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DERECHO PROCESAL PENAL I DER601

TEMA 6

ÓRGANOS DE INVESTIGACIÓN

LIBRO SEGUNDO
TITULO II
ORGANOS DE INVESTIGACIÓN

I. INTRODUCCIÓN
Resaltar que la investigación de los delitos está a cargo del Ministerio Público, de
la Policía Boliviana y del Instituto de Investigaciones Forenses (arts. 69 y 70 del
CPP), siendo función del Ministerio Público ejercer la dirección funcional, legal y
estratégica de la investigación, a fin de preparar su acusación y participar en el
proceso. III.4. Relación funcional del fiscal y del investigador asignado En cuanto
al trabajo coordinado que debe existir entre el Fiscal y el investigador asignado
al caso, indicar que el Manual de actuaciones investigativas de Fiscales, Policías
y Peritos, aprobado mediante Resolución conjunta de la Fiscalía General de la
“República” -ahora Fiscalía General del Estado- y el Comando General de la
entonces Policía Nacional 001/2007 de 22 de febrero, prevé las estrategias de
planificación y la estrecha relación funcional que existe entre ambas, siendo
algunos: “a) Confianza. Desarrollando sus funciones basadas en la buena fe,
como base para lograr la confianza pública. d) Trabajo en Equipo. Basado en la
sinergia, coordinación y complementación funcional como formas que conducen
a la eficiencia y eficacia investigativa. g) Investigación Eficiente. Aplicando los
conocimientos, metodologías, estrategias, habilidades y destrezas investigativas,
para descubrir el delito, en un pleno respeto a los derechos y garantías de las
personas, para obtener pruebas lícitas, pertinentes y útiles al proceso penal” (el
subrayado es nuestro). Principios esenciales que guardan relación con la misión
institucional de la Policía Boliviana que se encarga de la identificación y
aprehensión de los presuntos responsables, de la identificación y auxilio a las
víctimas, de la acumulación y seguridad de las pruebas y de toda actuación
dispuesta por el fiscal que dirige la investigación (art. 74 del CPP); advirtiéndose
así que el éxito de la investigación de los delitos de orden público depende del
trabajo armonioso y coordinado entre la Fiscalía, la Policía Boliviana y el Instituto
de Investigaciones Forenses, que aplican los conocimientos técnico-científicos,
metodologías, estrategias legales y destrezas en la lucha contra la delincuencia y
la defensa de los intereses de la sociedad.
II. MINISTERIO PÚBLICO
Con carácter previo al estudio de fondo de la institución, corresponde indicar que
el origen de la palabra Ministerio Público, en versión de algunos autores, deriva
del vocablo Manus Regis o Manus Publica que al presente resulta el equivalente
de Ministerio Público que, igual que la generalidad de las instituciones jurídicas,
tiene gran cantidad de conceptos y definiciones, de los que extractamos la
propuesta por Peña Cabrera, citado por Rodolfo Kadagand de ser “Un Órgano

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estatal requirente, encargado de la persecución penal, en los llamados delitos de


acción pública. Sus funciones están fundamentalmente dirigidas por el principio
de la obligatoriedad de la acción penal".
Sobre esta definición, aceptada en su contenido amplio, cabe mencionar que en
lo nacional, el Ministerio Público ya no es tan sólo una institución requirente
como lo fue en el pasado, en que evidentemente requería todo ante el juez y éste
era quien definía, pues con la nueva codificación procesal penal, el requerimiento
resulta una parte de su función, complementada con las resoluciones que por su
propia responsabilidad e independencia funcionaria emite en torno a la
culminación de ciertas gestiones, como es el caso de los rechazos de querella o
denuncia y los sobreseimientos, que dada su importancia procesal, incluso son
motivo de impugnación ante el superior en grado en calidad de recurso
administrativo.
Tomando como fuente de información el enfoque de nuestra economía jurídica,
para nosotros es la institución constitucional pública autónoma e independiente,
titular del derecho de penar del Estado, con la función única de promover la
acción penal pública mediante la investigación y la acusación de los implicados
por la comisión de delitos de acción pública.

MINISTERIO PÚBLICO, integrada por servidoras y servidores públicos denominados


fiscales, por razones estructurales y de funcionamiento vertical tiene varios niveles
jerárquicos, contando como sus principales instrumentos de trabajo; al requerimiento,
entendido como petición o solicitud, a las órdenes fiscales que en mente del Art. 16 de su
Ley Orgánica deben ser obligatoriamente obedecidas por toda persona, institución o
dependencia pública y privada y, a las resoluciones, que las pronuncia al finalizar la
etapa de investigación preliminar o la etapa preparatoria en algunas situaciones o casos.

1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA
En la eterna preocupación humana y universal de combatir el delito de manera
eficiente y no dejarla a manos del capricho o la voluntad solo de la víctima, al
contrario, hacerlo con mayor eficiencia, aportando inicialmente la autoridad de
la comunidad y del Estado después, a lo largo de la historia la represión del delito
se encarga a diversos funcionarios y por supuesto también con diversos nombres,
pero con iguales o similares funciones, que a la postre resultan la semilla que
hace germinar al Ministerio Público; por lo que los historiadores forenses
coinciden en sostener que su aparición encuentra sus primeros vestigios más o
menos formales e identificados por la similitud de funciones, en la Grecia y la
Roma antiguas. Así, en Grecia se detecta la intervención de un ciudadano
encargado de sostener la acusación en el juzgamiento, para encontrarse
posteriormente al Temosteti, que tenía la misión de denunciar y sostener los
delitos de acción pública ante la Asamblea del Pueblo. En Roma, se encuentra
de principio la figura de la acción popular que permitía que cualquier ciudadano
acusare y probare la comisión de un delito, a cambio de quedarse con la mitad

