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2030 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA fidad de escribano de registro del firmante del testimonio o Ja autenticidad de su firma, mas carece inclusive de posibilidad facticn de advertir In falsedad de la escritura matriz (1). DANOS ¥ PERIVICIOS: Responsabilidat Estado, Registro de la Propiedad. El estudio del titulo de propiedad resulta necesario para que se configure en el adquirente del derecho real tu buena fe, creencia, que consiste en Ja impecable conviccién dz estar obrurdo con arreglo a derecho, y que constituye presupuesto indispensable para obtener ta proteccién de Ia ley. Por otra parte, la indicada prudencia y pleno conocimiento de las cosas requeria también que —en cl caso— ta aclora hubiese tomado conoci- miento directo del inmueble que se le ofrecia como garantia, cuya ubica- cidn en el territorio de determinada provincia no se justifica que desco- nociera, ya que no podria invocar vitidamente la igndrancia dz In ley 4141 —que modified los iimites provinciales—; en consecuencia, el, hzcho daiioso tiene ese cardcter por una falta que le es imputable a la actora y no a la Provincia demandada (art. Lili dei Cédizo Civil) @). JORGE FERNANDO VADELL v. PROVINCIA ve BUENOS AIRES DANOS Y PERIUICIOS: Responsabilidad del Estado. Registro de la Propiedad. Resulta responsable ta Provincia demandada si el Registro d2 la Propieda:l —ignorando determinadas ventas y atribuyendo a una persona Ja plenitud de un dominio del que no fue titular— cumplié de manera defectuosa ias funciones que le son propias y que atienden, sustancialmente, a otorgar un conocimiento cabal de las condiciones de dominio de los inmuebles. Ello asi, pues quien contrac ta obligacién de prestar un servicio 10 debe realizar en condiciones adecuadas para Menar el fin para el que ha sido establecido, siendo responsable de los perjuicios que causare su incumpli- miento o su irregular ejecucién. DANOS ¥ PERJUICIOS: Responsabilidad del Estado. Generalidades. La iden objetiva de la falta de servicio encuentra fundamento en Ja aplicacién por via subsidiaria del art. 1112 del Cédigo Civil que establece un régimen de responsabilidad “por fos hechos y las omisiones de los funcionarios pi- @) 18 de diciembre. Fallos: 296:397; 302:238; 303:851; causa “Zezza, Oscar y otros ¢/Buenos Aires, Provincia de, del 13 de junio de 1978, ©) Fallos: 270:404; 290-71; 296:397. DE JUSTICIA DE LA NACION 2031 bBlicos en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir sino de una manera itregular las obligaciones legales que les estén impuestas”. Ello pone en juego Ja responsabilidad extracontractual del Estado en el ambito del de- Fecho puiblico que no reqniere, como fundamento de derecho positivo, recurrir al art. 1113 del Cédigo Civil PANOS Y PERJUICIOS: Responsabilidad del Estado. Generalidades, La responsabilidad extracontractual det Estado en el ambito del derecho pUblizo no constituye una responsabilidad indirecta, toda vez que la acti- vidad de los drganos © funcionarios del Estado realizada para el desenvol- imiento de los fines de las entidades de las que dependen, ha de ser considerada propia de éstas, que deben responder de modo principal y directo por sus consecuencias dafiosas. ESCRIBANO. Si Bien no caben dudas de que el escribano, como fedatario, cumple una funcién publica por la investidura con Ia que el Estado lo somete a su Superintendencia (arts. 17, 35 y sigs. de ta ley 12.990), es evidente que nO se presentan las notas caracteristicas de la relacién de empleo piblico gue permitan responsabilizarlo por las consecuencias de su desempefio, ya ue no exists dependencia orgénica respecto de los poderes estatales cuyas plantas funcionales no integra, no est sometido al régimen de subordinaci jerdrquica que le es propio ni se dan a su respecto otras caracteristicas d: ‘stracién como puede serlo, en sit un vineulo permanente con ta admi medida, la remuneracién. ESCRIBANO, El escribano de registro es un profesional del derecho afectado a una acti vidad privada, pero con atributos que en parte lo equiparan a la gestién Paiblica, cuyos actos, vinculados al comercio juridico privado, dan fe de esas relaciones privadas y no expresan Ia voluntad del Estado como éste