Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
de psicología
Introducción a
la Psicología
1
Definición de psicología
Definir a la psicología va a requerir de un cierto esfuerzo y desde ahora
queremos avisarte que se logrará solo parcialmente.
El término fue empleado por primera vez en el siglo XVI, pero fue Kant
(filósofo y autor de la Crítica de la razón pura) quien lo empleó y se difundió
su empleo. (Rosas, A s.f.) Esto ocurre en el siglo XVIII. Recuerda que, hasta
principios del siglo XX y fines del XIX, no comienza a ser tomada como ciencia
y se separa de la filosofía.
Con el objetivo de tomar nota y recordar una definición, se comenzará por
esta: “la Psicología es la ciencia que estudia la conducta y los procesos
mentales, incluyendo humanos y animales” (Morris y Maisto, 2005, p. 4).
Los procesos mentales son todos aquellos que tienen que ver con cobrar
consciencia de algo, pensar, recordar, analizar, resolver problemas mediante
algoritmos, organizar las percepciones en unidades con sentido, etcétera.
2
crisis, similar a la de la adolescencia, lleva a plantearse: ¿quién soy?, ¿qué
soy?, ¿cuál es mi grupo?, ¿es esta mi familia? y ¿qué quiero ser?
3
al alma ha quedado por fuera de los ámbitos académicos y científicos casi
desde principios del siglo XX (Bleger, 1996). Por otra parte, se ha
desvinculado de la filosofía, ya que busca alejarse de especulaciones
metafísicas en pos de métodos más concretos para producir conocimiento.
Para Sócrates el alma humana servía para reconocer a los hombres de sabios
o de locos, buenos o malos. La tomaba como una combinación de
inteligencia y carácter. (Fruto Jiménez, 2107). Esto que pone ante su
concepción de hombre y da el objeto de estudio de la psicología según este
griego.
4
personales como la personalidad y la inteligencia para tratar de discernir si
se heredaban y tenían que ver con la naturaleza o con la influencia del medio
ambiente.
5
Otra antinomia sobre la que nos advierte Bleger (1996) es la oposición ente
individuo y sociedad. Este planteo proviene de una época victoriana (1830 a
1900), en la que se consideraba al hombre como un ser que debía reprimir
sus deseos para poder insertarse en la sociedad, ya que, de no renunciar a
sus instintos, sería imposible la convivencia. Entonces, las personas debían
elegir de alguna manera si pertenecer a la sociedad o satisfacer sus deseos
personales e individuales.
Esta alerta que hace Bleger apunta a que se tomen recaudos sobre los
argumentos como estos que, revestidos de autoridad y transmitidos en
ámbitos académicos, repiten y reproducen falacias que intentan definir y dar
seguridad a los estudiantes (muchos profesionales también la necesitan) de
que el mundo es mucho más estable y definido, es decir, que las certezas
existen y que la verdad universal es posible.
6
Incluso avanza sobre este tema de las heridas narcisistas al incluir al
inconsciente entre los fenómenos estudiados por la psicología. Para Freud,
las heridas sufridas en nuestro narcisismo son tres (Bleger, 1996):
7
Comprender a cada uno de estos ismos es una tarea ardua, pero inevitable
si se quiere lograr una concepción de hombre propia y fundamentada para
poder decidir cuál será la postura al momento de ejercer como psicólogos.
Esto quiere decir que cada uno de nosotros tiene una postura, a lo mejor en
forma implícita. Se necesita saberla explícitamente para poder decidir de
manera consciente y responsable la postura que se adoptará ante quienes
requieran a uno profesionalmente.
Esto no quiere decir que no se pueda ejercer sin saber cuál es la concepción
propia de hombre, sino que, de esta manera, al elucidarlo, se lo estará
haciendo de una manera comprometida y acorde con la ética. Además, se
puede evaluar la coherencia con las diferentes escuelas que se vayan
conociendo a lo largo de la facultad y después.
8
y a los procesos internos que motivan o mueven una conducta observable,
por lo que se la verá en más detalle en otro escrito.
9
Referencias
Bleger, J. (1996). Psicología de la conducta. Buenos Aires: Paidós.
10