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del patrimonio del condenado, o por el contrario, ser sujeto de otro proceso por
falsa acusación, para después encontrarse la presencia de funcionarios que
asumen tal calidad en representación del monarca, como fueron los célebres
Cicerón y Catón y posteriormente sustituidos por los “Curiosi", los Prefectus
Urbi, los Procónsules, los Advocati fisco y los "Procuradores Cesaris",que
actuaban en representación del rey o el fisco.
Paralelamente, en la Inglaterra antigua, de inicio se tiene una visión algo
diferente a la de Roma o Grecia, pues se deja la persecución del delito a la persona
ofendida, con el pensamiento de ser el único interesado y que de intervenir el
Estado o la monarquía se estaría procediendo con doble autoridad, con lo que el
imputado, de principio quedaría en desventaja, pues se tendría, por un lado, al
juez que obra a nombre de la sociedad y la monarquía y, por otro, un acusador
público que igualmente esgrime su representación pública y social. Sin embargo,
con el correr del tiempo y el incremento de la delincuencia, se fueron creando
funcionarios especiales encargados de denunciar y combatir los delitos graves.
Así para los delitos de alta traición, se instituyeron a los “Attorney General o el
Solicitor General", para los delitos de muerte violenta al “Inquisidor of Coroner”
y para los demás casos graves, al “Master of the Crown Office" los que
específicamente desarrollaban la labor de "Abogados de la Corona".
Esta implementación de los acusadores públicos mereció el reproche de varios
estudiosos como Gomes Orbaneja, que señala la desigualdad que significa el
enfrentamiento del delito, pues en su mentalidad, mientras por un lado y en
representación del poder social se tiene al juez, munido de una autoridad
extrema como la que tenía en la época inquisitiva y capaz de proceder de oficio
contra el supuesto infractor, más al acusador público que igualmente representa
la autoridad estatal, por el otro o al frente se tiene a un sindicado aislado,
desprotegido y librado a su suerte, por lo mismo de inicio condenado a ser
declarado autor del delito.
No obstante, esta crítica dura y compartida por algunos estudiosos, la realidad
de encarar y reprimir el delito hizo que se imponga la urgente existencia de estos
funcionarios acusadores, que en principio relegaron al juez, para finalmente
excluirlo y convertirlo en un tercero imparcial ocupado únicamente de la labor
judicial sin injerencia alguna en la investigación, reservada con exclusividad para
los agentes del Ministerio Público.
Al respecto y rescatando esas preocupaciones, el mexicano Juan González, en su
Obra “Principios de Derecho Procesal Penal Mexicano" expone “…Es aventurado
encontrar antecedentes del Ministerio Público moderno en estas épocas. Podríamos
afirmar que más bien existen similitudes en los Promotores Fiscales...”; pero en
orden al estudio histórico, diremos que en las Ordenanzas de Felipe el Hermoso
de 1301; de Carlos VIII de 1493 y de Luis XII de 1498, se mencionan a
funcionarios encargados de promover la buena marcha de la administración de
justicia. Se habla de los fiscales en la célebre Ordenanza de Luis XIV de 1670, y
en la Ley de 7 Pluvioso, año 9, votada por la Asamblea Constituyente. En España
existió la Promotoría Fiscal desde el Siglo XV, como una herencia del Derecho

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Canónico. Los Promotores Fiscales obraban en representación del monarca


siguiendo fielmente sus instrucciones. En las leyes de la Recopilación de 1576
expedidas por el Rey Felipe II, se les de los escribanos, así contra los mismos
jueces como contra los escribanos". Las funciones de los Promotores Fiscales
consistían en vigilar lo que ocurría ante los tribunales del crimen y en obrar de
oficio a nombre del pueblo, cuyo representante era el Soberano".
A base de lo precedente, señalar que existe uniformidad en los estudiosos del
tema de mencionar que el verdadero origen institucionalizado del ministerio
público se encuentra en la Francia antigua, fruto de la Revolución de 1789 y
expresada por la Asamblea Constituyente de 1793 que, transformando las
instituciones monárquicas, convierte al Procurador y al Abogado del Rey en
“Comisarios” encargados de promover la acción penal y ejecutar las penas y, a
los “Acusadores Públicos de encargarles la acusación durante el juicio, para el
año 1810 ser establecido definitivamente como institución jerárquica
dependiente del Poder Ejecutivo, con la justificación de que ninguna jurisdicción
estaría completa sin la concurrencia del Ministerio Público.
2. CONCEPTO
Con el nombre casi universalmente aceptado o con los asignados a lo largo de su
evolución histórica, como el de Ministerio Fiscal o Fiscalía; el Ministerio Público
dependió y depende mayormente de la autoridad del Soberano, del Órgano
Ejecutivo o del Poder Judicial; pero en muchos Estados modernos, fruto de una
transición de amplia experiencia, encuentra ubicación separada de los
tradicionales poderes del Estado y se erige en una institución constitucional
autónoma e independiente en lo financiero y administrativo, vinculándose
únicamente en lo relativo a la designación de su principal autoridad, con alguno
de los poderes estatales y mayormente del Legislativo, como se comprueba en los
casos de España, Cuba, Brasil, Chile, Uruguay y otros, en los que de una u otra
manera intervienen el Parlamento, la Asamblea Legislativa y el Presidente de la
República en la proposición de ternas y la designación del Fiscal General, para
luego dejar la institucionalización del resto de sus funcionarios, a procedimientos
internos y autónomos, por lo mismo sin injerencia alguna de los otros órganos
estatales.

El Ministerio Público es un
órgano constitucional que
tiene por finalidad promover
la acción de la justicia,
MINISTERIO PÚBLICO defender la legalidad, los
intereses del Estado y la
Sociedad, representándolos
conforme a lo establecido en
la Constitución y en las Leyes
del Estado.

