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Paginas 242- 298 del libro lecciones de derecho romano.

Presentado por

Camila Andrea Campos Trujillo

Facultad de derecho, primer semestre

Universidad Cooperativa de Colombia

Neiva, 12 de abril del 2023


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CAPITULO X

Obligaciones nacidas de los contratos Convención.

1. NOCION GENERAL DE LA OBLIGACION Y DEL CONTRATO.

La convención es base y elemento esencial del contrato: Convención viene del


sinónimo de convenio o de pacto, al cual tiene como definición que es consentimiento o
acuerdo de dos o más personas acerca de un mismo propósito. No puede haber contrato sin
convención, aun cuando si pueden existir convenciones que no constituyen un contrato.

Las personas que celebran una convención deben dirigirse a crear, modificar o
extinguir una obligación. La Convención, también llamada pacto o convenio no bastaba
por sí sola producir obligaciones entre las partes. Para esto era necesario que la Convención
estuviera determinada a exigidas solemnidades por el Derecho civil. El contrato era una
convención reconocida y sancionada por la ley, como generadora de obligaciones entre las
partes.

2. ELEMENTOS ESENCIALES DEL CONTRATO.

Los elementos esenciales de un contrato son aquellas partes las cuales no puede
existir el contrato. Estos elementos de contrato fueron: el consentimiento, la capacidad y el
objeto.

CAPITULO XI

El consentimiento

1. DEFINICION Y REQUISITOS.

Al realizar un contrato, ambas partes involucradas realizan una manifestación de su


voluntad. Por tanto, cualquier hecho o actitud que interfiera a la libertad plena de la
voluntad de la persona constituye un vicio del consentimiento.

El consentimiento debe reunir las siguientes condiciones:


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1. Debe emanar recíprocamente de las personas de los contratantes: la promesa de


uno solo de los contratantes, es decir, de una sola parte, es denominada Pollicitatio (que es
la promesa de un solo oferente).

2. El consentimiento de todos los contratantes debe dirigirse hacia un mismo objeto


en común.

3. El consentimiento debe emanar de la voluntad libre de cada contratante y de un


conocimiento pleno del objeto del contrato.

2. El error

Según las condiciones del consentimiento, se establecieron dichas causas que


anulaban totalmente el consentimiento.

1. El error en cuanto a la naturaleza del contrato llamado error in natura


conventionis O error in negotio. Este error era cuando las partes se equivocaban respecto de
la clase de contrato que cada uno quería celebrar, es decir, no había un mismo propósito (no
estaban de acuerdo) para elegir el contrato que se iba a celebrar, por lo tanto, se daba a
entender que no había un consentimiento por ambas partes.

2. El error en cuanto el objeto del contrato denominado error incorpore. Era cuando
las partes contratantes discrepaban en cuanto el objeto mismo del contrato. Lo anterior,
dicho, se da a entender que no se dirigían hacia un mismo objeto, por lo cual, quedaba
excluido el consentimiento.

Existían otras clases de error:

a) El error in substantia, qué tenía lugar cuando las partes se equivocaban. Respecto
a una calidad esencial del objeto. En beneficio de la equidad, este error se asimilaba a las
causas de estructuras del consentimiento siempre que se produjera en un contrato de
compraventa y que fue invocado por el comprador.

b) El error in persona, Eso es entendida cuando los contratantes se equivocaban


respecto a la persona física determinada con quien querían contratar. Un error relacionado
con una persona que busca un contrato no viola el acuerdo a menos que la consideración de
esa persona sea la razón principal del contrato. También nos hablaba y nos ponía de
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ejemplo que el contrato de sociedad también mira las determinadas condiciones y


cualidades de la persona para poder arrendar o prestar los servicios que se ofrecen, al igual
que el contrato gratuito.

3. DOLO Y VIOLENCIA.

a) El dolo. El dolo son los manejos fraudulentos desarrollados por una persona con
el fin de inducir a otra por medio de ellos a prestar su conocimiento en un contrato. Se
puede decir más a fondo que el dolo es algo antijurídico o que va en contra de las leyes o de
la norma. Cabe aclarar que no perjudica haber tenido intención, sino que has seguido con el
hecho con realizarlo.

Existe el dolo contractual, y se distinguieron dos casos distintos: El dolo que


provenía de una de las partes y cuando era obra de tercero. En el primer caso, el dolo no
viciaba al consentimiento sino cuando, celebrado el contrato por medio de la stipulatio
verbis el acreedor hacia insertar a lo que se llamó a la cláusula doli. Esta cláusula no
aprovechada, sino al acreedor que quisiera deshacer el contrato. El deudor queda en
completo desamparo contra el dolo contractual del acreedor.

Lo anterior dicho, pasaba por encima de la equidad, por eso el pretor reaccionó y
estableció por los contratos de buena fe un sistema distinto. En los cuales se presentan tres
recursos diferentes:

1. La actio doli, el deudor que no hubiera sido demandado aún podía tomar la
iniciativa encaminada a anular en sus efectos del contrato que hubiera sido obra del dolo de
su acreedor.

2. La exceptio doli, el deudor, víctima del dolo, era demandado por el cumplimiento
de la obligación. En la forma legal correspondiente si éste alega como excepción el dolo
empleado por su demandante en el contrato, y si lo probaba era liberado de la condena
judicial.

