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Las contestaciones que ofrezco aquí son diferentes de las que

Capítulo 1: ¿Por Qué Algunas Sociedades


yo esperaba cuando empecé a preguntarme por qué algunas
La cultura del
Son Más Conflictivas Que Otras? sociedades son mucho más conflictivas y violentas que otras. En conflicto
principio le di bastante importancia a lo que yo llamo teorías Las diferencias
A pesar de que el conflicto político y la violencia aparezcan en- estructurales y psicoculturales. Sin embargo, a medida que me interculturales
tre los asuntos de mayor presión social del siglo veinte, su diná- esforzaba en sacarle algún sentido a mis resultados empíricos, en la práctica de la
mica sólo se conoce parcialmente. Describimos mejor determi- me sentí vivamente interesado por los modos que tenían estas
nadas disputas que comprendemos sus principios generales
violencia
teorías para llamar la atención hacia diferentes -aunque no
subyacentes. Esto no sucede por falta de esfuerzo, puesto que necesariamente opuestos- factores. El hecho de que cualquiera
la formulación de teorías sobre el conflicto ha sido algo que ha de estas teorías fuese correcta, no significaba que la otra tu-
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ocupado durante bastante tiempo a todas las ciencias sociales. viese que ser por ello errónea. Cada una ofrecía contestaciones
parciales y el llegar a comprender que las dos teorías se com-
La comprensión incompleta de la conducta conflictiva tiene se- plementaban en vez de competir entre sí, fue algo especial-
rias consecuencias sobre nuestra habilidad para manejar los mente importante.
conflictos de forma positiva, ya que restringe la ayuda que se
pudiera prestar a adversarios que buscan soluciones efectivas y Mi enfoque es eminentemente comparativo puesto que utiliza
hace particularmente difícil cerrar acuerdos que limiten la esca- datos extraídos de una muestra de ámbito mundial que acoge
lada de los conflictos antes de que éstos se nos escapen de las sociedades preindustriales normalmente estudiadas por antropó-
manos. El carácter fragmentado de los enfoques que se han logos. Estos datos nos proporcionan la oportunidad de analizar
hecho sobre el conflicto es una de las razones principales para ideas sobre el conflicto que surge en un escenario muy distinto al
la existencia de este libro, el cual se propone integrar las distin- urbano o industrial. El proceso nos puede ofrecer conocimientos
tas teorías vigentes en la actualidad. que nos ayuden a distinguir con más claridad entre aquellas
pautas de conducta típicas de las sociedades humanas y aque-
Invariablemente todos los conflictos complejos de índole social llas otras que son productos de una particular organización cul-
o política tienen múltiples raíces. El conflicto tiene que ver con tural, económica o política.
los fines concretos que los adversarios persiguen y, al mismo
tiempo, con las interpretaciones que éstos hacen de lo que está Mi argumentación consiste en que la cultura del conflicto -esto
en disputa. La mayoría de las veces el asunto en controversia es es, la particular constelación de normas, prácticas e institucio-
el punto focal de soterradas diferencias de las que los antago- nes de una sociedad- influye en aquello por lo que luchan los
nistas sólo tienen un conocimiento parcial; diferencias estas individuos y los grupos, en las formas culturalmente aprobadas
que, si se ignoran, muy probable que más adelante salgan de para conseguir las metas en disputa y en los recursos institu-
nuevo a la superficie. Por regla general, manejar un conflicto de cionales que configuran el curso y los resultados de los enfren-
modo efectivo consiste no sólo en hacer algo con respecto al tamientos (Avruch y Black, 1991). Las disposiciones culturales
asunto en litigio, sino también tener en cuenta motivos más pro- sobre el conflicto tienen su origen en tempranas experiencias
fundos. Los conflictos se enconan mas o menos no por el valor evolucionistas, mientras que los aspectos estructurales de la
que tenga la cosa por la que se luche, sino por la importancia sociedad identifican para quienes va dirigida la conducta conflic-
psicológica que tenga el perder o ganar. tiva. Si bien el conflicto gira en torno a intereses concretos, las
interpretaciones de los participantes son igualmente importan-
He indagado estas cuestiones inquiriendo cómo determinadas tes para determinar si el conflicto va a más y si puede ser mane-
sociedades desarrollan unos patrones característicos de lucha. jado convenientemente. Para comprender el origen, derrotero y UNTREF VIRTUAL | 1
manejo de un conflicto es necesario considerar conjuntamente Una aldea, nos cuenta Chagnon (1983; pág. 183), fue asaltada
factores estructurales y psicoculturales. a mediados de los sesenta veinticinco veces durante sus primeros
La cultura del
quince meses de investigación de campo y el estima que casi una conflicto
cuarta parte de los yanomamos varones mueren violentamente. Las diferencias
Dos Casos Diferenciados interculturales
La captura de mujeres y la consecución de autonomía a través en la práctica de la
El conflicto es un aspecto omnipresente de conducta entre los de una manifiesta violencia son, según Chagnon (1968), los
violencia
grupos humanos y dentro de éstos. Puede decirse que los pro- objetivos primarios de la lucha entre aldeas. La extrema belige-
blemas derivados de robos, asesinatos, débitos impagados, vio- rancia y hostilidad hacia los vecinos, especialmente en las regio-
laciones sexuales, crímenes pasionales y de la ira incontrolada, nes más internas y densamente pobladas del territorio yanoma-
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tienen una proyección universal puesto que no hay una sola mo, tienen su razón de ser en la salvaguardia de la soberanía
comunidad que esté libre de ellas (Nader y Todd, 1978). Tam- del villorrio. El tener que depender de campos cultivados supone
bién hay que tener en cuenta que hay grandes variaciones de que la localización de la aldea sea fácilmente detectada por los
una sociedad a otra en cuanto al número de conflictos y en lo enemigos y, aunque las aldeas son cambiadas con regularidad,
que hace la gente cuando éstos ocurren. Consideremos dos la preparación de nuevos asentamientos lleva por lo menos un año.
sociedades preindustriales bien conocidas y muy diferentes de
la nuestra: la yanomamo del sur de Venezuela (Chagnon, 1968 Con cierta frecuencia las aldeas establecen alianzas entre ellas
y 1983) y al pueblo pigmeo mbuti de la selva húmeda del Zaire que se traducen en dar refugio en caso de necesidad, en com-
(Turnbull, 1961 y 1978). ¿Por qué es el conflicto un elemento partir los huertos si un grupo es expulsado de su asentamiento
clave de la vida diaria de los yanomamos y no tan importante, y en proporcionar una activa ayuda militar durante los períodos
sin embargo, para la de los mbutis? de incursiones violentas. Pero estas alianzas son muy endebles.
Los grupos protectores exigen un alto precio (normalmente en
Yanomamo mujeres) a los protegidos y a veces hay aldeas que convierten a
sus fieles aliados en traidores y se dan una comilona con ellos.
El yanomamo es un pueblo horticultor de pocos individuos que Podría pensarse que las alianzas matrimoniales sirven para atar
vive en villorrios dispersos -hostiles entre sí- de cuarenta a dos- lazos intercomunitarios; pero no es así: estas alianzas suelen
cientas cincuenta personas; estos villorrios están ubicados en ser por naturaleza inestables debido a "la renuencia que todo
una zona aislada de la selva cruzada por ríos y arroyuelos.1 Los grupo tiene en ceder mujeres a otros y a la agresividad con que
miembros de una aldea son hombres emparentados que viven se hacen las peticiones de hembras" (Chagnon, 1968; pág. 123).
con sus esposas y sus hijos. La forma preferida de matrimonio que es el emparejamiento
bilateral de primos dentro de una misma aldea -es decir, un
Una ideología bélica y el bienestar a ella asociado, es lo que hombre se casa con la hija del hermano de su padre o de la her-
constituye la realidad fundamental de la existencia diaria del mana de su madre- hace que sean muy limitados los vínculos
yanomamo. Las relaciones interpersonales suelen estar carga- sociales que pudieran derivarse de alianzas políticas.