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3. EL MINISTERIO PÚBLICO EN BOLIVIA


En lo que concierne a nuestra realidad histórica, igual que en los más de los
Estados del mundo, se tuvo también una aparición institucional incierta y difusa,
perdida en la confusión histórica y tradicional para encontrarse con alguna
información cierta en la época del incario, en la que se detecta la presencia del
“Tukuy-rikuy” o que todo lo ve, en calidad de representante personal del Inca y
encargado de recorrer por los pueblos para revisar y verificar si las autoridades
mayores y los jueces cumplían oportuna y correctamente su labor, e informar
inmediatamente al Inca a fin de tomar las medidas más drásticas contra los
funcionarios informales o irresponsables.
Posteriormente, con la invasión española, producto de la influencia de la
revolución y las leyes francesas, se tiene la notoria presencia del fiscal como
participante en el proceso penal más importante del inicio de la colonización,
cual es el juzgamiento de Atahuallpa, para el que se designó a un ciudadano
español en calidad de acusador público, para luego mantenerse esa función con
diferentes personajes durante todo ese interregno, hasta finalmente ser
absorbido por las leyes bolivianas, como ocurrió con el Decreto del 27 de abril de
1825 dictado por el Mariscal Antonio José de Sucre al conformar la Corte
Suprema de Justicia de las Provincias del Alto Perú y designar cinco magistrados
y dos fiscales. Posteriormente, se tiene la Ley de Procedimiento para la
Administración de Justicia en la República Boliviana promulgada el 8 de enero
de 1827, que definió la composición del Órgano Judicial, creó las Cortes de
Distrito y las funciones de fiscales y agentes fiscales en calidad de dependientes
del Poder Judicial, con el encargo de participar de todas las materias de las
gestiones judiciales. Tiempo después, se tiene el Código de Procederes Santa Cruz
de 1834 y la Ley de Organización Judicial de 1857, que reubican la dependencia
institucional al Poder Ejecutivo, para después ser tomada en categoría de entidad
constitucional en la Ley Suprema de1861, la que incorpora, igual que varias de
las siguientes, a las Comisiones Legislativas como cabeza de sector, y también lo
hacen las Constituciones de 1967,2000 y 2004, excluyéndose tal vinculación o
dependencia en la Constitución vigente de octubre de 2008.
En lo que concierne a su atención legal, por primera vez merece una legislación
propia y especial mediante la Ley N° 1469 de 19 de febrero de 1993, con el título
de Ley del Ministerio Público promulgada bajo la presidencia de Jaime Paz
Zamora, repetida por la Ley Orgánica del Ministerio Público N°. 2175 del 13 de
febrero de 2001 y publicada el 20 de febrero del mismo año durante el gobierno
de Hugo Banzer Suárez. La primera tiene la característica de organizar la
institución de manera similar a la estructura del Poder Judicial, con el Fiscal
General de la República a la cabeza, los fiscales de sala suprema, el Consejo
Consultivo General, los fiscales de distrito, los fiscales de sala superior, El
Consejo Consultivo de Distrito, los fiscales de materia, los agentes fiscales y los
órganos técnicos, más los fiscales militares, de minas y de gobierno, estos dos
últimos incorporados como fiscales administrativos. La segunda ley, reduce el

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cuerpo de funcionarios al Fiscal General, fiscales del distrito, fiscales de recursos,


fiscales de materia y fiscales asistentes, conforme consta en el art.23.
Consecuencia de la falta de legislación propia, con antelación a las dos leyes
indicadas el Ministerio Público fue prácticamente una entidad dependiente de las
órdenes del Órgano Ejecutivo y de funcionamiento accesorio del Órgano Judicial,
al extremo de organizarse con el mismo nivel jerárquico que los juzgados, por lo
que existían, el Fiscal General de la República, los Fiscales del Distrito, los
Fiscales de Partido y los Fiscales de Instrucción, o llamados con mucha
antelación agentes fiscales, asimilados o adscritos a los despachos judiciales
iguales; es más, en algunos casos compartiendo incluso oficinas con los
juzgadores y en ese marco, su concurrencia en las audiencias judiciales fue
meramente presencial o formal, con intervención absolutamente secundaria,
limitada a la simple opinión, sin la menor capacidad resolutiva, a diferencia del
presente, en que gozan de autoridad para resolver los casos bajo su dirección,
mediante los rechazos de actuaciones, denuncias o querellas y los
sobreseimientos. Cabe complementar que por disposición inicial del Código de
Procedimiento Criminal de 1898, se designaron fiscales en muchas provincias
importantes del país, pero por DS. de 19 de mayo de 1937 se los suprimió en
razón de su escasa labor, disponiéndose en su lugar que las causas criminales
de orden público y de interés de la sociedad sea iniciado el sumario sin necesidad
de requerimiento fiscal, de oficio directamente por el juez instructor,
encomendando complementariamente la función de ejercicio de la acción penal
pública a los subprefectos, corregidores e intendentes, con sujeción al art. 1 del
Código de Procedimiento Criminal y el art. 47 de la L.O.J. vigentes en esa época.
En cambio, para el plenario se encargó la representación estatal a los promotores
fiscales, con la expresa prohibición de efectuar cobro alguno a las partes por su
intervención, bajo pena de incurrir en prevaricato. Para materia civil, se suprimió
la total intervención del Ministerio Público.
En ese orden de dependencia absoluta, las leyes de organización judicial
promulgadas hasta antes de 1973, se ocuparon de regular la organización y
funcionamiento del Ministerio Público mediante títulos o capítulos especiales en
los que se desglosaba sus requisitos, funciones y atribuciones y hasta su
estructura jerárquica de nominarlos de manera similar a la jerarquía de las
oficinas judiciales ante la que ejercían sus funciones.
Con el discurrir del tiempo, el país recibió el Código de Procedimiento Penal de
1973 que mediante el art. 47 encargó la representación fiscal en provincias a
cualquier ciudadano, con el título de promotores fiscales, sin derecho a percibir
reconocimiento alguno, es más, en casos urgentes, esos promotores fiscales
también intervinieron en las capitales de Departamento.
La medida de no reconocer ningún emolumento a los promotores fiscales, se
convirtió en un lirismo o un secreto a voces, pues el sistema hizo que si alguien
tenía interés en la verificación de algún acto judicial, debía correr con la carga de
conseguir un promotor, que por supuesto era a cambio de un pago efectivo.