3. La in integrum restitutio, era una acción extraordinaria encaminada a deshacer los


efectos de un contrato ya cumplido, que hubiera sido obra del dolo del acreedor.
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En el segundo caso. Cuando el dolor no era obra de uno de los contratantes, sino de
tercero, no vicia el consentimiento. Solamente podría dar lugar a una indemnización de
perjuicios por el tercer autor de él. Se aclara que el dolo tenía cierto carácter de sanción
civil contra el contratante que lo hubiera empleado, consistiendo dicha sanción en invalidez
del contrato.

b) De la violencia. La violencia consistía en actos de fuerza material o moral


capaces de intimidar y obligar a una persona a prestar su consentimiento en un contrato. La
violencia hacia perder al consentimiento ya que uno de los requisitos era la libertad.

En el caso, de que el contrato había sido obra del acreedor. Tales recursos eran:

1. La actio quod metus causa, era el medio por la cual el deudor, victima de la
violencia en el contrato, podía adelantarse a demandar la nulidad por causa de dicha
violencia.

2. La exeptio quod metus causa, el deudor demandado podía poner, como excepción,
el hecho de haber sido violentado a celebrar el contrato.

3. La acción in integrum restitutio, esta tendía a deshacer los efectos del contrato ya
cumplido.

La violencia viciaba el consentimiento de los contratantes, ya hubiera sido obra de


uno de estos o de un tercero. El dolo no viciaba al consentimiento sino cuando era obra de
las partes,

4. DIFERENCIA JURIDICA ENTRE LA FALTA DE CONSENTIMIENTO Y EL


CONSENTIMIENTO VICIADO.

El consentimiento de los contratantes en ocasiones era excluido o anulaban


totalmente y otros tan solo los viciaban. En la situación de la exclusión del consentimiento,
este no tenía existencia alguna, faltándole un elemento esencial del contrato, no hay
existencia legal alguna; en este caso para el cumplimiento del contrato el deudor
implemente debe alegar la inexistencia del consentimiento y defenderá, de tal manera será
absuelto. Ya en el caso de que el consentimiento fuera viciado, este tenia una existen
imperfecta; el contrato existía de una manera relativa; podía llegar a producir efectos si no
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se alegaba como acción o excepción el vicio que afectaba el consentimiento, de tal manera
probándola seria absuelto.}

Existe entre nulidad absoluta por falta de consentimiento, y nulidad relativa por
causa de un consentimiento viciado.

En el primer caso no existe el contrato a los ojos de la ley, no puede llegar a producir
ningún efecto; en el segundo lugar el contrato tiene una existencia imperfecta. En el código
civil se dice que el error, la fuerza y el dolo son vicios del consentimiento, por lo tanto, el
contrato efectuado de error, fuerza y violencia no es absolutamente nulo; la nulidad en estos
casos es relativa.

CAPITULO XII

Capacidad de los contratantes

1. CONCEPTO GENERAL.

La capacidad en materia de contratos, la aptitud jurídica de una persona para


contratar; es la regla general, y la incapacidad es la excepción. Por eso no se establecen
unas causas de la capacidad, sino de la incapacidad para contratar.

Causas de incapacidad general para contratar:

1. De la edad de los contratantes

2. De ciertas afecciones o alteraciones mentales

3. De la prodigalidad

4. Del sexo

5. Del estado de esclavitud.

2. Incapacidad proveniente de la edad

Las edades de las personas eran divididas para medir su capacidad jurídica, los
periodos eran: infancia, mayor infancia, pubertad, y edad mayor de veinticinco años.
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a) Primer periodo. Este periodo era llamado la infancia hasta la medad de siete
años. Durante este tiempo el infante no podía la capacidad de contratar. Por su edad no le
permite prestar su consentimiento con la plenitud.

b) Segundo periodo. Este periodo es para la mayor infancia comprendía la edad de


siete o catorce. El impúber en dicha edad era capaz de ejecutar actos o celebrar contratos en
cuanto eso hiciera una condición mejor a la persona; pero para hacer su condición se
necesita de un tutor. El impúber podía contratar, pero no podía hacerlo sin la auctoritas
tutoris.

El impúber celebraba era, verbigracias, un contrato de compraventa de una cosa de


su propiedad por determinado precio. Si el menor quería cobrar una cosa, pero antes de esto
tenia que no entregar la cosa vendida, ya que ninguna persona puede enriquecerse con daño
ajeno. La incapacidad del menor tenía lugar únicamente cuando el menor obraba por si solo
sin la ayuda u orientación. En el caso de los impúberes atados a la patria potestad, estos
imperaban las reglas de los siu iuris, podían contratar para hacer su vida mejor; en la
práctica podía causar prejuicios, las adquisiciones del hijo aprovechan al pater familia, en el
caso del sui iuris el padre pretende enriquecerse con los bienes materiales de su parentesco.

En el artículo 1747 del código civil dice que se declara nulo a una persona incapaz
sin los requisitos que la ley exige.

c) tercero periodo. El mayor de catorce años era plenamente capaz de contratar.


anteriormente tenia una especificación de quienes podían obtener esta regla, ya no eran solo
los menores o mayores de veinticinco si no en general, igualmente abarca el caso de
obtener un curador ya que esta era potestativa. Luego fue la creación de vaenia aetatis era
una habilitación de edad al mayor de catorce años y menor de veinticinco estuvieran
sometidos a la curatela; luego de tener un curador cada uno era completamente capaz.

d) Mayor edad. La edad de veinticinco años adquiría de manera definitiva, su plena


capacidad para contratar, sin que pudiera someterse a la curatela. Los actos y contratos del
impúber son absolutamente nulos, y no producen.

