Está en la página 1de 4

Educación formal, no formal e informal

Gilda L. de Romero Brest

De la educación global, que incluye la totalidad de las acciones sociales de enseñanza-aprendizaje de los
comportamientos esperados en cada sociedad, se recorte para su tratamiento aquí el conjunto de las
acciones organizadas y de carácter consciente y deliberado. Ese conjunto de acciones educativas puede
categorizarse analíticamente a partir de diversos criterios.

En la actualidad, tiende a generalizarse la distinción entre educación formal, no formal e informal. Este
criterio presenta algunas dificultades derivadas principalmente de carácter no unívoco de la expresión
“formal”. En efecto, varios pueden ser los referentes aludidos con tal expresión: la formalización
política, la formalización jurídica, la administrativa o pedagógica.

1. La Formalización Política: Frecuentemente, la expresión formal alude al campo de acción


“oficial” que se define de acuerdo con las políticas gubernamentales en cada momento histórico
en lo relativo a orientación y objetivos de la oferta, fijación de prioridades y metas, asignación de
recursos, determinación de clientela, y también en cuanto a elección de estrategias y mecanismos
de implementación. Es decir, desde esta perspectiva lo “formal” equivale a “sistema de
educación”, o en forma restricta a “sistema escolar”, oficial o reconocido oficialmente. Y se
entiende por sistema el conjunto integrado de los servicios ofrecidos.
2. La Formalización Jurídica: A veces la expresión formal designa acciones educativas revestidas de
requisitos legales. Vale decir, las que se hallan regladas por normas positivas específicas. Estas
normas, por lo común, ordenan las acciones del sistema escolar, pero eventualmente pueden reglar
también el “derecho diferido” a la educación, la calificación en el trabajo, etc. Esto es, avanzar
hacia la cobertura del “sistema de educación”, campo más comprensivo y amplio que el de
“sistema escolar”.
3. La Formalización Administrativa: La nota de formal puede asimismo hacer referencia a la
educación reglada, controlada por un aparato administrativo de gestión y por normal o pautas
organizativas destinadas a ordenar los servicios de las diversas instituciones educativas. En tal
caso, suele considerarse formal la educación que, además de ser gestionada por un órgano
específico, está regida por reglamentos, requisitos y exigencias expresas y de cumplimiento
imperativo para el personal y los usuarios (horarios, calendario lectivo, inscripción, asistencia,
etc. para los alumnos; títulos habilitantes, número tope de horas semanales de clase, etc. para los
docentes).
4. Por último, la Formalización Pedagógica: Desde esta perspectiva puede aludirse al uso sistemático
de la amplia batería de herramientas profesionales propias del quehacer educativo (planes,
programas, métodos, secuencias y estándares de aprendizaje, medios para el control y la
verificación del rendimiento, formas de acreditación de logros, etc.).

De las aclaraciones precedentes resulta claro que los ámbitos de los referentes empíricos aludidos con la
expresión formal no son mutuamente excluyentes y de igual alcance. En efecto, cuando el
término formal se usa para designar al sistema escolar (o la educación) oficial, u oficialmente
reconocido, el ámbito de los referentes empíricos resulta inclusivo de los otros tres. Pues lo oficial
implica siempre (o casi siempre) además de formalización política de las acciones educativas
gubernamentales, formalización jurídica, administrativa y pedagógica. En cambio, el
término formal aplicado a lo jurídico y, sobre todo, a lo administrativo o pedagógico tiene un alcance
restricto que, sobre todo en los dos últimos casos, puede hacer referencia exclusiva al aspecto o
dimensión respectiva.

1
De todos modos, en su empleo más común, la expresión formal hace referencia al sistema escolar oficial
y oficialmente reconocido (incluyendo los estudios superiores universitarios y extrauniversitarios). Pero,
para avanzar en la distinción entre educación formal, no formal e informal, por presencia y ausencia o
variaciones de los indicadores, creemos preciso proceder a una desagregación analítica de las diversas
dimensiones del problema.

A tal fin tomamos en cuenta cuatro dimensiones que, en términos generales, se corresponden con las
perspectivas señaladas más arriba. La primera dimensión corresponde a las manifestaciones concretas de
los servicios en sus grandes líneas. La segunda, a las normas que regulan los servicios. La tercera, a su
administración, control de gestión y correspondientes medios de acción. Y la cuarta, a la operación
pedagógica, sus instrumentos y “modus operandi”.
Sobre estas bases intentamos enumerar los indicadores y sus correspondientes variaciones, que
permitirían diferenciar la educación formal, no formal e informal.

