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batear.
Comportamiento inadecuado en su tratamiento, tanto con su terapeuta como en su
grupo de autoayuda.
Como una forma de ingobernabilidad, muchos alcohólicos y adictos si bien logran
la abstinencia, no toman en serio su tratamiento y aunque acuden a él no respetan
la disciplina terapéutica ni los principios de su programa de autoayuda. Esto les
impide alcanzar la sobriedad, están constantemente expuestos a una recaída, se
meten en muchos problemas y no crecen emocionalmente. Se dice en términos
beisbolísticos que cuando ni se picha, ni se cacha, ni se deja batear es aquella
situación en la que una persona no solamente no ayuda en alguna causa, sino
que, por el contrario, sólo estorba, interfiere y sabotea el objetivo de dicha causa.
Cuando, por ejemplo, un alcohólico que en su programa de AA tenga conductas
inadecuadas: como ser conflictivo con sus compañeros, meterse en chismes,
involucrarse sentimentalmente con alguna compañera, hacer negocios o pedir
prestado, se está alejando del verdadero y único objetivo que tiene AA, ayudar a
otros a dejar la bebida. Pero no solamente se está desviando del objetivo del
programa, sino que además está interfiriendo con la recuperación de sus
compañeros. Esa es una forma de borrachera seca.
Pero no solamente en los grupos de autoayuda existe esa forma de saboteo, sino
también a nivel del tratamiento profesional. Muchos adictos que acuden a terapia
profesional también caen en conductas inadecuadas y de saboteo al tratamiento
como inasistencia a las consultas, mentir al terapeuta, no obedecerlo en sus
indicaciones o pagar las consultas. La consecuencia de estas conductas
inadecuadas será la recaída o el síndrome de borrachera seca. Se dice que la
indisciplina ante las reglas de juego del tratamiento es lo que se conoce como
adherencia terapéutica. El enfermo adicto, de acuerdo a las estadísticas, es el tipo
de paciente que presenta la peor adherencia terapéutica en todas las
especialidades de la medicina. La adherencia terapéutica es una de las
condiciones básicas que requiere cualquier enfermo para que su tratamiento sea
exitoso y alcance los objetivos que se programaron. Se entiende por adherencia
terapéutica el cumplimiento adecuado de todas las indicaciones que integran un
programa de tratamiento para cualquier tipo de enfermo. Por ejemplo, el tomar los
medicamentos indicados, a las horas señaladas y en las dosis prescritas. Asistir
puntualmente a sus citas, obedecer las recomendaciones del médico como es el
tipo de dieta, lo ejercicios que se le sugieran y respetar las prohibiciones que se
les hagan. (Por ejemplo: no hacer esfuerzos, no viajar en avión). Cuando un
paciente desarrolla una adecuada adherencia terapéutica, el éxito en su
tratamiento será mucho más óptimo y rápido que en los demás y las posibilidades
de recaídas de su enfermedad serán mucho menores. En cambio, cuando un
paciente muestra indisciplina e inconstancia en su tratamiento, los resultados van
a ser muy negativos, pues no se logra el objetivo fundamental de alivio o control
de la enfermedad, o va a presentar complicaciones que agraven el problema o,
simplemente va a estar recayendo constantemente. Todos estos principios se
aplican también en el tratamiento de las adiciones, solamente que aquí
encontramos una característica particular, existen dos tipos de tratamiento en este
campo que se complementan mutuamente: El tratamiento profesional llevado a
cabo en centros de rehabilitación, clínicas de desintoxicación, hospitales
siquiátricos y consultorios médicos o sicoterapéuticos y las instancias de
autoayuda como son los grupos de Alcohólicos Anónimos o los de Narcóticos
Anónimos. En el nivel médico profesional las principales conductas a vigilar son:
asistencias puntuales y voluntarias a sus citas, el fiel seguimiento a las dosis y
frecuencia de los medicamentos indicados, la honestidad en todo lo que se le diga
al médico y la constante comunicación con los familiares preocupados por el
adicto en recuperación. En el tratamiento de sicoterapia profesional, las principales
manifestaciones de una buena adherencia terapéutica son: Asistencia a sus citas
sin fallar, puntualidad en las mismas, cooperación participativa del paciente en la
sicoterapia, honestidad en lo que se dice, no manipuleos, cumplir con las tareas
que el terapeuta indica entre sesión y sesión, cumplir con las reglas de juego
impuestas por el terapeuta. (En lo que se refiere a la puntualidad, asistencia, pago
de honorarios, cancelación oportuna de sus citas. En la sicoterapia de grupo
profesional, además de las características ya referidas se incluyen el respeto a las
reglas establecidas para el desarrollo de las sesiones grupales. Por lo que se
refiere a los grupos de autoayuda, existen unas reglas y una filosofía del programa
que deben ser respetadas al pie de la letra. Estas “reglas” están contenidas en las
llamadas “Doce Tradiciones” cuyo objetivo es regular y proteger, tanto a los
miembros del grupo como al movimiento de AA en su conjunto. Por otro lado, cada
grupo aislado tiene sus propias reglas (como la de limitar el tiempo de uso de la
tribuna, la prohibición de fumar, tomar café, etc.) Como se dijo inicialmente,
algunas estadísticas que se han elaborado han mostrado que los niveles de
adherencia terapéutica más baja la tienen los enfermos adictos. El adicto es un
individuo de carrera corta: Habitualmente no termina lo que empieza, es
inconstante, se entusiasma mucho por algo en un principio y al poco tiempo le
aburre y los deja, no le gusta que le impongan reglas y no está habituado a
disciplinarse. La adherencia terapéutica exige todo esto al alcohólico en
recuperación le cuesta mucho trabajo aplicarlo. El adicto es el único caso de un
enfermo, que no solamente no acepta su tratamiento para controlar su
enfermedad, sino que hace esfuerzos inauditos por seguirla padeciendo. Y cuando
finalmente el alcohólico o el adicto a drogas aceptan un tratamiento para dejar de
consumir, se conforman solamente con la abstinencia, pero se resisten a efectuar
otros cambios que son necesarios para la recuperación de sus áreas neuróticas,
por lo que su actitud ante el tratamiento se va a caracterizar por muchas
resistencias y reticencias a esos cambios, comportándose en forma anárquica e
ingobernable, no respetando las reglas del juego de la terapia y cayendo en
conductas inadecuadas e indeseables que sólo van a poner en peligro su
recuperación.