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la cátedra)
La escritura apareció como una forma de tecnología (jeroglíficos, pinturas rupestres, etc.), y
se presentaba una mayor integración grupal. Sin embargo, también había jerarquías (castas), y
quienes se encargaban de escribir, registrando los acontecimientos, eran las castas superiores.
A partir de la escritura se trascendió el aquí (tiempo) y ahora (espacio), pero la versión que
perduró fue la de los grupos dominantes.
Durante la Edad Media la lectura, traducción, transcripción y escritura (a mano) de los libros
se llevaba a cabo principalmente por el clero. Hasta que en, entre 1438 y 1450, Gutenberg
revolucionó la forma de producir los textos; creó móviles de metal, y los unió a una prensa para
realizar impresiones más rápidas. Además buscó una tinta que funcionara con el metal. Sin
embargo, la imprenta no era una industria sencilla, ya que primero se requería ser aprendiz
antes de poder tener un negocio propio.
Recién en 1605 surgió una publicación que fue relativamente regular y continua. Se llamó
Nieuwe Tijdngen (Últimas Noticias), y era procedente de Países Bajos. Se la puede clasificar
como la primera publicación con una periodicidad de impresión.
Más tarde, en 1631, en Francia apareció la Gazette. Fue oficialmente el primer periódico en
el mundo, y la información que salía en él estaba bajo el control del Rey Luis XIII. A partir de
aquel momento, todas las monarquías introducen este sistema a través del cual surge,
también, la propaganda a favor de un gobierno. Algunas gacetas fueron: Gaceta de Lisboa,
Gaceta de Madrid, Gazette de New York, Gaceta de Santa Fe de Bogotá, Gaceta de México,
Gaceta de Buenos Aires.
Hacia el siglo XVIII, los cambios que aparecen con la Revolución Industrial en general son:
nuevas formas de producción, se produce más cantidad en menor tiempo, se construyen
nuevos caminos para los transportes, la comunicación se facilita y aparecen los medios de
comunicación, hacia 1840 Morse dio origen al telégrafo y con él a una nueva etapa en las
comunicaciones a distancia (hay más actualidad, cambia el concepto de noticia), inmigración
hacia diversos territorios, escolarización y por consecuente aprendizaje de la escritura (abre las
posibilidades respecto a los periódicos).
Hacia finales del siglo XIX se puede situar el comienzo de la comunicación de masas. La
cantidad de información es mayor, y también se incorporan las imágenes a las impresiones
periodísticas. Por otro lado, las empresas de periódicos comienzan a competir comercialmente
y algunas de ellas logran instaurarse como imperios mediáticos. Este es el caso de Joseph
Pulitzer y William Hearst, quienes dieron inicio al estilo periodístico conocido como
sensacionalista o amarillista. En su época aparecieron elementos complementarios de los
medios de comunicación como los distintos tipos de papel y el “canillita”; además los precios se
reducen, lo que hace su expansión más sencilla.
A principios del siglo XX se desarrolla el cine como entretenimiento, con sus antecedentes
en los experimentos de los hermanos Lumier. Estos, en 1895, habían creado la ilusión óptica
de imágenes en movimiento y lograron proyectarlo. Era una forma de percepción hasta ese
momento desconocida. La particularidad del cine reside en que no requería de alfabetización
(como el periódico) para ser entendido, además de que surgió en una época donde la
tecnología se desarrollaba a un ritmo mucho más avanzado.
1.1. Premisa
Para analizar y comprender las distintas teorías sobre la comunicación se pueden utilizar los
siguientes criterios:
Al articular y hallar la relación entre estos tres factores se pueden ver cuáles teorías o
modelos de comunicación de masas han sido más relevantes dentro de la Mass Media
Comunication Research. Además se puede entender a cuáles dilemas en el ámbito
comunicacional se los ha investigado más profundamente, y cuáles han tenido poco
protagonismo y repercusión.
En el contexto de este paradigma se creía que cada persona del público recibía un estímulo
(el mensaje), personal y directamente, lo aceptaba y se desencadenaba una reacción
inmediata.
Históricamente el surgimiento de esa idea se ubica entre las dos guerras mundiales y fue
cuando, por primera vez, el fenómeno de la comunicación de masas llamó la atención de los
estudiosos. Con dicho contexto, la visión hipodérmica está caracterizada por una investigación
general sobre los medios de comunicación, que no reparó en la diversidad existente entre ellos;
y también por sus efectos. Estos últimos en realidad no fueron estudiados, sino que se daban
por supuestos.
Se puede decir que se trató de un paradigma basado en una teoría sobre la sociedad de
masas y, conjuntamente, en una teoría psicológica de la actuación de la propaganda.
Para exponer este punto se debería hablar, concretamente, de una teoría de la psicología
conductista (teoría de la acción). Su objetivo de estudio era el comportamiento humano a partir
de los métodos y la observación típicos de las ciencias naturales y biológicas.
Esta visión hipodérmica se vio debilitada cuando, el 31 de octubre de 1938, Orson Welles
realizó un episodio de radioteatro que dejó impactantes resultados. El director realizó una
adaptación de una novela y la tituló “La Guerra de los Mundos”, transmitiendo la actuación de
un suceso que aparentaba ser un informativo sobre la invasión y ataque de extraterrestres a la
Tierra. Según la visión hipodérmica, todos los que escucharon la transmisión ese día deberían
haber entrado en una situación de pánico, sin embargo solo una pequeña parte realmente lo
creyó.
Luego del caos causado por el episodio de Welles, el sociólogo estadounidense Cantril,
entrevistó a 500 personas que había escuchado el programa. Los resultados fueron muy
diversos en cuanto al accionar de las personas:
“Una forma apropiada para describir un acto de comunicación es responder a las siguientes
preguntas:
¿Quién / dice qué / a través de qué canal / a quién / con qué efecto?
Cada punto enfatizado por Lasswell se puede utilizar para organizar un sector específico de
la investigación:
Si bien Lasswell proponía una fórmula a fines de servir como “organizador” del objeto de
estudio, terminó por convertirse en una teoría de la comunicación.
A pesar de reconocer que los sujetos poseían relaciones familiares y de amistad, los
estudiosos consideraban que estas no influían en, por ejemplo, el resultado de una
propaganda. Se pensaba que las relaciones interpersonales eran irrelevantes, tal vez de menor
importancia, con las instituciones en la sociedad moderna.
A partir de esta nueva corriente fue evidente, por primera vez, la complejidad que conlleva la
relación emisor-mensaje-destinatario. Se estudiaron así, por un lado, la eficacia en la
persuasión y, por otra, el fracaso de la persuasión. Había una indeterminación entre la idea de
un mensaje correctamente estructurado para obtener la eficiencia persuasiva, y la evidencia de
que los efectos, a menudo, no se alcanzaban.
Si se tiene en cuenta que cada individuo posee rasgos de personalidad distintos, entonces
se puede comprender que los estímulos de los medios interactúan con ellos de diversas
maneras. Así, en los efectos también habrá variaciones correspondientes a las divergencias
individuales. Experimentalmente se mantienen constantes ciertas variantes, mientras se
manipulan aquellas cuya incidencia sobre los efectos se desea conocer.
Esta teoría de los medios de comunicación de masas puede orientarse en dos aspectos:
estudios de las características individuales del receptor y cuál es la organización más eficaz del
mensaje con la finalidad de persuadir. Y además el paradigma se puede representar como:
El grado en que el público está expuesto al material informativo en una campaña depende
de:
o Interés por adquirir información: no todas las personas representan el mismo “blanco”
para los medios. Esto puede deberse al desconocimiento sobre los hechos tratados en
la campaña. Cuanto mayor resulta la exposición a un tema determinado, crecerá el
interés y por lo tanto también la motivación de informarse. El éxito de una campaña
depende del interés del público y de la amplitud en aquellos sectores con desinterés
sobre el tema.
o Exposición selectiva: la audiencia tiene tendencia a exponerse a aquella información
compatible a sus actitudes y, al mismo tiempo, a evitar mensajes discordantes. En
general, las campañas son recibidas por aquellos que concuerdan con la información
presentada o que ya tenían cierta familiaridad con el tema.
o Percepción selectiva: la interpretación, basada en las actitudes y valores, que cada
destinatario le atribuye al mensaje puede cambiar y modelar su significado. Además
hay mecanismos psicológicos que se ponen en marcha para evitar la tensión o la
disonancia cognoscitiva, por lo tanto el proceso de percepción también puede verse
influenciado. Y finalmente puede darse un efecto de:
(a) Asimilación, cuando el destinatario percibe la información como cercana (más de
lo real) a sus propias opiniones porque:
i. hay una diferencia mínima entre ambas; ii. se implica poco y hasta es
indiferente respecto al tema del mensaje; iii. tiene una actitud positiva hacia el
comunicador.
(b) Contraste, cuando las condiciones son opuestas a las recién mencionadas, en el
llamado “campo de rechazo”. Aquí el destinatario percibe al mensaje como
“propagandístico” o “inaceptable”, pues hay una distancia (mayor a la real) entre sus
opiniones y la información del mensaje.
o Memorización selectiva: la memoria del sujeto selecciona, con el transcurso del tiempo,
aquello que es más significativo para él en comparación con información discordante o
culturalmente distante.
El “efecto Bartlett” hace referencia a un mecanismo para la memorización de los
mensajes de persuasión: si en un mensaje junto a las argumentaciones centrales se
dan las argumentaciones contrarias, después de un tiempo se debilitan estas últimas.
De esta manera la memorización selectiva acentúa la persuasión al “grabar” las
argumentaciones centrales.
El “efecto latente” (sleeper effect): en algunos casos, inmediatamente después de la
exposición al mensaje, la eficacia de persuasión es casi nula, pero con el tiempo se ve
incrementada. Entonces, si al inicio se da una actitud negativa del destinatario hacia el
emisor resulta una buena barrera frente a la persuasión, el tiempo disminuirá ese
elemento. De manera que, la memorización selectiva hará que persistan los contenidos
del mensaje.
