Unión Europea y el Convenio de Lisboa).

b) El derecho derivado o secundario proviene de las instituciones de la Unión


Europea, está formado por diversas fuentes entre las que destacan los Reglamentos
y Directivas por su carácter general y vinculante, si bien hay otras normas
comunitarias de importancia menor, como las decisiones, recomendaciones o
dictámenes.

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El Reglamento es una norma general, vinculante para los Estados miembros y
directamente aplicable a dichos Estados sin que éstos tengan que realizar ningún acto
de adaptación de su Derecho interno. Se aplica en términos de igualdad a todos los
Estados miembros, que no pueden formular reservas respecto de su aplicación ni
desistir unilateralmente de aplicarlos. Su entrada en vigor determina la inaplicación
del derecho interno que sea contrario a su contenido, pues el Reglamento goza de
primacía en los ámbitos competenciales que pertenecen a la UE.

La Directiva también es una norma comunitaria general, vinculante para los


Estados miembros, pero concediéndoles un plazo de incorporación o trasposición al
Derecho interno para realizar las modificaciones pertinentes en su ordenamiento. Por
tanto, para la completa eficacia de la Directiva el Estado miembro debe concretar los
medios y órganos que hacen eficaces la norma. Es el principio de autonomía
institucional.

Transcurrido el plazo sin que el Estado miembro haya realizado la transposición


o incorporación de la Directiva a su derecho interno, hay que distinguir:

a) Si en el derecho interno existe alguna norma sobre la materia regulada por la


Directiva, el órgano jurisdiccional, al aplicar el derecho interno, debe interpretarlo
conforme a la Directiva para alcanzar el resultado previsto en ésta (principio de
interpretación conforme a la Directiva).

b) Si no existe ninguna regulación estatal sobre la materia, el ciudadano podrá


invocar la aplicación directa de la Directiva siempre que ésta sea lo suficientemente
clara y precisa (principio del efecto directo).
También puede exigir al Estado miembro que repare el daño causado cuando:
- el objetivo de la Directiva sea atribuir derechos a los particulares,
- el contenido del derecho invocado pueda determinarse basándose en las
disposiciones de la Directiva por ser lo suficientemente clara y precisa, y
- cuando exista una relación de causalidad entre el incumplimiento de la
obligación que incumbe al Estado y el daño sufrido por la persona afectada.

2.7.- La jurisprudencia.
Puede definirse la jurisprudencia como la doctrina establecida por el Tribunal
Supremo de modo reiterado al interpretar y aplicar la ley, la costumbre y los principios
generales del derecho (art.1.6 Código Civil).
Para que la doctrina del Tribunal Supremo se convierta en jurisprudencia son
necesarios los siguientes requisitos:

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a). Que se trate de doctrina reiterada en, al menos, 2 sentencias.

b). Que la doctrina se establezca al interpretar o aplicar la ley, la costumbre o los


principios generales del derecho.

c). Que esa doctrina haya sido utilizada como razón básica (ratio decidendi) para
adoptar la decisión contenida en las sentencias. No tienen el valor de jurisprudencia
las afirmaciones que haga el Tribunal Supremo con carácter incidental o como
argumentaciones subsidiarias o a mayor abundamiento (obiter dicta).

d). Que exista identidad sustancial de hecho entre los casos concretos decididos
por las sentencias, sin que baste una mera similitud o analogía.

e). Que proceda del Tribunal Supremo y de la sala dedicada a la materia a la que
se refiere el criterio jurisprudencial. Esto es, el Tribunal Supremo está dividido en 5
salas por razón de la materia: Civil, Penal, Contencioso-Administrativo, Social o
Laboral y Militar. De modo que la sala de lo Civil solo puede establecer jurisprudencia
para materias civiles, la sala de lo Penal para materias penales y así sucesivamente.

