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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE HONDURAS

“UTH”

CATEDRATICO:

José Rolando Herrera Mercadal

ENSAYO

Ensayo de los Contratos y otras fuentes de las obligaciones

ESTUDIANTE:

Luis Kaled Sauceda Galeas

CLASE:

Derecho Romano

FECHA:

13 de Noviembre del 2023


El Contrato en el Derecho Romano

En el Derecho Romano, los contratos eran algo que ayudaba a las personas a cumplir, obligar,
crear o extinguir obligaciones.
Un contrato se podría decir que es una especie de pacto entre dos o más personas que
tienen un objetivo en común. Este pacto se cumple por penalidades que da la ley si se llegase
q incumplir. Esa era la diferencia entre el pacto y el contrato, que el contrato tenía elementos
jurídicos. Hay dos tipos de elementos, los esenciales y los comunes.
Los elementos esenciales son 5:
Sujeto, son las personas que intervienen en la negociación. Esta puede ser entre dos o más.
Osea que son las partes actoras del contrato. con el tiempo se aceptó, en la época del derecho
justiniano tener terceras partes participes en el contrato, aunque su actuación era limitada a
circunstancias especiales. los romanos no estaban muy acostumbrados a la representación
jurídica, ya que lo tradicional era que los contratos se trataran entre las partes actoras, para
ellos usar un representante jurídico no era tan necesario. Pero si decidía usar un representante
jurídico, había dos tipos de representaciones, la directa que Se presenta cuando el
representante obra a nombre del representado, de modo que los efectos jurídicos se radican
directamente en cabeza de éste. Y la indirecta que consistía en que el representante actúa por
cuenta del representado, pero, sin embargo, no va a actuar en nombre del mismo, sino que
realiza el negocio jurídico con el tercero en nombre propio.
Para que un romano pudiera realizar un contrato tenía que tener capacidad jurídica, osea,
ser sui iuris, así que los únicos capaces de ser partícipes de un contrato eran los hombres
libres. Ser mujer, menor de edad, tener una enfermedad mental o practicar la prodigalidad
hacía imposible tener capacidad para realizar un contrato. Los hijos de un pater también
podían realizar contratos, si era con familiares no había forma más que la natural de hacerlos
cumplir sus obligaciones y sí era con personas que no eran familiares, estos podían proceder a
obligarlo una vez terminara de estar bajo la patria potestad.
El segundo elemento es el consentimiento, que es la aprobación de los implicados a
cumplir el contrato. Ahora, el error de derecho en un contrato sucedía cuando una persona
alegaba la disolución del contrato por desconocer las leyes, pero esto no llevaba a la
disolución del contrato, porque, aunque la parte infractora no conociera la ley, la ley existe, y
eso no es culpa de la otra parte, pero eran flexibles respecto a esto si el acto podía llevar a un
peligro. Esto abre la posibilidad de poder agrupar los tipos de errores de hecho. Los errores de
hecho sobre la naturaleza del contrato, era cuando ambas partes estaban celebrando un
contrato diferente, esto llevaba a la finalización del contrato y se devolvía a cada uno su parte.
Los errores sobre la indicación del objeto, se referían a si el objeto en cuestión cumplía con la
calidad acordada. Erro sobre indicación del objeto, estos se daban cuando las partes no
pensaban en el mismo objeto, entonces se disolvía, pero si las partes pensaban en el mismo
objeto, esto no afectaba, porque se adquiría lo acordado, si no hablaban del mismo objeto,
entonces el trato se disolvía. Errores de la persona, que era cuando la persona no cumplía con
las cualidades que se esperaban. Errores de causa, que era cuando se equivocaban en las
intenciones para realizar el contrato. Por otra parte, dentro del consentimiento se tenía que
tener en cuenta el dolo, que era la astucia o engaño de una parte en contra de la otra; esto
pasaba cuando una de las partes quería sacar más provecho de la negociación mediante la
astucia o el engaño. Otro aspecto era la intimidación, que se entiende a la celebración de un
contrato por medio de la amenaza o violencia; se podía apelar demostrando tal
acontecimiento, y si el pretor le daba el beneficio de tio quod metus causa, no se disolvía el
contrato, pero el infractor quedaba obligado a pagarle 4 veces la suma acordada en el contrato.
Si la amenaza iba contra una mujer o un menor, el contrato se daba por finalizado. Y por
último el consentimiento podía darse por la lesión, que se entiende como aprovecharse de la
ignorancia o difícil situación económica de la otra parte, a diferencia del dolo o la
