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Universidad Iberoamericana (UNIBE)

Ingeniería en tecnologías de la información y comunicación (TIC)

Dignidad humana, cultura de la muerte y bioética

Jesús Alonso Matos Arias

19-0260

Ética profesional

30 de septiembre, 2020

Santo Domingo
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DIGNIDAD HUMANA, CULTURA DE LA MUERTE Y BIOÉTICA

El concepto de dignidad humana ha ido variando con el paso de tiempo, adaptándose

a distintas épocas y contexto. De acuerdo a la versión web de un artículo escrito por

José Monteiro y Rui Nunes, para la Revista Bioética [CITATION Mon20 \n \l 3082 ] la

definición más popular de dignidad humana se encuentra en la ética kantiana de Kant,

que establece que la dignidad humana se trata de la idea común de que cada persona

merece consideración moral básica en virtud de la dignidad que tiene.

Con relación a la bioética y su relación con la dignidad humana, existen distintas

posiciones. De acuerdo al artículo citado anteriormente, Schroeder, Killmister, Andorno

y Albuquerque plantean distintos puntos de vistas acerca del concepto de dignidad

humana, además de que reconocen la dignidad humana como central en el campo de la

bioética y del cuidado en salud, a pesar de las limitaciones enfrentadas de modo

diferente por cada uno de ellos.

De forma resumida podemos observar lo que plantea cada posición. Schroeder

afirma que dos enigmas rodean el concepto de dignidad humana: la defensa de

posiciones rivales sobre un mismo tema y la pérdida de aquello que es intrínseco.

Resolverlos puede aclarar el uso del término en el campo de la bioética. Por otra parte,

Killmister asegura que la imprecisión y ambigüedad del concepto de dignidad humana

se debe a la indistinción entre sus sentidos. Sin embargo, distinción y claridad no son

suficientes para hacerlo útil como principio orientador de los cuidados en salud. Es

necesario vincularlo a otros valores, comprendiendo la dignidad como la capacidad de

cada cual viva según sus propios estándares y principios. También tenemos lo planteado

por Andorno, quien considera que el recurso a la dignidad humana en los documentos

internacionales relacionados con la bioética refleja la preocupación por el respeto al


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valor inherente de cada ser humano. El campo de la biomedicina está íntimamente

relacionado con los derechos humanos básicos, como el derecho a la vida, a la

integridad, a la privacidad y al acceso a cuidados en salud. Por lo que no sorprende que,

a pesar de las limitaciones, el concepto de dignidad humana sea central en los debates

bioéticos. Finalmente, tenemos la posición de Albuquerque quien asegura que la

dignidad orienta prescripciones morales tanto en el ámbito de la ética privada —valor

intrínseco de cada persona— como de la ética colectiva —valor de la implicación del

tejido social y de la convivencia harmónica—, además de fundamentar documentos

internacionales sobre bioética [ CITATION Mon20 \l 3082 ].

Al indagar en el concepto de dignidad humana, es natural que se planteen cuestiones

éticas acerca de la vida y la muerte. Aquí es donde entra la cultura de la vida. De

acuerdo al Papa Juan Pablo II, en un artículo publicado en el sitio web Aleteia, que se

titula, “¿Qué significa el término ‘Cultura de la Vida’?”, la cultura de la vida hace

referencia a la necesidad de llevar las convicciones pro-vida a cada aspecto de la vida y

de la sociedad, es decir, es algo que va más allá que el simple hecho de oponerse al

aborto[ CITATION Ale14 \l 3082 ].

El término de cultura se refiere al sistema de valores que rigen una sociedad, por

tanto, una “cultura de la vida” debería ser la expresión viva de una sociedad que valora

por encima de todo a la vida humana, respeta la dignidad intrínseca de cada ser humano,

además de proteger los derechos inalienables de todos los seres humanos desde su

concepción hasta su muerte natural, por tanto, todo lo que represente un peligro y/o

inconveniente para el derecho a la vida es algo inconcebible, por tanto, es natural que

una sociedad cuyos valores se alineen con lo que plantea la cultura de la vida, se sienta

con el deber de querer proteger la vida en todas sus etapas. Por tal motivo, las
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poblaciones con este tipo de cultura ven al aborto, la eutanasia, homicidios, suicidios,

experimentación humana, etc., como males fundamentales [CITATION Ale14 \t \l 3082 ].

A esta cultura de la vida, se le presenta una contraparte que cada vez toma más

fuerza. Se trata de la cultura de la muerte, que, de acuerdo a un artículo web escrito por

Mateo Requesens, titulado “La cultura de la muerte”, se explica dicho concepto de la

siguiente manera:

“En nuestra sociedad hedonista, que identifica la felicidad con tener,

consumir, ser popular y sentir emociones, no es de extrañar que el individuo huya

despavorido frente a la idea de tener que soportar el sufrimiento psíquico o físico.

Pero si la finalidad del ser humano se reduce a un inmanentismo material que

carece de cualquier transcendencia, la vida queda al arbitrio de lo que se considere

útil para el individuo. De ahí nace la cultura del aborto y la eutanasia. La cultura de

la muerte: una bioideológia que lleva a considerar un derecho eliminar a un ser

humano” [ CITATION Req19 \l 3082 ].