Hormalmente la exterioriza a través de sus érganos, ESCRIBANO, La referencia conteni fa en la nota al art. 1112 del Cédigo Civil que men- ciona @ los escribanos entre los agentes piiblicos —ubicada en su preciso contexto temporal, por ser anterior a I vigencia de las Ieyes 1144 y 1983, que distinguen entre la fe publica notarial y Ja judi femente indicativa si se toma en cuenia que, aun en aquellas normas, los '— no es suficien- manos de registro tenian su regulacién junto a los escribanos secretarios —Stos si incuestionablemente funcionarios estatales— en el marco de las 2032 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA eyes destinadas a ordenar Ja organizacién de los tribunales bajo ta gené- riea definicién de escribanos publicos. ESCRIBANO. Aun de admitir que la funcién fedataria sea Ia mis trascendente de las que realiza el notario, no puede ignorarse que concurre con’ otras que no ostentan ese cariicter y que son propias de su condicién de profesional inde- pendiente. Parece absurdo, entonces, que semejante dualidad se presents en quien se pretende definir como funcionario piiblico, como igualmente inaceptable que, necesariamente sometido como tal a una tipica subordinacién Gisciplinaria, esta facultad del Estado pueda coexistir con el ejercicio de una superintendencia a cargo de organisms corporativos como Ios que con- templa la ley 12.990. ESCRIBANO. EI vinculo de Ia actividad notarial con el Estado dentro de un régimen de coneesién no importa adjudicar a sus beneficiarios el rango de funciona- rios ptiblicos. FALLO DE LA CORTE SUPREMA. Buenos Aires, 18 de diciembre de 1984. Vistos jos autos SHERI TGRS Sana Te /BUERGE ANSP ‘inex de s/indemoizacén”, de tos que Resulta: 1) A fs, 40/45 Ia parte actora demanda a la Provincia de Buenos Aires para que se la condene a pagar las sumas que se vea obligada a resarcir en favor de Miguel Garcia Gémez en un juicio que éste le sigue, originado en los hechos que pasa a relatar. Dice que por escritura del 22 de junio de 1949 vendié al mencio- “nado Garcia Gémez el inmueble constituido por la mitad N.O. de la manzana F, ubicado en la ciudad de Necochea, chacra N° 164, y que habia adquirido a Elias Sily. Esas compraventas —sostiene— fueron efec- tuadas sobre la base de antecedentes de dominio nulos que compro- DE JUSTICIA DE LA. NACION 2033 Tales antecedentes dominiales demuestran que mediante escritura del 27 de diciembre de 1906 pagum de Ia que comprendia numerosas manzanas, entre ellas, Ss sdentificadas con las letras “E” y “P”, Posteriormente, Abésolo ven. di6 Ja mitad $.0. de la manzana “F” a fa., la mitad restante N.E, a Juan Ayrolo y la mitad S.E. de la manzana “E” a) “Koblitz. De tal suerte, slo qued6 en su patrimonio ie ito “esta tims, El 17 de junio de 1914, Al ransfirié a su hermano Emiliano el Al confeccionar la escri- fara pertinent, el escribano José Exertier exchuy6 de la operacién “la mitad 8.0. de la manzana “E” que atribuyé a Méndez sin advertir que Jo adquirido por éste correspondia a la manzana “F” Y no consideré las ventas a Jas que quedaron comprendidas en la transmisi6n, Fallecido Emiliano gies Poa Rare sss sa En efecto, aquél no era propietario de esa frac- cién, , pese a To cual el No obstante estas circunstancias, el registro inmobiliario anoté el Pese a mediar las defectuosas menciones consignadas por el escribano Exertier y expidi6 luego un certifionde a rr——“—eEstCi‘“EEh— Para anotar Iuego su venta a . A partir de estos errores Se produjeron transmisiones paralelas superpuestas sobre una misma fraccién lo ae a una Por estos hechos ya sea por los 1) A fs, 54/60 contesta la Provincia de Buenos Aires, Opone Ia excepcién de te 2034 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA Tras resefiar Jos antecedentes registrales descarta su responsabili- dad, Ja que, en todo caso, sostiene que se originaria er: las menciones de Ty Se IDC OA ea quienes ni Pide, por ultimo, la citacién de los escribanos Exertier y Landé. IV) A fs, 135/36 la actora hace saber que la sentencia dictadi Considerando: 12) Que el presente juicio es de la competencia originaria de esta Corte Suprema (arts. 100 y 101 de la Constitucién). 