das de tensión y existe preocupación por las desgracias que
puedan acarrear fuerzas sobrenaturales maliciosamente mani-
1. Cuando tengo que describir una sociedad utilizo a lo largo del libro lo que
puladas por los enemigos, así como un miedo perenne de ser
se llama el presente etnográfico; es decir, me refiero a la investigación de
atacado en cualquier momento por otras aldeas rivales. Los vi- campo en la época en que fue realizada por el antropólogo, aunque esto
llorrios están continuamente planeando ataques, estudiando co- puede dar lugar a que la sociedad en cuestión sea completamente diferente
mo repelerlos o de hecho atacándose unos a otros. en la actualidad. UNTREF VIRTUAL | 2
Incluso dentro del villorrio pueden apreciarse idénticas inquietu- dirigida contra las esposas y otras mujeres. Las relaciones ma-
des de autonomía. La débil significación afectiva que tiene el pa- dre-hijo también presentan una acusada ambivalencia. Aunque
La cultura del
rentesco da lugar a que en las aldeas más grandes se desarro- las madres son la fuente principal de la alimentación y de la pro- conflicto
llen -dentro de los linajes más extensos- unos sublinajes con tección, los muchachos ven a las mujeres en general y a sus Las diferencias
intereses propios que toman la forma de pequeñas facciones. Y madres en particular, como seres inferiores susceptibles de interculturales
no es sólo esto, en ocasiones incluso en grupos más pequeños abuso físico. Para llegar a ser todo un hombre adulto no sólo hay en la práctica de la
hay un fuerte antagonismo entre hombres con lazos familiares que desligarse de los lazos maternos sino comportarse agresi-
violencia
muy cercanos. Aunque todos ellos necesitan del mutuo apoyo vamente con todas las mujeres. Los jóvenes varones aprenden
en las contiendas familiares y en las escaramuzas militares, los esto desde muy temprana edad, ya que se propicia la conducta
hermanos y los primos por línea paterna se disputan entre sí las agresiva con las muchachas.3
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mismas mujeres, a las que siempre se considera como algo
escaso. A veces se alcanza en la aldea tal grado de tensión que Partiendo del abundante material casuístico de Chagnon es fácil
la lucha estalla dentro de la misma, dando como resultado -se- formular varias hipótesis sobre el origen del comportamiento
gún informa Chagnon (1968)- que las aldeas más grandes se conflictivo y violento del yanomamo. Lo que nos viene primero a
dividan en otras más pequeñas. la mente es la ausencia en las diferentes comunidades de unos
bien establecidos vínculos sociales y políticos que pudieran limi-
Para el mundo es un lugar peligroso. Los enemigos, tanto huma- tar la intensidad del conflicto y facilitar la resolución pacífica de
nos como sobrenaturales, están en todas partes y la ayuda de las disputas cuando éstas ocurriesen. Incluso en las comunida-
los aliados nunca es segura. Por tanto, la independencia del vi- des donde aparentemente existen tales vínculos, se ve que éstos
llorrio y la del individuo constituyen la solución inalcanzable a son débiles y que no se hace caso de ellos cuando las pendencias
este dilema. Esto se traduce en lo que Chagnon llama el com- empiezan a tomar cuerpo. Por otro lado, la ausencia de institu-
plejo waiteri; es decir, en una feroz postura política y personal ciones y prácticas que, como método válido para el manejo de
que hace que los grupos y los individuos se comporten agresi- conflictos, desaprueben la violencia, puede atribuirse al relativa-
vamente para eludir la dependencia y para dar a entender a los mente bajo nivel de complejidad del sistema socioeconómico de
demás lo caro que les puede costar una agresión por su parte. los yanomamos, el cual se diferencia muy poco de una comuni-
dad a otra, adoleciendo además de una autoridad política inte-
La inculcación de la ferocidad es un aspecto dominante del pro- gradora que pudiese tratar con efectividad la perenne agresión
ceso de socialización, especialmente del de los muchachos. Los intergrupal. Finalmente vemos que el conflicto es algo que está
padres alientan los alardes de agresividad en sus jóvenes hijos
y reprenden a los que no utilizan la fuerza física en las muchas
situaciones en las que se considera apropiada. Cuando los mu- 2. El principal enfoque del análisis de Chagnon fue la agresividad masculi-
chachos están creciendo se espera de ellos que practiquen la na; no obstante, sus escritos y sus películas también contienen algunos
lucha con palos, cuerpo a cuerpo y con lanzas, hasta alcanzar ejemplos de la agresividad femenina.
la preparación guerrera que necesitarán como adultos. Abundan
los modelos de roles agresivos de adultos y es normal que los 3. Al invocar de vez en cuando sentimientos de temor y peligro, el niño varón
hace que continuamente se recuerde en él al padre o al esposo. Las res-
jóvenes sean entrenados para que consigan expresiones ade-
puestas a estas emociones probablemente debilitan el sentido de confianza
cuadas de agresividad.2 y seguridad del niño y reforzarán la idea de la tenue naturaleza de las rela-
ciones sociales. Por otra parte y desde un punto de vista psicoanalítico, las
Las relaciones varón-hembra entre los yanomamos son distan- relaciones entre madres e hijas probablemente tienen también una fuerte
tes y se caracterizan por la hostilidad masculina generalmente ambivalencia. UNTREF VIRTUAL | 3
arraigado desde la más temprana edad en el mundo, en el pen- so en esto los límites son bastante menos rígidos y no tienen
samiento y en las disposiciones psicoculturales del yanomamo. tanta carga emocional como en muchas otras sociedades. La
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Su socialización, cuando se trata de varones, hace hincapié en cooperación en la caza es esencial para la subsistencia; Turnbull conflicto
la dureza y en la agresión física, y se ven pocas muestras de ca- describe de qué forma los miembros de la comunidad coordinan Las diferencias
riño y afecto particularmente entre el padre y su prole. Las rela- sus acciones para capturar y matar a sus veloces y, a veces des- interculturales
ciones varón-hembra están marcadas por la hostilidad y la dis- comunales, piezas de caza. Cuando una jornada de caza ha si- en la práctica de la
tancia. Todos estos elementos son críticos para el desarrollo del do fructífera, todos los miembros de la partida comparten la
violencia
complejo waiteri, el cual se apoya firmemente en la baja confi- carne. El que ésta pertenezca a un solo cazador o que un miem-
anza social y en la necesidad de independencia. Dichos ele- bro de la comunidad tenga hambre mientras otros tengan comi-
mentos nutren la sospecha y la belicosidad del yanomamo y da, es algo impensable paraun mbuti.
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contribuyen a la perpetuación de la violencia y a la incapacidad
para encontrar caminos viables que traten el conflicto de forma Un aspecto que llama la atención del régimen de vida mbuti, es
constructiva.4 su densidad social. En sus emplazamientos la gente vive muy
cerca una de otra y las preocupaciones de uno o dos individuos
Mbuti son pronto asumidas por todo el mundo. Si, por ejemplo, alguien
se queja de las acciones de otro, es muy probable que una tercera
El retrato que nos hace Chagnon del pueblo yanomamo es com- persona intervenga en la conversación y no pasa mucho tiempo
patible con el punto de vista hobbesiano sobre las sociedades
en pequeña escala, mientras que en los escritos de Turnbull so-
bre el presente mbuty vemos un panorama muy diferente. Si 4. Ferguson (1992) afirma que el continuo estado de guerra de los yanoma-
existe una propensión humana hacia la violencia o si la pequeña mos que Chagnon describe, se llega a comprender mejor cuando se piensa
y simple -tecnológicamente hablando- sociedad es más proclive en términos de los grandes cambios interrelacionales que afectaron a la re-
al conflicto incontrolado que las demás, la selva húmeda de Ituri gión antes de la llegada de Chagnon. Ferguson sostiene que "la existencia
donde viven los mbutis debería estar saturada de acontecimien- y la configuración estructural del estado de guerra... de Ios yanomamos es
el resultado de intereses antagonistas relativos al acceso o control de artícu-
tos violentos; pero lo curioso es que no lo está.
los manufacturados occidentales" (1992; pág. 201). La desigualdad en la
región -asegura Ferguson- en cuanto a la disponibilidad de artículos tales
Los mbutis viven en lo más intrincado de la selva formando peque- como hachas y machetes de acero, afectó a los usos del comercio local, a
ños grupos dedicados a la caza y a la búsqueda de otros alimen- los intercambios matrimoniales, a los asentamientos de las aldeas, a la co-
tos. Tal como pinta Turnbull, el pueblo mbuti está en paz consigo hesión social y al estado de guerra.