3.INCAPACIDAD POVENIENTE DE ANORMALIDADES MENTALES


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Se habla de la furiosi y de la mente capti. Los primeros eran todos aquellos que se
hallaban por completo privados de la razón. En el otro caso eran esas personas que, sin
estar totalmente privas de la razón, padecían ciertas afectaciones mentales que las colocan
en capacidad física de discernir en la medida suficiente para realizar cualquier acto jurídico.
Estos dos eran incapaces de contratar, y debian estar provisto de un curador que
administraba su patrimonio.

La diferencia entre lo antiguo con el derecho civil actual nos dice que existe un
decreto de interdicción de los incapaces por causas mentales.

4. INCAPACIDAD DEL PRODIGO

La persona que habitualmente disipaba su patrimonio era privada la administración


de este, por la cual era sometido a la interdicción de los bienes. Pera la incapacidad del
prodigo o disipador interdicto no era absoluta: podía adquirir, pero no enajenar, hacerse
acreedor, pero no obligarse.

5. INCAPACIDAD PROVINIENTE DEL SEXO

La mujer fue considerada incapaz y se hallaba sometida a la tutela perpetua. La


mujer bajo tutela no era absoluta; no comprendía los actos de enajenación o tutela; en el
caso de la que la mujer esta ligada en la patria potestad la cual era consideraba hija de la
familia, su incapacidad para obligarse llegaba hacer absoluta.

La mujer de familia o in manu del marido podía adquirir y sus posesiones o


adquisiciones pasan al de patria potestad. El ius liberorum abolió la tutela perpetua para la
mujer, tratándose esta plenamente capaz.

6. INCAPACIDADES DEL ESCLAVO.

El esclavo no era considerado persona así que no tenía derecho a contratar, pero
dependiendo, si es para servir a su amo si lo podía hacer, ya que, el esclavo es un objeto de
adquisición para el amo, de igual manera todos los bienes que este obtenga pasan a ser al
amo. Con lo dicho anteriormente, in rem verso tenia como finalidad el reembolso de todo
aquello con que el amor hubiera enriquecido con su patrimonio injustamente.
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CAPITULO XIII

El objeto del contrato

1. ¿QUÉ ES EL OBJETO DEL CONTRATO?

El objeto es el elemento principal de toda clase de contratos. No puede existir


jurídicamente un contrato sin un objeto suficientemente determinado. Cuando dos más
personas celebran un contrato, se proponen a crear, modificar o extinguir una obligación.
La obligación que se crea, se modifica o extingue por medio del contrato viene a ser así el
objeto directo o inmediato de aquel.

La obligación tiene a su vez, por objeto bien la entrega de una cosa en propiedad,
posesión o simple tenencia, bien la ejecución o no ejecución de un hecho determinado. Esa
entrega viene a constituir el objeto del contrato indirectamente. El objeto de contrato es la
misma cosa o el hecho positivo, negativo que se trata de entregar, ejecutar o no ejecutar.

2. SUS REQUISITOS.

Para que fuera válido el objeto del contrato se tenían que tener en cuenta los
siguientes requisitos:

1. El objeto debía ser posible. El objeto que no era posible era el físico
jurídicamente posible. Imposibilidad física era aquella que contrariaba las leyes de la
naturaleza física. Como la entregar, un astro imposibilidad jurídica, era lo que le provenía
de la imposibilidad legal de que determinadas cosas fueran objeto de contrato, tales como
las llamadas divini iuris. La imposibilidad jurídica existía en el momento de celebrarse el
contrato, este quedaba nulo.

La inexistencia de la cosa en el momento del contrato puede ser absoluta o


simplemente relativa. Es absoluta cuando el objeto no existe ni se espera. Su existencia, en
este caso, el contrato era nulo, es relativa cuando la cosa no existe en el momento del
contrato, pero se espera su existencia, o sea, tenía y tiene validez y se espera la existencia
del objeto.
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2. El contrato del objeto debía ser licito. Era objeto ilícito el que contrariaba las
leyes de la moral del orden público en las buenas costumbres. El objeto ilícito no es
indispensable que el hecho material del contrato sea constitutivo de delito, basta que sea
inmoral.

En el Código Civil del artículo 1518 si el objeto es un hecho, es necesario que sea
física y moralmente posible, agregando que es moralmente imposible el prohibido por las
leyes o contrario a las buenas costumbres o el orden público.

3. El objeto del contrato debía ser suficientemente determinado. Se hizo


suficientemente determinado porque no es necesario que la determinación del objeto llegue
hasta indicarlo en su individualidad. En este caso entra la clasificación de cosas de género y
especie o cuerpo cierto, advirtiendo que la palabra “especie” no debe entenderse en el
mismo sentido que tiene en la filosofía. Se ha entendido por cosas de género aquellas que
perteneciendo a determinada especie, no están señaladas en su individualidad, por ejemplo.
Diez caballos, por especie o cuerpo se ha individualizado que el caballo como tal único o
una sola casa.