2%) Que a los efectos de precisar los antecedentes dominiales que dan origen al pleito, es conveniente su relacién circunstanciada, la que, por lo demas, resulta suficientemente esclarecida en el dictamen pericial del esctibano Rubio. En el aiio 1906, el sefior Gervasio Abasolo adqui- ri6 la totatidad de la chacra 164, compuesta entre otras de las manz “nas “EB” y “F” sobre las que se suscitardn las sucesivas controversias, y afios después, entre 1910 y 1911, vendié las fracciones $.0. y NE. en que se dividia la “F” a y Ayrolo, y la S.B. —de las dos que conformaban la “E”— a itz, Sélo quedé en su patri- monio, entonces, la individualizada como ” (ver posiciones puestas a la demandada, a fs. 153/55, respuesta 4%). En 1914 Abésolo vendié a su hermano Emiliano lo que se indica como femanente ide la chacral 164. Para realizar esta operacién cl e3- cribano José Exertier requirié del registro inmobiliario de la Provincia el certificado 3869 que, segiin lo afirma el perito, informé que a tota- lidad de ta chacra pertenecia al vendedor lo que obviamente no co- reespondia la realidad dominial toda ver que se habian producido las, | vents ya resefadas, todas ells inscriptas en el registro (ver psiio- DE JUSTICIA DE La NacION 2035 Res de fs. 153/55, respuestas 1° a 34; fs. 236/37, eseritura a fs. 43/ 46 de los autos: “Verga de Cherbet ¢/Garcia Gomez", agregados por cuerda). Por su parte, el esctibano Exertier, cuyo conocimiento de esas tansacciones se desprende de la escritura, De tal manera y mediante inscri diciembre de 1914, (ver posiciones, respuesta 58 3°) Que en 1924, la sucesién de Emiliano Abésolo enajend, en Subasta, a la firma Bilbao y Jaca lo que en la escritura se identifica como s Jo que constituia una denomina- cién incierta. Ese nuevo error notarial, esta vez del escribano Land6, originé Ia (cividida como se sabe en fracciones $.0. y NE.). Tal escrituracion {ue precedida de sucesivos pedidos de certifiacién de dominio que gra vitaron decisivamente en la suerte de los bienes. En efecto, el 12 de julio de 1923 y mediante oficio que figura a fs. 207 de los autos suceso. ios de Emiliano Abésolo, se indica que “en cuanto a lo deslindade Por la inscripcién 94.545 B “14°” (corresponde a Ia venta entre los rer ————C eT sido enajenado”. 3©) Que esa respuesta evidencia que el registio, pese a eontar Con) —asi lo prueban Ia mencién antedicha del estado de la chacra 136 y las constancias que reconoce en Ia absolucién de posiciones ii mente. Este se reitera, segtin et perito, en otras piezas provenientes de esa reparticion que obran en el protocolo respectivo (certificado 39.676, del 31 de julic de 1924, y su ampliacién bajo N° 48.632 del 22 de septiembre de ese afio). Alli se comunica, por el primero, que la cha cra consta en su integridad a nombre de Emiliano y por el segundo, emitido meses después, que ese dominio no se habia modificado en sus condiciones (peritaje de fs. 160/68). De lo expuesto, surge la evidensia d= ae lego ios I print venta de Gers nade 2036 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA “-dez que involucié ef terreno que suscita el litigio y las posteriores de Cabe sefialar también, que I (posiciones de fs. 153/55, respuesta 7). 5%) Que las consideraciones precedentes demuestran Ja responsa- bilidad de la Provincia toda vez que el Registro de la Propiedad, al in- curt en ls ,sumplié de manera defeewosa las fan- sustancialmente, ene En este sentido cabe recordar lo expresado en Fallos: 182:5, donde ef Tribunal sostuvo que “quien contrae la obligacién de prestar un servicio Jo debe realizar en condiciones adecuadas para Ilenar el fin para el que ha sido establecido, siendo responsable de los perjuicios que causare Esa idea objetiva de la falta de servicio encuentra fundamento en Ia aplicacién por via subsidiaria del art. 1112 del Cédigo Civil que es- tablece un régimen de responsabilidad “por los hechos y las omisiones de los funcionarios piblicos en el ejercicio de sus funciones, por no cum- plir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les estén impuestas”. 