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Al presente, se cuenta con la Ley N° 260 nominada Ley Orgánica del Ministerio
Público, promulgada el 11 de julio del año 2012.
4. CARACTERÍSTICAS
Conforme a lo expuesto, la institución en estudio adquirió peculiaridades
institucionales variadas, según la dinámica de las normas que en su momento
la rigieron, pero al presente, producto de la nueva Ley Orgánica, tiene la
característica de ser autónoma, independiente, constitucional y representante de
la sociedad:
a) Autónoma, porque tiene capacidad legal de autorregularse, administrarse
y ejercer sus funciones específicas según su propia iniciativa y la Ley
Orgánica que define sus funciones. Por imperio del art. 225 de la C.P.E
tiene autonomía funcional, pues la designación de sus integrantes se
realiza con sujeción a los propios sistemas internos de carrera fiscal, igual
que el desenvolvimiento de sus actividades. Autonomía financiera, en
atención a que los recursos proporcionados por el gobierno central a base
de los presupuestos anuales elaborados por el personal del Ministerio
Público, son dispuestos por su propia iniciativa y responsabilidad de
acuerdo a sus específicas necesidades, con el advertido de que debido a la
poca atención del servicio de justicia, por lo general los recursos
financieros resultan insuficientes frente a las necesidades crecientes y;
Autonomía administrativa, a raíz de que los recursos humanos y
financieros, son manejados por el personal interno de la Institución, con
criterios técnicos propios, naturalmente supeditados únicamente a las
regulaciones y control del sistema financiero nacional.
b) Independiente, en razón de no tener subordinación o sujeción a ninguno
de los cuatro poderes constituidos, como sucedía en el pasado que
dependía del Ejecutivo vía Ministerio de Gobierno o del Interior, cuya
autoridad, en muchas ocasiones designó fiscales en toda la República
mediante resoluciones internas y en otras a través de Decreto Supremo,
sin embargo hasta el presente, la práctica de la intromisión y el
avasallamiento no ha desaparecido, toda vez que las autoridades del poder
central se dan modos para entronar o destituir, hacer designar o hacer
destituir fiscales en función a sus intereses circunstanciales, de sancionar
a quienes no cumplen sus instrucciones o premiar a los que se sometieron
a sus caprichosas exigencias, demostrando que la decantada
independencia institucional aún resulta una declaración quimérica.
c) Constitucional, por ser creada por determinación de la Ley Suprema del
Estado Boliviano, que le asigna funciones específicas de defender la
legalidad y la acción penal pública.
d) Representante de la Sociedad, a diferencia de lo que ocurría en las
anteriores Constituciones Políticas que le asignaban la representación del
Estado y la sociedad, la actual Norma Suprema le confiere tan sólo la
representatividad de la sociedad, pues para la postulación jurídica de los

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intereses del Estado, se crea la Procuraduría General del Estado, con la


atribución de promover, defender y precautelar tales intereses.

5. PRINCIPIOS RECTORES
Tomando como punto de partida las funciones particulares que realiza,el
Ministerio Público está revestido de un conjunto de principios básicos de
desenvolvimiento institucional, resumidos en la parte in fine del art. 225
constitucional y desarrollados en gran parte en su Ley Orgánica, a saber:
a) De unidad y jerarquía, consistente en que la entidad constitucional es
única e indivisible, constituida por la totalidad de los fiscales designados
con arreglo a sus propios sistemas de reclutamiento y promoción y,
estructurada jerárquicamente para el mejor desempeño de sus funciones
a base del fiscal general y los fiscales departamentales, los que ejercen
control y supervisión de sus dependientes.
Partiendo de la tesis de que el Ministerio Público es uno e indivisible, el
principio de unidad institucional tiene la particularidad de instituir la
funcionalidad de sus actividades a través de cualesquiera de sus
integrantes, por constituir una organización monocrática, amén de que si
bien los fiscales tienen jerarquías dentro la escala de los servidores
públicos, sin embargo cualesquiera de ellos puede cumplir y asumir la
representación institucional en un caso, sin generar defectos legales por
falta de atribuciones, como acontece en la esfera judicial, en la que las
suplencias sólo son realizadas entre jueces del mismo nivel jerárquico.
Precisamente en atención a esta particularidad, un asunto puede ser
atendido por uno o varios de los fiscales o el jefe puede designar para un
caso específico a cualquiera de los funcionarios en su representación.
b) De obligatoriedad, Haciendo realidad al concepto de legalidad, en sujeción
al mandato constitucional y leyes secundarias, el Ministerio Público tiene
la obligación de promover la acción penal pública, en todos los casos de
que se tenga noticias de la comisión de algún hecho punible que afecte la
paz social; sin embargo, tal regla general, encuentra sus excepciones en
los casos que conforman el principio de oportunidad como son las salidas
alternativas previstas por los arts. 21 y 23 del Compilado Adjetivo,
atendiendo la utilidad o conveniencia de la prosecución de esos casos de
escasa relevancia social, previa valoración prudencial y arribar a la
conclusión de no ser necesaria la judicialización de toda conducta ilegal,
que deriva en el atosigamiento de las oficinas jurisdiccionales.
c) De Objetividad.- Tomando en cuenta ser el representante de la sociedad y
ya no del Estado, sus acciones acusatorias por la supuesta comisión de
hechos punibles no deben realizarse con criterios estrictos, severos o a
ultranza, o sea, con el prejuicio de considerar de inicio al sindicado como
al real autor del hecho sino que, partiendo del principio de inocencia,
abordarlo con alguna flexibilidad y humanitarismo para luego con el correr
de los resultados investigativos, tomar las medidas más conducentes a la