mismo y con su entorno. La jungla es una fuente no solamente de Aunque el argumento de Ferguson es interesante sobre todo para la com-
prensión del nivel global de conflicto de la región, no está en contradicción
sustento sino también del más profundo apoyo emocional. Cada
con ese otro argumento que nos dice que la organización social de los
campamento está compuesto de un determinado número de gru- yanomamos y los conceptos que tienen del mundo propugnaban la hostili-
pos emparentados que viven juntos, pero la composición del gru- dad y la agresión aún antes de sus extensos contactos con occidente. Ade-
po cambia frecuentemente debido a la decisión de sus miembros más de esto, Ferguson nos recuerda que el impacto de las culturas occiden-
de pasar algún tiempo con otros parientes o amigos íntimos y a tales suelen sentirse bastante antes de lo que pensamos y que, así como
las diferencias que las distintas temporadas imponen en la orga- hay efectos directos, también hay importantes efectos indirectos. El sólido
argumento de este autor de que toda la belicosidad del yanomamo puede
nización de las tareas de caza y acopio de alimentos.
explicarse en términos de conflictos motivados por la posesión de artículos
occidentales, está obviamente en abierta oposición con los trabajos que
En las partidas mbutis no existen líderes formales y la división Chagnon ha publicado. Ferguson tiene previsto documentar su argumento
del trabajo se hace sólo según la edad y el género, si bien inclu- en una futura publicación. UNTREF VIRTUAL | 4
en que participen todos los presentes. A veces se pierden los es- los sexos. Pero cuando los hombres empiezan a ganar, uno de
tribos y la gente chilla e incluso se arroja troncos encendidos en- ellos se ajusta su vestimenta, canta con voz de falsete y se une
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tre sí. En ocasiones es necesario que una tercera persona se a las mujeres. Cuando las mujeres comienzan a recuperar te- conflicto
interponga entre los contendientes para restaurar el orden. rreno, una de ellas pasa al bando de los hombres. Pronto la Las diferencias
composición de cada equipo queda completamente cambiada. interculturales
Turnbull señala que la mayoría de las veces incluso en las situa- "Cada persona que se pasa de un bando a otro trata de parecer en la práctica de la
ciones más controvertidas, las discusiones de la comunidad de más ridícula que la que la ha precedido, esto causa cada vez
violencia
una disputa dan como resultado una solución aceptable para más hilaridad en los contendientes hasta que llegan a un punto
todos los interesados. Algo crucial para este proceso es el he- en que la risa es tan fuerte que no les permite cantar más por lo
cho de que las disputas sean "generalmente solventadas sin ha- que sueltan la cuerda y se tiran al suelo con casi un ataque de
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cer casi mención de las presuntas actuaciones buenas o malas histeria" (1978; pág. 205). La risa sirve para unir a la gente y po-
del caso, sino simplemente con la sana intención de restaurar la ner de relieve su independencia y normas compartidas. Las
paz de la comunidad" (Turnbull, 1961; pág. 188). Asignar casti- diferencias no sufren tanto rechazo cuando se miran a través de
gos por infracciones cometidas es mucho menos importante una perspectiva social más amplia.
que airear el ambiente de forma que las relaciones futuras sean
armoniosas. A veces esto conlleva la separación de los litigan- Los modelos de roles agresivos no son normales entre los
tes hasta que se calmen los ánimos. mbutis. El logro individual a expensas de otro no cuenta con la
aprobación general y se procura por todos los medios que exista
En su retrato del pacifismo mbuti, Turnbull (1978) pone un gran una igualdad común Sólo está bien vista la competición con uno
énfasis en las variadas formas por las que la comunidad es una mismo, no con los demás. Los hombres adultos, por ejemplo,
fuente importante de apoyo y subsistencia en cada una de las son obviamente los miembros más fuertes físicamente de la
etapas del ciclo vital. El cariño de una madre mbuti llega hasta comunidad y son, por consiguiente, los que tienen la misión de
cantarle al hijo que lleva en su vientre. Después del nacimiento cazar y de quienes todo el mundo depende para el abastec-
los padres y todos los demás de la comunidad le dan la bienve- imiento de carne. Pero al mismo tiempo también ocurre que su
nida al infante y se sienten solidariamente responsables de su fortaleza física queda un tanto desacreditada por un juicio moral
bienestar físico y espiritual. La seguridad y la dependencia son negativo referente a los peligros que la caza y las matanzas
valores esenciales para los mbutis, valores estos que no casan acarrean a la selva. Se les recuerda a los hombres su impureza,
con cualquier actitud agresiva. Los individuos se gastan bromas la necesidad de una purificación y se les insta a que sientan el
y se ríen unos de otros, pero no se sienten ridiculizados ni humi- reparador contraste entre la fuerza física y el poder moral.5
llados, ya que aparentemente a través de estos contactos con
los demás encuentran una tremenda seguridad. En sus tratos con los pueblos bantúes que viven en aldeas veci-
nas situadas en los aledaños de la selva, los mbutis tienen
Los rituales mbutis exteriorizan la importancia de la comunidad mucha más cautela que la que despliegan cuando se trata de
como fuente de subsistencia. Los rituales solemnes afirman las asuntos entre ellos mismos. Los habitantes de las aldeas inten-
conexiones de cada persona con la selva y con los otros mbutis,
ya estén vivos o muertos. Los ritos menos sagrados realzan los
mismos valores aunque en otro tono. Por ejemplo, Turnbull nos
5. Aunque tanto los hombres como las mujeres participan en la caza, son los
habla de un ritual en el que un bando de hombres y otro de mu- hombres los que provocan el dilema moral más embarazoso, toda vez que
jeres tiran cada uno por su lado de una cuerda y que inicialmen- su papel en la cacería es matar aquellos animales que las mujeres ojean
te quiere dar a entender la verdadera tensión que existe entre hacia ellos y hacia sus redes. UNTREF VIRTUAL | 5
tan controlar al pueblo mbuti en el plano económico y en el emo- Análisis Del Argumento
cional. Los bantúes necesitan los productos de la jungla -carne,
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hongos silvestres y otros alimentos- pero no tienen el deseo de Tal como se ha visto en los ejemplos de los yanomamos y los conflicto
adentrarse en la jungla para hacerse con ellos. Los mbutis se mbutis, los intereses y las disposiciones psicoculturales nos pro- Las diferencias
resisten a la dominación bantú de diversas formas, todas ellas porcionan las bases para encontrar las muy distintas explicacio- interculturales
pacíficas, que tienen como fin preservar su autonomía y man- nes de las diferencias societarias que caracterizan a la conducta en la práctica de la
tener alejados de la selva a los habitantes de las aldeas. conflictiva. Estos intereses y disposiciones nos permiten identifi-
violencia
Regularmente adquieren géneros en las aldeas y, a instancias car fuentes de conflicto muy dispares, nos ofrecen una información
de sus habitantes, participan en algunos rituales y en ocasiones variopinta del porqué de la escalada de los conflictos y nos se-
en determinadas actividades laborales. A los bantúes esta situa- ñalan mecanismos alternativos para manejar los conflictos de
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ción les hace creer que tienen a los mbutis sojuzgados, mientras una manera efectiva. Comienzo deteniéndome en las dispari-
que para éstos es un precio que tienen que pagar a fin de man- dades de estos dos enfoques teóricos para poner de relieve has-
tener a salvo la jungla. ta qué punto cada uno de ellos es plausible. De forma gradual y
partiendo de los datos de una muestra de noventa sociedades
Al igual que con los yanomamos, podemos barajar varias expli- preindustriales, caso entre sí a las dos teorías para ofrecer una
caciones alternativas en relación al comportamiento conflictivo teoría intercultural del conflicto y una explicación de las variacio-
de los mbutis. Para Turnbull, los factores explicativos de mayor nes que existen en la cultura conflictiva de estas sociedades.