6°) Que ello pone en juego Ia responsabilidad extracontractual de! Estado en el Ambito del derecho piblico que no requiere, como funda- mento de derecho positivo, recurrir al art. 1113 del Cédigo Civil al que han remitido desde antiguo, exclusiva 0 concurrentemente, sentencias an- teriores de esta Corte en doctrina que sus actuales integrantes no compar- ten (ver Fallos: 259:261; 270:404; 278:224; 288:362; 290:71; 300: 867). En efecto, no se trata de una responsabilidad indirecta la que en el caso se compromete, toda vez que Ia actividad de los Srganos o fun- cionarios del Estado realizada para el desenvolvimiento de los fines de las entidades de las que dependen, ha de ser considerada propia de éstas, 79) Que no obstante, y a mérito de lo expuesto acerca de las actuaciones de los escribanos Exertier y Land6, debe establecerse si am- DE JUSTICA DE LA NACION 2037 bas fueron en Ia, Asi parece respecto de Exertier quien, conocedor de ias ventas anteriores —ignoradas, como se dijo en los informes del registro— y del plano de subdivision tal como se despren- de de fs. 686/90 de los autos sucesorios de Emiliano Abésolo, debié superposicién del dominio, pero no en lo que atafie a Landé. En efecto, ts, que se guio por los antecedentes del registro y en particular por ta situacin registral respecto de aquella fraccién, cometié el error de auto. riaar el acto referente a la parte S.0. (inexistente) de la manzana “F", error que, en la practica y en lo que interesa, significé reducir la super. Posicién ya existente aunque afectando la propiedad de un tercero, Jo due, aunque eventualmente podria comprometer su responsabilidad, no tiene repercusién para la suerte de este litigio 8) Que la cuestién suscitada conduce a Ja necesidad de indagar sila con Tas consecuencias le giles que de ello derivan y que son tas que cabe considerar 0, por el contrario, el ejercicio de una profesién, bien que dotada del atributo Ge a Fe piiblica y sometida a una particular relaeién con el Estado que Se manifiesta a través del acto de la investidura, el control y las facul- tades disciplinarias, pero que no participa stricto sensu de aquel ca- récter. 9°) Que dificultun la solucién del tema algunas disposiciones del Cédigo Civil, como los arts. 979, incs. 19 y 29, 997 y 1004 que con- tienen menciones no suficientemente explicitas acerca de quienes deno. mina eseribanos © funcionarios piblicos, y también la referencia que hace el codi dor en su nota al art. 11 12, en Ia cual ubica a aquéllos en esa iitima clasficacién, No debe perderse de vista, por otra parte, gue cl art. 10 de Ia ley 12.990 ha reconocido formalmente ese carécter si. guiendo sus antecedentes, las Jeyes 1144 y 1893, 10) Que, no obstante, Ia sujecién literal a la norma no basta para cxplicar la condicién en examen, por lo que resulta necesaria una exé. aesis sistemética del estatuto jusidico del notariado, En ese sentido, si 2038 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA bien no cabon duda de que Gon) RAtGFO| GNP wt fanetén pbit. por la investidura con la que el Estado lo somete a su superintendencis (arts, 17, 35 y sigs. de Ia ley 12.990), es evidente que no se presentan En efecto, no existe dependencia organica respecto de los poderes estatales cuyas plan- tas funcionales no integra, no esté sometido al régimen de/subordinacién jerdrquica que le es propio ni se dan a su respecto otras caracteristicas de un vinculo permanente con Ja administracién como puede serlo, en su medida, la 11) Que en tales condiciones, se lo puede definir como vin pio= fesional del derecho afectado a una actividad privada, pero con atributos que en parte lo cquiparan a ia gestién publica, cuyos actos, vinculados al comercio juridico privado, dan fe de esas relaciones privadas y no expresan Ja voluntad del Estado como éste normalmente ia exterioriza a través de sus Srganos. 12) Que la referencia contenida en la nota al art. 1112 del Cédigo Civil que incorpora entre los agentes piiblicos a “Ios eseribanos, procu- radores y todos fos empleados en la administraci6n del Estado” no si- tera lo expuesto toda vez que no cabe afirmar que contenga una inequi- voca mencién de los escribanos de registro. Contribuye a esta convi cida la circunstancia de que al sancionarse el Cédigo Civil, no existia Ja separacion entre ta fe piblica notarial y la judicial, que s6lo se opera con Ia vigencia de las leyes 1144 y 1893, que siguen la orieatacién in- novadora de la ley orgdnica del notariado espafiol de 1862. De tal ma- nera, la expresién —ubicada en su preciso contexto temporal— no es suficientemente indicativa si se toma en cuenta que, aun en aquellas normas, los escribanos de registro tenian su regulacién junto a los es- cribanos secretarios —estos si incuestionablemente funcionarios estata- Ies— en el marco de las leyes destinadas a ordenar Ia organizacién de los tribunales bajo 1a genérica definicién de escribanos publicos (ley 1893, titulo XH, caps, 1, IT y TIT). 