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LA GRAN SORPRESA

Por María del Mar Pajón Vidal.

En una casa a las afueras de Francfort vivía una familia muy


adinerada. El padre era el director de una fábrica de colchones y la madre
era profesora particular de canto. Tenía dos hijos, una hija que se llamaba
Anny y un hijo que se llamaba Eric.
Los dos padres vivían muy ocupados por su trabajo, el padre tenía que
controlar que los pedidos llegaran a su destino y que todo marchara bien, y
la madre trajinaba de arriba abajo con sus clases particulares, a los niños
los cuidaba una niñera que vivía en una aldea al nordeste de la ciudad,
sobre unas lomas muy pronunciadas, bajaba todas las mañanas en su
bicicleta ya muy deteriorada.
Una mañana, semanas antes de la Navidad, la niñera mientras les
preparaba el desayuno a los niños, hablaba con ellos, que esperaban
sentados a la mesa. La niñera les preguntó qué habían pedido para estas
Navidades, y los niños le dijeron que aún no lo habían pensado, y la niñera
en tono triste suspiró y dijo:
- Yo he pedido que mi padre se mejore, porque está muy enfermo
aunque también me gustaría una bicicleta nueva, porque la que tengo
está muy rota y con el dinero que gano solo tengo para pagarme los
estudios.

Cuando la niñera los dejó en el colegio, Eric y Anny empezaron ha


hablar y Anny dijo que le daba mucha pena su niñera, que había
pensado en que como ellos dos tenían todo lo que podían necesitar, qué
mejor regalo para una humilde muchacha que una bicicleta nueva, ya
que no podían curar a su padre. Pero Eric que era un chico más frío dijo
que no, que si ella quería que hiciera pero que el no lo hacía porque
quería el coche de juguete que tanto llevaba esperando, por mucha pena
que le diese no podía dejar pasar esa oportunidad, entonces Anny se
enfadó, se dio media vuelta y se fue. No se dirigieron la palabra en todo
el día.
Por la noche mientras que Anny rezaba a los pies de la cama, Eric la
observaba y le dijo:
- Si tanta ilusión te hace yo te ayudaré para que la niñera tenga su
bicicleta nueva.
En ese momento Anny hizo la señal de la cruz rápidamente y de la emoción
se giró con los ojos brillantes y abrazó a su hermano y le dijo:
- ¡Sabía que no eras tan frío y que lo harías, lo sabía!
- Para un poco, que no es para tanto.

Anny le había contado todo esto a su madre, los niños consiguieron


convencer a los padres para que invitaran a su niñera a cenar la noche de
Navidad, pero la niñera dijo que no porque esa noche quería estar con su
padre, pero que muchas gracias.
En ese momento los niños pensaron otro plan de Navidad: ir a cenar a
casa de la niñera.
Cuando llegó la noche que tanto había esperado los niños, Anny
mientras es arreglaba estaba un poco preocupada por si lo que habían
pedido no resultaba.
Cuando llegaron a casa de la niñera, ésta se llevó una gran sorpresa, ya
que no esperaba la presencia de la familia. En la cena rezaron y comieron el
pavo, cuando terminaron recogieron todo, la niñera preparó café para los
invitados y se sentaron a conversar mientras que los niños jugaban con el
perro.
Anny se empezó a preocupar, porque nada fantástico sucedía, pero
de pronto sonó el timbre, la niñera fue abrir la puerta pensando quién sería
a estas horas de la noche, la abrió, entró un remolino de viento y vio una
bicicleta rosa con una cesta, se quedó maravillada, la tocó, la movió y vio
caer un papelito de color amarillo que ponía: “Para esta niñera con tanto
amor encima”, la niñera la entró, miró a su familia, miró a sus niños
llorando y los abrazó llorando

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