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Segunda edición: mayo 2012

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Capítulo 10

ORÍGENES DE LA TERCERA FUERZA


O PSICOLOGÍA HUMANÍSTICA

En los inicios de la década de los cincuenta, Maslow, insatisfecho con la situación


dominante en psicología del behaviorismo ortodoxo (la segunda fuerza, ciencia exacta) y
del psicoanálisis freudiano ortodoxo (primera fuerza, psicología de las profundidades),
contactó con otros psicólogos, también descontentos con la situación. En efecto, en la
década de los sesenta, tenía una lista de 100 colegas; éstos fueron los primeros que se
inscribieron en el Journal of Humanistic Psychology (JHP), haciéndose todos ellos
miembros de la Association for Humanistic Psychology (AHP). El primer encuentro y
fundación de la AHP tuvo lugar en Filadelfia, en el verano de 1963. La conferencia
inaugural de Maslow giró alrededor del reduccionismo y exclusividad del behaviorismo y
el psicoanálisis, lo que generó una discusión que se alargó hasta bien entrada la noche.
Aunque el acontecimiento cumbre de la constitución de la psicología humanística, como
tercera fuerza de la psicología, fue en la conferencia de noviembre de 1964. Tanto
Allport como Rogers asistieron a la misma e hicieron público su apoyo a la psicología
humanística. Así mismo, estuvieron presentes, además de Maslow, Rollo May, James
Bugental, Charlotte Buhler, George Kelly, Clark Moustakas, Gardner Murphy y Henry
Murray.
La psicología humanística es tanto una corriente teórica como un movimiento social
que otorga prioridad a la experiencia humana, a los valores, a los propósitos y a los
significados, mientras promueve el crecimiento personal y el cambio. Carl Rogers
considera que en una relación terapéutica donde se incluya la empatía y la honestidad,
será capaz de destruir los bloqueos, socializando a la persona hacia la autorrealización
intrínseca. Filosóficamente, este movimiento se adhiere al concepto de Rousseau, acerca
de que la naturaleza humana es buena pero corruptible, más que al concepto

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freudiano/hobesiano que percibe a la naturaleza humana como mala, requiriendo la
intervención correctiva de la sociedad. El punto de vista humanístico contrasta también
con el punto de vista behaviorista/lockeaniano, donde se mira a la persona como una
«pizarra en blanco», moldeada por el condicionamiento ambiental. Rollo May, añade a
este conocimiento, la influencia del existencialismo y la fenomenología, retomando a
Tillich, Kierkegaard, Heidegger, Sartre, Husserl, Jaspers, y Marcel. Apéndices de la
psicología humanística son los movimientos del potencial humano y de grupos de
encuentro (Figura 1).
FIGURA 1
CARACTERÍSTICAS COMUNES DE LAS CORRIENTES
CON ORIENTACIÓN HUMANÍSTICA

Según Tageson (1982), los principales temas que comparten todos los enfoques de la
psicología humanística son:

1. El compromiso. Tanto de la psicología como de la psicoterapia humanística. Este


concepto se sostiene por la capacidad humana de darse cuenta, lo que conduce a la
autorresolución y libertad.
2. La tendencia a la realización o al crecimiento. La importancia del punto de vista
antihomeostático de los seres humanos, luchando hacia el crecimiento y el
desarrollo antes que a mantener la estabilidad. Las decisiones están guiadas por el
darse cuenta del futuro y del presente inmediato, antes que únicamente el pasado.
3. La creencia en la capacidad humana de la autorresolución es importante y

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polémica. Las personas no están determinadas únicamente por su pasado (o su
ambiente); son agentes en la construcción de su mundo.
4. La experiencia subjetiva de cada persona es central. En un esfuerzo por
comprender la experiencia del otro, se intenta compartir su mundo, de una forma
especial, que va más allá de la dicotomía sujeto-objeto. Permitirse compartir el
mundo de la otra persona es percibido como un privilegio especial que requiere un
tipo de interrelación exclusiva.

Durante las últimas décadas, la psicología humanística se ha ido separando de la


corriente psicológica teórica, especialmente en EE UU. Esta situación ha sido
magistralmente expuesta por Giorgi (1987) en La crisis de la Psicología Humanística.

Existe un cierto número de causas interrelacionadas que explican el descenso de


contacto entre la psicología humanística y la corriente psicológica en general. Una de las
más obvias es la adopción sobre-entusiasta, sin autocritica, de algunos enfoques
humanísticos durante la «contracultura», en la década de los sesenta e inicios de los
setenta. En esta época algunos eruditos de la psicología dieron la espalda al
«descafeinado» enfoque humanístico. Smith menciona, en Psicología y humanismo
(1982), que a la Conferencia de Saybrook, de 1964 —en la que se habló seriamente del
concepto «tercera fuerza»—, asistieron personalidades del mundo de la psicología, entre
ellos: Gordon Allport, Henry Murray, Gardner Murphy, George Kelly, etc.; estos
pioneros de la psicología de la personalidad, que habían adoptado la tercera fuerza, se
salieron del movimiento insatisfechos de la dirección que ésta estaba tomando.
Los ideales humanísticos concuerdan con muchos de los objetivos del movimiento
de la contracultura, como la libertad y el individualismo. Desafortunadamente, muchas de
las técnicas de las psicoterapias humanísticas fueron aplicadas indiscriminadamente en
una gran variedad de contextos, para incrementar la práctica rápida del «darse cuenta»,
sin el soporte teórico y práctico. Es así como el enfoque humanístico, en psicoterapia,
comenzó a ser percibido como poco profesional e incluso algo peligroso para la salud
mental de los participantes. Los grupos de encuentro, las expresiones de catarsis, el
trabajo corporal y otros movimientos fueron catalogados como sospechosos.
Por otra parte, hay gran cantidad de profesionales y no profesionales, que hacen
psicoterapia y que se autoproclaman «humanísticos», que no han recibido una sólida
formación en esta corriente de psicología. Estos «cantamañanas» o «charlatanes» hacen
más daño que beneficio a la salud mental de sus pacientes o clientes, a los participantes
en los grupos que facilitan.
Algunos son profesionales y otros no lo son, todos ellos sin escrúpulos y sin