Los resultados de los estudios sobre la organización óptima del mensaje con fines de
persuasión están vinculados, casi siempre, con lo planteado en el apartado anterior. En este
punto se deben tener en cuenta cuatro factores sobre el mensaje:
1.4. LOS ESTUDIOS EMPÍRICOS SOBRE EL TERRENO O “DE LOS EFECTOS LIMITADOS” (LAZARSFELD)
Esta teoría mediológica tiene una fundamentación a partir de la sociología (es una teoría
sociológica). Al igual que otros postulados sobre comunicación, está elaborada a partir de
simultáneas investigaciones experimentales. Además, de la misma manera que la teoría
empírico-experimental, ha pasado a ser un estudio clásico.
Es por eso que se dice que, muchas veces, las investigaciones de esta teoría se observan
de forma reduccionista. Pues se cree que los principales estudios son sobre los efectos, pero
también se aborda una visión más amplia sobre otros fenómenos sociales.
Puede hablarse, con esta teoría, de un complemento que completa a la visión hipodérmica.
Esto es, la interconexión que establece entre los procesos comunicativos y las características
del contexto social donde estos ocurren.
De los resultados se infirió que, una investigación sobre el consumo de ciertos medios por
parte del público puede ser, además de una simple recopilación de datos cuantitativos, un
análisis de mayor complejidad. Por ejemplo, respecto a los efectos de los medios, se supo que
primero es necesario averiguar quién y por qué sigue a cierto medio de comunicación. Sobre
esto último, Lazarfeld, propone a los efectos preselectivos y los efectos sucesivos: la radio
preselecciona a su público y solo después ejerce influencia sobre él. De esta manera, los
factores que explican las preferencias en consumo de un medio están vinculados con cierta
estratificación social.
Esto quiere decir que, a partir de la teoría de los efectos limitados se puede decir que: la
comprensión de las comunicaciones de masas requiere de una perspectiva que atienda al
ámbito social, es decir, un análisis amplio del contexto en que se encuentran los consumidores.
Las investigaciones sobre este punto dejan en claro que: el alcance de los medios de
comunicación solo puede estudiarse y analizarse en el contexto social donde se presentan. Su
influencia proviene, no tanto de su contenido, sino de las características sociales de sus
receptores.
Para Lazarfeld, los efectos de los medios dependen de la clase dominante durante un
periodo determinado. Con la teoría de los efectos limitados se deja sin validez al vínculo
unidireccional y directo entre el estímulo-propaganda y la manipulación de la audiencia, donde
los medios de comunicación interfieren en las dinámicas sociales.
Las investigaciones más conocidas sobre esta teoría se propusieron estudiar a fenómenos
amplios, por ejemplo, aquellos que involucran la formación de opiniones en ciertos sectores
sociales. Así, la primera investigación sobre estos temas fue en 1940, durante una campaña
presidencial. En ella participaron Lazarfeld, Berelson y Gaudet, y el objetivo era comprender las
motivaciones que dan lugar a actitudes políticas. Se obtuvieron las siguientes conclusiones:
líder de opinión
Se debe tener en cuenta que los líderes de opinión y la corriente comunicativa a dos niveles
conforman solo uno de los mecanismos de formación de opiniones. Otro método es la
cristalización o aparición de opiniones. Esto es, las situaciones que requieren de constate
elaboración de opiniones (por ejemplo, una campaña política), hace que quienes conforman el
grupo afronten tales exigencias, aun cuando no hay un líder de opinión. De esta manera, las
interacciones dinámicas entre los miembros del grupo hacen que se cristalicen las opiniones.
Es decir, se forman ideas cuando los individuos se relacionan entre sí a partir de la influencia
personal.
Si se compara estos mecanismos con la visión hipodérmica se ve que no solo los efectos
son distintos, sino que también la lógica de los efectos lo es. El vínculo estímulo-respuesta
(unidireccional para la visión hipodérmica) surge en un contexto de influencia personal, donde
cada individuo y su personalidad están moldeados por su grupo social (familia, amigos,
profesionales, etc.).
Además, el valor de los efectos también es limitado. Los efectos que “resisten” más son los
de valoración respecto a los de conversión, y las relaciones intersubjetivas ejercen mayor
influencia personal que los medios de comunicación. Esto se explica en que, aunque los más
dudosos sean los menos expuestos a los medios, las relaciones sociales tienen un alcance
más particular y más eficiente sobre aquellos donde hay posibilidad de cambio de actitudes.
Por su parte, la comunicación en masa tiene la dificultad de la exposición y la percepción
selectivas; aspectos con los que los vínculos interpersonales tienen un nexo más inmediato,
reduciendo, en general, las resistencias de los sujetos.
Wolf destaca de forma personal que la teoría, además de mostrar las limitaciones de los
efectos, evidencia el papel de intervención constante del contexto (social, psicológico y
económico) de un individuo en los procesos comunicativos que lo alcanzan. (PÁG. 60)
Al analizar una propuesta de Klapper (1960), se puede entender que las comunicaciones de
masas tienen una capacidad de influir vinculada a los efectos de reforzamiento (de valores,
actitudes, posturas, etc.), más que a una capacidad neta de modificación o manipulación.
(PAG. 62)
También hay estudios que muestran que las influencias son más complejas que simples
redes (como se mostraba en la corriente de comunicación a dos niveles). Esto es, respecto al
líder de opinión se pueden dar diversas variantes: los sujetos a los que él tiene alcance pueden
no estar interesados en sus ideas; y también los sujetos influidos pueden resultar ser
influyentes, intercambiando los papeles.
El contexto social es un hecho que, cuando la teoría de los efectos limitados fue propuesta,
era totalmente distinto al actual. En la corriente comunicativa a dos niveles se daba una
situación de baja difusión (en los años cuarenta, cuando fue propuesta), y eso explica el poder
de las relaciones interpersonales. Sin embargo, en la actualidad, se llega a una difusión y casi
saturación de información por parte de los medios de comunicación. En general, la oferta
mediológica actual (década del ’70, cuando Wolf publicó el libro) es alta, y los líderes de opinión
casi fueron desplazados en su tarea de filtrar la información, debido a la gran difusión de ella
(tanto de ideas como de opiniones). Por eso se cree que ahora la relación entre medios de
comunicación y receptores es más estrecha, y no hay un nivel intermedio interpersonal.
Aunque sí puede pensarse en una conversación con el grupo social sobre el contenido de los
medios de comunicación.
Entonces, la conclusión sobre la teoría de los efectos limitados es: “la eficacia de la
comunicación de masas debe ser estudiada respecto al contexto de relaciones sociales en el
que operan los media” (Wolf. 1974: 63). Aunque la corriente de la comunicación en dos niveles
debería ser actualizada a la situación de hoy, hay otros aspectos destacables y que quedan en
evidencia a partir de la influencia interpersonal: el hecho de que el proceso de comunicación
entre los medios y los individuos no es lineal (como sugería la visión hipodérmica); y la
selectividad que realizan los sujetos influencia por las relaciones sociales (no por la psicología
individual, como sugería la teoría de la persuasión).
Los elementos en el proceso comunicativo varían con cada situación. Por ejemplo, la
definición de exposición al mensaje, empíricamente, está relacionada con sujetos expuestos de
forma equitativa a la comunicación; por otro lado, desde el trabajo de campo, la audiencia se
conforma por aquellos que eligen exponerse a la comunicación. Esto ocurre porque,
experimentalmente, los efectos que se muestran son los que se dieron sobre todas las
personas analizadas. Mientras que en el trabajo de campo, los efectos se producen sobre
quienes ya tienen cierta predisposición al punto de vista que se muestra en la comunicación.
Otra diferencia se refiere al tema o argumento con los que se valora la eficacia de los
medios. Experimentalmente se analizan “algunas condiciones o factores cuyo impacto sobre la
eficacia de la comunicación se quiere comprobar”. Por otro lado, en el trabajo de campo, busca
actitudes de los individuos acerca de temas de relevancia que se encuentren profundamente
arraigados en la personalidad de un sujeto, de forma que lo hace menos influenciable.
Estas, y otras diferencias, muestran que las divergencias entre los resultados sobre los
efectos de los medios de comunicación pueda expresarse como “un distinta definición de la
situación comunicativa… y a diferencias en el tipo de comunicador, de público y de temas
utilizados” (Hovland, 1959: 509). (PÁG 66)
Entonces, las investigaciones experimentales desean mostrar los vínculos directos entre
dos variantes comunicativas; por otro lado, el trabajo de campo analiza los contextos
comunicativos, y le otorga importancia a todos los elementos presentes en ellos y a cómo se
relacionan (aunque no puede generar vínculos causales).
Esta teoría funcionalista de la comunicación presenta una visión global de los medios,
desde su conjunto. Una característica importante de ella es que busca una explicación a las
funciones que los medios de comunicación de masas desarrollan. Esta característica es
también un punto de diferencia respecto a otros modelos o paradigmas comunicativos, ya que
la pregunta metodológica no es más sobre los efectos, sino sobre las funciones de los medios
en la sociedad.
Con esta teoría se completa un camino o recorrido, partiendo desde la capacidad de los
medios de manipulación (hipodérmica), pasando por la persuasión (empírico-experimental),
después a la influencia (efectos limitados) para finalmente llegar a las funciones. Dicho
desplazamiento conceptual se basa en el abandono ideológico de que los actos comunicativos
tienen un efecto intencional, es decir, de que persiguen un objetivo. Ahora se concentra el
interés en las consecuencias demostrables del accionar de los medios de comunicación sobre
una comunidad social.
Otra diferencia que se puede encontrar entre otros paradigmas y la teoría funcionalista es
que el contexto comunicativo de referencia es otro. Mientras que en casos anteriores se
estudiaban sucesos puntuales (campañas, etc.), la teoría funcionalista observa la situación
comunicativa “normal” de producción y difusión de mensajes de masas.
⇨ Conservación del modelo y control de las tensiones. Los sistemas sociales tienen
mecanismos de socialización, los que les permiten a los individuos interiorizar las pautas
culturales.
⇨ La adaptación al ambiente. Por sobrevivencia los sistemas sociales requieren de
adaptación a su medio y a otros.
⇨ La persecución de una finalidad. Todos los sistemas sociales requieren de ciertas
metas, y los individuos deben cumplir tareas al mismo tiempo para alcanzarlas.
⇨ La integración. Los subgrupos de un sistema deben interrelacionarse, y debe existir
una lealtad tanto a los individuos como al sistema completo. Para evitar la separación se
requieren mecanismos que mantengan la unión estructural.