Valor de la jurisprudencia. El problema básico que siempre se ha planteado es el


de determinar si la jurisprudencia es o no fuente del Derecho. En principio la
respuesta debe ser negativa argumentando que en ningún texto legal se confiere al
Tribunal Supremo ni a ningún otro Tribunal la facultad de crear normas jurídicas, sino
que su misión es interpretarlas para aplicarlas a los casos concretos que ante ellos se
presenten.

Ahora bien, la frecuencia cada vez mayor con que el legislador deja los supuestos
de hecho de la norma poco dibujados, el frecuente uso de conceptos jurídicos
indeterminados (buena o mala fe, interés público, etc.), e incluso poner en manos del
Juez que se produzca o no la consecuencia jurídica establecida en la ley desmiente
que juzgar sea una operación mecánica de subsunción del hecho real en el previsto
por la norma. Ej. el Art.147 Código Penal castiga las lesiones con prisión de 3 meses a
3 años, pero según el Art.148 Código Penal las lesiones podrán ser castigadas con
pena de prisión de 2 a 5 años atendiendo al resultado causado o al riesgo producido
según determinados supuesto previstos en el propio artículo 148. Pero esa valoración
del resultado causado o riesgo producido y de si podrán castigarse con esa sanción
mayor corresponde al Juez.

En cualquier caso, lo cierto es que el Art.1.6 CC no enumera la jurisprudencia


entre las fuentes del derecho sino que le atribuye la misión de complementar el

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ordenamiento jurídico. Por tanto, pueden asignarse a la jurisprudencia las siguientes
funciones (Díez Picazo):

 Una función de interpretación en sentido estricto de las normas, mediante la


cual el Tribunal Supremo establece el alcance y significado de una expresión
ambigua u oscura de un determinado precepto legal.

 Una labor de interpretación integradora de las normas, cuando introducen


variantes exigidas por su coherencia sistemática dentro del ordenamiento
jurídico.

 Una labor de consagración de los principios generales del derecho,


extrayéndolos del ordenamiento y aplicándolos en los casos que procedan con
arreglo al sistema de fuentes.

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TEMA 3.- LA EFICACIA DEL DERECHO

3.1.- La eficacia obligatoria:


3.1.1.- Deber general de cumplimiento y la ignorancia de la norma.
3.1.2.- El principio “Iura novit curia”.
3.1.3.- La exclusión voluntaria de la ley aplicable: normas imperativas y dispositivas.
3.2.- Eficacia de las normas en el tiempo: vigencia y derogación.
3.3.- Eficacia de la norma en el espacio.
3.4.- Eficacia sancionadora.

3.1.- La eficacia obligatoria:


3.1.1.- Deber general de cumplimiento y la ignorancia de la norma.
3.1.2.- El principio “Iura novit curia”.
La norma cumple su cometido acotando una parte de la realidad social a la que
otorga un nuevo valor atribuyéndole determinados efectos generales y especiales.

 El efecto especial se manifiesta transformando la realidad social en realidad jurídica


haciendo productores de determinados efectos jurídicos a los hechos que
contempla. Es la eficacia constitutiva de las normas (De Castro).

 El efecto general se manifiesta en un deber general de cumplimiento y la reacción


jurídica en caso de desobediencia o incumplimiento. A su vez, el efecto general se
traduce en varios deberes:
- cumplir el mandato concreto contenido en la norma,
- no obstaculizar el cumplimiento de ese mandato,
- respetar las situaciones jurídicas creadas o nacidas al amparo de la norma, y
- cooperar a conseguir el fin de la norma.

Por tanto, la norma no solo impone un deber de cumplimiento a aquél


destinatario concreto a quien va dirigido, sino que impone a todos los ciudadanos un
deber general de respeto y colaboración. Para los funcionarios este deber es especial
o cualificado pues deben cumplir y hacer cumplir las normas jurídicas, pudiendo
incurrir en caso de incumplimiento en responsabilidad civil frente a quien resulte
perjudicado e incluso en responsabilidad penal.

