Está en la página 1de 10

DUNIA ARACELY HERRERA.

LICENCIADA:

ANAHELY MEJIA TABORA

ESTUDIANTE:

ESTADO DE DERECHO Y QUE ES DIGNIDAD HUMANA

TEMA:

DERECHO CONSTITUCIONAL.

ASIGNATURA:

3130227.

# DE CUENTA

17 DE MAYO DEL 2022

FECHA DE ENTREGA:
INTRODUCCION.

En el presente trabajo estaremos explicando que es un estado de Derecho y sus


características, este nos dice que se refiere al principio de gobernanza por el que todas
las personas, instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio Estado,
están sometidas a leyes que se promulgan públicamente y se hacen cumplir por igual y
se aplican con independencia, además de ser compatibles con las normas y los
principios internacionales de derechos humanos.

Las instituciones políticas regidas por dicho principio garantizan en su ejercicio la


primacía e igualdad ante la ley, así como la separación de poderes, la participación
social en la adopción de decisiones, la legalidad, no arbitrariedad y la transparencia
procesal y legal.

Con el tiempo, el Estado de derecho incorporó los llamados derechos humanos de


segunda generación o derechos económicos, sociales y culturales, los cuales se
consideran como derechos, no del individuo aisladamente como tal, sino en función de
sus situaciones colectivas o sociales, derechos de prestación o a la acción positiva de
un Estado interventor, socialmente comprometido con la justicia y la igualdad.
Posteriormente, se incorporan otros derechos denominados “de tercera generación” o
solidaridad, los cuales tienen que ver con aspectos, tales como: el derecho a la paz, al
desarrollo, al patrimonio común de la humanidad, a un ambiente sano y equilibrado,
entre otros.
Estado de Derecho.

El Estado de derecho es una forma de organización del Estado que se caracteriza por
la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, incluidos aquellos que detentan el
poder. Así pues, eliminando el carácter despótico del Estado.

Siguiendo al ilustre jurista costarricense, Rodolfo Piza Escalante (q.D.g.), debemos


señalar que el Estado democrático de derecho, históricamente surge en coincidencia
con el desarrollo progresivo de la democracia en Inglaterra y, sobre todo, con los dos
grandes movimientos revolucionarios democráticos del siglo XVIII: la Revolución
Norteamericana y la Revolución Francesa.

A partir de esos acontecimientos, se empieza a dar la transformación de la estructura


político- jurídica del Estado moderno, con la concurrencia de tres grandes conquistas:
el Estado de derecho, el régimen democrático y los principios de dignidad humana y
Libertad

El Estado de derecho es aquel que se asienta sobre un sistema complejo de normas de


conducta igualmente obligatorias para toda la sociedad, gobernantes y gobernados, el
cual atiende a un orden de la razón objetiva de la ley y no a la voluntad subjetiva del
monarca, frente al cual todos los ciudadanos tienen un trato igualitario y gozan de
iguales garantías de legalidad.

El régimen democrático es el que surge, cuando se transfiere la legitimidad del poder a


su propio destinatario: el pueblo, quien, mediante mecanismos representativos
depurados, como los electorales, ejerce y conserva no solo el poder de escoger a sus
gobernantes, sino también el de fiscalizarlos, dirigirlos y removerlos, así como el
derecho de acceder a los cargos públicos. Y el reconocimiento de la dignidad humana y
la igualdad constituye límites, tanto para el Estado de derecho como para el régimen
democrático, los cuales no pueden desconocerse sin negar su propia esencia.

Estos tres elementos resultan indisolubles para que pueda configurarse un sistema
político constitucional y democrático de derecho: Esas tres conquistas son inseparables
en el pensamiento y en la realidad contemporáneos: sin Estado de Derecho no son
posibles ni la democracia ni la dignidad y libertad del hombre; sin democracia no son
posibles ni el Estado de Derecho ni la libertad y dignidad del hombre; sin esa dignidad y
libertad no son posibles ni el Estado de Derecho ni la democracia.

La experiencia lo confirma, y la historia de la sociedad contemporánea no es más que


la historia de una lucha insoslayable entre el esfuerzo paciente pero intransigente por
realizar, perfeccionar y conservar a la vez el Estado de Derecho, la democracia y la
dignidad y libertad del hombre, y las reacciones, hijas de la ambición o de la
impaciencia, por desquiciar una cualquiera de esas tres patas del trípode de nuestra
civilización, sin percatarse -o quizá percatándose a veces- de que al hacerlo degradan
las demás y destruyen la posibilidad misma de una sociedad mejor.