peso son psicoculturales. Este autor asegura que son las caluro-
sas y bien intencionadas relaciones sociales de los mbutis las Si se toman en sus términos más generales, son las disposi-
que hacen que haya tantos individuos pacíficos y dignos de con- ciones psicoculturales arraigadas en las primeras experiencias
fianza. Para el mbuti la estrecha dependencia de otros es una de la socialización de una sociedad las que conforman el nivel
posibilidad de apoyo, no de amenaza. total de conflicto, mientras que es el patrón específico de su or-
ganización social el que determina si los objetivos del conflicto y
Su concepción de las relaciones sociales pone el acento en un la agresión están localizados dentro de una sociedad, fuera de
destino común que evita la agresión manifiesta y encamina el ella, o ambas cosas a la vez. Puesto que las explicaciones del
arbitraje de los conflictos por derroteros constructivos. Mediante comportamiento conflictivo son tan diferentes, es fácil verlas co-
la identificación de elementos en su organización social creado- mo alternativas incompatibles; si bien cada grupo de factores ex-
res de un mayor interés en la cooperación que en la competencia, plica distintos aspectos de la conducta del conflicto y da sentido
se puede asimismo establecer una plausible explicación basada a lo que el otro no puede enteramente explicar. Los temores y
en el interés de los patrones de conflicto de los mbutis. Esto se las amenazas identificados en la explicación psicocultural res-
hace más patente cuando nos fijamos en los altos niveles de ponden a la intensidad de los sentimientos que intervienen, pero
cooperación que la caza requiere y las severas sanciones socia- es sólo la explicación estructural la que nos dice por qué se
les que se aplican cuando alguien infringe las normas (Turnbull, toman las acciones en una determinada dirección.
1961). Además de esto, los fuertes lazos que existen entre mbu-
tis que viven en campamentos distintos facilitan la movilidad de Por varias razones merece que se resalte la importancia de los
la gente de un grupo a otro. Por último hay que apuntar que no factores psicoculturales. Una de ellas es porque los resultados
existe en su sociedad una riqueza material de tal envergadura empíricos indican con toda claridad que la socialización inicial
que de pie a que un grupo sienta la tentación de dominar a otro. de una comunidad está íntimamente ligada a los patrones de

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conflicto y violencia. Los efectos psicoculturales no pueden re- que los grupos y los individuos procesan los acontecimientos y
ducirse a condiciones estructurales fundamentadas en términos también las emociones, percepciones y cogniciones que los
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de simples intereses. Como resultado de la duradera predisposi- mismos provocan Las disposiciones unen determinados hechos conflicto
ción que ha habido contra las fundamentaciones psicológicas a las amenazas culturalmente compartidas, a la autoestima y a Las diferencias
aplicadas a las ciencias sociales, esta orientación teórica puede la identidad. Utilizo aquí el término psicocultural como contra- interculturales
no ser familiar a muchos lectores, por lo que será explicada con posición a psicológico, ya que el primero pone de relieve asun- en la práctica de la
algún detalle. Desde esta óptica, los argumentos racionalmente ciones, percepciones e imágenes sobre el mundo que son am-
violencia
escogidos y basados en intereses no están tan equivocados ni pliamente compartidas con los demás y no son, por tanto, idio-
son tan limitados como se intenta sugerir. Reconozco que los sincráticas (Wildàvsky, 1987).
intereses cuentan, pero las fuerzas psicoculturales son crucia-
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les para establecer la forma de definir estos intereses y de se- El conflicto está compuesto por una conducta interpretativa y
ñalar a los actores que tengan que defenderlos (Wildavsky, unas disposiciones psicoculturales que actúan como un filtro a
1991 y 1992). través del cual se comprenden las acciones. Los patrones dispo-
sicionales son métodos para tratar a los demás que se aprenden
Al comienzo de la niñez es cuando las culturas imprimen orien- y aceptan por vía cultural. Aunque los contendientes no tienen
taciones -como son la confianza, la seguridad y la eficacia- en dificultad para citar las bases "objetivas" del litigio -"ella o él me
el mundo social de cada uno. Las primeras relaciones sociales ha quitado mi juguete (tierra, agua, mujeres, vacas, etc.)", lo que
son las que proporcionan los fundamentos que configuran el de verdad sorprende a un observador es el número de diferen-
modelo de conducta social (lo que yo llamo disposiciones psico- tes patrones culturales de respuesta que se pueden dar a una
culturales) que cada cual llevará durante toda su vida. Sobre supuestamente misma acción provocadora. Esta reflexión nos
todo la socialización del calor afectivo, la dureza de la crianza dice que las situaciones objetivas por sí solas no causan el con-
infantil y el conflicto de la identificación del varón con su género, flicto, las interpretaciones de tales situaciones juegan también
son circunstancias todas que afectan a los patrones del conflicto un papel trascendental.
societario. Pero la primera infancia no es la única época formativa
que ayuda a las interpretaciones del mundo que conforma la con- El que se ponga el acento en las disposiciones psicoculturales
ducta conflictiva; en efecto, una amplia gama de prácticas e insti- no significa que se excluyan otros elementos explicativos; en con-
tuciones sociales refuerzan importantes disposiciones psicocul- creto los grupos sociales persiguen y defienden intereses que las
turales a través de valores y comportamientos que son alenta- explicaciones estructurales del conflicto infieren de la organiza-
dos o desalentados mediante definiciones culturales de identi- ción de la sociedad. Mi análisis me ha permitido dar con dos
dad de grupos (nosotros frente a ellos) y mediante reacciones fuentes de estos intereses que son relevantes para la compren-
culturalmente aceptadas a las agresiones sufridas. sión del comportamiento conflictivo.

La forma en que los actores interpretan los acontecimientos es La primera es que las sociedades varían mucho en cuanto al nú-
fundamental para la configuración de las acciones de un grupo, mero de gente que, con intereses comunes en un campo, tiene
especialmente en las situaciones de ambigüedad e intensa pre- también intereses comunes en otros. Cuando la organización
sión que caracterizan a muchos conflictos. Las disposiciones pro- social refuerza a un solo sector dominante, hay que esperar una
fundamente enraizadas son elementos significativos para deter- escalada de conflictos porque la escasa coincidencia de intere-
minar cómo los participantes interpretan el conflicto y cómo estas ses no da lugar a que estos intereses sean mutuos; pero cuan-
interpretaciones influyen en las acciones que toman (Northrup, do las líneas sectoriales se entrecruzan unas con otras y los
1989). Las disposiciones psicoculturales modelan la forma en lazos entre las partes están bien amarrados, entonces es fre- UNTREF VIRTUAL | 7
cuente ver cómo un mismo incidente desencadenante que an- que el varón consiga la identidad con su género. Es lógico que
tes ha tenido serias consecuencias no tiene ahora consecuen- las sociedades que poseen un recio entramado de vínculos dirijan
La cultura del
cias tan serias.6 Los intereses comunes se forjan a través de la principalmente sus acciones hostiles hacia objetivos externos, conflicto
interacción y el intercambio en situaciones donde hay fuertes mientras que si este entramado es débil también será débil la Las diferencias
vínculos entre los distintos grupos. Los resultados del análisis distinción que hagan entre conflictos internos y externos. interculturales
intercultural muestran que cuando en una sociedad los vínculos en la práctica de la
que se entrecruzan son fuertes, los intereses tienden a suavizar Aunque toda sociedad tiene una cultura del conflicto que le es
violencia
la gravedad del conflicto, si bien aumenta la posibilidad de con- propia, nuestro análisis se va a concentrar sobre un pequeño
flicto con elementos externos. número de patrones generales. Las peculiaridades de cada uno
de estos patrones nos dirán cómo la cultura afecta al conflicto y
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Un segundo conjunto de intereses está relacionado con el nivel nos mostrarán también que el conflicto es instrumentalmente
particular de complejidad socioeconómica y/o política de una visto como una conducta cultural que refleja lo que la gente de
determinada sociedad. En cada nivel organizativo sobresalen una sociedad valora, los conceptos que esta gente tiene de los
unos intereses específicos. Las sociedades menos complejas amigos y de los enemigos y los medios de los que se valen los
tienen menos recursos valiosos, pero también poseen una ca- grupos y los individuos para conseguir sus propósitos (Avruch,
pacidad más débil para defender lo que tienen. Según unos, las 1991; Avruch y Black, 1991).