13) Que por otra parte y aun de admitir que la funcién fedataria sea la més trascendente de las que realiza el notario, no puede igno- rarse ue concurre con otras que no ostentan ese cardcter y que sor Propias de su’ condicién de profesional independiente. Parece absurdo, DE JUSTICIA DE La NACION 2039 entonces, que semejante dualidad se presente en quien se pretende defi- nit como funcionario piblico, como igualmente inaceptable que, nece- Sariamente sometide como tal a una tipica subordinacién disciplinaria, esta facultad del Estado pueda coexistir con el ejercicio de una superin. tendencia a cargo de organismos corporativos como los que contempia la ley 12.990 (arts. 43 y sigtes.). 14) Que, por tiltimo, cabe recordar que la Corte definié el parti- cular status del escribano de registro seftalando que “la reglamentacin & que puede someterse el ejercicio de las profesiones liberales, oftece aspecto esencial tratiindose di Pg 0 de ——_ “os de Registro” (Fallos: 235:445). De estas conclusiones surge, reafin- mada, Ja naturaleza atribuida a Ja actividad notarial sin que obste a ello Ja caracterizacién de su vinculo con el Estado dentro de w de concesién toda vez ave éste jue tampoco aparece nitidamente per- filado en el pérrafo transcripto a través, tan s6lo, de las expresiones en- comilladas que contiene. 15) Que de acuerdo a Io expuesto corresponde ahora decidir so- bre Ja participacién que cupo a la Provincia demandada en la produc- Ci6n de los dafios, que esta Corte estima en un 70% ya que Ia trascen- dencia de la conducta irregular del registro inmobiliario como causa de aquellos debe entenderse superior a la del escribano Exertier. El reclame del actor, que consiste en el Por ello, y lo dispuesto en los arts. 1112 y cones. del Cédigo Civit, se decide: Hacer lugar parcialmente a la demanda seguida por Jorge Fernando Vadell contra Ia Provincia de Buenos Aires. Estése a lo esta blecido en el considerando 15) sobre la fijacién del resarcimiento, Las 2040 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA costas se imponen en un 70 % a cargo del Estado provincial y un 30 % a la parte actora en atencién al resultado del pleito (art. 71, Cédigo Procesal) Grwaro R. Carrié — José Severo CaBa- LLERO — Cartos S$. Fayr — Auusro CfisaR BELLUSCIO — ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI. ARTURO ‘AQUILES DUFOUR v. NACION ARGENTINA JURISDICCION Y COMPETENCIA: Competencia federal. Por la materia, Varias La norma que establece 1a competencia federal en las causas en que Ta Nacién 9 uno de sus organismos autirquicos son parte, en cuanto tiene fundumentos en su condicién de tales, no es inexcusable y puede ser pro- rrogada por sus titulares; en estos casos Ta prérroga de jurisdic lida porque es ratione personae y no ratione materiae, Tal doctrina no re- sulta aplicable cuando, como en el caso —en el que el actor persigue el cumplimiento del contrato de prestacion de servicios profesionales que les unié a la cooperativa El Pampero de Vivienda y a la Secretaria de Estado de Vivienda y Urbanismo de la Nacién—, la competencia federal cor ponde no séle por razn de Ia persona (art. 29 inc. 6%, de la ley 48) sino por el cardcter contenciosoadminisirative de la causa judicial, que es dado por Ia circunstancia de ser parte en el conflicto un érgano de la Administracién Péblica y, fundamentalmente, por la naturaleza de las ni mas que han de utilizarse para resolver el pleito (art. 2% ine, 19, de la ley 48 y art. 45, inc. a), de Ia ley 13.998), DICTAMEN DEL PROCURADOR GENERAL Suprema Corte: Tanto la Camara Nacional de Apelaciones Especial en lo Civil y Comercial, como el sefior Juez a cargo del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal N° 7, ambos de esta Capital, se declararon incompetentes en estas actuaciones (ver fs. 395 y 404/ 405, respectivamente)

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