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Especial - 3año - Eje 3 - Modulo de Aprendizaje - Seminario Esi - 2023
Especial - 3año - Eje 3 - Modulo de Aprendizaje - Seminario Esi - 2023
Estimadas/os
¡¡BIENVENIDAS/OS!!
La educación sexual integral es un desafío para las instituciones educativas y los
y las docentes en ejercicio y en formación. Por ello, desde la formación docente,
la ESI representa un componente relevante de la profesión, cuestión que se ve
materializada en el plan de estudios de la carrera, ya que se ha destinado un es-
pacio formativo sobre la temática específica en el tercer año del recorrido forma-
tivo.
Este recorrido formativo que habilita a jóvenes y adultos/as a la profesión do-
cente representa una empresa de alto impacto para el futuro desempeño de los
y las graduados/as, por lo cual desde la asignatura Seminario Educación Sexual
Integral aunamos esfuerzos para promover prácticas docentes y de enseñanzas
que integren los enfoques de derechos y de género, entendiendo que la educa-
ción debe tender a la igualdad de oportunidades, el respeto por la diversidad y la
justicia social.
En este sentido, nuestro propósito consiste en brindar herramientas tanto teóri-
cas como prácticas para asumir el rol docente en compromiso con los postulados
de la ESI, de acuerdo con las definiciones curriculares y la reglamentación vigente.
Entendemos que la defensa de la ESI como derecho nos involucra a la docencia en
primer plano y por tanto es la misma la que tienen que tender los lazos y construir
caminos que hagan posible su inclusión y abordaje en los espacios educativos.
OBJETIVOS
Desde el seminario se buscará que ustedes como estudiantes puedan:
Eje temático n° 3: HERRAMIENTAS PARA INTERVENIR ANTE SITUACIONES QUE VULNERAN DE-
RECHOS DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES. Violencia por motivos de género. Violencia contra
las mujeres: Aspectos conceptuales, marco Normativo: Ley Nº 26.485 de protección integral para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen
sus relaciones interpersonales. Ley Nacional N° 27.234 “Educar en Igualdad: Prevención y Erradi-
cación de la Violencia de Género”. Ley Provincial N° 7.888 de Protección contra la Violencia de
Género de la Provincia de Salta. Ley N° 26.061. de protección integral de los derechos de las niñas,
niños y adolescentes. Abuso sexual y Maltrato infantil: Aspectos conceptuales y orientaciones
para la intervención docente.
El Manual contiene una serie de indicaciones gráficas, que esperamos te ayuden a identi-
ficar con facilidad sus distintos componentes y a organizar las actividades de estudio:
ATENCIÓN
Señala la presencia de conceptos claves de la unidad didáctica estudiada.
ESPACIO DE REFLEXIÓN
Propone la lectura de frases o textos con el fin reflexionar o analizar con sentido crítico un pro-
blema o tema abordado teóricamente.
EJE TEMATICO. º 3
HERRAMIENTAS PARA INTERVENIR ANTE SITUACIONES QUE
VULNERAN DERECHOS DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES.
INTRODUCCIÓN
En el ámbito de la Educación Sexual Integral es necesario profundizar en relación con la mirada de dere-
chos, pues a partir de los últimos años se ha desarrollado en nuestro país un amplio marco normativo,
que reconoce y legitima la ciudadanía sexual de todas las personas en pos de alcanzar una sociedad justa
y equitativa.
Al respecto, los movimientos de mujeres y de la diversidad sexual, vienen haciendo evidente la desigual-
dad de oportunidades que niños, niñas y adolescentes reciben en el ámbito educativo a raíz de la preva-
lencia de estereotipos de géneros rígidos y de representaciones sociales opuestas al respeto por la diver-
sidad sexual. Por este motivo, desde los movimientos se plantean reclamos que interpelan a la docencia
y posicionan bajo crítica las prácticas educativas y escolares tradicionales opuestas a una concepción de
la educación como derecho fundamental de las infancias y las adolescencias.