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deontología, juegan con la salud psíquica del elemento humano (véase en Apéndice A.
Código de Ética de la Asociación Europea de Terapia Gestalt, AETG).
Sin embargo, mirando con optimismo hacia el futuro de las psicoterapias
humanísticas, se están haciendo desarrollos importantes. Ahora que ha decrecido la ola
anti-intelectual y se ha incrementado la madurez de edad en la población docente-
académica de las universidades, se espera que se abran plazas en las universidades para
psicólogos jóvenes interesados en la teoría y la investigación del enfoque humanístico.
Incluso, aún más importantes, han sido algunos avances ocurridos en la psicología
teórica que encaja con los fundamentos y métodos básicos de las psicoterapias
humanísticas. Por ejemplo: Greenberg (1984) y sus asociados, han investigado sobre el
proceso y los efectos de una técnica específica —silla vacía— de la terapia Gestalt y la
integración de la terapia Gestalt con el enfoque rogeriano; Mahrer (1986; 1995), en su
versión de psicoterapia experiencial, propone ciertos pasos en los que el cliente tiene que
implicarse y abordar la profundización en las escenas del pasado (MUNGUÍA y
MUNGUÍA, en prensa).
Una de las principales razones de que naciera la corriente humanística, fue que en
este movimiento la persona está orientada hacia el crecimiento del potencial y que la
psicoterapia involucraba la facilitación de este crecimiento. Este punto de vista nació en
la década de los cincuenta, para contrarrestar la oscuridad que prevalecía con el punto de
vista anterior, de que la naturaleza humana era percibida como patológica (psicoanálisis)
o mecanicista (conductismo). Freud había descubierto la psicología patológica, pero
quedaba por descubrir la psicología de la salud. En ese momento el self fue visto como
un agente activo implicado en resolver conflictos existenciales con el fin de sobrevivir y
crecer óptimamente. En este contexto histórico, las teorías humanísticas enfatizan la
importancia del terapeuta que no influye o controla las decisiones de sus pacientes.
Percibiendo la libertad y la decisión del cliente, como fuerzas esenciales para gozar
de una buena salud psíquica. Las psicoterapias humanísticas no desean imponer sus
puntos de vista teóricos en la gente.
No obstante, con los años, los enfoques no directivos y no interpretativos, han
evolucionado hacia un nuevo punto de vista de la psicoterapia, como son el contacto
auténtico y una relación interpersonal entre dos seres humanos (cliente-terapeuta en
terapia Gestalt: sentados en la silla frente a frente, relación buberiana y dialógica del yo-
tú). Con este nuevo punto de vista, el terapeuta humanístico ha dejado aparte una
postura no directiva y no interpretativa, dirigiéndose hacia formas más profundas de la
experiencia del cliente y de la facilitación de exploraciones óptimas de situaciones
emocionales.

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En consecuencia, cualquier método puede ayudar a resolver un conflicto específico,
si se acepta dentro de la corriente experiencial humanística, siempre y cuando se ofrezca
de una forma no impositiva, respetuosa, que conceda al cliente el privilegio final de su
competencia en los asuntos relacionados con su propia experiencia (quiere decirse: nadie
conoce más sobre sí mismo que uno mismo). Lo que hace el terapeuta es facilitar el
camino para el darse cuenta del cliente. Este estilo más flexible, coloca el acento en la
facilitación de exploraciones emocionales profundas, como un medio para proporcionar y
desarrollar nuevas experiencias más enriquecedoras de interacciones con el
psicoterapeuta. Como ejemplo, se está produciendo un cambio en el abordaje terapéutico
gestáltico, en el que se enfatiza la relación yo-tú más que el uso de las técnicas. Además,
se incrementa el interés en la psicología del self y en la importancia de la empatía
(YONTEF, 1981).
Iniciando el siglo XXI, los enfoques humanísticos, después de seis décadas de
existencia, se han hecho más integrativos y se diferencian más entre sí. Los cuatro
principios elaborados en la fundación del movimiento psicoterapéutico, anteriormente
enumerados —compromiso a un enfoque fenomenológico tendencia al crecimiento
autorresolución y respeto a la persona—, han ido evolucionando. Primero, se han hecho
progresos en el enfoque fenomenológico, teorizando con el rigor de las metodologías de
las ciencias humanas e incorporando el enfoque contructivista (GREENBERG, 1984).
Así mismo, las nuevas metodologías de la investigación ayudan a los observadores a
capturar la experiencia de la persona y los significados de una manera descriptiva más
enriquecedora, mientras la perspectiva constructivista ayuda a los teóricos a ir más allá de
la teoría puramente descriptiva, llegando a la teorización explicativa más profunda, que
promueve una comprensión del proceso tratado y que conduce a la emergencia de la
experiencia.

1. VIDA Y OBRA DE ABRAHAM MASLOW


Conocer la trayectoria del fundador del movimiento, Abraham Maslow, permite mejor
comprender la esencia del enfoque humanístico. Maslow nace el primero de abril de
1908, en Nueva York; fallece repentinamente, a causa de un ataque cardiaco, el 8 de
junio de 1970. Fue el primero de una familia de siete hijos. Sus padres eran judíos-rusos
que habían emigrado a EE UU, desde Kiev. La relación de Maslow con sus padres no
fue ni íntima ni afectiva. En sus memorias, Maslow describe que no comprende cómo
está sano mentalmente, dado que su madre era esquizofrénica. Se autodescribe como
neurótico en sus primeros 20 años de existencia, tímido, nervioso, depresivo, poco feliz y
solitario: en la escuela se aislaba de los demás alumnos y dado el contexto familiar,

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pasaba prácticamente todo su tiempo en la biblioteca. A los 20 años se casa con su prima
Berta e inicia estudios en la Universidad de Wisconsin-Madison, donde recibe el
Bachelor of Arts (BA) en 1930 el Master of Arts (MA) en 1931 y el Doctorado (PhD) en
psicología en 1934. Fue asistente de E. L. Thorndike y de Harry Harlow.