Educación Formal:

1. Se concreta en los servicios del “sistema escolar” (incluyendo la universidad) oficial u


oficialmente reconocido.

El sistema presenta:
 Objetivos generales de formación inicial, básica y global de largo alcance, teóricamente acordes
con los intereses nacionales y en cada momento histórico conformados según las líneas políticas
establecidas por el poder administrador.
 Planes de estudio globales (por niveles, ciclos, modalidades, carreras) que se integran en
conjuntos articulados y seriados de materias y actividades.
 Estructura por niveles, ciclos, modalidades, carreras.
 Sistema de credenciales: grados, títulos, certificados que acrediten logros globales por niveles,
ciclos, carreras.
 Red de establecimientos escolares (o similares: academias o institutos que imparten enseñanza de
tipo escolar).
 Clientela constituida prioritariamente por las generaciones jóvenes.
 Personal docente “profesional”, oficialmente habilitado, reconocido o autorizado.
 Financiamiento público, privado o mixto concurrente.
2. Se regula por medio de un sistema legal específico para el sector.
3. Se controla la gestión a través de un aparato o normas administrativas de carácter público.
4. Se implanta mediante el generalizado y sistemático uso de un conjunto casi siempre prescripto de
instrumentos pedagógicos propios del campo profesional docente y que incluye:
 Programas de materias (y actividades).
 Métodos de enseñanza-aprendizaje sistemático.
 Estándares y verificación de logros.
 Identificación de clientela y control de presencia (matriculación o inscripción, registro de
asistencia).

Educación No Formal:

1. Se concreta en servicios generalmente no “escolares” que presentan:


 Objetivos de formación focalizados sobre áreas específicas del conocimiento o actividad,
generalmente de carácter instrumental a corto plazo y por lo común establecidos a partir de los
requerimientos de demandas particulares. Se orienta casi siempre hacia la actualización,

2
ampliación, completamiento, especialización o reconversión de la formación inicial, básica –
general o profesional-. A veces puede ofrecer formación supletoria de la educación escolar en
áreas específicas.
 Planes de estudio o de aprendizaje sistemático limitados a ciertas áreas específicas.
 Organización por “cursos” aislados (o series de cursos focalizados); cursillos (series breves de
clases), o prácticas programadas, sistemáticas y regulares de actividades diversas (artísticas, de
taller, deportivas, etc.).
 Acreditación (eventual) de logro en áreas específicas: títulos o certificación de aprobación;
certificados de asistencia o registro de cumplimiento de requisitos en legajos personales.
 Impartida en diversas instituciones generalmente extraescolares (oficiales o privadas) tales
como empresas, asociaciones voluntarias (profesionales, sindicales, científicas, culturales, etc.); a
veces también en establecimientos del sistema escolar aunque al margen de los planes globales
regulares.
 Clientela principalmente adulta o de edad “postescolar”.
 Personal docente: se admite personal no “profesional” (aunque a veces habilitado) y por lo
común idóneos, expertos, especialistas o profesionales de campos diversos.
 Financiamiento por lo común privado, a veces con apoyo oficial parcial y en casos sostenido
con fondos públicos.
2. Se regula habitualmente mediante normas legales de carácter general (no necesariamente referidas
a la educación) aplicable a la organización de instituciones de diverso tipo y funciones varias y a
las actividades públicas en general. En algunos casos las normas pueden referirse específicamente
a la educación; por ejemplo, aquellas que regulan el derecho diferido de la educación y la
calificación laboral.
3. Se controla corrientemente la gestión por medio de los mecanismos y normas internas de las
instituciones privadas que dispensan el servicio (salvo cuando se trata de servicios oficiales, en
cuyo caso rigen los esquemas del sector público).
4. Se implementa mediante un instrumental pedagógico diverso que incluye junto a las herramientas
profesionales tradicionales un vasto repertorio de recursos diferentes; algunos surgidos de la
innovación profesional al margen del sistema escolar, otros elaborados en la praxis pre o no
profesional, y que globalmente tienden a configurar un nuevo estilo tecnológico pero que de todos
modos aparecen en:
 Programas de materias o actividades (contenidos generalmente extraídos del “curriculum social”
aunque en algunos casos reproducen total o parcialmente curricula escolares).
 Métodos de enseñanza-aprendizaje, generalmente sistemáticos.
 Estándares y verificación de logros (frecuentemente).
 Identificación de clientela y registro de presencia.