En este contexto, resulta importante
que los y las docentes afiancen su for-
mación en Derechos Humanos a fin de
promover prácticas educativas que no
vulneren los derechos de niños, niñas
y adolescentes y donde sean capaces
de favorecer a la construcción de es-
pacios de contención y participación
que tiendan a la consolidar infancias
seguras y felices. Para lograrlo es im-
portante y principal poner en tensión las prácticas cotidianas en la dinámicas áulica e institucional, reco-
nociendo los marcos legales y conceptuales del desarrollo normativos en materia de sexualidades y dere-
chos humanos, en tanto dicho plexo legal se fundamenta en la visión de un Estado defensor de los dere-
chos en general y de los derechos de las infancias en particular
Uno de los aspectos centrales de la Ley 26061 que mayores desafíos presenta en la actualidad y sobre lo
cual existe también un amplio consenso, es el de la integralidad basada en los principios de interdepen-
dencia e indivisibilidad de los derechos humanos. La integralidad se refiere a la obligación de garantizar la
totalidad de los derechos a todas y cada una de las niñas, niños y adolescentes, sin dejar ninguno atrás y
a la responsabilidad de los distintos actores que integran el sistema de protección de actuar de manera
corresponsable y complementaria de acuerdo con sus funciones específicas; concurrente, es decir para el
mismo niño o niña y; oportuna, es decir respondiendo a las particularidades del sujeto a lo largo del curso
de su vida.
En este sentido, debe tenerse en cuenta que “la 26061” derogó finalmente la Ley 10903 de Patronato de
Menores. Esa vieja norma, sancionada en 1919 y con varias reformas posteriores, ponía en cabeza de los
jueces, juntamente con el Consejo Nacional del Menor, el citado “patronato”. Básicamente establecía
que, ante situaciones de niños, niñas o adolescentes imputados de cometer algún delito, o que se encon-
traran en situaciones caracterizadas como de “abandono moral o material”, era el juez quien debía tomar
cartas en el asunto y podía “disponer del menor”.
Asimismo, es importante señalar que a partir de la sanción de la Ley Nacional 26061 se pusieron en mar-
cha distintas políticas públicas de garantía de derechos de niños, niñas y adolescentes en nuestro país. A
riesgo de no ser exhaustivas, merece nombrarse la Asignación Universal por Hijo (AUH) como el pilar no
contributivo de un sistema de protección social de niños, niñas y adolescentes. También la Asignación
Universal por Embarazo (AUE) y las distintas normativas vinculadas a la salud sexual y reproductiva, el
abordaje integral de la violencia de género, el acceso a la educación, entre otros hitos relevantes.
● Principio de efectividad: en este punto se regula la obligatoriedad que tienen los Organismos del Estado
de garantizar el cumplimiento de los derechos reconocidos en la Ley, tomando todas las medidas admi-
nistrativas, legislativas, judiciales y de otra índole, para garantizar el efectivo cumplimiento de los dere-
chos y garantías reconocidos en esta ley.
● La Ley 26.061 también establece, en su Artículo 30 como uno de sus principios rectores el deber de
escuchar que tienen los agentes públicos (mencionando específicamente a los establecimientos educati-
vos y de salud) a niños o adultos que les hagan conocer la vulneración de derechos que puedan estar
sufriendo chicos y chicas. Esto deberá ser comunicado a las autoridades administrativas que se encargan
específicamente de la protección de derechos en el ámbito local. No cumplir con este deber de funcionario
público es pasible de sanciones, dado que se considera irresponsabilidad por parte del agente.
