LA REPRESIÓN EMOCIONAL

María se casó con Ever, un hombre que estaba profundamente influenciado por las
normas machistas de la sociedad. Aunque al principio su matrimonio parecía feliz,
pronto comenzaron a surgir problemas relacionados con la represión emocional.
Después de unos meses de matrimonio, María y Ever tuvieron dos hijos: Betty, una
niña, y José, un niño. A medida que los niños crecían, Ever mostró una preferencia
evidente por José y comenzó a ignorar las necesidades emocionales de Betty. Siempre
elogiaba y alentaba a José, mientras que a Betty le decía que era mejor que se mostraba
fuerte y no mostraba sus emociones.
Betty, sintiéndose desplazada y no valorada, tuvo que confrontar a su padre sobre la
falta de atención y cariño que recibió.
BETTY: "Papá, me duele que siempre pareces centrarte más en José y no me prestes
atención. También necesito tu amor y apoyo".
Ever, atrapado en las expectativas tradicionales de la masculinidad, respondió de una
manera fría y distante.
EVER: "Las mujeres deben ser fuertes y no mostrar debilidad emocional. José necesita
más atención porque es importante que crezcan como un hombre fuerte".
Betty quedó devastada por la respuesta de su padre y buscó el apoyo de su madre,
María.
BETTY: "Mamá, no puedo soportar la forma en que papá me trata. Siempre me dice
que no debo mostrar mis emociones y que ser fuerte significa ignorar mis sentimientos.
¿Por qué no puede amarme y aceptarme tal como soy?"
María, consciente de los efectos negativos de la represión emocional, se enfrentó a Ever
y desafió sus creencias arraigadas en el machismo.
MARÍA: "Ever, es importante que nuestros hijos aprendan a expresar y manejar sus
emociones de manera saludable. No podemos permitir que las normas de género digan
cómo deben sentirse y actuar. Betty merece tanto amor y apoyo como José".
Ever, inicialmente resistente, comenzó a darse cuenta de los daños causados por su
actitud y se dio cuenta de que necesitaba cambiar.
EVER: "Tienes razón, María. Me ha dado cuenta de que mi comportamiento ha
afectado negativamente a Betty y que necesito replantear mis creencias. Todos nuestros
hijos merecen ser amados y aceptados sin importar su género".
A partir de ese momento, María y Ever trabajaron juntos para fomentar un ambiente de
apoyo emocional y eliminar las restricciones impuestas por el machismo. Se
comprometieron a escuchar y validar las emociones de sus hijos, alentándolos a
expresarse libremente sin temor a ser juzgados.
 UNA SEXUALIDAD COMPULSIVA

Una tarde, un grupo de amigos se reúne para pasar tiempo junto y ponerse al día con sus
vidas, compartiendo anécdotas de su etapa escolar. A medida que la conversación
avanza, Martín lanza una pregunta provocada:
MARTÍN: "¿Con quién perdieron su virginidad, chicos?"
Los tres amigos se sienten presionados para compartir sus experiencias, ya medida que
comienzan a contarlas, surgen los comentarios irrespetuosos y despectivos.
AMIGO 1: "Yo lo hice con Ivana, porque me dijeron que era fácil. No pensé mucho en
ello en aquel momento".
AMIGO 2: "Ivana solía estar con muchos chicos, pero también estuve con Marcela y te
puedo decir que fue increíble".
Estos comentarios denigrantes hacia las mujeres no pasan desapercibidos por Josué,
quien decide ser sincero sobre su situación.
JOSUÉ: "En realidad, todavía no lo he hecho. No he tenido una experiencia
significativa con alguien especial".
La revelación de Josué sorprende a los demás, y Dani reacciona de manera insensible.
DANI: "¿En serio? ¿Nunca lo hiciste con tu novia del colegio? ¿Acaso te gustan los
hombres?"
El comentario de Dani refuerza los estereotipos y cuestiona la masculinidad de Josué.
Martín también se une, cambiando la presión a la situación.
MARTÍN: "Vamos, Josué, solo estamos bromeando. Pero en serio, deberías ir a una
discoteca y 'hacerte hombre'. Ahí es donde las mujeres solo buscan eso, seguro que
conseguís a alguien".
Josué se siente incómodo y presionado, pero accede a ir a la discoteca para evitar más
burlas y comentarios despectivos.
JOSUÉ: "Está bien, iré, pero no por las razones que mencionan. Solo quiero que dejen
de hacerme sentir así".
En la discoteca, Josué se siente desplazado y fuera de lugar. A pesar de las expectativas,
no encuentra la conexión emocional que buscaba y se da cuenta de que no está cómodo
con las dinámicas superficiales que prevalecen en ese entorno.
Josué: "No me siento a gusto aquí. No es lo que esperaba. Prefiero tener una experiencia
íntima y especial con alguien en lugar de buscar una mera conquista".
Los demás amigos, al ver el malestar de Josué, comienzan a comprender la importancia
de respetar las decisiones y emociones individuales.
AMIGO 1: "Josué, lamento haber contribuido a esa presión. Todos tenemos nuestras
propias preferencias y momentos adecuados. No deberíamos juzgarte por ello".
AMIGO 2: "Tienes toda la razón. La verdadera masculinidad no se trata de cumplir con
estereotipos, sino de ser auténtico contigo mismo y respetar los deseos de los demás".
Los amigos deciden abandonar la discoteca y buscar un lugar más cómodo donde
puedan disfrutar de su tiempo juntos sin presiones ni estereotipos
MORIR COMO HOBRE

Después de disfrutar de un emocionante partido de fútbol, el grupo de amigos decide ir

a un restaurante para celebrar la victoria de su equipo. Mientras están allí, se encuentran
con un aficionado del equipo rival que comienza a hacer comentarios despectivos y
burlarse de ellos.
Raúl, uno de los amigos, se siente incómodo y frustrado por las burlas del
aficionado.
RAÚL: "Este tipo realmente busca pleito. Es
desesperante".
Héctor, otro amigo del grupo, reconoce la
actitud provocada del aficionado y decide
confrontarlo de manera directa.
HÉCTOR: "Ya es suficiente. No voy a
permitir que nos faltes el respeto de esta
manera".
Raúl, influenciado por la actitud desafiante de Héctor y
sintiéndose presionado para demostrar su hombría, se une a la confrontación.
RAÚL: "Tienes razón, Héctor. No podemos dejar que dude de nuestra masculinidad.
Vamos a ponerlo en su lugar".
La discusión se intensifica rápidamente y la tensión en el restaurante aumenta. A pesar
de los intentos de los demás amigos por calmar la situación, Raúl y Héctor se
encuentran enfrentándose al aficionado rival.
En un momento de ira, el aficionado saca un arma y, en un acto
impulsivo, dispara contra Raúl y Héctor. Ambos amigos resultan
gravemente heridos y son trasladados de emergencia al
hospital.
La trágica muerte de Raúl y las heridas de Héctor dejan
un impacto devastador en el grupo de amigos y en sus
familias. La violencia que surgió como resultado de
la búsqueda de sustentación de la masculinidad
llevó a consecuencias irreparables.