El régimen político democrático de derecho se enriqueció con los aportes sociales de la


segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX, así como a partir, sobre todo, del
final de la Segunda Guerra Mundial, con la internacionalización de los derechos
humanos, la consolidación paulatina de organismos y regímenes internacionales y
comunitarios, la progresiva injerencia de la comunidad internacional en asuntos, hasta
entonces considerados como reservados al dominio exclusivo de los Estados y la
consolidación del derecho internacional, como superior y condicionante de la validez de
los propios ordenamientos internos, incluida su Constitución.

Estado democrático de derecho viene a ser, pues, el resultado de ese desarrollo


progresivo, desde la contribución inicial del “Estado de derecho”, sobre la base de la
democracia política, del sometimiento al derecho, tanto de los gobernados como de los
gobernantes por igual y, sobre todo, del reconocimiento de los llamados derechos
civiles y políticos, derechos básicamente de libertad o autonomía frente al Estado.

Con el tiempo, el Estado de derecho incorporó los llamados derechos humanos de


segunda generación o derechos económicos, sociales y culturales, los cuales se
consideran como derechos, no del individuo aisladamente como tal, sino en función de
sus situaciones colectivas o sociales, derechos de prestación o a la acción positiva de
un Estado interventor, socialmente comprometido con la justicia y la igualdad.
Posteriormente, se incorporan otros derechos denominados “de tercera generación” o
solidaridad, los cuales tienen que ver con aspectos, tales como: el derecho a la paz, al
desarrollo, al patrimonio común de la humanidad, a un ambiente sano y equilibrado,
entre otros.

Características de un Estado de Derecho

Las características de un Estado de Derecho son las siguientes:

 Ley como valor supremo.


 Igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
 Separación de poderes.
 Participación en la adopción de decisiones.
 Transparencia en los procedimientos legales.

Elementos de un-Estado de Derecho

Según el reconocido profesor Luis Villar Borda, los elementos de los que se compone
son los siguientes:

 Constitución escrita.
 Separación de poderes.
 Principio de legalidad.
 Principio de garantía de los derechos fundamentales.
 Seguridad jurídica y protección de la confianza.

Estado social y Democrático de derecho.

Cuando, al principio, decíamos que el Estado de derecho engloba más principios y


elementos más allá del derecho en su concepción más estricta, nos referíamos también
a que an este lo suelen acompañar los conceptos “social” y “democrático”. Hasta el
punto de que suelen confundirse estos términos. Es decir, cuando se habla de Estado
de derecho, muchas veces se habla de Estado social de derecho, democrático de
derecho, o ambas juntas: Estado social y democrático de derecho.

Esto se debe a que, habitualmente, lo que entendemos por “Democracia” en su sentido


más amplio se caracteriza por:

 Democracia como sistema de gobierno. Evitando el despotismo de sus


gobernantes.
 Derecho como principio rector que garantiza la igualdad de todos
los ciudadanos ante la ley.
 Intervención en la vida privada para asegurar un nivel de vida digno y la
prestación de unos servicios mínimos, este es su carácter social.

Esta es la razón por la que hablar de Estado de derecho para referirnos al sistema de
gobierno de un Estado, en muchas ocasiones, puede considerarse como incompleta.
Dignidad Humana

El reconocimiento de la dignidad humana constituye la base de la sistematización de


los derechos que se atribuyen a toda persona en un régimen democrático, por el solo
hecho de serlo, sin distingos de ninguna naturaleza.

En el ámbito del derecho internacional, la Declaración Universal de Derechos Humanos


señala en el artículo 1, que todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad. El preámbulo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos indica
que los derechos esenciales del hombre no se originan en el hecho de ser nacional de
un Estado determinado, sino que tienen como fundamento los atributos de la persona
humana.

El preámbulo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos refiere que se


reconocen esos derechos por derivar de la dignidad inherente a la persona humana, al
igual que lo establecen el preámbulo del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales y el de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanas y Degradantes, entre otros.

Javier Llobet, en su obra “Derecho Procesal Penal”, cita al autor Villán Durán, quien
señala que el fundamento del derecho internacional de los derechos humanos se
encuentra en la dignidad del ser humano, casualmente porque es la única idea o fuerza
que aglutina a las diversas concepciones culturales, filosóficas, políticas, ideológicas,
religiosas, morales y sociales, presentes en el mundo contemporáneo.

De ahí atribuye el éxito que ha tenido la Declaración Universal de Derechos Humanos


que se fundamenta, precisamente, en el elemento básico de la dignidad humana donde
se reflejan todas las culturas de la humanidad.

El concepto de dignidad humana atiende a la necesidad de que la persona sea


valorada, como un fin en sí misma y no en un medio para otros fines. Es por ello que,
partiendo de este reconocimiento, el ejercicio de la facultad punitiva del Estado debe
tener límites que impidan la instrumentalización del ser humano.

