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La Psicología Humanista

La psicología humanista es una corriente de la psicología que surge a mediados


del siglo XX. Nace como una alternativa a las dos fuerzas principales, el
conductismo y el psicoanálisis, para dar una respuesta diferente, abordando los
problemas del ser humano, ofreciendo una perspectiva desde el ámbito de la
salud, más que de la enfermedad.

La denominación Tercera Fuerza que se asocia a la psicología humanista fue


acuñada por Abraham Maslow – considerado uno de los teóricos humanistas más
relevantes y autor de la famosa pirámide psicológica de las necesidades humanas
– con el objetivo de demostrar que esta nueva escuela psicológica proponía
integrar las ideas aparentemente opuestas que se contraponían en el momento: el
conductismo y el psicoanálisis.

Estos autores tienen una visión de la condición humana basada en la libertad, el


significado de la vida, las emociones y la responsabilidad. Consideran al individuo
como un ser responsable de su vida y de sus actos, capaz de encontrar su propio
camino hacia la libertad.

La Psicología Humanista (humanismo) se basa en la creencia de que la gente es


buena por naturaleza. Este tipo de psicología sostiene que la moral, los valores
éticos y las buenas intenciones son las fuerzas impulsoras de la conducta,
mientras que las experiencias sociales o psicológicas adversos pueden atribuirse
a desviaciones de las tendencias naturales.

El Humanismo incorpora una variedad de técnicas terapéuticas se centran en el


potencial individual de cada uno y hacen hincapié en la auto-realización personal.

La Psicología humanista se caracterizó por apoyarse en alguna concepción del ser


humano de índole filosófica (con antecedentes que van de Sócrates a la
fenomenología y la filosofía de la existencia y existencialismo), con raíces en
Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger, Merleau-Ponty y Sartre, desde donde se
abordan temáticas como la libertad de decisión, la búsqueda de sentido, la
experiencia inmediata y la personalidad como un proceso en desarrollo.

Surgió como reacción al reduccionismo del conductismo y el psicoanálisis


ortodoxo freudiano, dos teorías con planteamientos opuestos en muchos sentidos,
pero que predominaban en ese momento; hay que aclarar que ―contrario al
conductismo (de pensamiento monista, materialista y determinista)― el
psicoanálisis se fundamenta en la filosofía humanista y desde siempre ha
pretendido que la persona sea responsable de sí misma y de su devenir; por tanto,
esta última ha dado muchos aportes al desarrollo de la Psicología humanista.
Pretende la consideración global de la persona y la acentuación en sus aspectos
existenciales (la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad),
criticando a una Psicología que, hasta entonces, se había inscrito exclusivamente
como una ciencia natural, intentando reducir al ser humano a variables
cuantificables (conductismo), o que, en el caso del psicoanálisis, se había
centrado en los aspectos negativos y patológicos de las personas (la enfermedad
humana). Es decir: tanto el psicoanálisis, como el conductismo, se basaban,
principalmente, en tratar al ser humano como animal, cosa que es, pero no
solamente. (El psicoanálisis se centraba en los instintos y el conductismo en los
mecanismos de acción, reacción y refuerzo.)

Por esto, uno de los teóricos humanistas más importantes de la época, el


psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908-1970), quien había
incursionado en el conductismo, denominó a este movimiento la Tercera Fuerza,
para mostrar lo que se proponía con esta corriente: integrar las formas
(aparentemente opuestas) en que se expresaba el quehacer psicológico de la
época (conductismo y psicoanálisis) y dar un paso más allá de las mismas.

Antecedentes

El pensamiento que influyó en el surgimiento de esta corriente es muy amplio y


podría resumirse como el que generaron todos aquellos que se han resistido a
reducir la Psicología y el estudio de los seres humanos a una mera ciencia natural.
Sin embargo, se pueden sistematizar sus influencias en varios grupos principales:

 En cuanto a la crítica al mecanicismo y reduccionismo de la Psicología en


tanto ciencia natural y su propuesta de poner énfasis en la intencionalidad
del ser humano como individuo total, se puede citar a Franz Brentano y su
concepto de intencionalidad, a Oswald Külpe, con su antielementarismo,
a Wilhelm Dilthey y a William James, con su estudio sobre la conciencia y
la introspección.