4. El objeto del contrato debía ser materia de una prestación apreciable en dinero,
destinada al acreedor y no otra persona. No se celebraban los contratos por puro capricho.
Deben tener alguna finalidad práctica y útil desde el punto de vista económico. Deben
aprovechar el patrimonio de los que en el contrato han figurado como acreedores. Y si no se
cumple la obligación del deudor, debe indemnizar perjuicios equivalentes al valor del
objeto no satisfecho y ese valor se estima siempre en dinero. El objeto debía ser destinado a
aprovechar a quien había contratado como acreedor y no a otra persona distinta. Hoy en la
legislación civil moderna, en el Código Civil, el artículo 1506 establece que la teoría de la
estipulación a favor de una tercera persona, reconociéndole validez, aun cuando el
contratante no tenga poder para presentar a este tercero; pero solo esa tercera persona,
agrega el texto legal, podrá demandar lo estipulado.

5. El objeto del contrato debía ser materia de prestación propia del deudor que
había contratado. Si una persona no pueda presentar a otra para obligarla en un contrato,
mucho menos podría obligarla sin ser su representante. En el artículo 1507 del Código
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Civil, permite manera expresa que una persona prometa, por otra, dar, hacer o no hacer
alguna cosa aun cuando no sea legítima representante.

3. DE LA CAUSA COMO ELEMENTO JURIDICO DEL CONTRATO Y DE LA


OBLIGACION.

Los entes jurídicos, contrato y obligación deben tener necesariamente una causa que
los haga surgir en la vida jurídica.

Sabemos que todo contrato debe estar revestido de determinada forma aleatoria,
externas para que se le considera con vida jurídica. Y aquella forma le hace estar más, eran
suficientes para la existencia del contrato. El deudor demandado debía pagar sin que se le
admitiera a probar que no había recibido la cantidad de dinero objeto del contrato. En el
Derecho pretoriano se formó la nación formalista y primitiva de la causa de los contratos,
donde se estableció la excepción de dolo, por medio de la cual el demandado por un
pretendido contrato solemnes de exteriormente perfecto, pero en el cual no habían sucedido
los hechos correspondientes, podía librarse de la condena judicial.

El Derecho civil moderó el rigorismo primitivo, dándole campo a la creación de la


acción, determinada condictio sine causa, encaminada a invalidar en sus efectos un contrato
en que, a pesar del incumplimiento de las respectivas formalidades externas, no se hubieran
cumplido en la realidad los hechos a que tales solemnidades se refería. Por último, se
estableció la acción denominada ob turpem vel injustam causam, para el caso de que el
deudor se hubiera obligado por causa de un hecho ilícito de su pretendido acreedor.

Se modificó el concepto primitivo y formalista de la causa en los contratos,


haciéndola depender no ya de los elementos externos de forma, sino de los elementos de
fondo necesarios para la perfección de todo contrato en general. Sí se considera como causa
el conjunto de elementos que, según la ley, era necesario para que el contrato surgiera la
vida jurídica. Si aquellos elementos esenciales faltaban en todo o en parte, se consideraba
que no había causa eficiente el contrato, por consiguiente, este no pueda tener existencia
legal.
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Otro tanto sucedía con los contratos llamados reales, en los que faltaba la entrega de
la cosa material de ellos, si ella faltaba, no había causa jurídica, en cuya virtud del contrato
pudiera tener existencia legal.

Se puede concluir, que la causa no era un elemento real jurídicamente distinto de los
otros tres ya mencionados, ni tampoco diferente a los elementos esenciales de determinada
clase de contrato. Sino que se llamaba refundida, en aquellos mismos elementos esenciales
para la existencia del contrato. En el Código Civil consagra la causa como cuarto elemento
esencial del contrato en sus artículos 1502 y 1524, diciendo que se entiende por causa el
motivo que induce el acto o contrato.

CAPITULO XIV

Desarrollo histórico y clasificación de los contratos

1. EL “NEXUM”

El nexum es una forma solemne de celebrar una ceremonia en presencia de las


partes contratantes y a la que se daba el nombre per aes et libram que significaba cobre o
balanza, en un principio aplicado únicamente a los préstamos de dinero. Anteriormente se
pensaba en una balanza determinada cantidad de cobre que según equivalía el dinero que se
iba a prestar, cuando se perfeccionó la moneda y se emplearon otros metales en su
fabricación no se pesaba, sino que se contaba. Los efectos del nexum se caracterizaban por
su excesivo rigorismo, los términos solemnes empleados en la celebración equivalían a una
verdad condenada contra el deudor, si este no cumplirá la obligación, queda sujeto al
procedimiento denominado manus iniectio donde el acreedor podía tomar por su cuenta la
persona misma del deudor, reducirlo a un estado de semi esclavitud hasta que pague su
acreencia.

2. LA “SPONSIO” Y LA “STIPULATIO”

Las sponsio era un contrato verbal, determinado para los ciudadanos romanos, este
se empleaba cuando el acreedor preguntaba y el deudor debía responder prometiendo, pero
para que la pregunta fuera válida, la respuesta debía ser afirmativa por parte del deudor y de
esta manera se formaba el vínculo contractual.
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Luego evoluciono, permitiendo todo tipo de personas y también dando a conocer


que se podía emplear cualquier tipo de termino que tenga relación con prometer, esto se le
denomino stipulatio.