Atendiendo al planteamiento anterior, podemos decir que la cultura de la muerte es

aquella que prioriza la felicidad o bienestar de un particular por encima de una vida

humana. Esto se puede observar principalmente en las prácticas de eutanasia y aborto,

que cada vez son más recurrentes. En teoría, el aborto busca impedir el nacimiento de

una persona por conveniencia personal de otra, mientras que la eutanasia plantea que,

ante un mal que será imposible de superar, como lo podría ser una enfermedad

incurable, la persona podrá decidir si quitarse la vida, o sea, suicidarse [CITATION

Req19 \n \t \l 3082 ].

Esta postura está en clara contraposición con la cultura de la vida e incluso puede ser

visto como algo poco ético, como en el caso de Eugenio Molera, quien en su artículo
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afirma que El origen de las especies, obra publicada por Charles Darwin, representó un

gran impulso para la cultura de la muerte, pues sostiene que: “su teoría de la selección

natural de las especies abrió aún más el camino a la ideología de la eugenesia, pues, si

las especies se transforman por selección natural, entonces hay razas superiores y hay

razas inferiores. Esta perversa ideología trajo como consecuencia la esterilización, el

aborto, y la eutanasia”.

La cultura de la vida y la muerte es un tema de gran relevancia a nivel internacional

y, sobre todo, a nivel nacional, donde existe un gran dilema acerca del aborto, pues el

Código Penal prohíbe la práctica del aborto, con penas que van desde los 2 años para las

mujeres y niñas que reciban dicho aborto y hasta 20 años para los médicos que realicen

dicha práctica. Esta práctica se prohíbe sin importar las circunstancias, ignorando así las

3 grandes causales: riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal y violación. Esto es un

hecho que causa muchas polémicas, pues ya se ha demostrado que, mediante estudios,

como puede ser una investigación realizada por el Guttmacher Institute, las leyes

restrictivas y las sanciones penales contra las prácticas de aborto no reducen ni la

incidencia ni la tasa de abortos, sino que lo hacen menos seguros, provocando así más

muertes o enfermedades que, en otras circunstancias, podrían haber sido evitadas. A

pesar de que el gobierno ha prometido impulsar leyes pro aborto, hasta día de hoy, sigue

sin concretarse nada, solo tenemos promesas y nada más [ CITATION Hum \l 3082 ].

Podemos decir que, el tema del aborto es un tanto peliagudo si nos centramos en

nuestro país, pues muchas personas defienden la cultura de la vida, a la vez que la

cultura de la muerte gana cada vez más adeptos, generando así un fuerte que conflicto

que, de no llegar a una solución, impedirá que se llegue a una solución adecuada para

ambas partes.
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Un aspecto a considerar en esta problemática es la bioética. Explicar la relación de la

bioética con el aborto y la cultura de la muerte es un tanto complicado, pues el debate

sobre aborto en el ámbito de la bioética se encuentra empantanado desde hace ya largo

tiempo entre quienes adjudican al cigoto un supuesto derecho absoluto a la vida desde la

concepción hasta la muerte natural, y quienes confieren a la mujer un supuesto derecho

absoluto a decidir sobre su cuerpo. De acuerdo a la versión web del artículo Bioética,

aborto y políticas públicas en América Latina, para la Revista de Bioética y Derecho,

asumiendo una perspectiva bioética (donde la ética se base en el conocimiento científico

y la vez respete los derechos humanos): “no se justifica la prohibición del aborto en aras

de adjudicar una supuesta personalidad al cigoto. La prohibición resulta ineficiente y es,

además, contraproducente: no logra disuadir a las mujeres que deciden abortar y, en

cambio, las orilla a hacerlo en situación de riesgo. La prohibición agrava el problema.

Los países comprometidos con las mejores prácticas para la protección y la atención de

la salud han adoptado el gradualismo como la opción más adecuada para reglamentar el

aborto”. Por tanto, independientemente de las leyes, desde un punto de vista bioético, lo

más recomendado es prevenir embarazos no deseados [ CITATION Sig14 \l 3082 ].

Referencias
1. Aleteia. (22 de Marzo de 2014). Obtenido de https://es.aleteia.org/2014/03/22/que-
significa-el-termino-cultura-de-la-vida/

2. Human Rights Watch. (s.f.). Obtenido de 2018


3. Molera, E. (s.f.). Filosofía y Vida. Obtenido de
https://www.filosofiayvida.com/cultura-de-la-muerte
4. Monteiro, J. D., & Nunes, R. (2020). Concepto de dignidad humana:
controversias y posibles soluciones. Revista Bioética.
5. Requesens, M. (9 de Abril de 2019). El Toro TV. Obtenido de
https://eltorotv.com/noticias/civilizacion/la-cultura-de-la-muerte-20190409
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6. Sigal Piekarewicz, M. (2014). Bioética, aborto y políticas públicas en América


Latina. Revista de Bioética y Derecho.

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