 En el aporte de figuras disidentes de la ortodoxia freudiana, se pueden


contar como influencias: a Erich Fromm, con su foco en la búsqueda
existencial de los seres humanos, a Karen Horney, a Erik Erikson, con su
concepción sociocultural del desarrollo humano, a Fritz Perls y el desarrollo
de la Terapia Gestalt, a Carl Gustav Jung, con su estudio de la
espiritualidad humana y su lucha por autodesarrollarse, a Alfred Adler, con
el complejo de inferioridad y su ulterior voluntad de poderío, a Wilhelm
Reich, con su reivindicación del cuerpo en la Psicoterapia, a Eric Berne,
padre del Análisis Transaccional, con su contribución sobre los juegos
psicológicos y el guion psicológico y a Viktor Frankl, con la creación de
la Logoterapia y la búsqueda del sentido de la existencia que esta propone.
(No obstante, este último realizó una importante crítica a la Psicología
humanista.)

 Las teorías de la personalidad que emergieron en esos momentos y que


intentaron mostrar al ser humano más en función de sus motivaciones y
necesidades que en función de sus patologías o determinaciones, como las
de Gordon Allport y Henry Murray.

 El método fenomenológico redefinido por Edmund Husserl, la ontología


de Martin Heidegger, la teoría existencial de Søren Kierkegaard, quien
influyó a autores como Karl Jaspers, Medard Boss y Ludwig
Binswanger (en Europa) y Rollo May.

Terapia Humanista

Si bien nuestra principal influencia es de base gestáltica, en Terapia


Humanista incorporamos abiertamente los enfoques y métodos de otras ramas de
la psicología y de la psicoterapia, precisamente para poder ampliar nuestro trabajo
a una perspectiva amplia y holística, accesible a la particularidad de cada
persona.

Integramos cuerpo, mente, emoción y espiritualidad como partes de un todo,


íntimamente relacionadas unas con otras.

Estas cuatro dimensiones del ser humano son medios a través de los cuales se


pueden acceder a un proceso terapéutico. Hay quienes se adentran mejor en la
terapia a través de un trabajo más mental, o bien quienes consideran que el
trabajo corporal, el enfoque emocional o la inquietud espiritual es la vía principal
para poder encontrarse a sí mismos.

Con el tiempo, las enseñanzas de Maslow y Rogers han permitido a muchas


personas alcanzar un mayor grado de bienestar en sus vidas. Sin embargo, a lo
largo de estas décadas, se han introducido nuevas variables, perspectivas y
métodos que, lejos de rebatir las propuestas de estos autores, las complementan.

Por ejemplo, estamos viviendo una nueva época dentro la psicoterapia en la que
los conocimientos en neuropsicología se están aplicando a través de técnicas
terapéuticas concretas, dando lugar a nuevos trabajos muy efectivos en el ámbito
de la salud integral de la persona.

Destacamos la Sincronización de Hemisferios Cerebrales (SHEC),


la Integración del Ciclo Vital (ICV) o la Técnica de Liberación Emocional
(EFT), herramientas terapéuticas que utilizamos en Terapia Humanista debido a
su gran efectividad y a la consolidación de los cambios que se consiguen.

Planteamientos fundamentales de la psicología humanista

Como toda corriente psicológica, el humanismo no solo tiene una concepción


teórica sobre lo que le rodea, sino que, partiendo de ese marco explicativo, crea
métodos terapéuticos orientados a aliviar a sus clientes. Porque sí, para el
humanismo la persona que acude a un terapeuta no es un paciente, sino un
cliente con el que se relacionará casi de igual a igual.

Varias son las terapias surgidas de la Psicología Humanista, como la terapia


centrada en la persona de Carl Rogers y otras no directamente humanistas, pero
sí inspiradas en este paradigma, como la terapia gestáltica y las que surgen desde
la psicología positiva. En la actualidad, el famoso coaching bebe directamente del
humanismo. Entre los principios esenciales de la terapia humanista clásica están:

 Mantener una actitud de comprensión empática hacia el cliente y su


experiencia subjetiva.

 Respeto por los valores culturales del cliente y por su libertad de expresión.

 Explorar los problemas del cliente de forma auténtica y colaborativa, de


manera que se le ayude a ganar en conciencia sobre sí mismo y en
responsabilidad.
 Explorar las expectativas y metas del cliente, incluyendo lo que espera
obtener del proceso terapéutico.

 Estimular la motivación del cliente

 Clarificar el rol de ayuda del terapeuta, sin interferir en la autodeterminación


del cliente.