En este sentido, los Jueces, como funcionarios tienen un deber especial de


conocer el Derecho. Es el principio “iura novit curia”;es decir, el tribunal conoce el
Derecho. Este principio conlleva que ante los Tribunales solo es necesario probar los
hechos, no siendo necesario alegar el Derecho, pues el Tribunal debe conocerlo y

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aplicarlo de oficio. También suele aludirse a este principio con la máxima “daha mihi
factum dabo tibi ius”; es decir, dame los hechos y yo te doy el derecho.

3.1.3.- La exclusión voluntaria de la ley aplicable: normas imperativas y dispositivas.


Esta cuestión se comprende mejor poniéndola en relación con la distinción entre
normas imperativas y dispositivas. Aunque toda norma contiene un mandato, ese
mandato no siempre implica una imposición o prohibición para el ciudadano, sino que
en ocasiones los destinatarios de la norma pueden voluntariamente no aplicarla. Esto
nos lleva a distinguir entre normas imperativas y dispositivas.

Las normas imperativas propiamente dichas o de derecho necesario u


obligatorio en sentido estricto (ius cogens) se caracterizaban porque el mandato que
regula el supuesto de hecho queda obligatoriamente circunscrito a la previsión legal,
sin que la voluntad de las partes que intervienen pueda derogarlo y sustituirlo por
otra regla diferente.

En cambio, las normas dispositivas son aquellas que contienen mandatos


reguladores de supuestos de hecho que pueden sustituirse por las personas
interesadas por otras reglas. En tal caso, la norma jurídica desempeña una función
supletoria de la propia capacidad de autorregulación del problema reconocido a los
particulares. Por tanto, para que una ley aplicable pueda quedar excluida por
voluntad de los afectados es menester que se trate de una norma dispositiva.

En este sentido, con carácter general el Art.6.2 Código Civil establece: “la
exclusión voluntaria de la ley aplicable y la renuncia a los derechos en ella reconocidos sólo
serán válidas cuando no contraríen el interés o el orden público ni perjudiquen a terceros”.

Los requisitos de no contrariar el interés o el orden público ni perjudicar a


terceros son conceptos jurídicos indeterminados que deberá concretar el Juez
atendiendo a las circunstancias que concurran en cada caso concreto.

3.2.- Eficacia de las normas en el tiempo: vigencia y derogación.


La eficacia o fuerza obligatoria de las normas tiene límites en el espacio y en el
tiempo. Los límites temporales se refieren a cuándo comienza y cuándo acaba la
vigencia de la norma.

En cuanto al comienzo o entrada en vigor, los ordenamientos jurídicos adoptan


diversos sistemas. Cabe que las leyes sean obligatorias desde el mismo momento de
su publicación (sistema instantáneo) o que señalen un plazo llamado “vacatio legis”
entre el momento de su publicación y el momento en que comienza la vigencia de la
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ley (sistema aplazado o diferido). Nuestro ordenamiento opta como regla general por
esta segunda opción del sistema aplazado o diferido en el Art.2.1 Código Civil: “Las
leyes entrarán en vigor a los veinte días de su completa publicación en el Boletín Oficial
del Estado, si en ellas no se dispone otra cosa.”

Ahora bien, la expresión “si en ellas no se dispone otra cosa” permite señalar plazos
más amplios de entrada en vigor cuando se trate de una norma extensa, o plazos más
breves o incluso el mismo día de su publicación para conseguir de forma inmediata el
fin que la ley persigue.

Respecto al fin de la vigencia de la norma, la regla general es que las normas se


dictan para ser vigentes por tiempo ilimitado, con carácter permanente. También es
posible que se dicten normas de ámbito temporal estableciendo un periodo de
vigencia determinado, como las Leyes Generales de Presupuestos que tienen vigencia
por un año o la norma que regula la matrícula universitaria que tiene vigencia para un
curso escolar.

Cuando se trata de leyes temporales su vigencia termina cuando concluye el


período de tiempo o consiguen el fin determinado en la propia norma. Cuando se
trata de normas destinadas a ser duraderas o permanentes en el tiempo, el fin de su
vigencia se produce cuando el legislador aprueba una ley nueva que deroga la
anterior.