sociedades más simples tienen una incidencia más baja de con-
flictos porque hay menos concentración de recursos y, por tanto, La teoría que aquí se ofrece tiene una importante trascendencia
menos motivos para que los grupos se ataquen entre sí. Por el para comprender la efectividad de las medidas que los partici-
contrario, otros opinan que la ausencia de una autoridad centra- pantes y los moderadores de un conflicto toman para solucio-
lizada da ocasión a que los conflictos proliferen. El análisis de narlo. Si queremos entender los resultados del manejo de una
los datos no da la razón a ninguna de estas posturas cuando se disputa, es imprescindible que seamos capaces de reconocer,
trata de conflictos internos.Yo pienso que la diferenciación políti- junto con las disposiciones psicoculturales, la importancia de los
ca puede limitar los conflictos políticos mediante el control direc- intereses que subyacen en la estructura social. Dado que las
to -la función pacificadora del Estado-, mientras que la comple- teorías psicoculturales y estructurales ven cada una por su lado
jidad socioeconómica con su acumulación progresiva de recur- fuerzas muy diferentes como la causa primaria de los conflictos,
sos, sus desigualdades y su potencial militar, los incrementa. es natural también que implícitamente recomienden estrategias
Los conflictos externos son otra historia y la evidencia nos dice muy distintas para resolverlos con éxito. La teoría estructural
que las sociedades más complejas tienen más altos niveles concede un papel primordial a las estrategias que limiten los
conflictivos con el exterior. conflictos y que tengan que ver con incentivos alteradores, resul-

Al igual que pasa con las naciones modernas, en las socieda-


des preindustriales se aprecia una correlación positiva entre los
conflictos internos y los externos. Podemos decir, sin embargo, 6. Yngvesson (1978), por ejemplo, describe una aislada comunidad pes-
que las raíces de los conflictos que se dirimen dentro de una so- quera atlántica compuesta de muchas facciones en la que la acción cometi-
da por un forastero de tomar alguna cosa perteneciente a otra persona era
ciedad y los que se dirimen con grupos externos son psicocul-
calificada de robo y de adquisición en calidad de préstamo si era perpetra-
turalmente comunes y estructuralmente distintos. Tanto la con-
da por un miembro del grupo. Koch (1974), Meggitt (1977) y otros nos hablan
flictividad interna como la externa son más altas en aquellas de las diferencias que en Nueva Guinea tienen las respuestas a transgre-
sociedades en donde la socialización es relativamente, baja en siones dentro del clan, entre los miembros de los clanes de una misma sub-
calor afectivo, más intransigente y con una mayor dificultad para división tribal y entre subdivisiones tribales. UNTREF VIRTUAL | 8
tados finales o -más fundamentalmente- con la organización de cuatro sociedades preindustriales. En el capítulo sexto abordo
la sociedad. Desde esta perspectiva resulta difícil armonizar los las comprobaciones de las principales hipótesis y muestro un
La cultura del
intereses divergentes y es por ello por lo que se presta especial apoyo repartido entre las hipótesis estructurales y las psicocul- conflicto
atención a la acción unilateral o a la intervención de terceras turales. Es en el capítulo séptimo donde retorno a la cuestión de Las diferencias
partes. De otro lado, la teoría psicocultural apunta la necesidad la relación existente entre los conflictos internos y externos, para interculturales
de alterar las metáforas dominantes en torno a una disputa o las meterme después en la identificación de dos culturas del conflic- en la práctica de la
interpretaciones de las partes en liza (Ross, 1993). to diferentes: una en la que hay una gran diferenciación entre los
violencia
niveles del conflicto interno y externo y otra -la más común- en
El argumento que aquí se presenta sugiere que cualquier tipo la que hay una generalización en los niveles de conflicto a través
de cultura del conflicto posee patrones típicos de escalada, de de las diferentes esferas de influencia. Los datos de estos capí-
Marc Howard Ross
redefinición, de implicación de nuevos bandos y de terminación tulos sustentan la idea de que el nivel global de conflicto de una
que tienen componentes tanto estructurales como psicocultur- sociedad viene determinado por sus aspectos psicoculturales,
ales. Habida cuenta de que los intereses y las percepciones tie- mientras que los objetivos de los conflictos están más relaciona-
nen su peso, las estrategias que se apliquen en el manejo de los dos con su organización social. Más tarde, en el capítulo octavo,
conflictos solamente tendrán éxito en la medida en que presten tomo en consideración las variaciones que existen en el modelo
atención a ambos. De hecho, la intensidad de los factores psico- general, me detengo a explorar aquellos casos de la muestra
culturales es a menudo tan grande que hasta que no son dirigidos, que menos encajan con el modelo y hago propuestas contex-
no pueden salvarse las diferencias de índole estructural que tuales sobre variaciones específicas en la cultura del conflicto.
separan a los adversarios. Y algunas culturas son mejores que
otras haciendo esto. En el capítulo noveno me extiendo en mi labor de análisis -uti-
lizando el modelo desarrollado mediante el examen de los conflic-
tos en las sociedades preindustriales- a fin de explicar la prolon-
Plan Del Libro gada situación conflictiva de Irlanda del Norte y el relativamente
bajo nivel de controversia de la moderna Noruega. Aprovecho el
Mi mayor preocupación es la cuestión de por qué las socieda- capítulo décimo para integrar los descubrimientos y lo hago me-
des preindustriales del mundo difieren tanto en los niveles y pa- diante una discusión de los mecanismos de los intereses e inter-
trones de conflicto y violencia. Los próximos tres capítulos nos pretaciones que subyacen en las explicaciones estructurales y
ofrecen un enfoque teórico del estudio intercultural del conflicto. psicoculturales. En el último capítulo trato de nuevo el tema de
En el capítulo segundo doy a conocer los conceptos de conflic- la integración de la cultura del conflicto y propongo dos impor-
to y cultura, así como los elementos claves de la investigación tantes ampliaciones del argumento: el desarrollo de un modelo
intercultural. En el capítulo tercero analizo la teoría socioestruc- de una sociedad de baja conflictividad en la que es normal un
tural y el conflicto y la violencia en sus manifestaciones internas manejo constructivo del conflicto y las importantes implicaciones
y externas, entrando seguidamente a desarrollar una serie de de la teoría intercultural del conflicto en cuanto al desarrollo de
hipótesis para ser comprobadas interculturalmente. Un examen un manejo efectivo del mismo.
idéntico de la teoría psicocultural se hace en el capítulo cuarto.

El análisis intercultural de los datos para comprobar las teorías


estructurales y psicoculturales comienza en el capítulo quinto, el
cual reseña los métodos utilizados en el estudio, define las me-
diciones claves del conflicto y describe la cultura del conflicto en UNTREF VIRTUAL | 9
Definición Descriptiva Del Conflicto
Capitulo 2: Conflicto, Cultura La cultura del
y El Método Intercultural El conflicto ocurre cuando las partes se hallan en desacuerdo conflicto
con respeto a la distribución de recursos materiales o simbólicos Las diferencias
Debido a las consideraciones abiertamente negativas que las y actúan movidas por la incompatibilidad de metas o por una interculturales
culturas occidentales tienen de los conflictos, nos resulta difícil profunda divergencia de intereses.1 En el conflicto son impor- en la práctica de la
distinguir las diferentes formas o niveles de conflictividad o los tantes tanto los elementos conductuales como los preceptúales.
violencia
distintos motivos de los contendientes. Debemos tener presen- Si consideramos únicamente las conductas, nos olvidaremos de
te, no obstante, que el conflicto en sí no es algo que sea desea- las motivaciones que subyacen en toda acción y si nos fijamos
ble o indeseable. Así como hay casos en los que es fácil afirmar sólo en las percepciones, seremos incapaces de distinguir situa-
Marc Howard Ross
que los costes del conflicto son demasiado altos para los ciudada- ciones en las que idénticas percepciones nos llevan a conduc-
nos y para la sociedad en general, hay otros en los que la ausen- tas diametralmente opuestas.
cia de conflicto tiene también su coste, como ocurre, por ejemplo,
en los regímenes autoritarios donde todo movimiento disidente es
despiadadamente reprimido. Al enjuiciar cualquier conflicto debe-
mos tener en cuenta no sólo los objetivos de cada bando, sino 1. La mayoría de las definiciones del conflicto se centran en la conducta. Por
ejemplo, según Morton Deutsch, el conflicto existe "siempre que aparezcan
también si hay formas menos costosas de conseguirlos.