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efectiva realización del ius puniendi contra la persona identificada como


autor, pudiendo en su caso facilitar las salidas alternativas, así como
aportar las pruebas que permitan disminuir o eximir la responsabilidad
del imputado, conforme disponen el art. 72 adjetivo y 5 de su Ley Orgánica.
La objetividad va aparejada de la imparcialidad de sus actos, tendientes a
que su labor investigativa y acusatoria sea en el marco de la justicia y la
corrección, sin empecinarse en la teoría de condenar por condenar, lo que
no significaría responsabilidad funcionaria y menos un acto de legalidad
en la tarea de la administración de justicia.
d) De probidad, Persigue que sus actividades en general estén inspiradas en
el descubrimiento de la verdad histórica y material de los hechos; dentro
de ese margen, liberar de culpabilidad al imputado si correspondiere,
haciendo homenaje a su responsabilidad e imparcialidad funcionaria en
aras al imperio de los criterios de justicia, transparencia, eficiencia y
eficacia de sus funciones.

6. ORGANIZACIÓN
Al tenor de la Ley Orgánica N° 260 de julio de 2012, y el art.225 de la C.P.E,
nuestro Ministerio Público ya no tiene a las Comisiones Legislativas en calidad
de cabeza de sector y está integrada por el Fiscal General del Estado
Plurinacional, designado, previa convocatoria pública y calificación de méritos,
por dos tercios de votos de la Asamblea Legislativa, con un período de ejercicio
de seis años y resulta la autoridad jerárquica superior que encabeza la
institución, seguida por los fiscales departamentales, los fiscales de materia y los
fiscales asistentes, los Auxiliares cada uno con las funciones especificadas en su
normativa orgánica, en la esfera del principio de unidad e indivisibilidad,
designados previo vencimiento del sistema de la carrera fiscal, en cuyo marco
está igualmente previsto lo referente a la inmovilidad laboral, la carrera fiscal,
las promociones, las causales de cesación y destitución.
Esta última sanción, anteriormente, se imponía previo proceso interno a cargo
del Tribunal Disciplinario integrado por 12 abogados de reconocido prestigio y
ética profesional, no pertenecientes a la Institución y seleccionados a nivel
nacional y que en principio se desenvolvió en la manera diseñada originalmente,
del que el autor de esta obra tuvo la dignidad de ser uno de sus componentes,
para luego reducirse a tres profesionales por razones presupuestarias. La lista
de los doce integrantes era elaborada por el Consejo Nacional, de la cual, por
sorteo se designaba a tres en calidad de titulares para la sustanciación de un
caso, con la función o competencia de conocer en primera instancia, los procesos
disciplinarios de los fiscales departamentales y en grado de apelación, las
resoluciones disciplinarias dictadas por dichas autoridades, según a la clase de
faltas atribuidas que se clasifican en muy graves, graves y leves. Al presente, las
faltas se mantienen muy graves, graves y leves por imperio del Art. 115 de la Ley
N° 260 haciendo que la parte disciplinaria sea manejada mediante autoridades
sumariantes designadas por el Fiscal General, previa calificación de méritos y

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examen de competencia, por especio de dos años, susceptible de una ratificación


por otro período igual por una sola vez, dejando la condición de autoridad de
alzada o de segunda instancia al Fiscal General. Las sanciones varían según las
faltas cometidas desde una llamada de atención, una amonestación, pérdida del
derecho de promoción por un año, suspensión del ejercicio de sus funciones sin
goce de haberes por especio máximo de dos años, multa de hasta el 40% del
sueldo mensual, hasta la destitución funcionaria y el alejamiento de la carrera
fiscal, sin perjuicio del proceso penal que correspondiere.
Mientras el Fiscal General y los fiscales departamentales mayormente tienen
funciones administrativas y de política institucional, por lo mismo de escasa
labor en lo referente a la dirección funcional de la investigación, son los fiscales
de materia los que dirigen la investigación de los asuntos penales, sostienen la
carga procesal y se convierten en el eje central de la labor específica del Ministerio
Público, cooperados por los fiscales asistentes y en directa relación con los
investigadores; por consiguiente, son los responsables de la admisión y apertura
de casos para su ulterior investigación, de las resoluciones de mérito según sus
avances y de sostener la acusación en los juicios orales.
En la búsqueda de mayor eficiencia, se organizan por especialidades, según la
clase de delitos que conforman un determinado grupo de ilícitos, como ser el de la
Fiscalía de Análisis, Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Vida, Fiscalía
especializada en delitos contra la integridad corporal, Fiscalía especializada en
delitos patrimoniales, Fiscales de Provincias, resaltando por especialidad los
fiscales antinarcóticos y los de anticorrupción o de corrupción pública, dentro la
línea de acción trazada por las Leyes 1008 y 004, respectivamente, así como los
fiscales especializados en delitos contra la violencia femenina y fiscales de materia
móviles, en cumplimiento de la Ley N° 348 o Ley Integral para Garantizar a las
Mujeres una Vida digna Libre de Violencia de 9 de marzo de 2013, fiscales
especializados en delitos contra la Trata y Trafico de Personas conforme lo
establece la Ley Nº263, fiscales especializados en justicia penal juvenil conforme
lo establece la Ley Nº548
7. FUNCIONES
Por determinación constitucional, conforme establecen los Arts. 70 al 73 del
C.P.P., el Ministerio Público tiene el rol de defender la legalidad y los intereses
generales de la sociedad y ejercer la acción penal pública en todos los casos que
se tenga una noticia críminis, determinando la apertura de la causa, asumiendo
la dirección funcional de la investigación, ordenando las intervenciones a los
investigadores asignados o del Instituto de Investigaciones Forenses, así como
emitiendo resoluciones que la legislación procesal le autoriza, acusando a los
fines de la apertura del juicio oral y sosteniendo en su desarrollo el peso de la
acusación pública con la obligación de cumplir y satisfacer la carga de la prueba,
so pena de llegar a una sentencia absolutoria, que por sí sola manifiesta su
insuficiencia y que en mente del art. 265 debe soportar las costas procesales
En la marcha y desarrollo de los procesos penales, el rol del Ministerio Público
resulta innegablemente importante, pues su dinamismo y acuciosidad se