Educación Informal:

1. Se concreta en servicios u oportunidades de educación, principalmente extraescolar que se


manifiesta por:
 Objetivos, por lo común, de promoción y estímulo educacional, focalizados y limitados sobre
áreas específicas del conocimiento, actividades y quehaceres, o manifestaciones culturales
diversas, unas veces de carácter instrumental aplicables a corto plazo, en otros casos de carácter
general y a más largo plazo, determinados ya a partir de políticas oficiales o de instituciones (o
empresas) ya sobre las exigencias particulares de la demanda; se orientan hacia la continua
actualización, ampliación, completamiento de la formación inicial básica aunque en forma poco
estructurada. Usualmente apuntan hacia la expansión personal pero pueden procurar una
formación experiencial de tipo instrumental (trabajo, salud, vida familiar, social, política, uso del
tiempo libre).

3
 La oferta no se presenta como plan de estudios o de aprendizaje programado sino como
oportunidades de:
- Práctica libre y sistemática de actividades: “culturales” (debates, foros, etc.); artísticas, artesanales
y de taller; hobbies, deportivas, etc.
- Contacto o exposición voluntaria a manifestaciones o expresiones culturales, políticas, etc.
(conferencias, museos, bibliotecas, exposiciones, conciertos, MCM: implica actividades como asistir,
mirar, escuchar, leer.
- Aprendizaje experiencial (“aprender haciendo”) para quehaceres definidos: el trabajo, el liderazgo
comunitario, etc.(el autodidacto por lecturas y otras formas de aprendizaje o el “self made man”
constituyen ejemplos de productos de esta educación informal).
 No existe acreditación específica y directa de estos aprendizajes (puede darse empero un
reconocimiento social o institucional del aprendizaje logrado por el autodidacto, también por el
trabajador que acreciente su capacitación en la tarea misma).
 Ofrecida usualmente en instituciones extraescolares –oficiales y no oficiales privadas- bibliotecas,
museos, entidades culturales, asociaciones voluntarias, centros de adultos o jóvenes, el trabajo,
etc.
 Clientela: población de toda edad, aunque quizás preferentemente adulta.
 Personal generalmente no docente profesional (especialistas, expertos, idóneos, animadores, etc.).
 Financiamiento oficial y privado o mixto.
1. Se regula mediante normas legales de carácter general (no necesariamente referida a la
educación) aplicable a la organización de instituciones de diverso tipo y funciones varias y a las
actividades públicas en general. En algunos casos las normas pueden referirse específicamente a
la educación; por ejemplo, aquellos que regulan el derecho diferido a la educación y la
calificación laboral.
2. Se controla la gestión mediante mecanismos y normas del sector público o los propios de las
instituciones privadas, según corresponde.
3. Se implementa mediante acciones no típicamente pedagógicas sino principalmente de
“animación”, información, difusión, promoción, motivación, estímulo, orientación, asistencia y
apoyo.
Por tanto no opera (de modo manifiesto) con la batería de herramientas propias del quehacer “docente”
(planes de estudio o de actividades de aprendizaje; programas de materias o actividades; métodos de
“enseñanza”; estándares preestablecidos y control del aprendizaje; identificación de clientela y registro
de presencia).

Los “contenidos” que circulan o se ofrecen corresponden preponderantemente al “curriculum social”.

Los métodos y técnicas tienden a constituir una nueva tecnología o estilo tecnológico adecuado y
crecientemente requerido por las acciones de “animación”; información masiva; promoción; orientación;
asistencia, etc.

Se trata esencialmente de una metodología tendiente a crear situaciones favorables, proporcionar


elementos, materiales, y proveer la asistencia estimulante y experta para el autoaprendizaje.

Todos estos aprendizajes conscientes y deliberados se recortan del vasto campo de los aprendizajes no
intencionales e inestructurados que fluyen continuamente de la vida cotidiana; es decir, del interjuego
del hombre con su ecosistema específico donde es menester un continuo aprender para vivir
(conducirse, actuar) manejando señales y mensajes, información, objetos, situaciones.

También podría gustarte