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El matrimonio constituye la unión de las personas porque se crea un aire familiar y lleva
consigo también la unión de los bienes, se crea la familia constituyendo así un patrimonio
familiar mientras la ley fija imperativamente las reglas que rigen la unión de las personas y
deja a los futuros esposos la posibilidad de determinar en que medida se realizará la unión
de los bienes estos pueden decidir si ponerlo todo en común o por el contrario mantener
una separación entre sus bienes cuando estos adoptan por la separación parecería
matrimonio carece de influencia sobre la esfera patrimonial pues cada una conserva lo que
es de su propiedad pero en realidad está separación no puede ser total porque el
matrimonio lleva consigo comunidad de vida y esto implica necesariamente cierta
comunidad de los bienes y de los recursos en ese sentido la pregunta sería: ¿que pasaría
con los hijos cuando los esposos llevarán un tren de vida propio en el cual no haya nada
que fuera de la familia? Sabemos que la ley 136-03 obliga a cada uno de los cónyuges a la
manutención de los hijos menores así como también a contribuir con la carga del
matrimonio por lo tanto establece en cierta medida una comunidad forzosa de los recursos y
de los bienes, es decir, es inevitable que la vida común de los esposos no esté entrelazada
y por lo tanto existe una confusión de los bienes mobiliarios de los ingresos y de los gastos.
Cuando los esposos resuelve vivir separados de bienes se plantea muchos problema
jurídicos que la ley prevé, pero siempre en la partición se debe ser cuidadoso pero cuando
los cónyuges deciden poner en común ya sea la totalidad o una parte se sus bienes y de
sus recursos de esta manera surge la necesidad de dejar en mano se los esposos la
elección del régimen matrimonial pero el legislador traza de manera supletoria todos los
tipos principales para ayudar a dicha elección.
El artículo 1387 del código civil dominicano dice el principio de la libertad de la elección del
régimen matrimonial de los esposos pero la ley no rige la asociación conyugal en cuanto a
los bienes sino a la falta de convenciones siempre y cuando no sea contraria a las buenas
costumbres y no sea contrapongan con las disposiciones legales es decir los esposos
tienen la elección de hacer o de no hacer contrato en caso de no hacerlo están sometidos
entonces en el régimen supletorio legal del artículo antes mencionado y se subordina a esa
elección que se cumplan con ciertas reglas imperativas y de orden público. El artículo 1388
del código civil dominicano precisa que los esposos no pueden derogar las reglas extras
matrimoniales que regulan los poderes de cabeza de familia o aquellos relativos de los
bienes reservados de la mujer. Cualquier cláusula contraría a esto es nula de pleno
derecho.
Las convenciones matrimoniales son las carta pecuniaria del matrimonio, participan de su
carácter sustitucional en el sentido que la elección de un régimen hecho por los esposos en
el momento que su matrimonio es irrevocable tanto así que si los mismos se divorcian y
vuelven a unirse deberán elegir el régimen anterior o sea por el que tuvieron unido al
antiguo derecho prohibió las donaciones de los cónyuges hoy en día el código civil lo
autoriza pero con la salvedad que los mismos son revocables en todo momento lo que si se
encuentra prohibido es el contrato de compraventa entre los esposos de acuerdo a lo
establecido el artículo 1595 pues resultaría fácil disimular como venta una donación ponlo
cual la misma se tomaría irrevocable.
2- los regímenes de separación: en este régimen no existe bienes comunes sino bienes
propios de cada uno de los cónyuges sobre los cuales cada uno contiene la administración,
disposición y disfrute de los mismos.
3- el régimen dotal: es una variación del régimen de separación en el cual la mujer en lugar
de contribuir a la carga del matrimonio con sus ingresos, esta entrega bienes muebles o
algunos de ellos a su marido quien tendrá el disfrute y la administración de los mismos.
Los bienes parafernales son los bienes de la mujer que no están afectados por la carga del
hogar y lo mismo ella puede retener.
Constitución de la dote
La palabra dote posee varios sentidos en el régimen matrimonial si le da este nombre a una
parte de los bienes de la mujer para que estén sometidos a una reglamentación especial
dentro del matrimonio también la dote es la liberalidades hechas casi siempre por los
padres a los futuros esposos en vista de su matrimonio en el entendido de perpetuar la
familia sabemos que el patrimonio familiar se transmite normalmente a los hijos al morir los
padres pero el deseo de estos de que los hijos formen una familia y logren perpetuar el
hogar le entregan una parte de su patrimonio no es un cargo directo a los padres sino un
deber imperioso de familia que es una obligación material.