En la Universidad de Wisconsin, Maslow continúa con su timidez. No obstante, es


muy apreciado por sus profesores. Enamorado del behaviorismo de Watson, en moda en
los círculos psicológicos por aquellos tiempos, se dedica a la investigación del
condicionamiento clásico en laboratorio con perros y primates. Sus primeros artículos
tratan sobre las emociones de los perros y los procesos de aprendizaje en los primates.
En su tesis doctoral explora el rol de dominancia en la conducta social y sexual de los
primates; sosteniendo que la dominancia, entre los grupos de primates, se establece por
medio del contacto visual, más que luchando.
Desde que recibió su doctorado hasta 1937, trabajó como ayudante de investigación
en psicología social en el Teachers College de la Universidad de Columbia. Su primera
posición académica como profesor la realizó en el Brooklyn College en 1937, donde
ejerce la docencia hasta 1951. Durante la II Guerra Mundial, los psicólogos exilados
alemanes, hacen de Nueva York una capital intelectual y Maslow, que reside en esa
ciudad, se asocia con los psicólogos Max Wertheimer, Erich Fromm, Karen Horney, Kurt
Goldstein y la antropóloga Ruth Benedict.
En 1951, Maslow fue invitado a dirigir el recién formado departamento de psicología
de la Brandeis University, cargo académico que ocupó durante 10 años. En 1969,
abandona Brandeis y acepta una beca de investigación de la Fundación Laughlin en
Menlo Park (California).
Inmediatamente que deja Brandeis, se convence de que la investigación moderna y
la teoría se focalizan excesivamente en sujetos que van al psicólogo por razones
patológicas. La imagen de la naturaleza humana, trazaba por los estudios de estos
pacientes, se presentaba pesimista y distorsionada. Maslow, intentando remediar esta
situación, comienza a estudiar lo que él considera un ejemplo de persona sana.
Denominándolas personas autorrealizadas, dado que tienen una alta necesidad de realizar
un trabajo importante, responsable, creativo, honrado y justo. Personas con madurez,
capaces de encarar disgustos, frustraciones, incomodidades y derrotas, sin quejas ni
abatimiento. Personas capaces de vivir en paz con lo que es imposible cambiar.

1.1. Una teoría de la motivación humana


En su artículo «A theory of human motivation» (1943) y aún más concretamente en su

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obra Motivation and Personality (1954), Maslow sostiene que, en la motivación
humana, se dan tanto altas como bajas necesidades. Ambas son instinctoïdes y están
organizadas en jerarquía. Estas necesidades son las siguientes y aparecen en este orden:
sentirse bien fisiológicamente, seguridad, amor, estima y autorrealización (Figura 2).
Cada grupo de necesidades descansa en el grupo previo. En consecuencia, siguiendo el
razonamiento de Maslow, la naturaleza humana es un continuum logro de necesidades
internas, iniciándose con necesidades fisiológicas básicas y progresando hasta las
metanecesidades, como las que están presentes en la gente autorrealizada. Por tanto, las
personas autorrealizadas han satisfecho las necesidades inferiores y buscan alcanzar las
superiores, llegando a ser capaces de alcanzar a ser todo lo que son.
Como he mencionado en la base de la pirámide de las necesidades, están las
necesidades fisiológicas, le siguen las necesidades de seguridad y de protección, de amor
y de pertenencia, de autoestima y de ser estimado por los otros y de crecimiento o de
autorrealización.
En la figura siguiente se ve que cada nivel es requisito para alcanzar el siguiente. Por
tanto, las necesidades fisiológicas tienen que recibir suficiente satisfacción, antes de que
emerjan las necesidades de seguridad, y éstas deben recibir suficiente satisfacción antes
de que broten o surjan las de pertenencia, y así sucesivamente.
Uno los grandes valores de esta teoría es que puede utilizarse como una guía
existencial. Sostiene que, en una temprana edad, se establecen las bases para la
supervivencia y seguridad. Una vez que estas necesidades se han satisfecho, se buscan
los amigos que ofrecen pertenencia (inclusión), le siguen las realizaciones y, finalmente,
la autorrealización.
FIGURA 2
JERARQUÍA DE NECESIDADES BÁSICAS

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Si efectivamente la teoría de Maslow es un reflejo exacto del desarrollo humano,
ésta debe existir de alguna forma en el acervo o patrimonio y el folclore de cada cultura,
lo que así parece ser. Voltaire, en Candide, sugiere que cuidar un jardín es un requisito
para salvar el mundo filosofando. El hindú vive en la casa familiar antes de irse a vivir al
bosque o renuncia a la búsqueda de la unión con Dios. Y los sufíes hacen a menudo
tareas serviles, como una vía que lleva a la autorrealización.

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1.2. Religión, valores y experiencia cumbre
En Religion, values and peak experience (1964), Maslow mantiene que se puede
encontrar, en las personas autorrealizadas, la guía o los valores por los que desea vivir.
Estos valores son la base de una ciencia de la ética. En la misma obra concluye que las
personas autorrealizadas han tenido experiencias sencillas y naturales de éxtasis o
felicidad, momentos de gran valor, experiencias intensas, que denomina experiencias
cumbres. Este término:
… es una generalización de los mejores momentos del ser humano, los más felices de la vida, de las
experiencia de éxtasis… dicha, máximo goce. Descubrir que tales experiencias provienen de profundas
experiencias estéticas, como los éxtasis creativos, momentos de amor maduro, experiencias sexuales
perfectas, amor paternal y maternal, experiencias de parto natural y muchas otras (MASLOW, 1994:
133).

Así mismo, Maslow advierte del absurdo que significa estudiar únicamente las
personas poco motivadas. Sugiere que se tome el 1% de las personas que se
autorrealizan y descubriremos sus capacidades, cómo están motivadas, cómo funcionan
y cómo perciben el mundo. Maslow construye una nueva visión de posibilidad humana,
una psicología desde la gente que ejemplifica las altas capacidades del funcionamiento
humano, antes que las capacidades de la media o inferiores.