3. EL CONTRATO “LITTERIS” Y EL “MUTUUM”

El contrato litteris consistió que la escritura no fuera simplemente un método de


prueba del contrato, sino un elemento esencial para soportar formación. Este era un
contrato con el cual solamente se podía perfeccionar por medio de la escritura. Y el
mutuum se consideraba como un contrato por el cual una parte cedía a otra la titularidad de
una cierta cantidad de bienes, valorados en peso, número o medida, con la obligación de
devolver la misma cantidad de bienes similares después de cierto tiempo y calidad.

4. EL CONTRATO DE COMPRAVENTA

Este era otro tipo de contrato, el cual se denominaba consensual, y el más importante
de estos era la compraventa. Por motivos de desconocimiento de la institución económica
de la moneda No se podía ejercer de manera objetiva. La compraventa, ya que no existía la
moneda. La primera etapa de la compraventa se denominó venum datio, que significaba
dación en cuenta, este era una especie de contrato real, no estaba perfeccionado y era la
entrega recíproca de los dos elementos de él: la cosa y el precio. El contrato de
compraventa surgieron obligaciones recíprocas a cargo de los contratantes que debían
regirse por los dictados de la equidad y de la buena fe, necesitaba todavía evolucionar en
ese sentido, de esta manera fue que se llegó a admitir que el contrato de compraventa
pudiera perfeccionarse solo consensu, esto es, el simplemente consentimiento de los
contratantes, este principio se extendió a otros tres contratos que fueron: locatio conductio,
societas y mandatum, que corresponden a los contratos de arrendamiento, sociedad y
mandato del derecho moderno. Tal origen simplemente fue llamados consensuales.

5. DIVERSAS CLASIFICACIONES DE CONTRATOS

Se formaron cuatro categorías de contratos en el Derecho romano:

a) contratos “verbis”, que eran aquellos en los cuales se necesitaba el empleo de


determinadas palabras para su perfección.
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b) contratos “litteris”, Eran aquellos que no podían perfeccionarse, sino por medio
de la escritura, era esencial para la existencia del contrato. La escritura nos exige, aquí tan
solo como medio de prueba, sino que es un elemento esencial para la existencia del
contrato.

c) contratos reales: Se requería la entrega de la cosa material de ellos para que


tuviera existencia legal. Tales eran el mutuo, el comodato, el depósito y la prenda.

d) Con contrato simplemente consensuales, Este era el solo consentimiento de los


contratantes, manifestado en cualquier forma. Tales eran la compraventa, el arrendamiento,
la sociedad y el mandato. En estos casos se dice que la obligación se contrae por el solo
consentimiento, no se necesita de nada material, sino que simplemente que cada uno
consienta de lo que se va a hacer en el negocio.

Se clasificaron los contratos en estricto y de buena fe, estricto eran aquellos que
debian cumplirse según los términos del contrato, pero sobre todo la consideración de
equidad. Tales eran el nexum, la sponsio y la stipulatio. Se llamaban de buena fe todos los
demás contratos, los cuales primaban la equidad sobre los principios técnicos del derecho
civil.

También se han clasificado los contratos unilaterales y bilaterales o sinalagmáticos.


Unilaterales son aquellos que no hacen surgir obligaciones, sino a cargo de uno solo de los
contratantes. El tipo de esta clase de contratos es el mutuo o préstamo de consumo. Se
llaman bilaterales o sinalagmáticos aquellos contratos que generan obligaciones recíprocas
a cargo de todos o cada uno de los contratantes. Tales son la compraventa, el arrendamiento
y la sociedad. Cabe destacar que los contratos bilaterales se dividen a su vez en
sinalagmáticos, perfectos y sinalagmáticos imperfecto. Los primeros son aquellos que
desde el momento de su perfección generan obligaciones a cargo de todos los contratantes,
como ejemplo está la compraventa Y son sinalagmáticos imperfectos aquellos contratos que
en el momento mismo de su perfección no generan obligaciones, sino a cargo de una sola
de las partes, pero que accidentalmente, con posterioridad a la celebración del contrato,
pueden hacer surgir obligaciones a cargo de la otra parte.
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También se dividen los contratos en solemnes y no solemnes, solemnes son aquellos


que necesitan para su perfección el cumplimiento de determinadas formalidades externas,
como ejemplo esta el nexum, la stipulatio y el contrato litteris. Y no solemnes, aquellos que
no necesitan formalidad alguna para que tengan vida jurídica, como lo son el
arrendamiento, el mandato, en los cuales bastaba el consentimiento de los contratantes para
que tuviera vida legal. Ya en el caso del Derecho civil colombiano son contratos solemnes
el de compraventa de inmuebles, el de Hipoteca, el de sociedad comercial, etc, en esos se
exige la escritura para que tenga una existencia jurídica, Y son contratos no solemnes, la
compraventa de bienes muebles y todos los demás contrato.

En el Código Civil se clasifican los contratos en gratuitos y onerosos. Gratuitos son


aquellos en que una sola de las partes reporta utilidad. Contrato en el que el beneficio que
se espera obtener no va acompañado de sacrificio alguno; por ejemplo, la donación o el
comodato. El contrato oneroso son aquellos contratos en que todas las partes contratantes
reportan utilidad.