La resolución por parte del grupo social de los imperativos funcionales significa que la
acción social, siguiendo normas y valores de la comunidad, se orienta a satisfacer necesidades
del sistema. Dicha satisfacción de necesidades se organiza a partir de diversos subgrupos, los
cuales poseen la capacidad de saldar uno o más requerimientos.
Para la solución de un imperativo funcional, en general, los grupos sociales poseen de más
de un mecanismo resolutivo. Además, hay mecanismos que tienen la capacidad de ser
funcionalmente equivalentes para solucionar más de un problema.
La sociedad, con esta teoría, es vista como un sistema muy complejo que tiende a mantener
un equilibrio. Dicho equilibrio depende de los subgrupos, los cuales poseen como meta la
resolución de los problemas principales.
1. Las funciones y
2. las disfunciones
3. latentes y
4. manifiestas de las transmisiones
5. periodísticas
6. informativas
7. culturales
8. de entretenimiento respecto a
9. la sociedad
10. los grupos
11. el individuo
12. sistema cultural
(Wright, 1960)
Otra función es la capacidad de resistencia a la crítica y los ataques que poseen los medios
de comunicación. Este mecanismo lo realizan cuando, a pesar de la calidad informativa, esta
debe mantenerse para satisfacer los intereses del grupo más importante en su mercado.
1.5.3. De los usos como funciones a las funciones de los usos: la hipótesis de los usos
y las gratificaciones
Wright dice que las funciones hacen referencia a las consecuencias de ciertos elementos
regulares, estándares y habituales al proceso de comunicación. Deben diferirse de los efectos
deseados o de las finalidades del comunicador, y también de los usos o de las motivaciones del
receptor.
Al pasar de las ideas iniciales sobre la influencia de los medios de comunicación a partir del
vínculo estímulo 🡪 respuesta (visión hipodérmica), a una observación profunda de los
contextos e interacciones sociales de los receptores, entonces se tiene que: el estudio de los
efectos de los medios cambia el cuestionamiento “¿cómo afectan los medios a las personas?”
por “¿qué hacen las personas con los medios?”.
La perspectiva funcionalista se basa en que: ni los mensajes más potentes de los medios de
comunicación pueden llevar a cabo una influencia sobre personas que no los tengan
incorporados en el contexto socio-psicológico que habitan.
Los medios de comunicación de masas pueden producir un efecto sobre los individuos, en
la medida que se lleven a cabo las gratificaciones a sus necesidades. Entonces, los medios son
efectivos cuando los receptores le atribuyen dicha efectividad, en relación justamente a las
gratificaciones de sus necesidades. La influencia de las comunicaciones de masas debe
considerarse dentro de las opiniones, experiencias y contextos de los receptores. Esto se debe
a que “los mensajes son disfrutados, interceptados y adaptados al contexto subjetivo de
experiencias, conocimientos, motivaciones”. (Merton, 1982).
Por su parte, el receptor es también un sujeto comunicativo. Tanto emisor como receptor
son activos en el proceso comunicacional. Esto significa que el receptor puede responder al
estímulo recibido además de interpretarlo; “actúa” sobre la información que recibe, y la “usa”.
En la historia pueden hallarse tres precedentes teóricos para la que sería luego la hipótesis
de los “usos y gratificaciones”:
i. Un estudio acerca de la función y los efectos de la lectura, a partir del cual se obtuvo
que estos últimos pueden ser asignados como tal (es decir, efectos) siempre que las exigencias
de los lectores sean satisfechas por la lectura misma. Entonces, la acción de leer tiene un
efecto social si da solución a preguntas de determinado grupo social, y que a su vez ello se vea
en las incidencias respecto a otros grupos sociales.
ii. Un estudio específico acerca de las declaraciones de lectores de diarios durante una
huelga periodística en Nueva York. Según los consumidores de los diarios, las funciones más
importantes que estos cumplen son:
⇨ Informar y dar interpretaciones sobre sucesos.
⇨ Ser instrumentos esenciales de la vida contemporánea.
⇨ Vía de escape o relajación.
⇨ Conceder prestigio social.
⇨ Ser instrumentos de contacto social.
⇨ Ser una parte elemental de la vida diaria.
iii. Un análisis sobre tres funciones principales que desarrollan las comunicaciones en
masas:
⇨ Informar.
⇨ Brindar interpretaciones que le den significado y coherencia a la información.
⇨ Reproducir valores culturales y simbólicos de la identidad social.
Wright agrega una cuarta función: entretener al espectador al entregar una forma de
evasión de la realidad social.
Puntualmente se puede vincular al contexto social del receptor con las necesidades que
impulsan ciertos consumos de medios de masas, y para ello se plantean cinco modalidades:
● Ocurre un desplazamiento del origen del efecto. Las gratificaciones que el receptor
obtiene pueden provenir del contenido específico del mensaje, así como de la exposición al
medio o de la situación comunicativa vinculada a un medio determinado.
El significado del consumo de ciertos medios no siempre está a la vista a partir del
análisis de su contenido o por las características sociológicas de la audiencia. En otras
ocasiones, el consumo tiene valor y significado únicamente dentro del contexto individual del
sujeto que forma parte de la audiencia.
● La actividad selectiva e interpretativa del receptor, antes considerada como una
interferencia en los alcances de los medios de comunicación, toman una posición estable en el
proceso comunicativo, conformándose como un componente imprescindible.
● En referencia al problema de las alternativas funcionales, los medios de comunicación
de masas no son la única fuente de satisfacción de las diversas necesidades del público. En
ocasiones se los utiliza ante la ausencia de “alternativas funcionales más adecuadas”. Sin
embargo, las alternativas funcionales no son equivalentes ni igualmente accesibles o
significativas; el contexto sociocultural en el que se experimentan ayuda a construir, describir y
disponer “la accesibilidad, el uso y la funcionalidad” de los medios de comunicación.
Entonces, la hipótesis de los “usos y gratificaciones” propicia la idea de una audiencia como
conjunto de individuos separados del ambiente y del contexto social, el cual conforma sus
propias experiencias, necesidades y significados para el consumo de los diversos géneros
comunicativos. Es una perspectiva individualista, ya que atiende a los procesos subjetivos de
gratificación de las necesidades.
Esta teoría puede asociarse, a nivel histórico, a los investigadores del Institut für
Sozialforschung de Frankfurt, el cual fue fundando en 1923. Mientras el nazismo estuvo en el
poder el Instituto, ya conocido como la Escuela de Frankfurt, debió cerrar. Sus principales
estudiosos y representantes se vieron en la necesidad de emigrar hacia distintos destinos:
París, Nueva York, y a diversas universidades estadounidenses. En 1950 finalmente el Instituto
tuvo la posibilidad de reabrir, y continuó el estudio y la investigación guiados bajo el principio
teórico que lo distinguía: los planteos críticos sobre ciencia y cultura asociados a la idea política
de una reorganización racional en la sociedad, la cual permitiera superar la crisis de la razón.
Cuando la teoría crítica plantea que la separación y oposición entre individuo y sociedad es
la consecuencia histórica producto de la segmentación de las clases sociales, está mostrando
su posicionamiento respecto a una crítica dialéctica de la economía política. De esta forma, un
autor crítico planteó que ciertos problemas y aspectos que viven las masas, tal como el
terrorismo, el militarismo, la desocupación y la crisis económica, son el resultado no de
deficiencias técnicas, sino de relaciones productivas caducadas para la época.
Para la teoría crítica, cualquier ciencia social que basa su investigación en una toma y
clasificación de datos, y a un análisis simple, reduce la posibilidad de acceder a la verdad al
ignorar las injerencias sociales. La teoría crítica intenta hacer lo que la sociedad no logra, o
posterga: una teoría social que realice un análisis crítico sobre la propia investigación científica.
Puntualmente la teoría crítica intenta estructurar la vida de forma que los individuos no
queden sujetos al azar y a los intereses económicos, sino a la concreción de las capacidades y
posibilidades humanas.
El término “cultura de masas” es utilizado para referirse a una cultura que proviene
naturalmente de las masas, como “una forma contemporánea de arte popular” (pág. 94).
Sin embargo, para la teoría crítica la industria cultural es otra cosa. El mercado de masas
requiere de estandarización y organización, las voluntades y los deseos de los consumidores
injieren en el surgimiento de estereotipos. La clasificación de los productos culturales según su
calidad estética responde a los métodos de los sistemas productivos. Detrás de la
jerarquización de las calidades, bajo el rótulo de “diversidad”, la industria cultural aplica su
dominio sobre el público y le ofrece un producto “nuevo”. Este, sin embargo, sustancialmente
es una representación distinta de algo ya presentado anteriormente.
Cuando las personas están en su tiempo fuera del trabajo, y creen que están alejándose de
él, en realidad los sistemas productivos son los que estructuran las actividades de ocio. De esta
manera, durante su “descanso del trabajo”, las personas consumen una imitación del proceso
laboral. Mientras más se consolida la industria cultural, mayor incidencia tiene esta sobre las
necesidades y deseos de los consumidores.
Los medios de comunicación son la suma de las acciones que describen, los mensajes que
transmiten, etc., pero también sus significados se complementan y colaboran al resultado. En
los mensajes se perciben estructuras variadas que están relacionadas a las estrategias de
manipulación de la industria cultural; es esta misma la que organiza la comunicación de forma
que el público sea manipulado simultáneamente a varios niveles psicológicos.
La industria cultural se vale de diferentes métodos para obtener el manejo sobre el público,
y un ejemplo de ello es la utilización de estereotipos. Estos resultan ser elementos importantes
a la hora de estructurar y prever las experiencias que una persona vive dentro de su contexto
social. Sin embargo, dentro de la industria cultural la utilización y función de los estereotipos
sufrieron modificaciones.
Por ejemplo, el contenido de la televisión que se divide por géneros (quiz, policíaco,
comedia, etc.) condujo al establecimiento de formatos rígidos que influyen en el
comportamiento del espectador. Este no reflexiona acerca del contenido, de forma que así se
logra establecer un modo particular en el que se lo percibe y se lo incorpora (al contenido).
Por otro lado, la teoría crítica también se contrapone a las disciplinas sectorizadas, las
cuales considera como incapaces de comprender la totalidad y complejidad de los fenómenos
sociales. Por lo tanto está en desacuerdo también con los estudios estadounidenses sobre los
medios de comunicación de masas.