1.3 La psicología organizacional eupsequiana


Una institución eupsequiana está orientada hacia la persona. Hace referencia a una
cultura que cuente con mil personas que se autorrealizan, viviendo todas ellas en una isla
protegida en donde no existiera interferencia externa. También significa ir a la búsqueda
de la salud psicológica. Se necesita conocer cuál es esta salud mental, antes de intentar
comprender la enfermedad mental.
En Eupsychian Management (1965), Maslow introduce sus ideas en el entonces
novedoso campo de la psicología organizacional. En ese trabajo, partiendo de la premisa
de que no se puede mejorar el mundo por medio de la psicoterapia individual, presenta
sus ideas sobre una buena organización psicológica (eupsychia). En este libro, mantiene
que los trabajadores pueden alcanzar la productividad más elevada posible, siempre y
cuando en su humanismo y potencial para la autorrealización tengan la oportunidad de
crecer, de tal forma que el nivel más alto de necesidades o metanecesidades pueda ser
alcanzado.
Maslow tiene una visión del ideal de la sociedad en la que la libertad y el desarrollo
individual predominen —una utopía psicológica conocida como eupsiquia—. Mantiene
un compromiso dual que consiste en: a) encontrar la «verdad», describiendo la realidad

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tal como realmente es, y b) dirigida hacia una realidad social que debería nutrir el ser. Y
estas dos tareas están, a menudo, fundidas inconscientemente (Figura 3).
FIGURA 3
VISIÓN SOCIAL DE MASLOW

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La cultura, la autorrealización y la fuente de
energía humana 1.4
En The Farther reaches of human nature (1971), traducida al español por Mas allá de la
naturaleza humana, Maslow afirma que las culturas con personas apáticas, irritantes y
sacralizadas, constituyen una jerarquía de salud cultural en incremento.
Las culturas sacralizadas ayudan a que la gente se autorrealice, se humanice. Se
caracterizan por un alto y positivo compromiso en todas las actividades y roles sociales.
En tales sistemas culturales, todo lo que una persona hace se supone que es importante y
valioso. Se tiende a maximizar el nivel activo de energía y a experienciar o vivenciar el
fluir de cualquier cosa que ocurra. El tiempo y la energía son abundantes: no hay
necesidad de urgencia, si lo que estoy haciendo ahora siento que es tan valioso para mí
como lo que haga después. En consecuencia, los conceptos «quemar el tiempo» o
«quemar esfuerzos» no tienen significado. Más aún, dado que en este tipo de cultura
todo es sacralizado, no se necesita negar o reprimir las propias tendencias y la energía

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propia puede fluir sin esfuerzo hacia metas productivas. La implicación en múltiples
roles, con múltiples personas, no se vivirá como estar sobrecargado, la producción social
de energía funcionará en su máximo. La gente que está altamente comprometida, en
todas sus actividades, encontrará una gran cantidad de energía para todas ellas. Por
tanto, este tipo de personas no tendrá ocasión de apelar al escaso tiempo y energía
disponibles para realizar obligaciones sociales.
Las culturas de tipo sacralizado mantienen un alto y positivo compromiso, no
irritante, ni apático. De este modo promueven un funcionamiento óptimo de la energía
humana, fomentando un abrirse a todo lo que sus miembros hacen. Estas culturas
sacralizadas encuentran formas de resacralizar la rutina institucionalizada con estados
alterados de conciencia, en los que el mundo de la rutina es transcendido y activado, por
las potentes energías extraídas de estas realidades alternas. A continuación se presentan
dos ejemplos, en cuyos elementos narrativos se pueden ver con claridad estas formas de
estados alterados en culturas sacralizadas: el primero es de los senoi que viven en la
Península de Malay y se especializan en sueños. Para ellos los sueños son muy
importantes como para considerarlos productos de la casualidad. A los niños senoi se les
motiva a relatar sus sueños tan pronto como empiezan a hablar. Se les aconseja a nunca
ser víctimas de un sueño, sino que tienen que confrontarlo y conquistar su peligro.
Obteniendo siempre algún producto creativo del mundo de los sueños, como puede ser
una canción o un baile. En la adolescencia, cada senoi conoce rutinariamente las reglas
de los sueños. Cada mañana, en el desayuno, los sueños de los senoi son interpretados
en cada familia. Después, cada adulto senoi reúne muchos sueños de muchas familias.
Actividades de la vida cotidiana son frecuentemente dedicadas a proyectos grupales
basados en temas de sueños. Vestidos, pinturas, bailes o canciones que primero fueron
vividos en sueños y después materializados en actividades, e incluso se toman decisiones
importantes (como mover el recinto completo) según la información facilitada por el
sueño. Los senoi son reconocidos por su extraordinaria madurez emocional, su estilo de
vida democrática y cooperativa, su avanzada creatividad y su ausencia de trastornos
neuróticos y psicóticos: ¡un paraíso del desempleo para el psiquiatra y el psicólogo clínico
terapeuta!
El segundo ejemplo es el grupo africano zhu/twasi, dedicado a la caza y que vive en
el desierto de Kalahari. Estas personas son especialistas en una forma de trascendencia
que llaman ¡Kia, y lo llevan a cabo en un ritual, en la ejecución de un baile, realizado dos
veces por semana. Las mujeres bailan alrededor del fuego cantando canciones ¡Kia,
dando palmadas rítmicamente. Los hombres también bailan en un círculo alrededor de
las mujeres. El ¡Kia se da cuando una forma de energía (conocida como n/um) se inicia
en el estómago, empieza a dar calor y sube por la espina dorsal hasta llegar a la cabeza.