Los contratos onerosos se subdividen en conmutativos y aleatorios. Son


principalmente aquellos que pueden existir por sí solo, sin necesidad de que sean a otro, por
ejemplo, la compraventa o el arrendamiento.

CAPITULO XV

Estudio especial de los distintos contratos

1. “CONTRATO VERBIS”

Eran contrato verbis aquellos que necesitan como elemento esencial para su
perfección el empleo de determinadas palabras o formas verbales.

a) De la “stipulatio”. La stipulatio no fue solo el resultado del sponsio, si no que esta


fue una forma general de contratar por medio de determinadas formalidades orales.

Para que la stiupulatio fuera valida se necesitaba los siguientes requisitos:

1. Una pregunta oral de parte del acreedor y una respuesta afirmativa e igualmente
oral del deudor. En la pregunta, se debería incluir claramente el objeto de la obligación que
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trataba de constituir y la respuesta del deudor debía comprender, expresa o tácitamente,


dicho objeto.

2. stipulatio no podía tener lugar sino estando presentes ambos contratantes y no era
accesible a los mudos ni a los sordos.

3. Era indispensable que hubiera concordancia gramatical y jurídica entre la


pregunta y la respuesta. Si la respuesta abarca cosa distinta de la que contenía la pregunta,
pero en condiciones diferentes, la estipulación no valía. El consentimiento de los
contratantes debía dirigirse a un mismo objeto, por consiguiente, si la pregunta del acreedor
y la respuesta del deudor se referían a objetos distintos, daba a entender que la estipulación
igualmente no valía. En otro caso es cuando hay varios objetos y la respuesta del deudor
comprende solo a uno, pues la estipulación simplemente contaba un objeto.

4. Era necesario que hubiera continuidad entre la pregunta y la respuesta, a fin de


que se pudiera ver con precisión que la respuesta del deudor se refería a la pregunta del
acreedor.

Esto era la constancia de la pregunta y respuesta solemne que constituida el contrato


stipulatio, este escrito era llamado instrumentum o cautio, en el cual se principiaba por
relatar los antecedentes de la operación, como la promesa solemne del deudor, la pregunta y
respuesta. Este escrito solo fue un medio de prueba del contrato.

La stipulatio era un contrato unilateral y el derecho estricto. Siendo unilateral no


producía obligación, sino a cargo del deudor promitente. El derecho estricto era que estaba
sometido al rigor de sus términos, sin que le fuera dado el juez para entrar a averiguar la
intención de las partes al celebrarlo.

b) Dictio dotis. Ese era un contrato verbis unilateral y de derecho estricto por medio
del cual se pretendía en forma solemne una dote o favor del marido.

c) Ius iurandum liberti. Hoy el esclavo manumitido queda obligado a la prestación


de ciertos servicios a favor de su antiguo amo. Es decir, inmediatamente antes de la
manumisión daba juramento religioso de prestar aquellos servicios, por lo tanto, después de
ser manumitido, tenía que corresponder a ese juramento.
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2. EL CONTRATO LITTERIS

El contrato litteris requería el elemento de la escritura, no solo de una forma


probatoria, sino que era una forma de prueba de solemnidad. Como formalidad esencial
para su existencia jurídica.

El codex era donde normalmente los ciudadanos rumanos apuntaban diariamente sus
entradas y salidas económicas. Estas anotaciones escritas sirven únicamente medio de
prueba las respectivas operaciones pero con el tiempo se concibió la idea que fuera crear
por sí mismas obligaciones civiles, estas fueron llamadas nomina transcriptia. Los
tratadistas dividen la nómina trascriptia con la que se perfeccionaba el contrato litteris en
dos clases: transcriptio a re in personam y transcriptio a persona in personam. La primera
se llevaba la operación escrita, dejan dos subsistentes las personas del deudor y el acreedor.
Por medio de la trascriptio a persona in personam Se mudaba el hacer la anotación escrita.
La persona del acreedor o del tutor; y hecha esa anotación en el codex se perfeccionaba el
contrato litteris.

En conclusión, el contrato litteris era unilateral de derecho estricto y solemne. Era


una unilateral porque no genera obligación, sino para una de las partes. Era de derecho
estricto porque estaba sometida en su ejecución a rigor de sus términos por sobre cualquier
otra consideración de equidad.

CAPITULO XVI

De los contratos formados “RE”

1. SU ESENCIA

Son las que necesitan de dos elementos para su perfección: la entrega del objeto
(datio rei) y el acuerdo de las partes (conventio). Si falta uno de estos elementos, no se
creará ningún enlace vinculante. Había cuatro contratos reales: El muto, Comodato,
Depósito y Promesa. Cabe destacar que mutuo se diferencia de los otros tres en que la
entrega transfiere la propiedad de las cosas mudas a favor del mutuario. Al caso, que en los
otros esa entrega no transfiere sino la simple tenencia de la cosa material del contrato.

2. DEL MUTUO
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El mutuo también llamado legislaciones modernas, de préstamos de consumo. Eran


un contrato real, unilateral y de derecho estricto, por medio del cual una persona entregaba
a otra en propiedad cierta cantidad de cosas que se apreciaban el peso, el número o la
medida, quitando la persona que las recibía con la obligación de restituir dentro de cierto
tiempo. Igual cantidad de cosas de la misma especie y calidad.