Según la teoría crítica, la investigación empírica y sus métodos no logran captar los hechos
y la estructura social respecto a sus antecedentes históricos sino que, por el contrario, dividen
artificialmente a la sociedad según objetos que reparten entre diferentes ciencias
especializadas.
Por el contrario, para la teoría crítica es necesario discutir los fines, por ejemplo propone
estudiar los esquemas de comportamiento social según la actitud de los consumidores, y
además cómo dichos esquemas están condicionados por la estructura de la sociedad.
Otro aspecto que la teoría crítica reprueba de la investigación sobre los estudios de
comunicación es la confiabilidad en los estudios. Debido a que la industria cultural desplaza la
individualidad y la resistencia de la audiencia, instalando una pseudoindividualidad que logra la
aceptación dócil de los valores que ella misma impone, la teoría crítica cree que no puede
aceptar a los espectadores como fuente fiable de información. Es decir, considera que las
masas no pueden dar cuenta de la realidad sobre los procesos comunicativos, y por eso es
necesario entenderlas mejor de lo que ellas mismas lo hacen.
Según Adorno (pág. 105) la investigación administrativa sobre los medios de comunicación
se da dentro del contexto institucional de la industria cultural.
Los medios de comunicación son comprendidos por la teoría crítica como instrumentos que
permiten la reproducción de las masas, y que en la supuesta libertad individual imponen
relaciones que sirven al sistema económico-social. CONSULTAR
Por otro lado, para la investigación administrativa los medios de comunicación son
instrumentos que permiten alcanzar ciertas metas. Además, considera que la investigación
debe aportar una mirada más comprensible de dichos instrumentos comunicativos para
aquellos que deseen usarlos con un determinado objetivo, a fin de hacer más sencillo su
utilización.
Todas las caracterizaciones que la teoría crítica realiza están muy ligadas a las que
realizaba la visión hipodérmica. Esto ocurre porque no realiza descripciones y análisis
profundos de los procesos comunicativos, y supone que la mayoría están implícitos en la
descripción de la dinámica principal de las sociedades industriales capitalistas.
Según Wolf (pág. 111) la realidad de la investigación de la comunicación de masas hay una
mayor articulación entre diversas disciplinas, lo que permite más integración de los
conocimientos.
La teoría crítica se estableció como un “polo de referencia” para aquellos estudios que no se
integraban a los planteamientos de la investigación administrativa. Pero Wolf señala que
también surgió otra área de interés y reflexión, la cual también se presentaba como opuesta a
la Mass Communication Research. Esta nueva corriente se denominó “teoría culturológica”,
cuyo objetivo primordial era el estudio de la cultura de masas, con sus elementos
antropológicos más importantes y también para analizar la relación entre el consumidor y el
objeto de consumo (este vínculo surge en ella).
Hay un gran distanciamiento entre las teorías anteriores y esta (la culturológica), donde Wolf
dice que la investigación comunicativa incluye muchas limitaciones. En este sentido cree que el
fenómeno de la cultura de masas solo puede estudiarse desde un método que abarque la
totalidad de ella. Ante esto cita a Morin para plantear que la cultura de masas debe ser vista
como “un conjunto de cultura, civilización e historias”. Es así que aquel autor (Morin) busca
construir “una sociología de la cultura contemporánea”, dejando atrás el “falso dilema de la
sociología tradicional”. Esta última solo estudia a la cultura de masa en sus características o
carencias.
Morin propone, según Wolf, que la cultura de masas conforma un sistema de cultura, el cual
se conforma a partir de “un conjunto de símbolos, valores, mitos e imágenes que se vinculan
tanto a lo cotidiano como al imaginario colectivo”. Pero no se trata del único sistema cultural de
las sociedades contemporáneas, porque para Morin estas son “policulturales”.
Wolf plantea que en la cultura de masas, como sistema occidental de la cultura industrial, el
objeto es un producto industrial cuyo carácter se determina por su ritmo de consumo diario. Es
así que el autor define algunas características de la cultura de masas:
a. Existe una contradicción entre las exigencias productivas y técnicas que exige la
producción estandarizada, y la necesidad de un producto individual e innovador que requiere el
consumo cultural. Así, la industria cultural estandariza a un arquetipo, convirtiéndolo en
estereotipo; a pesar de esto no logra aplacar completamente la innovación, porque incluso los
estándares requieren cierta originalidad.
b. “Alta capacidad de adaptación a los públicos y contextos sociales distintos”. Morin usa
el término “sincretismo” para conceptualizar “la tendencia a homogeneizar bajo un común
denominador la diversidad de los contenidos”. El sincretismo en relación a la cultura de masas
se refleja en aquellos factores estructurales que la conforman, por ejemplo la homogeneización
que se lleva a cabo en los dos sectores más importantes de la cultura de masas: la información
y la ficción (telenovelas). Esto conlleva que los hechos informados tomen un carácter de
crónica, al mismo tiempo que la ficción adquiere características del realismo. Esto ocurre en
una búsqueda de vender un mayor consumo.
c. Como consecuencia de un mayor consumo es que también se ve implicado el público
al cual se destina. Aparece así una nueva clase de consumidor: el trabajador asalariado, donde
se incluyen cada vez más personas que en las clases sociales precedentes. De esta manera,
más allá de cualquier diferenciación (jerarquías, prestigios, etc.), se construye un “terreno
común”: la identidad de la cultura de masas, basada en los valores de consumo. Esto implica
que la principal ley de dicha cultura sea el mercado y su dinámica, es decir, el “diálogo continuo
entre producción y consumo”. Sin embargo, dicho diálogo es desigual porque el sector
productivo (informativo, entretenimiento, etc.) ofrece historias, ficción, expresados a través del
lenguaje. Por otro lado el consumidor o espectador solo responde a esto mediante “reacciones
pavlovianas”, con una aceptación o rechazo (lo que significa el éxito o fracaso), pero no
mediante el lenguaje.
Ante este último punto Wolf señala que, al igual que lo plantea la teoría crítica, la cultura de
masas y la industria cultural hacen una caracterización del proceso comunicativo que,
implícitamente, remite a la visión hipodérmica. Según Wolf, a pesar de esta reducción simplista,
la problemática de descifrar si los medios de masas crean a su propio público o, al contrario,
este es quien determina el contenido de ellos, no está bien planteada. Es así que el autor cita a
Morin para explicar que el real problema es la dialéctica entre el sistema productivo cultural y
las necesidades culturales del público. Morin también propone que la eficacia que posea la
cultura de masas está determinada por su capacidad de adecuarse a las necesidades del
público. Entonces el terreno ideal para la cultura de masas es aquel donde “el desarrollo
industrial y técnico crea nuevas condiciones de vida que disgregan las precedentes culturas y
hacen aparecer nuevas necesidades individuales”. Nuevamente Wolf cita a Morin para explicar
que los contenidos esenciales de la cultura de masas son aquellos delimitados por “las
necesidades privadas, afectivas (felicidad, amor), imaginarias (aventura, libertad) o materiales
(bienestar)”. Cuando las transformaciones sociales aumentan estas necesidades es que ocurre
su mayor difusión, de manera que el sistema de valor se fija.
Wolf dice que la cultura de masas contiene, al mismo tiempo, “las potencialidades y los
límites de su propio desarrollo”. Esto es así porque puede guiar a una sociedad de consumo
por un determinado camino, pero también puede verse transformada por los movimientos
colectivos que portan nuevas exigencias.
Entonces, la cultura de masas contribuye al debilitamiento de las organizaciones (desde la
familia hasta las clases sociales) para construir una generalización, una agregación de
individuos (las masas) al servicio de la industria cultural. Esto último remite, nuevamente, a las
reacciones pavlovianas de la visión hipodérmica.
Ante esto, Wolf realiza ciertas críticas a la teoría culturológica. En principio se refiere a la
falta de sistematismo, y luego al hecho cuestionable de que cada medio de comunicación
“recorte de entre las masas algunos conjuntos específicos, algunos públicos mutables, que se
superponen”. También señala la diferenciación que plantea esta teoría entre las experiencias
que reciben los emisores y receptores que pertenezcan a grupos con estructuras diferentes; y
por último se refiere al error que implica suponer que un lector le otorga diferente importancia a
una información dependiendo del tamaño que ocupa la noticia en un diario.
MCLUHAN
Wolf señala que su visión puede incluirse en la perspectiva culturológica; además dice que
su visión se basa principalmente en un interés por los medios de comunicación de masas, a la
cual relaciona con las transformaciones antropológicas que ocurren ante una innovación
comunicativa.
Este autor también plantea que la organización simbólica del hombre, su sistema de
percepción espacio-temporal, se ven modificados por las diversas tecnologías de
comunicación. Es en este punto donde los medios pueden generar sus efectos más
importantes y perdurables. Así, McLuhan cree que los medios pueden influir sobre el
conocimiento que las personas tienen acerca del mundo, ya que estos pueden transformar
constantemente las formas de percepción (incluso sin que el público oponga resistencia). Es
así que McLuhan se refiere al “pueblo global”, como aquel que resulta de las transformaciones
llevadas a cabo por los medios electrónicos.
McLuhan plantea que los medios de comunicación de masas son una expansión del
hombre: estos se convierten en los mensajes que transmiten, los que al mismo tiempo
transforman al público receptor.
Las perspectivas en los estudios sobre las comunicaciones de masas han sido muy diversas
a lo largo del tiempo, y eso conllevó una gran influencia de puntos de vista “competitivos”,
sectorizados e incluso corporativos sobre un mismo objeto de análisis.
Wolf señala que los conocimientos que han surgido desde la Mass Communicaction
Research (MCR), desde sus orígenes, son “contrarios” o están enfrentados a las demás
corrientes de estudios comunicacionales. Los principales intereses de la MCR, que sustentaban
los estudios, eran económicos, de poder e incluso sentimientos colectivos.
● ¿De qué forma se articulan los vínculos entre el sistema de los medios y las otras
estructuras institucionales y sociales?, ¿qué aspectos de tal vínculo influyen en el
funcionamiento de los medios de comunicación?
