Está en la página 1de 2

El Perú ha logrado avances notables en crecimiento económico y reducción de la

pobreza en las dos décadas anteriores a la pandemia de COVID-19. La estabilidad


macroeconómica, la apertura comercial y un entorno internacional favorable permitieron
al país convertirse en una economía de ingreso mediano alto, con un aumento del
ingreso per cápita de US$ 2040 en 2002 a US$ 7126 en 2022. Su sólido historial de
políticas macroeconómicas prudentes y sus indicadores macroeconómicos actuales
reflejan una deuda pública baja, amplias reservas internacionales y un banco central
creíble. Su sistema financiero está bien capitalizado y en buena posición para soportar
crisis de liquidez.

Sin embargo, el país sigue afrontando amenazas significativas para alcanzar mayor
desarrollo y prosperidad: el impacto del cambio climático, las desigualdades
persistentes y su estructura económica dependiente de sus recursos naturales.
Además, las limitaciones estructurales no abordadas limitan la creación de empleos
formales, la diversificación económica y el ritmo de reducción de la pobreza y la
desigualdad.

Una mejor calidad de los servicios públicos, una gobernanza más sólida, un entorno
empresarial propicio y estabilidad política serán fundamentales para un crecimiento
mayor e inclusivo que promueva la reducción de la pobreza y la desigualdad.

En detalle, durante los primeros seis meses del 2023, el aumento de las exportaciones
de Quellaveco, que explica más del 10 por ciento de la producción nacional de cobre,
impulsó el crecimiento. Asimismo, el mercado laboral mostró signos de recuperación; el
empleo en empresas con más de 50 trabajadores aumentó 4 por ciento y también se
registró un ligero aumento en los salarios reales promedio.

En el mismo periodo (enero – junio 2023), el PIB se contrajo un 0.5 por ciento debido a
la incertidumbre política, el malestar social y la ocurrencia de desastres. Condiciones
financieras más estrictas también colaboraron con la depresión del gasto privado y el
país mostró una recuperación más lenta de lo esperado. Eventos climáticos y la
conflictividad en el país impidieron la ejecución de la inversión pública, y sectores clave
como la agricultura, la pesca y el turismo presentan una recuperación rezagada.

En agosto, los ingresos gubernamentales anualizados eran 1.8 puntos porcentuales del
PIB inferiores a los de 2022, principalmente debido a una menor recaudación de
impuestos a la renta empresarial e IGV. Además, el déficit público anualizado aumentó
al 2.6 por ciento del PIB, 0.2 puntos porcentuales por encima de la meta fiscal
modificada para 2023. Tanto la deuda pública (34 por ciento del PIB) como los
diferenciales de riesgo soberano siguen entre los más bajos de la región.

De diciembre 2022 a agosto 2023, la inflación disminuyó del 8.5 al 5.6 por ciento, pero
aún se encuentra por encima del rango objetivo del 1 al 3 por ciento. Excluyendo los
precios más volátiles de los alimentos y la energía, la inflación se situó en el 3.8 por
ciento y las expectativas inflacionarias cayeron al 3.4 por ciento.
Última actualización: Oct 05, 2023

También podría gustarte