1
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (1989)
● Por su parte, en el siguiente Artículo 31, la Ley establece el correspondiente deber que se deriva del
anterior, e implica que el funcionario público tiene el deber de recibir y tramitar las denuncias. También
se especifica que esto debe realizarse de manera gratuita, garantizando un tratamiento respetuoso. No
cumplir con este deber se considera un grave incumplimiento de los deberes de funcionario público.
dirigidas a la comunidad a través de los medios de comunicación social. Toda institución de salud
deberá atender prioritariamente a las niñas, niños y adolescentes y mujeres embarazadas. Las
niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la atención integral de su salud, a recibir la asistencia
médica necesaria y a acceder en igualdad de oportunidades a los servicios y acciones de preven-
ción, promoción, información, protección, diagnóstico precoz, tratamiento oportuno y recupera-
ción de la salud.
• Art. 15.– Derecho a la educación. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la educación
pública y gratuita, atendiendo a su desarrollo integral, su preparación para el ejercicio de la ciu-
dadanía, su formación para la convivencia democrática y el trabajo, respetando su identidad cul-
tural y lengua de origen, su libertad de creación y el desarrollo máximo de sus competencias indi-
viduales; fortaleciendo los valores de solidaridad, respeto por los derechos humanos, tolerancia,
identidad cultural y conservación del ambiente.
• Art. 17.– Prohibición de discriminar por estado de embarazo, maternidad y paternidad. Prohí-
base a las instituciones educativas públicas y privadas imponer por causa de embarazo, materni-
dad o paternidad, medidas correctivas o sanciones disciplinarias a las niñas, niños y adolescentes.
• Art. 19.– Derecho a la libertad. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la libertad. Este
derecho comprende: a) Tener sus propias ideas, creencias o culto religioso según el desarrollo de
sus facultades y con las limitaciones y garantías consagradas por el ordenamiento jurídico y ejer-
cerlo bajo la orientación de sus padres, tutores, representantes legales o encargados de los mis-
mos; b) Expresar su opinión en los ámbitos de su vida cotidiana, especialmente en la familia, la
comunidad y la escuela; c) Expresar su opinión como usuarios de todos los servicios públicos y,
con las limitaciones de la ley, en todos los procesos judiciales y administrativos que puedan afec-
tar sus derechos.
• Art. 20.– Derecho al deporte y juego recreativo. Los organismos del Estado con la activa partici-
pación de la sociedad, deben establecer programas que garanticen el derecho de todas las niñas,
niños y adolescentes a la recreación, esparcimiento, juegos recreativos y deportes, debiendo ase-
gurar programas específicos para aquellos con capacidades especiales.
• Art. 21.– Derecho al medio ambiente. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a un am-
biente sano y ecológicamente equilibrado, así como a la preservación y disfrute del paisaje.
• Art. 22.– Derecho a la dignidad. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a ser respetados
en su dignidad, reputación y propia imagen.
• Art. 23.– Derecho de libre asociación. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho de asociarse
libremente con otras personas, con fines sociales, culturales, deportivos, recreativos, religiosos,
políticos, laborales o de cualquier otra índole, siempre que sean de carácter lícito y de conformi-
dad a la legislación vigente. Este derecho comprende, especialmente, el derecho a: a) Formar
parte de asociaciones, inclusive de sus órganos directivos; b) Promover y constituir asociaciones
conformadas exclusivamente por niñas, niños, adolescentes o ambos, de conformidad con la ley.
• Art. 24.– Derecho a opinar y a ser oído. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a: a) Par-
ticipar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les conciernan y en aquellos que ten-
gan interés; b) Que sus opiniones sean tenidas en cuenta conforme a su madurez y desarrollo.
Este derecho se extiende a todos los ámbitos en que se desenvuelven las niñas, niños y adoles-
centes; entre ellos, al ámbito estatal, familiar, comunitario, social, escolar, científico, cultural, de-
portivo y recreativo.
• Art. 25.– Derecho al trabajo de los adolescentes. Los organismos del Estado deben garantizar el
derecho de las personas adolescentes a la educación y reconocer su derecho a trabajar con las
restricciones que imponen la legislación vigente y los convenios internacionales sobre erradica-
ción del trabajo infantil, debiendo ejercer la inspección del trabajo contra la explotación laboral
de las niñas, niños y adolescentes. Este derecho podrá limitarse solamente cuando la actividad
laboral importe riesgo, peligro para el desarrollo, la salud física, mental o emocional de los ado-
lescentes.