actividades incompatibles [y]... una acción que es incompatible con otra im-
pida, obstruya, interfiera y lesione o de alguna forma haga que esta última
Este capítulo analiza los conceptos de conflicto y cultura y sien- tenga menos posibilidades de ser efectiva" (1973; pág. 10). Dentro de la defi-
ta el principio de que el conflicto es generalmente visto como nición de conflicto que nos dan Mack y Snyder (1967) está latente la esca-
comportamiento cultural. Las sociedades preindustriales del sez de recursos en una situación crítica donde las acciones de una de las
mundo presentan una gran variedad en cuanto a la intensidad partes están encaminadas a su propio beneficio en detrimento de las de-
más. Otros teóricos ponen menos énfasis en la conducta y se apoyan en las
de la conflictividad interna y externa y a la forma que ésta adop-
diferencias de objetivos o de percepciones. Bernard nos dice que el "conflic-
ta como resultado de la evolución social y biológica y de la inter- to surge cuando los seres humanos defienden metas, propósitos o valores
acción de cada sociedad con un entorno específico. El análisis que son incompatibles o excluyentes entre sí" (1953; pág. 38); por su parte,
intercultural del conflicto nos señala ciertas formas en las que Kriesberg apunta que "nos encontramos con un conflicto social cuando dos
las diferencias sociales y psicoculturales de las sociedades pue- o más de las partes creen que tienen objetivos incompatibles" (1982; pág.
den explicar dicha variedad. Utilizando como ejemplo el análisis 17). Pruitt y Rubin son más partidarios del enfoque perceptual, ya que nos
dicen que el "conflicto consiste en una percepción distinta de intereses o en
de la evolución de la cooperación de Axelrod, estudio cómo las
la creencia de que las aspiraciones actuales de las partes no pueden ser
investigaciones del conflicto o la cooperación -a nivel individual simultáneamente alcanzadas" (1986; pág. 4). El enfoque sobre la conducta
y societario- pueden ofrecer importantes percepciones interio- -esto es, sobre lo que la gente realmente hace- se apoya en un componente
res sobre el modo en que las prácticas e instituciones culturales que requiere una cierta comprensión y que ciertamente simplifica la meto-
afectan a la conducta; percepciones estas que son corriente- dología al evitar la difícil cuestión de los estados subjetivos que preceden la
mente pasadas por alto en análisis a un solo nivel. Por último, acción. Cuando la postura perceptual sugiere que las diferencias de intere-
ses son subjetivas, deja abierta la cuestión sobre el grado real de incompa-
llego al convencimiento de que la cultura que una sociedad tiene
tibilidad de los intereses, señalando un mecanismo clave mediante el cual
del conflicto define lo que la gente valora, las formas adecuadas
los conflictos aparentemente graves pueden tener solución. Estas definicio-
de conseguirlo, las posturas ante otros que busquen lo mismo y nes ponen de relieve que el conflicto no es una situación estática, sino más
las instituciones y prácticas que ayuden a determinar el curso de bien un proceso y que un importante elemento lo constituye el cambio en las
las disputas sobre cuestiones de valor. percepciones durante el transcurso de la controversia.
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No todos los conflictos son violentos, si bien la violencia es una diferentes acciones y percepciones asociadas a determinadas
característica de los conflictos políticos. No hay sociedad que se fases. Una forma de comparar la conducta conflictiva en diferen-
La cultura del
escape de la violencia o de la amenaza de su utilización. En al- tes sociedades es investigar la relativa importancia de las accio- conflicto
gunas sociedades la violencia puede ser un método normativa- nes mono, bi y multipartidistas en fases específicas o en ciertas Las diferencias
mente sancionado para hacer frente a una determinada situa- clases de disputas. interculturales
ción; como pasa, por ejemplo, con los jales de Nueva Guinea en la práctica de la
quienes permiten matar a un miembro de otro clan que a su vez
violencia
haya matado a uno de sus miembros (Koch, 1974). Hay casos El conflicto dentro del grupo
en los que la violencia no está autorizada y es porque ha falla- versus el conflicto entre grupos
do el manejo de un conflicto que implicaba la solución conjunta
Marc Howard Ross
de problemas o la toma de decisión por terceras partes. ¿Qué relación guarda el conflicto dentro de los grupos con el
qué ocurre entre ellos? Esta relación puede describirse teórica-
Los conflictos aquí tratados son acciones colectivas (no accio- mente de dos maneras. Una de ellas, que tiene que ver con el
nes individuales intrapersonales o interpersonales) que empren- principio psicológico de la generalización, pone de relieve cómo
den las partes cuando se enfrentan a intereses divergentes u los individuos o grupos propensos a la violencia o al compor-
objetos incompatibles.2 Ante una situación inaceptable la parte tamiento contencioso en un determinado ámbito de sus vidas (o
agraviada puede iniciar una acción unilateral; dos o más conten- con un conjunto dado de actores), se comportan de forma simi-
dientes pueden participar conjuntamente en la solución del pro- lar en otras esferas. El segundo modelo se basa principalmente
blema a fin de llegar a un arreglo aceptable para todos; o bien en factores estratégicos señalando que los actores no pueden
la disputa puede ser sometida a un tercero para que éste arbitre entrar a la vez en conflicto con otras muchas facciones. La dife-
una decisión de carácter vinculante. No olvidemos, sin embargo, renciación se convierte entonces en una estrategia crucial para
que nuestros complejos conflictos sociales están constituidos la supervivencia, ya que los grupos o individuos empiezan por
por una combinación de acciones mono, bi y multipartidistas.3 distinguir en su entorno entre posibles aliados y posibles opo-
La acción monopartidista (autoayuda) puede tomar la forma de nentes y actúan con ellos en consecuencia. Cada perspectiva
una manifestación de huida, inhibición, desobediencia y unilate- produce diferentes elementos de predicción acerca de la rela-
ral que puede ir desde la confrontación verbal hasta la violencia
física. En la solución conjunta de problemas el control sobre los
resultados estriba en los contendientes, los cuales a veces se 2. El examen del conflicto admite diferentes niveles. Aquí el énfasis reside en
comunican (no siempre directamente) entre sí con la ayuda de el nivel societario. El conflicto intrapsíquico y el intrapersonal no son menos
un tercero que actúa de intermediario, mediador o árbitro. La to- importantes, pero en este trabajo no son elementos centrales de mi interés;
asimismo sólo se le da una breve consideración al desarrollo de controver-
ma de decisiones por terceras partes es práctica común en pro-
sias específicas. Para ahondar sobre esta materia puede consultarse a Ross
cesos judiciales o burocráticos en los que la comunidad emite (1993).
su veredicto sobre los litigantes e impone sanciones para ase-
gurar el cumplimiento del mismo. 3. En Ross (1993) puede encontrarse una descripción más detallada del
manejo del conflicto mediante una acción mono, bi y multipartidista.
Aunque el término conflicto tiene la connotación de aconteci-
4. El conflicto puede ser considerado como las diferencias más básicas y
miento, es más útil concebirlo como un proceso que recoge la
difusas entre dos o más bandos, mientras que la disputa es una incidencia
secuencia de respuestas o reacciones que mutuamente experi- específica en la que toman acción las diversas partes contendientes. En la
mentan la partes en liza.4 Describir los conflictos como un con- práctica, sin embargo, los límites entre estos dos conceptos no están siem-
junto de etapas (Gulliver, 1979) conlleva la identificación de pre claros, por lo que es inevitable su utilización indistinta. UNTREF VIRTUAL | 11
ción existente entre el conflicto interno (dentro del grupo) y el demás personas con las que formaban grupo, se pudo apreciar
externo (entre grupos). La generalización enfatiza la continuidad que la gente hacía sistemáticamente juicios influenciados por su
La cultura del
a través de los límites y señala que las conductas que se apren- propio grupo cuando se le pedía que evaluara un trabajo su- conflicto
den en un determinado ámbito serán transferidas a otros. La puestamente hecho por los miembros de uno u otro grupo. Las diferencias
diferenciación se centra en métodos en los que las fuerzas pre- interculturales
sentes en cada área crean presiones opuestas; en efecto, las La identificación con el propio grupo es un proceso cognitivo de en la práctica de la
disensiones internas originan una acción concertada contra un adaptación social que hace posible relaciones prosociales tales
violencia
enemigo externo más problemático, mientras que la unidad in- como la cohesión social, la cooperación y la influencia (Turner,
terna hace más fácil la coordinación. De igual modo, la paz ex- 1968; pág. 67). Los grupos constituyen el mecanismo central que
terna puede dar lugar a que aparezcan desavenencias internas, da identidad a las personas; en vez de sostener que éstas "sa-
Marc Howard Ross
mientras que una amenaza del exterior puede atenuar dichas crifican" una porción de su identidad cuando forman parte de un
desavenencias. Las consecuencias que se extraen de las so- grupo, la perspectiva que aquí se adopta sólo ve posible la iden-
ciedades preindustriales -expuestas en el capítulo 7- nos ense- tidad positiva del individuo dentro del contexto de una segura
ñan que en lo referente a conflictos algunas sociedades son afiliación al grupo. De aquí la eficacia del ostracismo social como
generalizadoras y otras diferenciadoras siendo más frecuente mecanismo de control social (Gruter y Masters, 1986); la expul-
la generalización que la diferenciación. La cuestión estriba en sión o la exclusión del grupo y de sus actividades es algo terri-
conocer la razón. ble, no solamente por la amenaza que supone a la integridad
física del individuo, sino también debido a que la separación
desde un punto de vista emocional es intolerable.6 La noción del
Conflicto y evolución social individuo apartado del grupo es un producto del pensamiento
occidental y no de la experiencia humana en general.