El interés de los cultural studies, según Wolf, se encontraba en “analizar una forma
específica de proceso social, correspondiente a la atribución de sentido a la realidad, al
desarrollo de una cultura, de prácticas sociales compartidas, de un área común de
significados”. Así, el autor cita a Hall para plantear que la cultura no es una única práctica, ni la
“descripción de la suma de los hábitos y costumbres de una sociedad”; por el contrario, implica
a todas las prácticas sociales y es el resultado de sus interacciones. Entonces, el concepto de
cultura conlleva los significados, los valores nacidos y difundidos en las diferentes clases
sociales, así como las prácticas a través de las cuales se expresan y contienen diversos
valores y significados. A partir de estas formas de vida que plantean los cultural studies (a las
cuales consideran como elaboraciones colectivas), los medios de comunicación poseen una
función importante al intervenir en el desarrollo de dichas construcciones de vida.
Wolf señala que los cultural studies le proporcionan un papel importante a la cultura en
referencia a sus determinaciones dentro del sector económico. Es por eso que el autor remarca
la necesidad de una sociología de las comunicaciones que pueda dar cuenta de la dialéctica
que se genera entre “el sistema social, la continuidad y las transformaciones del sistema
cultural, el control social”. Es así que Wolf indica la necesidad de que se estudien las
estructuras y procesos que los medios de comunicación de masas emplean para sostener y
reproducir la “realidad” social y cultural. Además, agrega que dichos procesos no son estáticos,
sino que están condicionados y se adaptan constantemente a las presiones y contradicciones
sociales, transformándolas e integrándolas al propio sistema cultural.
Wolf señala que los cultural studies se especializan en dos “aplicaciones” diferentes:
● En los trabajos acerca de la producción que realizan los medios como sistemas
complejos de prácticas y acciones importantes e influyentes en la construcción
cultural y de la imagen de la realidad social.
● En los estudios acerca del consumo de la comunicación de masas como espacio de
negociación entre las actividades comunicativas opuestas (diferentes entre sí).
El autor plantea que los cultural studies rearman a los productos culturales como elementos
que permiten una “continuidad social”, y además resaltan la naturaleza compleja y elástica,
dinámica y activa (¿de adaptación en la influencia?), NO solo como residual o mecánica.
También, los cultural studies, creen que existe una continua dialéctica entre el sistema cultural,
y el conflicto-control social.
La principal problemática que presentan los cultural studies, según Wolf, es que cuando
deben analizar las diferentes prácticas de construcción/producción cultural, “las formas del
sistema articulado y complejo al que dichas prácticas dan vida”.
Las categorías de contenido guardan relación con las hipótesis de la investigación, para que
sean relevantes y de utilidad no solo en términos de la propia investigación, sino en un contexto
teórico general.
En este capítulo Wolf presenta las tendencias más recientes (de esa época) de la Mass
Communication Research. Estas aportan problemas específicos para los cuales se buscan
soluciones multidisciplinares. Durante tiempos anteriores se estudiaban los efectos bajo ciertas
suposiciones:
⇨ Se dejaron de estudiar los casos individuales (como por ejemplo las campañas), para
intentar abarcar a los medios desde una perspectiva más amplia y global.
⇨ Los datos ya no se obtienen principalmente de las entrevistas al consumidor, sino que se
utilizan metodologías integradas y complejas.
⇨ Los cambios en la actitud y en la opinión del público ya no se estiman, sino que se
reconstruye el proceso que los individuos usan para transformar su percepción de la
realidad.
Esta evolución respecto a la perspectiva sobre los efectos de los medios cambia el tipo de
efecto: ya no se refiere a actitudes, valores y comportamientos de los receptores, sino a un
efecto cognoscitivo. Esto último hace alusión a los sistemas de conocimientos que los sujetos
construyen a través del consumo de los medios. Por otro lado, un segundo cambio se da en el
marco temporal: no se tratan de efectos particulares, sino de efectos que se acumulan y fijan
con el paso del tiempo. Además la comunicación de masas se estudia tanto en su dinámica
interna como en sus vínculos externos respecto a otros procesos comunicativos (anteriores o
simultáneos). De esta forma el marco temporal se extiende y se amplía mucho, y se observa
una interacción e interdependencia de los factores. Esto último es lo que fundamenta la
perspectiva analítica multidisciplinar.
Una vez abandonada la visión de los efectos intencionales, esta teoría presenta una especie
de efectos latentes. Están implícitos en la manera en que ciertas alteraciones en la producción
de los mensajes se muestran a nivel cognoscitivo en el público.
Entonces, se puede decir que la nueva problemática de los efectos se centra en estudiar a
los procesos y las maneras en que los medios de comunicación de masas producen las
condiciones de la experiencia cotidiana, incluso más allá de las circunstancias de interacción
“normal”.
2.2. La hipótesis de la “agenda-setting”
Esta plantea que los medios de comunicación y sus acciones generan que los
consumidores perciban o ignoren, presten atención o no, enfaticen o dejen pasar, algunos
elementos puntuales pertenecientes al escenario público. Las personas suelen incluir o excluir
de sus propios conocimientos aquello que los medios incluyen o excluyen del contenido que
emiten. También el público suele jerarquizar la información, que coincide con el grado de
importancia que los medios le otorgan a los temas, acontecimientos, problemas e incluso a las
personas.
Shaw señala que la hipótesis de la agenda-setting no implica una persuasión por parte de
los medios sino que estos, mediante la descripción de una realidad externa, le muestran al
público los elementos sobre los que tienen que enfocarse sus opiniones y discusiones. La
importancia de la agenda-setting radica en que la forma en que el público ve su realidad social
está condicionada y puede ser modificada por los medios.
Wolf, al citar a Cohen, adhiere a su planteo de que la prensa tal vez falla en decirle al
público qué pensar, pero tiene una gran capacidad para decirle sobre qué debe pensar y
discutir.
A partir de los datos obtenidos en distintas investigaciones Wolf dice que hay un cierto
efecto de la agenda de los medios, pero no es tan profundo como la teoría explicaba.
Wolf llega a dos conclusiones a partir de las diversas investigaciones de varios autores:
● Los medios tienen diferentes capacidades para establecer el “orden del día” de los temas
que resultan importantes públicamente. En este caso, la televisión parece tener menos
influencia que la prensa escrita.
● Respecto a qué temas y aspectos son privilegiados en la cobertura informativa de las
campañas electorales: tienen más difusión y cobertura las controversias, la competición y
el “folklore político” que la información más significativa e importante.
Wolf cita a Shaw y señala que las características psicológicas y sociales de los electores (en
base a un estudio de campaña) pueden ser determinantes para el uso político de los medios.
Agrega también que la hipótesis de la agenda-setting reconoce que las relaciones
interpersonales pueden definir el contenido de los medios acerca del público. De esta forma
Wolf infiere que la confección de una agenda del público es un proceso mucho más complejo
que organizar un “orden del día” con temas y problemas.
Además Wolf destaca sobre una investigación realizada por Siune-Borre que, en referencia
a los efectos cognoscitivos y las estructuras de valores, los consumidores se resisten a
desplazar su propia agenda a favor de un perfil temático armado por los medios. Esto Wolf lo
denomina como una tendencia a la persuasión templada por la pesistencia, e implica que el
público integra una agenda subjetiva (con sus intereses y temas priorizados) con la que
proponen los medios.
Por ejemplo: un tema tratado en los medios con valorización o jerarquización baja puede
tener un alto grado de significación para un destinatario, y esto puede deberse a diversos
motivos asociados a la centralidad.
A partir de todo lo expuesto por Wolf hasta los puntos anteriores, él señala que la hipótesis
de la agenda-setting es más compleja de lo que podría suponerse a partir de su formulación
inicial. Entonces no resulta suficiente con observar únicamente la adquisición de los temas
informativos y cuáles son estos, sino que también es necesario estudiar qué tipo de información
se emite y se “traslada” entre una agenta y otra.
Wolf cita a un estudio de Benton-Frazier sobre temas económicos, del cual destaca el
planteo de tres niveles de conocimientos:
Para Wolf lo importante del planteo de Brenton-Frazier es que permite articular distintos
niveles de conocimientos en los que los medios pueden inferir. Por eso señala que en ese
sentido resultan importantes estudios de la psicología cognoscitiva y de análisis del discurso,
los cuales permitirían ampliar aún más la especificidad sobre la agenda-setting.
En el punto anterior se habló sobre la “centralidad” como un aspecto que puede limitar el
efecto de la agenda-setting. A esta (centralidad) Wolf la relaciona con los estudios
cognoscitivos, y dice que es aun más importante si dicha relación permite descubrir los
diversos niveles donde ocurre el efecto de la agenda.
Otros elemento que complejiza el efecto de la agenda-setting es las diferencias que pueden
observarse en cuanto a distintos públicos, tanto cualitativa como institucionalmente; ejemplos
de estos pueden ser el público general, los líderes de ciertos grupos de interés (de asistencia,
de jubilados, etc.), exponentes gubernamentales o políticos, entre una gran diversidad de
consumidores de los medios.
Wolf opina que es necesaria una estrategia teórica de investigación que logre sustituir al
empirismo táctico que se utilizó hasta antes de la agenda-setting. Cita a Lang-Lang para
adherir al planteo de que los mayores problemas que presenta la hipótesis de la agenda-setting
son conceptuales, basado en sus insuficiencias metodológicas.
Wolf reitera en la importancia que significan las capacidades que tienen los distintos medios
de producir influencia cognoscitiva. Y de esto deriva que ocurre un problema al recabar datos
en los medios para la construcción de las agendas. Un método para ello puede ser la
“desagregación” de los datos, donde se pueden relacionar las agendas de un medio en
particular, por un lado, y la de los consumidores de dicho medio, por el otro. Resulta importante
su uso si lo que se busca es ver las especificidades comunicativas que caracterizan y
distinguen a diversos medios, como la radio y la televisión. Dichas características posiblemente
influyan en la manera que los medios pueden generar efectos.
Por otro lado, un método de construcción de agenda por “agregación” de datos puede
anular la posibilidad de definir las especificidades propias de cada medio. Sobre esto Wolf cita
a De George y señala que los medios de comunicación se diferencian entre sí por su elección
del tema puntual que priorizan o resaltan. Entonces si los medios son quienes conforman la
agenda del público, las agendas (sus datos) deberían agregarse únicamente cuando haya un
elevado porcentaje de coincidencia entre los diferentes medios. Por lo tanto resulta importante,
según Wolf, la elección de los temas sobre los que observar, analizar y comprobar el efecto de
la agenda y, consecuentemente, del frame temporal.