intimidación, la única presión que existía era la de la persona pobre por verse forzada a
realizar un contrato debido a su necesidad.
El tercero de los elementos esenciales es el Objeto. Este se entiende como el acto, la acción
o a lo que está obligado a hacer una de las partes. Prácticamente es por lo que se da el
contrato. Le objeto debe cumplir 4 requisitos, lícito, posible, determinable en dinero y
determinado.
El cuarto elemento es la Causa, esta es el porqué de la realización del contrato. Esta causa
debe de estar en sintonía con la ley, ya que a simple vista un contrato podría parecer lícito,
pero en realidad podría estar en contra del espíritu de la ley.
Y el último de los elementos esenciales es la forma, esta era la parte más importante para los
romanos, y se refería a la composición que tenía que tener todo contrato. Es decir, los
requisitos que harían valido ese contrato.
Ahora bien, la otra clase de elementos son los comunes o no esenciales, y el contrato se puede
dar sin ellos. El primero de los elementos comunes es la condición, que es un acontecimiento
futuro de realización incierta. Si el contrato depende del cumplimiento de este acontecimiento
será una condición suspensiva, por el contrario, si la finalización del contrato depende de esta
condición, estaremos hablando de una condición de carácter resolutorio. Independientemente
de si hablamos de una condición resolutoria o suspensiva, las condiciones se pueden dividir
en 3:
Será potestativa cuando su realización dependa única y exclusivamente de la voluntad de la
persona que debe realizarla; casual cuando su realización sea independiente de la voluntad del
interesado y será mixta cuando su realización esté sujeta a la voluntad de las partes afectadas,
más un
acontecimiento ajeno a ellas.
El segundo elemento común es el término, que es un acontecimiento futuro que se va a
realizar. Si el acontecimiento marca el comienzo del acuerdo será suspensivo, y si el
acontecimiento es lo que marca el fin del acuerdo, sería un término resolutorio.
Por último, el modo o carga es el tercer elemento común, que es el beneficio del acuerdo
que se puede dejar a un tercero. Con el tiempo se crearon leyes para que se realizara su
cumplimiento.
Teniendo claros los elementos de del contrato, se puede hablar de la Nulidad de un contrato
y su anulabilidad. Un contrato era nulo cuando faltaba alguno de los elementos esenciales,
esto porque sin esos elementos el contrato no tenía validez jurídica, por lo tanto, no se podía
llevar a cabo. La anulabilidad se daba cuando los elementos esenciales del contrato contenían
algún vicio. Solo la parte afectada podía pedir la anulabilidad o un tercero al que afectara el
contrato.
Los contratos pueden ser clasificados en dos tipos principales, nominados e innominados.
Los contratos nominados son aquellos que poseen un nombre o denominación que permite
su identificación y, de manera correlativa, diferenciarlos de otros.
Por su otra parte los contratos innominados son acuerdos contractuales que no tienen una
regulación específica en la ley, sino que se rigen por las normas generales de la contratación.
Los contratos nominados a su vez se pueden dividir en: verbis, litteris, re y consensu.
Contratos verbis o verbales: Son acuerdos que se daban de forma oral entre las partes. El
problema es que no había forma legal de hacer cumplir a las partes. Hay 3 tipos de contratos
verbis: los negocios per aes et libram, la dictio dotis, la promissio iurata liberti y la stipulatio.
Los Negocios pec aes at libram, que era utilizada en los primeros tiempos de los romanos,
y consistía en el pronunciamiento de ciertas palabras solemnes y la utilización de una balanza
y un pedazo de bronce. Esto se realizaba en presencia de testigos y el libripens, que sostenía
la balanza.
El Dictio dotis era el dote que daría un paterfamilias a su hija al contraer matrimonio.
Promissiu iurata liberti era a lo que se comprometía un esclavo manumitido para con su
antiguo amo.
Stipulatio, Consiste en la promesa efectuada por las partes sujeta a determinadas fórmulas
y solemnidades, existiendo una congruencia entre la pregunta efectuada por uno de los sujetos
y la respuesta dada por el otro, quedando así perfeccionado el contrato. Por ejemplo, una de
las partes preguntaba: “¿prometes darme dos monedas de plata el día primero de los idus de
marzo?”, y la otra respondía: “sí, te lo prometo”, con lo cual quedaba formalizada la
estipulación.
Contratos litteris o escritos: son acuerdos o contratos que se daban de forma escrita entre
las partes. Y había dos clases de contratos litteris, los Nomina transcriptiva que eran contratos