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La persona que entra en este estado ¡Kia, es lanzada a una vivencia diferente. Es una
experiencia emocionalmente explosiva y profundamente personal, una aventura privada
en la que el grupo es temporalmente dejado a un lado. Está claro que ningún zhu/twasi
entra por casualidad en este estado, como ningún senoi cae por azar en las técnicas
creativas que se encuentran al interior de los estados del sueño. Los niños zhu/twasi
juegan ¡Kia a una edad muy temprana, imitando pasos y gestos de los bailes y el estado
¡Kia en sí mismo. Los miembros de la familia proporcionan información acerca del ¡Kia
y, más tarde, el aprendiz tendrá un maestro n/um. Durante los bailes, el experimentado
maestro n/um, trabajará junto al aprendiz, enseñándole a regular la temperatura de la
energía, de tal forma que ésta no llegue a ser muy elevada, hasta que finalmente el
novicio sea capaz de llegar al ¡Kia por sí mismo. Lo mismo que los senoi retornan el
sueño individual al grupo y a las ventajas culturales; así el zhu/twasi utiliza la fuerza de la
energía n/um para fines sociales, básicamente para curaciones. Cuando un zhu/twasi llega
a ser un maestro n/um, todos ganan. Con su dimensión religiosa, médica y social, el ¡Kia
es una fuerza principal en esa cultura. La ayuda del ¡Kia, permite que la rutina cotidiana
sea periódicamente activada y salvada del tedio y los zhu/twasi son, por tanto, más
capaces de mantener su sacralizada postura hacia todas sus rutinas.
Mientras que en las culturas irritantes se dan altos y bajos compromisos, algunas
actividades y roles sociales son más importantes, valiosos o mejores que otros. Estas
culturas irritantes tienden, por tanto, a energetizar sus miembros en algunas actividades y
con algunas personas y desenergetizarlas en otras actividades y otras personas. Cuanto
más limitado sea el rango de los compromisos, más ahogada o desenergertizada se sentirá
la persona. En estas culturas, la energía y el tiempo serán escasos. En las actividades de
bajo compromiso, la energía se perderá al tener siempre cosas mejores y más
importantes que hacer. Por otra parte, la producción de energía y el tiempo, para las
actividades con alto compromiso, pueden llegar a ser enormes y nunca será suficiente.
Los «sobrecompromisos» son la analogía cultural de las obsesiones. La fuerza de la
identidad y la autoestima descansarán desproporcionadamente en realizaciones exitosas
en las áreas de alto compromiso y la cultura movilizará su arsenal de castigos y
reforzadores (especialmente bienes materiales, fuerza, poder y prestigio), en nombre de
estas altas realizaciones, retirando el soporte a aquellos individuos que fracasan. De esta
forma, las personas sobrecomprometidas tienden a ampliar sus proyectos mutuos
indefinidamente, ya que estos proyectos simplemente tienen más significado que otros en
sus vidas. Los síntomas más visibles en estas personas serán la fatiga, la tensión y el
burnout (quemado laboral). Cuanto más grande sea el puente entre los bajos y los altos
compromisos, más crónicas serán estas metapsicologías. La alta inversión de energía en
las áreas sobrecomprometidas conducirá a la ansiedad crónica, originando altas

180
preocupaciones acerca de la eficacia en las mismas. La tensión que sigue es responsable
de la fatiga y la aceleración del esfuerzo tóxico (en lugar de un esfuerzo sano). Cuando
una actividad se convierte en algo muy importante es muy difícil mantenerse relajado,
libre en el fluir (o sea, sin hacer esfuerzo, dejando que «el río fluya»), evitando que los
músculos peleen contra ellos mismos. En estas personas, el disculparse del escaso tiempo
y energía es frecuente (por ejemplo: «Me gustaría hacerlo, pero estoy muy cansado» o
«Me gustaría hacerlo, pero no tengo tiempo»).
Conviene detenerse en esta página para analizar, aunque sólo sea de manera
superficial, para hablar acerca de una reciente enfermedad laboral, mencionada una
página más arriba: el burnout. Este síndrome del «quemado» produce agotamiento o
cansancio físico —con síntomas físicos como: insomnio, aumento de la presión arterial,
alteraciones gastrointestinales, alteración de los niveles del colesterol dañino, trastornos
dermatológicos, cefaleas continuas, etc.— y psíquico (emocional), por la acumulación de
estrés, con sentimientos de infelicidad, descontento y frustración.
Otros síntomas asociados son: despersonalización, disminución de la autorrealización
personal y baja entrega a los demás. Este síndrome afecta o «golpea» principalmente a
profesionales de las áreas de interrelación en el campo humano (educadores, personal de
sanidad y de servicios sociales, policías, trabajadores penitenciarios, empresarios,
ejecutivos y trabajadores de empleos rutinarios y monótonos). Esta interrelación humana
obliga a implicarse en los trastornos emocionales y preocupaciones de los demás, como el
miedo, el odio, la desesperación, el rechazo, etc. Común en la enseñanza (profesores) y
en la sanidad (médicos y enfermeras). Cerca del 30% de las consultas laborales están
relacionadas con consultas psiquiátricas y de este porcentaje, el 15% lo hace por
burnout. (Véase el apartado autocuidado del facilitador del grupo, en la tercera parte de
este libro.)

En las culturas apáticas o indiferentes hacia los compromisos, lo que se haga es tan
poco importante como cualquier otra cosa. En su forma extrema, una completa ausencia
de valores positivos creará una vida apática destructiva y no se dará ninguna producción
social de energía humana. Surgirán las metapsicologías de agotamiento, pérdida de
entusiasmo en la vida, aburrimiento, fatiga, poco sentido del humor, insignificancia y
otros síntomas descritos por Maslow (1971: 318).
De este modo estar abierto al mundo, al otro, es visto como un maestro que facilita
el proceso; y estar cerrado es como un maestro que inhibe el proceso. Breve, estar
abierto o cerrado, inspirado o no, no es exclusivo ni un asunto de idiosincrasia personal,
sino que supone estar modelado por la propiedades culturales. Ahora, infiero que queda
claro que las culturas irritantes fomentan el abrirse hacia las actividades

181
sobrecomprometidas y a los roles sociales. Más aún, «los sobrecompromisos» fomentan
únicamente la overtura parcial, dado que la ansiedad y la preocupación por el propio rol
en estas áreas atraerá cierta retirada, reduciendo la inspiración en ambos sentidos, el
literal y el no literal. Gráficamente estar cerrado se expresa como estar «atado» (Figura
4).
Ahora le corresponde al lector el ejercicio mental de identificar qué culturas de las
que él conoce son sacralizantes, irritantes o apáticas.
FIGURA 4
TIPOS DE CULTURAS