Del principio de dignidad humana, se extraen todas las garantías y derechos que
integran el debido proceso, tales como: la presunción de inocencia, el derecho de
defensa, el derecho de abstenerse a declarar y el derecho a no ser torturado, entre
otros.

Del principio de dignidad humana, se deriva el de indemnidad personal, según el cual,


la sanción penal no puede afectar al ciudadano en la esencia de su persona ni sus
derechos. La persona no puede ser instrumentalizada por la sanción y no puede ser un
medio para fines más allá de ella misma.

Claro está, en el marco del proceso penal, no puede solo atenderse a los derechos de
los imputados, también deben protegerse los derechos de las víctimas, derivados de
igual modo del reconocimiento de su dignidad. Asimismo, han de considerarse los
derechos de las demás partes e intervinientes en el proceso.

La Sala Constitucional, en múltiples resoluciones, se ha referido al reconocimiento de la


dignidad de la persona humana, como base de la tutela de los derechos fundamentales
de las personas.

Otro de los aspectos que ha ocupado la atención de la Sala Constitucional en materia


de dignidad humana ha sido el de las intervenciones corporales: Sobre el respeto a la
dignidad humana se asienta el orden y la paz social, así como toda organización que
se precie de ostentar una legitimación sustancial de su existencia. Y ello es así, porque
como dijo Beccaria, aunque refiriéndose a las penas, no hay libertad, cuando algunas
veces se permiten las leyes que en ciertos acontecimientos el hombre deje de ser
persona y se repute como cosa. Pero ¿qué encierra esa frase, qué debemos entender
por dignidad humana? Ciertamente la definición es difícil, sobre todo porque las
definiciones encierran en sí mismas ya un juicio de valor de quien las expresa, una
carga ideológica, filosófica y política que les da contenido, y en consecuencia, pueden
variar según las coordenadas históricas, de tiempo y espacio, y por ello muchas veces
se da por supuesto el significado y se evita su delimitación, lo que se traduce
finalmente en un desconocimiento de la vigencia del concepto en la realidad.

Pero esa es la tarea ardua del juez y especialmente del juez constitucional, que en
determinado momento de la historia tiene que definir los alcances de un derecho, su
significación dentro del orden social, político y jurídico y darle contenido e
interpretación, y cuando lo hace, no puede pretenderse nunca que se ha dado el paso
definitivo, y que lo dicho es inmutable, porque solo el avance de la sociedad y de los
seres que la integran, marcará el norte a seguir, siendo pretensión de la conciencia
humana, que nunca la redefinición sea para retroceder, sino para avanzar en ese
reconocimiento de los derechos y atributos fundamentales de la persona.

La dignidad humana se da así como límite, como barrera a cualquier injerencia del
poder en el individuo y, aun cuando es de difícil definición y determinación, puede
describirse o considerarse como el más profundo sentimiento que cada uno tiene de
sus derechos y condiciones fundamentales para existir, a través del cual se da el
sentido de la propia identidad como persona y del significado como ciudadano.

Ese sentimiento nos da la percepción del valor que le asignamos a la persona humana
y que es la base para el reconocimiento de los demás derechos y atributos, en primera
instancia propios, pero que al mismo tiempo trae su reconocimiento en los demás. Por
eso se dice que la dignidad humana es la plataforma de la igualdad, porque los
parámetros de valoración son siempre los mismos para toda persona, sin excepción.
No podría en consecuencia, darse una intervención corporal que amenace la dignidad
humana, porque con ello se socavan las bases mismas para el reconocimiento de los
demás derechos y se pierde el marco básico para el respeto de la persona y, en
consecuencia, para la existencia misma del Estado de Derecho.

GLOSARIO

Dignidad Humana: dignidad de la persona constituye el fundamento vital de la idea de


los derechos humanos, y aunque ha sido comunicado y continúa difundiéndose en
nuestro tiempo, no pasa de ser un ideal en todos los países.

Injerencia: se vincula a entrometerse o inmiscuirse. Cuando algo tiene injerencia en


otra cosa, está involucrado en ella de alguna manera, ejerciendo influencia o haciendo
uso de su poder.

Despotismo: Gobierno absoluto, no limitado por las leyes.

Degradan: Reducir o desgastar las cualidades inherentes a alguien o algo . 3. tr.


Humillar , rebajar , envilecer .

Democracia: Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del
pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes.

Vigencia: Estado de lo que tiene validez o está en uso en un tiempo determinado.

"el convenio tendrá una vigencia de dos años"

También podría gustarte