unilaterales y de estricto derecho, que tenían por objeto una determinada cantidad de dinero;
por ello, estaban protegidos por la condictio certae pecuniae para exigir su cumplimiento. Y
los Síngrafos y quirógrafos: los síngrafos, se redactaban por partida doble, quedándose una
copia en poder del acreedor y la otra en poder del deudor; en cambio, los quirógrafos
constaban en un solo ejemplar, que permanecía en poder del acreedor.
Contratos re o reales: Estos contratos se perfeccionan mediante la entrega de la cosa, pues
sólo después de entregado el objeto, quien lo recibe queda obligado a restituirlo Estos
contratos son cuatro: mutuo, comodato, depósito y prenda.
Mutuo: Este cintrato consistía en que el mutuamente, le transfiera a otra, llamada
mutuario, un bien medible, contable, con la finalidad de que el mutuario le devuelva un objeto
semejante como, por ejemplo, trigo, vino, dinero, etc.
Comodato: Consistía en el préstamo de un objeto, este préstamo lo realizaba el
Comodante, que era dueño del objeto, y el Comodatario, que era a quien se le prestaba el
objeto tenía que devolverlo en las condiciones que el comodante se lo presto dentro del plazo
estipulado. El comodante tendrá en su favor la actio commodati directa, la cual se podrá
ejercer para que le sea devuelto el objeto dado en comodato y para reclamar los daños y
perjuicios que se le hubieren ocasionado Por su parte, el comodatario tendrá en su beneficio la
actio commodati contraria, para reclamar los gastos extraordinarios surgidos con motivo de la
conservación de la cosa, así como los daños y perjuicios ocasionados, con la ventaja de poder
retener el objeto, en tanto el comodante no cumpla con su obligación.
Depósito: El contrato de depósito es un contrato mediante el cual el depositante cede la
tenencia de una cosa al depositario para que se encargue de custodiarla, debiendo este
restituirla cuando el depositante la reclame. El depositario tiene la obligación de regresar el
objeto en las condiciones al momento de hacer el depósito, excepto si los daños que sufrió el
objeto son por fuerza mayor, ósea de algo no controlado o por el descuido del depositario.
Ahora bien, si el objeto sufrió algún tipo de daño, el depositante puede pedir una
indemnización por daños y perjuicios que se ocasionaron al objeto o bien por el descuido del
depositario.
Prenda: La prenda es un derecho real de garantía que se puede constituir sobre
determinados bienes de una persona que se obliga como deudor. Mediante un contrato de
prenda, el acreedor podrá retener el bien que el deudor entrega como garantía hasta que
cumpla con la obligación pactada. La función de la prenda es garantizar el cumplimiento de
una obligación, es decir, el pago de la deuda de una persona hacia otra. El acreedor prendario
se obliga a restituir la cosa dada en prenda en el momento en que el deudor cumpla con su
obligación, así como a pagar intereses y daños, si el objeto llegara a sufrirlos por haberlo
utilizado en su beneficio, ejerciendo el dueño de la prenda, en caso de incumplimiento, una
actio pignoratitia directa Por su lado, él estará obligado a reembolsar al acreedor prendario los
gastos que hubiese efectuado para la conservación de la cosa; de no hacerlo, el acreedor
prendario tendrá la facultad de ejercer una actio pignoratitia contraria para hacerse reembolsar
los gastos efectuados, gozando además del derecho de retención de la prenda.
Contratos consensu o consensuales: Era un contrato consensual mediante el cual una
personada, llamada vendedor (venditor), se obliga a transmitir a otra persona, llamada
comprador (emptor), la posesión de una cosa (merx), manteniendo a este último en el goce
pacífico de la misma, a cambio de una suma de dinero (pretium) que también se obligaba a
dar en propiedad al vendedor. Por lo que tenemos un comprador, un vendedor, un objeto y un
precio; el fin primordial era el intercambio de cosas corporales, o no, por dinero. Siendo,
entonces, los elementos esenciales de la venta el consentimiento de las partes, la cosa u objeto
vendido y el precio. Las características de la compraventa eran un contrato consensual,
principal, bilateral perfecto, de buena fe, a título oneroso y del derecho de gente. Pueden ser
objeto de compraventa todas las cosas que están dentro del comercio. El precio es el elemento
que sirve para diferenciar la compra-venta de la permuta. Debe consistir en una suma de
dinero, y debe ser efectivo y no simulado. Incluso se habló que tiene que ser un precio justo.
Compraventa: la compraventa (emptio venditio) puede ser definida como aquel contrato de
buena fe por medio del cual una persona llamada vendedor se obliga a transferir a otra