• Art. 26.– Derecho a la seguridad social. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a obtener
los beneficios de la seguridad social. Los organismos del Estado deberán establecer políticas y
programas de inclusión para las niñas, niños y adolescentes, que consideren los recursos y la si-
tuación de los mismos y de las personas que sean responsables de su mantenimiento.
Les propongo ver los siguientes videos y reflexionar sobre las preguntas adjuntas.
https://youtu.be/VB-rTs9xdOw https://youtu.be/OSFi3YlSgAM
¿Conocías los derechos que la Ley 26.061 reconoce y adjudica a niños, niñas y adolescen-
tes? ¿Te parece importante conocerlos en la formación docente? ¿por qué?
La identidad de una persona constituye un proceso que comienza antes del inicio de su vida y se prolonga
más allá de su muerte. No se agota en el dato biológico de su existencia física, sino que abarca todos los
aspectos que la integran como ser humano. Esto incluye tanto su inscripción en el seno de una familia y
la asignación de un nombre propio, como su inserción
dentro de una comunidad con su lengua, su cultura, su
territorio y su historia colectiva, a partir de cuyos rela-
tos es posible construir la propia historia y proyectarse
socialmente en el tiempo como único e irrepetible.
la identidad tiene una particular presencia, ya que el mismo fue gravemente vulnerado durante la última
dictadura cívico-militar, por prácticas específicas de apropiación ilegal y sustitución de identidad de niños
y niñas secuestrados y de aquellos nacidos en cautiverio.
La entrada en vigencia del paradigma de protección integral que introduce la Convención sobre los dere-
chos del niño (CDN) supone -como ya lo vimos en páginas anteriores- un cambio profundo en la manera
de concebir a las infancias, ya que le confiere un renovado estatus: SUJETO PLENO DE DERECHOS.
El hecho de no estar identificado, inscripto o documentado no solo vulnera el derecho a la identidad, sino
que genera las condiciones propicias para delitos tales como el tráfico de niños, la explotación sexual
comercial y la apropiación ilegal y ademàs, dificulta el acceso y permanencia dentro del sistema educativo,
a la salud, entre otros.
En relación al derecho a la
identidad de género.
A partir de la sanción de la Ley 26.743 to-
Las manifestaciones de violencia contra lesbianas,
das las personas tienen derecho a que su gays, bisexuales, travestis, trans, intersexuales y queers funcio-
nan como barreras en el acceso al trabajo, la salud, la educación
identidad de género sea reconocida según
y la recreación.
su propia vivencia. Es decir, toda persona Les invitamos a ver el siguiente spots sobre el tema
https://youtu.be/I1X35iSYmG8
tiene derecho: a) Al reconocimiento de su https://youtu.be/msZ7RMwIYCc
identidad de género; b) Al libre desarrollo
de su persona conforme a su identidad de género; c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género
y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto
de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.
2 Extraído del material: “Diversidad. Ley de Identidad de Género. Guía para educadoras y educadores” de la Federación Argen-
tina LGBT.
qué es ser un niño o una niña “normal” se encuentra delimitada por la eficacia que tuvieron ciertos dis-
cursos al servicio de la normalización. A partir de este “ordenamiento” cualquier diversidad fue consig-
nada como desvío, perversión, vicio, degeneración, pecado, peligro social (Giberti, 2003). De la mano de
la construcción de la infancia fueron apareciendo, también, los llamados procesos de patologización de la
niñez, procesos que implicaron (e implican) transformar características comunes de los y las niñas en pa-
tologías. El proceso de patologización, que no resulta privativo de las infancias, afecta particularmente a
las identidades trans, entendidas como aquellas identidades que se alejan del género asignado al nacer.