La capacidad humana para el conflicto y la violencia está íntima-
mente ligada a una evolutiva inclinación humana para formar La evolución del conflicto y de la cooperación puede apreciarse
grupos sociales y desenvolverse dentro de ellos. Pruebas de la en términos de cómo afecta cada uno a la supervivencia de pe-
habilidad humana para constituir fácil y rápidamente grupos, así queños grupos familiares de cazadores y cosechadores. Los
como de la influencia que éstos ejercen en el comportamiento grupos que coordinan las actividades de subsistencia y compar-
de sus miembros, se encuentran en todas partes. El especializa- ten los recursos y el conocimiento, suelen tener más éxito que los
do laboratorio y los experimentos naturales de Sherif y sus cola- que no lo hacen. Igual ocurre con la cooperación en el grupo pro-
boradores, particularmente los de Robbers Cave, nos demues- pio, que tiende a elevar la capacidad del mismo en cuanto a de-
tran de forma palmaria como individuos desconocidos entre sí fenderse de depredadores y otros grupos. Bigelow (1973) sostie-
no sólo pueden desarrollar tales grupos, sino también la capaci-
dad para realizar acciones concertadas y un fuerte sentido de 5. Este estudio inevitablemente da pie a que nos hagamos algunas pregun-
identidad con el grupo propio (Sherif y otros, 1988).5 En los ex- tas lógicas. Por ejemplo: ¿hubiese sido igual (o diferente) el patrón de forma-
perimentos sobre grupos mínimos de Henri Tajfel y sus colegas ción del grupo propio y el de hostilidad al grupo ajeno seguidos por la coope-
(Brown, 1986 y Tajfel, 1981) se encuentran pruebas incluso más ración de todo el grupo, si los participantes en el experimento hubieran sido
contundentes en lo que se refiere a la predisposición a formar mujeres en vez de hombres? ¿Adultos en lugar de niños de once años?
¿Qué hubiese pasado en caso de existir una heterogeneidad racial o de no
grupos. En estos experimentos los sujetos son asignados a un
ser los participantes estadounidenses?
grupo o a otro según razones arbitrarias e intrascendentes, co-
mo por ejemplo que prefieran un cuadro de Klee o de Kandins- 6. Véase, por ejemplo, la descripción que hace Turnbull de este mecanismo
ky. A pesar del hecho de que no conocían con anterioridad a las en relación con el pueblo mbuti del Zaire (Turnbull, 1961 y 1978). UNTREF VIRTUAL | 12
ne que la capacidad para la agresión al grupo ajeno ha evolu- pos e individuos que la que pudiera permitir la selección biológ-
cionado a tenor de la habilidad para incrementar la cooperación ica por sí sola. Por ejemplo, Campbell (1975 y 1983) argumenta
La cultura del
en el grupo propio. Aunque, si bien se mira, la capacidad de coo- que las normas e instituciones religiosas aumentan la cooperación conflicto
peración y conflictividad no tiene nada que ver con la presencia y disminuyen la conflictividad entre los que no tienen parentesco. Las diferencias
de las mismas. Dado que la evidencia etnográfica nos muestra interculturales
la gran variedad de niveles y formas que puede adoptar el con- Debido a la compleja interacción que existe entre la evolución en la práctica de la
flicto, seguimos dándole vueltas a la cuestión de cómo llegar a biológica y la cultural y debido también a que cada proceso tiene
violencia
comprender las condiciones que motivan los conflictos. Por otro sus entornos particulares, las sociedades humanas exhiben un
lado, el conocimiento de que los humanos tienen capacidad agre- tremendo repertorio de conductas de cooperación y de conflic-
siva, nos dice muy poco acerca de las formas o niveles de agresión to. En las sociedades preindustriales -principal foco de atención
Marc Howard Ross
a no ser que conozcamos algo más sobre su contexto particular. de este trabajo- las capacidades desarrolladas hacen posible
muchas conductas diferentes. Intentar comprender el orden que
La evolución biológica y social puede promover la cooperación se esconde en esta variedad es, por supuesto, el móvil más im-
intragrupo y el conflicto intergrupo, pero también puede trabajar portante de nuestro análisis.
a ritmos distintos, operar a través de diferentes mecanismos,
ocurrir a distintos niveles y a veces intervenir en direcciones
opuestas. La evolución biológica es darwiniana (basada en una El Conflicto Como Comportamiento Cultural
variación a ciegas y en una conservación selectiva); la evolución
social, por otro lado, es lamarckiana (basada en una innovación El conflicto y la cooperación ocurren en asentamientos cultur-
a propósito y en una conservación seleccionada) (Goldschmidt, ales específicos. La cultura consiste en determinadas prácticas
1976). Según esto, la evolución biológica es a menudo lenta y la y valores comunes a una sociedad en particular que vive en un
social rápida. Además, el consenso entre los biólogos evolucionis- lugar perfectamente delimitado.8 Es un producto compartido y
tas es el de que mientras la unidad de selección en la evolución colectivo que proporciona un repertorio de acciones y un patrón
biológica es el gene individual, la selección del grupo puede ocu- de medida con el que se pueden aquilatar las acciones de otros
rrir en la evolución social (Campbell, 1983; Boyd y Richerson, (Avruch y Black, 1991; Wildavsky, 1987 y 1989). La cultura tiene
1985; Barkow, 1989). En consecuencia, si nos atenemos únicamen- a menudo su manifestación en rituales y símbolos que invocan
te a las bases biológicas, sólo podríamos esperar que hubiese respuestas comunes y que unen fácilmente los intereses y las
cooperación en grupos muy pequeños de personas íntimamente acciones de los individuos con los de una colectividad más gran-
relacionadas, mientras que los poderosos procesos sociales y cul-
turales pueden dar lugar a unas unidades efectivas de coopera-
ción bastante más grandes. Los procesos sociales y culturales
7. Barkow (1989) trata expresamente de la "inadaptación"; o sea, aquellas
no sólo pueden definir grupos propios más extensos que los que prácticas culturales que parecen pasar por alto lo que quedaría favorecido
puedan definir los parentescos biológicos, sino que también lo basándose solamente en consideraciones biológicas.