 Negociar un contrato que clarifique hacia dónde quieren ir en la terapia

Dentro de esta corriente, los enfoques teóricos y terapéuticos son tan diversos que
no es posible plantear un modelo teórico único. Lo que sí se puede extrapolar de
estas diversas teorías y enfoques son una serie de principios y énfasis (Kalawski,
citado por Bagladi):

1. Énfasis en lo único y personal de la naturaleza humana: el ser humano


es considerado único e irrepetible. Tenemos la tarea de desarrollar eso
único y especial que somos, así, ámbitos como el juego y la creatividad son
considerados fundamentales.

2. Confianza en la naturaleza y búsqueda de lo natural: el ser humano es


de naturaleza intrínsecamente buena y con tendencia innata a la
autorrealización. La naturaleza, de la que este ser humano forma parte,
expresa una sabiduría mayor. Por lo tanto, como seres humanos debemos
confiar en la forma en que las cosas ocurren, evitando controlarnos o
controlar nuestro entorno.

3. Concepto de conciencia ampliado: la conciencia que tenemos de


nosotros mismos y la forma en que nos identificamos con nuestro yo o ego,
es uno de los varios estados y niveles de conciencia a los que podemos
llegar, pero no es el único.

4. Trascendencia del ego y direccionamiento hacia la totalidad que


somos: la tendencia en el curso de nuestra autorrealización es ir
alcanzando cada vez niveles de conciencia más evolucionados, que se
caracterizan por ser cada vez más integradores de partes de nosotros
mismos y de nuestra relación con el resto y con la totalidad. Véase
también Psicología transpersonal.

5. Superación de la escisión mente/cuerpo: la psicología humanista parte


desde un reconocimiento del cuerpo como una fuente válida de mensajes
acerca de lo que somos, hacemos y sentimos, así como medio de
expresión de nuestras intenciones y pensamientos. Funcionamos como un
organismo total, en que mente y cuerpo son distinciones hechas solo para
facilitar la comprensión teórica.

6. Reequilibrio entre polaridades y revalorización de lo emocional: la


cultura occidental ha tendido a valorar lo racional sobre lo emocional, la
acción frente a la contemplación, etc. Esto produce un desequilibrio en
nuestro organismo, ya que desconoce aspectos valiosos de nosotros
mismos o los subestima, relegándolos al control de otros. El cultivo de lo
emocional, lo intuitivo, lo contemplativo, por parte de la psicología
humanista, es un intento por restablecer ese equilibrio.

7. Valoración de una comunicación que implique el reconocimiento del


otro en cuanto tal: dejar de reconocer a los demás como objetos o medios
para alcanzar nuestros propósitos personales es uno de los énfasis
principales de esta corriente. Esta forma restringida de relacionarse con los
demás se transforma en una barrera comunicacional entre los seres
humanos, ya que nos concentramos en solo una parte del otro (la que nos
es útil, por ejemplo), y dejamos de verlo como un ser total, impidiendo una
comunicación plena.

La Psicología humanista considera que:

 El ser humano es un ser global que debe ser considerado como un todo en
el que figuran y convergen: sentimientos, pensamientos, conductas,
acciones.

 Las conductas del ser humano son intencionales, y tienen sentido desde la
perspectiva material como desde la perspectiva personal de dignidad y
libertad.

 Toda la existencia humana se desarrolla y transcurre en un contexto


interpersonal, este contexto interpersonal es necesario e importante en el
desarrollo individual pero teniendo en cuenta la individualidad del ser
humano en las relaciones sociales.

 Los seres humanos son seres o personas autónomas, dentro de las


relaciones existenciales de interpersonalidad tienen la capacidad de tomar
sus propias decisiones, decisiones que dirigen su desarrollo. Este principio
es complementario al principio de la necesidad de un contexto
interpersonal, de tal manera que solamente una persona autónoma es
capaz de asumir sus responsabilidades dentro de las relaciones
interpersonales.

 La autorrealización es la tendencia inherente a las personas, es lo que


produce la individualidad y el crecimiento e indiferenciación personal.

 La experiencia interior del ser humano es vivenciada como personal y con


un significado que es producido por la propia persona, este significado a
sus experiencias y vivencias son ejes fundamentales del desarrollo y de las
percepciones personales que sobre uno mismo las personas desarrollan.

La psicología de Carl Rogers es conocida como terapia no directiva y centrada en


el cliente y se fundamenta en dos conceptos básicos:

1.- Confianza total en la persona del paciente: Se trata de transmitir empatía por el
paciente y entender la experiencia del paciente y de su mundo, para poder
comprenderle.

2.- Rechazo total al papel directivo del terapeuta.