Wolf agrega luego al problema de una comparación homogénea; es decir, muchas veces el
proceso comparativo de datos se guía por el análisis de la información de distintos tipos de
medios como uno solo (por ejemplo en la prensa se toma tanto a los periódicos como algunos
semanarios). Sin embargo el proceso comparativo de la información depende muchas veces
de la heterogeneidad de los géneros informativos que se estudian. De esta manera, al medir la
agenda de los medios, se debe tener en cuenta a los parámetros explícitos de identificación de
los géneros; con ellos se puede realizar una comparación más completa entre los medios. Esto
también implica una atenta valoración de la evolución y modificación de los géneros
mediológicos en el campo de la información (CASI TEXTUAL pág. 184). Wolf señala que la
eficacia de la agenda-setting que varía entre los diversos medios se debe a factores
vinculados:
● Las tecnologías comunicativas;
● Los formatos informativos de cada medios;
● Los géneros considerados.
Al tener en cuenta lo anterior, Wolf plantea que es lógico que los medios difieran en los
niveles de importancia para los temas y la información. Y luego señala otro fenómeno
relacionado a la agenda-setting: la tematización. Su concepto implica la transformación de una
determinada cantidad de acontecimientos y hechos diferentes, en un único ámbito de
importancia, el cual consecuentemente se ve tematizado. Este procedimiento informativo forma
parte de la agenda-setting con la siguiente modalidad: la tematización de un hecho es incluirlo
en la “orden del día”, bajo el foco de público, otorgarle atención y prioridad, destacar su
centralidad y su significado respecto al resto de la información no tematizada.
Wolf señala que junto a la tematización aparece una situación implícita, vinculada a la
cantidad de información pero también al tipo de conocimientos que generan la tematización
sobre un hecho. Esto refiere a la naturaleza pública de un tema, es decir, su relevancia social.
No todos los temas logran ser tematizados, ya que para ello requieren una importancia
político-social. Entonces, los medios de comunicación tematizan dentro de límites no definidos,
sino que deben reconocerse e indagarse.
Sin embargo Wolf plantea que medir la importancia de un argumento, y además suponer
que es percibida, únicamente a partir de las veces que se cita, es un procedimiento
metodológico relacionado al análisis de contenido, y no tanto a una reflexión sobre el problema.
De esta forma dice que tal idea responde a un modelo demasiado simplificado, en la que el
mensaje debería presentar de forma explícita todos los elementos para ser comprendido e
interpretado (algo que generalmente no sucede).
Por otro lado, los estudios relacionados a los ámbitos de la psicología cognoscitiva y la
semiótica textual señalan que para interpretar y comprender un texto se requieren elementos
que no están presentes de forma explícita. Descifrar la información que el texto posee requiere
de una vinculación que debe realizar el consumidor, entre la información de entrada y la que
está guardada en su memoria.
Como a través de la agenda-setting se habla de efectos a largo plazo, Wolf plantea que un
problema de la hipótesis de la agenda-setting está relacionado a no tener un modelo complejo
que explique eficazmente el mecanismo de transformación que sufre la información que
presentan los medios, hasta llegar a ser parte de la enciclopedia de los consumidores; es decir,
sus conocimientos acerca del mundo (CASI TEXTUAL pág. 190).
Wolf agrega que el proceso de comprensión implica, además de la comprensión del texto, la
de interpretación del “estado de las cosas” que se describen en él. Para que esto ocurra es
necesario que los consumidores cuenten como una amplia carta de conocimientos acerca del
mundo, los cuales deben haber sido adquiridos con anterioridad.
Wolf cita a MacKuen y Coombs para presentar el trabajo de estos acerca de modelos que
explican el impacto de la información nueva que se obtiene a través de los medios:
Para Wolf es evidente que todos estos parámetros mencionados son muy difíciles de
determinar, aunque posiblemente todos ellos influyen en cierta medida sobre los resultados que
se obtengan. Sin embargo resalta el hecho de que los trabajos realizados (hasta su época) no
lograban arribar a conclusiones unívocas.
Wolf señala que se pueden distinguir tres tipos de agenda del público, según tres tipos de
relevancia:
A partir de la cita de un trabajo de Becker, McCombs y McLeod, Wolf presenta las formas en
que la influencia cognoscitiva puede generar:
Luego Wolf, al citar a Lang-Lang, sugiere que el proceso de la construcción de una agenda
es un proceso colectivo, y que algunas fases de ella son muy significantes:
1. La enfatización de un hecho, un grupo, una personalidad, etc. por parte de los medios,
hasta el punto de que tomen relevancia en primer plano. Cada tipo de tema requiere de
cantidad y calidad diferente de cobertura mediática para lograr atraer la atención. Esta
fase es la de FOCALIZACIÓN, que es necesaria pero por sí misma no puede lograr una
influencia cognoscitiva.
2. La ENMARCACIÓN del hecho, objeto, etc. que fue anteriormente focalizado por los
medios, implica que aquel requiere ser interpretado dentro de un problema que representa.
Esto es la fase de FRAMING, que implica la imposición de de un marco interpretativo de
aquello que los medios cubrieron constantemente.
3. En esta fase se vincula el objeto o acontecimiento con el sistema simbólico, así el objeto
logra pertenecer a un panorama social y político reconocido. Durante esta fase los medios
son importantes para lograr relacionar los hechos discretos, implícitos de manera concreta
y con un hilo conductor.
4. Durante esta fase el tema adquiere finalmente firmeza si logra fijarse en individuos que se
transformen en “portavoces”.
Wolf dedica este capítulo completo a hablar sobre los estudios sobre los emisores y acerca
de los procesos de producción que implican las comunicaciones de masas. Señala que la
importancia de esto radica en la posibilidad concreta de articular las dos principales tendencias
de análisis: la sociológica y la comunicativa. A partir de esto se logra arribar a la
interdisciplinaridad que en tantas ocasiones se ha buscado en los estudios mediológicos.
Wolf reafirma los dichos de Golding-Murdock al plantear que en lo que, refiere a los estudios
mediológicos, no se ha seguido un desarrollo lineal de manera que se llegara a un paradigma
de comprensión global; por el contrario siempre han surgido distintas perspectivas cuya
finalidad era obtener el liderazgo o la dominación de la disciplina. En cambio, respecto al
estudio de los emisores el desarrollo de su estudio implicó una linealidad que derivó en
conocimientos articulados. Wolf dice que la justificación de esto último puede deberse a la
ausencia de paradigmas teóricos que compiten entre sí, ya que el enfoque fue desde el
principio, y sigue siendo, sociológico. Sin embargo el estudio de los emisores ha tenido ciertos
obstáculos:
Entonces, al superarse estos dos aspectos, el estudio sobre los emisores logra reconocer la
importancia social que cumplen los medios y, finalmente, dar un giro y avanzar hacia una teoría
comunicativa distinta. Así, el mencionado estudio se desarrolla desde conceptualizaciones
sencillas y también a partir de articulaciones complejas. Esto ha ocurrido desde dos corrientes:
i. Desde una mirada sociológica de las profesiones, con la cual se han observado las
características sociológicas, culturales, sobre la carrera que realizan, los procesos de
socialización que entablan, etc. En conclusión, se analizan factores externos a la
organización del trabajo, pero que igualmente influyen en los procesos productivos de los
comunicadores.
ii. Desde una perspectiva de la lógica de los procesos, la cual se usa en la producción de la
comunicación de masas y en la organización del trabajo de construcción del mensaje.
Estos aspectos, muy complejos, son importantes y decisivos en el producto final.
El concepto de gatekeeper (seleccionador), según Wolf, fue introducido en 1947 por Kurt
Lewin, mientras este estudiaba “las dinámicas interactivas en los grupos sociales”. Al identificar
los canales por los que circulan los comportamientos relacionados a un cierto campo es que
Lewin observó que “algunas zonas en los canales pueden funcionar como ‘puertas’”. Entonces
el paso o el bloqueo de la información a través del canal están determinados en gran medida
por lo que ocurra en la zona del filtro.
Wolf dice que las zonas de filtro pueden estar controladas por:
● Sistemas de reglas
● Los gatekeepers, como aquel individuo o grupo de individuos que tiene el poder para
decidir si la información pasará o será bloqueada.
Wolf habla de que varios trabajos que se realizaron arribaron a la conclusión de que, tanto
en la selección como en el filtro de las noticias, resultan más importantes las normas de trabajo,
profesionales y organizativas que las propias preferencias personales del trabajador. A partir de
estos trabajos es que se puede dejar de lado la idea del gatekeeper como una actividad
individualista, y toma importancia la idea de un proceso de selección jerárquico, ordenado e
inserto en una red de feed-back compleja.
Wolf cita a Robinson para indicar que las decisiones que toma el gatekeeper están
vinculadas a un conjunto de valores, en donde aparecen aspectos como los criterios
profesionales y organizativos, la eficiencia, la producción de noticias y la velocidad. Entonces el
autor plantea que otro problema respecto a la selección que realiza el gatekeeper es cómo
realiza la acción de filtro. Ante esta duda es que Wolf señala que las referencias implícitas al
mismo grupo de trabajo, así como al sistema de fuentes, son más importantes en la selección
de información que las preferencias del público. Esto podría ocurrir porque los periodistas
conocen poco al público pero, en cambio, están insertos dentro del contexto
laboral-organizativo-burocrático, el cual “ejerce una influencia decisiva” sobre sus elecciones.
Entonces se puede decir que la fuente principal “de expectativas, orientaciones y valores
profesionales” para los gatekeeper no resulta ser el público, sino el grupo de referencia que se
conforma en el ámbito laboral (compañeros y superiores). Wolf indica que Breed marca seis
motivos que hacen que los periodistas se conformen con la orientación del lugar de trabajo:
Estos factores intervienen logrando que se profundice la formación del grupo de referencia y
sus funciones. Así el periodista, en su labor diaria, prioriza los valores del grupo de trabajo por
sobre los ideales sociales.
Wolf resalta la importancia del análisis sobre el rol del gatekeeper en el proceso productivo,
ya que esta nueva investigación de la comunicación marca un cambio entre los estudios sobre
la manipulación explícita de la información, hacia el problema de la “distorsión consciente” que
ocurre durante la cobertura informativa.
