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Beneficios

1. Correspondencia con el rol: Se centra en las habilidades y comportamientos necesarios


para desempeñar efectivamente un puesto, asegurando que los candidatos sean
adecuados para las demandas específicas del trabajo.

2. Precisión en la evaluación: Permite una evaluación más precisa de las habilidades y


capacidades de los candidatos en lugar de basarse únicamente en la experiencia o la
formación académica.

3. Reducción de prejuicios: Al enfocarse en competencias específicas, se minimiza el sesgo


inconsciente en la toma de decisiones, promoviendo la igualdad de oportunidades para
todos los candidatos.

4. Mejora en la retención y desempeño: Al contratar personas cuyas competencias se


alinean con las necesidades del trabajo, es probable que se mejore la retención y el
rendimiento laboral.

5. Desarrollo y crecimiento: Identifica áreas de mejora en los empleados actuales y facilita el


desarrollo de programas de capacitación y crecimiento profesional.

6. Alineación con la cultura organizacional: Ayuda a reclutar personas cuyos valores y


comportamientos se alineen con la cultura y los objetivos de la empresa.

7. Eficiencia en la selección: Facilita la identificación rápida de candidatos adecuados,


agilizando el proceso de selección y reduciendo costos a largo plazo.

8. Adaptabilidad y flexibilidad: Al enfocarse en habilidades transferibles, se facilita la


adaptación de los empleados a cambios en el entorno laboral y las demandas del puesto.

Dificultades

1. Contratación inadecuada: Sin un enfoque en las competencias relevantes, la empresa


puede contratar empleados que no posean las habilidades necesarias para desempeñar
eficazmente sus funciones.

2. Alto índice de rotación: Contratar empleados que no se ajustan completamente al trabajo


puede resultar en una alta tasa de rotación, lo que conlleva costos adicionales y
disrupciones en el equipo.

3. Bajo rendimiento laboral: Los empleados que carecen de las competencias adecuadas
pueden tener dificultades para cumplir con las expectativas del trabajo, lo que afecta
negativamente al rendimiento general de la empresa.

4. Falta de alineación con la cultura organizacional: La contratación sin considerar las


competencias necesarias puede llevar a empleados cuyos valores y comportamientos no
se alinean con la cultura de la empresa, lo que podría generar conflictos o desalineación.
5. Sesgo en la selección: La ausencia de un proceso estructurado puede propiciar la toma de
decisiones basadas en sesgos personales, como preferencias subjetivas, en lugar de
evaluar objetivamente las habilidades y capacidades de los candidatos.

6. Dificultad en el desarrollo profesional: Sin identificar las competencias clave, la empresa


puede enfrentar dificultades para implementar programas efectivos de desarrollo y
capacitación para sus empleados.

7. Menor competitividad: La contratación de empleados que no se ajustan a las necesidades


de la empresa puede disminuir su capacidad para competir eficazmente en el mercado, ya
que se pierde la oportunidad de contar con un equipo altamente calificado.

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