182
Para localizar la fuente de la energía humana, tal vez, no tengamos que elegir entre
el individuo y la sociedad. La energía emerge como un producto de la interrelación entre
el self y el mundo, entre lo intrínseco y lo extrínseco. El concepto rogeriano, «abierto a la
experiencia», sugiere este puente. En breve, a veces nos sentimos más abiertos a la
experiencia y a veces más cerrados. Estar abiertos energetiza y estar cerrado agota.
Claramente, la vida social de todo tipo es un energizante, dado que la gente elige abrirse a
otras personas. Si la energía humana es consecuencia de la interrelación
persona/ambiente y no es una propiedad inherente a alguien o algo, entonces podremos
producirla cuando hagamos el puente entre el mundo interno y el externo. Esto implica
un punto de vista transpersonal del self energetizado más que una baja socialización o
una sobresocialización.
Maslow señala que los valores de la autorrealización no son extraídos del interior de
la persona, como si fueran propiedades atomísticas, más bien, estos valores emergen

183
como una transición entre el self y el mundo, y el self y el mundo constituyen, entonces,
los valores transpersonales (Figura 5).
En uno de los apéndices (C) de la obra The farther reaches of human nature (1971,
en español, La personalidad creadora 1983), se describe un estudio intercultural de la
adolescencia y la delincuencia juvenil entre los Estados Unidos de Nortea mérica y los
Estados Unidos Mexicanos, escrito por Maslow y Díaz Guerrero. A pesar de que han
transcurrido casi 40 años desde que se publicó el original de este estudio, el mismo sigue
siendo de actualidad, analizando en sus escasas 30 páginas (335-364), las grandes
diferencias que se dan en la juventud de estos dos países, así como la composición de la
familia. Por ejemplo, en la cultura mexicana el padre en la familia está más ausente
físicamente que el padre norteamericano. Sin embargo, el padre mexicano, aun estando
físicamente ausente, está más presente psicológicamente que el padre norteamericano.
FIGURA 5
LA GENERACIÓN DE ENERGÍA

1.5 La deficiencia en la motivación


En Motivation and personality (1954), Maslow presenta una serie de ensayos que
comenzó a escribir en 1941. Uno de los puntos básicos de este libro es que la deficiencia
en la motivación es la condición normal de cada persona en un estadio de desarrollo
inicial. Después, las necesidades básicas dominan el organismo y éstas pueden ser
únicamente satisfechas «desde afuera de la persona».
En toda su obra, Maslow utiliza términos como autorrealización, llegar a ser, libertad

184
individual, crecimiento, tolerancia, etc. y enfatiza el optimismo, el pluralismo, el progreso
y el desarrollo gradual hacia la perfección. El autoconocimiento y la autocomprensión son
los caminos más importantes hacia la autorrealización.

En la selección que hace de las personas que se autorrealizan, éstas son demócratas,
autónomas e individualistas, prefieren implicarse en los asuntos relacionados con la
injusticia social, prefieren trabajar desde el interior del sistema más que estando afuera.
Su noción del progreso individual está asentada sobre las leyes universales de la biología.
Es un punto de vista a-histórico de la naturaleza, anclado en su concepto instinctoïde: el
fundamento de su teoría de autorrealización. Su concepto de naturaleza humana como
primario y el ambiente como secundario, es similar al del «hombre natural» de Rousseau;
tal vez este filosofo francés inspiró a Maslow en el «concepto de la persona
psiquiátricamente sana, el hombre eupsíquico, que es en efecto el hombre natural»
(1954: 340). El hombre está presionado, por su propia naturaleza, a ir hacia una
realización más perfecta y el ambiente no ofrece estas potencialidades (Figura 6).
Maslow (1954: 351) pone el acento en la libertad interna más que en la externa.
Los individuos saludables no son visibles externamente… Tienen libertad interna … deben ser
considerados psicológicamente autónomos, quiere decirse relativamente independientes de la cultura. La
libertad externa parece ser menos importante que la libertad interna.

FIGURA 6
EL PROCESO AUTORREALIZADOR EN EL DESARROLLO DEL
HOMBRE

185
Para Maslow hay dos tipos de personas: a) aquellas que se autorrealizan, que están
psicológicamente sanas y que tienen el control de sus vidas —esta es una élite que
representa un 1% de la población— y b) aquellas que no se realizan, que se encuentran
impotentes hacia las adversidades existenciales que les pueden surgir en el camino. Las
primeras son perseverantes, tienen destrezas para sacar un proyecto o situación adelante,
a pesar de las oposiciones y retrocesos decepcionantes. Tienen paciencia o un buen nivel
de tolerancia a la frustración: posponen el placer inmediato a favor de un beneficio a
largo plazo.

1.6 Hacia una psicología del ser

186
En Toward of Psychology of Being (1962: 211. Hacia una psicología del ser), Maslow
percibe las capacidades de la autorrealización como «potenciales hereditarios », que se
encuentran esencialmente en el interior de la persona y no son creadas o inventadas por
la sociedad».

El prefacio de esta 2ª edición inicia así:


Es mucho lo que ha ocurrido en el mundo de la psicología desde que este libro fue inicialmente publicado.
La psicología humanística —como se la ha llamado más frecuentemente—, está ahora sólidamente
establecida como una viable tercera alternativa a la psicología behaviorista objetiva… y al enfoque
freudiano ortodoxo… Más aún, comienza a ser utilizada en educación, industria, religión, organizaciones,
psicoterapia y en el autoperfeccionamiento y otras varias organizaciones eupsequianas, revistas científicas
e individuos.

1.7 Influencias en la teoría de Maslow


1.7.1 Psicología Gestalt
He mencionado anteriormente que Maslow tuvo, en 1930 en la ciudad de Nueva York,
varios encuentros académicos con Kurt Goldstein. Histórico acontecimiento que fue
reconocido por Maslow, muchos años después, como afortunado. Como expresión de
gratitud por esta deuda intelectual, dedica a Goldstein la obra Psychology of Being (1962:
xi). Lo que enfatiza en el prefacio cuando escribe: «Mi deuda intelectual a Kurt Goldstein
es tan grande que le dedico este libro». Y unas páginas antes, al referirse al nacimiento de
la tercera fuerza:
Si tuviera que expresar en una sola frase qué significa para mi Psicología Humanística, diría que es una
integración de Goldstein (y la Psicología Gestalt) con Freud (y otras psicologías psicodinámicas), la
totalidad unida al espíritu científico que aprendí de mis maestros en la Universidad de Wisconsin.