La derogación puede ser total o parcial dependiendo de si la ley nueva afecta a


todo o parte de la norma anterior. O puede ser expresa o tácita dependiendo de si el
legislador deroga una o varias normas anteriores porque la nueva norma así lo dice
expresamente o porque la nueva norma se opone a la anterior. En estos casos de
derogación tácita, a veces puede resultar difícil determinar qué es lo derogado y qué
sigue vigente, por lo que como indicación orientadora (De Castro) habrá que tener en
cuenta varios requisitos:
 Que ambas leyes regulen la misma materia,
 Que ambas leyes tengan identidad de destinatarios,
 Que exista contradicción o incompatibilidad entre los fines de los preceptos.

La derogación de las leyes plantea como principal problema determinar la


eficacia que tiene la ley nueva sobre los hechos y relaciones jurídicas nacidas cuando
regía la ley anterior, pero que aún no han concluido o no han terminado de producir
todos sus efectos.

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El problema puede resolverse mediante el criterio de la retroactividad; es decir,
cuando la nueva ley se aplica a hechos, relaciones jurídicas y efectos producidos
durante la vigencia de la ley anterior. O mediante el criterio de la irretroactividad;
esto es, cuando la nueva ley no se aplica a tales hechos, relaciones y efectos, sino que
respeta el estatus producido bajo la vigencia de la ley anterior.

Pues bien, el Código Civil establece como regla general la irretroactividad y


como excepción la retroactividad en el Art.2.3 CC: “Las leyes no tendrán efecto
retroactivo, si no dispusieren lo contrario”.

Ahora bien, en caso de que el legislador quiera aplicar la retroactividad como


excepción, tiene como límite el Art.9.3 Constitución que garantiza la irretroactividad
de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos
individuales. Esto es, si la nueva ley fija sanciones a derechos individuales (nulidad de
un contrato, pena de multa, etc.) que no se fijaban en la ley anterior, deberá respetar el
estatus anterior, por lo que la nueva ley no podrá sancionar esas situaciones jurídicas
anteriores.

3.3.- Eficacia de la norma en el espacio.


Las normas jurídicas tienen un ámbito de vigencia limitado en el espacio, pues la
autoridad de la que emana la norma solo puede imponer su fuerza y medios coactivos
dentro de sus límites territoriales. Para determinar el ámbito de vigencia espacial de
una norma se utilizan los criterios o principios de territorialidad y personalidad:

- Según el principio de territorialidad las leyes españolas se aplican a todos aquellos


hechos acaecidos en territorio español o a todas aquellas personas, nacionales o
extranjeras, que se encuentran en España (Art.8.1 CC y Arts.21 y 23 LOPJ).

- Según el principio de personalidad, las leyes españolas se aplican a los ciudadanos


españoles con independencia del lugar donde se encuentren (Art.9.1 CC).

3.4.- Eficacia sancionadora.


La sanción es la consecuencia jurídica que establece el ordenamiento jurídico a
la infracción o inobservancia de la norma, pudiendo imponerse de forma coactiva por
el órgano creador de la norma. Podemos distinguir varios tipos de sanciones:

- Sanciones punitivas. Consisten en la limitación de derechos o restricción de


libertades al infractor de la norma, como la pena de prisión, multas pecuniarias,
inhabilitación para acceder a cargos públicos, privación del derecho a conducir
vehículos a motor, privación del derecho a residir en determinados lugares, etc.

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- Sanciones resarcitorias. Pretenden eliminar, en la medida de lo posible, el daño
cometido, restableciendo la situación jurídica anterior al comportamiento ilícito, o
reparando el daño ocasionado, o, en su defecto, mediante una indemnización.

- Ejecución forzosa. Consiste en aplicar la norma infringida de forma coactiva o a


través de la fuerza, por la autoridad judicial de oficio o a instancia del interesado a
costa del infractor de la norma.