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plasmarán en los resultados oportunos y eficientes que logre o, por el contrario,


en el archivo de obrados, consecuencia del fracaso de sus tareas. A ese fin, la
legislación adjetiva penal y su Ley Orgánica le confieren las facultades y
atribuciones más amplias, así como la autoridad de rechazar querellas,
denuncias, actuaciones investigativas, sobreseer, proponer aplicación de las
salidas alternativas y el procedimiento inmediato para casos de flagrancia. A
diferencia del pasado en el que tan sólo era un elemento requirente y coadyuvante
de la acción penal pública, se ha invertido su radio de acción y de autoridad, al
convertirse en el titular casi monopólico del principio de oficialidad de la acción
penal pública, desplazando incluso a la víctima, que ahora resulta su
coadyuvante. En suma, el Ministerio Público es una autoridad estatal
indiscutible con un poder coercitivo innegable para encarar firmemente su labor
de represión del delito y enfrentar en algunos casos a asociaciones delictuosas u
organizaciones criminales poderosas, por lo que su tarea deberá ser bien
elaborada y desarrollada en pos de la tranquilidad social. Desafortunadamente,
esa gama de responsabilidades no se alcanza en la realidad debido al permanente
atropello que sufre de parte del poder central que se da modos para imponer y
destituir fiscales según sus intereses, afectando su independencia institucional,
a lo que se suma la escasa atención económica que se le brinda al asignársele
un presupuesto esmirriado que no cubre sus más premiosas necesidades, por lo
que carece de fortaleza financiera, logística, equipamiento y recursos humanos
tanto en número como en calidad. En número, por la escasa cantidad de fiscales
y funcionarios auxiliares, frente al incremento desmedido de los hechos
delictuosos y, en calidad, por la improvisación y la inestabilidad reinante entre
sus funcionarios, amén de destituirse a los antiguos y con cursos de formación,
para reemplazarlos con los correligionarios políticos en calidad de seguros
servidores de las órdenes superiores, bajo el lema de subordinación y constancia,
proscrito del régimen castrense y trasladado al Ministerio Público, asignando a
los fiscales de cierto distrito incluso atribuciones de alcance nacional.
8. RESPONSABILIDADES
Es lógico deducir que los componentes del Ministerio Público, de manera
personal deben responder por cada una de sus actuaciones emergentes del
ejercicio de sus funciones, al igual que todo servidor público, por lo que conllevan
responsabilidades administrativas, civiles y penales, sin descartar las
responsabilidades ejecutivas para los fiscales departamentales y el Fiscal
General, que resultan los encargados del manejo institucional operativo y
financiero, tomando como punto de partida el contenido del Capítulo Cuarto del
Título V de la Segunda Parte de la Ley Suprema (arts. 232-240) que bajo el
epígrafe de servidoras y servidores públicos, instituye una serie de obligaciones,
prohibiciones, limitaciones y responsabilidades desarrolladas ampliamente por
la leyes especiales del rubro y de manera reciente, previsto por la Ley 004 o
Anticorrupción.

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MINISTERIO PÚBLICO
La Dirección Legal, es la facultad de
Ejerce la "DIRECCIÓN controlar que las acciones de
La Dirección Estratégica, es la
FUNCIONAL DE LA investigación se ajusten a la
facultad de diseñar la estrategia de
legalidad, para rechazar las no lícitas
INVESTIGACIÓN", que y requerir otras que sean necesarias.
investigación en coordinación con el
investigador asignado, realizar el
la Ley define como la Se ejerce en todo el proceso
dibujo de ejecución y/o plan de
investigativo para preservar los
dirección legal y derechos y garantías de víctimas e
investigación, definiendo el rumbo
que deberán seguir las acciones
estratégica de la imputados, haciendo que resulten
operativas del investigador en el
objetivamente verificables, con el
investigación, con cumplimiento de las formalidades
ejercicio de su competencia.

miras a sustentar la que la ley prevé (actas, testigos, etc.)

acusación en el juicio.

III. POLICIA BOLIVIA NACIONAL


La primera labor de la administración de justicia en materia penal, es hacer valer
y salvaguardar los derechos constitucionales y procesales de una persona
acusada de haber cometido un delito asegurando la igualdad de trato de todos
los que comparecen ante un juez; para ello el Estado como titular del Ius
Puniendi o derecho de castigar, constitucionalmente a establecido la función de
policía judicial como instrumento para buscar la verdad a través de un proceso
técnico – investigativo, que permita asegurar que el culpable no eluda el juicio y
que el inocente no sea injustamente condenado por un crimen que no ha
cometido.
La etapa Investigativa del proceso penal, como base fáctica del juicio penal, tiene
por finalidad, a través de la investigación, averiguar y comprobar la veracidad del
hecho delictivo; reconstruir su cronología de comisión; individualizar a los
autores y establecer los medios, instrumentos, así como su forma de utilización;
aspectos estos, que una vez conocidos y explicados científicamente sirven de base
para que el Fiscal fundamente su acusación inicial y posteriormente pueda
sustentarla en el juicio; o por el contrario, en una apreciación objetiva de ellos,
desista de la acción y aplique el sobreseimiento.

La Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene la misión específica de la defensa de


la sociedad y la conservación del orden público, y el cumplimiento de las leyes en
todo el territorio boliviano.

1. EVOLUCIÓN HISTORICA

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La Policía Nacional de Bolivia es la principal fuerza de seguridad del Estado


Plurinacional de Bolivia. Fue creada el 24 de junio de 1826 mediante una ley
reglamentaria dictada por el Mariscal Antonio José de Sucre. Tiene la misión
específica de la defensa de la sociedad y la conservación del orden público,
mediante el cumplimiento de las leyes en el territorio nacional.
La Constitución de la República de Bolivia de 24 de junio de 1826, promulgada
durante el gobierno del presidente Antonio José de Sucre Reglas establecidas y
reglamentos que rigen la actividad policial. Creada en cada departamento un Jefe
de Policía, nombrado por el gobierno y tres o cuatro comisarios de la Policía, estos
tenían a su cargo una compañía de soldados al mando de un oficial del ejército
como funcionarios armados para la seguridad de la sociedad, con sujeción a los
alcaldes y quien era responsable del pagado de salarios con fondos públicos.
Más tarde, en 3 de mayo de 1831, el presidente Andrés de Santa Cruz, a través
de un Reglamento de Policía comienza a sistematizar y mejorar las normas
derivadas de la Constitución.
En 1832, las gendarmerías departamentales son reorganizadas, funcionalmente
estarían bajo la dependencia de autoridades civiles, estos eran los intendentes
departamentales y comisarios provinciales, quienes mantenían a su disposición
una compañía de gendarmes comandada por oficiales del ejército, los que
mantenían su carácter militar, pero que en lo administrativo se adaptaron a la
esfera del Ministerio del Interior, para que sea este ministerio quien se encargue
del pago de los salarios de las compañías de gendarmes.
El 19 de julio de 1839, el Gral. Velasco, presidente de la república, condecora a
los gendarmes de la Policía, declarándolos beneméritos de la patria, que
participaron contra la rebelión iniciada en el departamento de Oruro por el Gral.
Ballivian, luego de que el presidente Velasco expidiera el Decreto Supremo por el
cual se determinó poner sobre las armas a todas las Guardias Nacionales de la
República, pues la primera obligación de ellas era conservar el orden interior en
los diferentes departamentos de Bolivia, defender la libertad y cooperar al Ejército
permanente a fin de conseguir la pacificación del país. Por ello, se dispuso que
los gendarmes de la Policía usaran en el brazo izquierdo un escudo de paño verde,
en forma elíptica, con veinticinco líneas de longitud y veinte de latitud, en cuya
circunferencia sería bordado para los Jefes, Oficiales y ciudadanos que hubiesen
defendido la Constitución, una leyenda de oro que decía: "Fiel a la Patria y a la
Ley"; "Fiel a la Ley", y al reverso decía "Contra el desorden"
El 22 de noviembre de 1851, en la nueva constitución elaborada bajo la
presidencia del Gral. Belzu, se reorganiza las funciones policiales a nivel
departamental, provincial y cantonal.
En 1861, la policía de La Paz se dividió en dos distritos, uno bajo las órdenes del
Jefe de la Policía y el Hogar de otro Comisario, tanto la ayuda en cada distrito,
por seis comisarios y agentes de media de la se turnaron en turnos de 24 horas.
Durante el Gobierno de Gregorio Pacheco se convirtió en ley de la Policía de
Seguridad de 11 de noviembre de 1886, destinadas a mantener el orden público,

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la preservación de las garantías personales y financieras, la prevención de los


crímenes y capturar a los delincuentes para someterlos a la justicia.
El 20 de diciembre de 1923 durante el Gobierno de Bautista Saavedra se crean
escuelas de policías en todos los departamentos, para la instrucción y la
educación de los candidatos para la Policía de la República.
La unificación de la dirección de todas las unidades policiales en el país viene
con el decreto de 28 de julio de 1930, que creó o director general de la Policía de
la República, dependiente del Ministerio de Gobierno.
El 26 de febrero de 1937, el Tcnl. David Toro Ruilova crea mediante Decreto
Supremo la "Escuela Nacional de Policías" dando inicio al primer instituto de
formación de oficiales de la Policía.
Una misión integrada por miembros de la italiana "Carabinieri" fue invitado a
colaborar con la modernización de la policía boliviana, especialmente, de los
regimientos de fusileros existentes.
La fusión de la Policía de Seguridad con los regimientos de fusileros se llevó a
cabo por el gobierno en 18 de enero de 1937 a través de la nueva corporación
que se llamó Carabineros de Bolivia, inspirados en el cuerpo policial italiano al
igual que el Cuerpo de Carabineros de Chile, quienes también surgieron
previamente inspirados en el cuerpo policial italiano. Una nueva ley sobre 14 de
noviembre de 1950, reafirma el carácter único de organización policial, con la
disciplina militar, encargada de la defensa nacional y orden público, bajo el
mando supremo del jefe de la Nación.
Actualmente, la Policía Nacional de Bolivia tiene su Constitución regirá por la Ley
de 18 de diciembre de 1961 y actuar como policía en todas sus formas,
manifiestas, así como la policía de la policía judicial mediante la presentación a
la orden del presidente a través del Ministro del Gobierno
En diciembre del 2009 después de ser promulgada la nueva Constitución Política
que cambió el denominativo de República de Bolivia, por la de Estado
Plurinacional de Bolivia, la única fuerza de seguridad del país cambió su
denominativo a Policía Boliviana.
2. FUNCIONES
La Policía Boliviana, como institución del pueblo y para el pueblo, cumple una
función de carácter público, esencialmente preventiva y de auxilio, que en forma
regular y continua garantiza el normal desenvolvimiento de las actividades
sociales.
La función principal de las policías, de acuerdo a este mandato se expresa en las
siguientes acciones:
a) Garantizar el libre ejercicio de los derechos humanos y libertades públicas.
b) Prevenir la comisión de delitos.
c) Apoyar el cumplimiento de las decisiones de la autoridad competente.