El régimen de separación no comprende está diferencia, cada uno de los esposos conserva
la propiedad dividida de sus bienes, cada cónyuge tiene no solo la propiedad sino el disfrute
y la administración de sus bienes. En el régimen dotal por el contrario algunos bienes de la
mujer (los bienes dotables) especialmente a la familia estan convencidos al marido quien
tiene la administración y el goce de los mismos.
Los bienes de activos y pasivos se distribuyen en 3 masas A) los bienes propios del marido,
B) los bienes propios de la mujer y C) los bienes comunes. Pero las reglas de la distribución
del activo y el pasivo presentan importantes diferencias: el activo defiende derechos
inmobiliarios y derecho mobiliarios, los derechos inmobiliarios: son considerados por el
antiguo derecho como los más importantes, se admitía que estos debían permanecer como
propios de su titular para ser transmitido a sus herederos. Por el contrario los bienes
muebles de menor valor estaban afectados a las necesidades del hogar y se convierten en
comunes de los esposos está distribución estaba justificada en el criterio que la distribución
entre un mueble y un inmueble descansa en el valor de las cosas.
El código civil actualmente mantiene un nuevo criterio de distribución tomando como base la
naturaleza de las cosas y no solo su valor. La distribución de los bienes entre las tres masas
está dominada por dos principios que dominan la distribución de los bienes que son:
2) el principio de los bienes muebles en principio todos los muebles bienes que ingresen a
la comunidad tantos aquellos que pertenecían a los esposos antes del matrimonio así como
lo adquirido de cualquier forma en el curso del matrimonio sin distinguir entre los bienes
muebles corporales o incorporales todos ingresarán a la comunidad sin embargo algunos
bienes muebles seguirán siendo bienes propios y son aquellos que constan de un título de
un documento que establece la propiedad antes del matrimonio la excepción más
importante resulta la llamada subrogación real que es cuando es enajenado bien propio el
crédito o el precio obtenido seguirán siendo propios siempre y cuando se cumpla con ciertas
formalidades para darle el carácter de propio será necesario a lo que se denomina
reinversión cuando no se logra la reinversión el bien se fundira con la comunidad con
relación a los bienes inmuebles de los cuales fueron propietarios los esposos antes del
matrimonio o que hayan recibido a título gratuito por donación o sucesión durante el
matrimonio y los adquiridos con el precio de los bienes propios enajenados siempre
respetando la comunidad de la reinversión se considerará bienes propios y sólo serán
comunes los bienes muebles e inmuebles adquiridos a título oneroso en el curso del
matrimonio.
El régimen sin comunidad es un régimen matrimonial de orden jurídico que excluye toda
comunidad entre los cónyuges; los patrimonios de estos permanecen separados e
independientes entre sí, tanto desde el punto de vista del activo y del pasivo.
Es un término medio entre los regímenes de comunidad y de separación; Como éste último,
no existe un patrimonio común, cada cónyuge conserva el dominio de los bienes que poseía
al contraer matrimonio y de los que adquiera durante él.
Dentro de los bienes de la mujer hay dos categorías: los bienes de aporte estos son los
posean al tiempo del matrimonio y los que sean adquiridos durante la vigencia del
matrimonio. Y los bienes reservados son de su uso personal, como sus vestidos, alhajas e
instrumentos de trabajo,
los adquiridos con su trabajo profesional o industrial, los asignados o donados por un
tercero con este carácter y los que en el contrato de matrimonio se declaren como tales.
Este régimen es regulado por el Código Civil, el cual fue modificado por la Ley 189-01, que
derogó los artículos 1530 y 1531 de dicho código, los cuales conferían al marido los
derechos y poderes sobre los bienes muebles e inmuebles de la mujer. Es decir, el esposo
era quien administraba los bienes de la mujer, así como también los frutos que estos
producían.
El en derogado artículo 1530, la esposa no tenía derecho alguno de administrar los bienes
del matrimonio, aunque estuviera estipulado en el contrato de matrimonio, de que se habían
casado sin comunidad de bienes.
En éste régimen si bien es cierto no crea entre los cónyuges un patrimonio común, porque
cada uno conserva el dominio de sus bienes propios y el marido sólo tiene la administración
de los bienes de la mujer, sin embargo, no menos cierto es que respecto a los inmuebles, el
articulo 1535 del Código Civil señala que los inmuebles constituidos en dote pueden
enajenarse y que para efectuarlo se necesita el consentimiento del marido; y si este se
rehusase el darlo, lo suplirá la autorización judicial.
En cuanto al mobiliario aportado como dote por la mujer, o el que ella adquiera durante el
matrimonio, el artículo 1532 del Código Civil, estipula para que el marido lo administre o lo
usufructo, existieses cosas que no pueden usarse ni consumirse (como los alimentos y las
bebidas) los futuros esposos deben agregar en el contrato de matrimonio que firmen una
nota de su justiprecio, o hacerse inventario de ellas al tiempo de su adquisición, estando el
marido obligado a devolver el importe según la tasación o valoración que se hizo en el
contrario que suscribieron.