- Sanción general de nulidad. Está prevista en el Art.6.3 Código Civil: “Los actos
contrarios a las normas imperativas y prohibitivas son nulos de pleno derecho, salvo
que en ellas se establezca un efecto distinto para el caso de contravención”. Es decir,
el acto contrario a derecho carece de eficacia de modo completo e irremediable,
sin admitir subsanación o confirmación. Esta carencia de efectos se produce “ex
tunc” (desde siempre), es decir, desde el mismo instante en que fue realizado el
acto nulo.

- Actos fraudulentos. Son aquellos que persiguen un resultado prohibido por una ley,
pero se amparan en otra ley diferente dictada con finalidad distinta para vulnerar
aquella ley (crear una asociación de consumo de cannabis para traficar con drogas,
contraer matrimonio para adquirir la nacionalidad y una vez adquirida divorciarse, etc .).
La sanción prevista para los casos de haber actuado de forma fraudulenta se
contiene en el Art.6.4 Código Civil y consiste en “la debida aplicación de la norma que
se hubiera tratado de eludir”.

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TEMA 4.- LA APLICACIÓN DEL DERECHO

4.1.- Calificación.
4.2.- Integración. La analogía.
4.3.- Interpretación.
4.4.- La equidad en la aplicación de la norma.

4.1.- Calificación.
La primera operación para la aplicación de una norma es la elección de la misma
entre todas las que integran el ordenamiento jurídico para aplicarla a un caso
concreto. Esta labor supone tres operaciones intelectuales o mentales distintas:

1) Hallar la norma aplicable al caso concreto. Para encontrar la norma aplicable al


caso concreto no existen reglas determinadas, sino que el jurista se sirve de la
intuición propia de quien conoce el Derecho. Una vez encontrada la norma
aplicable debe proceder a su crítica formal y material. Mediante la crítica formal
se depura el contexto externo de la norma con operaciones tales como corregir
defectos gramaticales o erratas que pudiera tener. Mediante la crítica material el
operador jurídico califica si esa norma es o no contraria a otras que, por ser de
jerarquía superior en el orden escalonado del ordenamiento jurídico, deben
prevalecer en todo caso. En nuestro ordenamiento la norma primera y superior
es la Constitución, por lo que la primera operación de crítica material de la
aplicación de la norma aplicable consistirá en examinar si esa norma es o no
conforme a la Constitución.

2) Fijar los límites temporales y espaciales de la fuerza imperativa de esa norma.


Esto es, determinar si está o no vigente, su ámbito territorial de aplicación y su
ámbito personal.

3) Eliminar los problemas que puedan surgir de un posible concurso de normas a un


mismo supuesto.

4.2.- Integración. La analogía.


El término integración se refiere a la técnica consistente en suplir o llenar las
lagunas normativas de aquellas partes del ordenamiento carentes de regulación
expresa. Cuando una materia carece de una regulación expresa, el aplicador jurídico
acude a la analogía, la equidad y la jurisprudencia, por lo que en este sentido cabe
hablar de plenitud del ordenamiento jurídico.

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La analogía puede definirse como la aplicación extensiva de una norma o de los
principios extraídos de una norma a un caso no previsto expresamente en ella, pero
con el que presenta afinidad o semejanza esencial con otro caso que la norma sí
regula (Art.4.1 Código Civil).

Así pues, son requisitos para la aplicación de la analogía:


- La existencia de una laguna legal con respecto al caso planteado.
- La concurrencia de semejanza o igualdad jurídica esencial entre el supuesto no
regulado y el supuesto regulado por la norma.
- Que no esté prohibida la aplicación de la analogía, pues el Art.4.2 Código Civil:
“Las leyes penales, las excepcionales y las de ámbito temporal no se aplicarán a
supuestos ni en momentos distintos de los comprendidos expresamente en ellas”.