De aquí nace la idea de que el préstamo debía ser realmente entregada al prestatario.
Pero acompañada de dicha entrega de una estipulación en la forma verbal y solemne que se
ha dicho. Es tan necesidad, hizo que la facilidad de la operación del préstamo fuera
consagrado el principio que va hasta la entrega en propiedad de las cosas prestadas,
conmutada para la perfección jurídica del contrato, siendo entendido que no por esto dejan
de exigir a los demás requisitos esenciales y necesarios para la existencia de toda clase de
contrato.

a) Mutui datio. Hoy el elemento esencial, propio y exclusivo del mutuo, fue lo que
se le denominó en el Derecho romano mutui datio, eso es, la entrega en propiedad al
mutuario de las cosas, material del contrato. Este no podía realizarse sino mediante la
concurrencia de dos requisitos esenciales:

1. Que el mutuante fuera dueño de las cosas mutuadas


2. Que fuera capaz de enajenarlas.

Luego se deducen las siguientes consecuencias:

1. Si el mutuante no era dueño de las cosas mutuas, el tercer dueño de


ellas podía reivindicar las del pretendido mutuario mientras pudiera ser reconocida.
2. Si las cosas ajenas habían sido consumidas de buena fe por el
pretendido mutuario se afectaba, se ha efectuado una especie de revalidación del
contrato que se denominó Reconciliatio Mutui, hecho jurídico en virtud del cual una
vez consumido de buena fe, las cosas ajenas, mutuada, se entendía válido el
contrato, si no se hubiera hecho eso no se podía admitir porque sería injustamente
enriquecido en detrimento del verdadero dueño de las cosas mutuadas,
3. Si el mutuante no era legalmente capaz de enajenar las cosas mutuas,
el contrato de mutuo no podía formarse. En el caso de que un menor bajo tutela
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realizará un contrato de mutuo sin la autoridad del tutor no se entendía válido este
contrato.

b) Del objeto del mutuo. El mutuo no podía recaer, sino sobre cosas que se
apreciaban al peso, el número o la medida. No podía recaer sobre cuerpos ciertos
considerados en su individualidad, sino sobre cosas in genere.

c) Naturaleza jurídica y este efecto del mutuo. Hoy el mutuo era un contrato
real, un latino unilateral y de derecho estricto, formado por la entrega de las cosas al
mutuario y no genera obligaciones sino a cargo de este último y a favor de
mutuante. Esas obligaciones se resumían en la entrega que el mutuante debía
hacerse, no de las mismas cosas recibidas e individualmente consideradas, sino de
igual cantidad de cosas de la misma especie y calidad.

d) cuando debía hacerse la restitución de las cosas mutuadas. El mutuante


tenía para hacerse devolver las cosas mutuas o mejor para hacerse entregar igual
cantidad de cosas de la especie y calidad.
e) De los intereses del mutuo. El contrato de mutuo no ha por si solo el
derecho de extinguir intereses en mutuario la obligación del mutuario está limitada.
Devolver las cosas recibidas y nada más que ellas. Pero bien se podía crear la
obligación de pagar a intereses, no por medio del mismo contrato de mutuo, sino
por una stipulatio verbis anexa, el contrato.
Al pasar el tiempo, evolucionó y se permitió pactar en el mismo contrato de
mutuo una remuneración a cargo del mutuario y a favor del Mutuante, el cual por sí
solo no podía producir intereses, sino en los casos excepcionales siguientes:
1. En los préstamos hechos por una ciudad.
2. En los préstamos hechos por los bancos.
3. En el caso de nauticumfoenus, un préstamo de dinero destinado al
comercio marítimo. Si durante el viaje se perdía el dinero, el mutuario quedaba libre
de su obligación.
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f) De la tasa de interés. La tasa de interés no estaba fijada en la ley de las


doce tablas. Pero por abuso de los prestamistas que le hacía a la gente, se hizo que
se adaptara en la ley de las doce tablas. Por lo tanto, se estableció una tasa de interés
fija que era el 6% mensuales y 18% anuales.

3. DEL COMODATO
a) Definición. El comodato era un contrato real sinalagmático, imperfecto y
esencialmente gratuito. Por medio del cual una persona entregaba a otra una especie
o un cuerpo cierto para que lo usara gratuitamente y la restituyera en su misma
individualidad.
b) Naturaleza y efectos jurídicos del comodato. Siendo el comodato un
contrato real, no podía tener existencia jurídica, sino una vez efectuada la entrega de
la cosa por el comodante al comodatario. Pues la entrega era el elemento esencial
para la formación del contrato. El comodato no podía versar, sino sobre cosas que se
apreciaban en su individualidad, cosas en especie o cuerpo, cierto no podía recaer,
como el mutuo sobre cosas, ingeniería tales como la moneda, a no ser que esta se
despojara del carácter propio de cosas fungibles.
El comodato se ha clasificado en la categoría de los contratos sinalagmáticos
imperfecto porque no produce esencial y necesariamente obligaciones, sino a cargo
del Comodatario. Pero en ciertos hechos posteriores, la celebración del contrato
puede llegar a producir obligaciones a cargo del Comodante.
c) Obligaciones del Comodatario. La principal de esa publicación es la
restitución de la cosa material del contrato una vez que se haya hecho de ella el uso
convenido o, una vez expirado el término del contrato. En el cumplimiento de esta
obligación, el comodatario tenía la máxima responsabilidad civil.
d) obligaciones del Comodante. Esas obligaciones no nacían necesariamente
y en todos los casos del contrato. Pero puede suceder que la cosa tuviera algún vicio
oculto que llegara a perjudicar al Comodatario.
e) Acciones nacidas del contrato de comodato. Hoy el comodante hace
efectivo su derecho contra el comodatario por medio de la acción llamada comodati
directa Y él como una tarea. Su vez, tenía la opción llamada comodati contraria. El
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Comodatario podía ejercitar el derecho de retención de la cosa, por lo que como


antes, llegará a deberle en virtud del contrato.