Por otra parte, el marido está obligado a todas las cargas del usufruto, así lo expresa el
articulo 1533 de Código Civil.
Bajo este régimen al igual como dentro de cualquier otro, la mujer conserva como propios
sus bienes reservados, es decir, mantiene la administración y disposición sobre los mismos,
de manera total y fuera del alcance de su marido, esto está señalado el artículo 221 del
Código Civil modificado por la ley 855 de 1978 "Bajo todos los regímenes y so pena de
nulidad de cualquier clausula contraria contenida en el contrato de matrimonio, la mujer
casada tiene sobre los productos de su trabajo personal y las economías que éste devenga,
plenos derechos de administración y de disposición…
Derechos de los Acreedores De Los Esposos Casados. En este tenor, la doctrina francesa
señala que como el activo y el pasivo sigue siendo propio de cada esposo, los acreedores
del marido tienen acción sobre todos los bienes de éste. Respecto a la mujer, se le aplican
al régimen sin comunidad algunas reglas establecidas para los regímenes de comunidad:
los acreedores de la mujer tienen acción sobre el pleno dominio de los bienes propios l
mujer en todos aquellos casos en qué, dentro del régimen de comunidad,
CAPITULO II
Se encuentra reglamentado por la Ley No. 2125 del 27 de septiembre de 1949, que
sustituyó los artículos 1536 al 1539 del Código Civil Dominicano y por la Ley No.189-01 del
año 2001, que su 1449 estipula: La mujer separada de cuerpo o bienes, o de estos, últimos
solamente, tiene la libre administración de ellos. Puede disponer de su mobiliario y
enajenarlo, así como de sus inmuebles.
Este régimen por su naturaleza encierra ciertos principios respecto de los cónyuges
respecto al derecho de decisión que les son conferidos a ambos, a saber:
II. Principio de igualdad jurídica. La Constitución Dominicana consagra el Titulo II, articulo 39
párrafo IV, sobre los derechos y garantías fundamentales, el derecho de igualdad. En este
régimen se garantiza la plena igualdad delo cónyuges ante la ley, ambos pueden
administrar y disponer libremente de sus bienes
Es un régimen de independencia, puesto que no hay masa en común. Cada cual administra
lo suyo, de manera que la mujer plenamente capaz.
Crea una comunidad de existencia que obliga ambos cónyuges a contribuir, de acuerdo con
el importe te de sus rentas, a las cargas del matrimonio
Para tal efecto se indican los bienes en la escritura, con su correspondiente valorización;
luego se suman los valores asignados a cada bien, correspondiendo el 50% de ese valor
total a cada uno de los cónyuges. Considerando lo que a cada uno de ellos corresponde, se
adjudican los bienes al marido y la mujer hasta enterar el valor pertinente a cada uno de
ellos.
Por otra parte, estando casados en sociedad conyugal, aunque el marido no esté de
acuerdo, la mujer puede demandar judicialmente la separación de bienes en el caso de que
ésta pueda ser perjudicada por algunas acciones del esposo, por ejemplo:
El Marido que estando obligado a pagar alimentos a su mujer o sus hijos, ya ha sido
apremiado en dos oportunidades por insolvencia del marido,
…..
El marido tiene sobre sus bienes y derechos y poderes exclusivos de un propietario, sin
embargo la existencia de una hipoteca legal a favor de la mujer constituye una situación a
los poderes del marido, en efecto los terceros que quieren adquirir un inmueble del marido y
obtienen una hipoteca sobre tal inmueble tendra que ser preferido por la hipoteca legal de la
mujer casada…..
La mujer casada bajo cualquier régimen puede solicitar a los tribunales que pronuncien la
separación de bienes, cuando la administración del marido ponga en peligro los bienes
propios de la mujer o los bienes
Proteger a la mujer contra los abusos del marido que como jefe de la comunidad sea capaz
de hacer, es importante señalar que este es un derecho exclusivo a la persona de la mujer,
los acreedores de la mujer o el marido. No tienen la calidad para demandar este tipo de
separación, el cual resulta peligroso para los acreedores, pues los esposos pueden ponerse
de acuerdo para solicitar la separación de bienes, precisamente para cubrir una parte de los
bienes de la demanda, por esta razón la ley exige una publicación de dicha demanda en un
periodo de circulación nacional, los acreedores podrán intervenir en el procedimiento, la
sentencia que pronuncia la separación de bienes debe ser igualmente publicada