4.3.- Interpretación.
El Código Civil establece varios criterios sobre cómo interpretar las normas en el
Art.3.1: “Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación
con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la realidad social del tiempo en
que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de
aquellas”. Examinemos tales criterios:

- Elemento gramatical. “Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus


palabras”. Se trata de analizar el significado de las palabras según el uso común o
gramatical y según el significado técnico-jurídico, que pueden coincidir o ser
distintos, en cuyo caso prevalecerá este último.

- Elemento sistemático. “Las normas se interpretarán […] en relación con el


contexto”. Se refiere al contexto que esa norma concreta tiene dentro del
capítulo, o título, o la ley donde está incluida.

- Elemento histórico y legislativo. “Las normas se interpretarán […] en relación con


los antecedentes históricos y legislativos”. Al interpretar la norma se tiene en cuenta
el momento histórico en que fue aprobada, los antecedentes legislativos (como
otras normas ya derogadas, otras normas en las que se inspira), los trabajos preparatorios
de esa ley, los discursos parlamentarios pronunciados al ser aprobada, etc.

- Elemento sociológico. “Las normas se interpretarán […] en relación con la realidad


social del tiempo en que han de ser aplicadas”. Al tener en cuenta la realidad social
del tiempo en que ha de ser aplicada la norma es posible aplicarla a nuevas
realidades no existentes en el momento de su aprobación, o con estados de
opinión diferentes de los que predominaban en el momento de nacer la norma.

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- Elemento teleológico. “Las normas se interpretarán […] atendiendo
fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas”. Es la llamada ratio legis o
fundamento de la ley, el fin o resultado que quiere alcanzarse con la aplicación
de la norma.

- Elemento lógico. Aunque el Código Civil no lo mencione expresamente el


razonamiento lógico es otro criterio interpretativo. Así, el que puede lo más
puede lo menos, donde la ley no distingue yo no debo distinguir.

Otro criterio es la interpretación conforme a la CE que se contiene en el art.5.1


Ley Orgánica del Poder Judicial: “La Constitución es la norma suprema del ordenamiento
jurídico, y vincula a todos los Jueces y Tribunales, quienes interpretarán y aplicarán las
leyes y los reglamentos según los preceptos y principios constitucionales, conforme a la
interpretación de los mismos que resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal
Constitucional en todo tipo de procesos.”

También es un criterio la interpretación de los derechos fundamentales conforme


a las normas internacionales que establece el Art.10.2 Constitución: “Las normas
relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce, se
interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los
Tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias, ratificados por España”.

Respecto a las clases de interpretación, atendiendo a la persona u órgano que lo


realiza pueden ser doctrinal, judicial, auténtica y cautelar:
 La doctrinal tiene lugar por las opiniones autorizadas de los autores o
jurisconsultos;
 La judicial es la que realizan los Jueces y Tribunales al resolver los asuntos
planteados ante ellos;
 La auténtica es la que realiza la propia ley al explicar o aclarar su propio
contenido; y
 La cautelar es aquella que realizan las personas que asumen una labor de
asesoramiento como notarios, abogados, asesores, etc. tratando de prevenir o
evitar conflictos que pudieran suscitarse en el futuro.

Por los efectos o resultados, la interpretación puede ser declarativa que


únicamente determina el significado de las palabras de la ley; restrictiva que ciñe el
texto de la ley a los límites que exige su finalidad y espíritu; y extensiva que pretende
ampliar el texto de la ley a supuestos diferentes de los comprendidos en ella.

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4.4.- La equidad en la aplicación de la norma.
La equidad es un criterio de justicia utilizado en la aplicación de la norma para
que ésta se adapte a las circunstancias del caso concreto.

Tiene varias funciones:


 Función constitutiva. La equidad flexibiliza la norma para suavizar el precepto a la
vista de las circunstancias que concurran en cada caso concreto.
 Función interpretadora, para evitar que de la excesiva generalidad y la rígida
aplicación de la norma al caso concreto resulte una injusticia manifiesta.
 Función integradora. En defecto de ley, la equidad permite descubrir y aplicar el
principio jurídico que mejor se aplique al supuesto de hecho concreto.

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