3.- Logoterapia. El enfoque humanista denominado Logoterapia de Frankl, el


concepto básico de Víctor Frankl es el sentido de la vida, la pérdida del sentido de
la vida genera neurosis y patologías, el terapeuta tiene como objetivo promocionar
y favorecer que el paciente logre restaurar o generar un sentido a la vida para
poder desprenderse de la neurosis noógena, o pérdida de sentido de vida, el vacío
existencial es el que se trabaja como eje en este tipo de terapias humanistas
denominadas logoterapias.

4.- El Análisis transaccional de Eric Berne, es un enfoque de origen psicoanalítico,


la terapia transaccional centra la ayuda terapéutica en la restauración del potencial
existencial original en el ser humano, de confianza en la persona. El núcleo de la
psicología transaccional y de la terapia de Análisis transaccional es trabajar con
los estados del yo que se producen en las relaciones personales, de tal manera
que ciertos estados del yo pueden en relación con otros yos, crear malestar o
patologías de forma consciente o inconscientes lo que denominan el guion de la
vida, y son estos guiones positivos o negativos que deben trabajarse en la terapia
mediante un contrato que establece el cliente con el terapeuta y que deben
cumplir.
5.- Enfoque bioenergético de Lowen. El enfoque bioenergético de Alexander
Lowen con raíces en los postulados de Wilhelm Reich dentro de la corriente
psicoanalítica y su propuesta del análisis del carácter. El carácter entendido como
la máscara que cubre a la persona para poder convivir con los impulsos derivados
de los instintos y evitar así la neurosis, pero la represión puede producir no
solamente neurosis, sino además angustia y sentimientos intensos negativos
producto de la tensión que procede de la dificultad de dejar expresar libremente la
energía biológica. Los conflictos y tensiones se manifiestan en el cuerpo y deben
tratarse mediante ejercicios que permitan liberar tensiones.

6.- El psicodrama dentro de las teorías humanistas está relacionado con la


patología que surge cuando las personas admiten roles inadecuados y además los
convierten en roles rígidos que van dañando a la persona. Para eliminar las
patologías que se derivan de los roles que asumen las personas es necesario
realizar psicodramas, o psicoterapias que permitan deshacerse de esos roles y
asumir otros adecuados.

Aportaciones de humanismo a la Psicología

El enfoque humanista ha hecho contribuciones significativas al campo de la


psicología. Es un nuevo enfoque de la comprensión de la naturaleza humana, con
nuevos métodos de recogida de datos en los estudios del comportamiento, y una
amplia gama de técnicas de psicoterapia que han demostrado ser eficaces.
Algunos de los principales conceptos e ideas que surgieron del movimiento
humanista incluyen:

 Jerarquía de las necesidades


 La Terapia Centrada en la Persona
 Consideración positiva incondicional
 El libre albedrío
 Autoconcepto
 Autoestima
 Autorrealización

El humanismo ha inspirado a muchos tipos de terapia. Estas terapias se centran


en maximizar el valor y las opciones de cada persona con el fin de obtener una
mayor sensación de poder y libertad, incrementando la autoconciencia de las
emociones para alcanzar las metas que puedan ayudar a promover un cambio
positivo. La auto-realización es a menudo considerada como esencial para este
planteamiento.
La Psicología Humanista subraya el valor inherente de los seres humanos y se
centra en su capacidad y voluntad para mantener la dignidad mientras se refuerza
el amor propio y la competencia. Esta orientación de valor se considera
responsable de la creación de modelos de terapia que utilizan habilidades
interpersonales con el fin de maximizar la propia experiencia de vida.

Limitaciones de la Psicología Humanista

Las experiencias subjetivas de los individuos son tremendamente difíciles de


medir, registrar y estudiar. El énfasis en la recolección de datos cualitativos hace
que sea casi imposible verificar las observaciones hechas en terapia. Por este
motivo es muy difícil comparar un conjunto de datos cualitativos con otros,
además, la falta datos cuantitativos significa que las teorías fundamentales no
pueden ser apoyadas por la evidencia empírica.

Otras críticas al enfoque son su falta de eficacia en el tratamiento de problemas de


salud mental grave y las generalizaciones hechas acerca de la naturaleza
humana, así como el rechazo completo de algunos conceptos conductistas y
psicoanalíticos importantes. Por ejemplo, aunque la psicología humanista sostiene
que los estudios en animales son inútiles en el estudio del comportamiento
humano, algunas investigaciones realizadas en animales han dado lugar a
conceptos que son aplicables a las personas. Además, la psicología humanística
se enfoca exclusivamente en el libre albedrío y la conciencia, pero las
investigaciones demuestran que el inconsciente juega un papel importante en la
psicología humana.