hacen aquellas instituciones sociales y culturales que no tienen
en cuenta las tendencias de evolución biológica (Ross, 1991). 8. Esta amplia definición de cultura -que no difiere de la famosa de Tylor- in-
En este sentido, la evolución cultural puede trabajar "contra" la cluye específicamente tanto creencias y normas sobre la acción como com-
portamientos y prácticas institucionales. Como científico político, preferiría
evolución biológica (Barkow, 1989; Boyd y Richerson, 1985).7
no entrar en una discusión en torno a un concepto central propio de otra dis-
Como resultado de la evolución social, los seres humanos han ciplina; por ello, remito al lector a Kroeber y Kluckholn (1952) y a escritos
desarrollado una serie de instituciones que promueven el com- antropológicos más recientes sobre el tema. Para conocer más sobre cultura
portamiento cooperativo entre una gama más extensa de gru- y conflicto consúltese Avruch (1991) y Avruch y Black (1991). UNTREF VIRTUAL | 13
de (Laitin, 1986 y Kertzer, 1988). Ver los conflictos como una mas de conflicto. Casi todas las culturas tienen claras expectati-
conducta cultural nos ayuda a explicar por qué las disputas so- vas sobre lo que un bando debe hacer cuando surgen reivindica-
La cultura del
bre asuntos similares aparentemente trascendentales tienen un ciones, a quién se tiene que recurrir para conseguir ayuda y si es conflicto
manejo dispar según la cultura. o no apropiado implicar a toda la comunidad. Un ataque físico a Las diferencias
un pariente, por ejemplo, puede dar lugar a una venganza física interculturales
La cultura del conflicto se refiere a las normas, prácticas e insti- en una cultura, a una reunión comunitaria a fin de discutir el en la práctica de la
tuciones específicas de una sociedad relacionadas con la con- asunto en otra y a una apelación a las autoridades en una terce-
violencia
flictividad.9 La cultura define lo que la gente valora y lo que le ra. Las prácticas para tratar los conflictos dentro y fuera de las
mueve a entrar en disputa, indica asimismo formas adecuadas instituciones existentes, reflejan los valores culturales básicos.
de comportamientos en determinadas clases de controversias y
Marc Howard Ross
configura las instituciones en las que dichas controversias son Las asunciones culturales que subyacen en el conflicto son saca-
procesadas. En resumen, la cultura del conflicto abarca aquello das a la luz en la comunicación que se establece entre las partes
por lo que la gente lucha dentro de una sociedad, los rivales enzarzadas en la disputa (Gulliver, 1979). A veces los mensajes
contra quienes lucha y el resultado de la contienda. intercambiados son susceptibles de interpretación porque los
contrincantes participan de un marco cultural de referencia úni-
La cultura perfila lo que la gente considera de valor y digno de co. Ciertos mensajes pueden parecer demasiados crípticos para
luchar por ello; en esto se encuadra, por ejemplo, la inversión en los de fuera, pero para los contendientes no cabe duda de que
determinados bienes, el status social, los cargos o también las tienen una clara significación cultural. El conflicto no sólo ocurre
acciones que tengan una valiosa significación. Aunque los econo- dentro de un marco cultural común de referencia, sino también
mistas son aficionados a reducir los diversos valores a un están- entre grupos e individuos que proceden de diferentes culturas y
dar común de referencia, es muy probable que el análisis cultural que comparten muy pocas creencias. Bajo estas condiciones, el
se mueva en la dirección opuesta, esto es, inquiriendo por qué conflicto puede aparecer cuando cada facción sólo hace caso de
unos objetos o puestos dados toman el valor que toman en unos
determinados enclaves (Wildavsky, 1991 y 1992). Una investi-
9. Están aquellos que creen que lo último que las ciencias sociales necesi-
gación sobre las elecciones estratégicas de los elementos ac-
tan es otro concepto, especialmente uno que sea tan genérico que a veces
tuantes que no tenga en cuenta los enclaves culturales en los parezca que lo explica todo y otras que no explica nada. La controversia en
que dichas elecciones se hacen, no puede explicar por qué y de torno al concepto de la cultura de la pobreza es instructivo en este aspecto.
qué forma se establecen los intereses de los individuos y de los Cuando Lewis (1966) describió la cultura de la pobreza en La vida, la reac-
grupos. Las diferencias culturales pueden dar razón de por qué ción de los científicos sociales incluía la repulsa de su condenación del
la gente en un determinado marco siente que sus intereses se pobre (la de Lewis) por una situación que no había ni originado ni escogido,
ignorando completamente de este modo fuerzas más potentes e incontrola-
encuentran amenazados por una cierta circunstancia, mientras
bles mantenedoras de los niveles de pobreza (Valentice, 1968).
que en otro lugar, los individuos enfrentados a lo que parece ser La utilización que hago de la noción "cultura del conflicto" difiere de varias
una circunstancia idéntica, no creen ni por asomo que sus inte- maneras de la exposición que hace Lewis del concepto "cultura de la pobre-
reses estén en peligro. za". Y lo que es más importante, yo me he dedicado a destacar los patrones
culturales de comunidades más autónomas, mientras que Lewis ha descrito
La cultura afecta a la conducta conflictiva cuando sanciona cier- una cultura minoritaria dentro de una sociedad más amplia. En segundo
lugar, la literatura que versaba sobre la cultura de la pobreza no sólo des-
tos métodos para perseguir intereses de individuos o de grupos
cribía un patrón cultural, sino que también la condenaba como patológica.
y desaprueba otros. Los antropólogos saben, por ejemplo, que Aunque yo generalmente prefiero más bien fijarme en niveles bajos de con-
la guerra entre tribus toma una forma altamente estilizada en la flictividad que en altos, no siempre es éste el caso, por lo que he tratado con
mayoría de los enclaves culturales. Lo mismo pasa con otras for- todo cuidado de separar mi análisis de tales juicios. UNTREF VIRTUAL | 14
su propia interpretación de los acontecimientos, a veces sintien- alzado para que el análisis político incluyera datos sobre socie-
do agravio por posturas o acciones que no son en modo alguno dades tradicionales (Easton, 1959; Friedrich con Horowitz, 1968),
La cultura del
intencionadas (Cohen, 1990 y 1991). muy pocos de estos análisis han llegado a realizarse (Scott, 1972; conflicto
Bates, 1983; Masters, 1964 y Barkun, 1968). Las teorías que es- Las diferencias
El impacto de la cultura en el conflicto aparece a muchos nive- tán respaldadas por datos procedentes de una muestra de ca- interculturales
les. A nivel societario puede apreciarse en las diversas normas, sos que difiera de aquella sobre la que estaban originariamente en la práctica de la
prácticas e instituciones presentes en las sociedades de todo el basadas, ganarán sin duda en credibilidad. Otras teorías, sin
violencia
mundo. A nivel de disputas individuales, la cultura influye en la embargo, requerirán ser modificadas o serán consideradas apro-
elección de estrategias y tácticas por parte de los contendien- piadas según qué contexto. Por último, tengo que decir que
tes. Además de esto, la cultura puede determinar las diferentes siempre me he sentido impresionado por el postulado antropo-
Marc Howard Ross
asunciones de los contrincantes sobre las recíprocas acciones lógico de que estudiar lo que al parecer más se aparta de nues-
o intenciones. El hecho de destacar en el conflicto -como hago tra vida cotidiana nos permite comprender mejor partes de no-
yo aquí- las diferencias que se producen a nivel societario, nos sotros mismos, siendo por lo visto este postulado especialmente
invita a pensar que aquellos marcos comparativos que hacen aplicable al pensamiento que gira en torno al conflicto.
poco o ningún uso de la idea de la variación cultural pueden ser
significativamente mejorados cuando las diferencias culturales
en valores o procedimientos sean integrados dentro de su enfo-
que conceptual. Este marco no sólo permite la comprobación
intercultural de las teorías, sino también apuntar formas por las
que la cultura puede afectar a patrones anteriormente conside-
rados como invariables.

Estudio Intercultural Del Conflicto

Los científicos políticos raramente se han preocupado de anali-


zar el conflicto en las sociedades pequeñas, objeto éstas más
bien del estudio de los antropólogos. Hay, no obstante, impor-
tantes razones para corregir esta omisión. En primer lugar, una
muestra a escala mundial de sociedades preindustriales, per-
mite investigar una amplia variedad de conductas y estudiar ca-
sos que representen las formas en las que los seres humanos
han vivido una gran parte de nuestra historia evolucionista. En
segundo lugar, da pie para examinar las teorías del conflicto en
sus modalidades intra e intergrupo a la luz de una nueva eviden-
cia. Tal como Friedrich y Horowitz arguyen "cualquier teoría polí-
tica eminentemente comparativa necesita hacer el mayor uso
posible de esa clase de datos relativos a las sociedades primiti-
vas y que los antropólogos están en disposición de facilitar" (1968;
pág. 545). Hoy en día, empero, a pesar de las voces que se han UNTREF VIRTUAL | 15

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