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Generar una buena visión de cómo les gustaría que fuera su vida sin el problema

Investigar con detalle qué tipo de actividades solía gustarle en las «temporadas buenas». Además
de discutir y planificar durante la entrevista cuáles de ellas podrían volver a ponerse en práctica,
disponemos de diversas tareas que permiten dar un impulso inicial para llevarlas a cabo:

 «Cara o cruz»,
 «La pequeña felicidad»,
 «La caja de recursos»

La instauración de cogniciones positivas constituye también un objeto de conversación en la


entrevista, y puede apuntalarse además con tareas como

 «Post-it para uno mismo»


 «Las tres preguntas para una vida feliz».

Externalizar el problema (llámese «la depresión», «el negativismo», «lo oscuro», etcétera) es una
forma narrativa de llevar a cabo este trabajo cognitivo, y contamos también con algunas tareas
que la promueven.

Prescribir el síntoma («De momento, no mejore»). Esta opción permite también ajustarnos mejor
a situaciones en que la depresión tiene un sentido existencial más profundo. Una vez que la
situación mejora, estamos atentos a posibles recaídas. Para ello solemos complementar el trabajo
en sesión con tareas como

«El plan de emergencia» o «La carta para los días de lluvia».

PROBLEMAS DE INSOMNIO: Pueden abordarse mediante tareas como el «5, 4, 3, 2, 1».

 «La carta de despedida» (págs. 62-63), en este caso despedida de la depresión.


 «Incordiando al muñeco» (pág. 64).

Para promover cogniciones positivas son útiles:

• «La tarea de fórmula de primera sesión» (págs. 68-69).


• «Estar atento a los momentos en que sucede... (una excepción, una mejoría)»
(págs. 70-71).
• «Las tres preguntas para una vida feliz» (págs. 86-87).
• «Post-it para uno mismo» (pág. 80).
• «Mensaje positivo con la mano no dominante» (pág. 96).

Para promover que la persona deprimida empiece a comportarse de forma diferente pueden
servir:

• «Fijarse en qué podría hacer… pero no hacerlo todavía» (pág. 74).


• «Cara o cruz» (pág. 75).
• «Simular el milagro/un punto más en la escala» (págs. 76-77), sobre todo porque
simular da permiso para no disfrutar.
• «La pequeña felicidad» (págs. 81-82). Hay varias tareas genéricas que resultan
especialmente útiles para interrumpir las posibles rumiaciones depresivas:
• «¿Para qué puede servir?» (pág. 88).
• «Elige un color» (pág. 89).
• «Algo útil, algo de color, algo bonito» (pág. 90).
• «5, 4, 3, 2, 1» (págs. 91-92).
• «5, 4, 3, 2, 1 con aceptación» (pág. 93).
• «Mensaje positivo con la mano no dominante» (pág. 96).

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