Maslow sostiene que Goldstein influye en su pensamiento con dos importantes


aspectos:
El «frío» aspecto de la psicología Gestalt puede integrarse con las psicologías de
corte psicodinámicas.
La formulación del enfoque holístico-dinámico, que proviene de la psicología
organísmica de Goldstein, en el sentido que es holística, funcional, dinámica, más
que atomística, taxonómica, estática y mecánica.
Maslow llegó a ser altamente reconocido en los círculos académicos de la psicología
por sus estudios sobre la autorrealización (self-actualization). Sin embargo, este término
fue acuñado por primera vez por Goldstein en sus investigaciones sobre veteranos de la

187
guerra con lesión cerebral. Goldstein utilizó este concepto para explicar la reorganización
de las capacidades de una persona, después de una lesión. Según Goldstein, un
organismo dañado intenta sobrevivir reorganizándose en una nueva unidad que incorpora
el daño. En este sentido, el organismo es activo, el mismo genera y se recrea a medida
que lucha por conseguir la autorrealización.
Maslow reconoce que adopta el concepto de autorrealización de Goldstein, aunque
Goldstein lo utiliza en un sentido más amplio. Para Maslow, la autorrealización significa
la tendencia que tiene la persona a actualizar su potencial intrínseco: el deseo de llegar a
ser todo lo que se es capaz de llegar a ser; quiere decirse, lograr la máxima realización de
los propios potenciales y de la naturaleza intrínseca. Maslow, como Goldstein, cree que
la gratificación de las necesidades básicas específicas ayuda a la persona a conseguir la
autorrealización y este es el motivo principal de la existencia humana.
Asimismo, Maslow realiza análisis comparativos de los estudios realizados por
Goldstein, con sujetos lesionados cerebrales y el enfoque skinneriano de la psicología
behaviorista. Examinando la reducción en las habilidades de pensamiento concretas y
abstractas de los lesionados. Éstos no piensan en términos de categorías generales y son
incapaces de integrar fenómenos separados en una unidad. Por ejemplo, cuando ven un
color, lo ven aislado y les resulta imposible compararlo con otro color o categoría. Este
fenómeno, según Maslow, representa una «atención selectiva» o «neurosis obsesiva»,
similar al concepto skinneriano de estrés por lo predecible, por el control. En ambos
casos, el sujeto mantiene el equilibrio evitando lo desconocido o poco familiar,
organizando y ordenando su reducido mundo, de tal forma que no se den cambios. En
otras palabras, reducen su mundo con el fin de evitar problemas que son incapaces de
manejar. Eluden el contacto y deflectan, utilizando los conceptos gestálticos conocidos
como resistencias (CASTANEDO, 1993, 1997, 2001) (Figura 7).

Maslow aprendió psicología Gestalt de Max Wertheimer (a este último Fritz Perls
dedica su libro Ego, hambre y agresión. Los comienzos de la Terapia Gestalt, 1947) y
Kurt Koffka en The New School for Social Research (Nueva York), a finales de la
década de los treinta. Aunque fue Wertheimer quien más le impactó. Maslow le describe,
a este último, como una persona muy cariñosa, que fue para él como un padre,
respondiendo siempre a todas sus preguntas. En los prefacios de sus mejores
publicaciones, expresa su deuda a la psicología Gestalt y en especial a Wertheimer.
Además, en Religions, Values and Peak Experience (1964: 69-70), clasifica la terapia
Gestalt dentro de las corrientes más importantes de la tercera fuerza en psicología.
FIGURA 7
LA AUTORREALIZACIÓN DE MASLOW Y GOLDSTEIN

188
Aunque Maslow enfáticamente lamenta que las lecciones recibidas de la psicología
Gestalt no hayan sido introducidas en la corriente psicológica, en la psicología Gestalt,
una persona es una unidad irreducible, en la que cada aspecto de su personalidad es parte
de un patrón interrelacionado que se basa en diferentes relaciones entre el organismo y el
ambiente. El concepto de síndrome —una suma de síntomas que se dan
simultáneamente en un mismo organismo—, en el enfoque holístico de Maslow, es un
buen ejemplo de lo que éste retoma de la psicología Gestalt.
No obstante, Maslow no fue simplemente un seguidor de la psicología Gestalt. Se
asegura de recalcar que su psicología de la salud y del crecimiento representan un intento
de integrar la teoría de la psicología Gestalt con las psicologías dinámicas y
funcionalistas. Como ejemplo, en su brillante artículo «A
theory of human motivation» (1943), sostiene que su teoría sobre la motivación funde la
tradición funcionalista con el holismo de la Gestalt y el dinamismo del psicoanálisis. Este
último considera que la salud mental es el resultado de un superego o un código moral

189
poco realista y muestra o evidencia la incapacidad del paciente para afrontar el conflicto
resultante.

