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¿Consideras que se debe aplicar la pena de

muerte en el Perú ante la inseguridad ciudadana


incontrolable?
La pena de muerte, pena capital o ejecución consiste en provocar la muerte a una
persona condenada por parte del Estado, como castigo por cometer un delito
Derechos: establecido en la legislación. Debe distinguirse de las ejecuciones extrajudiciales,
-De la vida ya que éstas son realizadas sin el debido proceso legal.
-Integridad física
-Derecho a no ser Sometido a Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes.
- Respete su integridad física, psíquica y moral.
-Derecho a un Juicio Justo.
-Derecho a la Dignidad Humana.
Maneras de solución:
Alternativas más efectivas: En lugar de centrarse en la pena de muerte, se pueden buscar
soluciones más efectivas para abordar la inseguridad ciudadana, como mejorar la policía,
fortalecer el sistema judicial, invertir en prevención del delito y programas de rehabilitación
para delincuentes.
Posibilidad de errores judiciales: Los sistemas judiciales no son infalibles y pueden cometer
errores. La pena de muerte, al ser irreversible, plantea el riesgo de ejecutar a personas
inocentes. Numerosos casos han demostrado que personas condenadas a muerte han sido
posteriormente exoneradas debido a nuevas pruebas.
Daño a la imagen y reputación del país: La violación sistemática de los derechos humanos,
especialmente en casos de pena de muerte, puede dañar la imagen y la reputación del país a
nivel global. Esto puede tener impactos negativos en términos de inversiones, turismo y
relaciones comerciales.
Injusticia y error judicial: La vulneración de derechos puede conducir a juicios injustos y a la
condena de personas inocentes. Esto resulta en la privación del derecho a la vida de
individuos que no han cometido delitos.
En muchos países donde se aplica no disminuyen los delitos. Y en países donde se abolió, hay menos
homicidios.
Un estudio de 36 años de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU. concluyó que no hay
evidencias de que este castigo sirva para intimidar y así reducir los crímenes.
De a poco, se la va erradicando en el mundo. Por ley o de facto, ya la han abolido 160 países. En
América del Sur y Europa virtualmente no existe, aunque unos pocos países la contemplan para
casos de guerra.
La discriminación en la aplicación de la justicia y la falta de recursos para defenderse, provoca que
los pobres y miembros de minorías raciales tengan más probabilidades de ser condenados a muerte.
Es utilizada, esencialmente, en países con regímenes dictatoriales donde se quiere castigar a los
disidentes políticos y a minorías perseguidas. Casos China, Irán, Arabia Saudita, etc.
NOTICIAS
El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Daniel Figallo, dijo no estar de acuerdo "con este
tipo de retornos a situaciones vinculadas con la pena de muerte".

El Fiscal de la Nación (general), José Peláez, señaló por su parte que "la experiencia mundial
arroja resultados negativos, ya que en los lugares donde se aplica la pena de muerte no ha
habido retrocesos en la comisión de delitos".

Bazán consideró, sin embargo, que la pena de muerte "es una medida populista que no significa
ninguna mejora en la lucha contra la criminalidad."

Reconocido jurista alemán participó en las Cuartas Jornadas de Derechos Humanos que
organizó la Facultad de Derecho. Señaló que en países que aplican esta medida, la violencia no
cesa.

El juez, también profesor emérito de la Universidad de Göttingen (Alemania), señaló que en


Estados Unidos y China, países en donde se aplica la pena de muerte, no se ha resuelto la
inseguridad.

Amnistía Internacional sigue trabajando para poner fin a las ejecuciones y en favor de la
abolición de la pena de muerte en todo el mundo y en toda circunstancia. La organización
considera que la pena de muerte es un castigo inhumano e innecesario, que supone una
violación de dos derechos humanos fundamentales: el derecho a la vida y el derecho de toda
persona a no ser sometida a penas crueles, inhumanas o degradantes.
La pena de muerte es discriminatoria y a menudo se utiliza de forma desproporcionada
contra las personas económicamente desfavorecidas, las minorías y los miembros de
comunidades raciales, étnicas o religiosas.
La pena de muerte se impone y se lleva a cabo arbitrariamente. El intento de los Estados de
escoger los delitos "más abyectos" y a los "peores" delincuentes de entre los miles de
asesinatos perpetrados cada año es fuente irremediable de fallos inevitables. Mientras la
justicia humana siga sin ser infalible, nunca podrá eliminarse el riesgo de ejecutar a una
persona inocente.
La pena de muerte no es disuasoria. Ninguno de los estudios realizados ha podido nunca
encontrar pruebas convincentes que demuestren que la pena capital tiene un mayor poder
disuasorio frente al crimen que otros castigos. Tampoco el estudio acerca de la relación
entre la pena de muerte y los índices de homicidios, elaborado para la ONU en 1988 y
actualizado en el año 2002.
La discriminación en la aplicación de la justicia y la falta de recursos para defenderse,
provoca que los pobres y miembros de minorías raciales tengan más probabilidades de
ser condenados a muerte.

Y no menos importante: puede ejecutarse a un inocente. Por ende, el Estado (y la


sociedad) cometerían la misma atrocidad que pretenden castigar. Y la muerte es
irreversible.

No se puede revertir si se revela nueva evidencia

La pena de muerte puede usarse como una herramienta para el control, no para la
justicia.
La forma de suministrar esta pena es diversa en función del momento histórico y
de la posición geográfica que se observe.
A grandes trazos, los instrumentos más destacados han sido:
- El garrote vil (en España).
- La soga.
- La silla eléctrica.
- La inyección letal.
- La guillotina francesa.

BIBLIOGRAFÍA
https://www.amnistiacatalunya.org/edu/2/txt/pm-afavor-encontra.html
https://www.planv.com.ec/ideas/ideas/diez-argumentos-contra-la-pena-muerte

https://news.un.org/es/story/2018/11/1445581

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