Wolf cita a Goldin-Elliot para indicar que ya quedó atrás el concepto de manipulación, como
aquella “distorsión deliberada de las noticias con fines políticos o personales”. En cambio, en
esta corriente comunicacional se presentan “distorsiones voluntarias y a corto plazo”. La
manipulación informacional implica que las noticias puedan ser eliminadas por un prejuicio, por
complot o por decisión de un sector de poder (por ejemplo político o comercial). Pero esa
perspectiva presenta algunas limitaciones, como asumir que si dichas limitaciones o controles
fueran eliminados, la autonomía periodística garantizaría imparcialidad y exhaustividad
informacional.
La distorsión inconsciente,
COMPLETAR
Wolf plantea que todos los estudios acerca del newsmaking tienen algo en común: la
técnica de observación partícipe. Esta comprende la recolección de datos por parte del
investigador, quien se encuentra presente dentro del ambiente-objeto de estudio. Para ello
puede observar el desarrollo de la situación o también entrevistar a quienes realizan el proceso
productivo.
● Una de las actitudes puede ser la de observador pasivo, reduciendo al mínimo las
interacciones con los sujetos analizados.
● Otra actitud incluye una mayor participación e integración.
Luego se da la fase going native, expresión utilizada cuando el rol del investigador comienza
a ser difuso y posiblemente confundirse con el del participante de la actividad estudiada.
Entonces, como lo presenta Wolf, el investigador recopila los procedimientos que ocurren en el
entorno estudiado, las formas de pensar y valorar de los periodistas mediante la metodología
de “convertirse en uno de ellos” (sin ser realmente un participante en la producción de noticias).
Este estudio, realizado con una perspectiva etnográfica (la etnografía es el estudio
descriptivo de la cultura popular) permite la observación de las fases y momentos de crisis. Es
en estas situaciones donde se definen fenómenos ambiguos, inciertos o pocos claros; pero
también cuando ocurren reorganizaciones parciales del trabaje o ajustes. Este tipo de
observación desplaza la idea de un proceso productivo de la información con carácter
automático.
¿Qué imagen del mundo presentan los medios de comunicación?, ¿cómo se vincula dicha
imagen con las exigencias diarias productivas de noticias en los medios de comunicación? Con
estas preguntas se presenta, según Wolf, la perspectiva del newsmaking; “esta se articula entre
dos polos: la cultura profesional de los periodistas y la organización del trabajo y de los
procesos productivos”.
Wolf cita a Tuchman para señalar que el objetivo que se plantean los medios informativos es
la de presentar “resúmenes de los acontecimientos significativos e interesantes”. También para
indicar que diariamente hay una “sobreabundancia de acontecimientos”, de manera que los
organismos informativos deben seleccionar entre ellos cuáles presentarle al público. Es así que
en la cita de Tuchman, Wolf recupera tres requisitos que los medios de comunicación tienen
que cumplir en la producción de noticias:
Hay restricciones en la organización del trabajo, según Wolf, que conforman convenciones
profesionales para determinar cuál es el concepto de noticia, y también ayudan a legitimizar el
proceso productivo (desde la utilización de las fuentes hasta la selección de hechos y las
modalidades de redacción), así como contribuyen a prevenir las críticas del público. A partir de
esto es que se establecen criterios de importancia que determinan la “noticiabilidad” de cada
acontecimiento, es decir, “su aptitud para ser transformado en noticia”.
Entonces Wolf dice que la noticiabilidad está constituida por el conjunto de requisitos que
deben cumplir, y se le exigen, a los acontecimientos para tomar el carácter público de noticia.
También señala que se puede describir a la noticiabilidad como “un conjunto de criterios,
operaciones, instrumentos con los que los aparatos de información abordan la tarea de elegir
cotidianamente, entre un número imprevisible e indefinido de acontecimientos, una cantidad
finita y tendencialmente estable de noticias”.
En conclusión Wolf resalta que es noticia aquel acontecimiento que pueda ser “trabajado”
por el sistema informativo sin que implique alteraciones a su ciclo productivo normal. De esta
manear, la noticiabilidad de un acontecimiento se valora según “el grado de integración que
presenta respecto al normal, rutinario curso de las fases de producción”.
COMPLETAR
Wolf presenta otro concepto importante: los valores/noticias, que resultan ser un
componente de la noticiabilidad. Para hallar un valor/noticia se debe responder, según el autor,
a la pregunta: “¿qué acontecimientos son considerados suficientemente interesantes,
significativos, relevantes, para ser transformados en noticia?”
El autor cita a Golding-Elliott para indicar que los valores/noticias pueden ser usados de dos
formas:
Así Wolf señala que el proceso de selección no es rígido, sin márgenes, preestablecido, con
criterios fijos. Los valores/noticias tienen que ayudar a que la selección del material se pueda
dar de forma rápida, casi automática pero con un cierto grado de flexibilidad. También dice que
son elementos dinámicos (los valores/noticias), porque pueden cambiar en el tiempo, e incluso
cuando tienen cierta homogeneidad no son siempre los mismos. Esto puede verse, según el
autor, en la especialización temática que los medios de comunicación ponen en práctica
durante un determinado periodo histórico. En cuanto a esto agrega luego que “la organización
de una redacción en sectores temáticos específicos, el tipo de corresponsales y especialistas
de que dispone son indicaciones (a nivel aparato) de los criterios de noticiabilidad vigentes en
el mismo”.
En cuanto al interés sobre la noticia, Wolf indica que surge una valoración más compleja y
relacionada a opiniones subjetivas. El interés se vincula estrechamente a la opinión o imagen
que tiene los periodistas acerca del público, y al valor/noticia denominado “capacidad de
entretenimiento”. Es así que una noticia será interesante o importante si ella se relaciona al
“interés humano”, a un punto de vista insólito o a curiosidades que llaman la atención del
público.
Wolf señala algunas categorías descriptas por Gans, las cuales se utilizan generalmente
para seleccionar los hechos que responden con este requisito de noticiabilidad:
a. Criterio de la brevedad: que implica que la noticia esté construida con información lo
suficientemente larga para cubrir lo esencial, pero lo bastante breves para llamar la
atención. Es necesario no superar cierta extensión porque hay una gran disponibilidad
de material, de manera que así se puede hacer una elección más amplia y más
representativa de los hechos más importantes del día.
b. Criterio de la noticia en función de una ideología informativa: aquí se tienen en cuenta
aquellos acontecimientos donde ocurren infracciones, desviaciones o rupturas del curso
habitual, normal o cotidiano de la rutina ciudadana. Entonces Wolf dice que, según este
criterio, una noticia es aquello que altera la rutina o las apariencias normales. Por lo tanto
mientras más insólito es el hecho, tendrá un mayor valor/noticia, porque los lectores
tendrán interés por una historia llamativa pero ignorarán aquella que es rutinaria.
c. Criterio la novedad: con este se hace referencia a que las noticias deben presentar
situaciones que correspondan a hechos ocurridos en tiempos cercanos al momento de
su emisión. El marco temporal que establece la frecuencia y el formato de un informativo
se denomina frame, donde se valora la “novedad” de cierto hecho. Así Wolf cita a
Goldin-Elliott para indicar que los acontecimientos que se consideran noticiables deben
de haberse producido dentro de las 24 horas desde el último informativo. Dentro de este
criterio también se debe tener en cuenta que si una noticia se considera repetitiva,
perderá la calidad de novedad, y por lo tanto no será noticiable.
d. Criterio de la calidad: Wolf cita cinco criterios establecidos por Gans para tener en cuenta
en base a la calidad de una noticia.
1. La acción: mientras más importante sea la acción ocurrida en el hecho, mayor
noticiabilidad ganará.
2. El ritmo: si no hay acción importante en la noticia, entonces se puede recurrir a
procedimiento de exposición o presentación para volverla menos aburrida
(informativos orales).
3. La globalidad: puede referirse tanto a presentar muchos puntos de vista sobre un
tema controversial, o también a aportar una gran cantidad de datos sobre un
hecho.
4. La claridad del lenguaje: se relaciona a la imposibilidad del espectador de
regresar el tiempo para entender aquello que no entendió o que no resulta claro.
5. Estándares técnicos mínimos.
e. Criterio de equilibrio: que refiere a la composición equilibrada del informativo en su
conjunto. De esta forma el autor señala que hay hechos que reciben la clasificación de
noticiables porque ayudan a equilibrar la composición global del informativo. Se vincula
con la necesidad de mantener la atención y el interés del público.
a. Buen material visual: el cual deben presentar los medios, lo cual corresponde
directamente a las imágenes que muestren. Estas deben responder a buenos criterios
técnicos, pero también deben ser significativas y representar los elementos más
importantes del hecho que abarca la noticia. Se relaciona directamente con los criterio de
importancia relativos al público, tanto por el objetivo de brindarle entretenimiento y un
producto interesante, como por el de no crear sensacionalismo, no infringir los límites del
buen gusto, de privacy, del buen gusto, etc.
b. Frecuencia: refiere al tiempo que requiere un acontecimiento para tomar forma y sentido.
Wolf señala que en los informativos televisivos este criterio hace que se resalten los
hechos puntuales, que son únicos, finalizados en poco tiempo, porque resultan más
funcionales a los tiempos de producción y organización informativa.
c. Formato: son los “límites espacio-temporales que caracterizan al producto informativo”.
Según Wolf, en general, es la cantidad de repostajes filmados que se pueden presentar
en la edición de un informativo, su duración, o también la extensión que pueden tener los
textos, etc. El autor agrega, mediante una cita a Gans, que las noticias son mejores si
tienen una estructura según: apertura, parte central o desarrollo y finalmente el cierre o
culminación.
Se relacionan al rol que cumple la imagen del público entre el grupo periodístico. En primer
lugar, los periodistas conocen poco sobre su público, incluso con los estudios de las
características de la audiencia, sus hábitos de consumo y sus preferencias. Ante esto Wolf
señala que cuanto menos sepan los periodistas sobre el público, más atención pueden
prestarle a las noticias. A pesar de esto la referencia y alusión a las necesidades y exigencias
de los destinatarios se da todo el tiempo; esto se refleja en las rutinas productivas,
insertándose de forma implícita en ellas.