4. DEL PROPOSITO.
a) Definición. El depósito era un contrato formado re, Por medio del cual una
persona llamada depositario recibía de otra llamada depositante, una cosa para que
la guardara gratuitamente, y la restituyera el primer requerimiento.
b) Naturaleza y efectos del depósito. Hoy el depósito era un contrato real,
porque no sé perfeccionar, sino mediante la entrega de la cosa al depositario. El
comodato esa entrega no llevaba en sí la tradición del dominio, ni de la posición,
sino la transferencia de la simple tenencia. El depósito era esencialmente gratuito, el
depositario no reportó utilidad alguna del contrato y si se estipula remuneración a su
favor de Java de ser contrato de depósito para convertirse en otro distinto. El
depósito simplemente podía recaer sobre bienes muebles considerados in specie.
c) Obligaciones del depositario. La principal obligación del depositario nacía
necesariamente, el contrato era la de restituir exactamente la misma cosa
depositada. Si el depositario no podía usar la cosa depositada, debía indemnizar el
depositante, los perjuicios que sufriera si la llega a usar y si ese uso se efectúa de
mala fe, incurría en un hecho punible que se denominaba el delito de abuso de
confianza. El depositario debía hacer la restitución de la cosa al primer
requerimiento que le hiciera el depositante.
d) Obligaciones del Depositante. El depositante causará perjuicio al
depositario está obligado a indemnizarlo, teniendo ese respeto el máximo de
responsabilidad civil. Toda vez que era el depositante el único beneficiario. De igual
forma, podía pasar que el depositario hiciera gastos para la conservación de la cosa
depositada y en tal caso, el depositante está obligado a reembolsarle el importe de
ellos.
e) Depósito irregular. La cosa depositada consistiera en una cantidad
determinada de dinero teniendo el depositario la Facultad de disponer de ella y
devolver igual cantidad como cosa de género. la cosa depositada pasa al dominio
del depositario, salvo cuando fuese un crédito de dinero o de cantidad de cosas
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consumibles, que el depositante no hubiere autorizado al depositario para cobrarlo,


lo anterior se le denomino deposito irregular.
f) Del secuestro. El secuestro era en el Derecho romano, el depósito de una
cosa que se litigaba. La cosa era depositaba en poder de la tercera persona para que
la restituyera a quien saliera triunfante en la litis. Este tenía la diferencia de que
podía versar sobre inmuebles y aún sobre personas. Y de que al secuestre pasaba no
solo la tenencia sino la posesión de la cosa secuestrada.

5. DE LA PRENDA.
a) Definición. Hoy era un contrato real, accesorio, oneroso y sinalagmático
imperfecto, por medio del cual fundé un deudor entregaba a su acreedor una cosa
determinada para garantía de su crédito y con el cargo de devolverla en su misma
individualidad como la creencia fuera satisfecha. La prenda era un contrato real
porque no podía perfeccionarse, sino mediante la entrega de la cosa, por el
constituyente al acreedor. Era un contrato accesorio porque no podía existir, sino al
lado de una creencia principal. Era contrato oneroso porque ambas partes reportaban
utilidad de el: el constituyente, porque adquiría por medio de ella lo que quería
garantizar; y el acreedor porque, obtenía una garantía real de su crédito. Y era
sinalagmático imperfecto porque no producía de manera necesaria, sino
obligaciones a cargo de una de las partes. El contrato de prenda debía versar en su
propia individualidad. El contrato de prenda recaía sobre cosas inmuebles.

b) Obligaciones del acreedor prendario. Quién recibía la cosa dada en


prenda, si bien se hacía poseedor de ella, debía restituir la tan pronto como fuera
satisfecho su crédito. En el cumplimiento de la obligación de restituir el acreedor
tenía el máximo de responsabilidad, puesto que era beneficiario del contrato.
En el Código Civil se divide la culpa en leve y levísima, señalando la
primera, como grado de responsabilidad civil para los contratos entre ambas partes
se benefician y dejando la última para cuando todo el beneficio es para el deudor.
El acreedor prendario no podía servirse de la cosa dada en prenda, es decir,
no podía beneficiarse de sus frutos. Si el acreedor prendario usaba de mala fe o
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disponía del acosada en prenda, debía indemnizar el constituyente y aún tenía


responsabilidad penal.
c) Obligaciones del constituyente de la prenda. Si el constituyente causa
algún perjuicio al acreedor prendario, dándole en prenda una cosa ajena, debía
indemnizarle tal perjuicio, y en todo caso, reembolsarle el importe de las expensas
necesarias para la conservación de la cosa dada en prenda.

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