Se analiza la teoría del vínculo en el contexto educativo, enfatizando que el trabajo
pedagógico va más allá de lo cognitivo y está influenciado por elementos socioafectivos, psicodinámicos y comunicacionales. Analiza las diferentes áreas relacionales en las que los profesores deben interactuar y explora la importancia de un enfoque relacional positivo al interactuar con los estudiantes, se analiza el papel del poder en la dinámica relacional, la presencia de mensajes de confirmación o desconfirmación en las interacciones y los códigos cambiantes de interacción en los últimos años.
Enfatiza la importancia de la relación maestro-alumno en el aula al resaltar la necesidad de
que el maestro se acerque a los estudiantes con respeto, aceptación y apoyo, la importancia de que los estudiantes se sientan reconocidos como individuos y entiendan que el maestro está ahí para ayudarlos y apoyarlos en su proceso de aprendizaje, la importancia de la relación maestro-alumno en la creación de un ambiente de aprendizaje positivo y propicio, donde el maestro es visto como un aliado y no como un adversario. Además, se analiza cómo las actitudes, gestos y palabras del docente contribuyen al desarrollo de una propuesta relacional única y personal con los estudiantes. Subraya el impacto de las acciones y actitudes del maestro en las experiencias de aprendizaje de los estudiantes y en la atmósfera general del aula. El capítulo también destaca el papel del docente en el fomento de una relación armoniosa y respetuosa con cada estudiante, así como la importancia de una relación docente-alumno positiva y constructiva para abordar y prevenir conflictos dentro del aula. Algunos de los diferentes enfoques y actitudes que un maestro puede tener para construir relaciones con los estudiantes incluyen: Mostrar aceptación y respeto por cada estudiante como individuo, enfatizando sus cualidades positivas y potencial. Demostrar voluntad de conocer personalmente a cada estudiante, lo que incluye recordar y reconocer sus nombres e interactuar con ellos a nivel humano. Fomentar un sentido de confianza y apoyo al enfatizar los logros de los estudiantes y brindar un ambiente de aprendizaje positivo y constructivo. Acercarse a los estudiantes con una actitud abierta y no punitiva, buscando comprender su relación con la materia y su experiencia global con el aprendizaje. Involucrar a los estudiantes en actividades de aprendizaje activas y accesibles que satisfagan sus intereses y habilidades individuales, con el objetivo de involucrar a todos los estudiantes en el proceso de aprendizaje. Estos diferentes enfoques y actitudes contribuyen al desarrollo de una relación positiva entre profesor y alumno y un entorno de aprendizaje propicio en el aula. También señala que dentro del espectro socialmente aceptable de actitudes que se alinean con un rol específico, puede haber muchas diferencias de enfoque, dependiendo de las circunstancias, el contexto y las personalidades o estilos relacionales de los individuos involucrados. Se observa que estas dinámicas también están presentes en el ambiente escolar, donde ciertos códigos rigen la relación profesor-alumno, y estos códigos han evolucionado a lo largo de los años, lo que puede influir en la aparición de situaciones conflictivas en el aula. La propuesta relacional única y personal del docente, que se comunica continuamente a los estudiantes a través de sus acciones y actitudes. Explica que a través de sus interacciones con los estudiantes, los profesores pueden transmitir actitudes de accesibilidad, un intento de promover una relación armoniosa y amistosa, o una actitud más reservada, distante o cautelosa. Las expresiones de confianza o desconfianza del profesor en el potencial de aprendizaje de los estudiantes, su disposición a mostrar aprobación o desaprobación y su distribución de la atención y la interacción entre los estudiantes son parte de su propuesta relacional. Estas actitudes se expresan a través de gestos, palabras y miradas, y contribuyen a la creación de un ambiente relacional específico en el aula.