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Su finalidad primordial es realizar los actos urgentes o inaplazables destinados


a determinar si han tenido lugar los hechos y si tiene características de delito,
así como asegurar los elementos materiales de su comisión e individualizar a los
partícipes, testigos y agraviados.

La Policía Nacional, en la investigación de los delitos, se


encargará de la identificación y aprehensión de los presuntos
responsables, de la identificación y auxilio a las víctimas, de la
acumulación y seguridad de las pruebas y de toda actuación
dispuesta por el fiscal que dirige la investigación; diligencias que
serán remitidas a los órganos competentes. Art. 74 C.P.P

Los miembros de la Policía Boliviana rigen su comportamiento en virtud a la Ética


Policial que exige a los policías ser racionales, prudentes, coherentes y virtuosos
demostrando tomar decisiones correctas con plena convicción y responsabilidad.
➢ Tiene por funciones velar por la eficiencia de los servicios policiales a través
de inspecciones, investigaciones, fiscalización e informes de las actividades
de las diferentes reparticiones de su jurisdicción
➢ La Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene la misión específica de la
defensa de la sociedad y la conservación del orden público, y el
cumplimiento de las leyes en todo el territorio boliviano.

Investigación Operativa, La Dirección Administrativa es la ejercida por el


POLICÍA NACIONAL, desarrollada por los policías
mando jerárquico de los organismos policiales de
investigación sobre los funcionarios encargados de
realizar la investigación, consistente en:
A través de sus investigadores, consistente
a) Designación de investigadores, la que debe
en las diligencias realizarse tomando en cuenta los criterios de
organismos investigativas necesarias complejidad en la investigación, con dedicación
exclusiva a esta función.
especializados para la identificación de las b) Proporcionar los suministros técnico-
administrativos al funcionario para que ejerza su
realiza la víctimas, averiguación del función.
hecho, individualización del c) Supervisión disciplinaria y de la jornada laboral,
investigación imputado y la obtención de cumplimiento de turnos y calidad de su
desempeño.
operativa de los los elementos de prueba d) Control continuado de casos, para el
cumplimiento eficiente y eficaz de las acciones
delitos para sustentar el resultado determinadas en la estrategia de investigación.
de la investigación.

IV. INSTITUCIONES DE INVESTIGACIÓN FORENSE

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El Instituto de Investigaciones Forenses, constituye a la instancia encargada de


realizar todos los estudios científicos técnicos para la investigación de los delitos
o la comprobación de otros hechos por orden judicial, como apoyo a la función
del Ministerio Público de promover la acción de la justicia.
El investigador forense es el encargado de estudiar todos los acontecimientos
delictivos, sus protagonistas y entorno. También, es la persona que aplica las
diversas técnicas para el debido uso sobre el lugar donde el crimen se cometió;
deben tener una amplia capacidad de análisis referente a la criminalidad.
La Ley No. 1173, Ley de Abreviación Procesal Penal y de Fortalecimiento de la
Lucha Integral contra la Violencia a Niñas, Niños, Adolescentes y Mujeres (Art.
4), dispone la modificación del artículo 75 del Título II del Libro Segundo de la
primera parte del Código de Procedimiento Penal, mediante el cual se establece
que el Instituto de Investigaciones Forenses – IDIF, es un órgano dependiente de
la Fiscalía General del Estado y el Instituto de Investigaciones Técnico Científicas
de la Universidad Policial – IITCUP, de la Policía Boliviana, en este sentido, el
Ministerio Público podrá́ requerir, indistintamente, la realización de estudios
científico – técnicos para la investigación de delitos o la comprobación de otros
hechos mediante orden judicial.

INSTITUCIONES PRINCIPALES FUNCIONES


Es la institución encargada de realizar
los estudios científicos técnicos
laboratoriales requeridos para la
investigación de los delitos por el
Ministerio Público. Igualmente, se
Instituto de Investigaciones Forenses encargará de los estudios científicos
– IDIF (Ley No. 260, art. 83). técnicos para la comprobación de
otros hechos encomendados por orden
judicial.
En sus funciones técnicas tiene
carácter independiente y emite
informes y dictámenes conforme a las
reglas de investigación científica.
Instituto de Investigaciones Técnico El IITCUP es un organismo
Científicas de la Universidad Policial – especializado de la Policía Boliviana
IITCUP (Resolución Administrativa No que tiene por finalidad desarrollar
1526/10 del Comando General de la investigación científica, realizar
Policía Boliviana de fecha 28 de estudios técnico – científicos y
Diciembre de 2010). coadyuvar en la especialización de
recursos humanos, en busca de
aportar soluciones y enfrentar los

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desafíos del progreso institucional y


nacional.
Se constituye en el único instituto
dentro de la Policía Boliviana que
autoriza y valida la elaboración de
pericias debiendo regirse a las normas
y lineamientos establecidos y normas
vigentes.

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