1.7.2 Pensamiento oriental


Maslow fue uno de los psicólogos humanísticos que más se ha referido al pensamiento
oriental. La primera vez que oye hablar acerca del el taoísmo fue en los seminarios de
Wertheimer en The New School for Social Research. En 1949, ya utiliza el taoísmo para
describir la espontaneidad como el componente expresivo de la conducta. Más tarde, se
refiere al taoísmo como sinónimo de pasividad o resignación, en la compresión de la
naturaleza y del self. A menudo, escribe, las psicologías occidentales deberían aprender
de la tradición taoísta, cuando se explora el interior de la naturaleza humana. Con esto
quiere decir que el científico debería ser receptivo, confiado, relajado y dejar que las
cosas ocurran por sí solas, sin interferir, con el fin de que se llegue a un conocimiento
experiencial desde adentro. Maslow explora las semejanzas entre los conceptos satori,
nirvana, experiencias cumbres y autorrealización.
En Psychology of Science (1966), Maslow dedica un capítulo a la «ciencia taoísta».
La describe como un enfoque al aprendizaje, que complementa la ciencia occidental,
argumentando que la organización, clasificación y los métodos de conceptualización de la
ciencia occidental trasladan nuestra percepción de la realidad a una esfera abstracta,
inventada por la mente. Este aspecto, considerado negativo de la ciencia occidental,
debería balancearse con la experiencia receptiva y contemplativa del taoísmo.
Según Maslow, la naturaleza humana depende de la biología y la cultura. Para él no
existe la naturaleza humana sin la existencia del cuerpo humano. No obstante, también
parece evidente que un simple determinismo biológico no explica la naturaleza humana.
Así mismo, la agresión humana tiene un componente cultural más que hereditario.
Un punto de vista central a la naturaleza humana es el concepto de instinctoïde,
núcleo central del organismo humano. Las capacidades innatas, los talentos y las
idionsicracias tienen base biológica en el núcleo interno. Sin embargo, este núcleo
biológico existe simplemente como potencial bruto, esperando ser desarrollado
subjetivamente o actualizado por la persona. En el proceso de actualización o supresión
intervienen dos dimensiones: cultural y psicológica. Las potencialidades específicas del
cuerpo humano son, por una parte, moldeadas por la familia, la educación, el entorno y
la cultura; por otra, son determinadas por la persona misma, por sus preferencias,
decisiones y deseos. Todo lo que Jean Paul Sartre llama «proyecto» (Figura 8).
FIGURA 8

190
FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA AUTORREALIZACIÓN,
SEGÚN MASLOW

Maslow enfatiza la importancia de un entorno cultural justo, dado que cree que el
potencial biológico humano es muy maleable. Una sociedad sinergética (véanse los
factores del POI) debería crear condiciones especiales que alentaran a la libre expresión
de la naturaleza humana instinctoïde. Y más importante aún, debería permitir al
organismo humano autorrealizarse positivamente por medios subjetivos elegidos. Para
Maslow, las preferencias subjetivas no significan lo mismo que para los existencialistas
sartrianos. Las preferencias, desde esta perspectiva, están determinadas por el núcleo
específico biológico, que reside en el interior de la persona. La persona necesita
reconocer estos impulsos (o instintos) en su propio cuerpo, queriendo y respetando su
propio organismo biológico, actualizando después su potencial. No obstante, en ausencia
de fundamentos biológicos de naturaleza humana, la persona como ser subjetivo es
responsable de la manera en que individualiza y autorrealiza su propia existencia.
Finalmente, el agente activo es el individuo, el que elige, el maestro de sí mismo, el
arquitecto de su propia existencia.
Maslow argumenta, simplificando la importancia del mismo individuo en el
desdoblamiento de su propio potencial, que el núcleo interno se desarrolla únicamente
por medio de un proceso de autodescubrimiento o de creación. Aunque el organismo se
desarrolla desde su interior en virtud de las tendencias al crecimiento interno, la forma en
que se realiza este desarrollo depende de la persona. Maslow concuerda con Carl Rogers
en que existen tendencias positivas al crecimiento, ocultas en el interior del organismo,

191
conduciendo a éste a un desarrollo total. También concuerda con Rogers en que uno de
los objetivos principales de la psicoterapia consiste en crear un entorno terapéutico que
conduzca al autodescubrimiento.

Maslow estuvo interesadísimo en la ética, argumentando que es posible hacer un


estudio científico de los valores humanos. Considerando lo axiológico profundamente
anclado en la naturaleza humana, creyendo que la posesión de valores erróneos es una
forma de enfermedad mental. Los pseudovalores incluyen la negación del núcleo
biológico interno, la inhibición del crecimiento, esperando lo que no es bueno para la
persona. Por otra parte, la salud mental es sinónimo de un buen crecimiento hacia la
autorrealización o el desarrollo y actualización al máximo de las capacidades latentes
dentro del núcleo biológico. Maslow considera que los valores correctos son aquellos que
conducen a la autorrealización. Ésta es siempre posible, dado que la naturaleza humana
es fundamentalmente fiable, se autogobierna y se autoprotege. La naturaleza humana se
desdobla y crece en la dirección correcta, si se le proporciona un entorno sinergético y
libre de autoexpresión. El concepto rogeriano de «persona funcionando al máximo»
sugiere las implicaciones éticas del concepto de autorrealización (Figura 9).
FIGURA 9
LOS VALORES EN LA ÉTICA AUTORREALIZADORA

En todo caso, el concepto maslowiano más famoso es el de jerarquía de


necesidades. Este es el núcleo central de la naturaleza humana, compuesto de impulsos e
instintos que crean las necesidades básicas al interior del individuo. Estas necesidades
tienen que ser satisfechas, de no ser así, originan frustración y enfermedad. Las

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necesidades más básicas son las fisiológicas y se relacionan con la supervivencia. Si las
necesidades fisiológicas no son satisfechas, todas las otras serán temporalmente puestas a
un lado. Cuando éstas sean satisfechas, surgirán unas superiores, como son la seguridad.
Y cuando la seguridad esté satisfecha, aparecerán las de amor y estima. Después llegan
las necesidades sociales, que se encuentran en lo más alto de la pirámide de la jerarquía
de necesidades de Maslow, siendo el más alto nivel de la persona autorrealizada.
Según Maslow, la fuerza que gratifica las necesidades es intinctoïde: las necesidades
tienen que ser gratificadas o la salud mental se deteriora. En la enfermedad mental la
persona busca compulsivamente la gratificación de una necesidad en especial y no se
mueve hacia las superiores, hasta que no la obtiene. Por otra parte, la persona que se
autorrealiza tiene una vida enriquecida, utiliza todo el potencial de que dispone. Otras
personas, no autorrealizadas, están tan ocupadas intentando ejercer control sobre los
otros, que no se dan tiempo para darle sentido a su vida. No son libres de hacer todo lo
que la vida les ofrece, ni confían en sus recursos para vivir. La manipulación les
mantiene con ceguera psicológica.
FIGURA 10
INFLUENCIAS EN EL PENSAMIENTO DE MASLOW

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