Por ello en los últimos años las propuestas de legislaciones se fueron am-
pliando, considerando la necesidad de tomar en cuenta la perspectiva de
Para acceder al género para el tratamiento de la violencia contra las mujeres.
texto de la Ley 26.485
En nuestro país, la Ley N.º 26.485 de Protección Integral para Prevenir, San-
LEY Nº 26485
cionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que
Desarrollen sus Relaciones Interpersonales garantiza todos los derechos reconocidos por la Convención
para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer. Asimismo, aclara cuáles son las
formas de violencia que pueden ejercerse contra las mujeres. En su artículo 4 las define como “toda con-
ducta, acción u omisión, que, de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el pri-
vado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad.
De esta manera, esta ley contempla las diversas manifestaciones de la violencia que se producen en dis-
tintos ámbitos de la vida y que afectan la integridad, la dignidad, la libertad y la salud de las mujeres.
Así, la Ley de Protección Integral precisa algunos tipos de violencia (física, psicológica, sexual, económica
o patrimonial, simbólica) así como también ciertos ámbitos en los que estas se manifiestan (en la vida
Violencia
domestica, en las instituciones, espacios labora-
Domestica
les, en los medios, en relación con los procesos y
Violencia Violencia
Institucional Mediática libertades reproductivas).
Violencia Violencia A continuación, desarrollaremos cada uno de
Sexual Física
ellos:
Violencia Violencia
Violencia económica y Violencia Los tipos de violencia que reconoce esta Ley en su
pública-política patrimonial Política Laboral
Art. 5 son:
Violencia Violencia
Simbólica Psicológica 1. Física: La que se emplea contra el cuerpo de la
Violencia en el
Violencia contra
mujer produciendo dolor, daño o riesgo de produ-
la libertad re-
espacio publico
productiva
cirlo y cualquier otra forma de maltrato y agresión
Violencia
Obstétrica que afecte a su integridad física.
2. Psicológica: La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba el
pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y
decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, ma-
nipulación y aislamiento. Incluye también la culpabilizarían, vigilancia constante, exigencia de obediencia,
sumisión, coerción verbal, persecución, insulto, indiferencia, abandono, celos excesivos, chantaje, ridicu-
lización, explotación y limitación del derecho de circulación o cualquier otro medio que cause perjuicio a
su salud psicológica y a la autodeterminación.
3. Sexual: Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas con o sin acceso genita, del
derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de ame-
nazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras
relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explota-
ción, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.
4. Económica y patrimonial: La que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o
patrimoniales de la mujer, a través de: a) La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus
bienes; b) La pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos
de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales; c) La limitación de los re-
cursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades o privación de los medios indispensables para
vivir una vida digna; d) La limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario menor
por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.
5. Simbólica: La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y
reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordi-
nación de la mujer en la sociedad.
6- Política: La que se dirige a menoscabar, anular, impedir, obstaculizar o restringir la participación política
de la mujer, vulnerando el derecho a una vida política libre de violencia y/o el derecho a participar en los
asuntos públicos y políticos en condiciones de igualdad con los varones.
Asimismo, esta Ley reconoce en su Art.6 las siguientes modalidades o ámbitos donde se efectúa la vio-
lencia contra las mujeres:
1. Violencia doméstica contra las mujeres: aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo
familiar, independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el bienestar, la
integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad re-
productiva y el derecho al pleno desarrollo de las mujeres. Se entiende por grupo familiar el originado en
el parentesco sea por consanguinidad o por afinidad, el matrimonio, las uniones de hecho y las parejas o
noviazgos. Incluye las relaciones vigentes o finalizadas, no siendo requisito la convivencia;
2. Violencia institucional contra las mujeres: aquella realizada por las/los funcionarias/os, profesionales,
personal y agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga como fin re-
tardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos
previstos en esta ley. Quedan comprendidas, además, las que se ejercen en los partidos políticos, sindica-
tos, organizaciones empresariales, deportivas y de la sociedad civil;
3. Violencia laboral contra las mujeres: aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo
públicos o privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o perma-
nencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia física o la reali-
zación de test de embarazo. Constituye también violencia contra las mujeres en el ámbito laboral que-
brantar el derecho de igual remuneración por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento
psicológico en forma sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su exclusión la-
boral;
4. Violencia contra la libertad reproductiva: aquella que vulnere el derecho de las mujeres a decidir libre
y responsablemente el número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos, de conformidad con la
Ley 25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable;
5. Violencia obstétrica: aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproducti-
vos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización
de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929.