llamada comprador, la posesión libre, completa y duradera de una cosa determinada, mediante
el pago de una cantidad cierta y en dinero. Todas las cosas dentro del patrimonio del
individuo puede ser objeto de compraventa. El precio deberá ser en dinero, en relación al
valor del objeto y justo, porque si fuera en bienes o servicios no sería la misma figura
contractual.
Locatio conductio: es un contrato sinalagmático y de buena fe, por el cual una persona se
compromete a proporcionarle a otra el goce temporal de una cosa no consumible, o bien a
ejecutar en favor de ella un determinado trabajo mediante una retribución periódica y en
dinero. La persona que se compromete a proporcionar la cosa o a efectuar el trabajo se llama
locator (equivale al concepto de arrendador); el que paga el precio del alquiler se llama
conductor (arrendatario o inquilino).
Esos serían los contratos nominados. Pero existe la otra categoría de contratos, los
innominados. Son contratos que se apartan de las figuras tradicionales y se agrupan en cuatro
clases distintas:
Permuta: Contrato por el cual un contratante transfería al otro la propiedad de una cosa,
para que éste le transmitiera la propiedad de otra.
Aestimatum (contrato estimatorio): Contrato por el cual el propietario de una cosa, después
de valuarla o estimarla, la entregaba a otra persona con el fin de que la vendiera y le entregara
un precio, o se la devolviera si la venta no se realizaba.
Precario: Una persona, a petición de otra, le concedía el uso de una cosa, para que la
devolviera en el momento en que se la reclamara. Este contrato se parece al de comodato,
pero es diferente en que para su existencia es necesario que el precarista lo solicite al
concedente y en que éste puede revocar el precario en el momento en que lo desee, incluso
habiéndose fijado plazo.
Transacción: Las partes, haciéndose concesiones recíprocas, terminaban una controversia
presente o evitaban una futura. La transacción debía reunir los siguientes requisitos: Primero
que existiere un derecho incierto y segundo, que hubiera concesiones recíprocas. La
transacción sólo se podía anular si sobre el asunto ya había una sentencia anterior y ésta no
fuese conocida por las partes.
En el derecho romano aparte de los contratos existían delitos privados que afectaban
directamente a los contratos. Los delitos privados (delictia) se perseguían a iniciativa de la
parte ofendida, castigados con una multa privada otorgada a favor de la víctima y que ésta
podía reclamar a través de un juicio ordinario. Los delitos privados daban lugar a una relación
de tipo obligacional, en la que la víctima figuraba como acreedor (de la multa privada) y el
delincuente como deudor. Y esto era importante porque los contratos formaban parte de este
derecho privado, ya que el pacto o contrato era entre dos, no era público, por lo tanto, no
podía ser un delito público (crimina). Entre los delitos privados del derecho civil encontramos
el robo (furtum), el daño en propiedad ajena (damnum iniuria datum) y lesiones (iniuria). Y
en el derecho honorario encontramos los delitos privados: Rapiña, intimidación, dolo y fraude
a acreedores.
Ahora explicare otra figura diferente pero parecida a los contratos, los cuasiciontratos.v
El Cuasicontrato es una de las fuentes de las obligaciones que consiste en la aceptación de
un acto voluntario de la persona que se obliga, lícito y de carácter no convencional, que hace
nacer obligaciones. Asimismo, puede darse el caso de que estemos en presencia de un
cuasicontrato sin que exista obligación, como ocurre con los actos voluntarios de mera
liberalidad o realizados sin causa. Se trata una relación jurídica obligatoria "ex lege", es decir,
es la propia ley la que genera la obligación al otorgar eficacia obligatoria a una serie de actos
voluntarios de un sujeto respecto de otro.

Como conclusión, vemos que el contrato era una figura jurídica en Roma muy importante;
estaba presente en el día a día de las relaciones entre personas. Su importancia radicaba en la
regulación de estos acuerdos o voluntades entre las personas. Aunque el pacto era muy
aceptado y el contrato una figura muy nueva para los romanos que estaban acostumbrados a
hacer todos sus acuerdos de forma oral, este último les daba la ventaja de poder obligar el
cumplimiento del acuerdo ya que el contrato era reconocido por la ley, tratándose por la vía
del proceso privado de delitos. El contrato en sus diferentes categorías ayudó a los romanos a
poder hacer más serio lo que sucedía entre dos personas y aplicar justicia a las posibles
complicaciones que existían en esos acuerdos.

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