Características del Humanista

Contempla una perspectiva amplia y holística

Se caracteriza por ver a la persona en su conjunto, de forma global. Teniendo


cada uno de los aspectos la misma relevancia: los pensamientos, el cuerpo, las
emociones y el ámbito espiritual. Estos aspectos se interrelacionan y confluyen
mutuamente. Son la principal vía para que el individuo se encuentre a sí mismo.

La existencia humana ocurre en un contexto interpersonal

Por ello consideran que es muy importante y necesaria la relación con los demás,
teniendo en cuenta el contexto en el que se produce para el desarrollo individual
del ser humano.

El valor de la sabiduría interior

Las personas tienen una tendencia innata a la autorrealización. El ser humano


puede confiar en la sabiduría que parte de su interior, toda sanación se encuentra
en sus propias respuestas. Para ello es preciso entender que no es necesario
controlar el entorno ni controlar las propias emociones reprimiéndolas.

La psicología humanista se centra en el individuo desde una visión global,


entendiendo que todos los aspectos que componen al ser humano son
importantes. Se le considera un ser único, responsable de su propia experiencia,
capaz de tomar conciencia de sus propios recursos para desarrollarse, llegar a la
autorrealización y descubrir sus potencialidades.

Abraham Maslow

Maslow comienza a resaltar la importancia de la experiencia vital propia de cada


persona por encima de un método único aplicable a todos por igual. De esta
forma, el concepto de subjetividad comienza a cobrar un significado propio y
vinculante dentro de las perspectivas humanistas y de los ámbitos de tratamiento
psicológico.

Fue también quien introduce el término autorrealización para designar a ese


impulso vital propio del ser humano a conocer y satisfacer sus necesidades
vitales, las cuales desarrolla en su teoría explicativa piramidal.

La pirámide de Maslow establece una jerarquía que contempla diferentes niveles


de necesidad, partiendo de las más básicas (fisiológicas), situadas en la base de
la pirámide, hasta llegar a la cumbre, donde se encuentran las llamadas
necesidades de desarrollo o autorrealización.

En el momento que el proceso de crecimiento personal o de autorrealización se


interrumpe o se descuida, nacen muchas de las reacciones, obsesiones o
interpretaciones emocionales que categorizamos como “problemas”.

Carl Rogers

Por su parte, Rogers desarrolla la terapia centrada en el cliente. Desde esta


perspectiva se replantea el papel del terapeuta y se propicia una relación más
directa con el cliente, de tal forma que se establece una relación mucho menos
directiva y más cercana que propicia a éste último el encuentro consigo mismo.

Así mismo, se contempla al ser humano como un ser capaz de hallar en su interior
los recursos necesarios para poder equilibrar su vida. El contexto donde se facilita
esta búsqueda, la terapia, sirve como vía de acceso a la sabiduría interior de cada
persona, que puede permanecer “dormida” en diferentes momentos de
inestabilidad, desconexión o en situaciones de estrés.

De esta forma, la sanación no es debida de forma única a factores plenamente


externos (el terapeuta o el método), sino también a la capacidad
autosanadora de cada ser humano.
Esto hace que el terapeuta tome un nuevo rol en el mundo del tratamiento
psicoterapéutico: la de un técnico que pone a disposición del cliente una propuesta
de trabajo, a la vez que la de un acompañante, que es capaz de andar desde la
cercanía con el otro y reconocerlo como una persona válida, autosuficiente y digna
de amor.

Fritz Perls

Por último también me gustaría destacar la figura de Fritz Perls como fundador de
la terapia gestalt, ubicada dentro de la corriente humanista. Este autor introduce
perspectivas muy interesantes y útiles en el campo del crecimiento personal.

Parte de su disciplina psicológica se sustenta en la importancia de las siguientes


ideas:

 El aquí y el ahora, el momento presente, como única forma de tomar


contacto directo con nuestra realidad interna.

 El darse cuenta (“awareness”). Perls se refiere a la toma de conciencia


como el principal medio que conduce al cambio.

 La aceptación es la base que fomenta la paz con uno mismo y con el


mundo.

 Enfatiza la importancia de sustituir el “por qué” (tendencia a dar vueltas a la


mente y a buscar en el pasado) por él “para qué” (tendencia a buscar la
finalidad). Sólo así conseguiremos dar un sentido profundo a nuestra
experiencia.

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