6. Violencia mediática contra las mujeres: aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereo-
tipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva
la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra
la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes
e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales re-
productores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.
7. Violencia pública-política contra las mujeres: aquella que, fundada en razones de género, mediando
intimidación, hostigamiento, deshonra, descrédito, persecución, acoso y/o amenazas, impida o limite el
desarrollo propio de la vida política o el acceso a derechos y deberes políticos, atentando contra la nor-
mativa vigente en materia de representación política de las mujeres, y/o desalentando o menoscabando
el ejercicio político o la actividad política de las mujeres, pudiendo ocurrir en cualquier espacio de la vida
pública y política, tales como instituciones estatales, recintos de votación, partidos políticos, organizacio-
nes sociales, asociaciones sindicales, medios de comunicación, entre otros.
8. Violencia contra las mujeres en el espacio público: aquella ejercida contra las mujeres por una o más
personas, en lugares públicos o de acceso público, como medios de transporte o centros comerciales, a
través de conductas o expresiones verbales o no verbales, con connotación sexual, que afecten o dañen
su dignidad, integridad, libertad, libre circulación o permanencia y/o generen un ambiente hostil u ofen-
sivo.
Cabe destacarse que la Provincia de Salta sancionó en 2009 un marco legislativo de Protección contra la
violencia de género, Ley N° 7.888. Esta Ley busca establecer los principios, las garantías y los procedimien-
tos de actuación judicial para la aplicación de la Ley N° 26.485 y de la Ley 7.403 de Protección de Víctimas
de Violencia Familiar; con lo cual a partir de ella se reconoce la especificidad de la violencia que sufren las
mujeres en todos los ámbitos donde desarrollan sus relaciones interpersonales.
Antes de comenzar la lectura del capítulo le sugerimos que se tome un tiempo para pensar su
concepción del “maltrato infantil” y el “abuso sexual infantil” y describir los sentimientos que le despierta
la problemática. Este breve ejercicio le ayudará a tomar conciencia de su punto de vista personal, es decir,
el lugar desde el cual usted parte para abordar este tema.
¿Qué es el maltrato?
Es importante encuadrar esta grave problemática que es el Abuso Sexual Infantil (ASI), es una expresión
gravísima dentro de lo que entendemos como maltrato.
Si bien la noción de “maltrato infantil” alude a situaciones diferentes, todas ellas perjudican la salud física
y/o psicológica de niños, niñas y adolescentes, ponen en riesgo el desarrollo integral del niño, son difíciles
de solucionar sin ayuda externa y constituyen una grave vulneración de sus derechos.
Entre las diversas definiciones de maltrato infantil tomaremos como referencia la de la Organización Mun-
dial de la Salud que establece que el maltrato hacia niños o adolescentes abarca “toda forma de maltrato
Otra cuestión a tener en cuenta es el entrecruzamiento entre maltrato infantil y la situación de NNA
con alguna discapacidad. Es sabido que la violencia afecta con mayor frecuencia a la población más
vulnerable, es decir, allí donde la brecha entre débiles y fuertes es mayor. Así acontece, por ejemplo,
con los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidades. Probablemente, los más
expuestos a riesgos de abuso y maltrato sean quienes padecen trastornos mentales o discapacidad
motora. Por esta razón, todas las leyes de violencia familiar otorgan una protección más amplia a
este grupo de personas.