Wolf cita tres categorías de noticiabilidad que propuso Gans para estos criterios:
a. Noticias que permiten una identificación por parte del espectador.
b. Noticias de servicio.
c. Noticias ligeras, las cuales no abruman al espectador con muchos detalles o historias
tristes o poco interesantes.
a. En primera instancia los medios compiten entre sí para lograr obtener las exclusivas y
para inventar nuevos espacios informativos. Aquí, entonces, se enfatizan tendencias
relacionadas a la fragmentación, a darle prioridad a noticias sobre personajes públicos y
a los demás factores que se vinculan con la distorsión informativa. Esto conlleva que no
se presente una visión articulada sobre la compleja realidad social.
b. La competencia genera expectativas recíprocas, entonces es común que un
acontecimiento seleccionado porque se estima que los demás medios también lo harán.
Esto genera que las coberturas informativas sean similares, incluso entre medios
competitivos.
c. Permite establecer parámetros profesionales o modelos de referencia.
Wolf destaca que no todos los valores/noticias tienen la misma importancia en cada noticia.
De ser así, sería imposible para los periodistas realizar su trabajo ya que no tendrían el tiempo
suficiente para considerar todos los acontecimientos. En algunos casos ocurre que los hechos
son siempre importantes, pero la cantidad y la combinación de cada noticia es variable. El autor
señala que la noticiabilidad es una característica de naturaleza variable; esto quiere decir que
puede ser negociada según distintos factores. La transformación de un hecho en noticia es el
resultado de una valoración de elementos con importancias y rigidez diferentes según el
proceso productivo-informativo.
Según Wolf hay un elemento que resulta común en las rutinas productivas: la falta de
tiempo y medios; esta profundiza la importancia de los valores-noticias, haciendo que estén
presentes en a lo largo de todo el proceso informativo. Este se compone de diferentes fases,
las cuales difieren según la organización del trabajo que adquiere cada medio de
comunicación. A pesar de esto Wolf dice que hay fases principales comunes a todos los
aparatos informativos, las cuales también influyen en la calidad del contenido informativo.
A partir de cada una de ellas se generan rutinas y procesos de trabajo que deben articularse
entre sí.
Wolf señala que el componente esencial de esta fase son las fuentes (desarrolladas más
adelante), y que en general el periodismo televisivo resulta uno de los “más dependiente de los
sistemas institucionales de recogida”.
En esta fase queda mayormente fuera la ideología profesional, es decir, la idea del
periodista como independiente de las fuentes. Wolf dice que, en la práctica, los periodistas en
su labor están subordinados en gran medida a la recogida que pueden realizar. Esta resulta
factible en cuanto a la cantidad de recursos disponibles.
El autor explica que los canales de donde se obtiene la información están ya organizados o
estructurados en base a las valoraciones de su noticiabilidad; al funcionar de esta forma se
refuerzan los criterios de importancia sobre ella. La recogida se da, según Wolf, por medio de
las fuentes estables, las cuales proporcionan el material informativo que resulta más sencillo
incorporar dentro de los procesos de producción informativa.
Luego Wolf señala otra característica de esta fase, que resulta la cantidad de noticias que
se poseen. Existen plazos que deben cumplirse, y de esa forma ellos establecen una
programación cuyo objeto es obtener la cantidad suficiente de noticias en el momento de
emisión informativa. Una gran parte de las noticias deben ser conocidas con horas, o días, de
anticipación, para lo que se confía en las fuentes.
Esta fase de recogida está condicionada, como Wolf plantea, por la necesidad de tener una
“afluencia constante y segura de noticias”, de manera que se logre construir el producto
informativo que se requiere. Esto implica que los canales de recogida y las fuentes que tienen
prioridad son aquellas que pueden satisfacer con esa exigencia (las fuentes institucionales y las
agencias).
● El periodo de la jornada (durante el día hay más noticias que durante la noche).
● Los días de la semana (durante la semana hay más noticias que los fines de
semana).
● Los meses del año (durante el verano hay menos noticias que el resto del año).
La producción informativa, según Wolf en su cita de Schlesinger, toma una organización que
demuestra lo perecedero de las historias. Es por eso que siempre los hechos de la actualidad
son los que ocupan el primer plano. Esta forma de organización de los materiales informativos
se relaciona con la necesidad de crear rutinas de trabajo, ya que reduce y limita en cierto
sentido los canales de recogida. Entonces se mantienen aquellos procesos que logran
satisfacer simultáneamente varias exigencias.
Wolf señala que son factores determinantes en cuanto a la calidad de la información que un
medio de comunicación produce. Luego, cita a Gans para dar un concepto sobre ellas: son “las
personas que el periodista observa o entrevista… y las que proporcionan únicamente las
informaciones de base o los apuntes para una noticia… La característica más destacada de las
fuentes es que suministran informaciones en cuanto miembros o representantes de grupos
(organizados o no) de interés o de otros sectores de la sociedad”.
El autor dice que las fuentes no son todas iguales, tampoco su importancia es la misma en
todos los casos, ni el acceso a ellas o el que ellas tienen a los periodistas es una relación
simétrica (o uniforme). La red de fuentes que los medios fijan como esenciales para su
funcionamiento son, por un lado, el reflejo de la estructura social y el poder dominante y, por el
otro, las exigencias de los procesos productivos mismos. El autor cita nuevamente a Gans: “los
que detentan el poder económico o político pueden obtener fácilmente acceso a los periodistas
y son accesibles para los mismos; los que no tienen poder es más difícil que se conviertan en
fuentes y no son buscados por los periodistas mientras sus acciones no produzcan
acontecimientos noticiables por su carácter moral o socialmente negativo”.
El interés de la fuente en tener acceso a los periodistas parece estar, según Wolf, influido
por cuatro factores:
1. Los incentivos
2. El poder de la fuente
3. La capacidad de la fuente de suministrar informaciones fiables (factor más
determinante).
4. Su proximidad social y geográfica respecto a los periodistas.
Para Wolf el factor de las fuentes es uno de los que mayor distorsión sistemática de la
información provoca. Además, señala como importante otra fuente para los periodistas: otros
medios de comunicación. El consumo de estos es utilizado como mecanismo de refuerzo, ya
que la información presente en la agenda de un medio es posiblemente también recogida por
los demás medios. Esto produce un acuerdo general sobre la selección de noticias, además de
servir como modelo para la producción informativa.
Wolf dice que cuando se debe establecer la red de fuentes, “cuentan menos los prejuicios
ideológicos que las necesidades productivas y los procesos organizativos”.
Wolf cita a Golding-Elliott para exponer que el costo de los corresponsales en el extranjero
resulta mucho mayor que “abonarse” a una agencia. Además, para las empresas de
informativos más pequeñas el gasto de corresponsales internacionales es una imposibilidad
económica. En su caso los servicios regionales de las agencias resultan la mejor opción y la
única fuente posible de noticias sobre el extranjero. Todo esto le otorga una gran significancia a
las agencias de noticias, pero también ocurre otro fenómeno: los hechos noticiables resultan
ser aquellos que las agencias cubren. Y estas están presentes en la mayoría de los hechos
noticiosos cotidianos, directa o indirectamente.
3.5.4. El dietario
También llamado diario o agenda, está conformado en esencia por la agenda que organiza
diariamente los acontecimientos que ocurrirán. Son hechos previstos con anticipación, fijados
en la agenda antes de que pasen; por lo tanto la mayoría de ellos refieren a sucesos
relacionados al sector político, institucional, administrativo o judicial, de forma que los medios
informativos pueden organizar con antelación el trabajo.
Wolf señala que una característica del dietario es conocer que el hecho ocurrirá, y no la
observación del hecho mientras está ocurriendo. Dice, además, que es un “guión implícito de
las noticias”, y que su contenido va desde los sucesos políticos importantes (visitas oficiales,
elecciones, etc.) hasta programas culturales, religiosos o deportivos (entrega de premios,
Juegos Olímpicos, etc.).
Wolf cita a Schlesinger para señalar que “la producción de información no comienza de
cero. Ya por la mañana, la cobertura de numerosas historias, internas y del extranjero, está en
curso”. Y además plantea un concepto que Schlesinger llama “advanced diary”, como el
compilado informativo realizado en base a las fuentes estándares del dietario, donde se reúnen
los acontecimientos previstos y su fecha fijada. El advanced diary se jerarquiza por categorías
que indican la posibilidad que tiene cada acontecimiento de ser noticia.
Esta fase, según Wolf, implica la selección y adaptación del material que está en la
redacción, con la finalidad de convertir los hechos en noticias. Los corresponsales, enviados
especiales y cronistas se encargaron de relevar el material, y las agencias lo entregan a las
empresas de comunicación. Solo una cantidad reducida de dicho material tiene como destino
ser transmitido en los informativos o en las imprentas.
La cantidad de material que tiene que seleccionarse está prefijada, por eso Wolf resalta que
la selección no es solo la elección subjetiva del periodista, sino que se trata de un proceso
complejo que ocurre a lo largo de todo el ciclo productivo, y que se divide en etapas (desde las
fuentes hasta el redactor individual). El autor agrega también que, comúnmente, la selección de
un hecho coincide con un enfoque desde el cual será referido o noticiado.
Para la selección de noticias, según Wolf, la importancia del hecho no es el único criterio a
tener en cuenta, también influye la necesidad de una eficiencia de procedimientos. Esta es la
que le permite a los periodistas distribuir tres recursos que generalmente son escasos: el
personal, el formato y el tiempo de producción.
Wolf compara al proceso de selección con un embudo, donde muchos datos pasarán a
través de un filtro y solo quedarán unos pocos. En general las etapas fundamentales del
proceso de selección son:
● Lista inicial larga: contiene hechos que luego serán clasificados como inadecuados,
diferidos en cuanto al día, también puede ocurrir una falta de tiempo o de
información suficiente para cubrirlos, etc.
● A la lista se agregan “ítems” que pueden ser quitados para dejar espacio a las
“breaking stories”, es decir, aquellas noticias imprevistas que cuentan con la
prioridad absoluta.
● Se filtran las noticias para llegar al primer guión.
● El director y el jefe de redacción definen cuál será la noticia de apertura, cuál será el
material filmado que se utilizará, el orden y el tiempo que ocupará cada noticia.
● Se prepara un guión que se distribuye en dirección y redacción. Aunque
generalmente se sigue repasando.
3.7. El editing y la presentación de las noticias