físico y/o emocional, abuso sexual, abandono o trato negligente, explotación comercial o de otro tipo,
de la que resulte un daño real o potencial para la salud, la supervivencia, el desarrollo o la dignidad del
niño en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder” (2010, p. 3)
Si las definiciones son demasiado amplias y generales, con límites poco claros entre lo que constituye
abuso sexual y lo que no lo es, se corre el riesgo de que la vaguedad atente contra las buenas prácticas de
intervención en cualquiera de sus etapas. Además, existen distintos aspectos no académicos que también
ejercen influencia en las definiciones que utilice cada comunidad educativa o profesional involucrado.
Estos aspectos, mayoritariamente de tipo ideológico, afectan la mirada que el agente de intervención
pueda tener sobre:
– las conductas sexualmente abusivas;
– la confiabilidad de la palabra del niño, niña o adolescente involucrado;
– la posibilidad de que un adulto que debe ejercer roles de cuidado y protección (un padre, una madre,
abuelos, tíos) se constituya en agente de daño para las infancias.
El ASI puede ser clasificado según la relación ofensor-víctima en intrafamiliar y extrafamiliar. La principal
utilidad de dicha clasificación está relacionada de manera directa con las medidas de protección al niño
o niña víctima.
Si una niña es abusada sexualmente por su padre, que sea separada de él a efectos de evitar la continuidad
del ASI dependerá de manera exclusiva de la Justicia: ningún médico ni psicólogo ni docente tiene el poder
y la autoridad para dar esa indicación y velar por su cumplimiento; es decir que el sistema de justicia es el
principal responsable de garantizar la seguridad de la niña ante posibles futuros abusos de la misma per-
sona.
Pero si la niña ha sido abusada por el profesor de su colegio, otros adultos pueden tomar en sus manos la
acción protectora de no contacto entre la niña y el ofensor —por ejemplo, sus padres pueden decidir
cambiarla de centro educativo y realizar una denuncia, las autoridades escolares pueden remover al pro-
fesor de su cargo—. En este caso a la Justicia le compete únicamente el papel de determinar si el delito
denunciado ha sido cometido o no, y si la persona acusada es penalmente responsable de dicho delito.
ASI INTRAFAMILIARES
En los abusos sexuales intrafamiliares se incluyen todas aquellas personas que conforman el
grupo familiar biológico, político o adoptivo, nuclear y extenso: padres, padrastros, madres,
madrastras, hermanos/as, primos/as, tíos/as, abuelos/as.
ASI EXTRAFAMILIARES
En el caso de los abusos sexuales extrafamiliares se incluyen todas aquellas personas que no
conforman el grupo familiar del niño, pero que tienen suficiente acceso a este como para co-
meter el ASI a lo largo de un tiempo: niñeras, profesores/as y maestros/as de escuela, líderes
de grupo —por ejemplo, boy scouts—, líderes espirituales de cualquier culto, amigos y/o alle-
gados de la familia o de algún miembro en particular de la familia
con un instrumento único para la actuación en espacios educativos. El objetivo de este instrumento es
facilitar las pautas de intervención que orienten el accionar dentro del ámbito educativo de la Provincia
de Salta, ante la presunción y/o detección de situaciones de maltrato infantil, abuso sexual y violencia de
género.
En este sentido, es necesario señalar que dicho protocolo se respalda en distintas leyes provinciales y
nacionales, como así también en instrumentos internacionales que mencionaremos a continuación: La
Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer; Convención sobre los
Derechos del Niño, Ley 26.061 de Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, Ley de
Educación Nacional N°26.206; Ley N° 26.150 de Educación Sexual Integral; Ley N° 26. 485 de Protección
Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos donde desarro-
llen sus relaciones interpersonales; Ley N° 26.743 de Identidad de Género; entre otras.